viernes, 30 de agosto de 2013

La Mejor Arma es la Oración.


Por: Admin 

Clamaron al Señor en su angustia, y los libró de sus aflicciones. – Salmo 107:19.
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El rey Herodes había matado a espada al apóstol Santiago. Al ver que eso había agradado al pueblo, procedió a detener y encarcelar también al apóstol Pedro (Hechos 12:1-4). Había dieciséis soldados custodiándolo. Cuando se enteraron de esa noticia, algunos creyentes se movilizaron, no para preparar un plan de evasión o para quejarse ante el tribunal, sino para orar fervientemente.
Al parecer, esas oraciones no dieron ningún resultado, porque el rey había decidido la ejecución de Pedro ante el pueblo al día siguiente, con motivo de una fiesta. Pero esa noche un ángel enviado por Dios liberó a su siervo de las cadenas, hizo que pasase delante de los soldados de la guardia y le abrió las puertas de la cárcel. Entonces, Pedro fue a esos creyentes que seguían orando. Sin embargo ellos, incrédulos, ¡no podían creer la respuesta del Señor!
Puede suceder que el Señor sólo responda a la oración de sus hijos en el último momento. Quiere probar su fe, mostrarles su poder y reforzar su confianza en él. La oración en familia y la oración colectiva descansan en una maravillosa promesa: “Si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos” (Mateo 18:19).
Esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye” (1 Juan 5:14). “Pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido” (Juan 16:24).

LA BENDICIÓN DEL CONOCIMIENTO





Es innegable que todos sabemos que tener conocimiento y sabiduría conlleva bendición. Sin embargo, hay una palabra que es exactamente la contraria a bendición: Maldición. Y si existe la bendición del conocimiento, también está allí mismo la maldición de la ignorancia. ¿Eso significa que un ignorante está maldito? No. Lo que sí quiero decir, es que la ignorancia o la falta de conocimiento, que es intimidad, suele ser una puerta abierta a las maldiciones, vengan de donde vengan. Y lo podemos probar.
(Deuteronomio 30: 19)= A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante de la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.
Dios ha puesto delante de nosotros dos opciones. Él ha venido y ha puesto delante nuestro, la vida y la muerte, es decir: ser y vivir en bendición o maldición. El hecho de que nosotros le prestemos atención a esto o no, no las deroga ni las anula. Lo sepamos o no, lo creamos o no, vida, muerte, bendición y maldición, están allí; alguna va a florecer. Sabemos cómo reacciona el mundo secular ante estas cosas; sabemos que hablar de Vida Eterna, de salvación, de perdición, de cielo y de infierno, para la sociedad moderna, equivale a hablar con un idioma cavernícola, digno de tribus ignorantes, místicas y supersticiosas. Imagínese que si así piensa el mundo de esto, qué idea puede hacerse con respecto a bendiciones y, lo que es más increíble todavía: maldiciones.
El problema es cuando esta incredulidad –por falta de conocimiento o peor, de credibilidad de toda la Palabra- alcanza a los creyentes. Muchos pueden ser víctimas de maldiciones sólo porque ignoran que son reales y efectivas, o porque aún sin ignorarlo, decidieron no creer esa parte del evangelio. Y algo que es mucho más delicado todavía: el hecho de que usted ignore el tremendo poder que Dios ha puesto en sus labios para bendecir o maldecir, no cambia el hecho de que sus palabras tengan trascendencia espiritual sobre la vida de otros y aún de su descendencia. Mire la historia: Abraham manda a su siervo que vaya y consiga esposa para su hijo Isaac. Su siervo vuelve con Rebeca que contrae matrimonio con él. De esta unión de Isaac y Rebeca, nacen dos gemelos: Jacob y Esaú. Todos conocen la historia de cómo Jacob, (cuyo nombre significa “impostor”, y sirve par que tengamos cuidado con los nombres que le damos a nuestros hijos “porque están en la Biblia”), mediante engaños suplantó y recibió la bendición que le pertenecía a Esaú.
Todos conocen, también, la historia de Jacob y Labán. Él, Jacob, se comprometió a trabajar siete años para Labán, gratis, a cambio de poder casarse con una de sus hijas: Raquel. Pero Labán, cumplido ese lapso y mediante una treta de la que Jacob, dicho sea de paso, muy inocente no fue, porque no se fijó a la hora de “conocer” a su esposa, le entregó a Lea, su otra hija, a la sazón mayor que Raquel. Esto llevó a Jacob a tener que laburar otros siete años más para, recién entonces y a la usanza de aquellas épocas, poder tener esta vez sí, a la que él quería como esposa: Raquel. Conclusión: se casó con las dos hermanas. Un día, Jacob decide –estando Labán ausente- huir, irse. Toma toda su familia y sus cosas y parte. Dice la Biblia que antes de irse con su marido, Raquel hurta, roba los ídolos de su padre. Cuando Labán descubre la fuga, sale en persecusión de Jacob y lo alcanza. Allí le dice:
(Génesis 31: 26)= Y dijo Labán a Jacob: ¿Qué has hecho, que me engañaste, y has traído a mis hijas como prisioneras de guerra? ¿Por qué te escondiste para huir, y me engañaste, y no me lo hiciste saber para que yo te despidiera con alegría y con cantares, con tamborín y arpa? Pues ni aún me dejaste besar a mis hijos y mis hijas. Ahora, locamente has hecho. Poder hay en mi mano paa haceros mal; mas el Dios de tu padre me habló anoche diciendo: guárdate que no hables a Jacob descomedidamente. (¿Cuántos se dan cuenta que la misericordia de Dios había provisto de un sueño para Labán, a los fines de impedirle que hablara mal a Jacob?)
(Verso 30)= Y ya que te ibas, porque tenías deseo de la casa de tu padre, ¿Por qué me hurtaste mis dioses? Respondió Jacob y dijo a Labán: Porque tuve miedo; pues pensé que quizá me quitarías por fuerza a tus hijas. Aquel en cuyo poder hallares tus dioses, no viva; delante de nuestros hermanos reconoce lo que yo tenga tuyo, y llévatelo. Jacob no sabía que Raquel los había hurtado.
Y después la historia se va de este asunto y deriva en otros sucesos, pero fíjese una cosa: que ignorando que Raquel se había traído esos ídolos, Jacob abre su boca en maldición: Aquel que te robó tus dioses, no viva, dice. O sea: que se muera el ladrón. Este pasaje muestra, esencialmente, el poder gigantesco que hay en la lengua. Proverbios 18:21 dice que La muerte y la vida están en poder de la lengua. El caso es que Raquel escondió los ídolos, no los devolvió a su padre Labán y se los llevó con ella. Obviamente, de esto no le comentó absolutamente nada a Jacob. Lo dicho por Jacob, entonces, Que no viva quien los tenga, quedó en pie.
