viernes, 21 de agosto de 2015

JESÚS DE NAZARET


Por Pr Manuel A Morejón Soler El Vedado, La Habana, agosto de 2015 

Jesús de Nazaret, también conocido como Jesús, Cristo  o Jesucristo, es la figura central del cristianismo y una de las figuras más influyentes de la cultura occidental. Para la mayoría de las denominaciones cristianas, es el Hijo de Dios y, por extensión, la encarnación de Dios mismo. Su importancia estriba asimismo en la creencia de que con su muerte y posterior resurrección, redimió al género humano. El judaísmo  niega su divinidad, que es incompatible con su concepción de Dios. En el islam, donde se lo conoce como Isa, es considerado uno de los profetas más importantes.

Según la opinión mayoritariamente aceptada en medios académicos, basada en una lectura crítica de los textos sobre su figura, Jesús de Nazaret fue un predicador judío que vivió a comienzos del siglo I en las regiones de Galilea y Judea, y fue crucificado en Jerusalén en torno al año 30, bajo el gobierno de Poncio Pilato.

Lo que se conoce de Jesús depende casi absolutamente de la tradición cristiana, especialmente de la utilizada para la composición de los Evangelios Sinópticos, redactados, según opinión mayoritaria, unos 30 o 40 años, como mínimo, después de su muerte. La mayoría de los estudiosos considera que mediante el estudio de los evangelios es posible reconstruir tradiciones que se remontan a contemporáneos de Jesús, aunque existen grandes discrepancias entre los investigadores en cuanto a los métodos de análisis de los textos y las conclusiones que de ellos pueden extraerse. Existe una minoría que niega la existencia histórica de Jesús de Nazaret.

Jesús es la persona de mayor influencia en la historia humana. Mucho se ha escrito de Él, pero la fuente de información primaria y más confiable es la sagrada Escritura. Según los datos de los Evangelios, nació en Belén de Judea. La fecha probable es entre el año 7 y el 4 a.C., ya que ocurrió antes de la muerte de Herodes el Grande. Creció en Nazaret de Galilea. Cuando tenía alrededor de 30 años (Lucas 3:1) fue bautizado por Juan el Bautista. Llamó a doce discípulos y durante algo más de tres años predicó la venida del Reino de Dios, realizando muchos milagros que demostraban que El era quien decía ser, el Mesías o Ungido de Dios. Traicionado por uno de sus discípulos, fue acusado falsamente de blasfemia y crucificado durante el tiempo que Poncio Pilatos era procurador de Judea. Resucitó al tercer día, y se presentó a Sus discípulos, instruyéndoles por 40 días sobre el reino de Dios y las Escrituras, y encomendándoles predicar el Evangelio por toda la Tierra. Luego de esto, ascendió a los cielos, desde donde ha de volver para juzgar a vivos y a muertos (Mateo 28:16-20; Hechos 1:1-11).

La Biblia trata de Jesús (Lucas 24:27,44; Juan 5:39; Hebreos. 10:7). Los profetas profetizaron acerca de El (Hechos. 10:43). Juan el Bautista dio testimonio de El (Juan 1:26). El Padre dio testimonio de El (Juan 5:37, 8:18). El Espíritu Santo dio testimonio de El (Juan 15:26). Las obras que Jesús realizó dieron testimonio de El (Juan 5:36, 10:25). Las multitudes dieron testimonio de El (Juan 12:17). Sus discípulos dieron testimonio de El (Hechos 5: 31; Apocalipsis 1:2).Y, finalmente, Jesús dio testimonio de Sí mismo (Juan 14:6, 18:6).

Jesús es Dios en la carne (Juan 1:1, 14). El es plenamente Dios y plenamente hombre (Col. 2:9); por tanto, tiene dos naturalezas: la de Dios y la de hombre. No es mitad Dios y mitad hombre. Jesús es 100 % Dios y 100 % hombre. Nunca perdió Su divinidad. Existió siempre en forma de Dios y, cuando se hizo hombre, añadió a Sí la naturaleza humana (Filipeneses 2:5-11). Por tanto, en Jesucristo se halla la "unión en una persona de una plena naturaleza humana y una plena naturaleza Divina".

Ahora mismo en el cielo hay un hombre, Jesús, que es el Mediador entre Dios el Padre y nosotros (1 Timoteo. 2:5). El es nuestro Abogado ante el Padre (1 Juan 2:1). El es nuestro Salvador (Tito 2:13). El es nuestro Señor (Romanos 10:9-10). Jesús no es, como enseñan ciertas sectas, un ángel que se tornó humano (Testigos de Jehová), o el hermano bueno de Satanás (Mormonismo). Es completamente Dios y completamente hombre, el Creador, el Redentor. El es Jesús, el Cristo de Dios.

El segundo evento más importante de la historia de la humanidad es la muerte y resurrección de Jesucristo, el primero su nacimiento. El murió por todo el Mundo y se levantó de los muertos para demostrar que, después de la muerte hay vida eterna con plentud de gozo.

La Biblia te invita a compartir esa vida eterna con Él, tan solo confesando que Jesús es el Señor  y creyendo en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos y serás salvo, (Romanos 10:9), pero después en gratitud,  invitar cada día a alguien a que te imite de todo corazón.
Nos veremos en el Cielo.



 







