Por
Redacción CaféFuerte
Estados
Unidos consideró que el gobierno cubano mantiene aún fuertes restricciones a la
libertad religiosa de sus ciudadanos, pero reconoció avances significativos en
la tolerancia oficial hacia las prácticas de la fe en la isla, según el informe
anual del Departamento de Estado.
Aunque el reporte relaciona acciones gubernamentales
restrictivas contra actividades e iniciativas de grupos religiosos, advierte
sobre pasos ganados en cuanto a la permisividad de prácticas, libertad de
movimiento, interacción con visitantes extranjeros y acceso a medios de
comunicación.
“La mayoría
de los grupos religiosos también informaron de una mejoría continua en su
capacidad para atraer a nuevos miembros, sin la interferencia del gobierno, una
mayor reducción de la intromisión del gobierno en la realización de sus
servicios, y el adicional incremento en sus capacidades para importar material
religioso, recibir donaciones desde el extranjero, traer trabajadores y
visitantes extranjeros a los servicios, restaurar las casas de culto y llevar a
cabo actividades educativas”, indicó el documento, que abarca la situación
religiosa en el país durante el 2013.
El reporte
también reconoce que el gobierno devolvió varias propiedades de la Iglesia
Catolica que habían sido confiscadas en 1961.
Washington
fustigó los controles que mantiene el Partido Comunista a través de la Oficina
de Asuntos Religiosos (OAR) para supervisar y regular el desenvolvimiento de la
vida religiosa en el país.
Acoso a las
Damas de Blanco
Las partes
más críticas del informe se focalizan en las reiteradas prohibiciones y acoso
al movimiento de las Damas de Blanco cuando participan en misas o actividades
religiosas, con implicaciones en protestas políticas.
Sin embargo,
en su presentación del informe este lunes en Washington, el
Secretario de Estado, John Kerry, no mencionó a Cuba entre los países con
situación preocupante respecto a la libertad religiosa, y derivó sus dardos
hacia Uzbekistán, Irán, Egipto, China, Nigeria y Corea del Norte.
Las
referencias al panorama cubano fueron esta vez mucho menos críticas que las
incluidas en el balance anual del 2012. El informe es elaborado por la Comisión
Estadounidense para la Libertad Religiosa (USCIRF), adscrita al Departamento de
Estado.
Reproducimos
el texto íntegro del capítulo dedicado a Cuba en el informe sobre libertad
religiosa del Departamento de Estado:
CUBA
Sumario
ejecutivo
La
Constitución protege la libertad religiosa, a pesar de las políticas y
prácticas del gobierno contra la libertad religiosa. El gobierno supervisa los
grupos religiosos y el Partido Comunista de Cuba, a través de su Oficina de
Asuntos Religiosos (OAR), siguió controlando la mayoría de los aspectos de la
vida religiosa. El gobierno ha acosado abiertamente a líderes religiosos,
impidió que activistas de derechos humanos asistieran a servicios religiosos y,
en algunos casos, emplearon la violencia para impedir que los activistas
participaran en las protestas políticas públicas al salir de los oficios
religiosos. Grupos religiosos más establecidos, sin embargo, informaron de un
aumento de la capacidad de sus miembros para cumplir sus plegarias, viajar al
extranjero, reclutar a nuevos miembros y llevar a cabo proyectos benéficos,
educativos y de servicios comunitarios. También informaron de un menor número
de restricciones a la expresión religiosa y la importación de materiales
religiosos.
No hubo
informes de abusos o discriminación sociales basados en la afiliación
religiosa, creencias o prácticas.
El gobierno
de Estados Unidos alentó el fortalecimiento de las instituciones religiosas.
Las visitas de intercambio siguen siendo una forma importante para los miembros
de las instituciones religiosas de Estados Unidos para comprometer a sus
homólogos cubanos y apoyar su derecho a practicar su fe libremente. La Sección
de Intereses de Estados Unidos (USINT) se mantuvo en estrecho contacto con los
grupos religiosos, así como con los grupos religiosos estadounidenses que
viajan al país. En declaraciones públicas, el Departamento de Estado instó al
gobierno a respetar las libertades fundamentales de sus ciudadanos, incluida la
libertad de religión.
