Misiva del
apóstol Santiago, siervo de Jhvh y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que
se hallan dispersas por el mundo.
Saludos:
Hermanos míos,
considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas,
pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe
llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les
falte nada. Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Jhvh, y él se
la dará, pues Jhvh da a todos
generosamente
sin menospreciar a nadie, pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es
como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento.
Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor; es indeciso e
inconstante en todo lo que hace. (Santiago 1:1-8)
El apóstol
Santiago escribió esta carta a los cristianos judíos que habían sido esparcidos
por la cuenca del Mediterráneo. Ellos ya no eran perseguidos y martirizados
como a principios de siglo, esos acontecimientos tuvieron lugar desde la mitad
del primer siglo, pero padecían de una inhumana opresión económica y bajo esta
presión, se estaban destruyendo.
Santiago en su
mensaje le decía al pueblo judío que existían dos formas en la que los pueblos
pueden responder a la presión de los tiranos. Pueden entrar en compromiso con
estos y dividirse en fracciones y disputas ociosas o pueden unirse y ayudarse
entre sí para alcanzar sus propósitos. En su consejería sugería constancia en
la misión para poder superar las pruebas y alcanzar un resultado feliz y que no
hicieran lo primero, porque lo que en realidad estaba sucediendo era que la
gente estaba luchando egoístamente por abrirse paso en el mundo ignorando la fe.
Estos problemas
que acontecieron al pueblo judío en la segunda mitad del primer siglo, hacen
que esta carta sea de mucha relevancia en la actualidad para el pueblo cubano.
Así como el
remanente judío fiel, todo cubano digno nunca deberá transigir con actitudes
vanas ni de complicidad relacionadas con
los tiranos, asimismo tampoco mostrar prejuicios en contra de los desposeídos y
desamparados, para cuando haya que enfrentarse con diversas pruebas, podamos
estar unánimes y con fe en la victoria y así llevar a feliz término la obra.
Carta de fe un hermano judío-mesiánico, escrita en el 2003
durante “La Primavera Negra” desde Israel.
QUERIDO
HERMANO MANUEL ALBERTO MOREJÓN SOLER:
CARTA
SIN MIEDO.
No tengo el menor miedo de ir a ningún lado,
ni a un restaurante, ni a una fiesta, ni a un shopping center; tampoco de
viajar en ómnibus. No he cambiado ninguna de mis costumbres, ni dejado de hacer
NADA.
La gente tiende a olvidar que en las
carreteras mueren el doble de víctimas que en los atentados terroristas. Y
mayor cantidad aún muere de enfermedades infames muy comunes en la vida, a las
que todos estamos expuestos.
Sí. Estamos en guerra. Pero lo
afrontamos.
Los medios quieren hacer creer que está
llegando el fin del mundo, sin embargo, mirando la historia y pese al dolor
¡NUNCA HEMOS ESTADO MEJOR!
Hace sólo 60 años (!!!) contingentes de
judíos eran llevados a una muerte horrenda, mucho peor que ovejas al matadero.
No teníamos entonces un país. Ahora lo
tenemos: tiene sólo 55 años. Cuando contaba apenas horas de vida, siete
países le declararon la guerra. Líbano, Siria, Irak, Jordania, Egipto, Libia,
Arabia Saudita, nos atacaron todos a la vez. Y éramos entonces 680.000
habitantes contra el resto del mundo árabe. No teníamos EDI (Ejército de
Defensa de Israel), ni una fuerza aérea poderosa. Sólo gente decidida.
Teníamos, tenemos y seguiremos teniendo al Dios Padre creador de cielo y
tierra, EL DIOS DE LOS EJERCITOS... el mismo que dio a su hijo unigénito, para
salvación de TODO AQUEL QUE EN EL CREE...
Hace 35 años, luchamos contra los tres
ejércitos más fuertes del Medio Oriente, entrenados por la Unión Soviética y
equipados con armas de última generación. Sin embargo, los aniquilamos en seis
días.
Ganamos nuestras guerras, con menos que nada
en nuestras manos. Pero contábamos con inteligencia y eficacia, y con mucho
coraje y convicción.
