lunes, 15 de octubre de 2018

¡ASOMBROSO! Israel tiene acuario dentro de un zoológico bíblico

https://youtu.be/dFYIOmV3xPo

Israel, Tierra Santa, es tendencia al incluir dentro del zoológico bíblico de la familia Gottesman, un acuario que es catalogado como el primero de su clase en todo Oriente; tiene como fin ser una de las atracciones  más visitadas en Jerusalén.
¡ASOMBROSO! Israel tiene acuario dentro de un zoológico bíblico
¡ASOMBROSO! Israel tiene acuario dentro de un zoológico bíblico
La construcción posee un tanque con capacidad para 400 mil galones de agua, allí se albergarán tiburones y otros tipos peces del mar mediterráneo. Shai Doron, el director ejecutivo del zoológico y del acuario trata de crear conciencia para la preservación y el cuidado de los hábitats marinos “Estamos abordando y enfatizando sólo un tema, los hábitats locales, sólo nos ocuparemos del Mar Mediterráneo, del Mar Rojo, un poco del Mar de Galilea y del Mar Muerto”.
Para ser agradables al público, el acuario ofrece distintas atracciones como arrecifes de coral del mar rojo con peces payasos, así como buscar tesoros. Doron comenta que “Aquí quería abordar de cerca algunos fenómenos, como el hecho de que tenemos rayas en el Mar Mediterráneo. No solo es mirar lo que el mar puede darnos a nosotros: la pesca, la desalinización, la perforación de gas, el petróleo, el transporte, la seguridad… tenemos que empezar, como israelíes y turistas de todo el mundo, a entender que el mar, el océano está habitado”.
El recorrido del lugar es bien extenso para sus visitantes, terminan con una pequeña reflexión en la “Habitación del Compromiso”, donde todos asumen un acuerdo de proteger la vida marina realizando acciones en pro de su bienestar como llevando bolsas plásticas para recoger la basura o no llevarse las conchas de mar.
La energía que se utiliza allí es generada por paneles solares y una pequeña porción de agua de lluvia, así ponen en práctica la protección del medio ambiente no usando agua marina para sus instalaciones.
“Queremos muchas cosas que provienen del mar como la desalinización, la comida, el disfrute, el comercio y el gas. Pero para poder obtener todo esto debemos de proteger el sistema. Promoveremos la concientización y la educación con la generación joven para salvar a las especies que habitan el mar” concluye Shai Doron.

A pesar de las polémicas, la mayoría de los pastores cristianos apoyan al presidente Donald Trump


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La mayoría de los pastores de Estados Unidos aprueba el trabajo que el presidente Donald Trump está haciendo. El Instituto de Investigaciones LifeWay, especializado en cuestiones religiosas, divulgó el jueves un masivo apoyo hacia el presidente de los EE.UU. con más de 1.000 pastores.
Más de la mitad (51%) de los entrevistados “aprueban totalmente” el trabajo de Trump frente a la Casa Blanca, mientras que el 29% desaprueba. El otro 20% no sabe o no está seguro.
El índice es mucho mayor que el presidente Obama en medio de su mandato (30%), recuerda McConnell, director ejecutivo de LifeWay, en un comunicado. En el medio pentecostal está el mayor porcentaje de aprobación (86%), configurando el mayor índice entre todos los segmentos religiosos.
Después de la toma de posición sobre Israel y el cambio de la embajada, varios líderes pentecostales de renombre compararon a Trump al rey Ciro ya otras figuras bíblicas.
Entre los pastores bautistas la aprobación es del 68%, mientras que el 41% de los luteranos y sólo el 28% de los presbiterianos dicen lo mismo.
A fines de comparación, una encuesta de LifeWay realizada antes de la elección de 2016, indicaba que sólo el 32% de los pastores decía estar seguros de que votar en Trump.
Cuando estuvo en Brasil, el pastor Mario Bramnick quién forma parte del grupo de líderes evangélicos que oran mensualmente en la Casa Blanca- explicó que muchas de las decisiones importantes tomadas por el presidente se tomaron después de períodos de intercesión. Él contó que el acercamiento del político con pastores comenzó durante la campaña y que desde entonces, Trump busca consejo espiritual.
El pastor Mike Freeman, de la Iglesia Spirit of Faith, se reunió con el presidente en agosto y confesó que, al principio, tenía un “pie atrás” debido a la forma en que era mostrado por los medios. Pero ahora es un firme aliado.
Usted ha oído a Dios. Mientras esté oyendo a Dios, ese país está en buenas manos. Mi oración es que siempre estés abierto a la sabiduría y al espíritu de Dios, declaró a Trump, quien respondió a los pastores presentes:Usted siempre tendrá un amigo en la Casa Blanca.