Sección I.
Demografía religiosa
El gobierno
de EEUU estima que la población total en 11 millones (estimación de julio del
2013). No hay ninguna fuente de autoridad independiente del tamaño o la
composición de los grupos religiosos. La Iglesia Católica Romana calcula que
del 60 al 70 por ciento de la población es católica. La membresía en las
iglesias protestantes se estima en un cinco por ciento de la población.
Bautistas y pentecostales son probablemente las más grandes denominaciones
protestantes; las Asambleas de Dios reportan aproximadamente 110,000 miembros;
las cuatro convenciones bautistas estiman su membresía combinada en más de
100,000 miembros. Los testigos de Jehová informan aproximadamente 96,000
miembros; los metodistas estiman que son 36.000; adventistas del Séptimo Día,
35000; anglicanos, 22.500; Presbiterianos, 15.500; cuáqueros, 300; y la Iglesia
de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Mormones), 50. La comunidad
judía se calcula en 1,500 miembros, de los cuales 1,200 residen en La Habana.
De acuerdo con la Liga Islámica, hay entre 2,000 y 3,000 musulmanes que residen
en el país, de los cuales un estimado de 1,000 son cubanos. Otros grupos
religiosos incluyen griegos y rusos ortodoxos, budistas, y bahais.
Muchas
personas, sobre todo en la comunidad afrocubana, consultan con los practicantes
de religiones con raíces en África Occidental y la cuenca del río Congo,
conocida como santería. Estas prácticas religiosas son comúnmente mezcladas con
el catolicismo, e incluso algunos requieren bautismo católico para la
iniciación completa, por lo que es difícil estimar con precisión el total de
miembros de estos grupos sincréticos.
Sección II.
Situación de respeto del gobierno por la libertad religiosa.
Marco Legal
y Político
La
Constitución protege la libertad religiosa, a pesar del carácter restrictivo de
las políticas gubernamentales. La Constitución declara que el país en un Estado
laico y establece la separación entre Iglesia y Estado. El gobierno no favorece
oficialmente ninguna religión o iglesia en particular. El Partido Comunista de
Cuba se delega la autoridad para regular las instituciones religiosas y la
práctica de la religión, y lo hace a través de su OAR. A través de la OAR, el
Partido Comunista controla y regula casi todos los aspectos de la vida
religiosa, incluyendo la aprobación o denegación de las visitas religiosas; la
construcción, reparación o compra de edificios religiosos; la compra y
operación de los vehículos motorizados; la capacidad para llevar a cabo
servicios religiosos en público; y la importación de literatura religiosa.
Por ley se
requiere que los grupos religiosos soliciten al Ministerio de Justicia su
reconocimiento oficial. El procedimiento de solicitud requiere que los grupos
religiosos identifiquen la ubicación de sus actividades y el origen de su
financiación. El Ministerio de Justicia debe certificar que el grupo no está
duplicando las actividades de otro grupo reconocido; si es así, el
reconocimiento es denegado. Una vez que el Ministerio otorga el reconocimiento
oficial, el grupo religioso debe solicitar el permiso de la OAR para llevar a
cabo este tipo de actividades, como la celebración de reuniones en lugares
aprobados, recibiendo visitantes extranjeros, la importación de literatura
religiosa, adquisición y funcionamiento de los vehículos, y la construcción, la
reparación o la compra de iglesias y templos.
El servicio
militar es obligatorio para todos los hombres. No existe una excepción legal
para los objetores de conciencia. La sanción por no cumplir con el servicio
militar es de prisión de tres meses a un año.
Prácticas
gubernamentales
El gobierno
impidió que algunos activistas de derechos humanos asistieran a servicios
religiosos. La policía tomó medidas de forma rutinaria -incluyendo detenciones-
para evitar que el grupo de manifestantes pacíficos de las Damas de Blanco
asistieran a la misa católica. Esta práctica fue particularmente evidente en
las provincias de Matanzas, Holguín, Villa Clara y Santiago de Cuba. Asimismo,
las autoridades hostigaron a las Damas de Blanco, a veces violentamente, a
medida que salían de los servicios de la iglesia para evitar que la
participación en protestas pacíficas. El 14 de julio, una multitud de
simpatizantes gubernamentales empujó y golpeó a la Dama de Blanco Sonia Alvarez
Campillo, rompiéndole la muñeca, cuando salía de una misa en la provincia de
Matanzas.
