viernes, 2 de diciembre de 2016

La muerte del muy beatifico y perverso hacedor de revoluciones

 
Resulta que el sátrapa cubano ha muerto. Esta es la noticia y con ella  la confusión dentro y fuera de isla, que como isla al fin, está a merced de la maldita circunstancia del agua por todas partes[i]; es la confusión es el terror,  el algo más que no alcanzo a entender porque se habla de purificación colectiva y la palaba  me estremece. Nos sorprende a todos, la muerte del dictador nos lanza sin quererlo en esa eterna miseria que es el acto de recordar  y desnudar toda muestra vida, la que alcanzó y aun alcanza el tirano. El mismo que fue por tanto tiempo pueblo nación e historia, la de cada uno, y esto sin que no los propusiéramos. Todos con el rencoroso trabajo de recordar. Me niego a recordar, me niego a hacerlo parte de mi vida, me lo arranco si es que puedo de este corazón traspasado, exiliado y noble.
Todo un pueblo puede morir de historia, de engaños  y desesperanzas. Podemos asomarnos al  desconcierto ante la muerte esperada y real del tirano,  la celebración y el enojo. Pero no podemos dejar a un lado la cruel realidad de ser parte de un pueblo que se hace y se deshace, como nosotros mismos.
Cuando los impíos perecen hay fiesta[ii], como  ha ocurrido con el deceso de aquel al que le entregamos nuestra conciencia colectiva. Hay celebración e inquina, abundante adjetivación y obvia especulación de legado y sombras. Del muerto hoy dicen que fue desde un líder luminoso hasta una cucaracha, porque no faltan ditirambos y descalificaciones, estas últimas para  muchos bien merecidas.
También hay alabanzas, esas inclusos que vienen de los hijos de Dios que siempre buscan palabras para elevar, sin proponérselos, a los impíos a los altares. Hay la intención de encomendar  al finado a Jesucristo a ver que puede hacer. Difícil prodigar este cuidado a alguien que, victorioso y entrando a La Habana como re edición de la entrada a Jerusalén, con una población exultante que ya le había prodigado todos los honores en prolongado viaje desde el origen del país a la capital; se hacia dios hacedor y ejecutante del poder. Decimos difícil porque al llegar al poder, o hacerse de el, no faltaron voces que consideraron al sátrapa cubano en los tempranos años de la revolución como  “un instrumento en las manos de Dios para el establecimiento de su reino entre los hombres”. Solo que escogió a nuestra isla toda en peso y necesito de casi seis décadas para dejarla. Dejando un legatus, como ahora dicen tantos, para que su reino se consolide y de qué forma.
Cuando el sátrapa cubano llegó a la Habana (1959) nunca le faltaron lisonjas, pero esto de que era un instrumento en las manos de Dios, el todopoderoso, nos ponía a todo los cubanos en condiciones muy desfavorables, si no lo aceptábamos pues era como desafiar a Dios. Del muerto, en su momento se dijo: “…., está logrando en Cuba hoy –y que fecundará toda la América Latina– es precisamente aquello que Dios quiere para estos pueblos olvidados: una oportunidad nueva para vivir decentemente y con dignidad. Un Dios de amor –de un amor sin fronteras, como es el Dios de los cristianos– no puede desear menos que eso para sus hijos. Pero él requiere de “instrumentos” de “siervos”, para la realización de tan sublime tarea[1]. De que nos convirtió en instrumentos y en siervos no cabe la más mínima duda.
Astuto, manipulador y amigo de la noche, el déspota, viejo y probablemente enfermo.., como preocupado, invito, tal vez sorprendido por lóbregas reflexiones escatológicas, a un grupo de teólogos de visita en La Habana. No sabemos si lo escatológico sea en el sentido teologal o excrementicio, pues ambas definiciones se tocan. Fue entonces que el ladino personaje, inclinado sin duda a la  vaciladera y el despropósito, les pregunto a los teólogos ¿cómo entendían el Libro de las Revelaciones o Apocalipsis? También les preguntó sobre los derechos humanos, -siempre preocupado el autócrata sobre ellos-, y sobre la destrucción del medio, esto, quien dio cuenta de buena parte de la isla destruyéndola.
El teólogo allí presente pudo presentarle una síntesis de lo que significa el Libro de las Revelaciones al absolutista. Pero este como era usual, trajo a colación su ego desmedido y su inclinación por el choteo para asegurar que los jesuitas le habían enseñado mal, esta, la palabra revelada. En la tardía pero animada tertulia beatífica y a la altura de tan elevados conceptos del amor de Dios, la Fe, la vida y la justicia; conceptos que para el dictador tienen  significados muy especiales como parece…, es entonces que  el cierre le tocaba al taimado contertulio que dijo:”…. la fe es un asunto personal que tiene que nacer de la conciencia de cada persona. Pero el ateísmo no debe ser una bandera[2]. Esto dicho por el canallesco personaje que tanto pisoteó la libertad de conciencia e hizo del ateísmo una de sus banderas en la ya malograda revolución.
Hombre así, líder por antonomasia, venerado por tantos y merecedor de  consideración en tanto que es guía de muchos; excelencia de elevados propósitos y motivador de ideas y cometidos políticos de tantos. Habiendo incluso consideraciones de elevada mística en el personaje, atribuido por igual de creyentes en un Dios e incrédulos comedidos; es que me asalta la duda si debamos elevar a los altares al desalmado o dejarlo entre los mortales aun muerto.
¿Que como son los negocios del déspota con Dios ahora que ha muerto? es una pregunta que asalta a un prelado quien dedicado a temas tan complejos como el demonio, el exorcismo, la posesión y el infierno, se encarga de analizar lo que significa la muerte de tan infausto dictador y su andar de ignominias; y dice bien que “porque el juicio será sin misericordia para el que no ha mostrado misericordia (Santiago 2, 13).
Dice el prelado, quien en su certero y elegiaco artículo parece exorcizar al demonio que fue, “que al perniciosos líder Dios le dio 90 años a su alma para cambiar, para entender, para pedir perdón” y no lo hizo. Él que hizo un infierno de la vida de muchos, si ha entrado en el infierno, ahora sufre con los ojos abiertos. Él que siempre tuvo los ojos de su conciencia cerrados ahora ve. En el infierno o en las espantosas moradas de la purificación destinadas a monstruos como él, ahora ve, sufriendo... pero, por fin, ve. [3]

