martes, 27 de agosto de 2013

ESTRATEGIA - ENSEÑANZAS BÍBLICAS - PROFESOR NESTOR MARTINEZ

¿Contra qué Peleas?

Tanto en el plano local dentro de mi país, desde hace ya varios años, como en el internacional a favor de nuestro aporte en Internet, elemento que me permite conectarme con usted, la pregunta que muchas veces me han formulado, es: ¿Se deben reprender demonios dentro de los templos cristianos? Aquí en Argentina y particularmente aquí en la que es mi ciudad, Rosario, más allá de los naturales modismos de cada congregación en particular, este tema parecería estar más o menos claro. Quiero suponer que debe ser por todo lo que se ha recibido al respecto por parte de ese tremendo ministerio que tiene a Carlos Anacondia como epicentro y también por las visitas de Cindy Jacobs y tantos otros reconocidos guerreros del Señor.

Pero en otros sitios no tan ilustrados al respecto y no tan bendecidos por hermanos conocedores de estas cosas, es mucha la gente que ha interpretado la Palabra de que Satanás no puede tocar la iglesia, como que él no puede meterse en el templo de una congregación. Hay lugares del mundo donde, hablar de Satanás, equivale a sacar credencial de demente directamente, ya que ni se les pasa por la cabeza que un demonio pueda siquiera molestar a un cristiano, cosa que obviamente debería ser así, sin dudas, pero que la realidad nos muestra de un modo totalmente diferente y con un rostro totalmente distinto.
Uno de los argumentos que más he oído, es el que me dice que mucha gente que se considera seria, fiel y sobria, al no entender en absoluto, evidentemente, el tema de la guerra espiritual, y al haber sido testigos, (A esto también habrá que decirlo), de tantas monumentales barbaridades en este asunto, cuando alguien, según expresan, empieza a los gritos a echar fuera demonios, se siente mal, fuera de lugar, con no poca vergüenza y con la sensación de estar haciendo el ridículo o, en todo caso, contribuyendo o acompañando a hacerlo. Esta es la estratagema que, hoy por hoy, todavía le está saliendo mejor que nunca al enemigo.
Este estudio, que tiene eminentemente un sentido práctico e informativo, se basa no obstante en la Biblia, de la cual hemos extraído varios puntos a los que, llegado el caso, podríamos llamar "espíritus malignos” que como tales, en el nombre y la autoridad de Jesucristo, no sólo podemos reprender como método clásico de batalla, sino incluso desalojar de los sitios espirituales en los que se encuentren, ya que tenemos en Cristo toda la autoridad para hacerlo y ya que, también, forma parte de nuestro trabajo como cristianos el liberar a los oprimidos por el diablo. Esto, naturalmente, a partir de una vida libre de cualquier cosa que pudiera ensombrecer esa tarea.
El Espíritu de Rechazo, por ejemplo, es uno de los que más estragos ha hecho en el pueblo de Dios. Se suele mimetizar, ocultar, disimular y camuflar en patologías o desórdenes de origen psíquicos y, las terapias y los tratamientos en este terreno, si bien no son negativos, suelen retrasar la definitiva libertad de aquellos que han experimentado, esencialmente, el abandono o el desamparo de seres queridos. Algunos han llegado a aconsejar resignación cristiana en este tema, pero la Biblia, que jamás ha mencionado ni siquiera algo parecido a esa resignación cristiana que conforme a la Palabra no existe, nos brinda elementos muy diferentes.
(Salmo 27: 10)= Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá. (Esta es la manera, fíjese, que el salmista utiliza para puntualizar que Dios se preocupa mucho más por nuestro bienestar que lo que nuestros propios padres harían. El amor de Dios va más allá del amor filial. El verso este debe ser interpretado como un verdadero principio y no como un relato literal, tal como si los padres de David lo hubieran abandonado a él.)
