viernes, 12 de octubre de 2018

Algunas veces necesitamos las tribulaciones en nuestra vida para hacernos madurar


 
 
 
 
 
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Cuando todo salga mal y ya intentaste todas las alternativas, no te desesperes…
 
 
 
 

Dios proveerá de una solución.
¡Los momentos difíciles no son eternos!

Son como tempestades, sólo duran un momento.
Mira hacia atrás y ve cuantas cosas peores ya pasaste y superaste.

Algunas veces necesitamos las tribulaciones en nuestra vida para hacernos madurar.
Cuando estés triste,
mira al cielo y fíjate. ¡Cuán grande es!

Si Dios fue capaz de crear el cielo, ¡Imagínate resolver tus problemas …
que son tan pequeños comparados con una obra tan grandiosa como es el cielo!
Haz como los atletas de las Olimpiadas.
Aunque no consigan llegar en primer lugar,
¡luchan por llegar hasta el fin!
Por lo tanto, no desistas de tus ideales.
LUCHA HASTA EL FIN,
NO DESISTAS
A LA MITAD DEL CAMINO,
DI: “¡YO VOY A VENCER!”
Si estuvieras triste, ¡llora!,
¡alivia el alma!
¡Jamás dejes que la tristeza
te venza!
Jesús dice:
“¡ALEGRATE! TEN BUEN ANIMO
QUE YO ESTOY CONTIGO!”
Ten amigos, nunca en cantidades, más bien en cualidades,
Busca amigos que te hagan crecer personal y espiritualmente.
Si no te hacen crecer …
¡¡¡APARTATE!!!
LAS MALAS COMPAÑIAS
¡HACEN PERDER LOS HABITOS UTILES!
¡TEN SUEÑOS!
Es en nuestros sueños que Dios nos revela su infinito poder.
¡NUNCA DEJES DE SOÑAR!
¡TEN OBJETIVOS!
¡Rema contra la marea!
En el recorrer de tu vida encontrarás personas que serán como “agua fría”
Dirán que eres incapaz … ¡que es imposible!
Dirán que aquello que tanto anhelas no es para ti.
¡NO DESISTAS!
EL DIOS AL QUE SERVIMOS
ES EL SEÑOR DEL UNIVERSO
Y ten la certeza que días mejores vendrán.
Y todo tiene un propósito en nuestra vida.
Nada es por casualidad.
ENTREGA TUS PASOS AL SEÑOR, CONFIA EN ÉL Y ÉL TE GUIARA.
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Luis Alberto García: 'Podrían dejar de edificarse hoteles' y construir calles 'decentes' en Cuba


Luis Alberto Garcia

El actor Luis Alberto García consideró que el Gobierno podría dejar de levantar hoteles y campos de golf y dedicar tal inversión a reconstruir las vías de la Isla de forma inmediata ante el deplorable estado en que se encuentran caminos y carreteras y el alto índice de accidentes de tránsito en la Isla.
García, muy activo y crítico con algunas cuestiones en las redes sociales, contó en un extenso comentario en Facebook el incidente que sufrió la semana pasada camino a San Antonio de los Baños y que pudo haberle costado la vida a él, a sus hijas y su pareja producto de un enorme bache en una carretera oscura que su viejo carro no pudo sortear.
"¿Por qué? ¿Por qué los ciudadanos de este país, peatones, pasajeros y choferes tenemos que estar expuestos a semejantes peligros en carreteras y calles que están en paupérrimo estado sin mínimas condiciones de seguridad para nuestras vidas? Por todo aquel monte no había un cartel de alerta, un mechón, una vela. ¿Por qué la familia cubana tiene que sufrir con más frecuencia de lo normal la pérdida o la mutilación de sus seres queridos en accidentes de tránsito?", cuestionó.
Se preguntó "¿cuántos recursos costosísimos y escasos emplea el sistema de salud cada vez que ocurre un accidente múltiple o individual provocado por el estado deplorable de la red vial?" y "¿cuánto le cuesta al erario público movilizar dirigentes, militares, representantes de organizaciones de masas y familiares de los damnificados cada vez que acontece uno de esos grandes accidentes?"
El protagonista de la laureada película Clandestinos quiso saber si "alguna entidad ha investigado seriamente cuánto invierte (el Gobierno de) Cuba en piezas de repuesto para el parque automotriz nacional o cuánto en tener que sustituir gran parte de ese parque porque no hay vehículo que soporte el mal estado de nuestras calles."
"Cuando se sucedían uno tras otro los accidentes de ferrocarril, se tomaron las medidas pertinentes y se solucionó el problema de las líneas férreas", dijo.
"¿Y las calles y carreteras para cuándo?", añadió Luis Alberto García.
"No siempre y no todos los choferes manejan en estado de ebriedad. La culpa no es solo del alcoholismo. ¿Me dirán que el gran culpable es el 'bloqueo imperialista'? ¿Otra vez?", manifestó.
En su opinión, y a riesgo de que le "arranquen la cabeza", "podría dejar de edificarse unos cuántos hoteles y campos de golf y otras chucherías por el estilo y darnos calles y caminos más decentes ahora, no en el 2030".
"Nos los merecemos. Seguimos aquí. Debe ser una decisión gubernamental", insistió.
También cuestionó que haya "esperar visitas de altos dignatarios para pavimentar bien y de forma duradera las calles que éstos incluyen en sus recorridos".
"¿Todo el pavimento se lo llevan las obras que con carácter estratégico se levantan hoy? ¿Vale más la impresión que se lleva un turista que la mala impresión de un nativo que ve durante años el mismo bache frente a la puerta de su casa con heces y orinas dándole al panorama un toque de color y aroma?", denunció.
El Nicanor de los cortos de Eduardo del Llano propuso que "si el Estado no puede asumir toda la red vial del archipiélago", entonces podría "licitar el arreglo de buena parte de la misma con cooperativas o cuentapropistas".
Los accidentes de tráfico son la quinta causa de muerte en Cuba, que el año pasado registró un siniestro cada 47 minutos, para un promedio de un fallecido cada 12 horas.
En el primer trimestre de 2018 estos incidentes se dispararon de manera alarmante en el país. La prensa oficial llegó a reportar hasta cinco siniestros en la misma semana.
En la Isla se han producido más de 4.400 muertes por esta causa desde 2012, de acuerdo con datos oficiales.

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10 mentiras que el mundo nos dice acerca del matrimonio



El matrimonio es tanto una bendición como también es una etapa de pruebas, algunas sencillas otras dificiles, pero al final, cada una tiene el potencial de acercar y reforzar el amor de la parjea así como glorificar y honrar a Dios. No te dejes caer en las trampas que te invitan a terminar tu matrimonio en cuanto llega cualquier dificultad. Por el contrario, busca a Dios y refugiate en el, pon ante su voluntad tu vida y la de tu cónyugue.

Sin libertad, la evocación del 10 de octubre es imposible León Padrón Azcuy, La Habana, jueves 10 octubre 2018 Hoy 10 de octubre del 2018 se cumplen ciento cincuenta años de la importante gesta de La Damaja¬gua. Proeza inolvidable en la historia de Cuba, por cuanto ese día Carlos Manuel de Céspedes –Padre de la Patria –dio la libertad a sus esclavos, iniciando así la guerra por la independen¬cia y libertad de los cuba¬nos del yugo colonial extranjero. Un empeño que tras un largo periodo insurreccional se consolidó en 1902 con la instauración de la República de Cuba. Tristemente, en enero de 1959, la Isla sucumbi-ría ante el sueño revolucionario de Fidel Castro, quien devino en dictador, tra¬yendo a la Isla caribeña una ideología, jamás conce¬bida ni por Céspedes, ni por ninguno de los padres fundadores de la Independencia de Cuba. El Manifiesto redactado por Céspedes, fechado en Manzanillo el 10 de octubre de 1868, increíblemente denota un escenario político, económico y social, si¬milar al que vive –ahora mismo– nuestra amada Cuba. La hipocresía del Gobierno cubano y todos sus acólitos se pone en evi¬dencia con la más miope lectura de este documento. "Nadie ignora que España gobierna la Isla de Cuba con un brazo manchado… teniéndola privada de toda libertad política, civil y religiosa…nadie puede pedir re¬medio a sus males sin que se le trate como rebelde, y no se le concede otro recurso que callar y obedecer… los cubanos no pueden hablar, no pueden escribir, no pueden ni siquiera pensar… Cuando un pueblo llega al extremo de degradación y miseria en que nosotros nos vemos, nadie puede negarle que eche manos a las armas para salir de un estado tan lleno de oprobio. La Isla de Cuba no puede estar pri¬vada de los derechos que gozan otros pueblos, y no pueden consentir que se diga que no sabe más que sufrir. A los demás pueblos inocente, ilustrado, sensi¬ble y ge-neroso. No nos extravía rencores, no nos ha¬lagan ambiciones, solo que¬remos ser libres e iguales como hizo el creador a todos los hombres". Luego de casi siglo y medio de aquel esfuerzo, el go¬bierno militar de Cuba, pisotea los derechos consigna¬dos en la Declaración Universal de los Derechos Hu¬manos. Y lo hacen con un absoluto descaro y sin el más mínimo arrepentimiento. La Declaración, un anhelo de la humanidad desde 1948, otorga –entre otras libertades- la de "opinión y expresión" y se aclara que ese derecho "incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de in¬vestigar y recibir información sin limitación de fronte¬ras". Pero en Cuba, según consta en la Constitución, los medios de difusión pertenecen al Estado, ¿quién entonces puede dar a conocer sus opiniones sin per¬miso del Go¬bierno? ¿Y quién se atreverá a disentir si el código penal prevé indistin¬tamente "desacato" con pena de cárcel, o en el mejor de los casos, el que se atreve hacerlo, la propaganda oficialista lo tacha de mercenario, pagado por una potencia extranjera? La imposición a la ciudadanía de una "concepción marxista leninista" que tenía como fin "formar a los nuevas generaciones en los principios ideo¬lógicos y morales del comunismo", ha estado más cerca del es¬clavo o del maniquí, que del pleno desarrollo de la personalidad. En silencio, la mayoría de los cubanos mandan sus hijos a las escuelas a recibir la "programada" educa¬ción, que diseñaron esos mismos que nos quitaron la libertad. Quienes no desaprovechan la oportunidad para adoctrinar desde la niñez bajo la óptica "socia¬lista" a nuestra juventud. Tarea recurrente, puesto que los maestros actuantes también fueron educados, enseñados y adoctrinados bajo el mismo precepto. Imposible será enseñar a nuestros hijos el recuerdo agradecido del 10 de octubre de 1968 mientras Cuba no sea verdaderamente libre. El fallecido disidente Osvaldo Payá dijo ante el Parlamento Euro¬peo: "Las tiranías no tienen color polí¬tico, vengan de donde vengan son una sola”. Si bien el tiempo de las armas y la violencia quedaron atrás, tal vez usted que me está leyendo dirá: ¿con qué lo vamos a derrotar? Ah! Esa pregunta se la hicieron al Mayor Ignacio Agramonte en un momento bien difícil de la guerra frente al poderío militar de España y la complici¬dad de todos los países de América. Un escenario muy parecido al de hoy. "¡Con la vergüenza de los cu¬banos"! Contestó. Vergüenza que es desasimiento de intereses persona¬les, vergüenza que es la repulsión de caminos tortuosos, vergüenza que es el débito irreducti¬ble a favor de la Patria. Y no más compromiso con el Castrismo, res¬pon¬sable de todos nuestros males leonpadron16@gmail.com @leonlibredecuba