Acusado por algunos de haber condenado al muerto al infierno, el sacerdote tiene que volver a esgrimir argumentos que tratan de poner en contexto sus palabras; parece que a la progresía no le gusto que su héroe de mil batallas fuera situado a un paso del infierno. En un segundo artículo el autor bien dice:
Jamás he afirmado que esté en el infierno. Ni lo he dicho ni lo he escrito ni lo pienso. Sólo digo que, después de toda una vida repleta de acciones gravísimas, acciones que llevan a la condenación eterna, sin que nos conste su arrepentimiento en ningún momento de su larga vejez, ha afrontado el juicio inapelable y riguroso de Dios.
Como algunos se preguntan dónde está el difundo que más que su cuerpo ya en cenizas ahora va en andas por toda la isla en un acto de constricción de una nación en vilo. El exorcista, que debe ser, señala lo siguiente:
¿Dónde está ahora? Os lo voy a decir, porque os aseguro que lo sé: o está en el lugar donde hará penitencia y no saldrá hasta pagar incluso la última pequeña moneda (Lucas 12, 59), o está en el lugar donde ya no tiene que hacer ninguna penitencia, porque la sangre de Cristo no fue derramada por él y su nombre no se encontró en el Libro de la Vida.[4]
Para completar la traída relación entre lo religioso y el eximio difunto; viene a cuenta la afirmación de que este era la encarnación del espíritu del anticristo. Bueno no el anticristo sino algunos de los muchos anticristos que el autor del Libro de las Revelaciones aseguran que aparecerán en la última hora. [iii]
Una opinión da cuenta y afirma que gracias a Dios se murió y que hay “un anticristo menos”. Agrega:
Lo cierto es que con la muerte…., desaparece otro de los anticristos de turno, y con este hecho comienza a desaparecer su influjo maldito sobre nuestra sufrida isla. Tiempos de luz, libertad y prosperidad terminarán por imponerse a las densas tinieblas que con estos delincuentes en el poder tuvimos que sufrir por demasiadas décadas ya, con el valor añadido de extender los tentáculos de nuestra maldición sobre otras tierras….,”[5]
Esta rara deidad, tirano de enlodadas banderas, se nos hizo realidad prolongada en nuestra nación y en nuestras vidas. Como costra maloliente está apegada a nuestras conciencias y será muy difícil quitarnos esta  maléfica impronta. El perverso personaje se nos metía debajo de la piel; su influencia y desgobierno  fue una dedicación perniciosa de la nación toda.
Pero no hay razón para tanta  demonización, ni hay razón para que una nación toda eche mano a la culpabilidad y la flagelación. El sátrapa ha muerto, algo que era esperado; lo que aumenta las expectativas es el confuso panorama de una nación, aparentemente desecha en un  impreciso  escenario internacional;  que viéndose visitada por la muerte del líder , se aferra a una persistencia construida por el más prolongado oprobio; como nunca se ha visto en una nación moderna.
Hace una década cuando la noticia falsa de la muerte del tirano sorprendió a todos escribí lo siguiente…, ahora  cada palabra adquiere validez y actualidad:
Para los que piensas que la muerte del sátrapa promoverá cambios en Cuba, les digo que se equivocan. Los mensajes son claros y no hay contradicción en ellos. Ya se ha producido un proceso de sucesión ordenada, la continuidad de la dictadura y la ideología que le sirve de sustento está garantizada. Los principales funcionarios del régimen lo han declarado: hay y habrá continuidad, no transición. Las libertades que nos merecemos los cubanos, una vez más, han sido aplazadas.[6]
Todos miran el momento de elevados vuelos, ventilando ideas, análisis, llamamientos y esperanzas. Limitémonos al buen hacer de enterrar al sátrapa de una vez; olvido sanador resuelto y exorcizar el entramado social de la isla y del exilio. Comenzar por enterrar en todo el sentido del término el déspota que fue, des construir la revolución hasta que de ella solo queden las obligadas referencias en los tratados de historia. Para todos los cubanos, siempre que sea posible; superar la desesperanza y el abandono y caminar por los nobles senderos del combate y el consuelo.
No, no habrá el propósito de una tierra nueva y un nuevo cielo…, solo una patria digna donde podamos andar con entereza.
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jueves, 1 de diciembre de 2016

MUERTE DE FIDEL CASTRO


Teólogo: Castro 'ahora está solo, con su alma, en el reino oscuro de Satanás'
DDC | Madrid | 30 de Noviembre de 2016

"El tiempo se ha acabado para Fidel Castro. Ahora ya no hay poder sobre la tierra ni santo ni ángel que pueda otorgarle el perdón", escribió el famoso teólogo español José Antonio Fortea, según informa la Agencia Católica de Información (ACI Prensa).

"Ahora está solo, con su alma. Encerrado en la terrible prisión de su alma. En el reino oscuro de Satanás o en las prisiones inmateriales del lugar de purificación", sentenció el sacerdote.