LA MÁS GRANDE DE LAS VIRTUDES

La lengua griega es una de las más ricas, y tiene una facultad sin rival para expresar los diversos matices del significado de un concepto, pues, como sucede con cierta frecuencia, dispone de series completas de palabras para ello. Así, por ejemplo, mientras el inglés dispone solamente de un vocablo para expresar toda clase de amor, el griego tiene por lo menos cuatro.  Agape significa  amor, y agapan, que es el verbo, significa  amar. El amor es la más grande de las virtudes; la virtud característica de la fe cristiana. Por tanto haremos bien en procurar descubrir todo el contenido de estas dos palabras griegas cuyas características distintivas podremos conocer si las comparamos con otras palabras griegas que también signifiquen amor.
1. El sustantivo  eros y el verbo  eran se usan principalmente para denotar el amor entre los sexos. Aunque también pueden utilizarse para expresar la pasión de la ambición o la intensidad de un sentimiento patriótico, característicamente son palabras que se emplean con relación al amor físico. Gregorio Nazianceno definió  ecos como "el deseo ardiente e insufrible". Jenofonte, en la  Ciropedia (5.1.11), tiene un pasaje que muestra exactamente el significado de  eros y eran. Araspas y Ciro están discutiendo las diferentes clases de amor, y el primero dice: "Un hermano no se enamora de su hermana, sino de otra; ni un padre se enamora de su hija, sino de cualquier otra mujer, porque el temor de Dios y las leyes de la tierra son suficientes para impedir tal clase de amor"  (ecos). Notemos que estas palabras están predominantemente relacionadas con el amor sexual. En castellano, el vocablo  amante puede connotar cierta bajeza en la forma de amar; y, en griego, el significado de las palabras que estamos estudiando había degenerado a fin de representar hechos más vulgares. Es claro que el cristianismo difícilmente podía haberse anexado estas palabras, por lo que no aparecen en absoluto en el Nuevo Testamento.
2. El sustantivo  storge y el verbo  stergein tienen que ver especialmente con los  afectos familiares. Pueden utilizarse para expresar la clase de amor que siente un pueblo por su gobernante o una nación o familia por su dios tutelar, pero su uso regular describe fundamentalmente el amor de padres a hijos y viceversa. Platón escribe: "Un niño ama  (stergein) a, y es amado por, aquellos que lo engendraron"  (Leyes, 754b). Una palabra afín se encuentra a menudo en los testamentos. Se deja un legado a un miembro de la familia  trata philostorgian, es decir, "por el amor que te tengo". Estas palabras no se encuentran en el NT excepto el adjetivo afín  philostorgos, que aparece una vez en Ro. 12:10 (el gran capítulo que Pablo dedica a la ética) y que la Versión Reina Valera de 1908 traduce  amor fraternal. Esto es muy sugestivo porque denota que la comunidad cristiana no es una  sociedad, sino una familia.
3. Las palabras griegas más comunes para  amor son el sustantivo  philia y el verbo  philein, y ambas tienen un halo de cálido atractivo. Estas palabras encierran la idea de mirar a uno con afectuoso reconocimiento. Pueden usarse respecto del amor entre amigos y entre esposos. La mejor traducción de  philein es apreciar, la cual, incluyendo el amor físico, abarca mucho más. Algunas veces puede significar incluso  besar. Estas palabras tienen en sí todo el calor del auténtico afecto y del auténtico amor. En el NT,  philein se utiliza también para expresar el amor entre padres e hijos (Mt. 10:37); el amor de Jesús a Lázaro (Jn. 11:3, 36) y, una vez, el amor de Jesús al discípulo amado (Jn. 20:2).  Philla y philein son palabras hermosas para describir una relación hermosa.
4. Con mucho, las palabras más comunes en el NT para  amor son el nombre  agape y el verbo  agapan. Primero, estudiemos el sustantivo.  Agape no es en absoluto una palabra clásica, por lo que es dudoso que se haya utilizado alguna vez en el griego clásico. En la Septuaginta, se usa catorce veces respecto del amor sexual (p. ej., Jer. 2:2) y dos veces (p. ej., Ec. 9:1) como la opuesta de  misos, que significa  odio. A estas alturas,  agape no ha llegado a ser todavía una gran palabra, pero hay indicios de que lo será. En el Libro de Sabiduría, se usa para describir el amor de Dios (Sabiduría 3:9) y el amor a la sabiduría (Sabiduría 6:18). La Carta de Aristias dice (229) que la piedad está íntimamente relacionada con la belleza, pues "es la forma preeminente de la belleza,  y su poder radica en el  amor (agape), el cual es un don de Dios". Filón utiliza  agape una vez en el más noble sentido. Dice que  phobos (miedo)  y agape (amor) son sentimientos afines y, a su vez, característica del sentimiento del hombre hacia Dios. Pero solamente podemos encontrar raras y dispersas apariciones de esta palabra,  agape, que llegaría a ser la clave de la ética del NT. Ahora volvamos al verbo  agapan. Este verbo se emplea en el griego clásico más que el sustantivo, pero tampoco es muy frecuente. Puede significar  saludar afectuosamente. Puede describir el amor al dinero y a las piedras preciosas. También puede usarse como expresión de estar contento con alguna cosa o con alguna situación. Incluso se utiliza una vez (Plutarco,  Pericles 1) para describir a una dama de la alta sociedad acariciando a su perrito faldero. Pero la gran diferencia entre  philein y agapan en el griego clásico es que  agapan carece del calor que caracteriza  a philein. Hay dos buenos ejemplos de esto. Dio Casio, refiriéndose al famoso discurso de Antonio respecto a César, dice (44.48): "Vosotros lo amabais  (philein) como a un padre, y lo apreciabais  (agapan) como a un benefactor."  Philein describe el cálido amor que se profesa a un padre;  agapan, la afectuosa gratitud que se siente hacia un benefactor. En la  Memorabilia, Jenofonte describe cómo Aristarco consulta a Sócrates sobre un problema que tenía consistente en que, debido a los condicionamientos de la guerra, se veía obligado a vivir con catorce mujeres, parientes, que vivían a costa de él, pues, dada su situación de desplazadas, no tenían nada que hacer, y, lógicamente, surgían conflictos. Sócrates le aconseja que las ponga a trabajar, sean o no de ilustre cuna. Aristarco lo hace así y el problema se soluciona. "Las caras sombrías se tornaron radiantes; ellas lo amaron  (philein) como a su protector; él las miraba con afecto  (agapan) porque eran útiles" (Jenofonte,  Memorabilia, 2.7.12). De nuevo se manifiesta en  philein una calidez que no está en  agapan.
No sería cierto si dijéramos que en el NT se usan nada más que  agape y agapan para expresar el amor cristiano. Algunas veces se utiliza también  philein, como en los casos siguientes: para indicar la clase de amor que el Padre tiene al Hijo (Jn. 5:20); para denotar el amor de Dios a los hombres (Jn. 16:27) y para expresar la devoción que los hombres deben tener a Jesús (1 Cor. 16:22). Pero  philein se encuentra en el NT relativamente poco en comparación con  agape, que aparece casi ciento veinte veces, y con  agapan, que se emplea más de ciento treinta. Antes de estudiar detenidamente el uso que se hace de estas palabras, hay algo en torno a ellas y a su significado que hemos de tener en cuenta. ¿Por qué la forma cristiana de expresión se desentendió de las otras palabras griegas que significan amor y se centró en éstas?
Evidentemente, las otras palabras habían adquirido ciertos matices que las hacían inadecuadas.  Eros se asociaba definitivamente con el lado más vulgar del amor; tenía que ver mucho más con la pasión que con el amor.  Storge estaba muy vinculada al afecto familiar, pero nunca tuvo en sí la amplitud que la concepción del amor cristiano exige.
Philia era una palabra agradable, pero fundamentalmente denotaba calidez, intimidad y afecto. Podía usarse adecuadamente tan sólo respecto de nuestros allegados más amados, y el cristianismo necesitaba una palabra que incluyera mucho más. El pensamiento cristiano se fijó en  agape porque era la única palabra capaz de abarcar el contenido necesario; porque  agape demanda el concurso del hombre como un todo.
El amor cristiano no alcanza únicamente a nuestros parientes, a nuestros amigos más íntimos y, en general, a todos los que nos aman; el amor cristiano se extiende hasta el prójimo, sea amigo o enemigo, y hasta el mundo entero.
Por otra parte, todas las palabras ordinarias que significan amor expresan una emoción. Son palabras que se refieren al corazón y que ponen de manifiesto una experiencia que nos coge de improviso, sin buscarla, casi inevitablemente. No podemos impedir amar a nuestros parientes (la sangre tira) y a nuestros amigos.  El enamorarse no es ninguna proeza; es algo que nos sucede y que no podemos evitar. No hay ninguna virtud particular en el hecho de enamorarse, pues, para ello, poco o nada consciente tenemos que hacer. Simplemente, sucede. Pero  agape implica mucho más.  Agape tiene que ver con la mente. No es una mera emoción que se desata espontáneamente en nuestros corazones, sino un principio por el cual vivimos deliberadamente.  Agape se relaciona íntimamente con la  voluntad. Es una conquista, una victoria, una proeza. Nadie amó jamás a sus enemigos; pero al llegar a hacerlo es una auténtica conquista de todas nuestras inclinaciones naturales y emocionales.
Este  agape, este amor cristiano, no es una simple experiencia emocional que nos venga espontáneamente; es un principio deliberado de la mente, una conquista deliberada, una proeza de la voluntad. Es la facultad de amar lo que no es amable, de amar a la gente que no nos gusta. El cristianismo no nos pide que amemos a nuestros enemigos, y a los hombres en general, de la misma forma que amamos a nuestros familiares y amigos íntimos porque eso seria a la vez imposible y erróneo. Pero sí demanda que tengamos en todo tiempo una cierta actitud mental y una cierta inclinación benevolente hacia los demás sin importarnos su condición.
¿Cuál es, pues, el significado de  agape? El supremo pasaje para interpretarlo es Mateo 5:43-48. Ahí se nos manda amar a nuestros enemigos. ¿Para qué?  Para que seamos como Dios, que hace caer su lluvia sobre justos e injustos, sobre buenos y malos. Es decir,  al margen de cómo un hombre sea, Dios no procura para él sino su mayor bien. Eso es  agape, el espíritu que dice: "Sin importarme lo que un hombre, santo o pecador, me haga, nunca procuraré perjudicarlo ni vengarme. Jamás buscaré para él otra cosa que no sea lo mejor." Es decir, amor cristiano,  agape, es  benevolencia insuperable, bondad invencible. Como ya hemos dicho,  agape no es meramente una ola de emoción; es una deliberada convicción que resulta en una deliberada norma de vida. Es una proeza, una victoria, una conquista de la voluntad.  Agape apela a todo el hombre para realizarse; no sólo toma su corazón, sino también su mente y su voluntad.
Si esto es así, debemos hacer constar que:
(I) El  agape humano, nuestro amor al prójimo, está obligado a ser  producto del Espíritu. El NT es muy claro en este punto (Gá. 5:22; Ro. 15:30; Col. 1:8). El  agape cristiano es innatural en el sentido de que no es posible para el hombre natural. Un hombre podrá demostrar esta benevolencia universal, podrá ser purificado del odio, de la amargura y de la inclinación natural del ser humano a la enemistad, solamente cuando el Espíritu tome posesión de él y vierta en su corazón el amor de Dios.
El  agape cristiano es imposible para el no cristiano. Ningún hombre puede practicar la ética cristiana hasta que no sea cristiano. Puede ver con absoluta claridad lo deseable que es; puede reconocer que es la solución de los problemas del mundo; puede aceptarla racionalmente, pero no podrá vivirla prácticamente hasta que Cristo viva en él.
(II) Cuando entendemos lo que  agape significa, tropezamos con la gran objeción de que una sociedad basada en este amor sería un paraíso para los criminales, pues les facilitaría su propio camino. Puede alegarse que si en realidad hemos de procurar lo mejor para el hombre, bien podemos resistirlo, bien podemos castigarlo, bien podemos tratarlo con suma dureza -¡por el bien de su alma!
Pero el hecho permanece de que por mucho que hagamos por el hombre, nunca será puramente vindicativo, ni siquiera meramente retributivo, si no se hace dentro de ese amor perdonador que no procura el castigo del hombre -y mucho menos su aniquilación-, sino lo mejor. En otras palabras,  agape quiere decir tratar a los hombres como Dios los trata, lo cual no significa permitirles hacer todo cuanto les plazca.
Cuando estudiamos el NT encontrarnos que el amor es la base de toda relación perfecta en los cielos y en la tierra.
(I) El amor es la base de la relación entre el Padre y el Hijo, entre Dios y Jesús. Jesús puede hablar de "el amor con que me has amado" (Jn. 17:26). El es el "Hijo amado" (Col. 1:13;  cf. Jn. 3:35; 10:17; 15:9; 17:23, 24).
(ll) El amor es la base de la relación entre el Hijo y el Padre. El propósito de toda la vida de Jesús fue que "el mundo conozca que amo al Padre" (Jn. 14:31).
(lll) Amor es la actitud de Dios hacia los hombres (Jn. 3:16; Ro. 8:37; 5:8; Ef. 2:4; 2 Co. 13:14; 1 Jn. 3:1, 16; 4:9, 10). A veces, el cristianismo es presentado de una forma tal, que parece ser la obra hecha por un apacible y amable Jesús para calmar y apaciguar a un Dios severo y colérico, algo así como que Jesús cambió la actitud de Dios hacia nosotros. El NT no conoce nada de eso. Todo el proceso de la salvación comenzó porque Dios amó al mundo en gran manera.
(IV) El deber del hombre es amar a Dios (Mt. 22:37;  cf Mr. 12:30 y Lc. 10:27; Ro. 8:28; 1 Co. 2:9; 2 Ti. 4:8; 1 Jn. 4:19). El cristianismo no concibe al hombre sometido al poder de Dios, sino rendido al poder de Dios. No es que la voluntad del hombre sea triturada, sino que el corazón del hombre es quebrantado.
(V) La fuerza motriz de la vida de Jesús fue su amor a los hombres (Gá. 2:20; Ef. 5:2; 2 Ts. 2:16; Ap. 1:5; Jn. 15:9).
(VI) La esencia de la fe cristiana es el amor a Jesús (Ef. 6:24; 1 P. 1:8; Jn. 21:15, 16). Así como Jesús es el amante de las almas de los hombres, el cristiano lo es de Cristo.
(VII) Lo distintivo de la vida cristiana es el amor de los cristianos entre sí (Jn. 13:34; 15:12, 17; 1 P. 1:22; 1 Jn. 3:11, 23; 4:7). Cristianos son aquellos que aman a Jesús y se aman entre sí.
La base de toda relación justa concebible en los cielos y en la tierra es el amor. El NT tiene mucho que decir sobre el amor que Dios profesa a los hombres.
(I) Amor es la misma naturaleza de Dios. Dios es amor (1 Jn. 4:7, 8; 2 Co. 13:11).
(II) El amor de Dios es  universal. No fue sólo al pueblo escogido al que Dios amó, sino al mundo entero -y en gran manera (Jn. 3:16).
(Ill) El amor de Dios es  sacrificial. La prueba de su amor es la dación de su Hijo por los hombres (1 Jn. 4:9, 10; Jn. 3:16). La garantía del amor de Jesús es que se dio por nosotros (Gá. 2:20; Ef. 5:2; Ap. 1:5).
(IV) El amor de Dios es  inmerecido. Dios nos amó, y Jesús murió por nosotros, cuando éramos enemigos de Dios (Ro. 5:8; 1 Jn. 3:1; 4:9, 10).
(V) El amor de Dios es  misericordioso (Ef. 2:4). No es dictador ni tiránicamente posesivo; es el amor anhelante del corazón misericordioso.
(VI) El amor de Dios es  salvador y santificador (2 Ts. 2:13). Rescata del pasado y capacita a los hombres para hacer frente al futuro.
(VII) El amor de Dios es  confortador. En él, y a través de él, todo hombre llega a ser más que vencedor (Ro. 8:37). No es el amor blando e hiperproteccionista que hace a los hombres débiles e inmaduros; es el amor que fabrica héroes.
(VIII) El amor de Dios es  inseparable (Ro. 8:39). Por la naturaleza de las cosas, el amor humano está llamado a terminarse, al menos por un tiempo, pero el amor de Dios perdura sobre todos los azares, cambios y amenazas de la vida.
(IX) El amor de Dios es  recompensados (Stg. 1:12; 2:5). En esta vida, es algo precioso, y sus promesas para la vida venidera son todavía más grandes.
(X) El amor de Dios es  disciplinario (He. 12:6). El amor de Dios sabe que la disciplina es una parte esencial del amor.
El NT también tiene mucho que decir sobre cómo debe ser el amor del hombre a Dios.
(I) Debe ser amor  exclusivo (Mt. 6:24; Lc. 16:13). Solamente hay lugar para una lealtad en la vida cristiana.
(II) Es un amor  cimentado en la gratitud (Lc. 7:42, 47). Las dádivas del amor de Dios piden a cambio todo el amor de nuestros corazones.
(Ill) Es un amor  obediente. Repetidamente, el NT determina que la única forma de probar que amamos a Dios es obedeciéndole incondicionalmente (Jn. 14:15, 21, 23, 24; 13:35; 15:10; 1 Jn. 2:5; 5:2, 3; 2 Jn. 6). La obediencia es la demostración definitiva del amor.
(IV) Es un amor  extrovertido. Demostramos que amamos a Dios por el hecho de que amamos y ayudamos a nuestro prójimo (1 Jn. 4:12, 20; 3:14; 2:10). Negar nuestra ayuda a los hombres es tanto como probar que es falso el que haya amor de Dios en nosotros (1 Jn. 3:17).
Obediencia a Dios y amable ayuda a los hombres son las dos evidencias que patentizan nuestro amor.
Veamos ahora la otra cara de la moneda: el amor del hombre por el hombre.
(I) El amor debe ser la mismísima atmósfera de la vida cristiana (1 Co. 16:14; Col. 1:4; 1 Ts. 1:3; 3:6; 2 Ts. 1:3; Ef. 5:2; Ap. 2:19). El amor es el emblema de la comunidad cristiana. Una iglesia en la que haya amargura y contienda puede llamarse iglesia de los hombres, pero no de Cristo. Las luchas intestinas han enrarecido la atmósfera de su vida espiritual y la han asfixiado. Ha perdido el emblema de la vida cristiana y ya no es reconocible como la tal iglesia.
(II) La iglesia se edifica en amor (Ef. 4:16). El amor es el fundamento que la sostiene; el clima en el que puede crecer; el alimento que la nutre.
(lll) La fuerza motriz del líder cristiano debe ser el amor (2 Co. 11:11; 12:15; 2:4; 1 Ti. 4:12; 2 Ti. 3:10; 2 Jn. 1; 3 Jn. 1). No debe haber lugar en la iglesia para el hombre que sirve por razones de prestigio, de preeminencia y de poder. El móvil del líder cristiano debe ser únicamente amar y servir a su prójimo.
(IV) Al mismo tiempo, la actitud del cristiano hacia sus líderes debe estar promovida por el amor (1 Ts. 5:13). Demasiado a menudo, esa actitud es de criticismo, descontento e incluso de resentimiento. El vínculo que una a los que militan en el ejército cristiano ha de ser el amor.
El amor cristiano se va ensanchando en círculos cada vez más amplios.
(I) El amor cristiano empieza en el  hogar (Ef. 5:25, 28, 33). No debemos olvidar que la familia cristiana es uno de los mejores testigos de Cristo en el mundo. El amor cristiano empieza en el hogar. E! hombre que ha fracasado en hacer de su propia familia el centro del amor cristiano, tiene poco derecho a ejercer autoridad en la otra familia más numerosa que es la iglesia.
(II) El amor cristiano debe ser percibido por los ajenos a la  congregación (1 P. 2:17). La atónita expresión de los paganos en los primeros días del cristianismo era: "¡Mirad cómo se aman los cristianos!" Uno de los obstáculos más grandes con que tropieza la iglesia moderna -bajo el punto de vista del testimonio- es que al espectador debe aparecérsele como un conjunto de personas enzarzadas en disputas por verdaderas fruslerías. Una iglesia totalmente sumida en la paz del mutuo amor es un fenómeno raro. Ahora bien, para lograr esa paz no es preciso que sus miembros piensen de idéntica forma ni que estén de acuerdo en todo; basta con que, aun difiriendo, puedan todavía seguir amándose.
(Ill) El amor cristiano alcanza a nuestro  prójimo (Mt. 19:19; 22:39  cf. Mr. 12:31 y Lc. 10:27; Ro. 13:9; Gá. 5:14; Stg. 2:8). Nuestro prójimo es, simplemente, todo aquel que esté necesitado. Como el poeta romano dijo: "No considero extraño a ningún ser humano." Como es sabido, muchas más personas han sido traídas a la iglesia por la bondad del amor cristiano que por todos los argumentos teológicos habidos y por haber. Asimismo, muchas más personas han abandonado las iglesias -o han sido echadas- por la dureza y deformidad del mal llamado cristianismo que por todas las dudas del mundo.
(IV) El amor cristiano alcanza a nuestros  enemigos (Lc. 6:27;  cf Mt. 5:44). Hemos visto que amor cristiano significa benevolencia insuperable y bondad invencible. El cristiano, olvidando lo que un hombre le haga, nunca cesará de procurar lo mejor para ese hombre. Aunque sea insultado, injuriado, injustamente agraviado y calumniado, el cristiano nunca odiará ni permitirá que el rencor invada su corazón. Cuando Lincoln fue acusado de tratar a sus enemigos con demasiada cortesía y bondad, y cuando se le dijo que su deber era destruirlos, él dijo: "¿Acaso no destruyo a mis enemigos haciéndolos mis amigos?" El único método del cristiano para destruir a sus enemigos es amarlos como amigos.
Veamos ahora las características del amor cristiano.
(I) El amor es  sincero (Ro. 12:9; 2 Co. 6:6; 8:8; 1 P. 1:22). No tiene un doble fondo; no es egoísta. No es el agrado superficial que oculta un gran rencor. Es un amor que se da a su objeto con los ojos y el corazón bien abiertos.
(II) El amor es  inocente (Ro. 13:10). El amor cristiano no hace mal a nadie. El mal llamado amor puede dañar de dos formas: conduciendo al pecado y siendo hiperposesivo e hiperprotector. Respecto a la primera forma, Burns dijo de un hombre que conoció cuando él aprendía el rastrilleo del lino en Irvine: "Su amistad me hizo mal." Respecto a la segunda forma, es el caso típico del amor sofocante, como el de algunas madres.
(Ill) El amor es  generoso (2 Co. 8:24). Hay dos clases de amor: el que exige y el que da. El amor cristiano es dadivoso porque se inspira en el amor de Jesús (Jn. 13:34) y tiene su móvil principal en el amor de Dios (1 Jn. 4:11).
(IV) El amor es  práctico (He. 6:10; 1 Jn. 3:18). No es un mero sentimiento bondadoso que se limite a piadosos y buenos deseos; es un amor que se manifiesta en la acción.
(V) El amor es  paciente (Ef. 4:2). El amor cristiano es testimonio en contra de todo aquello que tan fácilmente transforma el amor en odio.
(VI) El amor se manifiesta en el  perdón y en la  restauración (2 Co. 2:8). El amor cristiano es capaz de perdonar y, al hacerlo, capacita al malhechor para que vuelva al buen camino.
(VII) El amor es  realista (2 Co. 2:4). El amor cristiano no cierra los ojos ante las faltas de los demás. El amor no es ciego, y usará de la reprimenda y la disciplina cuando sea necesario. El amor que no quiere ver las faltas, que evita la parte desagradable de toda disciplina, no es en absoluto amor auténtico y, al final, dañará a su objeto amado.
(VIII) El amor  cuida la libertad (Gá. 5:13; Ro. 14:15). Es completamente cierto que un cristiano tiene derecho a hacer todo aquello que no sea pecaminoso. Pero hay ciertas acciones en las que un cristiano no ve mal alguno y, sin embargo, pueden ofender a otro cristiano e incluso causar la ruina de otro hombre. El seguidor de Cristo nunca olvida su libertad cristiana, pero tampoco olvida que esa libertad está controlada por el amor cristiano y por la responsabilidad cristiana ante los demás.
(IX) El amor cuida la  sinceridad (Ef. 4:15). El cristiano ama la verdad (2 Ts. 2:10), pero al expresarla procura no hacerlo cruel ni antipáticamente para no herir. Se decía de Florence Allshorn, el gran maestro, que cuando tenía que reprender a alguno de sus alumnos lo hacía echándole el brazo sobre los hombros. El cristiano no oculta la verdad, pero siempre recuerda que amor y verdad van de la mano.
(X) El amor cristiano es  el vínculo que hace posible el compañerismo cristiano (Fil. 2:2; Col. 2:2). Pablo habla de los cristianos como unidos en amor. Nuestros puntos de vista teológicos pueden discrepar; asimismo, nuestras opiniones sobre métodos pueden diferir; pero, a través de las diferencias, vendrá la memoria constante de que amamos a Cristo y que, por consecuencia, nos amamos unos a otros.
(XI) El amor es  lo que da derecho al cristiano a pedir ayuda y favor a otro cristiano (Flm. 9). Si realmente estamos tan unidos en amor como debemos estar, encontraremos fácil pedir y natural dar cuando surja la necesidad.
(XII) El amor es  la fuerza motriz de la fe (Gá. 5:6). Más personas son ganadas para Cristo cuando se apela al corazón que cuando se apela al cerebro. La fe nace no tanto de una búsqueda intelectual como del levantamiento de la cruz de Cristo. Es cierto que, más tarde o más temprano, pensaremos en ciertas cuestiones que a veces nos desbordarán, pero, en el cristianismo, el corazón debe antes sentir que la mente pensar.
(XIII) El amor es  el perfeccionador de la vida cristiana (Ro. 13:10; Col. 3:14; 1 Ti. 1:5; 6:11; 1 Jn. 4:12). No hay en este mundo nada más grande que el amor. La tarea primaria de la iglesia no es perfeccionar su edificio, su liturgia, su música o sus vestiduras, sino perfeccionar su amor.
Finalmente, el NT manifiesta que hay ciertas formas a través de las cuales el amor puede ser mal dirigido.
(I)  El amor del mundo es un amor mal dirigido (1 Jn. 2:15). Demas desamparó a Pablo por amar al mundo (2 Ti. 4:10). Un hombre puede amar tanto lo temporal, que olvida lo eterno; puede amar tanto los premios del mundo, que olvida los premios últimos y esenciales que tienen que ver con la eternidad. Un hombre puede amar al mundo de tal manera, que acepta sus normas y abandona las de Cristo.
(II)  El amor al prestigio personal es un amor mal dirigido. Los escribas y fariseos amaban los principales asientos en las sinagogas y las alabanzas de los demás (Lc. 11:43; Jn. 12:43). La pregunta de un hombre debe siempre ser: "¿Qué piensa Dios de mi conducta?" Y, no: "¿Qué piensan los hombres de mi conducta?"
(III)  El amor a las tinieblas y el miedo a la luz es la inevitable consecuencia del pecado (Jn. 3:19). Tan pronto un hombre peca, tiene algo que ocultar; y, entonces, ama las tinieblas. Ahora bien, las tinieblas pueden ocultarlo de los hombres, pero no de Dios.
Así, después de todo, vemos, sin la menor sombra de duda, que la vida cristiana es edificada sobre dos pilares gemelos: el amor a Dios y el amor al prójimo.



