miércoles, 26 de octubre de 2022

SALMOS

Introducción VENTANA AL ANTIGUO TESTAMENTO ¿Cómo sería ser miembro de la iglesia del AT Antiguo Testamento? ¿Qué creían? ¿Cuál era su experiencia de Dios, personal y colectiva? ¿Su religión les hacía felices o les era una carga? ¿Eran seres extraños de otra época o nuestros hermanos y hermanas de hace mucho tiempo? Al mirar por la ventana de Sal. descubrimos que aquí, sin duda, tenemos al mismo Dios que ahora se nos ha revelado en Cristo, y aquí tenemos a gente de la misma naturaleza que nosotros enfrentando la misma clase de vida que nosotros, y descubriendo que su Dios aumenta sus alegrías y lleva sus cargas. La consagración, la oración, el ardor, el conocimiento y la delicia de ellos son una reprensión a nuestras vacilaciones, falta de oración y reacciones indiferentes. Pero son nuestros hermanos y hermanas. Sus cantos nos muestran que así como en el NTNT Nuevo Testamento la gracia de Dios lleva a obedecer su ley, así en el ATAT Antiguo Testamento la obediencia a la ley de Dios descansa sobre su obra de gracia. ¡Pero qué pueblo cantor era! Grandes líderes como Moisés (Exo. 15), Débora y Barac (Jue. 5), David (2 Sam. 1) y Ezequías (Isa. 38) y gente común como Ana (1 Sam. 2) y profetas como Habacuc (Hab. 3) celebra ron sus momentos importantes con canto. Los propios salmos revelan una religión desbordándose en canto. ¡Con razón que de este pueblo y de tal religión haya surgido esta gran antología de salmodias! SALMOS COMO UN LIBRO Sería quizá más apropiado pensar en Salmos como una colección de libros. (i) Parece ser que dentro del Salterio tal como lo conocemos, se han preservado colecciones que una vez estuvieron separadas (p. ej.p. ej. Por ejemplo 93–100 [Alabanza de Jerusalén]; 113–118 [Una cantata de salvación]; 120–136 [Alabanza del peregrino] y 146–150 [El aleluya sin fin]). (ii) Existe evidencia también de una antología más antigua que ha sido absorbida más difusamente en el Salterio. Muchos salmos llevan la inscripción: “Al músico principal” (p. ej.p. ej. Por ejemplo 31, 47, 51–62). ¿Habría entonces un “Director de la música del templo” que en algún momento dado habría compilado su propio himnario? De ser así fue cuidadoso con los derechos de autor porque, aparte de los Sal. 66 y 67, su inscripción siempre va seguida de una atribución personal: “de David”/ “de Asaf”, etc. Por ejemplo, al incluir el Sal. 88 en su antología indicó que era un salmo incluido en la colección “de los hijos de Coré … [compuesto por] Hemán el ezraíta”. (iii) Coré y Asaf eran líderes de coros (1 Crón. 6:31–33, 39 ss.; 16:4–7). La colección “de Coré”, con su deleite en el monte de Sion, es representada por los Sal. 42–49, 84, 87 y la colección “Asaf”, enfa tizando tanto el juicio divino como el cuidado del pastor, es representada por los Sal. 50, 73–83. (iv) Otros individuos aparecen con menos frecuencia: Jedutún (39, 62, 77), Eitán (89), Hemán (88), cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Rey. 4:31, y Moisés (90). Pero la mayoría de los salmos son adjudicados a David (3–32, 34–41, 51–65, 68–70, 101, 103, 108–110, 122, 131, 133, 138, 139, 140–145. (v) La opinión especializada en el tema ha sido por lo general escéptica en cuanto al valor de los títulos de los salmos. En el período macabeo (siglo I a. de J.C.a. de J.C. Antes de Jesucristo), cuando se estilaba fechar cuantos sal mos fuera posible, los titulares eran descartados como una ocurrencia editorial. Más recientemente hay mejor predisposición a permitir fechas preexílicas, aunque las opiniones difieren sobre cuáles y cuántos salmos pertenecen al período de los reyes. Es reconocido que la atribución “de David” implica autoría pero pocos concuerdan con M. G. Goulder (The Prayers of David: Psalms 51–72, Studies in the Psalter II, [JSOTS 102, Sheffield, 1990]) en aceptar seriamente la autoría davídica. Y sin embargo, no hay razón para no hacerlo. Es indudable que los encabezamientos fueron agregados editorialmente a los salmos (como el uso de la tercera per sona lo indica) pero ya para la época de la LXXLXX Septuaginta (versión griega del AT) (siglo II o III a. de J.C.a. de J.C. Antes de Jesucristo) muchos de los términos usados ya no se entendían y nadie sabe con certeza de cuándo data este trabajo editorial. Nos llegan como parte del texto hebreo Masorético (donde son incluidos como el v. 1 del salmo en cuestión) y en el NTNT Nuevo Testamento, el Señor Jesús, Pedro y Pablo argumentan sobre la base de su veracidad. En contra de aceptar en serio los encabezamientos, se propone que las no tas históricas que conectan a algunos salmos con la vida de David (3, 7, 18, etc.) son suposiciones editoriales por cuanto poco o nada hay que conecte al salmo con la ocasión. Dejando de lado el hecho de que un editor de la antigüedad difícilmente hubiera actuado con tanta ineptitud, esta acusación olvida la naturaleza de los salmos como meditaciones, no descripciones. En cada caso se puede llegar a una explicación satisfactoria de que, ya sea dentro del incidente mencionado o como fruto de una reflexión posterior, David muy bien hubiera podido expresar dichos sentimientos. (vi) Existen más evidencias del trabajo de manos editoriales en los salmos en lo que se conoce como “el Salterio Elohístico”. En los Sal. 42–83, aparece “Elohim” (“Dios”) con mucha mayor frecuencia que “Yahweh” (“El Señor”) y pareciera que el sustantivo Elohim ha sido deliberadamente sustituido por el nombre de Dios. (Cf. Sal. 14 y 53; 40:13–17 y 70.) Esto fue hecho supuestamente antes de que se armara la colección como un todo. Pe ro para nosotros es uno de los muchos pasos inexplicables por los cuales la salmodia de los siglos se convirtió gradualmente en el Salterio de la Biblia. (vii) El Salterio a veces es llamado “El himnario del segundo templo”, refiriéndose a la casa construida por la comunidad que regresó en 520 a. de J.C.a. de J.C. Antes de Jesucristo (cf.cf. Confer (lat.), compare Esd. 5:1, 2; 6:15; Hag. 1:14, 15). Sin duda tal suceso hubiera motivado la creación de un nuevo himnario y, concordando con Y. Kaufmann, (The Religion of Israel [George Allen and Unwin, 1961], p. 311), en el sentido que “no hay ningún salmo cuyo significado simple … requiera una fecha posterior que el exílico Salmo 137”, todos nuestros salmos actuales hubieran estado disponibles para ser seleccionados. A la colección le fue entonces probablemente dada la división actual en cinco “libros” agregando doxologías a 41:13; 72:18–20; 89:52 y 106:48. Pero nuevamente nos vemos ante un rompecabezas no solucionado: ¿fue la división en cinco adoptada a fin de concordar los cinco libros de la Ley con los cinco libros de canto? No se sabe con certeza. SALMOS EN LA ADORACION El padre del estudio especializado de los Salmos es Hermann Gunkel, Die Psalmen (Vendenhoek & Ruprecht, 1926) quien se propuso relacionar cada salmo con la situación real de la cual surgió. Distinguió ciertas categorías principales: (a) Himnos, poemas como el 8, 19, 29 que reflexionan sobre la grandeza y los atributos de Dios. Los subgrupos que aquí incluye son Salmos de entronización, celebrando al Señor como Rey (p. ej.p. ej. Por ejemplo 47, 96, 98) y Salmos de Sion (p. ej.p. ej. Por ejemplo 46, 87); (b) Lamentos comunales como el 74, 79, 80; (c) Salmos reales, centrados en el rey (p. ej.p. ej. Por ejemplo 2, 45, 110); (d) Lamentos individuales, sin duda el grupo más grande (p. ej.p. ej. Por ejemplo 3–7, 140–143); un subgrupo aquí eran Salmos de confianza en los cuales se expresaba la seguridad de una liberación divina en el futuro (11, 16, 23); (e) Salmos individuales de acción de gracias (p. ej.p. ej. Por ejemplo 30, 32, 116) después de la liberación. Además de estos grupos principales, fueron identificadas categorías más pequeñas: Acción de gracias comunal (p. ej.p. ej. Por ejemplo 124), sabiduría (49), peregrinaje (120–134) y liturgias (15, 24). La obra de Gunkel resultó insatisfactoria en el sentido de que no ofrecía una base consecuente sobre la cual una categoría pudiera distinguirse de otra. A veces enfatizaba forma o estructura, a veces contenido, pero al menos rescató el estudio de los Salmos de las secas discusiones sobre fechas e introdujo una apreciación viva de lo que Salmos tra taba de ser y hacer. Otros han seguido el camino por donde él ha guiado, edificando y desarrollando sobre su método de categorías y en particular concordando con él en que el marco principal den tro del cual los salmos han de ser comprendidos es el culto, o sea los ciclos israelitas de adoración en el templo. MARCO Y TERMINOS CULTUALES Los salmos mismos se deleitan en la casa del Señor (84); consideran al “monte santo”, al “tabernáculo” y al “altar” (43) como factores que facilitan la entrada a su presencia; están llenos de la piedad interior que acompañaba y daba significado a los actos externos (116:13–19), insistiendo en que el ritual del sacrificio se convierte en un “sacrificio de justicia” (4:5) únicamente cuando brota de una actitud correcta. Mucho del material en los encabezamientos, misteriosos como puedan parecernos todavía, influyó en la manera como el salmo era usado en el culto pú blico. La palabra “salmo” (4, 55, etc.) indica acompañamiento musical, aunque no resulta claro cómo esto difiere del “canto”. Se habrá tenido la intención de hacer diferencia como lo indica el uso de las dos palabras juntas (p. ej.p. ej. Por ejemplo 30). “Oración” (p. ej.p. ej. Por ejemplo 17) “Alabanza” (145) y “para ser enseñado” (60) sugieren la función que podría tener un salmo, simi lar a las divisiones por temas en los himnarios modernos. Hay indicaciones musicales en cuanto a instrumentos de cuerdas (Neguinot, 4), “flautas” (Nejilot, 5), “Seminit” (un instrumento de ocho cuerdas, o un arreglo de ocho partes 6); notas sobre las tona das a usar: “Mut-laben” (La muerte de un hijo, 9), “Ayélet hasájar” (La gacela de la mañana, 22); “Sosanim” (Lirios, 45); “La paloma silenciosa de la lejanía” (56), etc. “Guitit” (8, 81, 84) significa “la gar de vino” y puede haber sido una melodía alegre conocida. También aparecen palabras que ahora son imposibles de entender, pero que, con variable certidumbre, puede decirse que influyen en el uso cultual de los salmos: “Sigayón” (7, cf.cf. Confer (lat.), compare Hab. 3:1); “Mictam” (16, 56–60); “Masquil” (32, etc.) y “Selah” (3:2, 4, 8; etc.). “Mictam” puede tener relación con el verbo “cubrir” y dado que en los salmos donde ocurre figuran enemigos, puede haber sido una recomendación de usar estos salmos en caso de necesitar protección. “Masquil” quizá signifique “didáctico”, pero no resulta claro por qué estos salmos en particular ameritan dicha nota. “Selah” ocurre den tro de los salmos y puede haber indicado alguna división del material, un interludio me ditativo/musical cuando el salmo era cantado en el culto. Pero se desconocen en la actualidad tanto su significado como palabra y su significado como una directiva. Desde que apareciera la obra de S. Mowinckel (cf.cf. Confer (lat.), compare The Psalms in Israel’s Worship, [Blackwell, 1962]) muchos creen que la fiesta de los Tabernáculos incluía una celebración anual de la entronización del Señor. La expresión “¡El Señor reina!” (93:1; 97:1; 99:1; etc.) debería ser entonces “El Señor se ha convertido en Rey”, una exclamación cultual aclamando la reafirmación de la majestad divina sobre toda la tierra, asegurando el bienestar de su pueblo en el año venidero. Es indudable que años más tarde (Zac. 14:16 ss.) la fiesta de los Tabernáculos se relacionaba con majestad y prosperidad, pero la evidencia no es tan clara en cuanto a la época preexílica. Cuando Jeroboam necesitó desconectar su reino, recientemente separado de Judá, de la casa del Señor y del rey davídico, leemos que designó una fiesta para el día 15 del mes octavo “semejante a la fiesta que había en Judá”. No se conoce fiesta alguna en el mes octavo pero la de los Tabernáculos era el 15 del mes séptimo. ¿Fue ésta la que Jeroboam usó como modelo de su fiesta? De ser así, la de los Tabernáculos era también un festival de majestad. Se ha de reconocer que los “Salmos de entronización” (47, 93, 96–99) son una mezcla de temas concordantes, no siendo el menor de ellos la majestad, la creación y la soberanía del Señor sobre los poderes espirituales del desorden; tiene sentido pensar en una celebración anual teniendo como tema y enfoque un “Día de ascensión”. Por otro lado, el intento de A. R. Johnson (Sacral Kingship in Ancient Israel [University of Wales Press, 1967]) y el de J. H. Eaton (Kingship and the Psalms [SCM, 1976]) de adjudicar a algunos sal mos (p. ej.p. ej. Por ejemplo 2, 18, 89, 101, 110, 118) un ritual de renovación anual de la majestad davídica terrenal no ha sido aceptado ampliamente. En el mejor de los casos esta teoría identifica a muchos, si no a todos, los Salmos de lamento individual con el rey, humillado por sus enemigos (de todo el mundo) y volcándose al Señor para lograr su liberación. Más específicamente, salmos como el 22 se encuentran dentro de este ritual de humillación y su desenlace es una dramática intervención divina para restaurar al rey. Se apela a los versículos como 46:8 (“Venid y ved … ”) y 48:9 (traducido “hemos pensado en tu misericordia, en medio de tu templo”) para justificar el pensar en términos de un drama ritual del culto. De igual manera, la teoría de A. Weiser de una ceremonia anual de renovación del pacto (The Psalms [SCM, 1962]) tampoco ha encontrado mucho apoyo. Sostiene que el tema dominante de la fiesta de los Tabernáculos no era la entronización del Señor sino la renovación nacional del pacto. Aunque Weiser encontró salmo tras salmo que se aplica a este punto, por