Por: León Padrón Azcuy

Hoy 10 de octubre del 2018 se cumplen ciento cincuenta años de la importante gesta de La Damaja­gua. Proeza inolvidable en la historia de Cuba, por cuanto ese día Carlos Manuel de Céspedes –Padre de la Patria –dio la libertad a sus esclavos, iniciando así la guerra por la independen­cia y libertad de los cuba­nos del yugo colonial extranjero.
Un empeño que tras un largo periodo insurreccional se consolidó en 1902 con la instauración de la República de Cuba. Tristemente, en enero de 1959, la Isla sucumbi­ría ante el sueño revolucionario de Fidel Castro, quien devino en dictador, tra­yendo a la Isla caribeña una ideología, jamás conce­bida ni por Céspedes, ni por ninguno de los padres fundadores de la Independencia de Cuba.
El Manifiesto redactado por Céspedes, fechado en Manzanillo el 10 de octubre de 1868, increíblemente denota un escenario político, económico y social, si­milar al que vive –ahora mismo– nuestra amada Cuba.
La hipocresía del Gobierno cubano y todos sus acólitos se pone en evi­dencia con la más miope lectura de este documento. "Nadie ignora que España gobierna la Isla de Cuba con un brazo manchado… teniéndola privada de toda libertad política, civil y religiosa…nadie puede pedir re­medio a sus males sin que se le trate como rebelde, y no se le concede otro recurso que callar y obedecer… los cubanos no pueden hablar, no pueden escribir, no pueden ni siquiera pensar… Cuando un pueblo llega al extremo de degradación y miseria en que nosotros nos vemos, nadie puede negarle que eche manos a las armas para salir de un estado tan lleno de oprobio. La Isla de Cuba no puede estar pri­vada de los derechos que gozan otros pueblos, y no pueden consentir que se diga que no sabe más que sufrir. A los demás pueblos inocente, ilustrado, sensi­ble y ge­neroso. No nos extravía rencores, no nos ha­lagan ambiciones, solo que­remos ser libres e iguales como hizo el creador a todos los hombres".
Luego de casi siglo y medio de aquel esfuerzo, el go­bierno militar de Cuba, pisotea los derechos consigna­dos en la Declaración Universal de los Derechos Hu­manos. Y lo hacen con un absoluto descaro y sin el más mínimo arrepentimiento.
La Declaración, un anhelo de la humanidad desde 1948, otorga –entre otras libertades- la de "opinión y expresión" y se aclara que ese derecho "incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de in­vestigar y recibir información sin limitación de fronte­ras". Pero en Cuba, según consta en la Constitución, los medios de difusión pertenecen al Estado, ¿quién entonces puede dar a conocer sus opiniones sin per­miso del Go­bierno? ¿Y quién se atreverá a disentir si el código penal prevé indistin­tamente "desacato" con pena de cárcel, o en el mejor de los casos, el que se atreve hacerlo, la propaganda oficialista lo tacha de mercenario, pagado por una potencia extranjera?
La imposición a la ciudadanía de una "concepción marxista leninista" que tenía como fin "formar a los nuevas generaciones en los principios ideo­lógicos y morales del comunismo", ha estado más cerca del es­clavo o del maniquí, que del pleno desarrollo de la personalidad.
En silencio, la mayoría de los cubanos mandan sus hijos a las escuelas a recibir la "programada" educa­ción, que diseñaron esos mismos que nos quitaron la libertad. Quienes no desaprovechan la oportunidad para adoctrinar desde la niñez bajo la óptica "socia­lista" a nuestra juventud. Tarea recurrente, puesto que los maestros actuantes también fueron educados, enseñados y adoctrinados bajo el mismo precepto. Imposible será enseñar a nuestros hijos el recuerdo agradecido del 10 de octubre de 1968 mientras Cuba no sea verdaderamente libre.
El fallecido disidente Osvaldo Payá dijo ante el Parlamento Euro­peo: "Las tiranías no tienen color polí­tico, vengan de donde vengan son una sola”.
Si bien el tiempo de las armas y la violencia quedaron atrás, tal vez usted que me está leyendo dirá: ¿con qué lo vamos a derrotar? Ah! Esa pregunta se la hicieron al Mayor Ignacio Agramonte en un momento bien difícil de la guerra frente al poderío militar de España y la complici­dad de todos los países de América. Un escenario muy parecido al de hoy. "¡Con la vergüenza de los cu­banos"! Contestó.
Vergüenza que es desasimiento de intereses persona­les, vergüenza que es la repulsión de caminos tortuosos, vergüenza que es el débito irreducti­ble a favor de la Patria. Y no más compromiso con el Castrismo, res­pon­sable de todos nuestros males  
@leonlibredecuba