LOS INSIGNIFICANTES IMPORTANTES


Por Pr Manuel A Morejón Soler El Vedado, La Habana, agosto de 2015 


La altivez es un sentimiento de superioridad que puede provocar un trato distante y despreciativo hacia los demás e inclusive una incitación al odio.

La Lic. Mariela Castro Espín, Directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), Diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) , e hija del gobernante cubano Raúl Castro, en una entrevista al diario ABC con respecto a la oposición cubana expresó:
" Son grupitos de ignorantes que los ponen a decir cosas y salen por todos lados”.

 La disidencia actual en Cuba es un segmento de la sociedad, ya no tan impopular, que se opone pacíficamente a la dictadura instaurada desde 1959 por Fidel Castro. Si bien, pensar de forma diferente no debe constituir un motivo para ser discriminado y menos un delito, dicha expresión de la Lic. Mariela no está acorde con el cargo político que ocupa en la ANPP.

Nuestra Carta Magna expresa en el Capítulo VI. IGUALDAD:

ARTICULO 41. Todos los ciudadanos gozan de iguales derechos y están sujetos a iguales deberes.
ARTICULO 42. La discriminación por motivo de raza, color de la piel, sexo, origen nacional, creencias religiosas y cualquier otra lesiva a la dignidad humana está proscrita y es sancionada por la ley.

En un país con Estado de Derecho la Lic. Castro Espín, por su declaración  pudiera estar sujeta a una sanción por violación del Art. 42 de la Constitución. 

Que Dios tenga la última palabra
Dios ha colocado cada uno de los miembros en el cuerpo como él quiso, pues si
todos  fueran un solo miembro,  ¿dónde estaría el cuerpo?
 Pero ahora son muchos los miembros,  aunque el cuerpo es uno solo.
 Ni el ojo puede decir a la mano: "No te necesito", ni tampoco la cabeza ni los pies.
 "No tengo necesidad de vosotros". Al contrario,  los miembros del cuerpo que
 parecen más débiles, son los más necesarios y a aquellos miembros del cuerpo
 que nos parecen menos dignos, los vestimos más dignamente y los que en
 nosotros son menos decorosos se tratan con más decoro,
 porque los que en nosotros son más decorosos no tienen necesidad. 
 Pero Dios ordenó el cuerpo dando más abundante honor al que menos tenía, para
que no haya divisiones en el cuerpo,  sino que todos los miembros se preocupen los
unos por los otros. (1Co 12:18-25)

¡Todos somos muy importantes para Dios!