Noticias de Cuba




Bolsonaro, Cuba y los esclavos de bata blanca

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El exdiputado ha dicho que no está de acuerdo en continuar pagándole a la dictadura de los Castro por los médicos que Brasil alquila

Sábado, octubre 13, 2018 | Carlos Alberto Montaner

ESTADOS UNIDOS.- Jair Messias Bolsonaro pudiera ser el Presidente de Brasil el próximo 28 de octubre. Los brasileños se ven en el espejo de los vecinos venezolanos y se aterran. Las encuestas más solventes le asignan un 75% de posibilidades de ganar los comicios … siempre que no se duerma en los laureles. Al fin y al cabo, le sacó 17 puntos de ventaja a Fernando Haddad, el hombre seleccionado desde la cárcel por Lula da Silva. Le ganó 46 a 29. La democracia es así: con frecuencia se trata de elegir la opción menos mala.
Bolsonaro está lleno de prejuicios. Dice que prefiere tener un hijo muerto antes que homosexual. ¡Qué estupidez más cruel! Afirma que si ve dos hombres besándose en la calle estaría dispuesto a pegarles. Aunque su paso por las Fuerzas Armadas no fue ejemplar —pasó 17 años y sólo llegó a capitán como paracaidista y artillero—, y aunque se atreve a decir que el error de la dictadura militar fue torturar a los detenidos, cuando podía matarlos, su candidatura es mejor que la de Haddad.
¿Por qué? Porque a Bolsonaro no le importa contradecirse. Dice cosas absurdas que no tendrán un resultado práctico. También ha hecho manifestaciones profundamente racistas, pero eligió como su vicepresidente a un exgeneral mestizo. Las barbaridades que ha dicho contra las mujeres no fueron expresadas por un misógino, sino por un tipo irrespetuoso y bocón que se ha casado tres veces y mantiene una intensa vida familiar. Y porque su homofobia choca con una tradición de tolerancia que hace que Brasil sea una de las naciones más abiertas en materia sexual. Una de las pocas que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. Contra eso, afortunadamente, no podrá su rechazo a los gais.
Hay muchas razones para preferir a Bolsonaro. Lula presidió una cueva de bandidos, no un gobierno decente. Él ha sido el principal culpable de la devaluación de la clase política brasileña. Si son muy graves las desvergüenzas de los de siempre, son peores las que comete una persona de origen humilde que prometió adecentar la vida pública e hizo lo opuesto. Lo que se esperaba de un líder obrero que pidió los votos para enfrentarse a la pudrición es la total honradez en la conducción de los asuntos oficiales. En el Infierno de Dante había un lugar terrible para los hipócritas.
Sus negocietes con los corruptos de siempre, como se demostró en la operación Lava Jato, es imperdonable. Dejaba robar a sus compinches ideológicos de Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, El Salvador y el Ecuador de Rafael Correa. Sus dos gobiernos y el de Dilma fueron una sentina. Presuntamente, convocaba a Haddad a rematar la faena. Primero el profesor y ex alcalde de Sao Paulo lo liberaría de la condena a 12 años de presidio y enseguida continuarían el saqueo de los brasileños.
Según El Nuevo Herald a Cuba le horroriza que Bolsonaro sea seleccionado por los brasileños. El exdiputado ha dicho que no está de acuerdo en continuar pagándole a la dictadura de los Castro —Fidel sigue vivo a los efectos ideológicos— por los médicos que Brasil alquila. Ese es un delito que contraviene los acuerdos internacionales de la OIT suscritos por Cuba y Brasil. Son los esclavos de bata blanca. Ese alquiler es la mayor fuente de ingresos de La Habana y se parece al repugnante negocio que hacían los negreros en Cuba en el siglo XIX.
Los Castro, que se embarcaron en el sistema más improductivo del mundo, cuadran la caja con los excedentes que les cobran a sus amigos y cómplices por el alquiler de médicos, soldados, entrenadores de deportes, espías y otras especies que crían en sus viveros revolucionarios. Venden esos servicios con el innoble propósito de financiar la vida muelle que se da una oligarquía que acaso llega a tres mil oficiales de las Fuerzas Armadas y del Partido Comunista, mientras el país se cae a pedazos.
Es muy probable que Bolsonaro le ponga fin a ese comercio ilegal de seres humanos. La función de este alquiler no es mejorar la salud de los brasileños pobres, sino subsidiar a la parásita cúpula cubana. Veremos qué sucede el 1 de enero de 2019, cuando comenzará a gobernar Bolsanaro. Ese día, por cierto, se cumplen 60 años del inicio de la pesadilla cubana.