lo general se coincide en pensar que permitió que su entusiasmo reemplazara a la realidad y que mientras los Sal. 50 y 81 necesitan un marco ritual con un enfoque en los mandamientos y los sucesos del Sinaí, no es suficiente para establecer la existencia de un festival anual importante. La lectura de la ley en siete años de Deut. 31:9 ss. es suficiente antecedente. LOS SALMOS COMO ESCRITURA Al considerar la continua vitalidad de los salmos en la iglesia actual, no podemos menos que mencionar sus temas más importantes. (i) El Señor. Una de las características dignas de notar de Salmos es que aunque abunda el testimonio personal, la impresión más clara que queda no es de personas sino de Dios. En este sentido, Salmos es el ATAT Antiguo Testamento en miniatura: El Señor es el Creador (8, 104). Y no se trata de un concepto abstracto sobre cómo se inició el mundo; es la base de su gobier no soberano actual como Rey de todas las cosas (29, 96–99). La justicia de su gobierno es predominante (11, 75), pero en la gran rapsodia de la majestad divina (145) la justicia es sólo uno de los tres hilos de una cuerda. Los otros dos son grandeza y gracia. La bondad de Dios (34) es inseparable de su santidad (103) y encuentra su complemento en su ira (38). Es universal en su gobierno (67) y particular en su elección de Israel (87), dos aspectos de la verdad que encuentran su unidad en el David mesiánico, Rey de Israel y del mundo (2, 72, 110). Para su pueblo como un todo (80) y para el individuo en particular (23), el Señor es Pastor, ba se de la confianza en buscar en él la liberación (16, 25, 31), reconociendo la atención que da a las necesidades de su pueblo (p. ej.p. ej. Por ejemplo 3, 27). A la vez está el problema de la providencia divina, las frecuentes adversidades del pueblo de Dios, individuales (p. ej.p. ej. Por ejemplo 10, 12) y colectivas (44, 74). Es este sincero reconocimiento de que el sufrimiento es siempre par te de la experiencia del pueblo del Señor lo que provee una perspectiva adecuada para entender la relación entre rectitud y prosperidad (p. ej.p. ej. Por ejemplo: 1). Esta no es la descripción de una experiencia sino una declaración de fe (como cuando afirmamos creer en “Dios el Padre, Todopoderoso” en un mundo que desafía tanto su paternidad como su omnipotencia). Dado que Dios es bueno y que no hay otro Dios, el resultado para su pueblo está garantizado. (ii) El Rey. En el retrato del Rey en Salmos tenemos: o la alabanza más descarada y poco realista de los sucesivos reyes de la línea de David, o la expresión de un gran ideal, un espejo de la verdad colocado por turno delante de cada rey, en espera de Aquel en quien todo se cumplirá. El Rey enfrenta oposición mundial (2:1–3; 110:1) pero es victorioso (45:3–5; 89:22 s.) y por la actividad del Señor (2:6, 8; 18:46–50; 21:1–13; 110:1 s.) establece su gobierno mundial (2:8–12; 18:43–45; 45:17; 72:8–11; 89:25; 110:5 ss.), basado en Sion (2:6) y caracteriza do por moralidad (45:4, 6; 72:2–4, 7; 101). Su gobierno es eterno (21:4; 45:6; 72:5); próspero (72:7, 16) y constante en su reverencia al Señor (72:18, 19). Preeminente en dones, gracia y dignidad (45:2–7), es también amigo del pobre y enemigo de la opresión (72:2, 4, 12–14); bajo él los rectos prosperan (72:7). Es recordado para siempre (45:17); posee un nombre eterno (72:17) y es el objeto de gratitud sin fin (72:15). En relación con el Señor es objeto de bendición eterna (45:2). Es heredero del pacto de David (89:28–37, 132:11 s.), y del sacerdocio de Melquisedec (110:4). Pertenece al Señor (89:18) y está consagrado a él (21:7; 63:1–8, 11). El es su hijo (2:7; 89:27) sentado a su diestra (110:1) y es, él mismo, divino (45:6). Deben consultarse los comentarios de las referencias dadas en el párrafo anterior aunque, de cualquier manera, las dimensiones exaltadas del retrato son claras. Mientras que mucho del retrato puede adjudicarse en principio al oráculo base de Natán en 2 Sam. 7, es imposible identificar los pasos por los cuales esas esperanzas llegan a ser la expectación de un rey perfecto, justo, humano, divino, eterno y universal. El concepto antiguo no acierta al decir que fue sólo cuando la monarquía dejó de ser sin muestras de recobrarse en ocasión del exilio babilónico, que se desarrollaron dichas esperanzas. ¡El fracaso de la monarquía data del propio David! Las alentadoras esperanzas implicadas en Jue. 17:6; 18:1; 19:1; 21:25 no se habían cumplido; el historiador de Rey. puede enfocar la monarquía constitucional, dinástica del pacto o la monarquía “casera” carismática de Israel, pero no da con el rey largamente esperado. Este fracaso fue el semillero de una de las más grandes expectativas del ATAT Antiguo Testamento. (iii) Imprecaciones. El vigor con que eran denunciados los enemigos en Salmos ha sido motivo de dificultades. ¿Tienen algo en común con el pensamiento de Cristo el deseo de la destrucción re pentina de los enemigos (35:8), su muerte (55:15), el romperles los dientes (58:6), la destitución (109:10) y la masacre de sus hijos (137:9)? Hay unos 25 salmos que contienen tales pasajes y los comentaristas han sido rápidos es descartarlos co mo “moralidad del ATAT Antiguo Testamento”, condenándolos como cosa que ha perdido su relevancia debido a la revelación de Dios en Cristo. Son tres las razones por las cuales esto no es satisfactorio: (i) En el NTNT Nuevo Testamento se expresan sentimientos similares (Gál. 1:8, 9; Apoc. 6:10; 18:20; 19:1–3) y el Señor Jesús también los expresó (Mat. 11:20–23; 23:13–36). Si existe un problema, éste es bíblico no del ATAT Antiguo Testamento; (ii) el ATAT Antiguo Testamento tanto como el NTNT Nuevo Testamento exhorta a amar (Lev. 19:17, 18), des cribe el odio de Dios por la violencia (Sal. 5:6), la obligación de devolver bien por mal (Sal. 7:3–5; 35:12–14) y el rechazo de la venganza (Deut. 32:35; Prov. 20:22); (iii) En casi todos los casos la imprecación a la cual objetamos aparece al lado de una espiritualidad envidiable, p. ej.p. ej. Por ejemplo Sal. 139. Cierto comentarista que clasifica a las imprecaciones en general como “lo totalmente opuesto al espíritu del evangelio” encuentra en 139:19–22, “la obliga ción de mantener viva en el corazón humano … una ardiente indignación contra … el mal” (Kirkpatrick, The Psalms [Cambridge, 1910]): sencillamente porque es imposible de imputar poca espiritualidad al autor de los vv. 1–18. Más positivamente, notamos que todas son oraciones a Dios (excepto 137:9, ver comentario). No hay sugerencia alguna que los salmistas planearan acciones vengativas, ni siquiera de que tuvieran pensamientos vengativos. Su reacción a su dolor era entregar la cuestión al Señor y dejarla allí. Como acota J. R. W. Stott (The Canticles and Selected Psalms [Hodder & Stoughton, 1966], pp. 11 ss.): “No me resulta difícil imaginar situaciones en que hombres santos de Dios puedan y deban … clamar a Dios pidiendo venganza … y eso sin ningún sentimiento de animosidad personal.” Viviendo, como nos toca, en una era cuando la venganza personal es un supuesto derecho, y los problemas comuna les, reales o imaginados, “justifican” la violencia, el terrorismo, los bombardeos y las torturas, por lo menos hemos de estar preparados para decir que aunque deploramos sus oracio nes, su manera de reaccionar es preferible a la nuestra. Pero no hay necesidad de juzgar de esa manera: Sus oraciones nos chocan por su realismo. Nos sentiríamos cómodos con 143:11 pero vacilaríamos ante su corolario realista (12) de la misma manera como oramos con un corazón alegre por la segunda venida del Señor Jesús (2 Tes. 1:7), pero vacilaríamos en expresar nuestra oración describiendo las realida des escriturales de dicho evento, pidiendo que las llamas de fuego consuman a los que no obedecen al evangelio (2 Tes. 1:8). Si fuéramos más santos —y por cierto si nos sintiéramos menos cómodos y supiéramos más del poder del perseguidor— estaríamos más dispuestos a identificar que a condenar. El siguiente comentario intenta enfatizar la estructura de cada salmo como la clave de su significado. Se sugiere seriamente a cada estudiante de los salmos (y a cada estudiante de la Biblia) que “el medio es el mensaje” y que el primer objetivo del estudio debe ser descubrir y clarificar la estructura. Vea el artículo: La poesía en la Biblia. Libro 1 SALMO 1. EL CONTRASTE DECISIVO El Sal. 1 es una introducción a todo el libro de Sal. Primero, es un salmo de fe (3d). Esta promesa de prosperidad no es una promesa de buena fortuna a cambio de una buena conducta. ¡Salmos conoce de masiado bien la vida para pretender tal cosa! (ver 42, 73). Más bien, así como seguimos diciendo “Creo en Dios el Padre Todopoderoso” aunque nos encontramos que la vida muchas veces parece negar su paternidad y su omnipotencia, así también el v. 3 profesa un “credo”: el mundo es el mundo de Dios y los que se ponen de su lado segura y definitivamente gozarán de bendición (6). Segundo, es un salmo de consagración: a un estilo de vida singular (1) y a la palabra de Dios (2). Verdaderamente “singularidad” es el tema alrededor del cual se ha estructurado el poema. A1 (v. 1) El camino de bendición B1 (v. 2) Perseverancia en la ley del Señor C1 (v. 3) El árbol frutal que permanece C2 (v. 4) La paja temporal B2 (v. 5) Sin posición en el juicio del Señor A2 (v. 6) El camino de la muerte 1 El camino de bendición: vida presente. Dependiendo del contexto, Bienaventurado puede significar bajo la bendición de Dios, feliz o satisfecho, o intrínsecamente correcto. Aquí cabe cualquie ra de los tres significados. Pero la bendición y felicidad son consecuencias de una consagración a la vida que es buena. Anda … se detiene … se sienta. Nuestra singularidad debe notarse en nuestro estilo de vida. 2 Perseverancia en la ley del Señor. Ley, “enseñanza”, como lo que un padre cariñoso ofrece a un hijo que ama (Prov. 3:1). Delicia … medita. Como base de la obediencia activa del v. 1 está la piedad interior de los sentimientos y pensamientos ejercitados de día y de noche en la palabra de Dios. 3 El árbol frutal que permanece. Plantado, lit.lit. Literalmente “transplantado”, p. ej.p. ej. Por ejemplo una nueva posición en la cual uno ha sido puesto (80:8; cf.cf. Confer (lat.), compare Col. 1:13). 4 La paja temporal. 5 Sin posición en el juicio del Señor. Juicio … congregación. En la evaluación divina final, los que andan bien con Dios (justos) contrastan con los que han seguido su propio consejo y, por implicación, no pusieron sus vidas dentro de los parámetros de la revelación divina. 6 El camino de la muerte: destino final. Conoce o vigila, entra en un íntimo y amoroso cuidado. Perecerá, la última palabra, compárela con la palabra inicial bienaventurado (1), ¡realmente un contraste indiscutible! SALMO 2. EL REY DEL MUNDO El tema se desarrolla en cuatro secciones balanceadas: los reyes quienes se oponen al Señor y su ungido (1–3) son invitados a refugiarse, sirviendo al Señor y honrando al hijo (10–12). Entremedio se oyen dos voces: El Señor habla del nombramiento de su Hijo para reinar (4–6) y el Hijo habla de la promesa divina de un reinado mundial (7–9). El Salmo tiene sus raíces en 2 Sam. 7, la promesa a Da vid de un hombre supremo, una relación de hijo con el Señor, y una línea que perduraría. Es posible que el Salmo se usara para recibir a cada rey davídico sucesivamente al ascender al trono como un recordatorio del ideal, pero su cumplimiento fue en “el más grande de los hijos del gran David” (ver Luc. 1:31–33), justo cuando la siempre constante negativa del mundo en el sentido de que “éste reine sobre nosotros” (Luc. 19:14) llegaba a su clímax en el Calvario (Hech. 4:25, 26; 1 Cor. 2:8). La era en que vivimos, por más blanda y comprensiva que a veces parezca, esencialmente odia, se opone y se rebela contra Dios en Cristo. Históricamente, el rey davídico siempre estaba amenazado por el mundo que lo rodeaba; en su esencia, esto refleja la rebelión del mundo contra Dios; proféticamente, el salmo se refiere al rechazo de Jesús. 1–3 Traman cosas vanas (lit.lit. Literalmente) “murmuran”. La descripción aquí puede que no sea tanto de rebelión como de inquietud. ¿Qué es lo que le quita la paz al mundo? El v. 2 responde: No puede haber paz mientras el Señor y su ungido sean rechazados. La enemistad contra Dios es el centro de la naturaleza caída (Col. 1:21). Ungido (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Sam. 16:13; 24:6; Isa. 11:1–9). Ataduras … cuerdas. Es el engaño de Satanás (Gén. 3:1–5) el representar a las condiciones divinas de bendición como restricciones hostiles que reprimen a la humanidad negándole la verdadera libertad. 4–6 El Señor no negocia con los rebeldes, ni cambia para poder cumplir con sus demandas, sino que simplemente reafirma su plan real: Su rey ha sido instalado y punto final; ¡así como en Gén. 3 la gran rebelión no alteró para nada la soberanía divina! Ira … furor, respectivamente la expresión de la ira (ira sentida) y el ardiente poder de la ira (ira expresada). Sion, lit.lit. Literalmente la sede de la monarquía davídica; proféticamente el centro de la nueva creación de Dios en Cristo (Heb. 12:22–24). 7–9 Una relación de hijo, una promesa de heredad y una dote de poder. Mi hijo. Dios figuradamente adoptaba a los reyes de la línea de David. Hoy, el día de su ascensión, el principio de la relación. Cuando se usa para referirse a Jesús en el momento de su resurrección (Hech. 13:32–37) el significado es más bien que Dios ha aclarado públicamente lo que siempre ha sido el caso. Pídeme … A diferencia del rey rebelde, el Hijo vive por su confianza sumisa al Padre. En este aspecto fue tentado (Mat. 4:8–10) y prevaleció (Mat. 26:39). Vara de hierro … como a vasija, el contraste entre poder absoluto e impotencia total. 