Fortea, quien es especialista en el campo relativo al demonio, el exorcismo, la posesión y el infierno, publicó esta semana dos artículos en su blog, con el título "Elegía a Fidel Castro", que "condenan" al dictador a purgar sus pecados y vaticinan su final infernal.

"Él, que sentenció a tantos (…) ya no encontrará perdón ni en este mundo ni en el cielo", afirmó.

Señaló que es imposible saber si Castro está en una morada o en otra, pero sí hay una certeza: "la Justicia ha recaído sobre su pequeña y miserable alma".

Según Fortea, "Dios le dio 90 años a su alma para cambiar, para entender, para pedir perdón" y no lo hizo. "Él que hizo un infierno de la vida de muchos, si ha entrado en el infierno, ahora sufre con los ojos abiertos", afirmó.

"Ahora no le son de ninguna ayuda ni todas las manifestaciones multitudinarias en la Plaza de la Revolución que se puedan convocar en su honor ni todos los artículos que el diario Granma escriba loándolo ni todos los discursos del Partido que lo ensalcen hasta las nubes", sentenció.

El sacerdote señaló que Castro tuvo "una vida repleta de acciones gravísimas, acciones que llevan a la condenación eterna" y que "el juicio será sin misericordia para el que no ha mostrado misericordia".

Fortea dijo que no hay perdón para quien ha vivido "matando, persiguiendo a la Iglesia, torturando, robando y oprimiendo".

"Cada acción tiene sus consecuencias. Y hay acciones que tienen consecuencias eternas. Hay acciones que matan el alma. Hay actos que llevan al infierno", concluyó.

Las cenizas de Castro viajan hacia Santiago de Cuba

DDC | La Habana | 30 de Noviembre de 2016

El régimen comenzó este miércoles el traslado de las cenizas de Fidel Castro hacia Santiago de Cuba, donde serán inhumadas el domingo, en el Cementerio Santa Ifigenia.

El traslado durará cuatro días y hará a la inversa el recorrido de la "Caravana de la Libertad" encabezada por Fidel Castro en los primeros días de 1959.

Las cenizas salieron de la Plaza de la Revolución sobre las 7:00 de la mañana. El cortejo, según el recorrido publicado por la prensa oficial, pasará por todas las provincias excepto Pinar del Río, Artemisa y Guantánamo.

Las cenizas, que han permanecido lejos de la vista de los cubanos, en una sala del Ministerio de la Fuerzas Armadas (MINFAR) a la que solo habría tenido acceso la elite del régimen, viajan en una pequeña urna de cedro cubierta por la bandera cubana.

Según el diario Juventud Rebelde, los restos del dictador fueron sacados del MINFAR a hombros de dos jóvenes oficiales, y acompañados por su hermano Raúl Castro, su viuda, Dalia Soto del Valle, y sus hijos.

Durante el primer tramo del recorrido serán escoltados por los generales de Cuerpo de Ejército Leopoldo Cintra Frías, Joaquín Quintas Solá y Ramón Espinosa Martín, reportó la web oficial Cubadebate.




MUERTE DE FIDEL CASTRO

Los aliados del régimen arropan a Raúl Castro en el homenaje a su hermano

DDC | La Habana | 30 de Noviembre de 2016

Decenas de miles de personas participaron este martes en el "acto de masas" convocado por el régimen en la Plaza de la Revolución de La Habana para homenajear a Fidel Castro.

Mandatarios y representantes de gobiernos de varias regiones del mundo viajaron a la Isla para asistir a la ceremonia, parte de los nueve días de luto ordenados por el La Habana.

Raúl Castro cerró el acto. Pese al momento, se permitió bromear: "Para tranquilidad de todos, yo soy el último orador", dijo.

En su discurso, hizo un recuento de la importancia de Plaza de la Revolución como bastión del régimen durante más de medio siglo.

A la plaza "ha venido en estos días el pueblo, con una gran participación de los jóvenes, a rendir emocionado tributo y a jurar lealtad a las ideas y a la obra" de Fidel Castro, dijo el general.

Entre los asistentes al acto estuvieron aliados de La Habana como los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro; Ecuador, Rafael Correa; Bolivia, Evo Morales; El Salvador, Salvador Sánchez Cerén; Nicaragua, Daniel Ortega; Zimbabue, Robert Mugabe, y el expresidente de Uruguay, José Mujica, entre otros.

También los presidentes de Panamá, Juan Carlos Varela; México, Enrique Peña Nieto; Sudáfrica, Jacob Zuma; el primer ministro griego, Alexis Tsipras; los vicepresidentes de China, Li Yuanchao, e Irán, Majid Ansari, y el presidente de la Duma estatal rusa, Viacheslav Volodin.

Varios de los mandatarios asistentes pronunciaron discursos llenos de elogios al régimen y al fallecido dictador. Uno de los más emocionados fue Rafael Correa, quien incluso juró lealtad a las ideas de Fidel Castro.

"Por esas ideas seguiremos luchando, ¡lo juramos!", afirmó Correa recordando las palabras del compromiso que han estado firmando los cubanos desde el lunes en los puntos establecidos por el Gobierno en todo el país para rendir homenaje a Castro.

Correa dijo que el dictador "murió invicto" y criticó el embargo estadounidense.

"En una fortaleza sitiada cualquier disidencia es traición", afirmó utilizando una frase de San Ignacio de Loyola. De paso, arremetió contra el exilio anticastrista.

"Existe una Cuba del norte, allá en Miami, acechando permanentemente la Cuba del sur: la libre", añadió.