(Génesis 35: 16)= Después partieron de Bet-El; y había aún como media legua de tierra para llegar a Efrata, cuando dio a luz Raquel, y hubo trabajo en su parto. Y aconteció, como había trabajo en su parto, que le dijo la partera: no temas, que también tendrás este hijo. Y aconteció que al salírsele el alma, (pues murió), llamó su nombre Benoni; mas su padre lo llamó Benjamín. Así murió Raquel, y fue sepultada en el camino de Efrata, la cual es Belén.
Aquí vemos el efecto de aquella primaria y casi olvidada maldición. Es muy probable que ni Jacob que la pronunció, ni Labán y la propia Raquel que la oyeron clarita, recordaran el suceso. Jacob no sabía. No; no sabía. Ni se imaginaba. Pero eso no significó obstáculo para que su maldición fuera efectiva y terminara con la muerte de Raquel.
(Proverbios 11: 9)= El hipócrita con la boca daña a su prójimo; mas los justos son librados con la sabiduría.
En otra versión, este pasaje dice: Mas los justos son librados con el conocimiento. Por si ya se ha olvidado, le hago recordar lo que se puntualiza en el inicio de este estudio: La Bendición del Conocimiento. ¡Ah! ¡El título! Sí, el título, pero además la verdad, que no es poca cosa.
(Proverbios 12: 18)= Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina.
La suma de estos dos pasajes, nos está dejando en evidencia que la sabiduría cuando está puesta en la boca de los hombres, se vuelve medicina. Tal vez usted no alcanza a ver con claridad qué es lo que esto significa. Bien; le explico: ¿Quiere un sinónimo claro y concreto de la palabra MEDICINA? Le doy dos: Salud y Vida.
(Proverbios 15: 4)= La lengua apacible es árbol de vida; mas la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu.
(Proverbios 18: 21)= La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.
(Proverbios 26: 2)= Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, así la maldición nunca vendrá sin causa.
La Maldición es aquella circunstancia espiritual que consiste en una barrera, o un lazo, o una atadura invisible que ata a la persona con el objetivo de impedirle dos cosas: 1) Le impide VER la bendición de Dios. 2) Le impide RECIBIR la bendición de Dios. De allí se puede entender por qué es que quienes están bajo alguna maldición no sólo no lo saben, sino que tampoco lo aceptan sencilla y fácilmente. Porque no lo pueden ver. Es indispensable que la Palabra de Dios alumbre nuestros ojos para que lo veamos, y entonces procedamos a hacer algo al respecto: venir en contra de esa maldición, cancelarla, romperla, revocándola, aprendiendo a revertirla, convirtiéndola en una bendición de Dios. Las bendiciones, por el contrario, son la parte del plan de Dios para que nosotros podamos recibir o desatar en nuestras vidas el plan perfecto de nuestro Señor para nosotros.
(Efesios 1: 3)= Bendito sea el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
Esto quiere decir que Dios ya nos bendijo y con toda bendición espiritual; en los lugares celestiales. ¿Cuáles bendiciones? ¿cuántas? Todas. Dios hizo provisión de todas las bendiciones. Bendición en su familia, en su corazón, en su mente, en su cuerpo, en su trabajo, en todo. Pero hay factores invisibles que traen esas bendiciones o impiden que vengan. Una de las causas que nos dejan vulnerables a una maldición, es la adoración de falsos dioses.
(Éxodo 1: 3)= Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
No tendrás dioses ajenos delante de mí.
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen.
Fíjese: al hecho de fabricarse un ídolo, Dios lo llama: ME ABORRECEN. Dijo alguna vez ese bendecido hermano llamado Derek Prince ilustrando este pasaje, que: Si usted agarra una cucaracha, y la pega en un cuadro, y le pone debajo a modo de título: “Derek Prince”, ¿Cómo se supone que me sentiré yo cuando lo vea? La Palabra dice que las maldiciones trascienden el tiempo y pueden alcanzar hasta una, dos, tres, cuatro y diez generaciones. Pero hay una buena noticia: también dice la Palabra que las bendiciones trascienden el tiempo y pueden alcanzar hasta mil generaciones.
(Romanos 1: 20)= Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.
Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y reptiles.
Ahora bien: ¿Cómo lleva el diablo a la gente de Dios a los ídolos? ¿Cómo hace algo tan aparentemente improbable? El ocultismo es el camino que él usa para engañar al hombre y envolverlo, hasta llevarlo a la adoración de otros dioses distintos al Señor. Y el ocultismo tiene tres ramas. En realidad, serían dos, pero las vamos a dividir en tres para hacer una especial con objetos, a los fines de que nadie se quede sin entender esta cruda y hasta triste realidad. Una realidad que muchos se empecinan en no querer ver. Y no hablo de los que no ven, hablo de los que no quieren ver que no es lo mismo.
Las dos ramas básicas por las que el diablo suele llevar a la gente a los ídolos, son: la rama del conocimiento y la rama del poder. En la primera, el objetivo es aprender para conocer, y en la segunda, el hacer, el ejercer ese conocimiento. La Hechicería es la rama del poder que tiene el ocultismo, porque por medio de la Hechicería se llega al dominio de las personas. Porque la Hechicería es aquello que se hace, sea por manipulación o intimidación, para dominar la voluntad de las personas o las circunstancias.
La Hechicería. La Palabra dice que la rebelión es como pecado de Hechicería, porque son factores ligados. La rebelión, la rebeldía, la desobediencia, todas traen la maldición. La bendición viene por obediencia y la maldición por desobediencia. Entonces veremos que hay tres fuentes de maldiciones: 1)= Las que provienen del diablo mismo, y que él despliega utilizando a brujos y hechiceros. 2)= Las que provienen de nosotros mismos, cuando usamos irresponsablemente nuestra boca, ya que en nuestra boca, ya que en nuestra boca sabemos que hay poder para dar vida y para dar muerte. 3)= Las maldiciones que traemos sobre nosotros mismos por nuestra desobediencia a Dios.
La Hechicería es la expresión de la naturaleza corrupta, rebelde, de la humanidad sin Dios, de la humanidad en su estado caído. Gálatas 5:20 dice que es una obra de la carne, pero esta obra de la carne es la puerta que el enemigo usa para poder entrar. O sea: Lo que el enemigo usa, es el deseo que la gente tiene de dominar a otra gente. Se da en el liderazgo de grupos, amistades, matrimonios, política, economía, deportes... y la iglesia, obvia y naturalmente también. Es una puerta por la que pueden entrar demonios a dominar a estas personas y a las demás a través de ellas. Por eso el diablo siempre apunta a quienes ostentan algún poder. Él no se conforma con dominar a dos o tres; él quiere dominar grupos, pueblos, naciones.
La otra rama de lo oculto que es la del conocimiento, trata con la adivinación. Aquí se trata de obtener conocimiento por medios que no son normales ni naturales. La forma más común es la adivinación del futuro: leerle las palmas de las manos, leer el té, la borra del café, el Tarot, la Tabla Ouija, tirar las cartas, son formas de averiguar o adivinar el futuro. Esta rama, llamada SORTILEGIO, ofrece conocimiento sobrenatural del futuro y aquí se incluye toda falsa revelación religiosa que dice tener una fuente sobrenatural.
