Jesús de Nazaret,
también conocido como Jesús, Cristo o
Jesucristo, es la figura central del cristianismo y una de las figuras más
influyentes de la cultura occidental. Para la mayoría de las denominaciones
cristianas, es el Hijo de Dios y, por extensión, la encarnación de Dios mismo.
Su importancia estriba asimismo en la creencia de que con su muerte y posterior
resurrección, redimió al género humano. El judaísmo niega su divinidad, que es incompatible con
su concepción de Dios. En el islam, donde se lo conoce como Isa, es considerado
uno de los profetas más importantes.
Según la opinión
mayoritariamente aceptada en medios académicos, basada en una lectura crítica de
los textos sobre su figura, Jesús de Nazaret fue un predicador judío que vivió
a comienzos del siglo I en las regiones de Galilea y Judea, y fue crucificado
en Jerusalén en torno al año 30, bajo el gobierno de Poncio Pilato.
Lo que se conoce de
Jesús depende casi absolutamente de la tradición cristiana, especialmente de la
utilizada para la composición de los Evangelios Sinópticos, redactados, según
opinión mayoritaria, unos 30 o 40 años, como mínimo, después de su muerte. La
mayoría de los estudiosos considera que mediante el estudio de los evangelios
es posible reconstruir tradiciones que se remontan a contemporáneos de Jesús,
aunque existen grandes discrepancias entre los investigadores en cuanto a los
métodos de análisis de los textos y las conclusiones que de ellos pueden
extraerse. Existe una minoría que niega la existencia histórica de Jesús de
Nazaret.
Jesús es la persona
de mayor influencia en la historia humana. Mucho se ha escrito de Él, pero la
fuente de información primaria y más confiable es la sagrada Escritura. Según
los datos de los Evangelios, nació en Belén de Judea. La fecha probable es
entre el año 7 y el 4 a.C., ya que ocurrió antes de la muerte de Herodes el Grande.
Creció en Nazaret de Galilea. Cuando tenía alrededor de 30 años (Lucas 3:1) fue
bautizado por Juan el Bautista. Llamó a doce discípulos y durante algo más de
tres años predicó la venida del Reino de Dios, realizando muchos milagros que
demostraban que El era quien decía ser, el Mesías o Ungido de Dios. Traicionado
por uno de sus discípulos, fue acusado falsamente de blasfemia y crucificado
durante el tiempo que Poncio Pilatos era procurador de Judea. Resucitó al
tercer día, y se presentó a Sus discípulos, instruyéndoles por 40 días sobre el
reino de Dios y las Escrituras, y encomendándoles predicar el Evangelio por
toda la Tierra. Luego de esto, ascendió a los cielos, desde donde ha de volver
para juzgar a vivos y a muertos (Mateo 28:16-20; Hechos 1:1-11).
La Biblia trata de
Jesús (Lucas 24:27,44; Juan 5:39; Hebreos. 10:7). Los profetas profetizaron
acerca de El (Hechos. 10:43). Juan el Bautista dio testimonio de El (Juan
1:26). El Padre dio testimonio de El (Juan 5:37, 8:18). El Espíritu Santo dio
testimonio de El (Juan 15:26). Las obras que Jesús realizó dieron testimonio de
El (Juan 5:36, 10:25). Las multitudes dieron testimonio de El (Juan 12:17). Sus
discípulos dieron testimonio de El (Hechos 5: 31; Apocalipsis 1:2).Y,
finalmente, Jesús dio testimonio de Sí mismo (Juan 14:6, 18:6).
Jesús es Dios en la
carne (Juan 1:1, 14). El es plenamente Dios y plenamente hombre (Col. 2:9); por
tanto, tiene dos naturalezas: la de Dios y la de hombre. No es mitad Dios y
mitad hombre. Jesús es 100 % Dios y 100 % hombre. Nunca perdió Su divinidad.
Existió siempre en forma de Dios y, cuando se hizo hombre, añadió a Sí la
naturaleza humana (Filipeneses 2:5-11). Por tanto, en Jesucristo se halla la
"unión en una persona de una plena naturaleza humana y una plena
naturaleza Divina".
Ahora mismo en el cielo
hay un hombre, Jesús, que es el Mediador entre Dios el Padre y nosotros (1 Timoteo.
2:5). El es nuestro Abogado ante el Padre (1 Juan 2:1). El es nuestro Salvador
(Tito 2:13). El es nuestro Señor (Romanos 10:9-10). Jesús no es, como enseñan
ciertas sectas, un ángel que se tornó humano (Testigos de Jehová), o el hermano
bueno de Satanás (Mormonismo). Es completamente Dios y completamente hombre, el
Creador, el Redentor. El es Jesús, el Cristo de Dios.
El segundo evento más
importante de la historia de la humanidad es la muerte y resurrección de
Jesucristo, el primero su nacimiento. El murió por todo el Mundo y se levantó
de los muertos para demostrar que, después de la muerte hay vida eterna con
plentud de gozo.
La Biblia te invita a
compartir esa vida eterna con Él, tan solo confesando que Jesús es el Señor y creyendo en tu corazón que Dios lo levantó
de entre los muertos y serás salvo, (Romanos 10:9), pero después en gratitud, invitar cada día a alguien a que te imite de
todo corazón.
Nos veremos en el
Cielo.
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