"Fidel está más vivo que nunca, más vigilante que nunca, más necesario", dijo por su parte Evo Morales

"Cuba es la revolución que el mundo sueña", afirmó el gobernante boliviano, un declarado admirador de Castro.

"¿Quién me enseñará, quién me reflexionará, quién me cuidará?", dijo Morales.

"¿Dónde está Fidel?", preguntó Daniel Ortega tres veces. El público le respondió "Aquí" y luego "Yo soy Fidel".

"Fidel está en estos muchachos y muchachas, en esta juventud; viene creciendo con los niños", dijo Ortega. "Está en la conciencia de ese gigantesco capital humano que forjó", agregó.

"¡Se desbordo La Habana de amor, de amor fideliano!", exclamó Nicolás Maduro.

"Pocas vidas han sido tan completas y luminosas. Fidel no se va, se queda invicto entre nosotros. Absuelto por la Historia grande de la patria", dijo.

Llamó a Fidel Castro "hijo de Venezuela" y agradeció su respaldo al chavismo.

Maduro dijo a Raúl Castro que cuente con el apoyo de Venezuela "hoy más que nunca".

El vicepresidente chino llamó a Castro "coloso de nuestra era".

"A pesar de la distancia que nos separa, hemos estado y estaremos unidos", afirmó el presidente de la Duma estatal rusa.

En la tribuna del acto acompañaron a Raúl Castro y sus visitantes la plana mayor militar y política del régimen, además de los cinco espías; Elián González y su padre; el presidente de la oficialista Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Miguel Barnet; el historiador de La Habana, Eusebio Leal, entre otros. En cambio, no se vio en las imágenes mostradas por la televisión a familiares de Fidel Castro.

Varios de los mandatarios mencionaron en sus discursos a la viuda del dictador, Dalia Soto del Valle, de la que los cubanos saben poco o nada.

El acto sigue a dos días en los que, según informes de prensa, dos millones de cubanos habrían acudido a rendir tributo al dictador en el Memorial José Martí, en la Plaza de la Revolución, y dependencias del régimen en puntos de todo el país.

La última "guardia de honor" en el Memorial José Martí estuvo encabezada por Raúl Castro.

Las cenizas del dictador, sin embargo, fueron mantenidas fuera de la vista de los cubanos, en la sala Granma del Ministerio de las Fuerzas Armadas, a la que solo habría tenido acceso la elite del régimen.

Este miércoles, el Gobierno iniciará el traslado de los restos del dictador hacia Santiago de Cuba, donde el día 4 de diciembre será enterrado en el Cementerio Santa Ifigenia.


MUERTE DE FIDEL CASTRO

Fidel Castro, una reliquia pueblerina

MAYKEL GONZÁLEZ VIVERO | Sagua la Grande | 30 de Noviembre de 2016

Hasta las localidades más remotas de Cuba ha llegado el funeral de Fidel Castro. En cada pueblo hay un estrado con la mochila de la Sierra Maestra, un póster de la Revolución hecha juramento, una guardia de honor y una guardia efectiva de policías uniformados o casualmente de traje civil, atentos a cualquier exceso de espontaneidad. El patriarca de la Guerra Fría se despide bajo custodia, de cuerpo ausente, sobre un jardín de flores armadas, tras un seto de picas.

Incluso los consejos populares, esas demarcaciones mínimas, han instalado sus pequeños altares. Sin el homenaje de las escasas flores, estos últimos relicarios no prescinden de custodia. Cuba recibió la orden de plañir finalmente, y se espera que llore con deseos, estimulada por el aguijón de las bayonetas. Los sucesores no confían en el pueblo cubano que fue arcilla en las manos del ilustre difunto. Les parece deleznable: es decir, barro que se deshace. La orden de plañir se emitió con reglas: hasta las diez de la noche, al pie del estrado, sin mirar atrás.

"Puedes fotografiar solo de este lado", advierte un policía de traje casual. El salón tiene los dos rostros del dios Jano: el estrado del homenaje mira al pasado; frente a los espejos prohibidos, donde la Seguridad del Estado vigila la cola de dolientes, empieza el futuro. Ha muerto Fidel Castro, pero la nación policial vive. Y acaso consolide su vocación ahora que el Gran Policía ha roto su bastón de rondas.

En Caguaguas, un pueblo rural del norte de Villa Clara, el duelo se reduce a un policía inofensivo, sentado frente al álbum de las firmas. "Todo ha transcurrido en orden", comenta, "vinieron los centros de trabajo, las escuelas".

Como cada movilización política permitida a los cubanos, el funeral transcurre según un programa rígido: ahora los estudiantes, luego los médicos, más tarde los obreros; ahora los niños, luego los viejos, más tarde los jóvenes.

Todos firman que la Revolución es sentido del momento histórico, cambiar todo lo que debe ser cambiado, igualdad y libertad plenas, etc., aquello que el patriarca improvisó y millones han jurado cumplir solo si es subtexto. El concepto en sí mismo no vale nada y a nadie se le ocurriría luchar por él. Cobra sentido solo cuando se aplica a un escenario, a un modelo mental. A la obediencia que te sugiere firmar y leer luego, como la gente de Quemado de Güines: "Firmado está, ya lo leeré". Los pueblos, como se ve, resultan tan provincianos como La Habana. Y por momentos se hacen más provincianos, para imitar mejor a La Habana.

El kitsch del juramento no leído, sin embargo, contiene segmentación. Como si a los administradores sobrevivientes les fuera la vida en mantener algo distantes a los cubanos que viven donde quieren, de los cubanos forzados a la insularidad. "Si usted es cubano residente en el extranjero, le dejamos firmar las condolencias, pero no el juramento".

Fuera de los funerales, los pueblos no tienen ni dónde emborracharse de desesperación. Los pocos bares se enlutaron como dictan las normas del duelo. En casa alguno bebe la cerveza que congeló hace semanas, despacio, para que dure. Cada tienda comunicó antier la ley seca: "No se venden bebidas alcohólicas. Duelo nacional".

El funeral transcurre con cierta ternura. Tanto joven se ha ido que esa rotunda muchedumbre de los parques, los viejos, piensa en Fidel como metáfora de su juventud, piensa en la década de 1960 como la última década optimista del mundo, piensa en Estados Unidos como el amado y necesario enemigo que Obama les quitó y Trump les ha devuelto junto con la muerte del viejísimo líder, piensa un poco nada más, se rinde a la emoción de lo perdido, y siente, solo por un momento, que podría llorar.



SOCIEDAD

La muerte de Fidel Castro vista por turistas

YUSIMÍ RODRÍGUEZ LÓPEZ | La Habana | 30 de Noviembre de 2016

La muerte de Fidel Castro ha dejado a los cubanos sin transporte público, sin programación televisiva, sin música y sin bebidas alcohólicas por nueve días. ¿Y a los turistas?

El sábado, un taxista contaba que el viernes había llevado a unos turistas a la discoteca, y que a eso de las 12:00 de la noche llegó la Policía y sacó a todo el mundo. "Los tipos estaban berreadísimos".

Una joven española que vive en Cuba y acababa de recoger a su madre en el aeropuerto, empezó a temer por el éxito de unas vacaciones largamente planeadas, con fin de semana en Varadero, incluido.

"Mi madre no venía desde 2002 y reservé en un hotel para ir a Varadero el fin de semana. ¿No van a tocar las orquestas?"

Craig, un joven de 31 años, de Gales, ha estado en Cuba por poco más de una semana. Se hospeda en un hotel de cinco estrellas en Varadero y dice sentirse muy bien.

"El show del sábado se canceló, pero el domingo hubo algo que parecía ópera, y los artistas estaban vestidos todos de negro. Fue todo muy solemne".

Cree entender lo que siente el pueblo de Cuba en estos momentos, e incluso quisiera haber podido presentar sus respetos, de alguna forma, a Fidel Castro.

"Sé de la Guerra Fría y que él fue un líder muy importante. Mis condolencias para el pueblo de Cuba", dice y regresa al ómnibus que lo llevará a su hotel en Varadero, donde disfruta servicio de habitaciones y no hay restricciones para consumir alcohol.

En los hoteles, los extranjeros pueden ordenar bebidas alcohólicas, pero una colega cuenta que a los cubanos se les ha prohibido la entrada.

Esa práctica, normal en los 90 y principios de este siglo (pese a violar la Constitución), había desaparecido en 2008. Pero ahora el personal de los hoteles no tendría explicación lógica para servir alcohol a los extranjeros y negarlo a los cubanos.

Jordi y María, de Barcelona, 39 y 35 años, respectivamente, no se hospedan en un hotel, sino en una casa particular. Llegaron el domingo por la noche. Supieron del fallecimiento de Fidel Castro en Barcelona.

"Allá nos dijeron que aquí todo estaba normal, que la gente estaba más bien indiferente", afirma Jordi.

María, aunque hasta ahora le gusta mucho Cuba, esperaba música. "Cuba es famosa por eso".

No entienden lo que está sucediendo. Jordi afirma que en su país, si muere un jefe de Estado, no se decretan nueve días de duelo.

"Se trata de un político que hace el trabajo de dirigir, por un tiempo; cuando muere, es una persona más que murió", dice María. "También, nos gustaría que la gente aquí nos dijera qué piensa en realidad. Creemos que en Cataluña los partidos de izquierda lo tenían [a Castro] algo idealizado".

Hans y Gisela, dos viajeros alemanes de casi 60 años, también quisieran saber qué piensa la gente.

"Vimos a toda esa gente en la Plaza [de la Revolución] y no parecía que estuvieran obligados, pero no pudimos hablar con nadie", cuenta ella.

Son de la Alemania occidental y, antes de la caída del Muro de Berlín, vieron a muchos alemanes huir de la llamada Alemania democrática. No se sienten afectados por la falta de música y de bebidas alcohólicas en los locales.

Pero Uriel y Polo, de 21 y 22 años, sí están decepcionados. Al enterarse de la muerte de Fidel Castro y el "duelo nacional", pensaron posponer el viaje. En La Habana han chocado con que no hay fiestas, música, "nada divertido que hacer, y no puedes comprar ron ni cerveza".

Uriel dice que si en México muere alguien famoso, se hace un homenaje, pero no un duelo nacional.

Polo asegura conocer el significado de Fidel Castro y no considera el duelo exagerado. Ambos tienen curiosidad por lo que piensa el pueblo, sobre todo los jóvenes, si de verdad quieren mantener el sistema.

"Conocimos a uno hoy y dice que quiere un cambio".

Los dejo a la entrada de la calle Obispo con caras aburridas. En los locales estatales a lo largo de esa calle no se despachan bebidas alcohólicas.

"No alcohol", dicen los camareros a los extranjeros. Pero en los establecimientos privados del Callejón del Chorro, se venden cervezas y tragos. "Nadie nos ha dicho que no se puede", dice una empleada.

También en el restaurante La Mina, propiedad del Estado, se venden cervezas y cócteles. Quizá por eso está más lleno de turistas que el resto de los negocios estatales. Y, entre los turistas, hay algunos cubanos afortunados… por enterarse de que aquí podían tomar cerveza, si tienen dos CUC para pagar una.