El gobierno
tomó abiertamente medidas para limitar el apoyo a figuras religiosas. Las
autoridades finalmente permitieron que el pastor Omar Gude Pérez (también
conocido como Omar Pérez Ruiz), líder del Movimiento de Reforma Apostólica, una
asociación de iglesias sin denominación independientes, saliera del país el 31
de enero, después de que protestó públicamente por la negativa del gobierno a
permitirle trabajar como pastor y a expedirle un visado de salida al
extranjero. Gude y su familia recibieron asilo en Estados Unidos en el 2011,
pero no pudieron salir del país debido a que el gobierno no le emitió un visado
de salida. El pastor dijo que fue encarcelado durante casi tres años por cargos
falsos. Agregó que fue objeto de un castigo en represalia por sus sermones
abiertos y denuncias repetidas de violaciónes de libertad religiosa que
experimentaban las iglesias en el Movimiento de Reforma Apostólica.
Antes de su
partida, Gude Pérez tomó medidas para transferir el título de su residencia a
otro pastor en la comunidad Reforma Apostólica, Yiorvis Bravo Denis. En
septiembre, sin embargo, el tribunal provincial de Camagüey determinó que la
transferencia no era válida. El 5 de octubre, el gobierno trató de desalojar a
Bravo y su familia. La policía acordonó la residencia y el gobierno organizó
una turba para rodear la residencia y corear consignas durante cuatro días.
Bravo afirmó que él y su familia fueron desalojados porque estaban realizando
reuniones religiosas en la residencia, incluyendo clases de estudio bíblico.
Un número de
grupos religiosos, incluyendo a los Testigos de Jehová y la Iglesia de
Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, continuaron sus largos años de
espera por una decisión del Ministerio de Justicia sobre las solicitudes en
trámite para el reconocimiento oficial. Estos grupos informaron que las
autoridades les permiten llevar a cabo actividades religiosas, celebrar
reuniones, recibir a los visitantes extranjeros, hacer pequeñas reformas a sus
edificios y enviar a sus representantes en el extranjero, pero sus miembros
fueron expuestos a hostigamiento por parte de la Seguridad del Estado, incluida
la vigilancia generalizada de sus movimientos, llamadastelefónicas, visitas y
reuniones religiosas.
Algunos
grupos religiosos, principalmente iglesias evangélicas protestantes e
independientes, informaron que las autoridades del gobierno hostigaron y
multaron feligreses poir reunirse para rezar. El 12 de noviembre, la televisión
nacional realizó un programa que calificó de “organizaciones subversivas” a las
iglesias evangélicas. Panelistas del programa afirmaron que las iglesias
evangélicas apelaron a los jóvenes y las familias, fueron conducidos por los
pastores dinámicos y tuvieron éxito en la atracción de nuevos miembros. El
programa llegó a la conclusión de que las iglesias evangélicas son “parte de un
gran plan por el gobierno de Estados Unidos para socavar la autoridad del
gobierno cubano”.
Otros grupos
evangélicos informaron que los pastores fueron a veces arrestados o detenidos
por tratar de predicar en público. El 1 de junio, la policía detuvo por seis
horas a ocho líderes de iglesias de Pastores por el Cambio (Pastores por el
Cambio), asociación de iglesias evangélicas independientes, después de hacer
proselitismo en un mercado agrícola al aire libre en la zona de Bayamo,
provincia de Granma. Los oficiales de policía dijeron a los líderes de la
iglesia que si sus miembros continuaban evangelizando en público, serían
nuevamente encarcelados. Funcionarios de la iglesia dijeron que hasta junio
fueron capaces de predicar regularmente en el mercado sin ningún incidente.
Tras las detenciones junio, los miembros de Pastores por el Cambio continuaron
su proselitismo en público cada fin de semana. Los agentes de policía los
detuvieron de forma intermitente durante varias horas y les impusieron multas.