(Josué 1: 5)= Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni desampararé. (Esta es la garantía que Dios ofrece para alcanzar el éxito. Así como el Señor no permitiría que Josué se hundiera o fracasara, asimismo lo hará con usted. Y si Dios con usted, ¿Quién contra usted? La depresión por el rechazo, el abandono o el desamparo, son probables cuando no llegamos a confiar en el Dios que decimos creer. No se puede usted olvidar de algo que seguramente le enseñaron cuando recién ingresó a su vida de fe: una cosa es creer en Dios, otra cosa es creerle a Dios y otra, muy diferente, es confiar en Dios. Si yo le digo que pienso colocar un cable que vaya desde la punta más alta delos cerros que bordean las Cataratas del Niágara o del Iguazú hasta el más próximo y caminarlo en el nombre del Señor con una carretilla, usted seguramente lo va a creer. Que espere que yo lo pase sin caerme y hacerme añicos contra el suelo, significará el segundo paso, creerle a Dios lo que Dios ha dicho. Ahora; que usted acepte acompañarme dentro de esa carretilla que yo voy a utilizar, eso es confiar en Dios, entiende?)
(Mateo 28: 19)= Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del padre, y del hijo, y del Espíritu Santo; (20) enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo. (Mientras que Jesús dedicó su ministerio a Israel, la proclamación de su señorío, y el llamado a reconocerlo, se extiende a todas las naciones. Los discípulos deben reconocer públicamente su alianza con Cristo por medio de la señal del bautismo, que es administrada bajo la autoridad del Dios trino. El contenido de la futura enseñanza de los apóstoles se desprenderá de lo que Jesús les había mandado a proclamar. Jesús les asegura su presencia constante mientras se dirigen a cumplir la misión que Dios les ha encomendado. La palabra MUNDO, aquí, es la palabra KOSMOS, y tiene una implicancia más cercana a universo, sistema que planeta o gente, como en muchas ocasiones habremos aprendido.)
(Isaías 54: 6)= Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo.
(7) Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias.
(Está hablando del remanente, que es en definitiva la verdadera iglesia, que nada tiene que ver con el montón religioso visible y global.)
(Verso 15)= ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, (Atención con esto) yo nunca me olvidaré de ti.
(16) He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.
Punto. Si realmente cree usted en Dios y le cree a su palabra, ya ha sido liberado de toda esa vieja angustia causada por el abandono de su padre, de su madre, de su marido, de su mujer, de su hijo o de su hija. Usted no necesita sanidad interior. Usted necesita, apenas, creerle a Cristo.
Otro punto, otro tema, igual causa o causante. Un hecho vulgar, cotidiano y semi permanente en estas épocas. Un hombre termina de enterarse que su negocio, que su empresa está quebrada. Ha perdido todo su capital. ¿Qué sucede en ese instante, en el ámbito espiritual? Satanás aprovecha este mal momento en lo natural para lanzar un dardo, un pensamiento: el Suicidio. ¿Y cómo lo orquesta?
“Mi vida ya no vale la pena. Lo he perdido todo. Sin dinero no puedo mantener a mi familia. Ellos van a estar mucho mejor sin mí. Es más, si yo me muero, ellos van a poder cobrar el seguro de vida y así vivir cómodamente por el resto de sus días.” Si este hombre es un creyente, lo cual no es un obstáculo para que tenga ese pensamiento, recibiría en ese momento un alerta del Espíritu Santo que le va a recordar, primero, algo que leyó hace mucho tiempo.
(Deuteronomio 30: 19)= A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; (20) amando a Jehová tu Dios, atendiendo su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.
Ahora este hombre tiene algo muy claro. Si elijo la muerte –se dice a sí mismo-, estaré eligiendo la maldición y no quiero condenarme en esta forma. Es allí donde el Espíritu Santo lo guiará a otras palabras.
(Salmo 37: 25)= Joven fui, y he envejecido, y no he visto a justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.
