La mujer que mostró
al Espíritu Santo como el Amigo
En medio de este
profundo silencio una voz dice: "¡Creo en los milagros!" y
comienza un nuevo culto de milagros con Kathryn Kuhlman.Su
ministerio, único, cambió el énfasis en el cuerpo de Cristo, que
pasó de la demostración externa de los dones al Dador de los dones:
el Espíritu Santo.Muchos han tratado de imitar su voz y sus
movimientos teatrales, pero sin resultado. Ella fue un ejemplo de una
persona que no temió pagar el precio de andar en el servicio de
Dios.
Por Roberts Liardon
Por Roberts Liardon
Kathryn
Johanna Kuhlman nació el 9 de mayo de 1907 en Misuri, Estados
Unidos. Y tenía catorce años cuando nació de nuevo. Durante su
vida relató muchas veces la historia de cómo respondió a lo que
parecía ser un llamado soberano proveniente en forma directa del
Espíritu Santo, no de ninguna persona. Ella venía de un trasfondo
"religioso", más que espiritual, por lo que las iglesias a
las que asistía nunca hacían llamados para recibir la salvación.
El padre de Kathryn estaba de pie en la cocina cuando ella llegó corriendo de la iglesia para compartir la buena noticia con él. Acostumbraba contarle todo. En sus propias palabras, se lanzó sobre él y le dijo: "Papá... ¡Jesús ha entrado en mi corazón!" Sin mostrar ninguna emoción, su padre sólo dijo: "Me alegro".
Kathryn recordaba que nunca estuvo realmente segura de si su padre había comprendido en verdad lo que le había dicho. Finalmente, la jovencita decidió asistir a la iglesia bautista a la que iba su padre, en lugar de la metodista a la que iba su madre. Aun entonces, ya tenía ideas propias.
El padre de Kathryn estaba de pie en la cocina cuando ella llegó corriendo de la iglesia para compartir la buena noticia con él. Acostumbraba contarle todo. En sus propias palabras, se lanzó sobre él y le dijo: "Papá... ¡Jesús ha entrado en mi corazón!" Sin mostrar ninguna emoción, su padre sólo dijo: "Me alegro".
Kathryn recordaba que nunca estuvo realmente segura de si su padre había comprendido en verdad lo que le había dicho. Finalmente, la jovencita decidió asistir a la iglesia bautista a la que iba su padre, en lugar de la metodista a la que iba su madre. Aun entonces, ya tenía ideas propias.
La
doncella evangelista
Una característica de aquellos que Dios usa en gran manera es que están dispuestos a dejarlo todo y seguir su dirección. En 1913, la hermana mayor de Kathryn, Myrtle, se casó con un joven y apuesto evangelista que estaba terminando sus estudios en el Instituto Bíblico Moody. Myrtle y Everett Parrott comenzaron un ministerio como evangelistas itinerantes. Aproximadamente diez años más tarde, en 1924, Myrtle y Kathryn persuadieron a sus padres de que la voluntad de Dios era que Kathryn viajara con ellos.
En ese momento, los Parrott tenían su base en Oregon. Habían
Una característica de aquellos que Dios usa en gran manera es que están dispuestos a dejarlo todo y seguir su dirección. En 1913, la hermana mayor de Kathryn, Myrtle, se casó con un joven y apuesto evangelista que estaba terminando sus estudios en el Instituto Bíblico Moody. Myrtle y Everett Parrott comenzaron un ministerio como evangelistas itinerantes. Aproximadamente diez años más tarde, en 1924, Myrtle y Kathryn persuadieron a sus padres de que la voluntad de Dios era que Kathryn viajara con ellos.
En ese momento, los Parrott tenían su base en Oregon. Habían
Kathryn Kuhlman
Kathryn Joanna Kuhlman (Concordia, Misuri, 9 de mayo de 1907 - Tulsa, 20 de febrero de 1976) fue una conocida y famosa predicadora y evangelista estadounidense. Hacia milagros por medio del poder del Espíritu Santo y decía pertenecer a la corriente del cristianismo protestante.