Esto que voy a decir es duro y es triste, pero; ¿No hemos visto muchos de nosotros, alguna vez, a cristianos buscando revelación en fuentes que no son la Biblia? Así es como han nacido infinidad de cultos que, llamándose cristianos, en el fondo, terminan por negar la deidad de Cristo para derivarla hacia otras fuentes. Aquí es donde Satanás explota y usa el deseo carnal del hombre de Traspasar las fronteras de la Biblia para ir en búsqueda de un conocimiento que esté más allá de ella.
Ahora que tenemos las dos ramas básicas bien definidas, vamos a hablar de una serie de cosas, de una categoría de cosas que caen dentro de esas ramas. Obviamente, estas cosas que yo voy a mencionar, son abominación para Dios, son prohibidas para el creyente. No se sienta usted condenado, siéntase mejor alertado para el arrepentimiento, para el perdón, para la limpieza y, fundamentalmente, para la liberación
La rama del poder de lo oculto, incluye: Acupuntura, Acupresión, Proyección Astral, Hipnosis, Levitación, Artes Marciales, (Donde se invocan poderes sobrenaturales con expresiones que a veces simulan ser alaridos que, se nos dice, sirven “para expulsar el aire”) Control Mental, Dinámicas Mentales, Parakinesis, Telekinesia, Hechicería, Percepción Extrasensorial, mientras que la rama del conocimiento del ocultismo, incluye: Astrología, Escritura automática, Canalización (Esto es: aprendizaje mediante la meditación, de buscar un espíritu guía para canalizar, es decir: expresar.) Clarividencia, Bolas de Cristal, Diagnosis por medio del Péndulo, Terapia del color, Clariaudiencia, Vara de adivinar, Vara buscadora de aguas subterráneas, Análisis de la escritura, Horóscopos, Cábalas, Lecturas de las palmas de las manos, Mediums, Lectura de la mente, Numerología, Tarot, Sesiones espiritistas, Lectura del té o del café, Telepatía, Frenología y toda clase de libros de ocultismo. Nosotros no tenemos por qué tener libros de ocultismo en nuestras casas, ni leerlos; los libros de ocultismo, así los leamos bajo el barniz de “querer enterarnos de fórmulas del enemigo para combatirlo mejor”, son puertas abiertas.
Hay un párrafo que deberíamos dedicar a falsos cultos religiosos. Y debería nombrarlos sin más trámite, pero hay códigos en jurisprudencia que no me lo permiten. LO tengo que respetar y sujetarme a esas reglas. Soy un embajador del reino de Dios pero viviendo en un sitio, cualquiera sea, que tiene sus leyes. Y mientras esté aquí tendré que respetarlas. Pero le digo algo: ¿Cuál es la referencia standard del creyente? La Biblia. ¿Qué necesitamos para interpretar la Escritura? La revelación, ayuda y guía del Espíritu Santo de Dios. Quien quiera que diga necesitar de otro libro para interpretar la Biblia, ANATEMA. A la Biblia no podemos agregarle ni quitarle nada y todo lo que está más allá de ella, es falso. Anote estos tres conceptos: 1)= Lo que no es de Dios, se reconoce porque no nos proporciona paz. 2)= Todo lo que no está avalado por la Palabra, no es de Dios aunque parezca muy bueno. 3)= Nosotros no necesitamos jugar con fuego.
Vamos ahora a la rama suplementaria del ocultismo. Los objetos físicos. Nuestra casa tiene que estar limpia. Las paredes de nuestra casa tienen que estar limpias. No estoy diciendo que haya que pintarlas de blanco, lo que digo es que no podemos tener colgados en ellas cuadros que inviten a la entrada de demonios a la casa: Amuletos, Hank (Que es una especie de cruz con una gota arriba) Piedras preciosas o imitaciones relacionadas con su fecha de nacimiento, Cristales, (Estos son generalmente pirámides y, en esta época, su venta es casi masiva merced a un fructífero trabajo promocional “para la buena suerte” de la Nueva Era) Talismanes, Música Rock, Ouijas, Fetiches, Trabajos de Brujería. (Estos son colgantes, prendedores, cintas, etc.)
Cuenta un conocido hombre de Dios con relación a esto, que cierto pastor le comentaba que en su congregación los encargados de servir la Santa Cena descubrieron que, al extender la mano a los asistentes para recibir el pan o la copa de vino, en muchas muñecas habían podido observar cintas rojas o de las otras, de procedencia afro-brasileñas. Se venden bajo el pretexto y la muletilla de, reitero, la buena suerte, con la premisa de no quitarlas hasta que no se pudran y se salgan solas, esto “para que haga efecto”, y muchos que ignoran estas cosas, (O conociéndolas se resisten a creerlas) se enganchan. Hay dos cosas que quiero decir con respecto a las cintas rojas en cualquiera de sus expresiones: las de pulseras, las que se cuelgan en automóviles, motos o bicicletas. Tienen relación directa con el culto de San la Muerte, aunque se compren pensando en la buena suerte. La otra: alguien que anda con una cinta roja porque eso le trae buena suerte, es alguien que le anda diciendo permanentemente al diablo: ¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo!
(Deuteronomio 18: 10-13)= No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.
Porque es abominación a Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti. Perfecto serás delante de Jehová tu Dios.
Ciertamente: muchas veces cuando hablamos de hechiceros, adivinos, magos y sortílegos, la mente nos viaja y nos parece que nos estamos refiriendo a personajes de alguna tribu africana, de la edad media o de algunos monjes del siglo15, pero habrá que aclarar que esto ocurre hoy y ahora, ¡Y en nuestra mismísima sociedad del siglo 21!
Los encantamientos, hoy día, no se llevan a cabo mediante oscuros monjes vestidos con negras ropas y capuchones con punta en forma de bonetes. En los Estados Unidos de América, por ejemplo, se está llevando a cabo en las escuelas, a través de inocentes juegos, el desarrollo de técnicas muy modernas de relajación y meditación, propuestas como recursos extra para asimilar mejor la enseñanza. Le pregunto: A usted, padre cristiano, que tiene que enviar a sus hijos a una escuela secular porque no puede hacerlo con otra: ¿Sabe con certeza qué es lo que hacen sus hijos en esas escuelas hoy día? Los padres de jóvenes que concurren a escuelas dependientes de organizaciones evangélicas, no tienen este problema, gracias a Dios. Perdón: no DEBERÍAN tenerlo, ¿Estamos de acuerdo?