(Filipenses 4: 19)= Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Es allí donde este hombre se da una palmada en la frente y exclama: ¡Es cierto! ¡Dios me va a ayudar a salir de este embrollo! Voy a decidirme a confiar en Él. Él será mi proveedor. Me voy a entregar completamente a Él y sé que Él tomará control de mi vida y me mostrará cómo resolver mis problemas económicos. Ocurre que cuando Dios pone al hombre en el huerto del Edén, entre otras cosas, le da autoridad y derecho legítimo a señorear sobre toda la creación. Pero ¿De qué manera? En su nombre, guiado por Él. Sin embargo, tal como sabemos, el hombre cae después por causa de su desobediencia. ¿Qué sucede entonces? Que Dios se aparta de ese hombre y lo deja librado a su propia capacidad de discernir entre el bien y el mal, tal el árbol simbólico del cual ha comido. Entonces el hombre se queda sin la compañía y la guía de Dios, pero no pierde en absoluto su sentido del control y la dominación, del señorío. Sólo que ahora intenta controlarlo todo fuera de Dios. Así ha sido hasta nuestros días. Es hora de volver a las antiguas fuentes.
¿Y qué decir del Adulterio? ¡Hermano! ¿De eso va a hablar? ¿Usted cree que puede quedar un cristiano, al menos, que no sepa lo que significa y trae consigo el adulterio? No. No lo creo. Todos sabemos como es, que implicancias tiene y cómo termina el adulterio de cualquiera de los dos cónyuges. Tiene razón. No debe quedar un hermano o una hermana que lo ignore. Pero; ¿Quiere que le diga algo? Sigue siendo, hoy por hoy, el adulterio, el pecado más abundante en la iglesia. Y, por si esto fuera poco, también es el pecado en el que con más asiduidad caen los mismísimos pastores sin distinción de condición ni edades. ¿Pero cómo puede ser que caigan en esto tan viejo y conocido? ¿Tan ignorantes son? No se confunda, no es sólo cuestión de ignorancia. Los espíritus de sexo, de lujuria y de lascivia existen y trabajan bastante fuerte dentro de los templos en los cuales, si no se los echa fuera, siguen influyendo para que la gente se desmorone y pierda su comunión con Dios. Éxodo 20:14 es lo más preciso y concreto al respecto: No cometerás adulterio, dice.
(Proverbios 2: 16)= Serás librado de la mujer extraña, de la extraña que halaga con sus palabras. (¡Hermano! ¡Qué suerte tiene su esposa de tener un marido como usted!) (17) la cual abandona al compañero de su juventud, (Porque a su vez se creyó los halagos que él le hizo) y se olvida del pacto de su Dios (¡Ojo que está hablando de adulterio entre creyentes, eh?)
(18) Por lo cual su casa, (Esto es: su cuerpo, su templo) está inclinada a la muerte, (Hablamos de muerte espiritual, de muerte anímica e. Incluso, física) y sus veredas hacia los muertos.
(Proverbios 5: 1)= Hijo mío, está atento a mi sabiduría, y a mi inteligencia inclina tu oído. (Inclinar el oído implica oír a los que, según nuestra estima, están por debajo nuestro) (2) Para que guardes consejo, y tus labios conserven la ciencia.
(3) Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, (Pronuncian palabras que él no oye desde hace mucho tiempo) y su paladar es más blando que el aceite; (4) mas su fin es amargo como el ajenjo, agudo como espada de dos filos.
(5) Sus pies descienden a la muerte; sus pasos conducen al Seól.
(Mateo 15: 19)= Porque del corazón, (Expresión con la que los hebreos definían el alma) salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
(20) Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar, no contamina al hombre.

No vamos a determinar doctrina con esto, pero quiero que preste atención a la clase y calidad de los factores que Jesús une aquí. La misma entidad entre las fornicaciones, cosa muy repudiada en las iglesias, con los falsos testimonios, hecho que todos sabemos suele ser bastante frecuente. Pero también iguala al adulterio con los homicidios, destrozando de ese modo esa permisividad que la psicología secular ha predicado en la sociedad logrando que esta lo crea, lo acepte y, lo más grave: lo ponga en práctica.
