Alejandro Hernández Cepero.
Pastor y evangelista.
¡ES HORA DE
CAMBIAR, DE HACER HISTORIA!
Hace
cincuenta y cuatro años (54) la nación toda; aquellos que hoy rebasan esa edad,
nuestros padres, abuelos y quizás porque no, algún que otro bisabuelo nos convirtieron
en copia fiel del original, al igual que el pueblo de Israel rechazaron al Dios
incorruptible de los cielos, al Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob y de Israel
por un hombre, en nuestro caso impío, egoísta, enemigo de Dios y de Israel la
nación escogida, hombre por demás al que se le brindó una recepción a su
“entrada triunfal en La Habana y no precisamente en un pollino”, --muestra más
que elocuente de su autosuficiencia, prepotencia, autoritarismo, totalitarismo,
hegemonía, demagogia, escondidas detrás de la fachada compuesta por una barba,
una sonrisa quizás afable, unas palabras rebuscadas en medio del analfabetismo
educacional e intelectual imperante y un innegable carisma como líder, lástima
que el propio peso de todos los adjetivos anteriormente descritos halaron su
alma al reino del mal—al que voluntariamente u obligado so pena de perder
las añadiduras que como migajas nos obligan a comer nos hemos humillado de
rodillas, aplaudido, glorificado y rendido culto de adoración cual dios.
Hace
cincuenta y cuatro años (54) la nación toda está sucumbiendo ante las
maldiciones generacionales establecidas en la Palabra Divina de Aquel que,
aunque no reconozcamos Rey, Su Palabra es Real, radical, es más cortante que
toda espada de dos filos y que penetra hasta partir el alma, las coyunturas y
los tuétanos y que discierne entre los pensamientos y las intenciones del
corazón, Palabra que nunca regresa atrás vacía sino que es prosperada en todo
aquello a lo cual es enviada.
Hace
cincuenta y cuatro años (54) que, a las últimas generaciones de nacidos nos ha
tocado vivir con la afrenta del pecado de nuestros padres y la maldición
generacional que ello provoca, y si hasta ahora no concuerda conmigo analice
esto, [un resumen de los ¡Bendito
sea Dios!, precisamente cincuenta y cuatro (54) versículos del capítulo
veintiocho (28) del Libro de Deuteronomio, libro que fue escrito
aproximadamente en el año 1405 a.C., 3418 años después permanece vigente]* y
luego, luego si no padece del corazón; saque usted sus propias conclusiones:
ü maldito seremos en la ciudad y en el campo,
ü maldito será el fruto de nuestro vientre (para las mujeres originales),
ü maldito será el fruto de la tierra,
ü malditos serán la cría de las vacas,
ü malditos serán los rebaños de las ovejas,
ü los cielos serán de bronce,
ü la tierra será de hierro,
ü seremos derrotados delante de nuestro enemigos y vejados (ultrajados,
avergonzados) por todos los reinos de la
tierra,
ü seremos heridos con locura, ceguera y turbación de espíritu,
ü no seremos prosperados en nuestros caminos,
ü seremos oprimidos y robados todos los días y no habrá quien nos salve,
ü nos desposaremos con mujer y otro varón dormirá con ella,
ü nuestros hijos serán entregados a otro pueblo, nuestros ojos los verán
y desfalleceremos por ello,
ü del fruto de nuestra tierra, y del trabajo de nuestras manos comerá
pueblo que no conocimos,
ü el extranjero que estará en medio de ti se elevará sobre ti muy alto,
ü nosotros descenderemos muy bajo,
ü él nos prestará, nosotros no le prestaremos,
ü él será por cabeza,
ü nosotros seremos por cola,
ü serviremos por tanto a nuestros enemigos que Dios enviará contra
nosotros con: hambre, con desnudez, y con falta de todas las cosas,
ü Dios pondrá yugo de hierro sobre nuestro cuello hasta destruirnos,
ü aumentará maravillosamente nuestras plagas y las plagas de nuestras
descendencias plagas grandes y permanentes,
ü enfermedades malignas y duraderas,
ü toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en esta ley,………
*Dios me es por testigo fiel
que, hasta el momento de añadir este comentario entre corchetes no me había
percatado aún que los encabezados de cada párrafo eran guiados por Su Espíritu.