Contamos hoy día también con nuestra arma más
eficaz, LA ORACION, EL AYUNO, Y LA CONFIANZA EN EL UNICO DIOS.....
Ahora tenemos un ejército
excelentemente implementado y una fuerza aérea poderosa.
Construimos Israel de la nada,
empezando de cero.
La ONU. "nos dio" un territorio
pequeño, del cual 65% era desierto. Y lo hemos hecho florecer: vendemos frutas
y verduras a todo el mundo.
Y hemos transformado a Israel en un imperio
tecnológico. Intel-Microsoft-IBM desarrollan sus productos aquí, Nuestros
científicos ganan premios internacionales. Nuestra medicina es de avanzada.
Nuestra economía exporta millones en productos de alta tecnología.
Israel ha enviado al espacio su propio
satélite: tres en total. Y es parte de la familia nuclear del mundo, junto con
EE.UU., Rusia, China, India, Francia e Inglaterra.
Con su desarrollo científico, nuestro
pequeño país se codea con los más grandes y poderosos del mundo: EE.UU. (250
millones de habitantes), Rusia (200 millones), China (1,1 mil millones),
Francia-Inglaterra- Alemania (350 millones).
Y hace sólo 60 años nos conducían a la
muerte.
Como larvas que emergían de la tierra,
salimos de las cenizas ardientes de Europa. (¡¡¡¡¡ES QUE ESOS HUESOS SECOS HAN
REVIVIDO!!!!!)
Quién diablos cree que puede asustarnos ¿el
Sr. Arafat? !No me hagan reír!
Pesaj fue el mes pasado, no olvidemos
tampoco esa historia.
Vencimos al Faraón. Luego a los griegos, la
potencia mundial de su tiempo. Y nos rebelamos contra Roma. A lo largo de los
dos milenios de la era occidental, sobrevivimos al antisemitismo europeo, a la
inquisición y las persecuciones religiosas, a los pogroms en Rusia, a Hitler y
el nazismo, a la Shoah. Y, ya como estado, vencimos a los países árabes
coaligados.
¿Qué fue de los grandes Imperios de la
Historia? ¿De Egipto? ¿Del Panhelenismo y Alejandro de Macedonia? ¿De Roma?
¿Del tercer Reich?
¿El latín es hoy una lengua viva?
Sin embargo nosotros, la pequeña nación
de la Biblia, desde la esclavitud en Egipto aún estamos aquí, abrevados en
nuestras fuentes, hablando el mismo idioma, alentando ideales, contribuyendo al
pensamiento y al progreso científico del mundo moderno.
Mientras mantengamos nuestras convicciones,
mientras sepamos usar nuestra inteligencia, somos poderosos. Somos poderosos en
el nombre de Jesús, Israel es el único país del mundo, donde se enseña
biblia obligatoria desde el jardín de infantes hasta terminada la
universidad.....
No importa en qué período de la historia
quieran pensar para nosotros, el pueblo judío: ¡la situación nunca ha sido
mejor!
No lloro, no me lamento, no me quejo,
no estoy asustado.
¿Podrían estar mejor las cosas?
Probablemente.
Sin embargo, el mundo es así desde que es
mundo. Nunca ha sido el paraíso y lo sabemos. Pero trataremos de que algún día
lo sea.
No se dejen engañar por los medios de
comunicación que ofrecen desinformación tendenciosa. Basura para solazarse con
la sangre y el dolor.
No dirán que aquí la gente sigue viviendo:
trabajando, estudiando, saliendo, visitando amigos. Que hay festivales y
actividades culturales.
Nuestra moral no está baja. Lloramos nuestros
muertos, que no es lo mismo.
Amamos la vida. La guerra no es para nosotros
un ideal, ni un objetivo religioso. Pero, mientras debamos pelearla, la
pelearemos y con la mayor eficacia que nos sea posible. Esto por suerte, lo
tenemos en claro.
Ustedes son también parte de
nuestra fuerza. No se dejen desmoralizar. Cuando se tiene la cabeza en
alto, se puede ver más lejos en el horizonte: hacia atrás en el tiempo y hacia
el futuro.
ROBERTO
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