(1 Corintios 6: 9)= ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? (¡Cuidado con las injusticias en la Iglesia, hermanos! ¿Hay discusiones doctrinales que, ante esta Palabra, es como si no tuvieran razón de ser, no?) No erréis; ni los fornicarios, (¡Es que el hermanito es débil! ¡Hay que comprenderlo!) Ni los idólatras, (Tanto aquellos que anteponen imágenes a Dios mismo, como los que anteponen sus doctrinas denominacionales a la de Jesucristo) ni los adúlteros, ni los afeminados, (¡El hermanito es así, un poco amanerado, pero es bueno!) Ni los que se echan con varones, (Adiós a la teoría de los sexólogos sobre conductas sexuales diferentes o alternativas. Aquí no dice LAS que se echan con varones, dice LOS) ni los ladrones, (¡Cuidado que hay muchos modos de robar!) Ni los avaros, (¡Cuidado que hay muchos modos de no dar!) Ni los borrachos, (¡Pero es que el hermano es un bebedor social!) Ni los maldicientes, (¡Es una simple cuestión de códigos un poco transgresores, hermanos, nada más! ¡Ahora se habla así!) Ni los estafadores, (Todos hemos sido estafados alguna vez, verdad?) Heredarán el reino de Dios.
Sin embargo, en este tiempo, un espíritu sumamente activo fuera y dentro de las congregaciones, es el que tiene que ver con la Ansiedad y la preocupación. Si usted presta atención, por ejemplo, a la publicidad ya sea desde los avisos o desde la programación o la misma medicina, va a poder comprobar que el objetivo de esa publicidad es armarle soluciones al hombre con relación a sus ansiedades y preocupaciones, sintetizadas bajo el rótulo del estrés y, obviamente, a todos sus derivados que van desde la salud y la calidad de vida hasta la mismísima sexualidad. En la medida y las condiciones sociales empeoran, la ansiedad y preocupación aumenta. Y no sólo en países como el nuestro o similares latinoamericanos, sino también en otros que parecerían no tener motivos. Eso demuestra, una vez más, que las cosas no pasan por lo social sino por el corazón del hombre.
(Salmo 55: 22)= Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo.
Vamos por partes. ¿Qué es echar sobre Jehová tu carga? 1 Pedro 5: 6-7 le da a usted una pequeña muestra: humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo, echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Esto significa que su carga es su ansiedad. Y la palabra ANSIEDAD, es la palabra MERIMNA y proviene de MEIRO, que es Dividir y NOOS, que significa La Mente. La palabra indica distracciones, ansiedades, cargas y preocupaciones. MERIMNA significa estar ansioso anticipadamente acerca de la vida diaria. Semejante preocupación es innecesaria, porque el amor del Padre provee para nuestras necesidades especiales.
Después dice que si hace esto, que no es sencillo le diré, Él le SUSTENTARÁ. Esta es la palabra CHUL y significa Mantener, Nutrir, Proveer alimento, Cargar, Sostener, Proteger, Apoyar, Defender, Suplir los medios necesarios para la vida. Esta palabra aparece cuarenta veces. CHUL sugiere, básicamente, “El medir una porción de comida,” es decir: Proveer.
(Lucas 12: 29)= Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud.
(30) Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas.
(31) Mas buscad el reino de Dios y todas estas cosas os serán añadidas.
Esto nos está mostrando tres puntos básicos a tener en cuenta e incorporar a nuestra rutina: 1) Considerar a la preocupación como un pecado. 2) Disciplinarnos para dejar atrás todo tipo de ansiedades. 3) Confiar ciega y decididamente en el Señor sin pretender ver señales por anticipado.
(Salmo 119: 28)= Se deshace mi alma de ansiedad; y susténtame según tu palabra.
Este verso le agrega, a nuestro escudriñar, un elemento muy importante: la ansiedad proviene del alma. Si su alma aún no se ha sujetado al Espíritu Santo que mora en su espíritu, es natural que le presente batalla y le produzca más de un dolor de cabeza.
(Filipenses 4: 6)= Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
(7) Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo.
El ruego, del cual se habla aquí, es más que una petición, sugiere una especial intensidad en la oración que se extiende no para poner méritos por el exceso de palabras, sino para trasladar todo el peso de lo que está en nuestras almas a las manos de Dios. La oración y la paz, están íntimamente vinculadas. El que confía en los cuidados de Cristo, en lugar de atormentarse con sus propios problemas, experimentará que la paz de Dios le libra del agobio de la ansiedad. ¡Regocíjese como una disciplina constante! Comprenda que Jesús trae paz a los que en Él confían.
