“La Palabra de Dios es Independiente y es Luz, para todo aquel que esté perdido en las tinieblas torcidas y oscuras de la vida”.
viernes, 21 de junio de 2019
82 Maneras de Amarnos sin tener sexo
82 Maneras de Amarnos sin tener sexo
Podemos...1 Decirnos
que nos amamos 2. Darnos muchos abrazos 3. Tomarnos de las manos 4.
Tomar una clase juntos 5. Sacamos una foto juntos 6. Divertimos juntos 7.
Mostrarnos interés 8. Pasear en bicicleta juntos 9. Dar un regalo especial 10.
Plantar un jardín juntos 11. Pasar tiempo juntos 12. Ir al cine 13. Caminar del
brazo 14. Grabar una cinta especial de canciones de amor 15Hablar abiertamente
sobre nuestros sentimientos 16. Compartir los sueños de ambos 17. Querernos 18.
Sentarnos juntos en el parque 19. Salir a caminar juntos 20. Ir de picnic 21.
Decirnos piropos 22. Extrañar a la otra persona 23. Ir a nadar 24.
Cantar canciones juntos 25. Hacer juntos una comida sencilla 26. Sacar una foto
y dársela a la otra persona 27. Ayudarle a la otra persona con sus tareas 28. Planear y
realizar un paseo juntos 29. Hacer dulces juntos 30. Ir a la biblioteca 31. Ir
a un museo 32. Hablarnos dulcemente 33. Descubrir algo que sea especial para la
otra persona y hacerlo 34. Hacer ejercicios juntos 35. Mirarnos a los
ojos 36. Ir de pesca 37. Conversar 38. Comunicarnos nuestras penas 39. Hacer un
proyecto juntos 40. Elegir juntos una canción favorita 41. Comunicarnos
nuestras alegrías 42. Aprender a tocar guitarra juntos 43. Comunicarnos
privadamente con los ojos 44. Escribir cartas de amor 45. Llamarnos por
teléfono y declarar nuestro amor 46. Tenernos confianza 47. Conocer la familia
de la otra persona 48. Salir de paseo
juntos 49. Hacer sacrificios el uno por el otro 50. Mandar dulces 51.
Respetarnos mutuamente 52. Dar un paseo a la luz de la luna 53. Esconder una
nota de amor donde la otra persona pueda encontrada 54. Escribimos poemas 55. Enviar llores 56. Ir a un concierto 57. Mirar
juntos la salida del sol 58. Salir a recorrer lugares 59. Hacer cosas por la
otra persona sin que se le pidan 60. Susurrarnos palabras de amor al oído 61.
Ser buenos amigos 62. Oir música juntos 63. Reír juntos de algo gracioso 64.
Ser fieles 65. Leer poemas de amor juntos 66. Hacer lista de las cosas que
admiran de la otra persona 67. Leer un libro y discutirlo juntos 68. Conocer a
los amigos de la otra persona 69. Saber lo que hace feliz a la otra persona 70.
Llevar una serenata 71. Ser atentos 72. Mirar la puesta del sol 73. Cumplir con
las promesas 74. Dedicar una canción en la radio 74. Enviar una tarjeta
graciosa 76. Compartir las metas en la vida de cada una 77. Compartir bromas
78. Pensar en la otra persona 79. Saber lo que entristece a la otra persona 80.
Ir a patinar 81. Compartir un helado 82. Buscar juntos la dirección de Dios.
Fundamentos para la Familia Cristiana
Queridos amigos casados:
Esta vez llego con unos pensamientos sobre un principio transformador de matrimonios que oí hace unos años. Me gustó porque es bíblico y es sencillo. Este principio es: El éxito en el matrimonio se logra cuando uno hace feliz a su cónyuge.
Es tan poderoso y efectivo que ha salvado gran número de matrimonios, y mantiene a los buenos en buen estado. Su secreto es una ley de la vida emocional humana: "Es más bienaventurado dar que recibir" (Hechos 20:35). O sea, "Es imposible hacer feliz a otra persona sin recibir felicidad uno mismo." También es casi imposible no amar a un cónyuge que se siente amado por su pareja. Por esto este principio es dinamita cuando se aplica con el único propósito de dar al cónyuge lo que más desea: la felicidad.
