¿Contra qué
Peleas?
Tanto en el plano local dentro de mi país, desde hace ya varios
años, como en el internacional a favor de nuestro aporte en Internet,
elemento que me permite conectarme con usted, la pregunta que muchas veces
me han formulado, es: ¿Se deben reprender demonios dentro de los templos
cristianos? Aquí en Argentina y particularmente aquí en la que es mi
ciudad, Rosario, más allá de los naturales modismos de cada congregación en
particular, este tema parecería estar más o menos claro. Quiero suponer que
debe ser por todo lo que se ha recibido al respecto por parte de ese
tremendo ministerio que tiene a Carlos Anacondia como epicentro y también
por las visitas de Cindy Jacobs y tantos otros reconocidos guerreros del
Señor.
Pero en otros sitios no tan ilustrados al respecto y no tan bendecidos por
hermanos conocedores de estas cosas, es mucha la gente que ha interpretado la Palabra de que Satanás
no puede tocar la iglesia, como que él no puede meterse en el templo de una
congregación. Hay lugares del mundo donde, hablar de Satanás, equivale a
sacar credencial de demente directamente, ya que ni se les pasa por la
cabeza que un demonio pueda siquiera molestar a un cristiano, cosa que
obviamente debería ser así, sin dudas, pero que la realidad nos muestra de
un modo totalmente diferente y con un rostro totalmente distinto.
Uno de los argumentos que más he oído, es el
que me dice que mucha gente que se considera seria, fiel y sobria, al no
entender en absoluto, evidentemente, el tema de la guerra espiritual, y al
haber sido testigos, (A esto también habrá que decirlo), de tantas
monumentales barbaridades en este asunto, cuando alguien, según expresan,
empieza a los gritos a echar fuera demonios, se siente mal, fuera de lugar,
con no poca vergüenza y con la sensación de estar haciendo el ridículo o,
en todo caso, contribuyendo o acompañando a hacerlo. Esta es la estratagema
que, hoy por hoy, todavía le está saliendo mejor que nunca al enemigo.
Este estudio, que tiene eminentemente un
sentido práctico e informativo, se basa no obstante en la Biblia, de la cual
hemos extraído varios puntos a los que, llegado el caso, podríamos llamar
"espíritus malignos” que como tales, en el nombre y la autoridad de
Jesucristo, no sólo podemos reprender como método clásico de batalla, sino
incluso desalojar de los sitios espirituales en los que se encuentren, ya
que tenemos en Cristo toda la autoridad para hacerlo y ya que, también,
forma parte de nuestro trabajo como cristianos el liberar a los oprimidos
por el diablo. Esto, naturalmente, a partir de una vida libre de cualquier
cosa que pudiera ensombrecer esa tarea.
El Espíritu
de Rechazo, por ejemplo, es uno de los que más estragos
ha hecho en el pueblo de Dios. Se suele mimetizar, ocultar, disimular y
camuflar en patologías o desórdenes de origen psíquicos y, las terapias y
los tratamientos en este terreno, si bien no son negativos, suelen retrasar
la definitiva libertad de aquellos que han experimentado, esencialmente, el
abandono o el desamparo de seres queridos. Algunos han llegado a aconsejar
resignación cristiana en este tema, pero la Biblia, que jamás ha
mencionado ni siquiera algo parecido a esa resignación cristiana que
conforme a la Palabra
no existe, nos brinda elementos muy diferentes.
(Salmo
27: 10)= Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me
recogerá. (Esta es la manera, fíjese, que
el salmista utiliza para puntualizar que Dios se preocupa mucho más por
nuestro bienestar que lo que nuestros propios padres harían. El amor de
Dios va más allá del amor filial. El verso este debe ser interpretado como
un verdadero principio y no como un relato literal, tal como si los padres
de David lo hubieran abandonado a él.)
(Josué
1: 5)= Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como
estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni desampararé. (Esta es la garantía que Dios ofrece para alcanzar el éxito.