La OAR
raramente concede autorización a grupos religiosos para construir nuevas
edificaciones o adquirir propiedades. Los líderes religiosos señalaron, sin
embargo, que la entidad otorga con frecuencia permiso para reparar o restaurar
los edificios existentes, permitiendo una expansión significativa de algunas
estructuras y, en algunos casos, facilitando esencialmente la reconstrucción de
edificios sobre los cimientos antiguos inmuebles. Los grupos religiosos
informaron de un aumento de la capacidad para obtener este permiso de
reparación durante el año, a pesar de que la obtención de permisos para la compra
o construcción de nuevos edificios permanecieron difícil.
En respuesta
a las fuertes restricciones a la construcción de nuevos edificios, muchos
grupos religiosos utilizan viviendas particulares, conocidas como “iglesias en
casa”, para sus servicios. Las estimaciones del número total de iglesias en las
casas variaban significativamente, desde menos de 2,000 a un máximo de 10,000.
La OAR permite el uso de las viviendas para este propósito, pero requiere que
los grupos reconocidos busquen la aprobación para cada ubicación propuesta a
través de un proceso de registro independiente. Los grupos religiosos indicaron
que mientras las autoridades aprobaron muchas aplicaciones en un plazo de dos a
tres años desde la fecha de solicitud, otras solicitudes no recibieron
respuesta o fueron rechazadas. Algunos grupos religiosos sólo fueron capaces de
registrar un pequeño porcentaje de las iglesias en las casas. En la práctica,
las iglesias en casas que no se registraron pudieron funcionar con poca o
ninguna interferencia por parte del gobierno.
La OAR
siguió exigiendo de una licencia para la importación de literatura religiosa y
otros materiales. El gobierno tiene casi todos los equipos y materiales de
impresión y los materiales impresos fuertemente regulados, incluyendo la
literatura religiosa. La Iglesia Católica y otros grupos religiosos fueron
capaces de imprimir periódicos y otra información, y operar sus propios sitios
digitales con poco o ningún tipo de censura formal. La Iglesia Católica
continuó publicando revistas que a veces criticaban las políticas sociales y
económicas oficiales y de nuevo fue capaz de emitir mensajes de Navidad y
Semana Santa en las estaciones de radio estatales. La OAR siguió autorizando el
Consejo de Iglesias de Cuba, organización sombrilla de la comunidad
protestante, a celebrar una emisión mensual de radio con 20 minutos de
duración.
Aunque el
gobierno amplió el acceso a internet de forma gradual durante el año, los
líderes religiosos informaron que el limitado acceso a correos electrónicos e
Internet redujeron su oportunidad de conectarse con colegas y homólogos, tanto
en el extranjero como dentro de Cuba.
Con la
excepción de dos seminarios católicos y varios centros de formación
interreligiosas, el gobierno no permitió que los grupos religiosos
establecieran escuelas acreditadas. Algunos grupos religiosos operan programas
para después de clases, retiros de fin de semana, y talleres para estudiantes
de primaria y secundaria, así como programas de educación superior. La Iglesia
Católica abrió cursos que conceden título de licenciatura y maestría, y varias
comunidades protestantes ofrecen, a través de la educación a distancia, una
licenciatura o maestría en Teología y temas relacionados. Aunque no son
permitidos o acreditados por el gobierno específicamente, estos programas
funcionan sin interferencias.
Líderes de
losTestigos de Jehová exhortaron a miembros de su congregación a evitar la
formación universitaria en Cuba, pues la búsqueda de los requisitos para la
admisión a la universidad y el programa de estudios son incompatibles con las
creencias del grupo, que prohíbe la participación política. Los Testigos de
Jehová también declararon que encontraron incompatible la expectativa de que
los estudiantes participen en actividades políticas en apoyo del gobierno, y el
requisito de que estén disponibles para la asignación de deberes del gobierno
durante tres años después de la graduación. Por rechazar las instituciones
universitarias y las correspondientes actividades políticas, los Testigos de Jehová
no son elegibles para carreras profesionales; Por lo tanto, su participación en
la fuerza de trabajo se limita a oficios técnicos y labores manuales.
Los grupos
religiosos siguieron informando de su capacidad para participar en programas de
servicio comunitario, incluyendo la prestación de asistencia a los ancianos,
tutoría después de la escuela para los niños, agua potable y clínicas de salud.
