viernes, 20 de septiembre de 2013

Reflexiones cortas de Amor - Obediencia y Reposo


En una expedición de caza, una familia se detuvo para almorzar.
Los niños jugaban a la sombra de un árbol, distantes de sus padres y del resto de los adultos del grupo. De repente, el padre de uno de ellos, pegó un salto y gritó a su hijo: "Échate al piso" y éste lo hizo inmediatamente.
Los otros en el grupo se impactaron al saber que una serpiente venenosa se arrastraba por el árbol lista para atacar al niño. Si lo hubiese mordido, habría muerto. Sólo el padre del infante vio la serpiente.
Causó asombro la respuesta instantánea del chico ante la orden del padre. Este último explicó el amor permanente que disfrutaban y que cada vez era mayor, tomando como punto de partida la verdad que había en cada uno.
El muchacho no vaciló ante la orden de su padre confió en él y respondió en consecuencia a ello. El padre también esperaba que ese fuera el proceder de su hijo.
El reposo que ambos disfrutaron más tarde ese mismo día, fue evidencia del descanso perdurable que Dios tiene para cada uno de sus hijos a medida que aprendemos a confiar en Él.
Dios quiere permanecer en nosotros, y anhela que permanezcamos en Él. Esta permanencia se hace más fácil para unos que para otros.
No siempre es posible saber lo qué Dios ha planeado para nuestras vidas, pero podemos asegurar que cualquier cosa que sea, Él está listo para sostenernos en esa situación y capacitarnos con lo necesario para soportar, mientras ahí Él nos quiera.
La permanencia comienza con la confianza y concluye con absoluto descanso.
Juan 15:4 "Permaneced en mí, y yo en vosotros".

jueves, 19 de septiembre de 2013

LOS PROFETAS










Por Pr Manuel A Morejón Soler El Vedado, La Habana.
 
Características:
-El profeta es llamado por Jhvh: desde el primer versículo o sino en el primer párrafo de cada libro de los profetas, aparece el llamado o misión de Jhvh al profeta.
-Emiten juicio hacia los mandatarios que no reconocen su maldad ni a Jhvh, (Ver libro de los Reyes), asimismo a los idólatras y a la indiferencia del pueblo a lo mal hecho.
-Todos hacen un llamado al arrepentimiento para salvación.

Los Profetas Mayores y sus profecías
Isaías, fue un firme opositor a la política de alianza de los reyes de Judá con los imperios y llamó a confiar en la alianza con Yahveh.
Jeremías, hijo del sacerdote Hilcías, perteneciente a una casta tradicional de sacerdotes. Con sus profecías anunció el castigo de Jhvh por la violencia y corrupción social, que rompían la alianza con Dios. Dijo : “Hablan de paz, pero no hay paz”,
Ezequiel, si bien era sacerdote (1.3), sirvió como predicador judío y profeta ambulante en las calles de Babilonia durante veintidós años, hablando a todos del castigo y de la salvación de Dios, y llamándolos al arrepentimiento y a la obediencia.
Daniel, durante gran parte de su vida, Daniel recibió diversas visiones apocalípticas que anunciaban, por medio de símbolos y claves numéricas, la instauración del Reino de Dios sobre la tierra. 
 
Los Profetas Menores y sus profecías
Oseas , comenzó su ministerio durante el final del próspero pero moralmente decadente reino de Jeroboam II de Israel (las clases altas estaban bien, pero oprimían a los pobres). Profetizó hasta muy poco tiempo después de la caída de Samaria en 722 a.C.
Joel. El pueblo de Judá prosperó y se sentía satisfecho, tomaba a Dios a la ligera, se convirtió egocéntrico, idólatra y pecador, el profeta les advierte que ese estilo de vida inevitablemente acarrearía el juicio de Dios. Advirtió a Judá del inminente juicio de Dios por causa de sus pecados y les pidió que se volvieran a Dios.
Amós, con la rudeza y estilo directo de un pastor e inspirado por la fidelidad a Jhvh, condenó la corrupción de las élites, la injusticia social y el ritualismo ajeno al compromiso de vida, anunciando el fin de Israel.
Abdías, es a quien se adjudica el más breve de los libros proféticos del antiguo testamento (contiene veintiún versículos)
Dios ha convocado a las naciones contra Edom, que confía en su reacción rápida y dura, contundente, pero es en vano. Los ladrones la destruirían completamente (1-6). Los aliados y amigos han dado la espalda (7) y la sabiduría que cree poseer le fallará (8,9).
Jonás, recibió por segunda ocasión la orden de Dios de ir a predicar a Nínive. Jonás accedió y en esa ciudad anunció la destrucción inminente para temor de todos sus habitantes: “Dentro de cuarenta días Nínive será destruida”. El Rey de la ciudad, al enterarse sobre dicho designio, ordenó el ayuno de toda la población. Jhvh al presenciar el arrepentimiento masivo de la población de Nínive, el Señor decidió que no castigaría la ciudad ni a sus habitantes.
Miqueas, fue un profeta de origen campesino que demostró un gran celo por el pacto con Yahvéh y consideró que la infidelidad al amor de Dios se hace sentir en la explotación del prójimo. Denunció a los ricos y poderosos y a los sacerdotes y falsos profetas que actuaban para conseguir poder y privilegios. Rechazó el abuso de los aristócratas de Jerusalén contra la mayoría del pueblo campesino y la instrumentalización de la religión para ocultar las injusticias sociales.
Nahúm. “Jhvh conoce a los que en él confían. Mas con inundación impetuosa consumirá a sus adversarios y tinieblas perseguirán a sus enemigos. ¿Qué pensáis contra Jhvh? él hará consumación; no tomará venganza dos veces de sus enemigos» (1.7-9).
Habacuc, profetizó durante la época del profeta Jeremías, pero el propósito de su profecía era mostrar que Dios tiene las riendas del Mundo a pesar del aparente triunfo del mal.
Sofonías, comienza a profetizar en la misma época de Jeremías. El propósito de su profecía fue el de conmover al pueblo de Judá a fin de que abandonara su indiferencia e instarlo a volver a Dios.
Ageo, su misión profética fue la de hacer un llamado al pueblo a finalizar la reconstrucción del templo.
Zacarías. Los cautivos regresaron de Babilonia para reconstruir el templo, pero les frustraron los planes y detuvieron la obra. Ageo y Zacarías confrontaron al pueblo por no cumplir con su tarea y lo alentaron para que la terminara.
Malaquías, confrontó al pueblo por su negligencia respecto al templo y su falsa y profana adoración. “Porque he aquí, viene el día ardiendo como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada” (4.1, 2). 
 