Un ciego de nacimiento vería claramente que la Cuba del 2013 no es otra cosa
que la cosecha impía de un pueblo rebelde y enemigo del Dios Todopoderoso, el
Único y Verdadero, ni el mismo Harry Houdini el Rey del Escapismo de principios
del siglo XX, pudo escapar de la muerte
física, cuanto más podrá hacerlo de la espiritual si antes no arregló cuentas
con el Juez Supremo del Universo y las acompañó con frutos dignos del
arrepentimiento porque, le fe sin obras es: muerta; y nosotros que nos creemos
los reyes del universo.
Igualmente,
si cada uno de los que hoy navegamos en el temporal peregrinaje terrenal,
antesala de una eternidad más real que la que conocemos, no arreglamos cuentas
con el Juez Supremo, compareceremos ante el Juicio del Gran Trono Blanco con
una deuda personal impagable, por el sólo hecho de rechazar a Aquel que siendo
en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino
que se despojó a Sí mismo tomando forma de siervo, hecho semejante a los
hombres y, estando en la condición de hombre se humilló a Sí mismo, haciéndose obediente
hasta la muerte y muerte de cruz.
Su
obediente actitud le concedió el derecho a que Dios mismo le exaltara hasta lo
sumo y le diera un Nombre que es sobre todo nombre, para que: en el Nombre de Jesús se doble toda
rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra,
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para la gloria de
Dios Padre.
Pueblo
cristiano de Cuba, tenemos esta grandísima promesa de parte de Aquel que no es
hombre para mentir ni hijo de hombre para arrepentirse, Aquel que es fiel a su
Palabra, que dijo y fue hecho, Aquel que hoy en el 2013 es el mismo que fue
desde la creación y que será el mismo cuando estemos ante Su presencia en la
eternidad, Aquel que Su Palabra no pasará aunque pasen los cielos y la tierra,
Aquel donde no hay mudanza ni sombra de variación porque que es Inmutable.
Cristiano
cubano en Cuba o fuera de ella, deja la pasividad y comienza a actuar, a
glorificar a Dios en y con tu vida, complementemos la mayor cadena de oración
en toda la historia de esta nación.
Pueblo
sobre el cuál es invocado el Nombre del Señor, humillémonos bajo la poderosa
mano de Dios, y oremos todos, juntos, codo con codo, rodilla en tierra,
busquemos su rostro mientras Él pueda ser hallado, invoquémosle en tanto está
cercano.
Convirtámonos de nuestros malos caminos:
dejémonos de pelear por llenar estadísticas denominacionales y comencemos a
pelear por llenar el cielo de vidas –allí no existe inflación, crisis
financiera, “bloqueo”, enfermedades, adulterios, celos, mentiras, robos,
opresión, tiranía y menos aún período especial- y vaciemos el infierno.
Dejemos el satánico sectarismo denominacional
a un lado, Dios no es Dios ni de Metodistas, ni de Bautistas, ni de
Pentecostales, ni de Asambleas de Dios, ni de Apóstoles, Dios es Dios de
redimidos por la Sangre de Cristo, de herederos y co-herederos con Cristo, para
Él somos: linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por
Él para que anunciemos las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a
Su luz admirable, somos la familia más grande en toda la tierra y por tanto
tenemos un solo apellido: Hijos del Dios Altísimo, comportémonos a ese nivel. ¡Andemos
como Él anduvo!
Dejemos
el servilismo sumiso y lacayo a los que están en eminencia, si obedeciésemos con
esa misma fidelidad, entrega y devoción a Aquel que se entregó a Sí mismo para
redimirnos de la maldición del pecado, de seguro que Cuba fuese el paraíso
terrenal de las Américas, iglesias reconocidas oficialmente por el gobierno
impío y faraónico de turno, dejen de ser meretrices gubernamentales, dejen de
besar la mano del amo para garantizar $alida$ al extranjero y la entrada de predicadores con vi$a religio$a,
recordemos que somos mayordomos de los bienes de Dios en la tierra, el mismo
José Martí sentenció que: “No hay espectáculo,
en verdad más odioso, que el de los talentos serviles”, la iglesia es de
Dios, Él es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo
que pedimos o entendemos según el poder que actúa en nosotros, solo confiemos
en Él, porque maldito el que confía en el hombre.
La
iglesia es de Dios dejen que ellos luchen contra Dios.
Sólo,
por una vez en sus vidas: ¡CRÉANLE A
DIOS!”