¿Sientes, amigo, que la llama del amor se está apagando en tu matrimonio? ¿Será que esperas que tu cónyuge te haga feliz pero no estás haciendo lo que le hace feliz? Algunos matrimonios se deslizan poco a poco en esta trampa del egoísmo que busca su propia felicidad a expensas del cónyuge. Si este es el caso, sería mejor cambiar el rumbo equivocado antes de que sea demasiado tarde, y buscar el camino de Dios pronto. Quiero describir unos pasos sencillos para restaurar aquella llama en nuestro matrimonio.
La dinámica de este principio es lo quela Biblia llama AMOR-AGAPE, el amor que busca el
bien del otro primero que el suyo. Ese AMOR-AGAPE es lo más grande en el
mundo. Es más fuerte que el odio. Vence la enemistad. Es tenaz.
Cantar de los Cantares 8:7 dice que las muchas aguas no pueden apagar ese amor.
¿Cómo funciona este principio? El primer paso es estar de acuerdo los cónyuges que necesitan hacer algo, y que cada uno va a hacer un esfuerzo personal. Este es el paso de la decisión o la disposición, aceptando que la otra persona desea arreglar la relación. No es el momento para arreglar todos los problemas sino la relación, la amistad, la unidad de luchar juntos contra un enemigo común.
Cada uno debe entender que el no haber hecho lo que ahora está haciendo fue por falta de AMOR-AGAPE, fue su propio egoísmo que buscaba ser feliz sin dar felicidad. Esto es un pecado contra el mandamiento divino "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 22:39). Es bueno verlo así, reconocerlo como tal y decir al cónyuge, "Lo siento. ¿Me perdonas?" El perdonar y pedir perdón por las faltas del pasado limpia el ambiente. Así la verdadera reconciliación viene paso a paso al matrimonio que había empezado con tanta felicidad y esperanzas, pero que se había desviado en el egocentrismo. El AMOR-AGAPE es "otro-céntrico". El prójimo más cercano es el cónyuge y el laboratorio donde mejor se experimenta el AMOR-AGAPE es el matrimonio y la familia que sale de esa unión.
El segundo paso es preguntar al cónyuge: ¿Qué cosa podría hacer yo que te haría sentirse amado(a)? Por favor, una sola cosa por ahora. Una cosa que no sea imposible, una cosa positiva. No una cosa cualquiera, tampoco una prueba muy grande para ver si de veras el cónyuge lo haría. Nada ilegal, inmoral o repugnante. Simplemente una cosa que le haría recordar los tiempos pasados cuando eran felices. Los dos deben pensarlo bien, escribir su deseo en una hoja, y pasarlo al cónyuge. Es importante, después de leer lo escrito, comprometerse a cumplir ese deseo durante una semana. Este es el paso de la prueba, el esfuerzo para hacer feliz al cónyuge en vez de buscar la felicidad personal. Recuerden, la felicidad es una dádiva dada/recibida de otro. No se puede exigir, sólo se puede pedir.
El tercer paso es volver a comunicar sobre este principio. ¿Ha servido en algo? ¿Han sentido un poco de felicidad al servir a otro y ser servido por otro? ¿Ha mejorado la relación? Muchos quieren una solución por "arte de magia" a todos sus problemas. Este método es lento, pero su éxito está en que es algo que uno puede hacer para mostrar al cónyuge que sí le ama. ¿Qué importa si queda una docena de otros problemas del pasado para arreglar si están volviendo a luchar juntos con acciones de amor y servicio? Este es el paso de la paciencia. Si no mejoró, hay que comunicar sobre cómo se puede hacer mejor y probar otra semana, sin cambiar la tarea.
Cuando hay un cambio notable, están listos para el cuarto paso: expresar otro deseo factible que cada uno siente que, si el otro lo hace, iría lejos en restablecer la intimidad de la relación. Cada uno escribe su deseo y el otro lo lee, y se ponen de acuerdo en tratar de cumplirlo durante una semana. Es sencillo, y es profundo porque cambia la vida mediante hechos. No es cosa de promesas y lágrimas de arrepentimiento. La clave de toda transformación de conducta es la formación de hábitos por medio de cambios paulatinos.