Ortodoxamente bíblico
Si predicar fielmente la Palabra de JHVH es contrarrevolución. Orgullosamente yo soy el primero de los contrarrevolucionarios.
alianzacristiana777@gmail.com



"LA ESPERANZA NO DEFRAUDA"



 Romanos 5,5 Saludo inicial Queridos hermanos y hermanas: los obispos de Cuba, dentro de la celebración del Año de la Fe, nos dirigimos a ustedes sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, a los fieles laicos y a todos los cubanos, con el propósito de compartir esta Carta Pastoral que desea aumentar en nuestros corazones la esperanza que debe animar a cada persona y a cada pueblo. Esta invitación a la esperanza parte de nuestra fe cristiana, de la buena voluntad y de la necesidad y el deber de buscar entre los cubanos un futuro mejor para todos.
La Virgen de la Caridad nos abre un camino de esperanza
2. Al dirigirnos a ustedes en esta ocasión tenemos motivos para estar alegres y confiados en el Señor, pues en esta búsqueda y siembra de esperanza contamos con la presencia maternal y convocante de nuestra Patrona, la Virgen María de la Caridad del Cobre. Todavía permanece vivo en nuestra memoria el gozo que hemos experimentado al celebrar, en el pasado 2012, el Año Jubilar por los 400 años del hallazgo y presencia de su bendita imagen en medio de nuestro pueblo. Ella quiso permanecer entre nosotros como Madre de la Caridad y Madre de los cubanos. A esta celebración fueron invitados todos sus hijos, también los dispersos por el mundo, que se unieron a ella de diversas maneras.
3. Con el lema "A Jesús por María, la Caridad nos une", la Virgen María de la Caridad una vez más nos unió, pues a lo largo de cuatro siglos "los cubanos nos hemos encontrado siempre juntos, sin distinción de razas, clases u opiniones,
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en un mismo camino: el camino que lleva a El Cobre" 1.
4. Nunca fue más cierta esa unidad en la Caridad que en las pequeñas, grandes y hasta multitudinarias procesiones y peregrinaciones de cubanos que acompañaron la venerada imagen de la Virgen Mambisa en su recorrido por toda la geografía insular. Allí se encontraban el sacerdote y el ingeniero, el militar y el civil, el policía y el recluso, el niño y el anciano, el campesino y el de la ciudad, el católico y el que practica otras creencias religiosas, el funcionario del gobierno y el que se considera opositor, la embarazada y la madre que perdió a su hijo, el que reside en Cuba y el que vive fuera, y muchos volvieron a hablarse, e incluso abrazarse y reconciliarse después de años de estar disgustados y distanciados.
5. Nuestra Madre de la Caridad nos acogió a todos y nos cobijó con su manto, recogió las plegarias dichas a viva voz y las que quedaron en el silencio del alma, y todas las presentó a su Hijo Jesucristo. Al igual que hizo el apóstol san Juan al pie de la Cruz, también nosotros la hemos acogido a ella, como madre, en nuestro corazón y en nuestra casa (Jn. 19,27).
La visita de dos Papas marca nuestra historia con un signo de esperanza
6. Otros dos acontecimientos de profundo sentido religioso han marcado nuestra historia reciente con el signo de la esperanza. En menos de quince años tuvimos la oportunidad de ser visitados por dos Papas. El primero fue el beato Juan Pablo II, tan cercano a nuestra Patria e Iglesia, a las que guardaba de modo especial en su corazón y siempre anheló visitar.
7. Juan Pablo II llegaba a Cuba en los momentos todavía difíciles del llamado “período especial”, en medio de la desesperanza ciudadana ante un futuro incierto y el creciente desencanto por una propuesta ideológica que, en
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sus vertientes económicas y sociales pareció ser la solución de todos los males, pero que empezaba a ser cuestionada, en mayor o menor grado, por la población. A su vez, se comenzaba a dar marcha atrás a las tímidas reformas socioeconómicas iniciadas poco antes, por lo que muchos cubanos volvieron a buscar la solución a su desesperanza en una emigración que los llevara a otras tierras.
8. En medio de esta realidad, al iniciarse el año 1998, el Papa Juan Pablo II vino como “Mensajero de la Verdad y la Esperanza” a confirmar a los católicos en la fe, a proponer la Verdad inmutable de Jesucristo, a invitarnos a poner nuestra confianza en el Dios que no defrauda, y sin el cual poco podemos hacer (cf. Jn.15,5) y a exhortarnos a buscar entre todos, partiendo de nuestras raíces cristianas, soluciones que hicieran despertar en los cubanos la Esperanza.
9. La presencia frágil del Santo Padre, ya enfermo, y su palabra enérgica se ganaron un espacio en el corazón de los cubanos. El alma cubana y la Iglesia que está en Cuba no fueron las mismas después de aquella memorable visita. Aquel vibrante llamado suyo: “No tengan miedo de abrir sus corazones a Cristo, dejen que Él entre en sus vidas, en sus familias, en la sociedad, para que así todo sea renovado"2, estremeció el alma de los cubanos y, como efecto de su visita, no sólo recuperamos el feriado de la Navidad, sino que muchos desempolvaron la memoria religiosa por un tiempo adormecida o escondida y no pocos descubrieron, y otros redescubrieron, la Verdad que no cambia, que no viene de hombre alguno porque es de Dios y un buen número de cubanos comenzó a sentir sed de lo realmente espiritual, la necesidad de acercarse a la fe y a recibir los sacramentos de la Iglesia.
10. Y como si Dios quisiera insistir en su amor por este pueblo, trece años después nos visitó el hoy papa emérito Benedicto XVI. Un papa que viajaba poco por motivos de edad hizo la opción de incluirnos en uno de los últimos
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viajes de su pontificado. Esto no lo olvidamos los cubanos, pues él quiso acompañarnos como “Peregrino de la Caridad” en el Año Jubilar Mariano que celebramos en 2012. Como lo hemos hecho millones de cubanos en cuatro siglos, Benedicto XVI se arrodilló como un hijo más ante la imagen bendita de nuestra Madre de El Cobre y, como el buen pastor que ama a sus ovejas, confió a María el futuro de nuestra Patria "para que avance por caminos de renovación y esperanza, para el mayor bien de todos los cubanos”3 . A Ella presentó también "las necesidades de los que sufren, de los que están privados de libertad, separados de sus seres queridos ... de los jóvenes, de los descendientes de aquellos que llegaron aquí desde África ... de los campesinos”4. Y nos prometió que continuaría "rezando fervientemente" para que sigamos caminando hacia adelante "y Cuba sea la casa de todos y para todos los cubanos, donde convivan la justicia y la libertad, en un clima de serena fraternidad”5.
La palabra divina y humana de la Iglesia anima nuestra esperanza
11. Juan Pablo II y Benedicto XVI evidenciaron no sólo la dimensión religiosa, sino también la dimensión humana y social de la misión evangelizadora de la Iglesia. Ambos se refirieron a la realidad espiritual y social de los cubanos en la hora presente y de cara al futuro. La Iglesia de Cristo no puede quedarse encerrada en sí misma y satisfecha con atender sólo a quienes la conforman. Juan Pablo II nos había dicho: "El servicio al hombre es el camino de la Iglesia"6 y este servicio al hombre lo brinda la Iglesia sin distinción de personas por su religión, raza, edad, sexo, condición social o pensamiento político.
12. La Iglesia, pues, existe para hacer presente e inolvidable a Jesucristo, anunciar su Evangelio y servir de este modo a la humanidad. Juan Pablo II, en su discurso al llegar a Cuba, expresó su "convicción profunda de que el
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mensaje del Evangelio conduce al amor, a la entrega, al sacrificio y al perdón, de modo que si un pueblo recorre ese camino es un pueblo con esperanza de un futuro mejor”7. Nos invitó a construir ese futuro "guiados por la luz de la fe, con el vigor de la esperanza y la generosidad del amor fraterno", para lograr así "un ambiente de mayor libertad y pluralismo"8. De modo semejante Benedicto XVI hizo un llamado a los cubanos “para que den nuevo vigor a su fe, para que vivan de Cristo y para Cristo, y con las armas de la paz, el perdón y la comprensión, luchen por construir una sociedad abierta y renovada, una sociedad mejor, más digna del hombre, que refleje más la bondad de Dios”9.
13. No hay otro modo de ser y hacer Iglesia, también aquí en nuestra Patria, donde el Señor nos llama a consagrarnos a Él anunciando el Evangelio y sirviéndolo en cada uno de nuestros hermanos. Es así como, al observar la realidad que vivimos, al escuchar y sentir en nosotros los anhelos, las esperanzas y las frustraciones de los hijos de Dios en esta tierra, con la confianza puesta en el Señor y alentados por el amor de Nuestra Madre de El Cobre, los obispos estamos presentando a nuestros fieles y a todos los cubanos este mensaje.
El común destino de los bienes materiales y la libertad son fuentes de esperanza
14. Entre las diferentes opciones que se presentan en la búsqueda del bien común la Iglesia opta por aquella que defiende y promueve la libertad responsable del hombre. "Resulta conmovedor –en palabras del papa Benedicto XVI– ver cómo Dios no sólo respeta la libertad humana, sino que parece necesitarla"10 . En efecto, la libertad es un don precioso que Dios regala al ser humano, que ha sido creado varón y hembra, a imagen y semejanza de Dios, "para ser fecundos y multiplicarse, dominar los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven en la tierra" (cfr. Gén. 1,2728). Toda la humanidad, y en ella nosotros cubanos, estamos llamados a disfrutar de aquella libertad querida por Dios que permite al hombre obtener
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para sí y su familia los frutos de un trabajo digno y participar de las decisiones que le afectan en su futuro personal, familiar y social.
15. Sin embargo, no basta con eso, ya que el mismo relato de la Creación nos habla del destino universal de los bienes. Dios quiere también que el hombre viva responsablemente esa libertad. En la narración bíblica, cargada de simbolismo, del asesinato de Abel a manos de su hermano Caín, como consecuencia de celos y envidias de este último, el asesino se esconde e intenta ocultarse de Dios que le pregunta por el crimen: “¿Dónde está tu hermano?”, y Caín le da una respuesta falsa e irresponsable: "No lo sé. ¿Acaso soy yo guardián de mi hermano?" (Gén. 4, 9). Esto nos enseña que la libertad del hombre tiene un límite, no puede el ser humano buscar su propio bien olvidando o aun despreciando u oprimiendo a su hermano. Por eso Jesús, quien entregó su vida por nosotros, nos manda encarecidamente: "Ámense unos a otros como Yo los he amado" (Jn. 15, 12).
16. Si nuestro modo de ver la vida está realmente fundado en la fe cristiana o, sin tener esa fe, respetamos a los demás y queremos crecer en humanidad, entonces “yo sí debo ser responsable de mi hermano”. Tener en cuenta al otro, ayudándolo, ése es uno de los límites esenciales de mi libertad. El "sálvese quien pueda" y el "yo soy libre de hacer lo que quiero" no es la libertad de los hijos de Dios. Sin embargo, el egoísmo humano puede expresarse de variadas maneras, a veces aparentemente contradictorias. La estructuración y organización de las sociedades y gobiernos, tanto ayer como hoy, pueden generar grupos de poder que no siempre representan a todos y no se interesan por aquellos que están fuera de su círculo de pertenencia. Estos grupos anteponen sus intereses a los de sus semejantes, a quienes llegan a ignorar, e incluso, aniquilar socialmente.
17. Lo dicho en el párrafo anterior evidencia un egoísmo colectivo que será siempre un crimen escandaloso ante
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Dios, quien sigue demandando una respuesta a los egoísmos individuales y colectivos de hoy: "¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra" (Gén. 4,10). Todos debemos ser responsables los unos de los otros y compartir, aquí y ahora, un espacio, un tiempo y un destino común. Nadie puede reclamar libertad para sí y negarla a otros, o procurar el propio bien y desinteresarse del ajeno. La libertad que Dios concibe para el hombre es una libertad responsable por la vida y el destino de quienes están a nuestro lado. Sí, ¡somos los guardianes de nuestros hermanos!
18. El Gobierno, por otra parte, tiene la obligación de procurar el bien de todos los ciudadanos y la mejor manera de lograrlo es teniendo en cuenta los justos intereses de cada grupo humano o región que compone nuestra sociedad. Un gobierno responsable del destino común de los ciudadanos debe compartir también su responsabilidad de cuidar de todos con ellos mismos. Así se evita el paternalismo estatal. Este es, también, el mejor modo de evitar la inercia social que posibilita, en muchos, la respuesta irresponsable de Caín: “no tengo nada que ver con mi hermano”.
19. El Estado participativo debe sustituir definitivamente al estado paternalista. No se debe temer al desarrollo de una autonomía social fuerte y responsable, potenciada desde la base y de acuerdo con las normas de la convivencia civilizada, capaz de desarrollar un trabajo fraterno, según los grupos de interés y las necesidades específicas que unen y animan a diversos grupos humanos en la búsqueda de soluciones propias, sin necesidad de esperar las respuestas y soluciones desde arriba. Esto es lo que la Doctrina Social de la Iglesia llama principio de subsidiaridad y es, en sí mismo, uno de los fundamentos de una sociedad abierta y solidaria.
Los cambios alientan la esperanza de nuestro pueblo
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20. Cuba ha cambiado en los últimos años. El presente no se parece a los años pasados. Tampoco los cubanos de hoy somos iguales a los cubanos de veinte o cuarenta años atrás. Es normal que así sea. Tomando como parámetros algunos hechos históricos vemos que la carta pastoral de los obispos de Cuba "El amor todo lo espera", publicada en 1993, contenía varias solicitudes, de las cuales algunas de ellas ya se han alcanzado y otras están aún pendientes. Una nueva generación de cubanos, nacida en estas últimas décadas, tiene su propia interpretación de nuestra realidad, con sus aspiraciones e intereses propios, diferentes de los que tuvieron sus antecesores. Esta generación vive con el firme deseo de que no sólo el presente sea mejor que el pasado, sino que el futuro sea mejor que el presente.
21. Se ha abierto así una etapa de nuestra historia que comienza a mostrar nuevas posibilidades cuando se ponen en práctica en el país un conjunto de medidas que inciden en el entorno económico, social y, hasta cierto punto, político. En las reformas incipientes que se inician vemos ya un reflejo claro, aunque aún incompleto, de demandas largamente anheladas por la población cubana. Somos testigos de algunos cambios, por ejemplo: el retorno de las escuelas secundarias e institutos preuniversitarios a las ciudades, que acerca a los adolescentes y jóvenes a sus familias, la puesta en libertad de presos por sus ideas políticas y otras causas, el usufructo de tierras para el cultivo, la eliminación de ciertas medidas restrictivas que atentaban contra la dignidad de los ciudadanos por ser limitaciones impuestas a la libertad misma de los cubanos, como son las prohibiciones de hospedarse en los hoteles, de crear una pequeña empresa privada o familiar, vender y comprar propiedades o viajar al exterior, etc.
22. Los obispos de Cuba queremos ver en todo esto, tal como expresamos en la Carta Pastoral antes citada y cuyo vigésimo aniversario estamos conmemorando, el inicio de un proceso de reformas siempre más amplias en bien de la
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población y de las nuevas generaciones de cubanos. Confiados en el Señor esperamos que estas reformas, al igual que otras acciones que consideramos necesarias, lleguen ciertamente a alcanzarse, pues experimentamos apremio en la ciudadanía con respecto a esas aspiraciones, ya que en ello tienen puestas sus esperanzas muchos de nuestros conciudadanos. La mejor herencia que podemos dejar a las generaciones futuras es, precisamente, trabajar por lograr un presente mejor.
23. La urgencia de estos cambios encuentra su fundamento en una experiencia vivida desde las limitaciones, la escasez, la falta de progreso personal o familiar de no pocos cubanos, quienes sienten que la vida se acaba con el paso de los años sin poder concretar las aspiraciones propias de todo ser humano y familia. Entre los más jóvenes hay muchos que no vislumbran aún las condiciones para realizar su proyecto de vida, sobre los cuales incide, con gran atracción, la posibilidad de encontrarlo en otros países.
24. Es comprensible que existan resistencias internas a cualquier cambio, y no es difícil constatarlo porque los cambios siempre crean incertidumbre respecto al futuro. Esta resistencia se debe también a una mentalidad, o modo de pensar, sustentada en los factores ideológicos que estuvieron en su origen y desarrollo, que se han prolongado en el tiempo sin tener en cuenta que nuestra realidad ha evolucionado y, por ello, actualmente no pocos advierten los aspectos que resultan obsoletos y no viables de esa visión estática de la realidad.
Para que se afiance la esperanza debemos superar nuestra pobreza
25. En nuestro continuo andar por las comunidades parroquiales y casas de misión se hace presente dolorosamente a nuestros ojos, como cubanos y como pastores, la pobreza tan extendida todavía en nuestro país.
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Es la pobreza material, producto de salarios que no alcanzan para sostener dignamente a la familia, así como otras formas de pobreza que afectan a las personas más vulnerables y desamparadas, aun cuando existe una preocupación social por atender a quienes afrontan esta situación.
26. En Cuba, además, a este tipo de pobreza, debemos añadir la de algunos grupos sociales que normalmente no deberían sufrirla, entre otros, la pobreza material del ingeniero y del trabajador de la cooperativa agrícola, del médico o la maestra, del deportista que da gloria a su patria, o la del pescador cuyo trabajo ingresa divisas al país.
27. Estos mismos hombres y mujeres que experimentan limitaciones económicas son, con toda razón, por su nivel de instrucción y deseos de mejorar su propia vida y la del país, los que más pueden ayudar a eliminar la pobreza. A pesar de sus dificultades económicas Cuba tiene una tradición histórica de recuperación y unos cimientos científicotécnicos sobre los cuales pueden edificarse las reformas que el país necesita.
28. Esto último, que se conoce como capital humano, es altamente apreciado en el mundo moderno y ha estado, desde tiempo atrás, en espera de una oportunidad para desarrollar y poner al servicio propio y de la sociedad la incalculable potencialidad de los conocimientos adquiridos en nuestras escuelas y universidades. Con la falta de oportunidades y la emigración se ha perdido mucho y se sigue perdiendo esa riqueza que está llamada a multiplicarse en Cuba. Todo plan de reforma debe contar con esta riqueza humana que también ha costado y cuesta recursos a la nación.
La realización personal es necesaria para la esperanza
29. Cualquier proyecto social debe abrir espacios para
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los proyectos de vida personal y familiar de los ciudadanos y deben armonizarse mutuamente. Al no haber correspondencia entre el proyecto social y el personal se genera la frustración, y éste es uno de los factores que potencian el deseo de emigrar, sobre todo, entre los jóvenes.
30. En el “Amor todo lo espera” indicábamos que “más que medidas coyunturales de emergencia, se hace imprescindible un proyecto económico de contornos definidos, capaz de inspirar y movilizar las energías de todo el pueblo”11 . Las aspiraciones de superación personal deben ser alentadas para lograr así una sociedad civil vigorosa que será siempre un bien necesario para todo país que aspire a una sana prosperidad social y económica, sostenida por sólidos pilares morales y espirituales. Sólo un contexto humano personalizado puede presentar los valores y desarrollar las virtudes que tanto reclama y necesita nuestra sociedad.