Así
y sólo así conseguiremos que, Dios nos oiga desde los cielos, perdone nuestros
pecados y sane nuestra tierra, no olvidemos nunca que inauguraremos el Gran
Juicio –el juicio comienza por casa-, tenemos el mandamiento divino de darle
sabor –somos la sal- a Cuba y desplazar de ellas sus tinieblas –somos la luz-,
menos aún podemos olvidar que Jesús el Señor antes de irse lejos comisionó a su
iglesia –hoy, nosotros- a que vayamos y hagamos discípulos a todas las
naciones, que sean bautizados en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo, que se les enseñara todas estas cosas como Él nos enseñó, y que las
obras que Jesús hizo nosotros las haríamos también y que mayores que esas
haríamos por cuanto Él iba al Padre, que nos seguirían señales y milagros porque
nos dio potestad aún de hollar serpientes y escorpiones y lo mejor de todo que:
Él estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, algo muy
importante: Él, dio el ejemplo.
Esta
será nuestra recompensa sí y sólo sí: oyéremos atentamente la voz de Jehová
nuestro Dios, para guardar y poner por
obra todos Sus mandamientos que fueron prescritos -hace más de 3418 años-
entonces: Él nos exaltará sobre todos los pueblos de la tierra, y vendrán todas
estas bendiciones y nos alcanzarán si escuchásemos la voz de Jehová nuestro
Dios y no nos apartemos de todas Sus
Palabras ni a diestra ni a siniestra para ir tras dioses ajenos a servirles.
Líderes,
pastores, presidentes de obra (que en beneficio propio y en detrimento de la
obra de Dios niegan el llamarse apóstol), por favor; dejen de andar con la
cabeza mirando al suelo, dejen de volar como vuelan las gallinas, vuelen como
lo que son: águilas, águilas de Dios que se remontan en su vuelo sobre
cualquier obstáculo pues, de lo contrario no podrán protagonizar jamás el
amanecer que Dios en su infinita misericordia ha provisto para Cuba, su tierra,
sus gentes de a caballo y sus gentes de a pie, ¿acaso se ha acortado la mano de
Jehová? ¡Ciegos no pueden ver que Su Palabra no regresa jamás vacía!,
¿Encontrará a algunos de ustedes cuando Él venga?, ¿Alguno de ustedes
responderán al llamado que Él les está haciendo?
¿Acaso se ha limitado Su poder para librar?
¿Acaso Faraón con todo su poderío y supremacía
pudo luchar contra Dios y vencer?
¿Resistirá por siempre Faraón sin que su misma
necedad no lo autodestruya?
¿Y
Nabucodonosor?
¿Y Amán el sirio?
¿Y
que de todos aquellos que lucharon contra Dios y contra la niña de sus ojos?
¿Quiénes han permanecido para hacer el cuento?
¿Acaso en este mismo año Dios no nos dio otro
ejemplo de Su Soberanía, de Su poder sobre la vida y la muerte, de que Él reina
castigando a aquel que osó -y que ose- levantarse y maldecir a su pueblo?
¿Dónde
están esos dos (2) hombres que cuando la furia del imperio arremetió contra
ellos y que cuando fueron apresados, sus cadenas y sus pies en el cepo no le
impidieron a medianoche orar y alabar al Dios que les había encomendado
establecer su reino en la tierra?
Dejad
entonces que ellos mismos juzguen si es justo delante del Dios de toda la
Creación obedecerles primero a ellos que a Dios, porque ¿donde están los Pedro y los Juan que ante el concilio y el sumo
sacerdote con firmeza declararon que:
¡Es
necesario obedecer a Dios antes que a los hombres!?
No,
jamás se ha acortado Su mano para salvar; menos aún se ha agravado su oído para
escuchar, son nuestras iniquidades las que han hecho división entre Dios y nosotros
su pueblo, son nuestros pecados los que han hecho que Jehová oculte su rostro
de nosotros, y a menos que nos volvamos a Dios, pereceremos todos en el
desierto físico y espiritual sin poder alcanzar la tierra prometida,
sostengámonos entonces, como viendo al Invisible porque, a la verdad: Él es
fiel.
Dios
respondió las oraciones de aquellos que hacían Su Voluntad agradable y
perfecta, Dios el que cuando uno lo busca en lo secreto, Él responde en
público; los cimientos de la cárcel se sacudieron de tal manera que las puertas
se abrieron, las cadenas se soltaron y los presos fueron libres.
Pero,
¡Hay de aquellos pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño!
Dice Jehová.