En el Nuevo Testamento, hay una escritura que habla de no comer lo que ha sido sacrificado a los ídolos, ¿Recuerda? Haciendo historia, se estudia que en aquellos tiempos, había lugares donde se vendía, (se supone que a un precio mucho más acomodado), la carne de animales que habían sido sacrificados, y, obviamente, es contra la compra y el consumo de esa carne que Pablo literalmente encara. Entonces eso nos hace pensar y decir: “-¡Oh! ¡Está bien! ¡Pero eso era en aquellos tiempos!-“ Cuidado. ¿Sabe usted la cantidad de empresarios que, para tener, dicen, “buena onda” comercial y éxito económico, siguen puntillosamente y al pie de la letra, las instrucciones de alguna bruja, vidente, o líder de alguna religión satánica, africana, asiática o similar, realizando pactos y sacrificios donde sus productos son entregados a los demonios? ¿Usted me puede asegurar que sabe eso perfectamente cada vez que coloca un producto determinado en su mesa y lo consume? Conclusión lógica: Ore siempre por los alimentos. No sólo para dar gracias a Dios por proveerlos, sino para liberarlos de todo pacto satánico, de todo rito diabólico, y cúbralos con la sangre de Cristo santificándolos. Eso, siempre y cuando no sepa nada concreto, es decir: por las dudas. Ahora, si de un determinado producto sabe algo concreto al respecto, absténgase de consumirlo. Aunque sea muy económico y delicioso al paladar.
Contaba un pastor que una noche, estando en el púlpito de su congregación, tuvo una visión muy clara y real sin estar dormido, claro está; vio entrar al templo dos demonios con un aspecto claramente definido. Inmediatamente suspendió su predicación y los reprendió en el nombre de Jesús. Ellos salieron inmediatamente. Días después, hojeando una revista de espectáculos, se encontró de cara con aquellos mismos rostros de los demonios que había visto. Leyó el epígrafe de la fotografía y se enteró que eso que veía, eran personajes de la película “La Guerra de las Galaxias”. Comenzó a indagar y llegó a una conclusión: Quien creó a esos personajes, dibujó lo que “vio” en un “viaje” producido por el efecto de drogas. Es normal escuchar que quienes se drogan, tienen alucinaciones. Nosotros, ahora sabemos que no son alucinaciones.
Hay infinidad de artistas que hacen hoy día pactos con el diablo para que éste los respalde, sobrenaturalmente, en sus discos o producciones. Y no piense en ese joven con su cabello teñido de verde, le estoy hablando, incluso, de artistas latinoamericanos aparentemente “muy serios” y circunspectos. Y que no le quepan dudas: también hay argentinos.
(Hechos 19: 19)= Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era de cincuenta mil piezas de plata.

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Pastores advierten de un creciente movimiento herético en las iglesias



El nuevo movimiento ha sido llamado "Hipergracia", enseñanzas que se basan en la opinión de que Dios no castiga a nadie.
Estados Unidos | Miércoles 28 de Agosto, 2013 | Por Nínro Ruíz Peña | 

Los Estados Unidos son responsables de producir la mayor parte de la teología que se enseña y se consume en el mundo. Desde los movimientos misioneros de los siglos 19 y 20, han llevado el evangelio en todo el mundo, incluso las más recientes modas y herejías del mundo evangélico.
Según el sitio web de la revista pentecostal Charisma, un nuevo movimiento ha surgido lo que tiene preocupado a pastores y líderes de América, ya que se está extendiendo rápidamente a otros países.
El nuevo movimiento ha sido llamado “Hipergracia”, enseñanzas que se basan en la opinión de que Dios no castiga a nadie. Probablemente influenciado por la exigencia casi omnipresente que la gente sea “políticamente correcta”, muchas de sus enseñanzas confrontan directamente la Biblia.
Para los críticos, la medida es una “evolución” de una iglesia que en las últimas décadas han sido testigos de un descenso en la doctrina y predicación bíblica. Poco a poco, la teología de la terapia motivacional ha tomado lugar en el púlpito. Por otro lado, la búsqueda de la prosperidad ha socavado algunos de los fundamentos que en el cristianismo se mantuvo durante siglos.
Con tantas iglesias y predicadores ahora se niegan a combatir el pecado. Rara vez se menciona la necesidad de arrepentimiento o ni siquiera se habla de temas como el infierno y el juicio. Muchas de estas iglesias permiten a sus líderes vivir sin tener que preocuparse por pagar las cuentas, incluso si están lejos de lo que cabría esperar de ellos.
El movimiento de Hipergracia, es una la versión actualizada de la antigua herejía conocida como antinomianismo (en griego, significa anti “contra” y nomos, “ley”). Es la creencia de que la ley moral del Antiguo Testamento fue completamente abolida. ¿Cómo viviremos antes de la venida de Cristo? Podemos vivir de la manera que queremos, porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia. ¡El Nuevo Testamento termina con la Ley del Antiguo Testamento, así que todo es gratuito!
Ideas como palabras proféticas, busque al Espíritu Santo, guerra espiritual, o la voz de Dios son deliberadamente ignorados y, a menudo ridiculizados. Los teólogos y pastores que están advirtiendo acerca de este movimiento, aseguran que esto puede poner en peligro el futuro del cristianismo y engañar a miles de personas.
Es evidente que los líderes que integran este movimiento no admiten que pertenecen a ella. Después de todo, esto no es un movimiento organizado, pero su existencia e influencia ha crecido a través de la literatura cristiana que enfatiza el éxito personal y eclesiástico.
Posiblemente no utilicen el término y dicen que llegaron a estas conclusiones por sí solos.
Con certeza la Biblia habla de la gracia, pero al parecer estas personas no leen o convenientemente han olvidado Romanos 6: 1-2 “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?”.
Sin embargo, el teólogo Joseph Mattera, creó una lista de 8 signos más claros de que una iglesia está siguiendo la Hipergracia:
1. Los predicadores no hablan en contra del pecado: Si usted está en una iglesia como esta, te darás cuenta de que la palabra “pecado” por lo general sólo se menciona en el contexto del perdón de los pecados en Cristo. A veces se reprende a la gente que se atreven a llevar el asunto, clasificándolos de “legalistas” y “fariseos”.
2. El pastor nunca toma una posición firme sobre la santidad: En un intento por atraer a más gente, todo se hace para que las reuniones sean más agradables, especialmente el sermón. Los ministros no toman una posición pública, o enseñan a los miembros sobre cuestiones que están en la agenda como el aborto, la homosexualidad, la legalización de las drogas, o cualquier cosa que pueda hacer frente a la audiencia. Se ignora cualquier intento de establecer o cobrar a los afiliados de los parámetros para una vida de santidad.
3. El Antiguo Testamento es casi totalmente ignorado: En estas iglesias, el Antiguo Testamento es tratado como un registro que no tiene un valor real con nuestro estilo de vida moderno. Bien, no hay ninguna mención de los Diez Mandamientos o las porciones bíblicas donde Dios se muestra como un juez.