Las esperanzas de un futuro mejor incluyen también un nuevo orden político
31. Como ha venido ocurriendo en el aspecto económico, creemos imprescindible en nuestra realidad cubana una actualización o puesta al día de la legislación nacional en el orden político. Desde hace algún tiempo han surgido incipientes espacios de debate y discusión en diferentes instancias y ambientes, en ocasiones creados por los mismos ciudadanos: intelectuales, jóvenes y otros que, desde la base, han expresado de distintos modos su visión de los cambios necesarios en Cuba con opiniones y propuestas serias y diversas.
32. Esto indica que Cuba está llamada a ser una sociedad plural, siendo la suma de muchas realidades cubanas o, en otras palabras, Cuba es la nación de todos los cubanos, con sus diferencias y aspiraciones, aunque no siempre haya sucedido así. Debe haber derecho a la diversidad con respecto al pensamiento, a la creatividad, a la búsqueda de
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la verdad. De la diversidad surge la necesidad del diálogo.
El diálogo entre cubanos abre un camino de esperanza
33. Así como los obispos lo hemos expresado en repetidas ocasiones a lo largo de las últimas décadas, el diálogo entre los diversos grupos que componen nuestra sociedad es el único camino para lograr y sostener las transformaciones sociales que tienen lugar en Cuba, pues el diálogo siempre es enriquecedor porque brinda posibilidades de aportar nuevas ideas y soluciones a los problemas o conflictos que se afrontan.
34. Como lo ha indicado el Papa Francisco en su reciente visita a Brasil: “Cuando los líderes de diferentes sectores me piden un consejo, mi respuesta es siempre la misma: diálogo, diálogo, diálogo. El único modo de que una persona, una familia, una sociedad, crezca; la única manera de que la vida de los pueblos avance es la cultura del encuentro, una cultura en la que todo el mundo tiene algo bueno que aportar, y todos pueden recibir algo bueno a cambio”12 . En el pasado reciente, la acción mediadora de la Iglesia, que condujo a la excarcelación de decenas de presos, es signo de que es posible este camino en nuestra patria, lo cual debería extenderse también a otros sectores y grupos de la nación.
Cuba en el concierto de naciones: motivos de esperanza.
35. En los últimos años también ha habido grandes transformaciones en otras naciones, de modo particular en nuestra región latinoamericana. En un mundo cada vez más globalizado e interdependiente, las necesarias reformas internas, tanto políticas como económicas, pueden ayudar a insertarnos de manera más dinámica y segura en el contexto internacional. Cabe citar aquí las acertadas
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palabras del beato Juan Pablo II, dichas minutos antes de concluir su viaje a nuestra patria: "En nuestros días ninguna nación puede vivir sola. Por eso, el pueblo cubano no puede verse privado de los vínculos con los otros pueblos, que son necesarios para el desarrollo económico, social y cultural” 13 .
36. Es de resaltar el cambio operado en la política exterior de nuestro país orientada actualmente hacia América Latina, que nos es más cercana y semejante. Sin embargo, estas relaciones no se limitan ni pueden limitarse a la región latinoamericana. En este contexto de política internacional se hace necesario considerar las relaciones de Cuba con los Estados Unidos, que durante largas décadas, de diverso modo y de manera constante y profunda, han afectado la vida de nuestro pueblo. A esto se refirió el beato Juan Pablo II al decir que “el aislamiento provocado repercute de manera indiscriminada en la población, acrecentando las dificultades de los más débiles en aspectos básicos como la alimentación, la sanidad
o la educación”14. Y concluyó pidiendo se suprimieran “las medidas impuestas desde fuera del país injustas y éticamente inaceptables”.
37. En Estados Unidos reside un gran número de cubanos y sus descendientes, que siguen considerándose cubanos y aman a Cuba. La cercanía geográfica y los vínculos familiares entre los dos pueblos son realidades insoslayables que deberían tenerse en cuenta en orden a favorecer una política inclusiva, mediante el respeto a las diferencias, que permita aliviar las tensiones y los sufrimientos que padecen numerosas personas y familias, así como un intercambio comercial justo y orientado al beneficio de todos. En este sentido exhortamos, además, a que se fomenten nuevas iniciativas de diálogo que permitan que el deseo expresado por el beato Juan Pablo II de que el mundo se abriera a Cuba y Cuba se abriera al mundo se haga realidad.
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La familia y los jóvenes, esperanza de la Patria y de la Iglesia
38. La familia como institución natural está llamada a ser “escuela de humanidad” y trasmisora de los valores que enaltecen a la persona y la capacitan para una sana y constructiva vida social. Al publicar “El Amor todo lo espera” reconocíamos que en nuestro país “una de las pérdidas más sensibles es la de los valores familiares. Al romperse la familia se rompe lo más sagrado”15 . Hoy, veinte años después, dicha constatación no solo no ha mejorado sino que, con dolor hay que reconocer que la vida familiar en Cuba se encuentra muy deteriorada con graves consecuencias que repercuten en la vida de las personas y de la sociedad.
39. Es significativo el llamado que han hecho las autoridades del país acerca del creciente deterioro en las manifestaciones de conducta y en la moralidad pública. Ante esto consideramos que no son suficientes las medidas de exigencia y de disciplina, sino que se hace apremiante un proceso educativo que favorezca, en todos los cubanos, el deseo de ser buenos y la práctica de la virtud. A tal fin deben contribuir, conjuntamente, la familia, la escuela, los medios de comunicación y las instituciones religiosas teniendo a los niños y a los jóvenes como los primeros destinatarios de una formación integral. La Iglesia católica, fiel a su misión, y con su experiencia educativa, se siente comprometida a continuar con mayor empeño en la siembra de valores personales, familiares y sociales, y a cultivar la virtud.
40. Nos queremos dirigir, ahora, a los jóvenes con las palabras siempre actuales del Padre Félix Varela que en sí mismas inspiran un digno proyecto de compromiso social: “No hay patria sin virtud ni virtud con impiedad”. Ideal que explicitó el Papa Juan Pablo II al dirigirse a los jóvenes en la Misa celebrada en Camagüey durante su inolvidable visita: "Queridos jóvenes, sean creyentes o no, acojan el llamado a
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ser virtuosos... sean fuertes por dentro, grandes de alma, ricos en los mejores sentimientos, valientes en la verdad, audaces en la libertad, constantes en la responsabilidad, generosos en el amor, invencibles en la esperanza.... No tengan miedo de abrir sus corazones a Cristo"16 .
41. En continuidad con estas enseñanzas, animamos a los jóvenes a que cuiden su mente, su cuerpo y su corazón, aprendan a buscar siempre la verdad en su vida, para que no vivan en la ilusión o en el vacío existencial, sino edificados sobre el cimiento firme de la verdad. Sólo así se harán dueños y responsables de su vida. "Ustedes son la dulce esperanza de la Patria"17, llamados a construir no sólo la Cuba del futuro, sino la Cuba actual.
42. Queridos jóvenes creyentes en Cristo: los exhortamos vivamente a impregnar la sociedad, a partir de las enseñanzas de Jesús –fundamento de la identidad propia de sus discípulos– las actitudes y virtudes que todo joven de recto pensar y sentir debe asumir, que no es otra cosa que vivir con radicalidad el amor, el servicio abnegado al prójimo, con alegría y confianza en Dios. La Iglesia espera de ustedes esa entusiasta respuesta juvenil que es necesaria hoy para cumplir el mandato que Cristo nos renueva sin cesar de evangelizar a nuestro pueblo, y que el Papa Francisco ha pedido con apremio en la recién concluida Jornada Mundial de la Juventud: “Por favor, dejen que Dios y su Palabra entren en su vida. Dejen entrar la simiente de la Palabra de Dios, dejen que germine, dejen que crezca”18. “No tengan miedo. Cuando vamos a anunciar a Cristo, es Él mismo el que va por delante y nos guía” 19 .
La Virgen María: Madre de la Esperanza
43. Al despedirnos, queridos hermanos y hermanas, pedimos a la Virgen de la Caridad, Nuestra Madre de El Cobre, colme los anhelos de esperanza de todos los cubanos. Y a los obispos, sacerdotes, diáconos, personas consagradas y fieles laicos, nos conceda el amor y el celo apostólico indispensables para anunciar a Cristo a nuestros hermanos,
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porque sólo es posible evangelizar sembrando en nuestra tierra la esperanza cristiana que se apoya en la certeza de que Dios cumple siempre su promesa: "Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 20). Esta promesa de Jesús se cumple hoy y se cumplirá mañana. El viento que impulsa la nave de la Iglesia es el soplo del Espíritu Santo, quien también la protege, fortalece y santifica. Conducidos así por la gracia de Dios, miramos al futuro con esperanza y “la esperanza no defrauda” (Rom. 5,5).
Con sentimientos de fe, amor y esperanza impartimos a todos nuestra bendición,
La Habana, 8 de septiembre de 2013
Dionisio, Arzobispo de Santiago de Cuba, Presidente de la COCC
Cardenal Jaime Ortega, Arzobispo de La Habana, Vice-Presidente COCC
Juan, Arzobispo de Camagüey
Emilio, Obispo de Holguín
Mario, Obispo de Ciego de Ávila
Arturo, Obispo de Santa Clara
Jorge, Obispo de Pinar del Río
Manuel Hilario, Obispo de Matanzas
Wilfredo, Obispo de GuantánamoBaracoa
Álvaro, Obispo de BayamoManzanillo
Domingo, Obispo de Cienfuegos
Alfredo, Obispo Auxiliar de La Habana
Juan de Dios, Obispo Auxiliar de La Habana, Secretario General COCC