MUERTE DE FIDEL CASTRO


SOCIEDAD

A cinco 'fulas' los periódicos dedicados a la muerte de Castro
MARITZA BETANZOS | La Habana | 29 de Noviembre de 2016

Algunos usuarios suscritos a Granma y a Juventud Rebelde no recibieron sus periódicos este lunes, pero en las esquinas de Obispo, uno de los boulevares más transitados por turistas, se vendían a cinco CUC los ejemplares de las ediciones dedicadas a la muerte de Fidel Castro.

"Los yumas empezaron pagando dos por cinco", dice Michel que vive de lo que puede "raspar", y sigue actualizando la cotización del periódico en la bolsa negra: "ya hoy dan cinco fulas por un solo periódico".

De repente en la zona la venta de diarios ha dejado de ser un trabajo exclusivo de mendigos y ancianos para ser realizado por jóvenes y "jineteros".

"La gente sabe como sacarle partido a todo, niña", dice una centrohabanera que intenta negociar con uno de los vendedores de prensa improvisados.

En algunos lugares, la capital intenta volver a su rutina habitual, aunque sin música, sin venta de bebidas alcohólicas y con puntos para firmar el juramento de lealtad al concepto de Revolución de Fidel Castro.

Otra cosa es la Plaza de la Revolución, donde se rinde homenaje al dictador, y sus alrededores.

"Hay gente que va porque realmente lo siente, hay quien va por curiosidad y están los que van porque no les queda más remedio", analiza Fabián y observa cómo al principio "todo parecía muy espontáneo", pero ahora "ya hay guaguas que salen de los centros de trabajo y gente con pullovers impresos para la ocasión, y eso de espontáneo no tiene nada".

"Ya empezaron a quitar guaguas de todas partes", dice una señora qua ha llevado a su nieta a "rendir homenaje".

"A quien le coja la noche en la calle…" Y no le falta razón. En horarios de la mañana del lunes el transporte público parecía "estar bueno", pero a partir de las 5:00 de la tarde las paradas eran "un infierno", como ella las describe.

A Maydelín le han dicho que este martes no lleve a su hija a la escuela para que los maestros puedan ir a la plaza, aunque el lunes "tampoco tuvo clases", puntualiza.

En el patio de la Asociación de Artesanos de Cuba, ante la letanía de la televisión, que tiene toda la programación dedicada a Castro, un artesano exclama a media voz: "Ay, como lo quise, ¡pero que lo acaben de enterrar, coño!".

Pero la gente se pregunta, ¿Por qué no hay cuerpo? ¿Por que no hay cenizas? ¿Por qué son nueve días?

Hasta el martes por la mañana, las cenizas de Castro permanecían en una sala del Ministerio de las Fuerzas Armadas, lejos de la población.

Los detalles del luto reavivan las especulaciones religiosas
"¿Viste qué casualidad? Hay que esperar nueve días, como con todo santero", dice Jessica que le dijo su madre, quien tiene coronado Oshún hace más de 20 años y siempre ha sostenido, como otros tantos, que Fidel tenía hecho santo.

"A los santeros no se les crema y hay que esperar un tiempo necesario para, al final, hacerle el desayuno y el Oro al Eggun", aclara un babalawo que prefiere hacerse llamar por su oddun de Ifá, Obbara Meyi. "Pero ese espíritu ya debe de haber pasado por el Ituto, que es la ceremonia en la que se le da camino a los santos del iniciado, donde se rompe la tinaja del río, la misma que recibió el día en que se coronó", señala.

Obbara Meyi, como otros, recuerdan el recorrido por África que hizo Fidel Castro en los 70.

Una vieja santera lo recuerda vestido de blanco y rodeado de babalawos en Nigeria.

"Dicen que es hijo de Oddua, por eso le hicieron Obatalá porque, de los 16 caminos de ese Orisha, Oddua es el más viejo, pero eso son solo especulaciones porque él todo lo ha llevado en el más absoluto silencio".

Otro santero comenta: "Se dedujo que era Oddua porque en la ceremonia que recordamos que se le hizo en África había elefantes, además de las piezas que se dice que él tiene".

"Si realmente le hicieron santo allá, en Nigeria, o en el Congo, el proceso de coronación fue diferente, muchas cosas son secretas pero, por ejemplo, se sabe que en África se pinta todo el cuerpo, en vez de solo la cabeza, como hacemos nosotros aquí", añade.

"Imagínate si es fuerte, que Oddua es el capataz de los muertos", dice una Iyabó, "y así nos ha tenido a todos, como muertos vivientes".

Para concluir Obbara Meyi recomienda a su pueblo religioso salir a la calle con la cabeza cubierta, porque "ese espíritu anda por ahí y allá a quien se le encarne".

En el ambiente religioso hay quien ni siquiera habla del tema porque "la religión no se los permite" o porque "en algún momento, cuando salieron letras del año en que se podía hacer ebbo para que el pueblo se quitara al dictador de encima, la Seguridad del Estado vigiló y persiguió a quien se atreviera a comprar más de un ingrediente mágico", recuerda otro babalawo que ni siquiera quiere dar sus señas religiosas.

Casi todos los religiosos consultados coinciden en que "lo único que ellos no han podido calcular", aunque lo parezca, "es el día 4 de diciembre como último día de las ceremonias".

"Quién sabe, a lo mejor quien nos hizo el favor fue el Cabo, Changó, y el novenario. Lo cuentes como lo cuentes, cierra el 4 de diciembre por eso", dice la vieja santera.

También hay quien cree que "nunca sabremos donde está realmente enterrado el cuerpo".