Kathryn Johanna Kuhlman, nació el 9 de mayo de 1907, en Concordia,
Missouri, Estados Unidos. De Padres alemanes, Joseph Adolph y Emma
Walkenhorst Kuhlman, ella fue la tercera de cuatro hijos: Myrtle, Eartl,
Kathryn y Geneva. Kathryn se convirtió al cristianismo en 1921, a los
14 años de edad, en una reunión de avivamiento celebrada en una iglesia
Metodista, en la que predico un evangelista bautista, el Rev. Hummel.Índice
En 1923, Kathryn terminó el décimo grado de bachillerato, que era el grado de educación pública disponible en la ciudad de Concordia. Su hermana Myrtle se había casado con un evangelista itinerante del instituto bíblico Moody, Everette B. Parrott; y les pidió a sus padres que permitieran a Kathryn acompañarlos durante el verano. Kathryn ayudaba en los servicios compartiendo su testimonio en las reuniones de avivamiento. Ella continuó con los evangelistas Parrott por cinco años, los cuales fueron influenciados por el Doctor Price, evangelista canadiense, quien les enseñó acerca del bautismo de Espíritu Santo, y como resultado iniciaron un ministerio de sanidad.
En 1928, en Boise, Idaho, tuvo Kathryn su primera posibilidad de predicar, el equipo de trabajo de aquella época estaba integrado por los Parrots, Kahtryn Kuhlman, y la pianista Helen Gulliford. Después Kathryn y Helen aceptaron la invitación de una iglesia pequeña para trabajar allí, Kathryn dirigía la predicación y Helen la música. Viajaron a través del Estado de Idaho y otras partes del país por los siguientes 5 años.
Después de predicar todo Idaho Kathryn y Helen fueron hacia Colorado, luego de una campaña de 6 meses en pueblo, llegaron a Denver. Un hombre de negocios, Earl F. Hewitt, se había unido a ella como administrador del ministerio. En ese año 1933 la depresión estaba en su punto más alto. Sin embargo, ella creía que si servimos a un Dios de recursos limitados, entonces estamos sirviendo a un dios equivocado.
Kathryn vivía por el principio de fe y confiaba en Dios, por eso dijo a Hewitt que fuera a Denver y actuara como se tuviera un millón de dólares, le dijo: “Ve a Denver y alquila el edificio más grande que encuentres. Consigue el mejor piano disponible para Helen. Llena el local de sillas. Manda a publicar un anuncio grande en el Denver Post y haz propaganda por radio, en todas las emisoras. Este es el negocio de Dios, y vamos a hacerlo a su manera ¡A lo grande!.
Hewitt le tomo la palabra y le siguió sus instrucciones. El lugar había sido un depósito de la compañía Montgomery Word. Las reuniones se prolongaron por 5 meses, durante los cuales se mudaron a otro deposito, un hombre se ofreció a dar un adelanto para un edificio que pudiera usar en forma permanente y que tuviera un gran cartel de neón que diría: “La oración cambia las cosas”. Dado que la respuesta a su ministerio era tan grande accedió a quedarse en Denver.
En 1935, un predicador llamado Burroughs A. Waltrip, de Austin, Texas fue invitado a predicar en el tabernáculo. Era un hombre extremadamente apuesto, ocho años mayor que Kathryn, pronto ambos descubrieron que había una atracción entre ellos. El único problema de este hombre era que estaba casado y tenía dos hijos pequeños. Kathryn como toda persona cometió el error de aparentemente ignorar las señales del Espíritu Santo en su interior, que le indicaba que esta relación era un error. Poco después de su primera visita en Denver, Waltrip se divorció de su primera esposa y dijo a todos que fue ella quien lo había abandonado.
Después de dejar a su familia, Waltrip se mudo a Mason City, Fowa, presentándose como un hombre soltero, e inicio un centro evangelistico llamado Radio Chapel. Se lo conocía como un evangelista dramático y escandaloso, y comenzó a emitir diariamente desde la capilla. Kathryn y Helen fueron allí para ayudarlo a reunir fondo para su ministerio.
Pronto la relación romántica entre Kathryn y Waltrip, a quien ella llamaba “Mister” se hizo pública. Helen y otros amigos de Denver trataron de persuadir a Kathryn de que no se casara con el apuesto evangelista, quizá Dios mismo le estaba hablando a través de sus amigos, pero ella insistía en que su esposa lo había abandonado, lo cual le hacía libre para casarse nuevamente. Kathryn decidió creer la historia que Waltrip contaba, pero mientras preparaban la boda, su corazón estaba totalmente turbado. No tenía paz en su espíritu. La mayoría de la gente dice que “Mister” no amaba a Kathryn en lo absoluto, lo cual no sabemos cual era el sentimiento correcto que Waltrip tenía hacia Kathryn. Pero dicen que lo que amaba era la capacidad que Kathryn tenía para atraer las multitudes y reunir fondos. Este hombre era bien conocido por su codicia y su estilo de vida extravagante.