HISTORIA CRISTIANA







MINISTERIOS DE PREDICACIÓN Y
ENSEÑANZA

por Robert A. Baker.
EDITORIAL MUNDO HISPANO


ROBERT A. BAKER
TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL
POR FRANCISCO ALMANZA
© Copyright 1974. Casa Bautista de Publicaciones. Publicado
originalmente en inglés bajo el título A Summary of Christian History,
© Copyright 1959, Broadman Press. Traducido y publicado con
permiso. Todos los derechos reservados. No se podrá reproducir o
transmitir todo o parte de este libro en ninguna forma o medio sin el
permiso escrito de los publicadores, con la excepción de porciones
breves en revistas y/o periódicos.
Ediciones: 1974, 1981 (corregida), 1986, 1990, 1995, 1997
Séptima edición: 1999
Clasificación Decimal Dewey: 270
Tema:
Iglesia - Historia
ISBN: 0-311-15032-2
C.B.P. Art. No. 15032

1. PERIODO DE LOS COMIENZOS CRISTIANOS
Los Comienzos del Cristianismo Histórico

2. PERIODO DE DOMINACION PAGANA
Oposición Pagana al Cristianismo
La Lucha por la Fuerza
El Fin de Una Era

3. EL PERIODO DE DESARROLLO PAPAL
Una Nueva Dirección
Los Fundamentos Católicos Romanos
La Expansión Católica Romana
Oposición Religiosa a la Autoridad Romana
Oposición Secular a la Autoridad Romana
La Dominación Católica Romana
Mirada Retrospectiva y Perspectiva