4. A los líderes se les permite enseñar y predicar abiertamente viviendo en pecado: No hay condenación hacia los pecados como la fornicación, la avaricia y la embriaguez son tolerados. Ya sea para los miembros ordinarios o personas en posiciones de liderazgo, esto no es “importante”, ya que no refleja el amor al prójimo y el respeto a sus decisiones.
5. Los mensajes suelen acudir en contra de la “iglesia institucional”: Los pastores que han abrazado la Hipergracia están constantemente en contra de las iglesias más “conservadoras”, porque creen que su mensaje ya no es relevante a la cultura de hoy. Por otra parte, estos “fundamentalistas” sólo colaboraran para que las personas en general tengan una mala impresión de los evangélicos.
6. Los pastores predican en contra del diezmo: La Hipergracia, no estimula a la gente a leer la Biblia y llegar a sus propias conclusiones, pero se preocupa por decir lo que no se puede creer.
Aunque si hablan de ofertas y anuncian las necesidades financieras de la iglesia. Los pastores afirman que el diezmo es otra ley que fue abolida en Cristo. Por lo tanto, cada miembro puede decidir si lo desea o no involucrarse financieramente.
7. Los pastores predican sólo mensajes motivacionales: Desde los púlpitos de las iglesias resuenan sólo mensajes positivos sobre la salud, la riqueza, la prosperidad, el amor de Dios, el perdón de Dios y de cómo tener éxito en la vida. No existe una preocupación o interés en proclamar “todo el consejo de Dios”, o estimular el trabajo evangelístico y misionero que requiere arrepentimiento y cambio de vida. No mencionan la existencia del diablo y demonios. Dios ama a todos y ve que ningún daño les ocurra.
8. Miembros de la Iglesia no deben temer a ningún tipo amonestación por parte de su liderazgo: Los participantes de una iglesia que siguen la Hipergracia están convencidos de que, a causa del fuerte énfasis en la gracia, todo está permitido. Es decir, no se espera ningún cambio real de ellos, sólo asistir a los cultos de adoración y ser “mejores personas y más felices”.
Traducido y adaptado por NoticiaCristiana.com de Charisma News
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 Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Yo tengo un sueño




Yo tengo un sueño (I Have a Dream) es el nombre popular del discurso más famoso de Martin Luther King Jr., cuando habló poderosa y elocuentemente de su deseo de un futuro en el cual la gente de tez negra y blanca pudiesen coexistir armoniosamente y como iguales. Este discurso, pronunciado el 28 de agosto de 1963 desde las escalinatas del Monumento a Lincoln durante la Marcha en Washington por el trabajo y la libertad, fue un momento definitorio en el Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos. Está considerado frecuentemente como uno de los mejores discursos de la historia, y quedó en el primer puesto entre los discursos del siglo XX según los estudiosos de la retórica.
Ampliamente aclamado como una pieza maestra de la retórica, el discurso de King se asemeja al estilo del sermón de un ministro bautista negro. Apela a fuentes icónicas y ampliamente respetadas como la Biblia, e invoca la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, la Proclamación de Emancipación, y la Constitución de los Estados Unidos. A través del instrumento retórico de la alusión (definido por Campbell y Huxman (2003) como "referencia indirecta a nuestro acervo cultural compartido, como la Biblia, la mitología griega y romana, o nuestra historia"), King hace uso de frases y lenguaje de importantes textos culturales para sus propios propósitos retóricos. Cerca del comienzo King alude al Discurso de Gettysburg de Lincoln diciendo: "Five score years ago..." una particular forma de decir "cien años" en inglés (pues score son 20 años y 20 x 5 = 100).
Las alusiones bíblicas también son comunes. Por ejemplo, King alude al Salmo 30:5 en la segunda estrofa de su discurso. Dice en referencia a la abolición de la esclavitud articulada por la Proclamación de Emancipación , "llegó como un precioso amanecer para terminar una larga noche de cautiverio." Otra alusión bíblica es encontrada en la décima estrofa: "No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta que "la justicia ruede como el agua y la rectitud como una poderosa corriente." Esta es una alusión a Amós 5:24. King también cita de Isaías 40:4 -"Sueño que algún día los valles serán cumbres..."
La formación religiosa del orador se percibe claramente ya que utiliza tres veces la expresión "hijos de Dios", habla de que "la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano", da ánimo a su gente diciéndoles un mensaje cristiano "Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador" y cerrando el discurso con ""¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!".
Paralelismo, o "usar la misma fraseología inicial en una secuencia de afirmaciones o frases para agregar énfasis, orden, o climax a una idea" , es una herramienta retórica empleada a través de todo el discurso. Un ejemplo de paralelismo es encontrado casi al principio cuando King insta a su público a aprovechar el momento "Ahora es el momento..." es repetido cuatro veces en la sexta estrofa. El ejemplo más citado de paralelismo es encontrando en la frase "Yo tengo un sueño..." que es repetida ocho veces cuando King describe a su audiencia una imagen de un Estados Unidos de América integrado y unido.
Contenido
King comienza hablando de la Proclamación de Emancipación que había sido firmada hacía cien años (1863), y de cómo todavía existía la segregación a pesar de lo que ese y otros documentos históricos de su país prometían. Hace hincapié en que ese era el momento para hacer el cambio, y si bien aclara que la violencia no es el camino, su mensaje es poderoso y persuasivo. Pide justicia y cambio, y afirma que es el comienzo de la lucha, aunque descarta la violencia como medio (dedica dos estrofas a prevenir esto). Describe el padecimiento de la raza negra en ese momento con ejemplo contundentes (no poder parar en moteles, no poder votar, etc.), y les pide que sigan luchando por sus ideales. El momento más emotivo es cuando describe -con el famoso "Yo tengo un sueño"- el país que imagina para sus hijos: uno en el que los chicos blancos y negros convivan sin ningún tipo de prejuicio. Despide a los asistentes diciéndoles que vuelvan tranquilos a sus lugares, que de algún modo el cambio iba a llegar. Y termina ampliando la visión de una sociedad unida al hablar no sólo de razas que dejen de lado sus diferencias, sino también de religiones.

Cuando Alguien Piensa en tu Lugar


Prof Nestor Martinez
La pasividad, que no tiene nada que ver con el pacifismo, es una actitud totalmente opuesta a lo que Dios requiere para poder obrar en el creyente. Dios desea que nuestras facultades estén bien despiertas y que ejerzamos nuestra libre elección para aprender a cumplir su voluntad, que es que cooperemos con su Espíritu, no que durmamos aguardando que Él lo haga todo o, la inversa, salgamos tan rápido a ayudarle que terminemos por estorbarlo y no permitirle su obra. Demás está decirle que la pasividad, es la condición especial para que los espíritus malignos puedan operar con éxito en un ser humano. Estos espíritus malignos necesitan encontrar una voluntad pasiva para hacerla esclava de su voluntad, mientras que Dios desea un hombre regenerado, inteligente y activo, con una capacidad de elección que haga su voluntad en una libertad de su espíritu, cuerpo y alma.