10–12 Servid … Besad. ¡No puede haber servicio al Señor sin sumisión al Hijo! Temor … alegraos … temblor. Hay una diferencia entre confianza y presunción. Los que besan al Hijo conservan siempre el temor que por derecho le corresponde y la ira que es inseparable de su santidad. Bienaventurados (ver 1:1). Se refugian. “No hay refugio contra él: sólo en él” (Kidner). SALMO 3. ORACIÓN Y CONFIANZA: UN SALMO PARA UN NUEVO DIA Este Salmo tiene un punto central claro: que la oración produce la confianza necesaria para enfrentar la vida (4–6). El movimiento de este Salmo es primero hacia estos versículos y luego fuera de ellos. A1 (vv. 1, 2) Necesidad: no hay liberación B1 (v. 3) Afirmación: protección divina C (vv. 4–6) La oración produce confianza B2 (v. 7) Aparecer para dar liberación divina A2 (v. 8) Solución Este Salmo tiene como antecedente 2 Sam. 15:13–17:24. La huida inicial por causa de Absalón requirió dos noches; durante la primera, con razón David pudo haberse sentido desalentado (1, 2). Pero el antídoto para el desaliento es, primero, afirmar la verdad divina (3) y, segundo, buscar ayuda divina (4). La consecuencia es la bendición de una noche de sueño (5) y una confianza renovada para el nuevo día (6). Así como un día finaliza con oración (4) el nuevo día comienza con un llamado a Dios: ¡Sálvame! (7), porque él siempre ha sido enemigo de los enemigos de David; de allí que la oración de confianza se base en experien cias pasadas de gracia y engendre seguridad en lo que el futuro depara (8). 1, 2 Necesidad: no hay liberación. ¡Dios no lo librará! Esta es la estocada fatal: una actitud (enemigos) se ha convertido en acción (se levantan) y refleja la opinión pública: ¡ni Dios puede ayudar a Da vid ahora! 3 Afirmación: protección divina. Pero tú, es enfático. Salir de la depresión de los vv. 1, 2 es apropiarse renovadamente de lo que Dios es. Mi gloria: David ha sido despojado de toda la pompa terrenal pero no puede ser despojado de Dios. Mi cabeza (cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Sam. 15:30). 7 Súplica pidiendo liberación divina. ¡Levántate, oh Señor! (cf.cf. Confer (lat.), compare Núm. 10:35). Al usar la gran exclamación de Moisés, David expresa confianza en que aun en medio de una aparente derrota, él y su compañía que huye están en realidad bajo la dirección divina. Mejilla … dientes. Una cachetada en la mejilla es un acto de reproche (1 Rey. 22:24); romper los dientes es inutilizar al contrincante. 8 Solución. “La liberación pertenece al Señor.” SALMO 4. ORANDO, CONOCIENDO, CONFIANDO, DESCANSANDO Este Salmo es para la noche (8), quizá correspondiendo a la ocasión cuando David huyó por causa de Absalón (ver Sal. 3), al enfrentar la segunda noche de dormir incómodo y amenazado. Como el Sal. 3, éste Salmo es de oración y notamos que acudir al lugar de oración (1) es encontrarse en un lugar de paz (8) —aunque las presiones siguen siendo las mismas— ([2] quienes lo denigran; [6] los que se de sesperan). Pero la idea central de este Salmo no es la oración sino saber (3) y confiar (4, 5). Lo primero es lo que imaginativamente expresa David a los que lo denigran en la corte de Absalón y, lo último, a los desanimados en su propio campamento mientras se preparan para acostarse. 1 La oración genuina es urgente (1a), descansando en la justicia de Dios (1b), específica (1c) y dependiente de la misericordia divina (1d). 2 Una apelación imaginaria a los que se han sumado a Absalón, para que dejen de denigrar su honra como rey, que abandonen sus pretensiones de poder y su falsedad. 3 Piadoso, palabra compleja significan do aquellos a quienes Dios ama con un amor que no cambia y que corresponden a su amor, amándole a él (cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Tim. 2:19a). 4, 5 Una palabra para el campamento desanimado de David. No hay por qué negar el temor, pero la reacción correcta es dedicar las horas de la noche a la oración quieta (4c, no reflexionad sino “hablar en”), acercándose a Dios (5a) en un espíritu de sacrificios en consagración (holocausto), confesión (ofrenda por el pe cado), comunión (ofrenda de paz) y confianza (5b). 6 Contrarresta al desaliento con la oración apropiada. 7, 8 El testimonio de David: La oración da más gozo que el que puede dar el mundo, por medio de la paz y el vivir seguro que sólo Dios puede dar. SALMO 5. EL CONTEXTO MORAL DE LA ORACION QUE PREVALECE Es posible que este Salmo sea una meditación sobre la segunda mañana de la huida de David por causa de Absalón (ver Sal. 3). No contamos con un título histórico que nos guíe pero el Salmo se ocupa de la oración de mañana tras mañana (3); y los párrafos alternados que tratan sobre los que buscan rectamente a Dios y los malos a quienes él rechaza reflejan bien la situación moral “blanca y negra” en que Absalón colocara a David. A1 (vv. 1–3) Confianza en el Señor B1 (vv. 4–6) El Señor rechaza a los malos C (vv. 7, 8) Consagración al camino recto del Señor B2 (vv. 9, 10) El Señor echa a los rebeldes A2 (vv. 11, 12) Gozo en el Señor El Salmo se centra en la adoración santa y reverente y en la oración por una vida recta (7, 8). David de esta manera adopta una posición que contrasta con la de los que hacen mal (4, 5) y hablan mal (9), y demuestra la consagración de alguien que espera una respuesta a su oración (1–3) y protección divina (11, 12). 1–3 Confianza en el Señor quien escucha las oraciones. Oración (a) es expresar el problema (suspiro) en palabras (1), (b) incluye una garantía de ser escuchado. Note la secuencia (2) Atiende … porque … oraré. (c) Es el primer quehacer del día: de mañana (3ab). La idea no es tanto la regularidad (cf.cf. Confer (lat.), compare Isa. 50:4) sino la prioridad en el día (d) espera una respuesta (3c). 4–6, 9, 10 El Señor rechaza a los malos y echa a los rebeldes. Cada una de estas secciones comienza con “porque” (omitido en 6 y 10 en la RVARVA Reina-Valera Actualizada), o sea que David (1–3) puede confiar en que su oración será contestada “porque” no es como los malos (4–6), y ora pidiendo un camino recto (8) “porque” quiere ser distinto de los rebeldes a quienes el Señor echará (échalos) (9, 10). Esta es la consagración moral de la persona que ora, que in cluye su carácter (4, 5a), su conducta (5b), su hablar (6a), sus relaciones (6b), su veracidad (9a), su integridad (9b) y nuevamente su hablar (9cd). 10 ¿Es correcto un pedido como éste? Como la mayoría de las imprecaciones (ver Introducción) pide a Dios que haga lo que de cualquier manera ya ha afirmado que hará: Exponer y castigar el pecado y a los pecadores (10a, c); hacer a los falsos acusa dores lo que ellos hubieran hecho al objeto de su rencor (10b; cf.cf. Confer (lat.), compare Deut. 19:16–19); deja la acción a Dios, sin vengarse personalmente (Prov. 20:22; Rom. 12:19); y es motivado por el daño hecho a Dios (10d), no por animosidad personal. 7 ¿Cómo puede hablar David de un templo cuando el mismo no se había construido aún? Porque (1 Sam. 1:9, 24) templo y casa eran las designaciones comunes del lugar donde moraba el Señor aunque no fuera más que una tienda (1 Sam. 2:22; 2 Sam. 7:2). Note cómo la abundancia de tu gracia nos trae con temor al lugar de santidad. 11, 12 Gozo en el Señor que protege. Justo, los que son rectos delante de Dios. SALMO 6. GRAN NECESIDAD, GRAN SEGURIDAD La referencia a enemigos humanos (7, 8, 10) sugiere que el marco de este Salmo puede ser el mismo del Sal. 3: considerando lo trabajoso de la jornada, el peligro de ser atacado y la responsabilidad por la mezclada compañía (2 Sam. 15:16, 18, 22) que huyó con él, no es de sorprender que David se haya sentido a veces exhausto (2 Sam. 16:14; 17:29). (Por otro lado, el v. 2 destaca claramente un tiempo de enfermedad.) En un momento de escasas energías físicas, mentales y emocionales, David expresó la intensidad que aquí se registra. La enemistad humana ha minado sus defensas (6, 7) pero, en un nivel más profundo, está la ira del Señor que causa debilidad (desfallezco, 2), terror (abatidos, 2, lit.lit. Literalmente “están aterrorizados”) y angustia (turbada, 3), lit.lit. Literalmente “aterrorizado” como (2). En su depresión quizá David pensaba que si no hubiera pecado con Betsabé (2 Sam. 11, 12) no habría sido ineficaz cuando su hijo mayor violó a la hermana de Absalón (2 Sam. 13). Si no hubiera manejado tan mal el caso de Absalón, dejando que su turbulento espíritu se envenenara (2 Sam. 14, 15), la rebelión nunca hu biera ocurrido. ¡Muy bien puede haber sentido David que el Señor en su ira se había vuelto contra él (4)! Pero el más grande de los males cede ante el más simple de todos los remedios: el clamor ten misericordia (2) produce seguridad, el Señor ha escuchado mi ruego pidiendo misericordia (9). Si la necesidad más grande desaparece con la oración ¿no sucederá lo mismo con necesidades menores (10)? Por medio de la oración el terror de David (1–3) se convierte en el terror de sus enemigos (10) se aterrarán, como (2, 3); el regreso del Señor en respuesta a la oración (4, 5), es la señal para que los enemigos retrocedan (8, 9); en su debilidad (6, 7) David aprendió que era fuerte. Notas. 4 Vuelve, “regresa”. 5 Se cita con frecuencia para indicar que el ATAT Antiguo Testamento no ofrecía esperanza para después de la muerte (ver 49, 73), pero David se está refiriendo aquí a la muerte desde el punto de vista de alguien que se siente apartado de Dios, el objeto de la ira divina. Sobre este tema, el NTNT Nuevo Testamento va mucho más allá de cualquier verdad que el ATAT Antiguo Testamento revela (Mat. 10:28). SALMO 7. LA BENDICION DE UNA CONCIENCIA TRANQUILA No sabemos quién era Cus pero sí sabemos que Saúl, el rey benjamita (1 Sam. 9:1), se rodeó de benjamitas (1 Sam. 22:7); también que fue incitado contra David por lenguas calumniadoras (1 Sam. 24:9; 26:19). Una situación como la de 1 Sam. 18:10–24 hubiera dado amplia oportunidad a los “cuses” de este mundo para inflamar el temor paranoico de Saúl hacia David. Pero David sabía que ninguna acusación de deslealtad contra Saúl era ver dad; aun ante el juicio de Dios (6, 7, 10–13), tenía la conciencia tranquila (8b, 9). Estos versículos son el corazón del Salmo y un llamado a conservar en todas las cosas “una conciencia sin re mordimientos” (Hech. 24:16; Heb. 13:18; 1 Ped. 3:16). A1 (vv. 1, 2) Refugio presente y oración B1 (vv. 3–5) El pecado y su merecido C1 (vv. 6–8a) El Dios de justicia D (vv. 8b, 9) Una conciencia tranquila C2 (vv. 10–13) El Dios de justicia B2 (vv. 14–16) El pecado y su merecido A2 (v. 17) Gratitud y alabanza en el futuro El movimiento general del Salmo es el tema conocido de que la oración resuelve las crisis y se expresa en alabanza por la solución. Los vv. 3–5 y 14–16 reconocen que el pecado y su recompensa de ben ir juntos y, en el presente caso, David está dispuesto a exponerse a todo el rigor de la justicia. Esta es la manera en que “obra” el pecado (14–16): Tiene una cualidad de bumerán como si fuera en sí mismo un agente vivo. Pero si el pecado parece volver para darle en la cabeza al perpetrador es porque hay un Dios justo (6–8a), iracundo (10–13) ante quien un día todos comparecerán, pero quien es el mismo cada día con recursos preparados para castigar al que no se arrepiente. En vista de tal concepto del pecado, y ante semejante Dios, David afirma su inocencia: tal es la naturaleza y la bendición de una conciencia tranquila. 1, 2 Refugio presente y oración. Me he refugiado. La liberación es aún cosa del futuro (17) pero la protección es una realidad del presente. Todos (1) se convierte en singular (2), lit.lit. Literalmente “o él hará” [RVARVA Reina-Valera Actualizada “arrebaten”] o sea que David tiene muchos enemigos pero uno en particular, como lo indica el título. 3–5 El pecado y su merecido: testimonio de David. En paz (4), ligado por un tratado de amistad. Sin razón (4) puede ser “ … en realidad lo he entregado a él que sin causa alguna es mi adversario”. En lugar de pagar mal por mal, David tiene antecedentes de haber devuelto bien por mal (cf.cf. Confer (lat.), compare Mat. 5:43–48; Rom. 12:17–21). Mucho tiempo después que Saúl tratara de matar a David, él toda vía ministró al rey demente con su música y le rindió otros dedicados servicios (1 Sam. 18:10–13; 19:9; 20:1; 24:10s. 17; 26:18, 23 s.). Pise en tierra mi vida (5), (lit.lit. Literalmente) “haga morar mi gloria”, arruine públicamente mi reputación. 6-8a El Dios de justicia: el juicio final. La referencia a la congregación de los pueblos indica que David se refiere al juicio final. El Señor en su misericordia puede pasar por alto los pecados ahora, pero no lo hará entonces. ¡Tan seguro está David de su inocencia que pide que se le haga el juicio final ahora! 8b, 9 Una conciencia tranquila ante Dios. Justicia (8), no perfección sin mancha, sino equivalente a un alegato de “inocente” en relación con una acusación específica. Integridad (8), o sea que su justicia no es un mero conformismo sino una condición del hombre total, cf, los corazones y las conciencias (9), que se refiere a pensamientos, imaginación, sentimientos y reacciones. 10–13 El Dios de justicia: Salvador y Juez. Lit. “Mi escudo está sobre Dios”: El es mi escudero/defensor. Arrepiente (12), aun ante tal Dios (9, 11) la penitencia aleja el juicio. 14–16 El pecado y su merecido: es algo inevitable. El v. 14 comienza con “He aquí”: “¡Miren, la cosa es así!”, el nexo entre el pecado y su merecido. 