Así como el Señor no permitiría que Josué se hundiera o fracasara, asimismo
lo hará con usted. Y si Dios con usted, ¿Quién contra usted? La depresión
por el rechazo, el abandono o el desamparo, son probables cuando no
llegamos a confiar en el Dios que decimos creer. No se puede usted olvidar
de algo que seguramente le enseñaron cuando recién ingresó a su vida de fe:
una cosa es creer en Dios, otra cosa es creerle a Dios y otra, muy
diferente, es confiar en Dios. Si yo le digo que pienso colocar un cable
que vaya desde la punta más alta delos cerros que bordean las Cataratas del
Niágara o del Iguazú hasta el más próximo y caminarlo en el nombre del
Señor con una carretilla, usted seguramente lo va a creer. Que espere que
yo lo pase sin caerme y hacerme añicos contra el suelo, significará el
segundo paso, creerle a Dios lo que Dios ha dicho. Ahora; que usted acepte
acompañarme dentro de esa carretilla que yo voy a utilizar, eso es confiar
en Dios, entiende?)
(Mateo
28: 19)= Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del padre, y del hijo, y del Espíritu Santo;
(20) enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí
yo estoy con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo. (Mientras que Jesús dedicó su ministerio a Israel, la
proclamación de su señorío, y el llamado a reconocerlo, se extiende a todas
las naciones. Los discípulos deben reconocer públicamente su alianza con
Cristo por medio de la señal del bautismo, que es administrada bajo la
autoridad del Dios trino. El contenido de la futura enseñanza de los
apóstoles se desprenderá de lo que Jesús les había mandado a proclamar.
Jesús les asegura su presencia constante mientras se dirigen a cumplir la
misión que Dios les ha encomendado. La palabra MUNDO, aquí, es la palabra
KOSMOS, y tiene una implicancia más cercana a universo, sistema que planeta
o gente, como en muchas ocasiones habremos aprendido.)
(Isaías
54: 6)= Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó
Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios
tuyo.
(7) Por un breve
momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. (Está hablando del remanente, que es en definitiva la verdadera
iglesia, que nada tiene que ver con el montón religioso visible y global.)
(Verso
15)= ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse
del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, (Atención con esto)
yo nunca me olvidaré de ti.
(16) He aquí que en
las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus
muros.
Punto. Si realmente cree usted en Dios y le
cree a su palabra, ya ha sido liberado de toda esa vieja angustia causada
por el abandono de su padre, de su madre, de su marido, de su mujer, de su
hijo o de su hija. Usted no necesita sanidad interior. Usted necesita,
apenas, creerle a Cristo.
Otro punto, otro tema, igual causa o causante.
Un hecho vulgar, cotidiano y semi permanente en estas épocas. Un hombre
termina de enterarse que su negocio, que su empresa está quebrada. Ha
perdido todo su capital. ¿Qué sucede en ese instante, en el ámbito
espiritual? Satanás aprovecha este mal momento en lo natural para lanzar un
dardo, un pensamiento: el Suicidio.
¿Y cómo lo orquesta?
“Mi vida ya no vale la pena. Lo he perdido
todo. Sin dinero no puedo mantener a mi familia. Ellos van a estar mucho
mejor sin mí. Es más, si yo me muero, ellos van a poder cobrar el seguro de
vida y así vivir cómodamente por el resto de sus días.” Si este hombre es
un creyente, lo cual no es un obstáculo para que tenga ese pensamiento,
recibiría en ese momento un alerta del Espíritu Santo que le va a recordar,
primero, algo que leyó hace mucho tiempo.
(Deuteronomio
30: 19)= A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros,
que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición;
escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; (20) amando a
Jehová tu Dios, atendiendo su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida
para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra
que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.
Ahora este hombre tiene algo muy claro. Si
elijo la muerte –se dice a sí mismo-, estaré eligiendo la maldición y no
quiero condenarme en esta forma. Es allí donde el Espíritu Santo lo guiará
a otras palabras.
(Salmo
37: 25)= Joven fui, y he envejecido, y no he visto a justo desamparado, ni
su descendencia que mendigue pan.
(Filipenses
4: 19)= Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas
en gloria en Cristo Jesús.