CARTA A TITO


BOSQUEJO DEL CONTENIDO
Tito 1: 1-4 —Saludos
Tito 1: 5-9 —El nombramiento de los oficiales de la iglesia
<560110>Tito 1:10-16 —Como tratar a los falsos maestros
<560201>Tito 2:1-10 ——Instrucciones para varios grupos
2:1-3 — Acerca de los ancianos
2:4-8 — Acerca de los jóvenes
2:9, 10 — Acerca de los esclavos
<560211>Tito 2:11—3:8 —El trasfondo doctrinal para la vida cristiana
2:11-15 — La gracia como maestro
3:1, 2 — Los cristianos en la comunidad
3:3-8 — El evangelio contrastado con el paganismo
<560309>Tito 3:9-11 —Más advertencias
<560312>Tito 3:12-15 —Observaciones finales
COMMENTARIO
1:1-4 SALUDOS
Este es un saludo bastante más largo que el de 1 o 2 Timoteo Es en realidad
más teológico. Sólo aquí Pablo específicamente se describe como siervo de
Dios, aunque en otras partes se llama a sí mismo “siervo de Jesucristo”. El más
común, apóstol de Jesucristo es, sin embargo, agregado y después
desarrollado. Pablo da aquí como el propósito de su apostolado una
combinación de fe y conocimiento, en el sentido de apoyar a ambos (v. 2). Su
tarea era proclamar el evangelio y reconoció que la fe y la comprensión eran la
respuesta apropiada. El conocimiento necesita definirse con más precisión, ya
que está aquí en vista solamente lo que conduce a una vida piadosa. Además,
tanto la fe como el conocimiento tienen una referencia futura (esperanza de la
vida eterna) como también una realidad presente.
¿Por qué Pablo introduce aquí la afirmación que no miente refiriéndose a
Dios? Tito seguramente no habría tenido duda acerca de esto. Su intención
debe ser subrayar la confiabilidad de las promesas de Dios. Las palabras antes
del comienzo del tiempo son para llamar la atención al hecho de que en los
propósitos eternos de Dios están arraigadas sus promesas. Enlazado con esta
perspectiva eterna de los propósitos de Dios está el tiempo establecido de
manifestar su palabra, eso es, en la encarnación. Las palabras aquí nos hacen
pensar en el principio del Evangelio de Juan. Pablo nunca puede escaparse de
la importancia de la predicación (v. 3) en divulgar las noticias de la acción de
Dios, ni del privilegio que sintió al ser llamado a servir a Dios de esta manera.
La descripción de Tito como verdadero hijo según la fe que nos es común
(v. 4) sugiere que él era un asociado muy cercano al Apóstol, aunque no está
mencionado en Hechos No obstante se menciona en 2 Corintios y Gálatas
1:5-9 EL NOMBRAMIENTO DE LOS OFICIALES DE LA
IGLESIA
Las instrucciones dadas a Tito corren paralelas a las que fueron dadas a
Timoteo en 1 Timoteo 3, pero hay algunas variaciones significativas, que se
originaron de la diferente situación por la que atravesaba Tito en Creta. Su
tarea era doble: para que pusieras en orden lo que faltase y establecieras
ancianos (v. 5). No es claro que fue lo que Pablo dejó incompleto, a menos
que se refiera al nombramiento de ancianos. Pablo no da indicación de cuántos
tenían que ser nombrados, pero evidentemente ya había instruido a Tito sobre
este asunto. El está más interesado acerca de los requisitos (v. 6). Lo que se
destaca es la necesidad no sólo de que sea irreprensible moralmente
(mencionada dos veces), sino que tenga una vida de hogar estable.
Presumiblemente, si una persona no podía mantener a sus propias hijos en
orden, era considerado como inadecuado para el liderazgo de la iglesia. La
palabra traducida creyentes puede llevar el significado de “fieles”. Es
improbable que Pablo quiera descalificar a los líderes de las iglesias cuyos hijos
tenían aún que profesar la fe.
El cambio de anciano en el v. 5 a obispo en el v. 7 es importante ya que
parece no haber diferencia esencial entre los dos oficiales. El anciano ejerce la
función de vigilar. Hay una mezcla de actitudes y acciones erróneas que harían
que una persona sea inadecuada para tal oficio (vv. 8 y 9). Es notable que a
Tito no se le aconseja acerca de la inconveniencia de nombrar a nuevos
convertidos como lo hizo a Timoteo en Efeso, posiblemente porque la
comunidad en Creta fue establecida más recientemente. Si el v. 7 da el lado
negativo, el positivo se encuentra en los vv. 8 y 9. Las cualidades mencionadas
son aquellas que deberían ser evidentes en un cristiano entregado. El énfasis en
la hospitalidad es digno de mención ya que tanto dependía de ella la iglesia
primitiva. El v. 9 deja claro cuán importante es una comprensión de la sana
enseñanza para aquellos que ejercen el liderazgo en la iglesia. Es posible
refutar a los falsos maestros sólo si la verdadera doctrina ha sido bien
comprendida. Según la opinión de Pablo los temas no debían ser confusos.
1:10-16 COMO TRATAR A LOS FALSOS MAESTROS
Nuevamente, hay pocas diferencias entre esta sección y los pasajes en 1 y 2
Timoteo que se refieren a los falsos maestros. Hay un énfasis más claro en la
enseñanza judaizante. El grupo de la circuncisión y también los mitos judíos son
mencionados (v. 14). Sin embargo, la característica más evidente de los falsos
maestros es lo vacío de su hablar, la tendencia a engañar, los resultados
ruinosos y el incentivo del dinero (vv. 10, 11). La posición en Creta estaba
agravada por el carácter de las personas, expresado en el v. 12 por uno de sus
propios poetas, que se identifica generalmente como Epiménides, filósofo del
siglo VI a. de J.C.
En vista del carácter difícil de estas personas, Pablo aconseja que tomen
medidas enérgicas. A ellos es preciso tapar la boca (v. 11); deben ser
reprendidos severamente (v. 13) y Tito no debe prestarles atención (v. 14).
Pablo cree que no vale la pena discutir con ellos, pero Tito debe concentrarse
en reprenderlos a fin de que puedan llegar a ser sanos en la fe. Este es un
acercamiento positivo que es aun de gran valor a la hora de tratar con los que
se apartan de la verdad. El v. 15 proporciona una observación más para
ayudar a Tito, porque los de mentes corrompidas no reconocerán la pureza.
Una vez que la mente está corrompida la conciencia rápidamente sigue el
ejemplo. Pablo se da cuenta de que los falsos maestros son sutiles ya que
tienen apariencia de ser religiosos (profesan conocer a Dios) pero sus
acciones contradicen esto (v. 16). Podría pensarse que Pablo habla de una
manera excesivamente derogatoria de ellos en la segunda parte del v. 16, pero
esto muestra el horror que sienten aquellos que conducen a otros a desviarse.
La importancia de una correcta comprensión de la doctrina cristiana no podría
ser establecida de una forma más contundente.
2: 1-10 INSTRUCCIONES PARA VARIOS GRUPOS
2:1-3 Acerca de los ancianos
Aquí Pablo utiliza otra vez la figura de sana o saludable doctrina (cf. <560109>Tito
1:9). Esto está en contraste con la “enfermiza” enseñanza de los falsos
maestros. La palabra traducida de acuerdo con llama la atención a la
idoneidad de la enseñanza, sugiriendo que la falsa enseñanza estaba fuera de
línea en este respecto. Pablo luego procede a dar ejemplos de lo que significa
enseñanza idónea. Esta es esencialmente práctica. Los hombres mayores
deben mostrar en sus vidas una conducta de acuerdo con su doctrina (2). Esto
implica una conducta que hará ganar el respeto de otros. Pero a esta idea