17 Gratitud y alabanza en el futuro. Una conciencia tranquila hace que David se sienta seguro de un futuro diferente. Nota. Título, Sigayón, ver Introducción. SALMO 8. EL DIOS DEL INSIGNIFICANTE Si se quitaran los vv. 1c, 2 del Salmo, lo que quedaría sería una poesía equilibrada con un tema coherente. La exclamación inicial y final del grande … nombre forman un marco para dos estrofas del mismo largo que tratan del reconocimiento condescendiente y el honor que el Señor rinde a la humanidad (3–5) y la posición de poder que les ha dado sobre toda la creación (6–8). En esto el NTNT Nuevo Testamento ve al Señor Jesucristo en su reinado actual (Ef. 1:22; Heb. 2:5–9) y su triunfo venidero (1 Cor. 15:27), a ser compartido con su pueblo que él compró (Apoc. 5:9, 10). ¿Pero que motivó esta línea de pensamiento sobre la condescendencia de Dios y el dominio del hombre en el mundo? La respuesta se obtiene al co locar la primera estrofa de vuelta en su lugar. El Dios trascendente (1c, d) con el poder soberano en su mano, escoge usar la boca de los pequeños y de los que todavía maman (20). ¿Hemos de tomar esto lit.lit. Literalmente, es decir, un enemigo silenciado por un niño? ¿O usa David “pequeño” figuradamente para representar lo que es pequeño, débil e impotente? No hay forma de saberlo, pero resulta claro que había experimentado algún caso especial en que lo impotente venció a lo potente. Cuando en la noche (3) cavilaba sobre esto comprendió que era algo típico de los caminos de Dios. La humanidad, empequeñecida por la inmensidad del universo es, no obs tante, tomada por el Señor quien le dio gloria y se hizo señor suyo; un principio perfectamente cumplido en el Señor Jesucristo y todavía a ser realizado en la humanidad redimida (Heb. 2:5–9). El principio es enunciado realmente en el prodigio de la elección divina (1 Cor. 1:26–28) y a disposición para ser experimentado por cada creyente (2 Cor. 12:9, 10). Notas. 1a. Señor nuestro, lit.lit. Literalmente “nuestro Soberano”; también en el v. 9, 1c, 1d, 2 Has establecido la alabanza debiera ser “fundó fortaleza”, puso tu fortaleza sobre un fundamento seguro. El vengativo puede ser uno que toma represalias por injusticias sufridas (Jer. 5:9), pero puede significar simplemente, como aquí, uno que actúa pensando en su propio provecho (ver 44:16). SALMOS 9, 10. FE QUE LUCHA Los Sal. 9 y 10 forman un acróstico alfabético quebrado (ver La poesía en la Biblia). Faltan cuatro letras, dos han sido transpuestas y una aparece en la segunda palabra de su primera estrofa. Se ha intentado restaurar un acróstico perfecto, pero el acróstico quebrado forma tres secciones de seis letras cada una: 9:1–12; 9:13–10:6; 10:7–18. El tema es la oposición de los impíos (9:6, 17, 18; 10:2, 3, 4, 13, 15). La sección 1 (9:1–12) comienza y termina con alabanza (1, 2, 11) y es una declaración que imparte calma: Los impíos están activos pero Dios está sobre su trono. Pero en la sección 2 (9:13–10:6) la realidad de la vida es turbulenta, haciendo surgir un clamor pidiendo compasión divina (9:13) y un contraataque (9:19). El Señor está distante (10:1), los impíos, desenfrenados (10:2–6). El fin es seguro (9:15, 16), pero esto no necesariamente produce el consuelo que se necesita aquí y ahora. Sin embargo, en la sección 3 (10:7–18) la oración es el recurso suficiente. La maldad (7–10) supone que Dios es indiferente mientras que la oración busca una acción divina, porque Dios no es como dice sino que destruirá y juzgará final y universalmente. La oración será escuchada; los desamparados obtendrán sus derechos y los opresores dejarán de ser (17, 18). 9:1-12 Fe segura A1 (vv. 1, 2) Alabanza B1 (vv. 3, 4) El rey justo C (vv. 5, 6) El juicio final B2 (vv. 7–10) El rey justo A2 (vv. 11, 12) Alabanza El derrocamiento final de los impíos y el final de su oposición es no sólo nuestro consuelo sino que es donde empezamos (5, 6). “Dios todavía está sobre su trono.” David primero imaginativamente asume su posición en el día del juicio (3, 4) y, usando el tiempo pasado, registra la derrota de sus enemigos y su propia reivindicación, mientras que en los versículos equivalentes (7–10) mira hacia adelante a la obra del mismo Señor que reina. 1, 2 Alabanza “dad gracias a”; maravillas, hechos que requieren una causa más allá de la humanidad. En ti. El gozo se desplaza del hecho (maravillas) al que lo realizó. Nombre, todo lo que el Señor ha revelado ser. Aunque la vida es problemática y la resolución final de todas las cosas no ha sucedido aún, existe todavía razón para alabar lo que Dios es y lo que ha hecho. 3, 4 El rey justo, derrocando y reivindicando. Ante ti. La presencia del Señor es suficiente (Apoc. 6:16). 5, 6 El juicio final. El juicio del Señor considera el carácter (el nombre de ellos), los logros (sus ciudades) y su lugar en la historia (su recuerdo). 7–10 El rey justo, juzgando y protegiendo. Repitiendo los temas de trono, justicia y juicio que se encuentran en los vv. 3, 4 equivalentes, estos versículos desarrollan el tema de la reivindicación que el Señor hará de los suyos (4) en una significativa declaración de la seguridad de ellos. En otras palabras, lo que será una verdad suprema en el día del juicio (porque Dios está sobre el trono) es en cierta medida verdad ahora (porque siempre ha estado sobre el trono). 9, 10 Lo que el Señor es y lo que puede hacer. Es un refugio. La misma palabra, enfatiza altura (inaccesible), “máxima seguridad”. No abandonaste, tiempo perfecto para expresar lo permanente del carácter divino, p. ej.p. ej. Por ejemplo: “nunca lo hizo y nunca lo hará”. 11, 12 Alabanza. El Señor habita (está sobre su trono). El juicio final revelará claramente la majestad del Señor (4, 7), pero es rey ahora, reinando entre su pueblo. Contad, hay que decírselo a los pueblos. Sus hechos, sus obras de creación, redención y preservación. 9:13-10:6 Fe zarandeada El clamor pidiendo misericordia (9:13) y la pregunta ¿por qué? (10:1) anuncian el tema de la segunda sección del Salmo. La fe no ha dejado de ser segura. No se basa en la suerte terrenal que fluctúa sino en Dios quien todavía está sobre el trono. Pero los zarandeos terrenales también son reales y muchas veces el mundo en el cual vivimos parece pertenecer a los impíos y los hostiles. A1 (vv. 13, 14) Necesidad presente: se avecinan dificultades B (vv. 15–20) Certezas del futuro A2 (10:1–6) Necesidad presente: Dios parece estar muy lejos 13, 14 Necesidad presente: se avecinan dificultades. Me levantas, “tú que levantas … ” es tanto una descripción del carácter como de la acción. Lo seguro contaré, “relataré” (1) se expresa para que cuente, “relataré” (14). La adversidad presente tapa la voz de alabanza. La seguridad de que Dios actuará en el futuro, ¡pero un poco de acción ahora sería de gran ayuda! ¡Cuán realista es este Salmo! 15, 16 El pecado recibirá su merecido. Se hundieron … atrapado (15) El tiempo perfecto que demuestra certidumbre “es seguro que”. Por divina providencia, el pecado es un bumerán. Fueron (16), tiempo pasado, los impíos ya (¡sin saberlo!) cayeron por sus propias obras. 17 Los impíos quitados. Serán trasladados, “regresarán”. Seol , heb. para “tumba”, el lugar donde siguen viviendo los muertos. 18–20 Dios no olvida. La certidumbre de perdición (15–17) y liberación (18) no es una respuesta a las adversidades presentes. De allí, la necesidad de orar (13). 10:1–6 Dios parece estar muy lejos. La pregunta (1) expresa no una realidad teológica (ver 9:10) sino un sentimiento personal. Con frecuencia quizá sintamos que no contamos con la presencia de Dios, pero la reacción correcta no es desalentarnos sino llevar el problema al Señor. 2–6 Aquí está el centro de la tensión entre fe y experiencia. La fe afirma que es seguro que los malos serán atrapados en su propia red (9:15). Pero con demasiada frecuencia en la vida (2) son los débiles quienes son atrapados mientras los malos siguen, con impunidad, con sus valores falsos (3), su ateísmo práctico (4), su prosperidad sin moralidad (5ab) y teniendo una seguridad feliz en sí mismos (5c, 6). 10:7-18 Fe que ora 7–11 El problema: El impío es hostil en su hablar (7), homicida en sus intenciones (8, 9), sin compasión en su fuerza (10), un ateo práctico (11). 12–16 El recurso: La oración pidiendo intervención divina para defender al débil y a la verdad (12, 13); basada en conocimiento divino, enfocada y consagrada al necesitado (14) y pidiendo por el final del poder del impío, su juicio (15) y el juicio final (16). 17, 18 La seguridad: la oración es escuchada (17), la liberación es total (18). Tal vigor en la oración es sorprendente: levántate (9:19; 10:12), como acusando al Señor de estar “descuidando su trabajo”. No te olvides (12); como si se hubiera olvidado. También es sorprendente que nada se logra excepto por medio de la oración. Por más peligrosa que sea la amenaza (9:13; 10:8), por más poderoso que sea el enemigo (10:9), la oración es suficiente, porque el Señor es rey (9:4, 7), conoce nuestras necesidades (10:14) y ha prometido proteger (9:9, 10), levantar (9:13) y ayudar (10:14). SALMO 11. FE Y VERDAD Un antecedente tal como 1 Sam. 18:8–19:7 arroja luz sobre este Salmo. La vida de David estaba diariamente en peligro. El Salmo consta de tres partes. 1–3 La protección del Señor. El consejo de huir es por una buena razón: Por el peligro real (2) y porque la propia inestabilidad de la sociedad hace imposible tomar una dirección segura. David, sin embargo, afirma el camino de la confianza en oposición al de la retirada; los fundamentos (3), “las reglas básicas” sobre las cuales la sociedad funciona. En una situación como la demencia de Saúl las reglas cambian de un minuto a otro y le sería imposible a David saber cómo evitar ofender. Pero el caso a favor de la confianza también tiene su buen argumento: las palabras En Jehovah (1) son enfáticas. Como es digno de confianza, confiar en él es la manera lógica de vivir. 4–6 La providencia de Dios: Desde su trono observa y examina (4). Confiar en él no garantiza una vida fácil. Más bien da pruebas al justo, los que “andan bien con Dios” (5a), pero el impío experimenta su oposición (5b, 6). 7 El favor del Señor. Contemplar su rostro es sentir que el Señor está “levantando su rostro”, o sea, aceptando favorablemente a alguien en su presencia. De esta manera la fe tiene tres facetas: La fe que vuela buscando seguridad (1); la fe que acepta las pruebas de la vida como propósito del Señor (5a) y la fe que espera el bendito resultado. Para los justos, las pruebas de Dios son el camino hacia adelante a su presencia inmediata (7). SALMO 12. LA GUERRA DE PALABRAS Este Salmo balancea dos “palabras”: Por todas partes David escuchaba mentiras, adulaciones y engaño (2); pero en contraste, hay una palabra que es total en su pureza (puras, 6a), en su valor (plata, 6b) y está libre de cualquier defecto (siete veces, 6c). Esta es la decisión que siempre enfrenta el creyente: Confundirse y desorientarse por la palabra del hombre o descansar sobre la palabra de Dios. Porque la sociedad en cualquier momento puede parecer como la describen los vv. 1, 2: Sin espiritualidad, confiabilidad y veracidad. Necesitamos pisar en terreno firme (6). La respuesta al colapso de valores en la sociedad (2) es la oración (1, 3) pidiendo liberación personal (1, salva) y juicio divino en el desenfreno de mentiras (3, 4). Es correcto orar por tal acción divina para purgar la sociedad (3), es indudable que el Señor valida tal oración por medio de comprometerse a actuar (5). La respuesta a la palabra del Señor es tener confianza. Porque su palabra es perfectamente pura, la cumplirá, prometiendo su acción en respuesta a la necesidad y en contra del mal (5). Como resultado, por nuestra parte afirmamos nuestra confianza (7) aunque el problema siga siendo tan virulento como siempre (8). Notas. 1 Piadosos, ver 4:3. 2 Pecados de la lengua (cf.cf. Confer (lat.), compare Isa. 6:5; Sal. 34:12, 13; Rom. 3:13, 14; Stg. 3:2–6). Doblez de corazón, “con corazón y corazón”, nosotros diríamos “doble cara”. 5–8 Ya que lo que el Señor promete (5) es parte de su palabra perfecta (6), confía en él (7) aunque el problema persista (8). 5 Pobres … necesitados, respectivamente, el desvalido y el que puede ser explotado. 6 Puras, especialmente una pureza tal que Dios pueda aceptar. 7 Para siempre, o “Oh, tú que eres para siempre.” SALMO 13. NUEVAS DIMENSIONES A CAMBIO DE LAS ANTIGUAS: TRANSFORMACION POR MEDIO DE LA ORACION Este es el mismo escenario que el de los Sal. 9–12: A David lo rodean sus enemigos, pero aquí piensa en sólo un enemigo (2, 3). El hecho de que David no ore pidiendo su destrucción puede significar que se tratara de la situación con Saúl (1 Sam. 26:9 ss.) o con Absalón (2 Sam. 18:5). Las tres estrofas de esta poesía tienen respectivamente un largo de 5, 4 y 3 líneas: Las dimensiones de la aflicción (1, 2) se funden en una oración urgente (3, 4) que termina en el silencioso descanso de una experiencia de transformación (5, 6). La agitación se vuelca en una oración de intercesión y termina en exaltación. 1, 2 Las dimensiones de la aflicción son: Espiritual (¿Ha olvidado el Señor?), personal (una lucha interior y tristeza) y circunstancial (enemigo dominante). 3, 4 Dimensiones idénticas de la oración: Espiritual (Mira, el favor divino restaurado, ya no esconde el rostro) (1), personal (alumbra, renovación) y circunstancial (enemigo … enemigos). La oración auténtica lleva al Señor todos los aspectos de la necesidad. 