Los poderes de las tinieblas desean hacer del hombre una máquina, una herramienta, un autómata. Dios, en cambio, no necesita ni demanda de nadie una condición inactiva, ya que su obrar en y a través del hombre, no anula su personalidad, cosa que es opuesta en los demonios que sí necesitan que el hombre se postre en una total pasividad. Dios demanda una acción inteligente, racional, lo dice Romanos 12. Dios requiere, sí, la nulificación de las malas acciones por parte del creyente, tanto porque son pecaminosas como porque estorban su cooperación con el Espíritu Santo.
La pasividad no debe confundirse con la calma, o la quietud, o con el espíritu manso del cual nos hablan las escrituras, y que es de gran estima delante de Dios. La quietud de espíritu, de corazón, mente, voz o expresión, puede coexistir con la más efectiva actividad dentro de la esfera de la voluntad de Dios. Hay quienes usan la palabra “rendirse” pensando que están totalmente rendidos a la voluntad de Dios, pero en realidad sólo lo están en cuanto a sus sentimientos y propósitos, pues andan por medio del razonamiento y del juicio del hombre natural, aunque someten sus planes a Dios, cosa que de por sí no es suficiente. Los que están en realidad “rendidos” se dan a sí mismos implícitamente para obedecer y llevar a cabo a toda costa lo que Dios les revela y no lo que, “según ellos”, es la voluntad de Dios.
Los creyentes que rinden su voluntad, todo lo que tienen y lo que son a Dios, no por eso anulan el uso de su mente regenerada, no están abiertos a la pasividad que da ocasión de actuar a los espíritus malignos, aunque bien pueden darle lugar en otras formas. El origen de la pasividad que da una oportunidad de acción a los espíritus de maldad tiene su comienzo generalmente en una interpretación errónea de las Escrituras o en algunos pensamientos o creencias erradas en cuanto a las cosas divinas. Algunas de estas falsas interpretaciones de las Escrituras son las que hemos visto derruir conceptos básicos. La pasividad mental puede afectar a todo el hombre en espíritu, alma y cuerpo, principalmente cuando la persona permanece en este estado durante mucho tiempo y esta actitud se ha arraigado muy profundamente. Vamos a ver, ahora, los modos de ser vulnerables.
Pasividad de la Voluntad: ¿Qué es la voluntad? Es una actitud que se aloja y nace en el alma humana. El hombre ha sido creado con una voluntad para que esta, sujeta a la guía del Espíritu Santo, lo transforme en más que vencedor. No es culpa de Dios si el hombre, de improviso, resuelve controlar por sí mismo su voluntad sin someterla a nadie más que a sus necesidades, deseos o caprichos. La voluntad es como el timón que gobierna el barco. Quien pueda manejarlo, decidirá el derrotero de la nave. Ahora bien; ¿Y qué es una voluntad pasiva? Fundamentalmente un error en el tipo de “entrega” que hacemos al Señor.
Hay que aclararlo de una vez por todas, aunque haya gente que por algún inexplicable o muy explicable motivo, enseñó otra cosa. Dios nos hizo con voluntad para que la utilicemos con vigor al servicio del reino de Dios. Cuando la rendimos totalmente y nos negamos a usarla suponiendo que Dios lo va a hacer todo por nosotros, es cuando quedamos vulnerables y a disposición de los demonios. Porque al principio, parecerían haber experiencias benditas que glorifican a Dios, pero llega un momento en que el creyente, convencido que Dios está obrando en él, se vuelve incapaz de hacer ninguna elección, ni siquiera en los asuntos más triviales de la vida diaria. Preferirá que sean otros los que elijan, decidan y actúen en su lugar. Fíjese que esto no es la sana dependencia divina, esto es indudablemente una lisa y llana evasión a las responsabilidades elementales. Es entonces cuando los espíritus malignos empiezan a usar a este creyente supuestamente “rendido” y a obrar en torno a él creando maldades y perversidades de varias clases. El problema más grave es que se ha malinterpretado a Filipenses 2:13 cuando dice: Porque Dios es el que en vosotros opera tanto el querer como el hacer por su buena voluntad. Esto ha hecho pensar a muchos que Dios lo hará en lugar de ellos y allí es donde deja de ejercer su talento que queda a disposición del enemigo. Es como caminar sobre una cornisa o coquetear en el filo de una navaja. Tanta sutileza hay en este engaño que a todas luces, es notorio de donde viene.
Pasividad en la Mente: El principio de esta actitud, tanto en el inicio como en su patrón, radica en que hay muchos creyentes que afirman que Dios no necesita usar el cerebro del hombre. Sin embargo, la elección de Pablo por parte de Dios, que antes de su conversión era uno de los intelectuales más brillantes de su época, nos dice claramente que a Dios le agrada y le interesan los hombres y mujeres fundamentalmente inteligentes. Cuanto más brillante sea un cerebro, más podrá ser utilizado por Dios, siempre y cuando se someta a su verdad y a su voluntad. Lo que sucede es que se ha predicado irresponsablemente que el cerebro del hombre y su funcionamiento malo o pecaminoso.
Cuando esta pasividad mental traba el ejercicio normal de la memoria, la persona lo primero que hará es buscar a alguien como “ayuda memoria”, hasta el punto de volverse esclavo de la opinión ajena. Cuando esa pasividad anula la imaginación, allí es cuando los malos espíritus le proyectan lo que se les ocurre y el hombre se lo cree porque lo toma como “visiones sobrenaturales”, en una pasividad mental total, la mente prácticamente no puede ser usada. La persona no puede pensar y se siente como si su mente estuviera ceñida por una banda de hierro o como si tuviera un gran peso o presión sobre su cabeza.
La Pasividad del Juicio o de la Razón: Esto significa que el hombre, en estas condiciones, ha cerrado la mente a todos los argumentos y razonamientos que le ayudan a llegar a ciertas conclusiones. Todo el esfuerzo que se haga para exponerle la verdad, o la luz, es considerado por él como un impedimento o interferencia y la persona que intenta ayudarla es calificada de ignorante o entrometida. Cuando el creyente ha alcanzado este extremo llega a un estado de invasión por os malos espíritus y se siente infalible en los juicios que hace. (O mejor dicho, que los espíritus hacen por medio de él) Muchos de estos creyentes desequilibrados, son los que el mundo suele llamar “fanáticos” o “chiflados”, y podemos afirmar con todo el dolor que eso conlleva, que al ver el estado de programación mental que los malos espíritus han hecho en sus vidas, ellos dan más que sobrados motivos para que se los vea así. Habrá que recordar lo escrito en Santiago 5:19-20: Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad y alguien le hace volver sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino salvará de muerte un alma y cubrirá una multitud de pecados.