"¿Tú te imaginas el poder que puede llegar a tener el que se robe uno de esos huesos?", dice un hijo de Elegua. "Y, como hay gente para todo, hasta con el polvo de la incineración se puede hacer tremenda brujería".


MUERTE DE FIDEL CASTRO

El largo adiós
FRANCISCO ALMAGRO DOMÍNGUEZ | Miami | 30 de Noviembre de 2016

Los cubanos de hoy recordarán para siempre el día en que supieron que Fidel Castro había muerto. Podrán acordarse de dónde estaban, qué hacían, quién les dio la noticia. Es un impacto emocional solo comparable con la muerte de un familiar cercano o el nacimiento de un hijo. Tal ha sido la influencia de un hombre, para bien, para menos bien y para muy mal en la vida de más de tres generaciones de cubanos. Una presencia-ausencia que tardara muchos años en tomar la forma real de un adiós definitivo cualquiera, intrascendente, nimio.

Por eso, más allá de hacer cenizas del dictador caído, para algunos lo más importante es cómo vamos a procesar esta pérdida —en el sentido más estricto de su ausencia física—, y qué caminos puede tomar una futura reconciliación de cubanos tras la desaparición, no solo del símbolo vivo que ya era bastante, sino de toda la mitología que ha empezado a crearse para hacerlo más inhumano de lo que ciertas personas creen fue en vida.

Tomemos pues el siempre socorrido proceso de duelo de Elisabeth Kluber-Ross como modelo. En la primera fase nos advierte la psiquiatra norteamericana que la frase suele ser "Esto no puede estar pasando". Hay una negación del hecho. Las imágenes desde La Habana hablan por sí solas.

Muchos cubanos de la Isla aún pudieran sentir "los latidos de la ausencia" de que hablara Lezama. Aún más porque no hay cuerpo, solo cenizas —en exclusiva en el Salón Gramma de las FAR—. A algunos pudiera parecerles que el "Comandante" resucitará en unas reflexiones póstumas o una fotografía con invitados de ocasión.

También el exilio niega la muerte a su manera: festejando. No es que no haya razones en algunos para hacerlo, es que "esto" no se ha acabado. No, después de la fiesta, puede venir la tristeza. Así que como dice Sur Caribe, "después de la conga, vaya pa’l trabajo".   

Tras el impacto y la negación vendrá la eclosión de emociones. Tardarán solo semanas en que dentro Cuba hayan voces culpando al General-Presidente del desastre económico-social, y la frase que recorrerá la Isla podrá ser "si el Comandante estuviera vivo esto no pasara".  Puede ser un momento de extrema tensión interna, sobre todo si coincide con la anunciada política de Trump de dar y recibir a cambio.

También en el exilio se alzarán voces para exigir más presión sobre La Habana, porque la ira se dirigirá contra el gabinete recién electo, no contra el desaparecido culpable.

La tensión puede escalar a niveles nunca antes vistos. Y aquí vendría la fase de negociación. De otra manera, lo que aún llaman revolución será historia, y esto podrá ser tan pronto como en el primer semestre del próximo año. 

Aunque la trasmisión de poderes y controles sobre los cubanos de la Isla ha sido efectiva y eficaz, la ausencia del símbolo es, para ese sistema en particular, no contingente. Ya no existe nadie en Cuba que pueda entrar a la Universidad de La Habana y decir "Armas, ¿para qué?"; ni  apearse en medio del Malecón y revertir la protesta a su favor. Del lado de acá, el nuevo gobierno no puede permitir otro éxodo masivo, ni seguir la línea de crédito de Obama.

Rendidos ante inevitable negociación con el enemigo, quienes todavía creían en el espíritu salvador del Máximo Líder comenzarán a verle sus sombras; el peatón cubano estará triste, desesperanzado, excesivamente crítico. Así lo enseña la historia. Todo refuerzo del mito logrará el efecto contrario. Ya sucedió con Mao, Franco, Stalin. Y la negociación en esta orilla podría traerle nuevos conflictos a la administración electa pues aceptar que el régimen estará allí a pesar de haber desaparecido la razón de todos los males, es deprimente.

Por último, la imagen del Máximo Líder comenzará a diluirse, a olvidarse tanto discurso, tanto sudor y lágrimas de la desgracia vivida cuando a la mesa y al alma de la Isla regrese la abundancia material y espiritual. Ya no se le amará ni se le odiará por el cubano que vive en la Isla. Porque lo que se deseará —y se lucha por eso—, es olvidarlo a él y a todos los demás; dar de comer a sus hijos, educarlos, mantenerlos saludables y de vez en cuando hacer una fiestecita donde "esté prohibido hablar de política". 

Y en el exilio ya no se hablará tanto del tirano y sus fechorías, ni de sus fusilamientos y sus presos. Eso pasó hace mucho tiempo. No se olvida, pero no es importante. No pueden los cubanoamericanos detenerse en esas boberías porque pierden el ferry o el avión que sale o viene de Cuba cada media hora; no hay que enseñar pasaporte cubano ni ir cargado como una mula. Se va y se viene en el día con la ropa y el corazón que se tiene puesto.

Olvidados están, en el patio de la casa de Hialeah o de La Habana, aquellas banderitas cubanas que recuerdan el día en que supieron que Fidel Castro había muerto.              


OPINIÓN
Días difíciles
FERNANDO DÁMASO | La Habana | 30 de Noviembre de 2016

Pasados estos nueve días, declarados de duelo nacional, y obligada la población de todas las edades a guardar luto mediante prohibiciones de todo tipo, y a firmar un compromiso de lealtad que pronto se olvidará y muy pocos cumplirán, la vida en la Isla, ahora totalmente paralizada, deberá echar a andar. La interrogante es ¿qué sucederá?