5, 6 Dimensiones de transformación: Espiritual, el rostro escondido (1) es reemplazado por su misericordia que no falla; personal, la aflicción del corazón se ha convertido en el gozo del corazón; circunstancial, el enemigo desenfrenado es reemplazado por la suficiencia divina: Me ha colmado de bien, “ha provisto totalmente para mí”, comprendido mejor como “perfecta certidumbre”, “ … ha determinado hacer … ” De esta manera, la oración es una solución completa al problema compartido totalmente con el Señor. SALMO 14. VOCES: ATEISMO Y EXPERIENCIA El enfático Allí (5, lit.lit. Literalmente “Allí, tuvieron realmente miedo”) trae a la mente la ocasión que motivó este Salmo: Alguna situación en que el ateísmo se encontró cara a cara con la realidad de la presencia de Dios entre su pueblo. No tenemos manera de saber de qué ocasión se trataba. ¿Estaba el salmista meditando en Exo. 14:10–28? El ateísmo que trata es más práctico que teórico, no tanto negando la existencia de Dios como su relevancia. 1 Necio, persona sin ningún sentido de valores morales ni de obligaciones sociales (Isa. 32:6; cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Sam. 25, especialmente v. 25), corrompido en cuanto a su carácter, espiritualmente abominable [a los ojos de Dios], en cuanto a su conducta no se preocupa por hacer el bien. 2 Dado que entre los necios no hay quien buscara a Dios, las consecuencias, 3 deliberadamente (se habían desviado) se habían corrompido, “echado a perder”, tratan al pueblo del Señor como su presa y no sienten ninguna necesidad de Dios (no invocan). Es igualmente claro que la respuesta a tal pueblo no se trata de algo que se pueda discutir sino la realidad inconfundible de la presencia de Dios entre su pueblo (5b) y su experiencia de encontrar en él un refugio en todas sus necesidades (6b). La respuesta a la falta de espiritualidad es la espiritualidad auténtica. El Salmo registra tres voces, cada una seguida por un comentario: El necio (1a, b), comentario (1c, d); el Señor (2–4), comentario (5); Israel (7a, b), comentario (7c). La oración final ruega que lo que sucedió una vez (5, 6) se convierta en una realidad permanente (salvación), pero el comentario que lo acompaña es una personificación del realismo: la tarea del pueblo de Dios es regocijarse en él, aquí y ahora. SALMO 15. EL HUESPED DEL SEÑOR: ¿PUEDO VENIR Y QUEDARME? Este es llamado con frecuencia una “liturgia de entrada” con un supuesto adorador preguntando sobre las condiciones para poder entrar y un sacerdote respondiendo. El punto central del Salmo es “residencia” ([1], habitará … residirá): ¿Cómo puede uno residir en su tabernáculo, disfrutando de su hospitalidad como huésped en su casa? Aquí está la santidad sin la cual nadie ve a Dios (Heb. 12:14), que abarca conducta, conversación y relaciones (2, 3), valores, integridad y contentamiento material (4, 5). Notas. 1 Habitará, “quedarse como huésped”. 2 Anda, estilo de vida; integridad, “perfecto” de una sola pieza; hace justicia, justo ante Dios. 5 “Contentamiento” expresa el hecho de que esta persona no es motivada por el dinero: Dando sin pensar en ganar (Luc. 6:35) o no tomar dinero sucio. 6 Movido, o sea de su lugar en la tienda del Señor. SALMO 16. SEGURIDAD ETERNA No es seguro qué motivó a David a clamar pidiendo ser preservado (1), pero el enfoque en el Seol (9–11) sugiere que encontrándose cerca a la muerte, por enfermedad o peligro, se siente impulsado a indagar sobre la seguridad personal, su naturaleza y extensión. En cualquier caso éste es el tema del Salmo cuya estructura proclama su mensaje: A1 (v. 1) Seguridad en Dios: un ruego B (vv. 2–4, 5, 8) Las evidencias de seguridad a1 (v. 2) El Señor mi todo bien a2 (v. 5) El Señor mi porción b1 (v. 3) Complacencia en el pueblo b2 (v. 6) Complacencia en la herencia c1 (v. 4) Compromiso: negativo c2 (vv. 7, 8) Compromiso: positivo A2 (vv. 9–11) Seguridad eterna en Dios: una posesión 1 Seguridad en Dios: un ruego. La seguridad comienza cuando la pedimos y buscamos en Dios (1). 2–8 Existen tres evidencias de que uno posee seguridad: Primera, se complace en el Señor: (2) aparte de ti, “mi bien, o bienestar, no está fuera de ti, es decir, no se encuentra fuera de ti”, “eres todo el bien que necesito”: “Tú, oh Cristo, eres todo lo que anhelo”; (5) lit.lit. Literalmente “El Señor es mi parte de la porción”; copa, ver también 11:6, mi suerte personal, buena o mala, en la vida. Decir el Señor es … mi copa es afirmar que en tristeza o alegría él es la realidad principal (73:25, 26). Segunda, deléitate en el pueblo y el reino del Señor: (3) santos, “los consagrados”, los que el Señor ha “apartado” para sí; (6) placentero, sinónimo de complacencia (3), aquí el objeto es la herencia que el Señor ha designado. Tercera, se complace en la verdad del Señor. Negándose a adorar a otros dioses (4c) o lo que pretendan ser (4d, nombres), David se complace en la enseñanza del Señor (7 aconseja … corrige) y, en su luz, hace del Señor la meta constante de la vida (8 he puesto … delante) y experimenta su presencia (8b, c). 9-11 Seguridad eterna en Dios: una posesión. La seguridad tiene una dimensión eterna: La persona entera, en su interior (corazón) y en su exterior (cuerpo), descansará en seguridad, aun en presencia de la muerte (Seol, donde siguen viviendo los muertos); más allá del Seol hay una senda de la vida que lleva a lit.lit. Literalmente “saciedad de alegrías” en tu presencia (ver Introducción, “Esperanza”). Al escribir David este Salmo incluyó cosas fuera de su propia experiencia personal: no siempre, p. ej.p. ej. Por ejemplo ponía al Señor primero, ni se sentía siempre inconmovible. Tanto él como sus contemporáneos reconocerían al Salmo como un ideal no cumplido. Con razón, entonces, el NTNT Nuevo Testamento encuentra aquí un presagio del Señor Jesucristo en quien estos ideales y esperanzas fueron cumplidos (Hech. 2:24–32) y por medio de quien nos depara una esperanza idéntica (Rom. 8:11). SALMO 17. APELACION A LA CORTE SUPREMA 1 Sam. 23:25 ss. provee un antecedente adecuado para este Salmo. La narración concuerda con el Salmo en que el salmista se ve rodeado de enemigos entre los cuales uno es especialmente hostil (el v. 12 es singular). Hay conexiones con el Sal. 16 y quizá el peligro que aquí se refleja es el peligro de muerte sobre el cual se basa el Salmo. El Salmo consta de tres apelaciones: Escucha (1), Inclina … tu oído (6), Levántate (13). La primera (1–5) alega la rectitud del salmista; la segunda (6b–12) es contra los enemigos despiadados y, la tercera, pide acción divina. La primera y tercera son seguidas por afirmaciones personales (6, 15) (cada una empieza con un pronombre enfático en primera persona: “En cuanto a mí … ”) confiados en una audiencia en el presente y una visión futura de Dios respectivamente (cf.cf. Confer (lat.), compare 16:1, 9–11). 1–5 Apelación basada en la rectitud. David, por supuesto, no está pretendiendo no tener pecado en general, pero alega que en esta situación particular se ha mantenido recto, como lo prueba su relación con Saúl. Se acerca a Dios con una conciencia tranquila (cf.cf. Confer (lat.), compare Neh. 6:8, 9; Hech. 24:16), su causa justa (1), “Escucha justicia” (cf.cf. Confer (lat.), compare Deut. 1:16, lit.lit. Literalmente “y juzga justicia”, al emitir juicio aplica todo el rigor de la justicia). Así aquí, “escucha en la luz plena de (tu) justicia”. De noche (3), en un momento cuando los pensamientos vagan y se piensa en tomar sendas equivocadas (ver 16:7; cf.cf. Confer (lat.), compare 36:4). Tus labios, énfasis bíblico en la importancia del habla (4). En relación con Saúl, la palabra divina que declaró al rey el ungido del Señor probó ser la protección de David cuando otros aconsejaban una senda distinta (1 Sam. 24:3–7; 26:8 ss.). La conciencia tranquila de David resultaba de seguir la senda revelada por Dios, sus caminos, sin desviarse (no resbalen) (5). 6 El motivo de encarar una crisis en oración es que Dios siempre oirá (oirás). Dios (heb. el), la más trascendente de las palabras con que se nombra a Dios. La oración lleva nuestras necesidades directamente a “la deidad” misma. Hemos de recordar que hay otros móviles para orar además de una conciencia tranquila. Apelamos con igual certidumbre sobre la base de nuestro estado de necesidad (86:1), del perdón divino (86:4, 5) y del nombre de Jesús (Juan 16:23). 6b–12 David hace conocer su necesidad a Dios. Aunque nuestro Padre conoce nuestras necesidades, sin embargo tenemos que orar (Mat. 6:6–13). Jesús, quien conocía la necesidad, preguntó: “¿Qué quieres que te haga?” (Mar. 10:51). 7 Lit. “Haz maravilloso tu amor”: el adjetivo se refiere al poder sobrenatural de Dios, el sustantivo al amor inmutable que nos promete. 8 Niña, “pupila”. Así como instintivamente actuamos para protegernos los ojos, así David espera una reacción divina instintiva que lo proteja. Alas (61:4; cf.cf. Confer (lat.), compare Rut 2:12). 9 Mortales, “que hacen peligrar la vida”. 11 Nuestros … nosotros. Kidner: “Los compañeros de David nunca están lejos de sus pensamientos.” 12 Lit. en singular, ya sea “cada uno es como” o “él es como”. (Ver Introducción.) 13, 14. Tercera apelación: pidiendo acción divina. David mira exclusivamente a la espada del Señor (poder punitivo) y mano (acción personal). 14 En este mundo … esta vida, o sea personas controladas totalmente por los valores mundanos, etc., por lo tanto de quienes no se puede esperar nada de ternura. 14c, d El cambio de los enemigos del Señor (14a, b) a los que él protege destruye el contraste con el v. 15. Probablemente: “Y lo que tú has guardado, ¡oh llena de ello sus vientres! ¡Que sus hijos tengan más que suficiente! ¡Que dejen lo que les sobra a sus hijos!” Lo que el Señor ha guardado es el castigo que ellos merecen y el cual, según el principio bíblico familiar (Exo. 20:5), pasa a sus descendientes. David no ora vengativamente: niega pecados de la lengua (1). Más bien se identifica, con justicia, con la ira justa del Señor en todos sus aspectos revelados. 15 La frase inicial enfática: En cuanto a mí, contrasta con lo que precede. El futuro de sus enemigos está en las manos de Dios. Ellos “serán satisfechos o saciados” (14, se sacian) con castigo en depósito; quedaré satisfecho con la presencia visible (rostro) de Dios (cf.cf. Confer (lat.), compare 11:7). Despierte, usado aquí para expresar resurrección (cf.cf. Confer (lat.), compare Isa. 26:19; Dan. 12:2; ver también 49:15; 73:23, 24; 139:18). SALMO 18. DIOS EN LAS SOMBRAS: DIOS EN CONTROL Leyendo primero el título y luego el Salmo decimos: ¡No fue así como sucedieron las cosas! ¿Cuándo, en la historia de David, vino arrolladoramente el Señor para socorrerlo, cabalgando sobre un querubín (10)? Envió tormentas (12) para librar (Jos. 10:11) pero no en el relato de David; el viento del Señor (15) abrió paso por el mar Rojo (Exo. 14:21; 15:10), pero no se registra tal incidente en el caso de David. El fue librado por otros medios: un ataque sorpresivo de los filisteos (1 Sam. 23:26 s.), lo desierto del terreno (1 Sam. 24:1–3), la conciencia impresionable de Saúl (1 Sam. 24; 26) y por su huida (1 Sam. 27:1). Pero este aparente contraste entre los términos del Salmo y los de la historia es de hecho lo que quiere expresar. Cuando David reflexionaba sobre el pasado, después de haber sido librado (Título) sabía que sólo podía haberlo hecho el Señor del Sinaí (7, 8; cf.cf. Confer (lat.), compare Exo 19:18), de los juicios sobre Egipto (9–12; cf.cf. Confer (lat.), compare Exo. 9:13 ss.; 10:21 ss.) y del mar Rojo (15), respectivamente el Señor actuando en santidad, juicio y liberación. Este es el significado de estas vívidas imágenes: Detrás de todas sus circunstancias está el obrar sobrenatural de Dios. David se refugió en la cueva de Adulam (1 Sam. 22:1) y entre las rocas de las cabras salvajes (1 Sam. 24:2), pero en su retrospección vio que había sido siempre el Señor su roca y su refugio (2, 46), escondiendo su gloria, seguramente, detrás del oscuro velo de las circunstancias, pero reinando desde su trono a favor de su siervo. Sin embargo, esto no es todo. Existía una conexión entre su necesidad desesperante y el poder liberador del Señor: 3 Invocaré … librado; 6 lit.lit. Literalmente “Seguí invocando … seguí clamando … mi clamor pidiendo ayuda siguió llegando a él.” 16 Envió desde lo alto … la oración fue lo que cambió todo. ¿Habrá reflexionado alguna vez David en que este Señor todopoderoso con la misma facilidad lo hubiera protegido si se hubiera quedado en el ojo de la tormenta del palacio de Saúl (1 Sam. 19:9, 10), evitando así todos esos áridos años en el desierto? El propósito de los vv. 1–19 es que podamos captar la visión del poder soberano esperando “empezar a andar” por la oración. En los vv. 20–45 David se propone expresar claramente las lecciones de esta experiencia pasada, porque la Biblia nos enseña por medio del pasado para que podamos vivir teniendo un anticipo del futuro. Estos versículos se dividen en cuatro secciones, distinguiéndose por diferencias en su terminología: “El Señor y yo” (20–24, 30–34) y “tú y yo” (25–29, 35–45). En general, los primeros dicen cómo obra el Señor y los últimos cómo dichas obras se aplican a David. Declara el principio de que el Señor recompensa la rectitud (20–24), y David descubrió que en una situación donde podía con justicia afirmar su justicia, el Señor convirtió su oscuridad en luz (25–29). No debemos, entonces, simplemente dar por sentado que el Señor nos bendecirá, sino activamente proponernos andar por la senda de justicia para así poder heredar su bendición (Hech. 5:32). En los vv. 30–34 vemos que el Señor cuyo camino es perfecto (30) se propone hacer perfecto mi camino (32). David comparte cómo esto se cumplió en él al darle poder y victoria en medio de sus luchas (35–45). Pero en todas las cosas el Señor está obrando para que seamos como él (cf.cf. Confer (lat.), compare Rom. 8:28; Heb. 12:7–11). El Salmo termina (46–50) como empezó (1–3) con una declaración de alabanza a la Roca y al Salvador divino. Este Salmo es prácticamente igual a 2 Sam. 22. El Salmo incluye, en el título, las significativas palabras siervo del Señor, sugiriendo que es posterior que la forma en 1 Sam. y que las palabras fueron agregadas, editorialmente, en devoción a David (o en su memoria). 