Pasividad de la Conciencia: Cuando el creyente toma ciertas palabras que le han llegado o le han sido presentadas en forma “sobrenatural”, como si fuera la voluntad de Dios, para él dichas palabras se vuelven infalibles y pasan a ser como una especie de ley contra la cual no admite negativas ni objeciones. Hay personas que han debido irse de una congregación por causa de que el líder dijo haber recibido una palabra para ellos y que ellos, por no tener confirmación, ni paz, ni certeza, no quisieron obedecer sin chistar tal cual como se les sugería. Si lo que se recibe es un “mandamiento” sobre algo, no tratará ni siquiera de examinarlo, ni pensar o razonar sobre él. Cuando el creyente se cierra y no está dispuesto a admitir más luz sobre este asunto, ha llegado al estado que llamamos La pasividad de la conciencia.
Porque la conciencia se hace pasiva cuando no se usa; cuando los creyentes creen que están siendo guiados por una luz “más elevada”, o que Dios “les ordena” hacer esto o aquello. Nuevamente en estas ocasiones los espíritus malignos pueden presentarles palabras o textos bíblicos totalmente fuera de sus contextos. ¿O usted que cree, que son mentiras de ancianas locas aquello de que la “virgencita” le habló y le pidió quedarse en ese lugar y que se le construyera un santuario? ¡No! ¡Esa mujer oyó lo que dice que oyó y quizás hasta vio lo que dice que vio! El tema es de donde procede lo que oyó y vio. Cuesta muchísimo alertar sobre estas cosas porque la gente tiene una tendencia natural a ser escéptica y descreída de todas estas cosas, pero cuando llega a “ver algo” que se da cuenta no es natural, sin dudarlo ni un instante se lo adjudica a un milagro de Dios, de vírgenes o se determinados santos, cuando en realidad, y en la mayoría de las ocasiones, provienen de demonios engañadores. Ahora; ¿Quiere saber algo? También los que dicen ser creyentes bíblicos o escriturales suelen caer muy a menudo en esta misma trampa. La gente anhela con tanto fervor ver milagros que están dispuestos a aceptárselos hasta a los demonios. No se tiene en cuenta lo dicho en mateo 24:45-46: ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su Señor al frente de su servidumbre para que les de alimento a su tiempo? Dichoso aquel siervo al cual, cuando su Señor venga, lo halle obrando así.
Pasividad del Espíritu: La pasividad del espíritu está íntimamente relacionada con la pasividad de la mente, porque hay una relación muy estrecha entre la mente y el espíritu. Generalmente un pensamiento errado significa un espíritu errado y viceversa. La pasividad de espíritu puede comenzar a partir de estos cuatro pasos: 1) Por la ignorancia hacia las leyes del Espíritu y de cómo mantener la libertad del espíritu. 2) Por conclusiones mentales o pensamientos erróneos. Confusión por ubicar debidamente lo físico, lo mental y lo espiritual, sin saber cuál es cual. Es sumamente frecuente encontrar creyentes que no alcanzan a determinar si lo que están experimentando proviene de sus espíritus, de sus almas o de sus cuerpos. 3) Cuando la mente no es capaz de leer o interpretar el sentido del espíritu así como lo hace con los cinco sentidos que pertenecen al cuerpo. 4) Por un debilitamiento y agotamiento del cuerpo o la mente a causa de una actividad constante o uso excesivo de estos. La mente y el cuerpo deben tener su debido descanso para que el espíritu pueda operar libremente.
(1 Reyes 19:4)= Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres (5) y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: levántate y come. (Verso 8)= Se levantó, pues, comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios. (9) Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo ¿Qué haces aquí, Elías?
Pasividad del Cuerpo: Cuando tiene lugar la pasividad en el cuerpo, prácticamente se paraliza también la conciencia, pues los sentidos quedan afectados. Suponiendo que una persona tenga buena salud, posee el mismo control sobre todos los sentidos, y estos pasan a ser vías a través de los cuales se recibe información para la mente y el espíritu. Pero cuando algunos o todos estos sentidos están en una condición pasiva la conciencia se adormece o se embota. El creyente está inconsciente con respecto a aquello que debería estar bien despierto y se comporta de una manera casi automática. Se ponen de manifiesto ciertos hábitos “inconscientes”, muchas veces malos e inconvenientes.
Para las personas que se encuentran en estas condiciones es más fácil ver estas cosas en os demás que notarlas en ellos mismos, mientras que por otra parte pueden tener una conciencia súper desarrollada hacia las cosas externas que se relacionan con su propia personalidad. Cuando el estado de pasividad al que le han sometido los espíritus malignos alcanza este clímax, pueden resultar afectadas otras partes del cuerpo, como por ejemplo: rigidez en los miembros, letargo, pesadez, dolor de espalda o de cabeza, mareos, etc. Los ojos han perdido brillo y expresión y la mirada está perdida. Todo esto ha empezado con la pasividad de la mente a la voluntad durante la cual el creyente entregó a los espíritus mentirosos: su control o dominio propio y el uso de su voluntad.
Hay dos teorías perfectamente delineadas, aunque sólo una de ellas es masiva y mayoritariamente aceptada. Cuando una persona, por ejemplo, de carácter tranquilo, de improviso y sin que medie ningún hecho determinado o específico, tiene una reacción total y absolutamente inesperada e impensada en ella, normalmente se dice que tiene que haber actuado así a través o a partir de un condicionante. Esto, que es lo que generalmente esgrime la psicología, significa que en algún momento de su existencia esa persona sufrió un shock por un determinado suceso, no tuvo en ese momento ninguna reacción, aparentemente no le ocurrió nada, pero muchos años después, al reiterarse aquel suceso fundamental, se produce la reacción automática e inconsciente y nadie puede explicarse el por qué a menos que se lo estudie profesionalmente. La otra teoría es mucho más simple y, quizás por ese motivo, no cuenta con la adhesión de todo los sectores intelectuales que conforman la sociedad y, naturalmente, también la iglesia: un espíritu maligno ha producido la reacción y es por ese motivo que nadie lo puede entender. Los demonios, naturalmente, no sólo no gozan de popularidad sino tampoco tienen nivel como para que se los presente en sociedad.
Pasividad de todo el Hombre: Cuando se llega a este estado, cada parte del ser se ve afectado. El hombre actúa sin usar (O usando sólo parcialmente), su mente, su voluntad, imaginación y razonamiento. A veces la persona no puede dormir y anda tan desanimada que ni siquiera tiene deseos de comer. Cuando el creyente es engañado por los malos espíritus es posible que también sea dominado por lo físico y se lance al mundo de lo sensual. Esto puede suceder como consecuencia de experiencias “espirituales” que se sienten en el plano físico, pero que en realidad no tienen nada de espiritual, porque no provienen del espíritu.