Pablo agrega la necesidad de ser sanos en la fe, en el amor y en la
perseverancia, una combinación que también se encuentra en otros lugares en
las pastorales y en otras cartas paulinas (cf. <520103>1 Tesalonicenses 1:3). Al
aconsejar acerca de las mujeres mayores Pablo se concentra en la necesidad
de una conducta seria (v. 3).
La prohibición de calumnia y exceso de vino refleja la situación contemporánea
en Creta. El hecho de que Pablo usara las palabras ni esclavas del mucho
vino sugiere que el problema de esclavitud al exceso de vino era más agudo
entre las mujeres de Creta que en la correspondiente situación de Efeso (cf.
<540308>1 Timoteo 3:8, 11), donde se utiliza una expresión más moderada. En una
nota positiva, las mujeres mayores tienen que ser buenas maestras en el hogar.
2:4-8 Acerca de los jóvenes
Pablo percibe que la tarea de las mujeres mayores es la de instruir a las
mujeres jóvenes. Esto claramente requiere tacto para evitar la impresión de
interferencia. La instrucción se enfoca en el amor a sus maridos y a sus hijos.
Esto no puede darse por sentado, especialmente en nuestro tiempo moderno
cuando el divorcio promedio aumenta rápidamente, y cuando tan a menudo las
carreras (profesiones) toman el primer lugar, y el cuidado de los hijos el
segundo. Las cualidades requeridas a las mujeres jóvenes son aquellas
apropiadas a la escena doméstica, donde el dominio propio, la pureza y la
bondad son de gran valor en un hogar cristiano (v. 5). Como en otros lugares,
Pablo asume que la esposa cristiana debería estar sujeta a su esposo. Todo el
tema está dominado por motivos religiosos, para evitar cualquier agravio a la
palabra de Dios. En una discusión más extensa de las relaciones esposo-esposa
(ver sobre <490522>Efesios 5:22, 23) Pablo pone la sujeción de la esposa en el
contexto del amor sacrificado del marido. En ese entonces y ahora las
relaciones ideales involucran el darse el uno al otro. Cuando se abandona o se
negocia la sujeción o el amor sacrificado, los matrimonios sufren o fracasan
completamente.
Cuando trata con los jóvenes, después de insistir en el dominio propio (un
requisito para cualquier edad), Pablo coloca más énfasis en el ejemplo de Tito
(v. 7). Como un ministro del evangelio, grandes responsabilidades descansan
sobre él para mostrar integridad y seriedad, especialmente en la manera de
hablar. Nuevamente hay un fuerte motivo religioso, eso es, el que otros no
tendrán causa para hablar mal de los cristianos.
2:9, 10 Acerca de los esclavos
Pablo trató el tema de la esclavitud en 1 Timoteo 6, y lo que dice aquí es
similar. La palabra traducida estén sujetos a es más fuerte que la palabra
“obedecer”, y refleja las relaciones sociales del tiempo. Los esclavos cristianos
tienen una responsabilidad adicional de ser serviciales y no ser respondones
con sus amos. El hecho de que a los esclavos se les insta a no defraudar a sus
amos sugiere que estaban particularmente abiertos a esta tentación. Pablo ve la
posibilidad para los esclavos de encomendar el evangelio por su actitud, una
posibilidad que es por supuesto igualmente aplicable a todos los cristianos. La
palabra gr. traducida en todo adornen se utiliza en la elaboración de joyería
para mostrarla en forma más atractiva.
2:11—3:8 EL TRASFONDO DOCTRINAL PARA LA VIDA
CRISTIANA
2:11-15 La gracia como maestro
Es característico de Pablo cambiar a una nota teológica cuando trata de la
conducta, ya que las consideraciones doctrinales nunca están lejos en su
discusión: Aquí utiliza el término la gracia... de Dios para resumir todas las
acciones de Dios a nuestro favor. En una concisa declaración Pablo pone
énfasis tanto en la encarnación como en la expiación y las enlaza con la segunda
venida. La aparición de la salvación señala la primera venida de Jesús, pero ¿en
qué sentido debe tomarse todos los hombres? ¿Quiere Pablo decir que todos
se salvan? Si la aparición se considera como un hecho histórico, es cierto que la
venida de Jesús ha tenido un significado universal. El significado probable es
que Dios en su gracia ha hecho posible la oferta de la salvación a todas las
personas. Pero el alcance de la gracia de Dios no es la cuestión principal, sino
cómo la conducta cristiana fluye de la gracia de Dios; de aquí la fuerza del v.
12. La restricción de la impiedad es un propósito principal de la gracia de
Dios. Verdaderamente es imposible vivir con dominio propio aparte de la
gracia de Dios. El dominio propio no puede lograrse sólo por el esfuerzo
propio. Esta verdad, de entrada, distingue la ética cristiana del estoicismo que
exalta la autodeterminación.
En este pasaje Pablo conecta el presente con el pasado y el futuro. La tarea
presente se ve en el v. 12, es decir, la demanda para una vida piadosa en esta
época. Pero en el v. 13 el foco recae en el futuro. La esperanza
bienaventurada y la manifestación de la gloria claramente no han llegado,
aunque tienen un impacto específico en el presente. Pablo muestra un lindo
balance entre la esperanza de la gloria futura y sus responsabilidades presentes.
La esperanza del regreso de Cristo es básica en la doctrina cristiana acerca del
futuro. Es significativo aquí que Pablo habla del gran Dios y Salvador
Jesucristo, porque al enlazar a Dios y a Jesucristo en la misma expresión
sugiere que Pablo está convencido de la deidad de Jesús, un pensamiento que
está en armonía con <450905>Romanos 9:5. Algunos separan Dios de y Salvador,
pero ese no es el sentido obvio del texto gr. Otra posibilidad es tomar a
“Jesucristo” como una explicación de la “gloria”, en tal caso Dios y Jesús no
estarían tan claramente identificados. Pero es más natural enlazar Salvador con
Jesús en vista de la subsiguiente declaración.
En el v. 14 Pablo mira al pasado, al hecho histórico de la redención que
conforma los fundamentos de la posición cristiana. Llega a esto cuando refleja
sobre lo que Cristo ya ha hecho por nosotros. En <540206>1 Timoteo 2:6 Pablo
mencionó que Cristo se dio a sí mismo como un “rescate”, y aquí continúa con
una idea similar, usando el verbo derivado del sustantivo. La redención es un
tema favorito del Apóstol. Conlleva la idea de liberarse de la esclavitud, en este
caso resumido como toda iniquidad. Pablo ve el trabajo de Cristo en términos
de hacer algo por nosotros que no podríamos realizarlo por nosotros mismos.
La liberación es del pecado en todo el sentido de la palabra; pero para Pablo la
liberación tiene un doble lado, no sólo del pecado sino para una vida de
pureza. La metáfora de la pureza es otro artificio favorito de Pablo para
explicar el obrar de Cristo. El cristiano es una persona purificada (cf.
<490525>Efesios 5:25, 26). La idea del pueblo de Dios como una posesión muy
especial para Jesucristo es vívidamente traída aquí. Para una expresión similar
cf. <021905>Éxodo 19:5. El objetivo cristiano de hacer lo que es bueno es
fuertemente motivado por el pensamiento que esto es esencialmente porque
pertenecemos a Jesucristo en una manera especial.
El v. 15 es una clase de conclusión a las instrucciones prácticas, aunque Pablo
aún no ha finalizado con sus reflexiones teológicas, porque él regresa a ellas en