1, 2 (A1) Resumen: Devoción personal al Dios que salva. 1 Amo, amor apasionado (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Rey. 3:26, “sus entrañas se conmovieron”), usado con frecuencia para referirse al amor de Dios por su pueblo (p. ej.p. ej. Por ejemplo 103:13, “compadece”), sólo que aquí se trata del amor humano a Dios. 2 Roca, “acantilado, risco”, peña … baluarte, “máxima seguridad” (9:9), todos sugieren igualmente ser colocado en alto, fuera del alcance de los enemigos. Poder, fuerza ofensiva, contrastando con escudo, fuerza defensiva. Kidner: “En esta abundancia de metáforas y David recuerda vivamente sus escapadas y victorias … analiza sus significados.” Me refugiaré. No tiene sentido tener un baluarte si no corremos a él para encontrar seguridad. 3–19 (B1) Los caminos secretos de Dios. En cada circunstancia (ver la Introducción) el poder de Dios estaba obrando a favor de David, aunque la gloria divina estaba escondida. Aun cuando la vida parece de lo más monótona, está con nosotros la presencia sobrenatural de Dios. 3–6 La eficacia infalible de la oración. Invocaré … seré librado (3). El tiempo presente de indicativo expresa un principio que no cambia. 4, 5 La crisis mortal; 6 La eficacia particular de la oración al enfrentar la crisis reside en que va dirigida al Dios del pacto (Señor), conocido íntimamente (Mi Dios), que se hace accesible (templo) y me escucha personalmente (oídos). 7–15 La oración llama a nuestro lado al maravilloso Dios, quien responde con ira (7, 8), en persona (9–12) y en poder (13–15). Vea la Introducción para el uso de los ejemplos de la plaga en Egipto, del Sinaí y del mar Rojo. 16–19 Todo esto porque una persona era preciada e importante para él; note como me/mí ocurre dos veces en cada versículo. 20–45 (B2) Los caminos revelados de Dios. 20–29 Las palabras clave (20, 24) conforme a mi justicia … conforme a mi justicia son el marco dentro del cual aparece la primera estrofa de la sección. Esto luego es generalizado (el misericordioso … misericordioso … el íntegro, 25) y particularizado (mi lámpara … mis tinieblas, 28) en la segunda estrofa. En otras palabras, somos enseñados a reconocer la rectitud moral de nuestro Dios y a colocarnos deliberadamente en el camino de bendición por hacer lo que a él le complace. Esto no es salvación por obras, porque David ya es del Señor, sino la bendición por medio de la obediencia, que todavía es la posición de los redimidos. 20 Me ha pagado conforme, “me ha pagado completamente con (completamente suplió mi necesidad), o me trajo una recompensa total”. 21–23 La recompensa no ha sido dada sin una consagración consecuente y determinada a la santidad, positivamente (he guardado … delante de mí … íntegro) y negativamente (no me he apartado … no me he apartado … me guardé de). Mi maldad, algún pecado que era una tentación especial para David. 25 Integro, “perfecto”. 27 Humilde, con frecuencia, como aquí, el pueblo de Dios es víctima de la arrogancia opresiva. 28, 29 El Señor garantiza su continuidad personal (lámpara), la transformación de las circunstancias (tinieblas … ilumina), poder sobre el pueblo (ejércitos) y sobre cosas (murallas). 30–45 Presentan otra verdad sobre los caminos revelados del Señor. Aquel que actuó con justicia (20–29) también actúa con propósito: Perfecto en sus caminos (30). Su meta es hacer perfecto mi camino (32). El Salmo ahora alterna entre lo que el Señor hace (30, 31, 35, 39, 43) y lo que David hace según recibiera el poder del Señor (32–34, 36–38, 40–42). En otras palabras, para poder entrar en la perfección que es el propósito del Señor, es necesario vivir con sensibilidad referente a la obra de él a nuestro favor (cf.cf. Confer (lat.), compare Fil. 2:12, 13). Esto explica la referencia a la palabra del Señor, probada (pura) con la cual comienza esta sección (30). Así como el Señor revela su voluntad, así también somos llamados a obedecer. 37–45 Abarcan más que el episodio de Saúl, porque en aquella situación David no persiguió, no contestó a una agresión, etc. Es más probable que los tiempos perfectos en todo este pasaje sean “perfectos de certidumbre”, mirando hacia adelante desde su incipiente reinado después de haber sido liberado de Saúl, hasta su camino victorioso y su culminación. 46–50 (A2) Resumen: Devoción personal al Dios salvador. Las grandes afirmaciones del seguro reinado victorioso no se cumplieron ni en él ni en su línea, no serán totalmente cumplidas hasta que “el Hijo más grande del gran David” regrese en su triunfo universal (Fil. 2:9–11). SALMO 19: TRES VOCES EN CONTRAPUNTO 1–6 La voz de la creación: paradoja. A través del espacio (1), el tiempo (2) y el planeta (4) el orden creado “manifiesta” ([1] cuentan) cuán glorioso es el Dios cuya obra de sus manos son ellos (1b). 4 Toda la tierra significa “dominio adjudicado”, “control”. Este dominio es llevado a cabo (Gén. 1:16) por el sol (5, 6), que se levanta en renovada realización cada día, cruzando el firmamento en enorme potencia, entrando en todas partes. Paradójicamente, comunica su mensaje (2) pero no es un lenguaje (3). El orden creado cuenta y a la vez no cuenta: Comunica a nuestra intuición que existe un Dios glorioso que creó tales maravillas, pero su mensaje es limitado —no puede contar acerca de él— y confuso, porque la belleza de los montes cuentan una verdad y la tormenta y el volcán otra. 7–10 La voz de la palabra: perfección. El Señor no nos ha abandonado a las incertidumbres de la religión natural; ha hablado su palabra que aquí lleva seis títulos: ley (7), “instrucción”; testimonio/ “estatutos”, lo que el Señor declara ser verdad es válido; preceptos (8), aplicable a los pequeños detalles de la vida; mandamientos, cuya intención es que los obedezcamos; temor (9); merecedor de reverencia; juicios, decisiones de su autoridad. Tiene nueve cualidades: perfecta en todas sus partes y, en su totalidad, fiel (7), digno de confianza; rectos (8), derechos, de rectitud moral; puro, libre de contaminación; limpio (9) (ver 12:6), de una pureza aceptable a Dios; permanece, no cambia; verdad … justos, “auténticos … correctos”, correspondiendo a las normas objetivas de la verdad; deseables (10), “deseables con razón”, llena de valor intrínseco; más dulces, llena de auténtica satisfacción. Da cuatro resultados: restaura (7), (35:17; cf.cf. Confer (lat.), compare Rut 4:15; Lam. 1:16), restaurando la vida verdadera ya sea que un peligro la amenace o se ha empequeñecido por el dolor; ingenuo tiene un significado negativo: “simple, crédulo” (Prov. 7:7; 14:15; 22:3), que carece de principios morales que le guíen, y el significado positivo de “enseñable” (116:6; 119:30; Prov. 1:4), alegran (8), educando a las emociones (corazón); los ojos son los órganos de los deseos, lo que uno espera de la vida. La palabra de Dios infunde objetivos auténticos, valores dignos. 11–14 La voz del pecador: orando. Aquí tenemos a alguien que ha llegado a estar bajo la influencia de la palabra divina. Es amonestado, “iluminado” y enriquecido (grande galardón) a través de la obediencia (11); convencido de pecado y presto para pedir perdón (12), le son dadas nuevas aspiraciones y anhelo de ser íntegro (13), “perfecto”, en cada parte e integralmente como un todo: Como la palabra misma (7) y en particular (14) aceptable a Dios en lo que dice. Si es conocido por la palabra que habla (7–10), ¿no hemos de serlo igualmente nosotros? La creación guarda silencio pero nosotros no debemos hacerlo. ¿Cómo se sostendrá tal vida de obediencia? Sólo por medio de restaurar al Señor mismo en su Roca de poder y de veracidad, y en su bondad como Redentor, el pariente más cercano que se hace cargo de todas nuestras necesidades (Rut 3:13). Notas. 3 Puntualiza que el orden creado no puede vocalizar (lenguaje), verbalizar (palabras) ni comunicar (ni se escucha). La noción de un Creador se transmite pero no es la revelación verbal que necesitamos. 11 Debiera empezar con “Ciertamente”, o sea que introduce una aplicación de un caso específico. 12, 13 El pecado es una falla (errores), una falta que hasta entonces no había reconocido, una arrogancia (en lugar de arrogantes) deliberada que desprecia la palabra de Dios. Rebelión es una transgresión intencional contra un superior. 14 Boca … corazón, hacia afuera, hacia adentro. SALMO 20. ANTES DE LA BATALLA: LA VICTORIA DE LA ORACION Y LA FE Este Salmo es apropiado para la ocasión de un culto de oración y sacrificio en vísperas de una batalla (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Sam. 7:7–9; 13:8, 9). Hablan distintas voces: una ora al Señor acerca de otro (masculino, singular, te responda, 1–4, 5c) o el Rey (9c); la otra voz afirma, hablando en primera persona, nosotros (5a, b, 6–8). Es posible escuchar también una tercera voz de un sacerdote y el pueblo alternadamente en oración y respuesta (1–4, 9). Al orar el rey silenciosamente, el sacerdote y el pueblo piden que su oración sea escuchada (1, 2). Al ofrecerse el sacrificio, oran que sea aceptado (3), y luego piden que los planes del rey tengan éxito (4). La confianza del rey en cuanto a sí mismo y a su ejército (5a, b) es contestada por el sacerdote y el pueblo (5c) pidiendo que su oración sea contestada. A esto el rey responde con otra afirmación de confianza en que la oración (6) y la fe (7, 8) es el camino a la victoria. Sacerdote y pueblo finalizan el servicio orando respectivamente (9) por el bien del rey y para que Dios conteste. Notas. 1 La primera línea, el día de la angustia concuerda con la última línea, lit.lit. Literalmente “el día que clamamos”. El camino de la seguridad y victoria es encarar la angustia con oración. 2 La seguridad radica en el nombre del Señor (1, 5, 7), todo lo que ha revelado sobre sí mismo. Desde Sion (2) se convierte en desde su santo cielo (6): el Señor que vive entre su pueblo lo hace desde su gloria, poder y recursos celestiales. 3 La oración debe darse en el contexto de los sacrificios que Dios ha autorizado, o sea para nosotros, la oración que descansa en el Calvario. 7 La victoria se logra no por medio de recursos terrenales sino por medio de lo que el Señor ha revelado sobre quién es él: su nombre. Confiamos en, “hacemos memoria del Señor por medio de invocar su nombre”. SALMO 21. DESPUES DE LA BATALLA: LA VICTORIA DEL SEÑOR, PRESENTE Y PASADA El Sal. 20 afirma: “Nosotros nos alegraremos por tu salvación”; ahora se alegra (1) y hay gloria (5) en tu liberación. La oración y confianza anterior han sido contestadas y este Salmo medita en dicha experiencia. Es su afirmación inicial de que el rey se alegra en tu poder (1) concuerda con la oración al concluir: ¡Enaltécete, oh Señor, con tu poder! (13). Esta referencia pasada y futura se refleja respectivamente en los vv. 2–7 que recuerdan la victoria pasada, y los vv. 8–12 que anticipan una victoria futura. Es más fácil escuchar al rey mismo hablando a lo largo del Salmo (usando en los vv. 1–7 la forma de la tercera persona). En 2–7, la oración ha sido contestada en una bendición personal (3, 4) y nacional (5), y la confianza ha sido reivindicada (7). Los vv. 8–12 hablan de una victoria divina venidera que es total, sobrenatural final e irresistible. 1 Tu salvación … , aquí son de liberación física de cualquier peligro (el Sal. 20 lo refleja). 2 La petición, “anhelo”, cf.cf. Confer (lat.), compare el deseo (línea anterior). La oración del rey era sincera. Labios: el anhelo no se diluyó sino que se volcó en una oración de intercesión. 3 Le has salido al encuentro, el verbo “adelantar pasando a alguien, o llegar primero”, es usado aquí refiriéndose al Señor “anticipando” nuestras necesidades, esperándonos con bendiciones que ha preparado allí donde esperábamos dificultades. Corona (cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Sam. 12:30). 4. Te pidió vida, el peligro era mortal. Eternamente … , en el sentido usual de “viva el rey” pero, como sucede muchas veces en los Salmos reales, es un presagio inconsciente del verdadero reinado del Señor Jesús. 6 De tu rostro. Contrástese la misma palabra (“rostro”, presencia personal) en el v. 9 (te presentes): lo que es vida para el rey es muerte para sus enemigos. La presencia del Señor es tanto vitalidad como victoria. 