Es allí donde este hombre se da una palmada en
la frente y exclama: ¡Es cierto! ¡Dios me va a ayudar a salir de este
embrollo! Voy a decidirme a confiar en Él. Él será mi proveedor. Me voy a
entregar completamente a Él y sé que Él tomará control de mi vida y me
mostrará cómo resolver mis problemas económicos. Ocurre que cuando Dios
pone al hombre en el huerto del Edén, entre otras cosas, le da autoridad y
derecho legítimo a señorear sobre toda la creación. Pero ¿De qué manera? En
su nombre, guiado por Él. Sin embargo, tal como sabemos, el hombre cae
después por causa de su desobediencia. ¿Qué sucede entonces? Que Dios se
aparta de ese hombre y lo deja librado a su propia capacidad de discernir
entre el bien y el mal, tal el árbol simbólico del cual ha comido. Entonces
el hombre se queda sin la compañía y la guía de Dios, pero no pierde en
absoluto su sentido del control y la dominación, del señorío. Sólo que
ahora intenta controlarlo todo fuera de Dios. Así ha sido hasta nuestros
días. Es hora de volver a las antiguas fuentes.
¿Y qué decir del Adulterio?
¡Hermano! ¿De eso va a hablar? ¿Usted cree que puede quedar un cristiano,
al menos, que no sepa lo que significa y trae consigo el adulterio? No. No
lo creo. Todos sabemos como es, que implicancias tiene y cómo termina el
adulterio de cualquiera de los dos cónyuges. Tiene razón. No debe quedar un
hermano o una hermana que lo ignore. Pero; ¿Quiere que le diga algo? Sigue
siendo, hoy por hoy, el adulterio, el pecado más abundante en la iglesia.
Y, por si esto fuera poco, también es el pecado en el que con más asiduidad
caen los mismísimos pastores sin distinción de condición ni edades. ¿Pero
cómo puede ser que caigan en esto tan viejo y conocido? ¿Tan ignorantes
son? No se confunda, no es sólo cuestión de ignorancia. Los espíritus de
sexo, de lujuria y de lascivia existen y trabajan bastante fuerte dentro de
los templos en los cuales, si no se los echa fuera, siguen influyendo para
que la gente se desmorone y pierda su comunión con Dios. Éxodo 20:14 es lo
más preciso y concreto al respecto: No cometerás adulterio, dice.
(Proverbios
2: 16)= Serás librado de la mujer extraña, de la extraña que halaga con sus
palabras. (¡Hermano! ¡Qué suerte tiene su esposa de tener un marido como
usted!) (17) la
cual abandona al compañero de su juventud, (Porque a su vez
se creyó los halagos que él le hizo) y
se olvida del pacto de su Dios (¡Ojo que está hablando de
adulterio entre creyentes, eh?)
(18)
Por lo cual su casa, (Esto es: su cuerpo,
su templo) está
inclinada a la muerte, (Hablamos de muerte espiritual, de
muerte anímica e. Incluso, física) y
sus veredas hacia los muertos.
(Proverbios
5: 1)= Hijo mío, está atento a mi sabiduría, y a mi inteligencia inclina tu
oído. (Inclinar el oído implica oír a los
que, según nuestra estima, están por debajo nuestro) (2) Para que guardes consejo, y
tus labios conserven la ciencia.
(3) Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, (Pronuncian
palabras que él no oye desde hace mucho tiempo) y su paladar es más blando
que el aceite; (4) mas su fin es amargo como el ajenjo, agudo como espada
de dos filos.
(5) Sus pies
descienden a la muerte; sus pasos conducen al Seól.
(Mateo
15: 19)= Porque del corazón, (Expresión
con la que los hebreos definían el alma) salen los malos pensamientos, los homicidios, los
adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las
blasfemias.
(20) Estas cosas
son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar, no
contamina al hombre.
No vamos a determinar doctrina con esto, pero quiero que preste atención a
la clase y calidad de los factores que Jesús une aquí. La misma entidad
entre las fornicaciones, cosa muy repudiada en las iglesias, con los falsos
testimonios, hecho que todos sabemos suele ser bastante frecuente. Pero
también iguala al adulterio con los homicidios, destrozando de ese modo esa
permisividad que la psicología secular ha predicado en la sociedad logrando
que esta lo crea, lo acepte y, lo más grave: lo ponga en práctica.
(1
Corintios 6: 9)= ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? (¡Cuidado con las injusticias en la Iglesia, hermanos!
¿Hay discusiones doctrinales que, ante esta Palabra, es como si no tuvieran
razón de ser, no?) No
erréis; ni los fornicarios, (¡Es que el hermanito es débil!