Antes de la fecha decidida para el matrimonio en Mason City, Kathryn comento el tema con sus amigas, Lottie Anthony y Helen. Lottie Anthony recuerda que Kathryn dijo:”Es que no logró encontrar la voluntad de Dios sobre este tema.” Las mujeres trataron de convencer a Kathryn de que esperara y buscara tener paz en Dios, Pero ella no las escucho.(Dios nuevamente le estaba diciendo que no se casara).
Cuando los recién casados regresaron a Des Moines después de la ceremonia, Kathryn hizo algo extraño, después de registrarse en el hotel, se negó a quedarse con su nuevo esposo. Su amiga Lottie Anthony dice que ella se metió en el auto y se dirigió rápidamente al hotel donde ella y Helen se estaban hospedando. Kathryn se quedó en el cuarto de sus amigas, llorando y admitiendo que había cometido un error al casarse, y que pediría la anulación del matrimonio. Las tres mujeres salieron de Des Moines, esperaban explicar la situación en Denver. Pero la congregación no les dio oportunidad. Estaban Furiosos con Kathryn, no comprendieron que era humana y que como todos a veces también ella podía equivocarse.
Sueños destrozados la obra que Kathryn había construido tan diligentemente durante los cinco años anteriores se desintegró con rapidez.
Kathryn Kuhlman, la mujer que habían adorado como “Perfecta madona”. Era, en realidad, un ser humano sujeto a tentaciones. Ella fue una gran mujer de Dios, pero lo que la hizo grande fue el arrepentimiento y la decisión de actuar para recuperarse de su error, pero esto no se produjo de un día para el otro. Kathryn paso los siguientes ocho años en completo anonimato en lo que al gran ministerio se refiere. Pero a partir del momento en que tomo su decisión, Kathryn nunca se apartó del llamado de su vida, nunca se desvió de la senda en que Dios había trazado para ella.
Poco después de iniciar sus reuniones en el Gospel Tabernáculo (Pensilvania), comenzó un programa diario en la radio WKRZ en OilCity la voz de Kathryn comenzó a escucharse de nuevo. En esta etapa incorporo a su ministerio la oración por la sanidad divina. Al principio había tenido sus dudas, la confusión y los métodos de algunos predicadores no le gustaban a la predicadora, pero varios milagros sucedieron en su congregación, y finalmente se decidió a desarrollar un ministerio de sanidad.
Las cosas comenzaban a ir Bien para Kathryn, Al poco tiempo abrió su iglesia llamada “Templo de fe”, tras varios meses de prospero ministerio, la reclamo la iglesia de Pittsburg, pero ella no quería abandonar a su joven congregación, por lo que dijo la famosa frase:”Tendría que caerse el techo de Templo de Fe, literalmente, para que yo creyera que Dios quiere que me mude a Pittsburg”. Para su sorpresa, unos días después el techo se desplomó, debido a una gran acumulación de nieve, no importa tanto el motivo, lo importante era que Dios había tomado de en serio la palabra que ella dijo por decir y le estaba demostrando que esa era su voluntad. Kathryn se trasladó a su nueva iglesia. Ya que anteriormente en su programa de radio WKRZ en Oil City, la respuesta de la gente era tal, que sumo otra estación en Pittsburgh.
Repentinamente, en lugar de que la gente la acosara, Kathryn se vio inundada de correspondencia, la estación de Oil City finalmente debido prohibir a que la gente entrara al estudio, por que no se podía trabajar.
En esa época del fin de la guerra, el Espíritu Santo se movía para restaurar al cuerpo de Cristo por medio del don de sanidad. Las grandes campañas estaban al orden del día.
En ese momento Kathryn aun oraba principalmente para que las personas fuesen salvas. Pero también comenzó a imponer las manos y a orar a quienes necesitaban sanidad, ella no tenía la más minima idea en que esta área del ministerio le daría fama internacional.