¿Hemos
pensado por un momento que cuando Jesús enseño la parábola de los talentos se
refería a Él mismo y su misión? Cuba es nuestro talento, para unos cinco (¿se
referiría a los 5 ministerios?), para otros dos (¿se referiría a los dones de
revelación y los de milagros?), para otros uno (¿se referiría a la predicación
del evangelio como un todo?), pero ¡válgame Dios! qué tremenda Su justicia: a
cada uno según su capacidad; la cantidad de talentos no importa lo que
realmente importa es si los fructificamos y los multiplicamos.
¡Tremendo nuestro Dios verdad! En pleno
cubaneo del siglo XXI: ¡está escapa’o! el que tenía dos talentos recibió el
mismo galardón que aquel que tenía cinco, ¿por qué?, porque Él no hace acepción
de personas:
Bien,
buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré: ¡entra en el gozo de tu Señor!
Pueblo
cubano que vive a espaldas del Redentor, somos los únicos culpables de la Cuba
que hoy mal disfrutamos y que está muy lejos de ser la que Dios diseño en su
maravilloso plan.
Es hora de cambiar la historia, de reconocer
que Dios Reina en el Cielo, en la Tierra y aún debajo de la Tierra, y eso
incluye a Cuba, su pueblo y aún sus gobernantes, de entregarle nuestros
corazones a Dios el cuál es amplio en perdonar, es tiempo de acercarnos
confiadamente al Trono de Su Gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia
para el oportuno socorro.
¡Detente!
por favor, porque acontecerá que si te apartares de todas las palabras escritas
en la ley de Dios, a diestra o a siniestra para ir tras dioses ajenos y
servirles, no oyendo la voz de Jehová Dios para procurar cumplir todos sus
mandamientos y sus estatutos escritos hace más de 3418 años y vigentes hasta el
día del fin, vendrán sobre ti todas estas maldiciones –las enunciadas en negritas en las hojas uno y dos- y te
alcanzarán, donde quiera que te escondas.
En
el cielo no existe amnistía espiritual, no existen indultos presidenciales y menos
aún papales, no existe inmunidad diplomática y mucho menos parlamentaria ni
partidista, no vale fingir de loco, tampoco allí existen clases ni divisiones
sociales, allí todos somos criaturas de Dios hasta tanto se demuestre que
estamos inscritos en el Libro de la Vida, que reconocimos a Jesús, únicamente a Jesús como Señor y Salvador
y vivimos conforme a Su Palabra, allí todos seremos juzgados por las obras de
nuestras manos y por ellas seremos ó condenados al lago que arde con azufre y
fuego que Dios tiene reservado para el diablo, sus ángeles y sus fieles
súbditos ó como buenos siervos y fieles que por haber sido fieles en lo poco se
nos recompensa en lo mucho y entraremos en el gozo del Señor: a disfrutar con
Él en la ciudad celestial.
Él
es el Único camino, la Única Verdad, la Única Vida que lleva al Padre y nadie,
absolutamente nadie llega al Padre si no es a través de Jesús.
La
decisión es tuya, Tú y sólo Tú decides el lugar que ocuparas en la eternidad,
esa misma que hoy consideras mito, mañana te sorprenderá con su poderosa y
-valga la redundancia- eterna eternidad y mañana, mañana se te agotó el tiempo.
Considero
haberlo dicho todo, aunque en mi naturaleza humana puede habérseme escapado
algo; no obstante una cosa es cierta, Dios dice que:
¡Está establecido para los hombres que mueran
una sola vez y después de esto el juicio! Seas alto o bajo, blanco o negro,
universitario o analfabeto, rico o pobre, gobernante o gobernado, justo o
injusto; Dios es justo no hace acepción de personas.
¿Cuánto
mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios y tuviere
por inmunda la sangre del pacto, en la cual fue santificado e hiciere afrenta
al Espíritu de gracia?
Aún
hay tiempo de buscar al Señor, aún es tiempo de hallarlo, aún es tiempo de
entrar en Su presencia con regocijo, porque
¡Donde
abundó el pecado, sobreabundará la gracia de Dios!
Cuba,
regocíjate y entrégate a Jesús el Salvador porque si lo que perece tuvo gloria,
mucho más glorioso será lo que permanezca por medio de Jesús y la gloria de
esta casa –nación- será mayor que la primera y daré paz en este lugar, dice
Jehová de los ejércitos.
¡Bienaventurado
el pueblo que tiene esto, Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová!