Juan Carlos Chavez
jcchavez@elnuevoherald.com
El más crítico de los sacerdotes católicos de Cuba, José Conrado Rodríguez, defendió el miércoles el derecho de un sector de la oposición interna a cuestionar la visita del Papa Benedicto XVI a la isla, aunque dijo sentirse confiado de que su presencia traerá esperanza y aliento al pueblo cubano.
“Cada persona tiene el derecho a tener su propia opinión”, sostuvo Conrado en una reunión editorial con periodistas y editores de El Nuevo Herald. “No me molesta, como católico y miembro de la Iglesia, que haya personas que piensan que el Papa no debe venir. No lo veo como una división, pero creo que la visita va a ser positiva y puede hacerle mucho bien a nuestro país”.
Recientemente, 750 opositores cubanos enviaron una carta al Papa advirtiéndole que su llegada a Cuba no sólo podría servir para legitimar al gobierno de Raúl Castro sino que hará poco o nada para mejorar la situación de las libertades individuales. El lunes, otro reconocido miembro de la oposición, Guillermo Fariñas, Premio Sajarov del Parlamento Europeo 2010, le solicitó al Papa que aborde la problemática cubana y salga en defensa del pueblo oprimido.
“Usted representa una alta autoridad moral en este mundo, si no puede hacerlo por los oprimidos, por favor posponga su viaje a nuestra Patria”, indicó la carta de Fariñas.
La visita papal, del 26 al 28 de marzo, coincide con las conmemoraciones por los 400 años del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, en las aguas de la Bahía de Nipe.
Conrado, de 60 años, ha denunciado consistentemente los ataques contra la disidencia y el clima de violencia imperante. En febrero del 2009 envió una carta abierta a Raúl Castro para reclamar cambios que pusieran fin a la grave situación de la isla. En septiembre de 1994, igualmente se dirigió al entonces gobernante Fidel Castro pidiendo espacios de discusión y la celebración de un referendo.
Consultado sobre el momento histórico de la visita papal, Conrado señaló que el pueblo cubano está viviendo tiempos de crisis y frustración, desesperanza e incertidumbre sobre el futuro. En ese contexto se mostró escéptico respecto al alcance de las reformas económicas de Raúl Castro.
“Creo que son lentas y un poco cosméticas. Deberían ir a niveles más profundos, en el nivel de las leyes, el reconocimiento de la competencia y el derecho de las personas y las instituciones. Hay que buscar niveles mayores de libertades y espacios para que la gente pueda luchar y trabajar por el bien común”, sostuvo Conrado, párroco de la Iglesia de Santa Teresita del Niño Jesús, en Santiago de Cuba, la segunda ciudad de la isla
Conrado agregó que la Iglesia ha redoblegado sus esfuerzos para tratar de mejorar las condiciones de vida de los más necesitados. Mencionó programas educativos y de caridad que antes estaban prohibidos.
“La Iglesia ha apostado a hacer una comunidad fiel, a compartir la suerte del pueblo y a tratar de paliar los problemas que la gente tiene a través de programas como Caritas, que desarrolla una labor constante y continua”, precisó. “Lo importante es que debemos tomar conciencia de nuestra responsabilidad, ayudar a los demás a tomar conciencia de la responsabilidad de cada uno y buscar los caminos para encontrar una salida hacia el futuro”.
Conrado también se refirió a la necesidad de alentar un diálogo transparente e inclusivo para la solución de los problemas.
“Cuando los problemas no se solucionan pasa como con las heridas, y cuando las infecciones son muy grandes pueden costar la vida del paciente. En una situación como la de Cuba sólo una actitud de diálogo y de respeto al diferente es fundamental”, dijo Conrado. “Siempre digo que hay que escuchar el clamor que viene de las entrañas del pueblo, y la respuesta a ese clamor debe ir en la línea de la reconciliación y el respeto a los derechos humanos, el reconocimiento de la dignidad de cada uno y la libertad”.
Conrado será trasladado en breve a El Cristo, un templo más pequeño, ubicado a unos 15 kilómetros de la ciudad. La orden sobre su nueva misión pastoral fue aprobada a mediados del 2011 por el arzobispo de Santiago de Cuba y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos, monseñor Dionisio García Ibáñez. Mientras tanto, Conrado continúa oficiando sus misas dominicales y realizando su misión pastoral en ocasiones bajo vigilancia de las autoridades.
“En nuestras celebraciones siempre hay personas que van a escuchar lo que decimos para después informarlo”, dijo. “Yo digo lo que pienso. No soy hipócrita, aunque esa diferencia pueda traerme algún tipo de problema o persecución”.
jcchavez@elnuevoherald.com
El más crítico de los sacerdotes católicos de Cuba, José Conrado Rodríguez, defendió el miércoles el derecho de un sector de la oposición interna a cuestionar la visita del Papa Benedicto XVI a la isla, aunque dijo sentirse confiado de que su presencia traerá esperanza y aliento al pueblo cubano.
“Cada persona tiene el derecho a tener su propia opinión”, sostuvo Conrado en una reunión editorial con periodistas y editores de El Nuevo Herald. “No me molesta, como católico y miembro de la Iglesia, que haya personas que piensan que el Papa no debe venir. No lo veo como una división, pero creo que la visita va a ser positiva y puede hacerle mucho bien a nuestro país”.
Recientemente, 750 opositores cubanos enviaron una carta al Papa advirtiéndole que su llegada a Cuba no sólo podría servir para legitimar al gobierno de Raúl Castro sino que hará poco o nada para mejorar la situación de las libertades individuales. El lunes, otro reconocido miembro de la oposición, Guillermo Fariñas, Premio Sajarov del Parlamento Europeo 2010, le solicitó al Papa que aborde la problemática cubana y salga en defensa del pueblo oprimido.
“Usted representa una alta autoridad moral en este mundo, si no puede hacerlo por los oprimidos, por favor posponga su viaje a nuestra Patria”, indicó la carta de Fariñas.
La visita papal, del 26 al 28 de marzo, coincide con las conmemoraciones por los 400 años del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, en las aguas de la Bahía de Nipe.
Conrado, de 60 años, ha denunciado consistentemente los ataques contra la disidencia y el clima de violencia imperante. En febrero del 2009 envió una carta abierta a Raúl Castro para reclamar cambios que pusieran fin a la grave situación de la isla. En septiembre de 1994, igualmente se dirigió al entonces gobernante Fidel Castro pidiendo espacios de discusión y la celebración de un referendo.
Consultado sobre el momento histórico de la visita papal, Conrado señaló que el pueblo cubano está viviendo tiempos de crisis y frustración, desesperanza e incertidumbre sobre el futuro. En ese contexto se mostró escéptico respecto al alcance de las reformas económicas de Raúl Castro.
“Creo que son lentas y un poco cosméticas. Deberían ir a niveles más profundos, en el nivel de las leyes, el reconocimiento de la competencia y el derecho de las personas y las instituciones. Hay que buscar niveles mayores de libertades y espacios para que la gente pueda luchar y trabajar por el bien común”, sostuvo Conrado, párroco de la Iglesia de Santa Teresita del Niño Jesús, en Santiago de Cuba, la segunda ciudad de la isla
Conrado agregó que la Iglesia ha redoblegado sus esfuerzos para tratar de mejorar las condiciones de vida de los más necesitados. Mencionó programas educativos y de caridad que antes estaban prohibidos.
“La Iglesia ha apostado a hacer una comunidad fiel, a compartir la suerte del pueblo y a tratar de paliar los problemas que la gente tiene a través de programas como Caritas, que desarrolla una labor constante y continua”, precisó. “Lo importante es que debemos tomar conciencia de nuestra responsabilidad, ayudar a los demás a tomar conciencia de la responsabilidad de cada uno y buscar los caminos para encontrar una salida hacia el futuro”.
Conrado también se refirió a la necesidad de alentar un diálogo transparente e inclusivo para la solución de los problemas.
“Cuando los problemas no se solucionan pasa como con las heridas, y cuando las infecciones son muy grandes pueden costar la vida del paciente. En una situación como la de Cuba sólo una actitud de diálogo y de respeto al diferente es fundamental”, dijo Conrado. “Siempre digo que hay que escuchar el clamor que viene de las entrañas del pueblo, y la respuesta a ese clamor debe ir en la línea de la reconciliación y el respeto a los derechos humanos, el reconocimiento de la dignidad de cada uno y la libertad”.
Conrado será trasladado en breve a El Cristo, un templo más pequeño, ubicado a unos 15 kilómetros de la ciudad. La orden sobre su nueva misión pastoral fue aprobada a mediados del 2011 por el arzobispo de Santiago de Cuba y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos, monseñor Dionisio García Ibáñez. Mientras tanto, Conrado continúa oficiando sus misas dominicales y realizando su misión pastoral en ocasiones bajo vigilancia de las autoridades.
“En nuestras celebraciones siempre hay personas que van a escuchar lo que decimos para después informarlo”, dijo. “Yo digo lo que pienso. No soy hipócrita, aunque esa diferencia pueda traerme algún tipo de problema o persecución”.