¡Hay que comprenderlo!) Ni
los idólatras, (Tanto aquellos que anteponen imágenes a
Dios mismo, como los que anteponen sus doctrinas denominacionales a la de
Jesucristo) ni los
adúlteros, ni los afeminados, (¡El hermanito es así, un
poco amanerado, pero es bueno!) Ni los que se echan con varones,
(Adiós a la teoría de los sexólogos sobre conductas sexuales diferentes o
alternativas. Aquí no dice LAS que se echan con varones, dice LOS) ni los ladrones,
(¡Cuidado que hay muchos modos de robar!) Ni los avaros, (¡Cuidado que hay
muchos modos de no dar!) Ni
los borrachos, (¡Pero es que el hermano es un bebedor
social!) Ni los
maldicientes, (¡Es una simple cuestión de códigos un poco
transgresores, hermanos, nada más! ¡Ahora se habla así!) Ni los estafadores,
(Todos hemos sido estafados alguna vez, verdad?) Heredarán el reino de Dios.
Sin embargo, en este tiempo, un espíritu
sumamente activo fuera y dentro de las congregaciones, es el que tiene que
ver con la Ansiedad
y la preocupación. Si usted presta atención, por ejemplo, a la publicidad
ya sea desde los avisos o desde la programación o la misma medicina, va a
poder comprobar que el objetivo de esa publicidad es armarle soluciones al
hombre con relación a sus ansiedades y preocupaciones, sintetizadas bajo el
rótulo del estrés y, obviamente, a todos sus derivados que van desde la salud
y la calidad de vida hasta la mismísima sexualidad. En la medida y las
condiciones sociales empeoran, la ansiedad y preocupación aumenta. Y no
sólo en países como el nuestro o similares latinoamericanos, sino también
en otros que parecerían no tener motivos. Eso demuestra, una vez más, que
las cosas no pasan por lo social sino por el corazón del hombre.
(Salmo
55: 22)= Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para
siempre caído al justo.
Vamos por partes. ¿Qué es echar sobre Jehová
tu carga? 1 Pedro 5: 6-7 le da a usted una pequeña muestra: humillaos,
pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere
tiempo, echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de
vosotros. Esto significa que su carga es su ansiedad. Y la palabra
ANSIEDAD, es la palabra MERIMNA y proviene de MEIRO, que es Dividir y NOOS,
que significa La Mente.
La palabra indica distracciones, ansiedades, cargas y
preocupaciones. MERIMNA significa estar ansioso anticipadamente acerca de
la vida diaria. Semejante preocupación es innecesaria, porque el amor del
Padre provee para nuestras necesidades especiales.
Después dice que si hace esto, que no es
sencillo le diré, Él le SUSTENTARÁ. Esta es la palabra CHUL y significa
Mantener, Nutrir, Proveer alimento, Cargar, Sostener, Proteger, Apoyar,
Defender, Suplir los medios necesarios para la vida. Esta palabra aparece
cuarenta veces. CHUL sugiere, básicamente, “El medir una porción de
comida,” es decir: Proveer.
(Lucas
12: 29)= Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni
por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud.
(30) Porque todas
estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro padre sabe que tenéis
necesidad de estas cosas.
(31) Mas buscad el
reino de Dios y todas estas cosas os serán añadidas.
Esto nos está mostrando tres puntos básicos a
tener en cuenta e incorporar a nuestra rutina: 1) Considerar a la
preocupación como un pecado. 2) Disciplinarnos para dejar atrás todo tipo
de ansiedades. 3) Confiar ciega y decididamente en el Señor sin pretender
ver señales por anticipado.
(Salmo
119: 28)= Se deshace mi alma de ansiedad; y susténtame según tu palabra.
Este verso le agrega, a nuestro escudriñar, un
elemento muy importante: la ansiedad proviene del alma. Si su alma aún no
se ha sujetado al Espíritu Santo que mora en su espíritu, es natural que le
presente batalla y le produzca más de un dolor de cabeza.
(Filipenses
4: 6)= Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
(7) Y la paz de
Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo.
El ruego, del cual se habla aquí, es más que
una petición, sugiere una especial intensidad en la oración que se extiende
no para poner méritos por el exceso de palabras, sino para trasladar todo
el peso de lo que está en nuestras almas a las manos de Dios. La oración y
la paz, están íntimamente vinculadas. El que confía en los cuidados de
Cristo, en lugar de atormentarse con sus propios problemas, experimentará
que la paz de Dios le libra del agobio de la ansiedad. ¡Regocíjese como una
disciplina constante! Comprenda que Jesús trae paz a los que en Él confían.
