Léase:
2 Corintios 22. Hay un paralelo sorprendente entre la relación de
Israel con Judá y la de los descendientes de Caín, y los de Set.
Caín se apartó, él y su familia, de todas las personas temerosas
de Dios en su día. Años más tarde las hijas de los camitas
tentaron a los hijos de Set, y acabaron preparando la escena para el
diluvio. De la misma manera el idólatra Israel se separó primero de
Judá. Luego por medio de una mujer licenciosa, trató de entrampar a
Judá, y con ello lo preparó para la cautividad babilónica.
La
licenciosa mujer que de esta manera preparó la caída moral de Judá
fue Atalía, la hija de Acab y de Jezabel. Era la verdadera
personificación de toda la maldad de sus padres. Jezabel había
traído el veneno de Sidón y lo había inyectado en las venas de
Israel. Y ahora Atalía iba a trasvasarlo a las venas de Jerusalén.
Notamos en este relato que un rey de la casa de David, en vez de
aliarse con el profeta de Dios en el conflicto entre Acab y Elías,
se decidió en cambio a favor de la dinastía de Acab. Incluso
permitió a Joram, príncipe heredero que se casara con la hija de
Jezabel.
Si
Jerusalén no se hubiera ya apartado mucho del servicio de Jehová,
la llegada de Atalía y sus sacerdotes de Baal habría incitado una
reacción violenta en contra por parte del pueblo de Jerusalén. Pero
no ocurrió tal cosa. Al contrario, Atalía pasó a regir Israel en
el momento que fue hecha reina.
En
bastantes aspectos Atalía se parece a su propia madre Jezabel, y lo
que hizo Atalía en Jerusalén es similar a lo que había hecho
Jezabel en Jezreel, en Samaria. Aparecieron en Jerusalén templos a
Baal por todas partes. El tenor de vida de Jerusalén cambió
completamente. La mundanalidad prevalecía y los que temían a Jehová
tuvieron que partir de Jerusalén.
Pero
Jehová llamó a Jehú, el cual eliminó a la dinastía de Acab en
Israel y dio muerte al hijo de Atalía, Ocozías. En vista de ello
Atalía decidió exterminar a todos los otros hijos de Joram, su
esposo, posibles herederos del trono, y se puso ella misma al frente.
Milagrosamente
se salvó un hijo de Ocozías, Joás, que fue escondido en casa de
Josafat, una hija del rey Joram, mujer del sacerdote Joyada. Esta
mujer era hermana de Ocozías. Atalía reinó seis años. Después de
este tiempo Joyada proclamó rey a Joás. Atalía fue ejecutada y
todos los altares de Baal derribados.
Parece
no haber límites a la capacidad para el mal en una mujer con las
entrañas de Jezabel o de Atalías cuando no reconoce los límites de
su propia naturaleza humana, o rehúsa aceptar las limitaciones que
Dios ha establecido.
Preguntas
Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1.
¿Qué religión propagaba Atalía?
2.
¿Cómo procuró eliminar el temor de Dios?
3.
¿Cómo detuvo su mano Dios, y cómo ayudó a su pueblo?
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