7 Por la misericordia, amor comprometido. Removido, o sea de su posición real. 8–12 Algunos interpretan que la voz que en los vv. 2–7 habla del rey ahora le habla a él acerca de sus victorias futuras bajo Dios. El significado no se ve afectado, pero es más sencillo oír la voz del rey hablando aquí de los triunfos venideros del Señor de la misma manera como adjudicó los triunfos del pasado (2–7) al mismo origen divino. Pero la enemistad del mundo es la misma contra el Señor y su Ungido (cf.cf. Confer (lat.), compare Sal. 2). Estos sentimientos son naturales en boca de David a quien se le prometiera un reinado universal (cf.cf. Confer (lat.), compare 2:7–9) y, para nosotros, es igual a las expectaciones del NTNT Nuevo Testamento (2 Tes. 1:7–10; Apoc. 19:11–21). No obstante, la verdad del poder divino victorioso cubre de la misma manera todo nuestro futuro, no sólo los eventos del último día. La mano divina (acción personal, 8) se presentará (presencia personal, 9, ver 6) y su furor (ira sentida personalmente, 9) están, a cada momento, de nuestro lado. 13 El verdadero regocijo (1) se expresa en una oración para que el Señor sea enaltecido pero cuando lo sea, cantaremos y alabaremos, “haremos música”, es la consecuencia natural. SALMO 22. UNO DESAMPARADO, MUCHOS SE REGOCIJAN “Nadie puede leer este Salmo sin confrontar vívidamente la crucifixión” (Kidner); así es, porque ésta no es la descripción de una enfermedad sino de una ejecución. Hech. 2:30 atribuye el Sal. 16 a la figura profética de David y ésta es la mejor explicación también del Sal. 22. Si, como puede ser el caso, alguna experiencia de sufrimiento personal inspiró este Salmo, David la multiplica hasta el infinito a fin de asentar algo del sufrimiento que espera al más grande de sus hijos. Pero, al mismo tiempo, lo que brotó del sufrimiento, y luego proféticamente exploró un sufrimiento singular, ahora puede llegarnos a nosotros en nuestras frecuentes y desesperantes tribulaciones. También podemos aprender a clamar a Dios (1–8, 11–18), para encontrar consuelo y seguridad en lo que es auténtico en nosotros (9) y lo que hemos aprendido de la verdad (10), y a encarar el futuro con confianza (22–31) porque él probará que es fiel. Encontramos aquí la gama total de nuestras experiencias: desolación, hostilidad, dolor, muerte; porque fue él probado de todas las maneras como lo somos nosotros (Heb. 4:15). 1-10 La perplejidad en el sufrimiento se divide en dos partes: (a) La oración no contestada (1–5). La oración urgente sólo recibe un silencio sin interrupción (1, 2). Esto es contrario tanto a la naturaleza de Dios (3) como a la experiencia de generaciones pasadas (4, 5). 1 El Señor Jesús consideró este clamor como una descripción de sí mismo (Mat. 27:46; Mar. 15:34) y así debemos considerarlo nosotros. El es nuestro ejemplo en que, en la aflicción más profunda, mantuvo la fe y el Señor sigue siendo el Dios mío. Pero la experiencia en sí fue singular de él. Dice bien el salmista (37:25) que nunca había visto justo desamparado, pero que éste totalmente justo sí había sido desamparado, convirtiéndose en una maldición para nuestro bien (Gál. 3:13). 3 Lit. “Tú eres santo, entronizado en las alabanzas de Israel.” El pensamiento está comprimido: en sí mismo es santo (¿entonces cómo es que no acude a socorrer al suyo que sufre?); su dignidad entronizada es reconocida al alabarle su pueblo por las proezas que ha realizado (¿entonces dónde están sus proezas ahora?). (b) Confianza no recompensada (6–9). La referencia a los padres confiando igual que orando (4, 5) impulsa al afligido a notar que él también confió, pero sin resultado. Es más, confiar lo ha convertido en objeto de burlas (6–8), pero fue algo duradero, creado por el propio Dios (9, me has hecho confiar) y recibiendo una pronta respuesta (10, mi Dios). 8 Confió (Mat. 27:43) 9, 10 ¿En qué experiencia se basa esto? Por alguna razón, desde sus primeros días había confiado en Dios. ¿Refleja esto la conciencia precoz del Señor Jesús (Luc. 2:49) de que la casa del Padre era su verdadera casa? 11–21 Ruego pidiendo cercanía divina. Esta sección consiste en dos pedidos de que Dios se acerque y ayude (11a, 19–21a); el primero es seguido por una descripción de los apuros en que se encuentra el afligido: La dificultad está cerca, falta ayuda (11), los enemigos son salvajes (12, 13), el sufrimiento es intenso (14, 15), la maldad va en aumento (16–18). El segundo pedido reconoce la fortaleza del Señor (19) pero la muerte acecha (espada, 20), provocando pérdida personal (mi única vida, 20) y un final cruel (perros … león … toros, 20, 21). Luego, dramáticamente, todo cambia (21b) al darse cuenta, de pronto, que hubo respuesta divina ¡la oración ha sido contestada! Cuando Dios parece ausente —o aun cuando, como en este caso, ha salido deliberadamente de su presencia (1)— la oración todavía es válida. La respuesta a ¿Por qué me has desamparado? (1) es No te alejes de mí (11). 12–18 (i) El sufrimiento descrito (12, 13): las descripciones usando “bestias” muestran un asalto falto de cualquier consideración humana: únicamente la fuerza irresistible de los toros y el salvajismo cruel del león. (ii) El sufrimiento sentido (14, 15): las fuerzas que abandonan, un cuerpo lit.lit. Literalmente despedazado (14), toda la fuerza vital (corazón) ha desaparecido siendo reemplazada por un pavor que incapacita (cf.cf. Confer (lat.), compare Jos. 2:11; Eze. 21:7), total deshidratación y hostilidad divina (has, 15) acompañadas de lo definitivo (polvo) de la muerte. (iii) El sufrimiento causado: los malhechores se han desatado, el cuerpo ha sido mutilado (16), hay satisfacción en el mal causado (17), reparten el botín (18). 16c Tanto en general como en particular no es difícil ver los sufrimientos de Cristo en esta pasaje. Juan 19:23, 24, 28 quita toda duda. La traducción horadaron puede ser algo dudosa pero evita una alteración extensa del texto heb., es apoyada por la LXXLXX Septuaginta (versión griega del AT) y concuerda tanto con el contexto como con el cumplimiento. 21 La repentina percepción de una respuesta divina (lit.lit. Literalmente ¡Me has respondido!) es dramática. El afligido está dando forma a la oración: “Líbrame de la boca del león y sálvame de los cuernos del toro”, pero en medio de su oración llega la transformación: … y de los cuernos de los toros salvajes … ¡Me has respondido! La petición ha sido escuchada; todo está bien. 22–31La fiesta universal de alabanza. De pronto, es época de fiesta para Israel (22–26) y para el mundo (27–31): La oración ha sido contestada (24), los pobres están invitados al festín (26), todos están invitados (29) y la buena noticia será anunciada a futuras generaciones (30, 31). Heb. 2:12 cita al v. 22 como mesiánico y, realmente, ¿qué otro evento que la muerte de Jesús puede dar resultados como éstos?: Israel y el mundo convocados al banquete mesiánico (Isa. 25:6–10a; Apoc. 19:9), su dominio mundial (Mat. 28:18; Fil. 2:9–11) y un mensaje de justicia divina (31, Rom 1:16, 17). 25–28 Tuya. El Señor es el origen y el tema de la alabanza. Votos … pobres. El pago de un voto era acompañado de una ofrenda de paz con su festín correspondiente al cual los pobres venían como invitados (Lev. 7:11, 16; Deut. 16:10–12). 29 El significado general es que todos son iguales, resumido en el contraste entre los ricos y los desvalidos (29), todos son bienvenidos. La duda queda si polvo es una metáfora de pobreza (113:7; cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Sam. 2:8) o de muerte (30:9; cf.cf. Confer (lat.), compare Job 7:21). La secuencia de pensamiento en el versículo sugiere lo primero; la referencia al polvo de la muerte (15) sugiere lo segundo. 30, 31 Referido al Señor … ¡El hizo esto! Al final del v. 21 el Señor dio validez a todo el sufrimiento que el salmista estaba pasando. De allí que el Señor era su tema de alabanza (25). El mensaje que llegará a un pueblo que ha de nacer es, por lo tanto: “los grandes hechos de Dios” (Hech. 2:11). SALMO 23. PASTOR, COMPAÑERO Y ANFITRION El testimonio tripartito, nada me faltará (1), no temeré mal alguno (4) y moraré (6) encuadra al Salmo, dividiéndolo en tres partes: La oveja y el Pastor (1–3), el viajero y su compañero (4) y el invitado y el anfitrión (5, 6), enseñando respectivamente la providencia de Dios, asignando las experiencias de la vida, su protección en el camino de la vida y su provisión ahora y siempre. 1–3 Estos versículos enfocan una experiencia de abundancia (prados de tiernos pastos), paz (aguas, lit.lit. Literalmente “de todo tipo de descanso”) y renovación (confortará mi alma, ver 19:7). El principio detrás de nuestras experiencias es que él escoge sendas de justicia para nosotros, sendas que “él aprueba”, tienen sentido para él. En esto actúa por amor de su nombre, de acuerdo con su carácter revelado. 4 En contraste con las alegres experiencias de las ovejas (1–3), el sendero del peregrino pasa por terrenos más ásperos. Sombra de muerte es realmente “oscuridad más profunda” que incluye, por supuesto, la oscuridad de la muerte. Pero en estas experiencias el pronombre “él” de los vv. 1–3 se convierte en tú, significando un toque personal más cercano, y el líder (2) se coloca a su lado (conmigo). ¡Cuanto más oscura la sombra, más cerca está el Señor! Y aporta toda fuerza, vara y cayado. La duplicación denota algo completo.Vara (Lev. 27:32) posiblemente signifique protección; cayado posiblemente apoyo (Exo. 21:19). 5, 6 Mesa … en presencia de mis adversarios, cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Sam. 17:27–29, cuando David pudo haber discernido la mano de Dios en el cuidado que Barzilai le brindara ante el conflicto con Absalón. Al referirse tanto a circunstancias hostiles (4) como a gente hostil (5) el Salmo afirma el cuidado en cada emergencia. La cabeza ungida expresa el beneplácito del Señor, la copa que rebosa su abundante provisión. Pero este bien y misericordia seguirá mientras dure la vida (lit.lit. Literalmente “el largo de los días”) y más allá se encuentra la casa del Señor … por días sin fin. Moraré es un ajuste tradicional del texto heb. y puede ser correcto, pero lit.lit. Literalmente “Regresaré a la casa”, o sea, cuando las sendas (2, 3), prados y amenazas (5) hayan pasado, sucede el auténtico regreso a casa. SALMO 24. DERECHO DE ENTRAR Para trasfondo cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Sam. 5; 6; 2 Sam. 6, la restauración que hizo David de llevar el arca a Sion. Más importante es la unidad teológica en su tema: ¿Con qué derecho entramos a la presencia de Dios (3–5), y con qué derecho viene él para estar entre nosotros (7–10)? Entramos únicamente por derecho de santidad (4); él viene por derecho de soberanía, gloria, poder y redención (7–9). 1, 2 Sitúan la escena afirmando el dominio del Señor sobre su mundo. Porque es lo que es, nadie puede entrar sin ser invitado ni proponer sus propias condiciones de entrada. Del Señor es enfático: “¡Es al Señor a quien pertenece la tierra!” La tierra física y el mundo habitado (1) son suyos por creación (fundó) y porque los mantiene (2, “sigue manteniéndolo”), ciertamente ¿quién sino él podría sacar una tierra estabilizada de los turbulentos mares y mantenerla ante las fuerzas de la marea (ríos) (Gén. 1:9, 10)? 3–6 Subirá, ascenderá adonde está el Señor (Exo. 19:3); permanecerá, “se levantará” para adorar (Exo. 33:10), para argumentar por su causa (1:5), mantener su posición (Jos. 7:12) ante tal Dios. Las calificaciones son comprensibles: personales, espirituales y sociales (4, lit.lit. Literalmente “jurar con intención de engañar”, p. ej.p. ej. Por ejemplo hacer promesas sabiendo que son falsas); cubren actividad (manos) y carácter (corazón), lealtad al Señor solamente (no ha elevado … ), y las relaciones con otros sin intenciones de lograr alguna ventaja personal. Tales personas reciben bendición (5), absolución ante el juez. Pero el Dios ante el cual venimos es de salvación, o sea que la raíz del asunto no está en nosotros sino en su voluntad de salvar. 6 Generación, un grupo unido por características que tienen en común. 7–10 Imaginan la procesión de 2 Sam. 6:12–15. El requerimiento de entrar se encuentra con un pedido de credenciales, provocando la respuesta que es el Señor quien redime a su pueblo y vence a sus enemigos (Exo. 3:5–15; 6:6, 7; 20:2), el Rey en toda su gloria, el Dios de un poder totalmente eficaz (8, fuerte … poderoso … batalla) y poder intrínseco total (10, de los ejércitos, teniendo dentro de sí toda potencialidad y poder). SALMO 25. UN ABC PARA EL DIA DE AFLICCION En su forma, este Salmo es un acróstico quebrado. Faltan dos letras; una puede colocarse alterando meramente la puntuación en el texto heb. como lo hemos recibido; y el v. 22, refiriéndose a Israel, sale totalmente del esquema. Esta quebradura refleja la manera cómo las aflicciones quiebran el patrón de la vida misma. Sin embargo, el patrón permanece. A1 (vv. 1–5) Confiando, esperando, orando B1 (vv. 6, 7) Oración pidiendo perdón C1 (vv. 8–10) Dirección para los pecadores B2 (v. 11) Oración y perdón C2 (vv. 12–14) Dirección para los fieles A2 (vv. 15–21) Confiando, teniendo esperanza, orando 1–5 Confiando teniendo esperanza, orando. Rodeado de gente hostil, inescrupulosa (2c, 3d, cf.cf. Confer (lat.), compare 19a), la reacción de David es expresar su confianza por medio de la oración (1, 2a), hacer que su oración sea específica (2bc), descansando en lo que es verdad acerca de Dios (3). Pero ahora como alguien consagrado a los caminos de Dios (4), anhelando una mente informada (4, muéstrame, “hazme saber”; enséñame) y una vida sometida (5, encamíname). 1 Levantaré (24, 4), el Señor es considerado como la única solución a todas las necesidades. 2 Avergonzado, cf.cf. Confer (lat.), compare v. 3, estar desilusionado de la esperanza. 4, 5 Una conducta recta requiere saber la verdad divina (“Hazme conocer”), disposición de aprender (enséñame) y obediencia (caminos … encamíname). 6, 7 Pecado y perdón: el pasado. No puede haber consagración a la verdad y vida divinas (4, 5) sin penitencia y reconciliación. Cuando el Señor recuerda lo que él es (6) está preparado para olvidar (no te acuerdes, 7) lo que hemos sido. 6 Compasión, amor en el corazón de Dios (18:1) mientras que misericordia es el amor en la voluntad de Dios, lo que se ha comprometido a hacer. Aquí hay un sustantivo plural significando una promesa de amor en toda su plenitud. 7 Pecados, faltas específicas; rebeliones, la voluntad intencional del pecado. El valor moral esencial de la naturaleza divina encuentra su satisfacción en cancelar el pasado. 8–10 El maestro divino. Recordar más a Dios trae seguridad de que la oración (4) será contestada y que el camino revelado por Dios estará lleno de su amor. La condición divina de todo esto es la naturaleza de Dios; la condición humana es que los pecadores se harán humildes (9, los que se ubican muy bajos ante él) y guardadores del pacto. 