Caso Kavanaugh: El circo no ha terminado, falta todavía

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Pretender cuestionar la legitimidad de la Corte Suprema porque fue nominado un magistrado que no simpatiza a ciertos grupos no es una acción inteligente

Sábado, octubre 13, 2018 | Eugenio Yáñez

ESTADOS UNIDOS.- No creo que haya terminado el circo con la confirmación por el Senado del juez Brett Kavanaugh y su juramento ante la Corte Suprema. Podría durar como mínimo hasta las elecciones de medio término dentro de menos de un mes, o tal vez mucho más, en dependencia de los resultados de tales elecciones.
Mi comentario no va dirigido contra Carlos Alberto Montaner, de quien me considero amigo y admirador, por su reciente artículo sobre el tema: me interesa plantear una percepción diferente del asunto. No pretendo dictaminar desde una virtual torre de marfil cuál partido tiene razón y cuál no. Busco analizar qué sería lo razonable y cómo evitar que tales circos se repitan innecesariamente.
Coincido con Carlos Alberto en que el espectáculo que hemos vivido en los últimos días alrededor de la nominación y confirmación del juez es inaceptable en una democracia sólida y respetable, y que tal vez se podrían revisar en general algunos procedimientos y protocolos para seleccionar jueces, pero lo que no podemos permitir bajo ninguna circunstancia es que el Senado de esta gran nación se conduzca como un parlamento tercermundista.
Coincido con quienes consideran que cualquier denuncia de una mujer que alegue haber sido sexualmente maltratada de cualquier manera requiere que se tome en serio y se investigue consecuentemente. Lo que no implica que el simple hecho de que se denuncie establezca automáticamente culpabilidad del denunciado, ni que podamos renunciar a la presunción de inocencia, principio capital del derecho en un país libre. Toda persona es inocente hasta demostrar su culpabilidad, aunque eso disguste a algunos “compañeros”, que comenzaron desde el primer momento del espectáculo a acusar al denunciado de “violador” y “borracho” sin necesidad siquiera de pruebas. De borracho lo presentó el domingo una caricatura de un órgano de prensa en Miami.
Tampoco es aceptable decir que la revisión de un candidato a la Corte Suprema no es un juicio criminal sino una “entrevista de trabajo”, y por lo tanto puede valer todo lo que se haga. Se está analizando a alguien para ocupar un cargo vitalicio en el más alto tribunal del país, no para ocupar un puesto de trabajo de auxiliar de ventas en una tienda durante la temporada navideña, y es necesario profundizar, pero en todos los casos el respeto a la persona que se entrevista es fundamental y obligatorio.
Por otra parte, nos simpaticen o no quienes ostentan cargos electivos en este país, hay cosas que nadie tiene derecho a cuestionar o a poner en duda: Estados Unidos se rige por la Constitución y las leyes. Y la Constitución y las leyes establecen que la designación de magistrados de la Corte Suprema es facultad del Senado, que decide por mayoría absoluta de sus miembros a partir de la propuesta presentada por el Presidente de Estados Unidos.
En ningún momento esas facultades están conferidas a la prensa o a turbas vociferantes. La prensa debe ser libre para expresar todos sus criterios sin temores ni coacciones, aunque en ocasiones se parcialice demasiado hacia un lado del espectro político. En cierto sentido, ese es el precio de la verdadera libertad de prensa, que solamente debe regularse por la ética profesional y personal de cada periodista.