Ya estarán haciendo dos cosas que ayudan a hacer más feliz al cónyuge, cuando antes no había ni siquiera una. Esto es progreso, y produce esperanza. El AMOR-AGAPE está creciendo. Sería bueno leer la descripción del AMOR-AGAPE juntos en I Corintios 13:4-7 para descubrir algunos pasos aptos para mejorar su relación. Tal vez algunas de estas cosas desaparecieron años atrás en el noviazgo. Ahora se pueden reponer lentamente, una por semana, hasta resolver prácticamente todos los problemas con lo único que puede cambiar una relación mala: el AMOR-AGAPE. Llevarán semanas o meses en esta aventura de restauración, pero valdrá la pena.
Para resumir: cada uno se casó con una persona relativamente feliz y por ende atractiva. Probablemente era así porque su novio/comprometido le hacía feliz con una serie de acciones positivas. Esto continuó después de la boda por un tiempo y la felicidad creció. Luego se dejó ese primer amor.La Biblia tiene una solución
sencilla: "Haz las obras que hiciste al principio" (Apocalipsis
2:4,5). Este, en síntesis, es el principio de hacer feliz al cónyuge. Por esto
"sirve" en matrimonios con problemas. Hacen falta la disposición, el
esfuerzo, la comunicación, la paciencia y el perdón mutuo para lograr el máximo
éxito. No es magia, es el AMOR-AGAPE en acción, es dar antes que recibir. Es
algo que cada uno puede hacer. No podemos hacernos felices a nosotros
mismos, sólo a otros.
Resulta, cuando se aplica con esfuerzo, en lo que los economistas llaman "una condición ganar-ganar", o sea, "cuando tú ganas y yo gano, somos felices." Es la vieja Regla de Oro en la práctica: "Todo lo que queráis que hagan con vosotros los hombres, hacedlo también vosotros con ellos..." (Mateo 7:12). Todo lo que podemos hacer para librarnos de la trampa del egoísmo nos aumenta las posibilidades de ser realmente felices cuando los que amamos empiezan a amarnos también. Estoy convencido de que el AMOR-AGAPE es la respuesta porque es el único poder en el mundo que puede producir la felicidad.
¡Y lo bueno es que es CONTAGIOSO!
Para matrimonios más felices,
Samuel
Esta vez llego con unos pensamientos sobre un principio transformador de matrimonios que oí hace unos años. Me gustó porque es bíblico y es sencillo. Este principio es: El éxito en el matrimonio se logra cuando uno hace feliz a su cónyuge.
Es tan poderoso y efectivo que ha salvado gran número de matrimonios, y mantiene a los buenos en buen estado. Su secreto es una ley de la vida emocional humana: "Es más bienaventurado dar que recibir" (Hechos 20:35). O sea, "Es imposible hacer feliz a otra persona sin recibir felicidad uno mismo." También es casi imposible no amar a un cónyuge que se siente amado por su pareja. Por esto este principio es dinamita cuando se aplica con el único propósito de dar al cónyuge lo que más desea: la felicidad.
¿Sientes, amigo, que la llama del amor se está apagando en tu matrimonio? ¿Será que esperas que tu cónyuge te haga feliz pero no estás haciendo lo que le hace feliz? Algunos matrimonios se deslizan poco a poco en esta trampa del egoísmo que busca su propia felicidad a expensas del cónyuge. Si este es el caso, sería mejor cambiar el rumbo equivocado antes de que sea demasiado tarde, y buscar el camino de Dios pronto. Quiero describir unos pasos sencillos para restaurar aquella llama en nuestro matrimonio.
La dinámica de este principio es lo que
¿Cómo funciona este principio? El primer paso es estar de acuerdo los cónyuges que necesitan hacer algo, y que cada uno va a hacer un esfuerzo personal. Este es el paso de la decisión o la disposición, aceptando que la otra persona desea arreglar la relación. No es el momento para arreglar todos los problemas sino la relación, la amistad, la unidad de luchar juntos contra un enemigo común.