Sin lugar a dudas, se avecinan días difíciles, tanto para quienes gobiernan como para los gobernados.

El presidente, ya sin la protección d
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DDC hoy

30 de noviembre de 2016, 20:20
Para: alianzacristiana777@gmail.com
El presidente, ya sin la protección del "líder histórico", y con años de fracasos a su haber mediante lentas y tímidas reformas, deberá tratar de convencer a quienes lo rodean (y a quienes lo cuestionan) en
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miércoles, 30 de noviembre de 2016

"2017 es un año estratégico en el reloj profético de Dios"



                                         
Nathan Shaw, Dunedin, Nueva Zelanda

2017 es un año crucial para los planes de Dios. Habrá cambios significativos y dramáticos, pero esto será un principio, no un fin. Las transiciones generalmente causan sacudidas. Estas sacudidas no deben perturbarnos. Mas bien debemos entender el panorama general. Cuando Israel fue liberado de Egipto, se produjo una convergencia de tres realidades:

1.) El reloj del tiempo profético de Dios.
2.) Una medida completa de iniquidad.
3.) Un clamor por la libertad.

La liberación de Israel de Egipto y su conquista de la Tierra Prometida dependían de la convergencia de estas tres realidades. Estas mismas realidades convergerán en 2017.

El reloj del tiempo profético de Dios

Dios tiene un reloj de tiempo profético para las naciones. Él es un Dios que planea las cosas con antelación.  Él establece los marcos de tiempo para el futuro, y después prepara estrategias para hacer cumplir Sus fines. Si imaginamos un tablero de ajedrez, Dios no sólo está moviendo sus piezas, sino que Él es dueño del tablero. ¡El enemigo no puede crear estrategias superiores a las de Dios!

En Génesis 15, Abraham tuvo un profundo encuentro con Dios. Durante este encuentro, Abraham pudo ver el reloj del tiempo profético de Dios. En primer lugar, Dios informó a Abraham que los israelitas iban a ser esclavos en Egipto. Pero entonces, agregó un detalle curioso: en 400 años Dios iba a rescatar a los israelitas de los egipcios (Génesis 15:13-14, 14, Éxodo 12:40-41, Hechos 7:6). Una vez que fueran libres, ellos iban a heredar la Tierra Prometida.

Abraham tenía la certeza de que lo que Dios había planeado realmente llegaría a pasar. Durante los 400 años en Egipto los israelitas se multiplicaron grandemente en número. Esto fue parte de la maniobra estratégica de Dios. Israel se convirtió en un gigante durmiente que se despertó de su sueño, incapaz seguir quieto. 2017 es un año estratégico en el reloj profético de Dios

Una medida completa de iniquidad

Un segundo dato fascinante revelado a Abraham en su encuentro de Génesis 15 con Dios fue el siguiente: la iniquidad de los amoritas todavía no estaba completa. Dios no juzga indistintamente. A pesar de la maldad de los amoritas y los otros habitantes de Canaán, Dios no los iba a juzgar hasta que su iniquidad alcanzase cierto nivel (Génesis 15:16, Levítico 18:24-25).

Cuando Israel finalmente conquistó la Tierra Prometida, la iniquidad de los habitantes había alcanzado su medida completa. Este principio también se aplicó al juicio de Dios contra los egipcios. Cuando la iniquidad alcanza cierto nivel, Dios la interrumpe.

2017 es un año durante el cual muchas montañas de iniquidad serán interrumpidas.
Un clamor por la libertad

Un tercer elemento estratégico para que los propósitos de Dios fuesen satisfechos era el clamor por la libertad que vino de los israelitas mismos (Éxodo 2:23-25, 3:7-9, Números 20:16, Deuteronomio 26:7). Israel fue sometido a la cruel opresión de los egipcios. Clamaban por la libertad con un anhelo desesperado. Israel estaba encerrado en una prisión de esclavitud.

Como pueblo del pacto de Dios, estaban destinados para la libertad, no el encierro. Muchos en la Iglesia están hoy encerrados por la esclavitud a la condenación, la culpabilidad, el temor y la pobreza. Dios ha oído el grito de estos cautivos. Viene una época en que el pueblo de Dios ya no puede tolerar el lugar pequeño del encierro en el que se encuentran.
2017 es un año en que el grito por la libertad del pueblo de Dios llegará a ser imparable.
Dos niveles de libertad

La liberación de Egipto y la conquista de la tierra prometida revelan dos niveles distintos de libertad. El primer nivel implica libertad de la esclavitud. El segundo nivel implica poseer nuestra herencia. Ambos niveles entrañan un ferviente deseo de libertad.

La liberación de Egipto acabó con la esclavitud externa de los israelitas. El viaje a través del desierto tenía el fin de darles la libertad de la esclavitud interna. La mentalidad de esclavitud y pobreza persistieron incluso después de que fuesen liberados de Egipto. Solamente aquellos que claman por la libertad de estas formas de pensar podrán después conquistar y poseer su herencia completa. En este momento hemos de hacernos dos preguntas estratégicas:

*¿Deseo ser libre?
*¿Cuánto deseo ser libre?

2017 es un año en el que muchos "saldrán de Egipto". Habrá un aumento dramático del evangelismo, sanidad y liberación.
2017 es también un año en que muchos "entrarán en la Tierra Prometida" y comenzarán a poseer su herencia. Se instaurará el gobierno de justicia, paz y gozo de Dios en los lugares en donde las montañas de la iniquidad han dominado por muchos años.
 Nathan Shaw
Heart of David Ministries