A medida que su ministerio se desarrollaba, Kathryn comenzó a poner menos énfasis en la fe, y más en la soberanía del Espíritu Santo. En sus reuniones no había tarjeta de oración, ni carpas para los inválidos, ni largas filas de personas esperando a que ella les impusiera las manos. Kathryn nunca acuso de ser débiles de fe a los que no recibían su sanidad. Parecía que las sanidades se producían en todo el auditorio mientras la gente estaba simplemente en sus asientos, cuando ella predicaba, a veces solía hacer una pausa e inclinando su oído como escuchando lo que el Espíritu Santo le hablaba, decía:”En aquella parte alguien sufre de cáncer, levántese y reclame su sanidad” apuntando hacia un sector. Aunque hubo miles y miles de milagros, el mayor milagro para Kathryn, era que una persona naciera de nuevo. Como en tantas ocasiones inválidos de sillas de ruedas que habían nacido o que hacia varios años que estaba con ese problema caminaban hasta la plataforma sin la ayuda de nadie. Era común que los tumores se disolvieran, los canceres se Esfumaran, los ciegos vieran y sordos oyeran. Las migrañas eran sanadas instantáneamente, aun los huecos de los dientes eran rellenados por intervención divina. Seria imposible dar una lista de los milagros que se produjeron en el ministerio de Kathryn Kuhlman, lo que recomiendo es que lean uno de sus libros “Nada es imposible para Dios” donde detalla algunas sanidades de algunas personas específicamente.
Ella solía llorar de gozo al ver las miles de personas sanadas por el poder de Dios. Algunos recuerdan que las lágrimas caían hasta sobre sus manos.
También dicen que Kathryn lloraba al ver a las personas que se iban de sus cultos a un en sus sillas de ruedas o en enfermas. Nunca trato de explicar por que algunos recibían su sanidad, y otros no. Ella creía que la responsabilidad era de Dios. Le agradaba referirse a si misma como vendedora, no “gerente”. Cualquier cosa que la gerencia decidiera hacer, ella estaba obligada a hacer. Pero solía decir que esa era una de las primeras preguntas que le haría a Dios cuando llegara al cielo.
El último culto de milagros fue realizado en el auditorio Shrine de los Ageles, California, el 16 de noviembre de 1975. Cuando kathryn abandonaba el auditorio, una empleada de su oficina de Hollywood vio algo que nunca olvidaría. Mientras todos salieron del auditorio, Kathryn camino en silencio hasta el fin de la plataforma. Una vez allí, levanto la cabeza y recorrió lentamente con su mirada la planta alta de asientos, como si estudiara a cada uno, durante un tiempo que pareció una eternidad. Luego bajo la mirada hacia una segunda sección, siguió cada fila y cada asiento con su mirada, finalmente estudio detalladamente cada uno de los asientos de la planta baja. Solo podemos imaginar lo que pasaba por la mente de Kathryn: los recuerdos, las victorias, las sanidades, las sorpresas que Dios le había regalado, las risas, las lágrimas. ¿Seria posible que ella supiera que jamás volvería a pisar la plataforma? ¿Seria posible que en ese momento se estaba despidiéndose de su ministerio terrenal?.
Solo tres semanas después de día de noviembre, Kathryn agonizaba en el centro medico Hillcrest de Tulsa, Oklahoma, después de una operación de corazón abierto.
Entre las pocas personas que se les permitió la visita a Kathryn en el Hospital, estaban Oral y Evelyn Roberts. Cuando entraron al cuarto y se acercaron a su cama para orar por su sanidad, Oral recuerda que sucedió algo muy importante: “Cuando Kathryn se dio cuenta de que estábamos ahí para orar por su recuperación, extendió su mano como formando una barrera y las levanto hacia el cielo.” Evelyn Roberts miro a su esposo y dijo: “no quiere que oremos, quiere irse a casa”.
Kathryn Kuhlman fue un tesoro muy especial. Su ministerio fue pionero en llevar a nuestra generación al conocimiento del Espíritu Santo. Ella intento mostrarnos como tener comunicación con Él, y amarlo. Kathryn verdaderamente tenía la capacidad de revelarnos al Espíritu Santo como nuestro AMIGO. Por eso nadie puede cerrar este capítulo mejor, que ella misma: “El mundo me ha llamado tonta por haberle dado mi vida eterna a alguien que nunca he visto. Sé exactamente lo que voy a decir cuando este en su presencia. Cuando mire el maravilloso rostro de Jesús, tendré solo una cosa para decir: Lo intenté, entregué lo mejor que pude. Mi redención será completa cuando me encuentre frente a quien lo hizo todo posible”.
Libros de Kuhlman
- Kathryn Kuhlman, I Believe in Miracles Bridge-Logos Publishers; Rev Upd edition (October 1992) ISBN 0882706578
- Kathryn Kuhlman, Never Too Late Bridge-Logos Publishers (August 1995) ISBN 0882707205
Enlaces externos
- Fundación Kathryn Kuhlman - Oficial
- Find A Grave Entry
- Una biografía crítica desde une perspectiva protestante-evangélica.