el cap. 3. Se advierte a Tito de la necesidad de ejercer autoridad a fin de
respaldar la enseñanza. La autoridad está basada en la enseñanza apostólica y
debería capacitar a Tito a resistir las pretensiones de otros de despreciarlo.
3:1, 2 Los cristianos en la comunidad
Presumiblemente Tito ya había instruido a las personas acerca de sus
responsabilidades hacia las autoridades del Estado, porque se le dice:
Recuérdales. Pero quizá los cretenses habían tendido a olvidar que se
esperaba de los cristianos la sujeción a las autoridades. Pablo reconoce que la
desobediencia política, excepto en asuntos de conciencia, traería mala fama al
evangelio. El énfasis del v. 2 es que la conducta debería recomendar el
evangelio. Los de afuera deberían recibir una impresión de un buen ciudadano
sujeto a la ley. Nótense en especial las cualidades de consideración y humildad
que no son muy evidentes en las relaciones sociales.
3:3-8 El evangelio contrastado con el paganismo
Pablo contrasta a menudo en las cartas lo que los cristianos eran antes de su
conversión con su nuevo potencial en Cristo. El v. 3 pone atención al pasado.
La lista de inmoralidades que están enumeradas como típicas de la experiencia
precristiana pueden parecer un poco exageradas. Pero hay evidencia de estas
debilidades en la experiencia preconversión de todos los cristianos, y vestigios
que aún permanecen tiempo después. Insensatos señala a una falta de
comprensión espiritual; desobediencia y extravío se ven en las relaciones de los
seres humanos con Dios, y la totalidad de la vida es encuadrada y resumida
como la de un esclavo de pasiones y placeres. Es importante reconocer la
naturaleza del estilo de vida precristiana a fin de ver más vívidamente el cambio
que el cristianismo trae. Se llegó al clímax por la multiplicación del odio, que
sirve como un trasfondo contra el cual se describe el amor de Dios.
En la declaración teológica de los vv. 4-7 Pablo menciona lo que la bondad y
el amor de Dios han hecho para contrarrestar el incremento del odio del
mundo natural. El foco primario del amor de Dios está en la venida y misión de
Cristo, pero en este contexto el énfasis está en la experiencia cristiana del amor.
Al hablar de Dios como nuestro salvador, Pablo puede contrastar a Dios con
el emperador a quien en el mundo contemporáneo algunas veces le fue dado el
título de salvador. Pero a la luz de <560211>Tito 2:11-14 es más probable que tenga
en mente la salvación cristiana en toda esta sección. En el v. 5 Pablo arraiga la
salvación en la misericordia de Dios, y no en esfuerzo humano (la justicia aquí
significa lo que se logra por las obras de la ley), consistente aquí con su
enseñanza en otros lugares (especialmente en Romanos).
Hay mucho debate sobre la expresión por medio del lavamiento de la
regeneración y de la renovación del Espíritu Santo (v. 5). Esta combinación
de términos presenta el doble aspecto de la salvación cristiana. La regeneración
es la entrada a una nueva vida, y la renovación es el resultado de la nueva vida
misma. Lo primero puede comprenderse como relacionándose con la
conversión, y lo segundo con la dádiva del Espíritu Santo. Aquí hay mucho que
decir acerca de la comprensión de la regeneración en el sentido en el cual se
encuentra en la enseñanza de Jesús (<430305>Juan 3:5). Ha habido diferencia de
opinión sobre la interpretación del lavamiento, ya que no todos lo ven como
una referencia a la conversión. Podría referirse sólo al bautismo, y en tal caso
ambos términos podrían referirse a lo que se efectúa en el bautismo por el
Espíritu Santo. O podría tomarse como una referencia metafórica al lavamiento
espiritual.
El v. 6 es claramente una alusión al derramamiento del Espíritu Santo en el
Pentecostés. Al reflexionar Pablo en su propia experiencia y la de sus
asociados (nótense las palabras sobre nosotros) está sorprendido por la
generosidad del don. El Espíritu nunca está dado en una forma mezquina. Se
arroja luz sobre la triple actividad de Dios, la de Jesucristo nuestro Salvador y
la del Espíritu Santo.
Pablo concluye esta breve declaración teológica con una referencia a la
justificación. Típicamente Pablo enfatiza el hecho de que la justificación es por
gracia, ya que éste es uno de sus temas favoritos. Esta doctrina se refiere
esencialmente a nuestra nueva relación con Dios y apunta a nuestro futuro. Otro
de los temas de Pablo pone de manifiesto nuestra herencia, y aquí él se
concentra en la vida eterna. La llama una esperanza en el sentido de algo que
es cierto.
Esta sección finaliza con la fórmula fiel es esta palabra (v. 8) la cual debe
relacionarse con la declaración teológica recién considerada. Pero esto es
seguido por un pedido a Tito a enfatizar estas cosas, que es mejor tomarlo
como refiriéndose a todo lo que Pablo ha escrito en la carta. El está muy
interesado por alcanzar un resultado práctico, una cuidadosa devoción a hacer
buenas obras. La implicación es que una sana base teológica es indispensable
para acciones justas. Hay cierta ambigüedad acerca del significado de estas
cosas al fin del v. 8. Si ellas son las mismas cosas como en la parte anterior del
versículo, se referirían a las verdades esenciales del evangelio. Pero si significan
un contraste con lo estéril de la falsa enseñanza, pueden ser las buenas obras de
los creyentes. Desde que el énfasis en el v. 9 está en contiendas necias,
parecería que la primera interpretación es lo más probable.
3:9-11 MAS ADVERTENCIAS
Hay un eco aquí de la advertencia dada en <560110>Tito 1:10. Pablo no puede
cerrar sin una advertencia más. Ya que enfatiza lo estéril e inútil de la falsa
enseñanza, es probable que vea esto como un contraste a la enseñanza positiva
que recién ha dado. Le dice a Tito, como le ha dicho a Timoteo, que evite
perder tiempo en tales discusiones inútiles; pero establece una distinción entre la
enseñanza y las personas involucradas. Todos los pastores deben preocuparse
por las personas, especialmente aquellas que están causando problemas en la
comunidad, y estas deben ser amonestadas. Pero Pablo considera que una
doble advertencia es suficiente. Los que están decididos a crear división
difícilmente responderán a otras advertencias. Tales personas, según el
concepto de Pablo, deben tener una mente torcida.
3:12-15 OBSERVACIONES FINALES
Claramente, Artemas o Tíquico iba a reemplazar a Tito en Creta. Pablo
menciona su intención de pasar el invierno en Nicópolis, generalmente
considerada como ciudad en la costa oeste de Grecia. Ninguna razón se da
para elegir un lugar tan remoto. Zenas no se nombra otra vez en el NT. Apolos
se menciona en Hechos y 1 Corintios como un asociado del Apóstol.
Evidentemente, de alguna manera Tito había estado en posición de darles a
estos hombres cierta ayuda material en sus viajes. Pablo luego se dirigió a los
cristianos cretenses y enfatizó de nuevo el valor de las buenas obras. No está
claro de quién son los casos de necesidad. Parece ser un llamado a realizar
obras de caridad. Esto daría sentido a la última parte del versículo (no sean sin
fruto). Los saludos de conclusión son muy generales y la expresión de gracias
muy breve, fuera de lo común.

Donald Guthrie