4. EL PERIODO DE LA REFORMA OCCIDENTAL
Caída del Prestigio Papa
Clamor por Una Reforma
Esfuerzo de Reforma
Disensión Eclesiástica
La Plenitud del Tiempo
La Reforma Luterana
Las Reformas Zwingliana y Calvinista
Los Anabautistas y la Reforma Radical
La Reforma Anglicana
El Avivamiento Católico Romano
Continuación del Conflicto
Cristianismo Americano

5. PERIODO DE INTRUSION DEL REGIONALISMO
El Cristianismo de la Europa Continental
Cristianismo Inglés
Cristianismo Americano

6. PERIODO DE SECULARIZACION GENERAL
Cristianismo Europeo Continental
El Cristianismo Inglés
El Cristianismo en Norte América
La Perspectiva Contemporánea

1. PERIODO DE LOS
COMIENZOS CRISTIANOS
(4 a.de J.C. a 100 d. de J.C.)
INTRODUCCIÓN AL PERIODO
Jesucristo nació entre los años 6 y 4 a. de J.C. El error al fijar la fecha de su
nacimiento ocurrió porque no empezó a calcularse el tiempo de acuerdo con el
nacimiento de Cristo, sino hasta el Siglo VI. Se cometió un error de varios años
al asignar número a los años que habían transcurrido. El mundo mediterráneo
era gobernado por el Imperio Romano en el tiempo del nacimiento de
Jesucristo. Sus ejércitos habían invadido Palestina desde alrededor de sesenta
años antes. La mayor parte de ese tiempo el gobernador de Palestina fue
Herodes el Grande. Cuando Herodes murió el 4 a. de J.C., Palestina fue
dividida para que sus tres hijos pudieran compartir la autoridad. Felipe gobernó
sobre el área extrema noreste del oriente del Jordán; Herodes Antipas gobernó
en Galilea y Perea. Los dos estaban en funciones durante el ministerio de
Cristo, y hay referencias a ellos en las Escrituras. Arquelao, el tercer hijo de
Herodes, recibió la gran sección central de Palestina (Judea, Idumea y
Samaria), pero fue quitado del cargo por el emperador romano en el año 4, d.
de J.C. Para gobernar esta porción de Palestina se asignaron gobernadores
romanos o procuradores. Durante todo el ministerio de Cristo, el procurador
fue Poncio Pilato (26-36 d. de J.C.), que también se menciona en las
Escrituras.
El cristianismo se extendió rápidamente durante el primer siglo. Al fin del
período (100 d. de J.C.) estaba creciendo puro en doctrina, y relativamente sin
ser afectado por la destrucción de lo que había sido su base natal.

PUNTOS DE ESPECIAL INTERÉS
El estudiante debe notar la preparación divina para la revelación en Cristo, no
sólo en el judaísmo, sino también en otras grandes razas. También debe tener
en mente el patrón neotestamentario de una iglesia en funciones, con su carácter
local, sus oficiales, su organización y su autonomía. Es en estos asuntos, tanto
como en doctrina, que el desarrollo posterior se desvía de su diseño original.

1. LOS COMIENZOS DEL CRISTIANISMO
HISTORICO
Cualquier persona concienzuda verá con verdadera curiosidad la descripción
del apóstol Pablo en <442137>Hechos 21:37-40. Pablo había levantado su habitual
tumulto, esta vez en el templo en Jerusalén, y sólo fue salvado de serias heridas
a manos del populacho judío por la intervención de los soldados romanos que
hacían la ronda en la ciudad. Al lograr hablar al pueblo desde las escalinatas del
castillo de la prisión, se presentan en rápida sucesión cuatro aspectos de su
vida:
(1) hablaba el idioma griego y era ciudadano de una ciudad notable por
su cultura griega.
(2) Era ciudadano romano (nótese <442225>Hechos 22:25-29, y 21:39).
(3) Era judío y hablaba fluidamente el hebreo.
(4) Era cristiano, y daba testimonio del Maestro a su propia raza.
Los diversos elementos reflejados aquí, raciales, lingüísticos y religiosos, sólo
son inteligibles cuando se comprende el fondo de Pablo. Aquí está la función de
la historia eclesiástica: explicar por qué y cómo. Es imposible interpretar a
Pablo o a cualquier parte del cristianismo sin entender el fondo histórico. Para
el período del Nuevo Testamento, éste incluye influencias griegas, romanas y
judías. Costumbres, partidos, tradiciones, y alusiones que no tienen significado
a menos que se expliquen en términos históricos, aparecen constantemente en
el Nuevo Testamento.

INFLUENCIA GRIEGA EN EL CRISTIANISMO
Los elementos griegos en el mundo al cual vino el cristianismo, pueden ser
trazados desde la conquista de Palestina (y de casi todo el mundo conocido)
por Alejandro el Grande en la última mitad del siglo cuarto antes de Cristo.
Este soldado macedonio esparció en casi todas partes del mundo conocido la
gran cultura y el espíritu de los griegos. Después de la muerte de Alejandro sus
generales militares y sus sucesores gobernaron Palestina por más de un siglo y
medio. Sin pretender narrar la notable historia de la vida griega y su desarrollo,
las contribuciones sobresalientes de esa raza al movimiento cristiano pueden ser
resumidas bajo tres encabezados.
Primero, la filosofía griega, alguna buena y alguna mala, fue esparcida en todas
partes. Muy extrañamente, Dios usó tanto la buena como la mala para preparar
la venida de Cristo. La filosofía ateísta y escéptica de los griegos desvió a
muchos del mundo gentil de la adoración supersticiosa de los falsos dioses, e
intensificó el hambre de su corazón por el Dios verdadero. La buena filosofía
griega, por otra parte, preparó al mundo para la venida de Cristo, exaltando el
valor del espíritu humano y poniendo un alto valor sobre las verdades
espirituales y morales.
En segundo lugar, el idioma griego llegó a ser el lenguaje común a través de
todo el mundo mediterráneo. Aun en Palestina los buenos judíos estaban
forzados a aprender el griego para comerciar en los mercados. El hecho es de
mayor importancia de la que puede parecer a primera vista. Entre otras cosas,
los misioneros de Cristo pudieron empezar su trabajo inmediatamente sin
esperar a aprender un nuevo idioma. Más aun: la presencia de un idioma común
daba un sentido de unidad a las diversas razas. Fíjese que la actual expresión
familiar “cl habla mi idioma” sugiere una unidad básica. Finalmente, el idioma
mismo era maravillosamente adecuado. Los griegos habían desarrollado un
idioma que hacía posible expresar con claridad y precisión las grandes
verdades de la revelación cristiana. El griego era el idioma de la mayor parte (si
no de todo) del Nuevo Testamento.
En tercer lugar, el espíritu griego hizo su contribución al movimiento cristiano.
Es difícil poner en palabras este espíritu, pero incluía un intenso amor por la
verdad, una visión que tenía un amplio alcance, y una iniciativa que era osada y
temeraria.

