Por Pr Manuel A Morejón
Soler El Vedado, La Habana, marzo de 2015
Humanamente
las personas necesitan poner su confianza en algo o en alguien para sentirse
protegidos y así librarse del miedo que albergan en su corazón, muchos la ponen
en la filosofía, o en la ciencia y la tecnología, muchos creen nada más que en
sí mismos y otros creen en objetos, pero la Biblia hace mención al miedo desde
su primer libro, donde precisa, que el miedo se convierte en atributo humano
por causa del pecado original:
“Y
llamó Jehová Dios al hombre, y le dijo: ¿Dónde estabas tú? Y él respondió: Oí
tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.
(Génesis 3:9)
El
miedo o temor es una emoción caracterizada por un intenso sentimiento
desagradable ante algo que nos asusta o creemos que nos puede hacer daño. Es
provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o
incluso pasado. Es una emoción primaria que se deriva de un presentimiento
natural al riesgo o a la amenaza, y se manifiesta en todos los seres humanos,
pero cuando uno está consciente del Dios que tiene y
procura estar en el centro de Su voluntad, pierde todo temor de lo que le pueda
hacer el hombre,
porque así dice el Señor:
"Así
que no los temáis, porque nada hay
encubierto que no haya de ser descubierto; ni oculto que no haya de saberse. Lo
que os digo en tinieblas, decidlo a
plena luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas. No temáis a
los que matan el cuerpo pero el alma no pueden matar;
(Mateo
10:26-28)