A veces se sienten sensaciones de “fuego”, de “elevación espiritual”, o “temblores”, o “estremecimientos”, y toda clase de sensaciones corporales agradables, en apariencia espirituales, que alimentan a los sentidos de estos creyentes que se sienten como andando más allá del cuerpo y llamándose a sí mismos, espirituales. Incluso existen congregaciones de cierto prestigio que tienen, como común denominador y como especie de catalizador de experiencias espirituales, a todos estos elementos. O sea que: si usted va a una de estas iglesias y jamás se le ha visto reírse a carcajadas, temblar, sacudirse o cosas por el estilo, se le respetará y se le apreciará como hermano, pero su nivel espiritual será considerado decididamente bajo. Pablo en 1 Corintios 9:27, expresa: sino que trato severamente a mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre.
Pasividad de erróneas interpretaciones: Esta condición de pasividad puede venir como consecuencia de interpretaciones erróneas de la verdad en cuanto a “la muerte con Cristo”, como se presenta en Romanos 6 y Gálatas 2:20. En estos casos dichos pasajes se interpretan de manera literal y desequilibrada, sin tener en cuenta el sentido general de pensamiento de Dios sobre el tema. Dios hace un llamado a los verdaderos creyentes para que se reconozcan muertos al pecado y a la vida del antiguo YO, o sea, la vida pecaminosa heredada del primer Adán. Ahora bien, esto no quiere decir que la personalidad humana deba morir, puesto que el mismo Pablo, en Gálatas 2:20, dice: Y lo que ahora vivo en la carne... o sea, que aun después de convertido hay una retención del yo personal, del ser, de la voluntad y la personalidad, los cuales han de estar bajo el dominio del Espíritu de Dios y el control del “dominio propio”, que es a su vez, uno de los frutos del Espíritu.
No hay caso; el hombre sigue pretendiendo interpretar la Biblia conforme a lo que encaja con su sentido de la lógica. Es más; es frecuente oír que las denominaciones son divididas por “las distintas interpretaciones bíblicas”, y se lo dice como entendiendo que es normal que eso suceda y que la consecuencia sea la observada. La Biblia, mi hermano, no necesita que usted y yo la interpretemos; ella se interpreta a sí misma y, si usted se entera de algo al respecto, es porque el Espíritu Santo tiene la bondad y la gentileza de revelárselo.
Pasividad causada por Aceptación del Sufrimiento: En este caso el creyente consiente en aceptar “Sufrir con Cristo”, siguiendo lo que llama “La senda de la cruz” y, para lograrlo, se entrega en forma pasiva a cualquier forma de sufrimiento que le presenten los espíritus malignos creyendo que ese sufrimiento viene de Dios (¡Tremendo!) y que terminará por producirle una recompensa y fruto espiritual. Lo que él no sabe es que los malos espíritus pueden dar un “sufrimiento falso” y que, al aceptarlo de parte de ellos creyendo que viene de la mano de Dios, les abre las puertas para seguir actuando.
El engaño experimentado en estos casos es la explicación de ciertos pecados que algunos creyentes no logran “sacarse de encima”, así como ciertas clases de sufrimiento que no pueden explicarse, entendiendo lo que significa la trama del engaño diabólico se puede obtener una explicación lógica de estas turbaciones que tanto acosan al creyente. El sufrimiento es una gran arma para que los demonios controlen y obliguen a una persona a encausarse en cierta dirección, pues por medio de él pueden llevar al hombre a hacer lo que en otras condiciones, no haría. (Job 2: 7)= Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. (8) Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza. (9) Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.
Pasividad por Falsos Conceptos de Humildad: Cuando un creyente consiente en aceptar la muerte en una actitud de desprecio hacia sí mismo, está siendo víctima de sugerencias “íntimas” por parte de malos espíritus. Este ardid satánico crea un ambiente de desazón y debilidad en derredor del creyente. Su espíritu se ofende y se deprime con mucha facilidad. Puede atribuir la causa de lo que ocurre al “pecado propio” o ajeno sin estar, sin embargo, consciente de ningún pecado específico en su vida o, como dijimos anteriormente, puede atribuir su sufrimiento a la acción divina. Se produce así una falsa humildad que es orgullo, un retraimiento de la obra y del servicio al Señor; un esfuerzo antinatural por eliminar al YO de las conversaciones y de las acciones, lo cual lo hace aún más notorio; en una manera exagerada y deprecatoria de autodepreciación y en la creación de una atmósfera de tristeza, oscuridad, debilidad, extrema sensibilidad y falta de esperanza.
El creyente aceptando las mentiras de los espíritus malignos ha pasado a proceder a la supresión o anulación de su personalidad, lo cual no se asemeja en nada a la muerte con o para Cristo, que las Escrituras no describen. Por esta pasividad de su personalidad el creyente engañado se ha “entregado” aun sin quererlo en manos de los espíritus de maldad. A esto, ya por falta de espacio, no podemos desarrollarlo más, le deberíamos agregar La Pasividad por errores de Entendimiento, que es cuando el creyente consiente en permanecer en una condición crónica de debilidad, entendiendo a su manera que esta es necesaria para que el poder de Dios sea manifestado en su vida. Un ejemplo es aquellos hermanos que, considerando que Dios ve con agrado sus tremendos esfuerzos por ser de utilidad, se pasan horas, días, semanas, meses dentro de los templos haciendo cosas para las cuales no fueron levantados sin recibir otra recompensa que un cansancio que en casos los ha llevado hasta la enfermedad, por suponer que será por ese esfuerzo personal en el cual podrán acercarse a Dios por sus medios. A eso, hay que agregarle La Pasividad con Actividad Satánica, que es el estado donde el creyente parece pasivo y en paz, siendo que en su interior se produce una tremenda actividad demoníaca.
Liberación de la Pasividad: El creyente que necesita liberarse de su condición pasiva debe tratar primeramente de entender cuál es su condición en los tiempos normales y entonces examinarse a sí mismo a la luz de ella para ver si los malos espíritus le han estado interfiriendo. Para hacer esto debe recordar una etapa de su vida que haya sido buena y fructífera y compararla con esta condición anormal que está atravesando ahora.
Así como la pasividad ha avanzado paso a paso, la liberación de la misma ha de ser hecha en forma lenta y paulatina. Para la completa liberación es necesario que el creyente quiera cooperar y a la vez tenga el deseo de liberarse. El engaño y la pasividad sólo pueden ser quitados de en medio cuando la persona comienza a entender su condición y la obra de los malos espíritus y mediante el uso de su voluntad rehusa a los espíritus malignos el terreno que alguna vez les cedió.
Un punto importante en la liberación de la pasividad es mantener en la mente de forma continua el pensamiento de cuál era su condición normal antes de caer víctima de dicho engaño, y cada vez que se baja de ese nivel investigar la causa y tratar de quitarla de en medio. Cualquier facultad o parte del ser que se haya rendido a la pasividad y que por lo tanto esté fuera de uso debe ser recuperada para un ejercicio activo de la voluntad y traída bajo su control. El terreno cedido anteriormente a los malos espíritus debe ser recuperado y ha de resistirse en forma persistente al diablo y sus huestes, recordando que ellos lucharán por volver a recobrar lo perdido. Recuerda las palabras de Juan 4:4 : Porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo.
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