LA INFLUENCIA ROMANA EN EL CRISTIANISMO
La constante protección obtenida por Pablo por ser ciudadano romano sugiere
la contribución del imperio romano al movimiento cristiano. Históricamente, el
gobierno griego en Palestina terminó alrededor del año 167 a. de J.C., cuando
los patriotas judíos bajo Judas Macabeo derrotaron a los griegos. En el año 63
a. de J.C., después de la independencia judía de casi un siglo, los soldados
romanos se apoderaron de Palestina. Una mirada al Nuevo Testamento revela
la evidencia del gobierno romano. Habla de centuriones romanos, de guardias
romanos, de carceleros romanos, de castillos romanos, de gobernadores
romanos. Una de las preguntas que los fariseos hicieron a Jesús tenía que ver
con si un buen judío podía servir a Dios bajo el gobierno romano. La
impopularidad de Mateo, el publicano, venía del hecho de que él cobraba
impuestos para Roma.
El gobierno romano en el mundo, cuando Jesús nació, no fue ni bueno ni
completamente malo en su efecto sobre el cristianismo. El fuerte gobierno
centralizado de Roma proporcionaba una medida de paz y protección. Roma
no permitía que ninguna clase de violencia tuviera lugar dentro de los límites de
su imperio, para que el alboroto no sirviera como excusa para una revolución
política. Esto hacía posible que los misioneros cristianos se movieran entre las
diversas razas del mundo mediterráneo con un mínimo de fricción política. Los
ciudadanos romanos como Pablo eran protegidos de trato injusto por los
oficiales locales. El sistema de caminos romanos y las rutas marítimas hacían
que los viajes fueran menos peligrosos y más convenientes. Doscientos años
después el lenguaje de los romanos sería adoptado como el principal medio de
expresión religiosa.
Por otra parte, el gobierno mundial de Roma llegó a ser el gran enemigo del
cristianismo antes de finalizar el primer siglo. Se verá que la mente romana tenía
poca comprensión del valor del alma del individuo, escogiendo en cambio,
agotar la devoción religiosa al servicio del estado. Los ejércitos romanos
adoptaban los falsos dioses de cada nación que conquistaban, requiriendo
solamente que a su vez la nación subyugada aceptara los dioses romanos,
incluyendo al emperador romano. Cuando los cristianos rehusaban adorar al
emperador romano, sufrían severas persecuciones.

LA INFLUENCIA JUDÍA EN EL CRISTIANISMO
La tercera influencia racial sobre el movimiento cristiano fue la más significativa.
La nación judía proveyó el fondo inmediato de Cristo y de todos sus primeros
discípulos. La historia de los judíos, como es narrada en el Antiguo
Testamento, es demasiado bien conocida para repetirla en detalle. Dios escogió
una familia de fe que, bajo el cuidado divino, se desarrolló hasta ser una nación.
Varios factores se combinaron para traer una división política alrededor de 975
a. de J.C. El reino del norte fue llevado a la cautividad asiria alrededor del 722
a. de J.C. El reino del sur permaneció hasta alrededor del 587 a. de J.C.,
cuando oficialmente cayó ante los babilonios. Alrededor de setenta años
después, el imperio persa permitió a los remanentes del reino del sur regresar a
Palestina. Permanecieron sujetos a los persas hasta alrededor de 334 a. de
J.C., cuando Alejandro el Grande los conquistó. El período griego (334-167 a.
de J.C.), el siglo de independencia judía (167-63 a. de J.C.), y el principio del
gobierno romano (63 a. de J.C.) traen la historia del pueblo judío hasta la era
neotestamentaria.
Durante esta larga historia, el pueblo judío estuvo, hasta cierto punto
inconscientemente, haciendo preparativos para la venida de Cristo. Preservó
cuidadosamente la revelación que Dios le había dado. A través de la
adversidad y la cautividad, dos grandes verdades se grabaron con fuego en sus
almas: primera, que sólo hay un Dios para los hombres; y segunda, que la
relación de Dios con los hombres es personal, no nacional. Antes de la
cautividad babilónica, los judíos habían caído frecuentemente en la idolatría y el
politeísmo, pero después de su regreso a Palestina se convirtieron en celosos
maestros de la verdad de que Dios es uno (monoteísmo). Mientras residían en
Palestina, los judíos algunas veces habían concebido a Dios en términos
nacionales, pero en la cautividad su aislamiento de cualquier recordatorio
material de una deidad nacional los hizo comprender que el individuo debe
comunicarse con Dios por medio del espíritu. Valieron la pena las experiencias
de la cautividad babilónica para aprender esta lección.
Aunque algunos, como Jonás, eran renuentes a testificar a los gentiles, el mundo
entero se familiarizó con las creencias y prácticas de los judíos. Muy temprano
en el período griego empezó un movimiento conocido como la Dispersión. Esto
fue el cambio voluntario de gran número de judíos de Palestina a casi cualquier
parte del mundo mediterráneo. Dondequiera que iban, los judíos hacían
numerosos prosélitos para su religión, estableciendo sinagogas para enseñar la
revelación de Dios, para dar testimonio de la soberanía del único Dios, y para
examinar los cielos en espera del Mesías. Esta levadura preparó el mundo para
la venida de Cristo.
Las instituciones y los partidos que son parte tan íntima de la historia del Nuevo
Testamento tienen su fondo en estas experiencias históricas. La sinagoga se
estableció como un lugar de enseñanza y adoración durante el cautiverio
babilónico, cuando no había templo. El lugar prominente que tuvo después del
regreso de los judíos del exilio, produjo los grupos conocidos como escribas
intérpretes de la ley. Al principio, su deber principal era copiar las Escrituras,
pero dado que llegaron a ser expertos en lo que las Escrituras decían, sus
deberes fueron ampliados para incluir interpretación e instrucción escrituraria.
Tal vez el contacto entre las ideas religiosas judías y persas contribuyó a
producir el partido conocido como los esenios, que surgió probablemente
alrededor del año 150 a. de J.C. Este grupo incluía alrededor de cuatro mil
individuos en tiempos de Cristo, y se caracterizaba por una ortodoxia rigurosa,
el celibato, la propiedad común, y la eliminación de sacrificios de animales en el
culto. Los fariseos indudablemente se desarrollaron de las tendencias
separatistas cuando las proposiciones de los samaritanos fueron rechazadas
durante los días de Esdras y Nehemías (alrededor del año 500 a. de J.C.)
Durante la lucha de los Macabeos (que empezó aproximadamente en 167 a. de
J.C.), este partido tomó una forma distinta. En el Nuevo Testamento son
descritos como de criterio estrecho, fanáticos, y hasta cierto punto, hipócritas.
Eran numerosos y populares en los tiempos de Jesús, y pugnaban por la
tradición sobrenatural y la exactitud ceremonial. Los saduceos probablemente
surgieron durante el segundo siglo antes de Cristo. Simpatizadores de las
culturas griega y romana, representaban el liberalismo político y religioso. Su
racionalismo los llevaba a negar la resurrección y la providencia divina, a
rechazar toda la tradición y a exagerar la libertad de la voluntad humana.
Los samaritanos surgieron de los matrimonios mixtos de los judíos que habían
quedado en Palestina después de iniciarse el cautiverio babilónico, con gentiles
que habían sido traídos al país. Los herodianos eran los patriotas políticos
judíos que respaldaban a la familia de los Herodes contra Roma. Los zelotes
fueron probablemente los herederos de la tradición de celo ferviente de los
macabeos, por quitarse el yugo extranjero.
JESUCRISTO (4 A. DE J. C. A 30 D. DE J. C.)
En esta clase de mundo nació Jesucristo. Prácticamente todo lo que se sabe de
su vida terrenal puede encontrarse en los Evangelios sinópticos (Mateo,
Marcos y Lucas) y en Juan. El Evangelio de Juan describe la naturaleza eterna
de Jesús y su existencia preencarnada; Mateo y Lucas dan cuenta de su
genealogía humana. Es probable que Mateo dé la genealogía de José mientras
que Lucas da la de María. Sólo Mateo y Lucas relatan el nacimiento y la niñez
de Jesús y de Juan el Bautista, el precursor de Jesús. Todos los Evangelios
hablan del ministerio de Juan y ven la vida de Cristo desde diferente punto de
vista.
El nacimiento de Jesucristo ocurrió aproximadamente el año 4 a. de J.C. Esto
significa que Cristo en realidad principió su ministerio público alrededor del 27
d. de J.C., y fue crucificado cerca del año 30 d. de J.C. El ministerio del Señor
puede ser dividido convenientemente en siete secciones.
(1) Su ministerio inicial en Judea, descrito principalmente en el Evangelio de
Juan, incluye el llamamiento de los primeros discípulos y la primera limpieza del
templo.
(2) El gran ministerio en Galilea cubre el principal período de la obra de Cristo,
y duró alrededor de un año y medio. Durante este tiempo el Señor fue
rechazado en Nazaret, se mudó a Capernaum, escogió los doce apóstoles,
presentó el Sermón del monte, y viajó a Galilea tres veces.
(3) Sus diversas retiradas de la presión de las multitudes le dio oportunidad
para dar instrucción especial a sus discípulos, para obtener la gran confesión en
Cesarea de Filipo, y para la experiencia de la transfiguración.
(4) Su ministerio posterior en Judea se extendió por cerca de tres meses, y es
descrito por Lucas y Juan. Está centrado en la asistencia de Jesús y sus
discípulos a la fiesta de los tabernáculos y dedicación en Jerusalén.
(5) Su breve ministerio en Perea es narrado por los cuatro Evangelios y está
caracterizado por los milagros finales, las parábolas y las profecías de su
resurrección.
(6) La última semana en Jerusalén es tratada con todo detalle por el Evangelio
de Juan. Empieza con la entrada triunfal y termina con la crucifixión.
(7) El ministerio después de la resurrección de Jesús, que duró cerca de
cuarenta días antes de su ascensión, marca el fin de la narración del Evangelio.
Las enseñanzas de Jesús son notables tanto en su método como en su
contenido. El hizo llegar la verdad por medio de parábolas, preguntas,
discursos y debates. El propósito y la persona de Dios fueron revelados en la
vida y las enseñanzas de Cristo. El amor debe ser el tema dominante de la vida
cristiana: Por el amor de Dios a los hombres. Cristo murió en la cruz por los
pecados de los hombres; por la confianza personal en Cristo, el hombre puede
recibir el nacimiento de arriba y obtener la vida eterna. El poder conquistador
de la cruz y el triunfo final del reino de Dios eran centrales en las enseñanzas de
Cristo. El estableció su iglesia, un cuerpo local autónomo donde dos o tres
reunidos en oración pueden encontrar su presencia y su poder.
Después de la muerte y ascensión de Cristo, los discípulos a los que él había
escogido e instruido, emprendieron la aparentemente imposible tarea contenida
en la Gran Comisión. Pese a los esfuerzos de muchas otras religiones por atraer
a los hombres, el cristianismo empezó a crecer como una semilla de mostaza.
Desde un punto de vista humano, pueden darse muchas razones para explicar
este tremendo desarrollo.
(1) El paganismo estaba en bancarrota y no podía responder a los corazones
hambrientos.
(2) La gran agitación de religiones de todas clases, clamando por devotos, no
podía compararse con la revelación de Dios en Cristo.
(3) Cada cristiano se convirtió en misionero; el fuego sagrado saltó de amigo a
amigo.
(4) Los cristianos tenían la candente convicción de que sólo Cristo podía salvar
al mundo perdido que los rodeaba, y que puesto que el regreso de Cristo era
inminente, no había tiempo que perder.
Los setenta años de crecimiento cristiano desde la muerte de Cristo hasta la del
último apóstol, pueden ser divididos en tres períodos.