(Salmo 119: 165)= Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.
¿Tiene usted ansiedad que no puede dominar? ¿Está preocupado por cosas que por allí ni usted mismo puede cambiar? Lea la Biblia. ¡Hermano! ¡Hice cinco años de seminario bíblico! ¡Estoy graduado en bachillerato en teología! ¡Hago permanentemente un extenso devocional diario! Basta. Todo eso está muy bien y le felicito, pero ahora le pido por favor que piense si, además de todo eso, usted ama la palabra hasta el punto de vivir pensando en ella. De eso habla.
Y el último de los espíritus que hoy vamos a conocer, (Hay muchos más), de los que hoy por hoy pululan por las iglesias y causan serios problemas que van desde la contienda hasta la división, es el de la Avaricia.
(Hebreos 13: 5)= Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: no te desampararé, ni te dejaré.
Esto te dice, en primera instancia, que la avaricia y los temores financieros son superados por la seguridad fundada en la constante presencia de Dios y en las promesas que el Señor nos ha hecho sobre la satisfacción de nuestras necesidades diarias. Viendo esto no podemos menos que pensar en cuánto nos cuesta confiar en el Dios Todopoderoso. Debido a la palabra de consuelo que Dios ha pronunciado, podemos decir confiadamente: el Señor es mi ayudador, no temeré. A la vista de las inclemencias que en este rubro hay hoy en nuestra patria no podemos menos que preguntarnos cuántos creyentes serán los que piensan con convicción y de este modo en esto.
(Mateo 13: 22)= El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
(23) Mas el que fue sembrado en buena tierra, este es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta y a treinta por uno.
De aquí tenemos que rescatar un principio altamente valioso. Es el que dice que el engaño de las riquezas ahoga la Palabra. Por eso es que cuando Dios habla de prosperidad, no necesariamente está hablando en el mismo idioma y sentido que habla usted. La prosperidad que Dios ve para su vida es abarcativa y la que usted suele ver, no va más allá de si le alcanza el salario o la remuneración de su trabajo e, incluso, si tiene ese trabajo o no.
(Efesios 5: 5)= Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.
Acá le está puntualizando de manera contundente y sin apañamientos, que la avaricia es una de las causas que le impiden a una persona entrar al reino de Dios. ¿Entonces no es salva? Nadie está hablando de salvación, estamos hablando de reino. ¡Pero a mí me enseñaron que eran la misma cosa! Lea la Biblia, por favor.
(1 Timoteo 6: 9)= Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; (10) porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
Nadie censura el deseo de progreso y prosperidad, pero esta palabra es muy concreta en lo concerniente al deseo de enriquecerse como meta ciega. Dice que caen en tentación y quedan enlazados por Satanás. Y agrega, como para que nadie se haga el distraído y diga que no se dio cuenta, que el amor al dinero es la raíz de todos los males.
(Proverbios 3: 9)= Honra a Jehová con tus bienes, y con las ‘primicias de todos tus frutos; (10) y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto.
Que la rectitud sea recompensada, algo que aparece repetidamente en Proverbios y en muchos otros libros de la Escritura, no constituye una garantía que opera mecánicamente de acuerdo con la ley de causa y efecto. Al contrario, como sucede con la siembra y la cosecha, es una ley general que forma parte del mundo creado por Dios. Puede que haya excepciones, por lo menos durante un tiempo, pero ellas no cambian los inexorables principios del universo. ¡Es que la Biblia dice que hay que dar los diezmos! ¡Es que los diezmos pertenecen a la época de la Ley y ahora estamos bajo la Gracia! Discusiones influidas por espíritus de avaricia. Porque fuere como fuere, la que promete abrir las ventanas y derramar bendiciones hasta que sobreabunden, es una promesa de Dios y, si bien la ley dejó de ser, la promesa para quien quiera tomarla, sigue viva y eficaz. Esa es la realidad.

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