(Salmo
119: 165)= Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos
tropiezo.
¿Tiene usted ansiedad que no puede dominar?
¿Está preocupado por cosas que por allí ni usted mismo puede cambiar? Lea la Biblia. ¡Hermano!
¡Hice cinco años de seminario bíblico! ¡Estoy graduado en bachillerato en
teología! ¡Hago permanentemente un extenso devocional diario! Basta. Todo
eso está muy bien y le felicito, pero ahora le pido por favor que piense
si, además de todo eso, usted ama la palabra hasta el punto de vivir
pensando en ella. De eso habla.
Y el último de los espíritus que hoy vamos a
conocer, (Hay muchos más), de los que hoy por hoy pululan por las iglesias
y causan serios problemas que van desde la contienda hasta la división, es
el de la Avaricia.
(Hebreos
13: 5)= Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis
ahora; porque él dijo: no te desampararé, ni te dejaré.
Esto te dice, en primera instancia, que la
avaricia y los temores financieros son superados por la seguridad fundada
en la constante presencia de Dios y en las promesas que el Señor nos ha
hecho sobre la satisfacción de nuestras necesidades diarias. Viendo esto no
podemos menos que pensar en cuánto nos cuesta confiar en el Dios
Todopoderoso. Debido a la palabra de consuelo que Dios ha pronunciado,
podemos decir confiadamente: el Señor es mi ayudador, no temeré. A la vista
de las inclemencias que en este rubro hay hoy en nuestra patria no podemos
menos que preguntarnos cuántos creyentes serán los que piensan con
convicción y de este modo en esto.
(Mateo
13: 22)= El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra,
pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y
se hace infructuosa.
(23) Mas el que fue
sembrado en buena tierra, este es el que oye y entiende la palabra, y da fruto;
y produce a ciento, a sesenta y a treinta por uno.
De aquí tenemos que rescatar un principio
altamente valioso. Es el que dice que el engaño de las riquezas ahoga la Palabra. Por eso
es que cuando Dios habla de prosperidad, no necesariamente está hablando en
el mismo idioma y sentido que habla usted. La prosperidad que Dios ve para
su vida es abarcativa y la que usted suele ver, no va más allá de si le
alcanza el salario o la remuneración de su trabajo e, incluso, si tiene ese
trabajo o no.
(Efesios
5: 5)= Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que
es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.
Acá le está puntualizando de manera
contundente y sin apañamientos, que la avaricia es una de las causas que le
impiden a una persona entrar al reino de Dios. ¿Entonces no es salva? Nadie
está hablando de salvación, estamos hablando de reino. ¡Pero a mí me
enseñaron que eran la misma cosa! Lea la Biblia, por favor.
(1
Timoteo 6: 9)= Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y
lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en
destrucción y perdición; (10) porque raíz de todos los males es el amor al
dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron
traspasados de muchos dolores.
Nadie censura el deseo de progreso y
prosperidad, pero esta palabra es muy concreta en lo concerniente al deseo
de enriquecerse como meta ciega. Dice que caen en tentación y quedan
enlazados por Satanás. Y agrega, como para que nadie se haga el distraído y
diga que no se dio cuenta, que el amor al dinero es la raíz de todos los
males.
(Proverbios
3: 9)= Honra a Jehová con tus bienes, y con las ‘primicias de todos tus
frutos; (10) y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares
rebosarán de mosto.
Que la rectitud sea recompensada, algo que
aparece repetidamente en Proverbios y en muchos otros libros de la Escritura, no
constituye una garantía que opera mecánicamente de acuerdo con la ley de
causa y efecto. Al contrario, como sucede con la siembra y la cosecha, es
una ley general que forma parte del mundo creado por Dios. Puede que haya
excepciones, por lo menos durante un tiempo, pero ellas no cambian los
inexorables principios del universo. ¡Es que la Biblia dice que hay que
dar los diezmos! ¡Es que los diezmos pertenecen a la época de la Ley y ahora estamos bajo la Gracia! Discusiones
influidas por espíritus de avaricia. Porque fuere como fuere, la que
promete abrir las ventanas y derramar bendiciones hasta que sobreabunden,
es una promesa de Dios y, si bien la ley dejó de ser, la promesa para quien
quiera tomarla, sigue viva y eficaz. Esa es la realidad.
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