Cada uno debe entender que el no haber hecho lo que ahora está haciendo fue por falta de AMOR-AGAPE, fue su propio egoísmo que buscaba ser feliz sin dar felicidad. Esto es un pecado contra el mandamiento divino "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 22:39). Es bueno verlo así, reconocerlo como tal y decir al cónyuge, "Lo siento. ¿Me perdonas?" El perdonar y pedir perdón por las faltas del pasado limpia el ambiente. Así la verdadera reconciliación viene paso a paso al matrimonio que había empezado con tanta felicidad y esperanzas, pero que se había desviado en el egocentrismo. El AMOR-AGAPE es "otro-céntrico". El prójimo más cercano es el cónyuge y el laboratorio donde mejor se experimenta el AMOR-AGAPE es el matrimonio y la familia que sale de esa unión.
El segundo paso es preguntar al cónyuge: ¿Qué cosa podría hacer yo que te haría sentirse amado(a)? Por favor, una sola cosa por ahora. Una cosa que no sea imposible, una cosa positiva. No una cosa cualquiera, tampoco una prueba muy grande para ver si de veras el cónyuge lo haría. Nada ilegal, inmoral o repugnante. Simplemente una cosa que le haría recordar los tiempos pasados cuando eran felices. Los dos deben pensarlo bien, escribir su deseo en una hoja, y pasarlo al cónyuge. Es importante, después de leer lo escrito, comprometerse a cumplir ese deseo durante una semana. Este es el paso de la prueba, el esfuerzo para hacer feliz al cónyuge en vez de buscar la felicidad personal. Recuerden, la felicidad es una dádiva dada/recibida de otro. No se puede exigir, sólo se puede pedir.
El tercer paso es volver a comunicar sobre este principio. ¿Ha servido en algo? ¿Han sentido un poco de felicidad al servir a otro y ser servido por otro? ¿Ha mejorado la relación? Muchos quieren una solución por "arte de magia" a todos sus problemas. Este método es lento, pero su éxito está en que es algo que uno puede hacer para mostrar al cónyuge que sí le ama. ¿Qué importa si queda una docena de otros problemas del pasado para arreglar si están volviendo a luchar juntos con acciones de amor y servicio? Este es el paso de la paciencia. Si no mejoró, hay que comunicar sobre cómo se puede hacer mejor y probar otra semana, sin cambiar la tarea.
Cuando hay un cambio notable, están listos para el cuarto paso: expresar otro deseo factible que cada uno siente que, si el otro lo hace, iría lejos en restablecer la intimidad de la relación. Cada uno escribe su deseo y el otro lo lee, y se ponen de acuerdo en tratar de cumplirlo durante una semana. Es sencillo, y es profundo porque cambia la vida mediante hechos. No es cosa de promesas y lágrimas de arrepentimiento. La clave de toda transformación de conducta es la formación de hábitos por medio de cambios paulatinos.
Ya estarán haciendo dos cosas que ayudan a hacer más feliz al cónyuge, cuando antes no había ni siquiera una. Esto es progreso, y produce esperanza. El AMOR-AGAPE está creciendo. Sería bueno leer la descripción del AMOR-AGAPE juntos en I Corintios 13:4-7 para descubrir algunos pasos aptos para mejorar su relación. Tal vez algunas de estas cosas desaparecieron años atrás en el noviazgo. Ahora se pueden reponer lentamente, una por semana, hasta resolver prácticamente todos los problemas con lo único que puede cambiar una relación mala: el AMOR-AGAPE. Llevarán semanas o meses en esta aventura de restauración, pero valdrá la pena.
Para resumir: cada uno se casó con una persona relativamente feliz y por ende atractiva. Probablemente era así porque su novio/comprometido le hacía feliz con una serie de acciones positivas. Esto continuó después de la boda por un tiempo y la felicidad creció. Luego se dejó ese primer amor.
Resulta, cuando se aplica con esfuerzo, en lo que los economistas llaman "una condición ganar-ganar", o sea, "cuando tú ganas y yo gano, somos felices." Es la vieja Regla de Oro en la práctica: "Todo lo que queráis que hagan con vosotros los hombres, hacedlo también vosotros con ellos..." (Mateo 7:12). Todo lo que podemos hacer para librarnos de la trampa del egoísmo nos aumenta las posibilidades de ser realmente felices cuando los que amamos empiezan a amarnos también. Estoy convencido de que el AMOR-AGAPE es la respuesta porque es el único poder en el mundo que puede producir la felicidad.
¡Y lo bueno es que es CONTAGIOSO!
Para matrimonios más felices,
Samuel
lunes, 17 de junio de 2019
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