EL PERIODO DE TESTIMONIO LOCAL (30 A 45 D. DE J.C.)
Los primeros doce capítulos de Hechos describen la historia del movimiento
cristiano durante los primeros quince años después de la muerte y resurrección
de Cristo. El Espíritu Santo fue dado de acuerdo con la promesa de Cristo,
para dar poder para testificar en un mundo hostil, para traer la presencia de
Cristo, para dar comunión y fortaleza y para dar la dirección de Cristo al iniciar
movimientos importantes. En Pentecostés fueron salvados hombres de todas
partes del mundo, e indudablemente regresaron a sus propias ciudades a
establecer iglesias cristianas. La persecución, la necesidad, y las disputas
internas, eran sólo obstáculos temporales (ver Hechos 3-6).
El martirio de Esteban marca un punto decisivo en dos respectos: empezó la
persecución que sacó a los cristianos de Jerusalén hacia Judea y Samaria
llevando su testimonio; y movió profundamente a Saulo el perseguidor, hacia
una conversión personal a Cristo. El testimonio local se extendió por la
predicación de Pedro a los gentiles (por lo que se le pidió dar una explicación
ante la iglesia de Jerusalén), la fundación de la iglesia gentil de Antioquía, y por
el martirio de Jacobo, el hijo de Zebedeo. La conversión de Saulo, su
preparación para el servicio, y su ministerio en Antioquía, proveen el fondo
para la segunda etapa del desarrollo cristiano.

EL PERÍODO DE EXPANSIÓN MISIONERA (45-68 D. DE J.C.)
Bajo la dirección del Espíritu Santo se inició una nueva dirección en el
testimonio, con el principio de los viajes misioneros de Pablo y Bernabé. Pablo
es la figura central en cuando menos tres grandes viajes misioneros entre los
años 45 y 58, hasta que fue apresado en el templo de Jerusalén. Durante esos
trece años él escribió dos cartas a la iglesia de Tesalónica, dos a la de Corinto,
una a los gálatas, y una a los romanos. Después de su prisión en Roma en el
año 61 d. de J.C., él escribió las cartas conocidas como Filemón, Colosenses,
Efesios, y Filipenses. Probablemente fue puesto en libertad por cuatro o cinco
años, pero no se conoce el límite de sus viajes durante este tiempo. Sus dos
cartas conocidas como 1 Timoteo y Tito, fueron escritas durante este tiempo.
La tradición sugiere que él pudo haber ido hasta España en un viaje. Fue
puesto prisionero otra vez en Roma alrededor del año 67. Inmediatamente
antes de su muerte a manos de Nerón, escribió 2 Timoteo.
Es muy posible que la tradición sea correcta al hablar de una extensa actividad
misionera desplegada por otros apóstoles, pero tales relatos son muy pobres y
muy lejanos de la ocasión para ser de mucho valor. Es sabido que la actividad
misionera de Pablo da cuenta de la fundación de prácticamente todos los
centros cristianos importantes del primer siglo. A través de sus esfuerzos se
establecieron iglesias en algunas de las ciudades más fuertes del imperio.
Entre el primero y el segundo viajes misioneros, Pablo y Silas asistieron a un
concilio en Jerusalén (alrededor del año 50). Santiago presidió la reunión, y
varios discutieron el asunto de si un hombre necesita hacerse judío primero
para ser cristiano. Después de que varios hubieron hablado, incluyendo al
apóstol Pedro, Santiago dio su decisión de que cualquier gentil podía encontrar
la salvación por la simple fe en Cristo, sin pasar por el judaísmo.
Durante este período, que se cierra con la muerte del apóstol Pablo en Roma el
año 68 d. de J.C., se escribieron otros nueve libros que son parte del Nuevo
Testamento. Ellos fueron Santiago, Marcos, Mateo, Lucas, Hechos, 1 Pedro,
Judas, 2 Pedro, y Hebreos, posiblemente en ese orden.

EL PERÍODO DEL CRECIMIENTO OCCIDENTAL
(68-100 D. DE J.C.)