Operaciones internacionales de caridad basadas en la fe como Cáritas y
Salvation Army mantienen oficinas en La Habana. Los grupos religiosos siguieron
prestando asistencia humanitaria a familias afectadas por el huracán Sandy, que
azotó el este de Cuba en el 2012. Algunas organizaciones, sin embargo,
informaron que no se les permitió la distribución de ayuda directa a las
familias necesitadas, por lo que se vieron obligadas a sortear a los
funcionarios públicos para su distribución.
La mayoría
de los líderes religiosos informaron que ejercían la autocensura en lo que
predicaban y discutían durante los servicios. Muchos temían que la crítica
directa o indirecta al gobierno podría dar lugar a represalias oficiales, tales
como la denegación de permisos de la OAR u otras medidas que podrían
limitar el crecimiento de sus grupos religiosos.
A pesar de
la obligación legal para el servicio militar, el gobierno siguió una práctica
no oficial de permitir un período de servicio público civil para sustituir el
servicio militar a quienes se oponen por motivos religiosos. Los líderes de los
Testigos de Jehová y los Adventistas del Séptimo Día declararon que a sus
miembros generalmente se les permitió participar en el servicio social en lugar
del servicio militar.
Tanto la
Iglesia Católica y el Consejo de Iglesias de Cuba informaron que fueron capaces
de llevar a cabo los servicios religiosos en las cárceles y centros de
detención en la mayoría de las provincias. Hubo informes, sin embargo, de que
las autoridades penitenciarias no informaron a los presos de su derecho a la
asistencia religiosa, demoraron meses antes de responder a las solicitudes, y
las visitas fueron limitadas a un máximo de dos o tres veces por año.
Mejoras y
avances en el respeto por la libertad religiosa
El 14 de
enero, el gobierno redujo las restricciones sobre la migración y los viajes
temporales al extranjero para los ciudadanos cubanos, mediante la eliminación
de los permisos de salida previamente requeridos. Los grupos religiosos
informaron que este cambio permitió a sus líderes viajar con más libertad y
lograr vías de intercambio entre comunidades de fe locales y el resto del
mundo. La mayoría de los grupos religiosos también informaron de una mejoría
continua en su capacidad para atraer a nuevos miembros, sin la interferencia
del gobierno, una mayor reducción de la intromisión del gobierno en la realización
de sus servicios, y el adicional incremento en sus capacidades para importar
material religioso, recibir donaciones desde el extranjero, traer
trabajadores y visitantes extranjeros a los servicios, restaurar las casas de
culto y llevar a cabo actividades educativas. Las organizaciones religiosas
también indicaron que el gobierno devolvió varias propiedades de la iglesia que
habían sido confiscadas por el Estado en 1961.
Sección III.
Situación de respeto de la sociedad hacia la libertad religiosa
No hubo informes
de abusos o discriminación sociales basados en la afiliación religiosa,
creencias o prácticas.
Sección IV.
Política del gobierno de EEUU
Los
funcionarios de la USINT, entre ellos el jefe de la misión, se reunieron
periódicamente con representantes de grupos religiosos. La tolerancia religiosa
en una sociedad comunista y la libertad religiosa son temas frecuentes de
discusión. Representantes de la USINT supervisaron las actividades religiosas y
proporcionaron recursos para apoyar el trabajo de algunas organizaciones
basadas en la fe, con el propósito de ayudar a sus comunidades. En
declaraciones públicas, el Departamento de Estado exhortó regularmente al
gobierno a respetar las libertades fundamentales de sus ciudadanos, incluida la
libertad de religión, y llamó la atención a las preocupaciones de que miembros
pacíficos de la oposición política fueran impedidos de asistir a los servicios
religiosos.
Los
funcionarios de la USINT se reunieron con frecuencia con los ciudadanos
estadounidenses de visita en el país como parte de los intercambios basados
en la fe y los programas de ayuda humanitaria. Representantes de grupos de
fe, provenientes de Estados Unidos, se involucraron directamente con
instituciones religiosas cubanas y promovieron la tolerancia religiosa a través
de sus actividades y su presencia en las comunidades cubanas. El gobierno de
Estados Unidos alentó a estos programas.
Traducción:
CaféFuerte
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