Eso lo ignora, por ejemplo, la comisaria de la Mesa Redonda de la TV cubana, quien disgustada porque Miguel Díaz-Canel no recibió durante su visita a la ONU y New York la cobertura que ella considera que merecía, se preguntaba si alguien habría mandado a callar a The New York Times o The Wall Street Journal, como si alguien en Estados Unidos pudiera ordenar silencio a esos órganos de prensa, o a cualquiera. Esta dama no entiende de ética profesional. Además de que tales cosas no ocurren aquí, con los niveles actuales de relaciones entre The New York Times y el Presidente Trump, cualquier intento gubernamental para intentar callar a ese periódico suscitaría un escándalo de proporciones bíblicas en Estados Unidos.
Volvamos al circo. Si la facultad de designar miembros de la Corte Suprema no corresponde a la prensa, mucho menos a turbas vociferantes. El derecho a la protesta es sagrado en Estados Unidos, pero no existe derecho al vandalismo, la amenaza, la difamación, el acoso, ni a dañar edificios públicos. Para eso existen los mítines de repudio, como los estableció Fidel Castro en Cuba copiando modelos nazis y fascistas y allá se mantienen hasta nuestros días, con variantes locales en Venezuela y Nicaragua, pero eso no puede suceder en Estados Unidos.
Esas mujeres y hombres que con sus absurdos comportamientos en estos días se ganaban limpiamente el derecho a que la policía los detuviera, levantaban orgullosamente el brazo con el puño cerrado cuando les llevaban a la cárcel. Quién sabe por qué, además de para salir en la televisión. A mí personalmente cualquier brazo levantado con el puño cerrado me recuerda cualquier cosa menos la libertad y la democracia que supuestamente esos detenidos estarían defendiendo con su reprochable conducta.
Lo más preocupante, sin embargo, han sido algunas posiciones públicas anteriores y posteriores a la aprobación del Juez por parte del Senado. La credibilidad profesional del FBI fue cuestionada a causa de las opiniones de un partido sobre la investigación complementaria que se desarrolló en los últimos días por parte del Buró. Inmediatamente tras la nominación, una cadena de televisión citaba a un órgano de prensa escrita que señalaba que los senadores que votaron a favor del ya en ese momento magistrado Kavanaugh representaban estados con menos habitantes que los que votaron en contra. No importa si eso fuese verdad o mentira: lo grave es que se pretende ignorar la Constitución de los Estados Unidos con ese bodrio. La Constitución establece que la aprobación depende de la mayoría absoluta de los senadores, no de cuántos habitantes representa cada senador.
Peor aun, tras la votación aprobatoria, altos funcionarios de la anterior administración y senadores en ejercicio dicen que con la elección del Juez la Corte Suprema pierde su legitimidad. Eso no es un ataque contra el nominado, contra los senadores que votaron a su favor, ni contra la Corte Suprema. ¡Eso es un ataque contra el mismo corazón de Estados Unidos!
¿Qué hubiera sucedido si con esa supuesta “ilegitimidad” que se pretende ahora achacar a la Corte Suprema, ese alto tribunal hubiera tenido que decidir, como lo hizo, en la controversia para definir al ganador presidencial del año 2000 entre George W Bush y Al Gore?
Pretender cuestionar ahora la legitimidad de la Corte Suprema porque fue nominado un magistrado que no simpatiza a determinados grupos no es una acción inteligente, ni forma parte de las tradiciones democráticas de Estados Unidos.
Cuando comenzó el proceso, se cuestionaba al propuesto. Ahora se cuestiona al nominado, al Senado, y a la Corte Suprema. Así no va a terminar el circo. Más bien podría convertirse en circo de tres pistas.
Hay que romper este círculo vicioso. No se necesitan líderes iluminados. Estados Unidos conoce de sobra, desde hace más de doscientos años, la solución: simplemente, hacer funcionar plenamente el Estado de derecho, por encima de personas, grupos o partidos. Eso es lo que ha convertido a Estados Unidos en el país más poderoso del mundo y de la historia.