11 Pecado y perdón: el presente. Ya que Dios encaminó a los que se ubican muy bajos delante de él, David toma el lugar más bajo. El pecado no es sólo algo pasado (6, 7) sino presente. En los vv. 6, 7 apeló a la compasión, la misericordia y la bondad del Señor; en el v. 8 se dirige a su rectitud moral; ahora, en suma, a su nombre, todo lo que ha revelado de sí. Su corazón y su voluntad (6), su integridad moral (7) y su rectitud (8) concuerdan todos con el perdón de la iniquidad (la naturaleza corrupta, caída) no importa cuán grande sea. 12–14 El maestro divino. Las bendiciones que se acumulan para cualquiera (12, ¿Qué hombre es … ?) que teme al Señor: instrucción en el camino de Dios; realización personal; seguridad familiar, comunicación con el Señor e instrucción en el significado de la relación de pacto. 15–21 Confiando, teniendo esperanza, orando. 15, 16 Están conectados por el pensamiento del Señor como la única solución: Sólo él permanece enfocado; para David no hay ningún otro. 17–19 Desarrollan la extensión de la necesidad en la cual se encuentra: interior, vertical, horizontalmente. 20, 21 Afirman respectivamente confianza y dedicación. Así “nadie más que el Señor” (15, 16) está al lado de “toda mi necesidad” (17–19) y una actitud de oración, confianza, determinación moral y expectación es adoptada. 22 La perspectiva más amplia. Este versículo se encuentra totalmente fuera de la organización alfabética. Como rey, David nunca puede olvidar sus responsabilidades más amplias, no importa lo urgentes que puedan ser sus dificultades. Pero, así como lo hace con sus propios cuidados, su cuidado por su pueblo es llevado al Señor en oración. Es lo primero y lo menos que el pueblo debiera esperar de sus líderes. La oración es la solución integral: todas sus angustias. El Señor puede encontrar la solución: redime es traducción del verbo “rescatar”, o sea, encontrar el pago que saldará totalmente la deuda, libertará al cautivo, pondrá fin a la amenaza. SALMO 26. LA APELACION DE UNA CONCIENCIA TRANQUILA Una conciencia tranquila es una base para apelar a Dios, no porque uno se gane su bendición siendo bueno, sino porque el Señor en su gracia se deleita en nosotros cuando andamos en pureza. Confrontado por pecadores obstinados en quitarle la vida (sanguinarios), planeando complots e inescrupulosos en sus costumbres (1), David se considera inocente de los cargos que le hacen o por cierto de cualquier causa bajo una situación similar. Es razonable pensar que el autoexamen, evidente en el Salmo, refleja las acusaciones en su contra: Concernientes a su estilo de vida (camino, 3b), sus compañías (4) y la realidad de su religión (6–8). Pero su conciencia está tranquila en lo personal (3), social (4, 5) y espiritual (6–8). El Salmo empieza y termina con una nota de inocencia (1, 11, 12), invita al examen divino (2) y acción divina (9, 10), y se centra en confesiones de inocencia, considerando negativamente su vida entre el pueblo (4, 5) y, positivamente, considerando su vida con Dios (6–8). Lo que David podía sinceramente reclamar en un conjunto específico de circunstancias debe ser nuestra constante ambición. 1 He andado: “He caminado en mi integridad”, una perfección que toca cada parte y caracteriza al todo. Un reclamo prácticamente idéntico concluye el Salmo (11) excepto que el heb. allí tiene una conjugación distinta: probablemente el v. 1 mira hacia atrás y el v. 11 mira hacia adelante (Yo andaré … ). Un aspecto de una conciencia tranquila es la aspiración que puede tener para el futuro. 2 Examíname … pruébame … purifica. Si es apropiado hacer alguna distinción, la primera es hacer una prueba de pureza (aquilatar), la segunda es probar en y por medio de las circunstancias de la vida y, la tercera, probar para ver si hay impureza (refinar). 6 Lavaré. El lavamiento de manos constituía una declaración pública de inocencia (Deut. 21:6). Inocencia, no el acto en sí sino el espíritu con que se lava las manos. Altar. Los sacerdotes se lavaban antes de entrar al santuario (Exo. 30:17–21). David acepta para sí las normas sacerdotales. 11 Yo andaré (ver 1) redímeme (ver 25:22) misericordia, favor divino de su gracia, inmerecido, dado gratuitamente. 12 Mis pies se han afirmado. Esta puede que sea una declaración de confianza en su seguridad futura (“Es seguro que mis pies se plantarán”) después de que haya pasado el presente conflicto, o un compromiso a vivir “derecho”, una afirmación de que “Esta es mi posición”. Congregaciones, el significado probable de una palabra no usada en ninguna otra parte, teniendo una visión del día cuando la congregación que adora se reúne y la espiritualidad privada del v. 1c, d será expresada en un testimonio público de alabanza (bendeciré). SALMO 27. EL INGREDIENTE ESENCIAL: FE EN ACCION POR MEDIO DE LA ORACION Malhechores, adversarios, enemigos (2), el día del mal (5), enemigos (6), los que me son contrarios (“observadores insidiosos” [11]), adversarios (12), al igual que un continuo deleite en la casa del Señor (4; ver 26:8) sugieren que este Salmo se relaciona con la misma emergencia que la del Salmo anterior. La confianza que emana de todo el Salmo puede ser un corolario del autoexamen que refleja el Sal. 26, pero es confianza en el Señor, no farisaísmo. A1 (vv. 1–3) La confianza en el Señor es afirmada B1 (vv. 4–6) Primera oración pidiendo seguridad en Dios B2 (vv. 7–12) Segunda oración pidiendo seguridad en Dios A2 (vv. 13, 14) Confianza en Dios alentada 1–3 La confianza en el Señor es afirmada. 1 Luz, metafóricamente en contraste con las “tinieblas” de los problemas que lo rodean (Isa. 50:11; Juan 8:12). Salvación, liberación en y de los problemas. Fortaleza, el lugar donde mi vida permanece segura. 2 David enfrenta gente empecinada en hacer el mal (malhechores, o “hacedores de maldad”), llenos de salvajismo (devorar, como las bestias con sus presas) y hostilidad (adversarios, enemigos). Es en esta situación que encuentra que la fe (1) y la oración son suficientes. Tropezaron y cayeron, enfático: “Son ellos (¡no yo!) los que tropezarán.” 3 Aumenta el alcance de la seguridad basada en la fe. Aun así estaré: “Sigo confiando y seguro.” La fe basta aun cuando los enemigos se convierten en ejércitos y la enemistad termina en una batalla campal. 4–6 Buscando a Dios por quien es él. No es la fe lo que nos mantiene seguros, sino el Señor en quien esa fe reposa. La oración de David (pedido) y su objetivo (buscaré) es estar donde el Señor está (more yo en la casa) y verlo como él es (contemplar). Inquirir (4), una palabra cuyo significado es discutible; el más probable es “venir mañana tras mañana”, frecuentar su presencia, dándole el comienzo de cada día. Su casa es su tabernáculo (5, “tienda”, cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Sam. 1:7, 9), el lugar donde vive entre su pueblo (Exo. 29:42–45). Por más endeble que parezca, es una roca … en alto, un lugar de seguridad inaccesible y de triunfo personal (levantará mi cabeza). 7–12 Buscando a Dios por su bendiciones. La oración pidiendo estar con el Señor (4) se ha desarrollado ahora hasta ser una oración pidiendo esas bendiciones que sólo el Señor puede dar. La oración descansa sobre una invitación divina (8) (lit.lit. Literalmente “A ti mi corazón ha dicho, ’Busca mi rostro’, tu rostro, Señor, yo busco”), o sea que David empieza recordando al Señor su invitación para que el pueblo lo busque. Mi corazón, no sólo mi boca, porque David valora esta invitación divina. La oración comienza reconciliándose con Dios: Buscando su favor (9, rostro) y su aceptación (no apartes). La oración busca saber, a fin de hacer, la voluntad de Dios dentro de las circunstancias presentes (11, Enséñame … camino … contrarios) antes de pedir seguridad en las circunstancias (12; cf.cf. Confer (lat.), compare Hech. 4:29). La oración está impregnada de confianza: mi ayuda, mi salvación (9). Aunque mi padre. Aun en el caso de que el amor humano más intenso llegue a su límite, el amor del Señor permanece. 13, 14 Confianza en Dios alentada. ¡Oh, si yo no creyese … ! lit.lit. Literalmente una exclamación “¡Si no hubiera creído!”, o sea: ¡Piensa lo que hubiera sucedido si no hubiera tenido fe! 14 La seguridad personal es la base para poder fortalecer la fe en los demás. SALMO 28. UNA PLEGARIA PIDIENDO JUSTICIA IMPARCIAL Los vínculos entre éste y los Sal. 26 y 27 sugieren que David todavía se encuentra en la misma situación en que peligra su vida, ver vv. 3–5; 26:9, 10; 27:2, 12. La casa del Señor es importante en los tres: 26:6–8, el centro de la religión de David y 27:4, 5 de su comunión con el Señor; 28:2 con el origen del auxilio. Cada uno termina (26:12; 27:14; 28:9) con alguna referencia a, o preocupación por, la compañía más amplia del pueblo de Dios. Para David, el momento de dificultades era el momento para concentrarse firme en el Señor y en el cuidado del pueblo. Pero el Sal. 28 arroja su propia luz sobre la situación de David: Su difícil situación terminará en su muerte a menos que el Señor actúe (1), y sus circunstancias son tales que su muerte en este momento lo identificaría con los impíos (3). Su temor no es a la muerte en sí sino a “una muerte con una deshonra inmerecida” (Kidner). El comienzo y el final del Salmo están vinculados por mis ruegos pidiendo misericordia (2, 6). En los vv. 1, 2 la oración pidiendo ser atendido (1) es seguida por el clamor (2); en los vv. 6–9, el clamor escuchado motiva la alabanza (6, 7) y conduce a la oración en favor del pueblo del Señor (8, 9). En los versículos de en medio, David ora pidiendo que su destino sea aparte del de los impíos (3), que reciban ellos lo que se merecen (4), afirmando (5) que esto expresa la justicia retributiva de Dios. 1 La fosa, muerte bajo la ira de Dios (30:3; 88:4), con el rostro de Dios escondido (143:7) (cf.cf. Confer (lat.), compare Isa. 14:15, 19; Eze. 32:18, 23). Sobre esto vea el v. 3. 2 Lugar santísimo, “santuario”, la expresión que llegó a usarse en el templo de Salomón para referirse al lugar santísimo (1 Rey. 6:16, etc.). David apela en la misma presencia del Señor, como el privilegio y poder que da la oración. 3–5 Así como David evitaba la compañía de los impíos (26:4) y buscaba escapar de sus garras (27:12), desea también separarse de su deshonra. La justicia del Señor es retributiva, y una conciencia tranquila como la de David (Sal. 26) naturalmente se identifica con la santidad de Dios y, sabiéndose inocente, ora que la justicia se cumpla. Si esta vigorosa oración nos ofende, no será por nuestra refinada sensibilidad sino por nuestra conciencia inmadura. Está bien orar por la derrota de los impíos como está bien orar pidiendo bendición sobre la iglesia (9); requiere mayor santidad si hemos de hacer lo primero sin pecar. SALMO 29. EL DIOS DE GLORIA SANTA Dejemos sencillamente que la maravilla y el portento de este Salmo nos rodeen hasta sentirnos poseídos en espíritu por la majestad del Señor al punto de también exclamar: gloria (9). Como toda poesía auténtica, para lograr el efecto deseado, el Salmo nos llega con su debida forma y coherencia. A1 (vv. 1, 2) El Señor en los cielos B (vv. 3–9) La maravilla del Señor en la tempestad b1 (vv. 3, 4) La tempestad en el mar b2 (vv. 5–7) La tempestad al norte b3 (vv. 8, 9b) La tempestad al sur b4 (v. 9c) La exclamación de gloria A2 (vv. 10, 11) El Señor de la tierra 1, 2 El Señor en los cielos: el objeto de adoración celestial. Aun los seres tan exaltados y fuertes que son llamados lit.lit. Literalmente “hijos de Dios” (cf.cf. Confer (lat.), compare Job 38:7) o “hijos del poder supremo” deben reconocer la gloria … del Señor, por todo lo que ha dado a conocer de sí (nombre) y deben adorarlo (inclinarse en) en su santidad. De esta manera reconocen a su vez su posición como Dios, su naturaleza revelada y su carácter santo. 3–9 La maravilla de Dios manifestada en la tempestad. La tempestad en el mar, poder y majestad (3, 4); la tempestad llega a tierra en el norte (Líbano); la tempestad ruge hacia el sur (Cades) (8, 9ab); los que conocen al Señor proclaman la gloria del Señor (9c). 6 Sirión, el monte Hermón, en la sierra anterior al Líbano, a 2.774 m.m. Metro, el de mayor altura en Palestina. Aun la sólida contextura del mundo parece mecerse bajo el impacto de la tempestad. 8 Cades, en el extremo sur de Judá (Deut. 1:19, 46). De esta manera toda la tierra, de un extremo (5) al otro (8) es dominada, no sólo por la tormenta sino por lo que la tormenta simboliza: la voz del Señor. 9c Para muchos, una tempestad es una tempestad, pero para quienes el Señor se ha revelado, es un despliegue de un aspecto de su gloria. El sentimentalista dice: “Uno se siente más cerca de Dios en el huerto”; más realísticamente, la Biblia afirma que también estamos más cerca de su corazón en un huracán. 10, 11 El Señor en la tierra: el rey eterno en juicio santo. El diluvio es “el Diluvio” porque la palabra se usa únicamente en Gén. 6–9. Así como el Señor es supremo en su santidad en el cielo (1, 2) también es soberano en la tierra (10) al juzgar con santidad al pecado. Pero esto no es todo (como tampoco la tempestad revela toda la verdad acerca de Dios; ¡el huerto apacible también habla al corazón!). El tiene a su pueblo (11) el cual, en un mundo merecidamente bajo juicio, vive en su fortaleza y bajo su bendición de paz, o sea, en paz con Dios, dentro de una comunión de paz y en una paz y un bienestar personal. SALMO 30. GRACIA DE PRINCIPIO A FIN La palabra templo en el título debería ser “casa”. Esta puede ser una referencia a la casa de David (2 Sam. 5:11), la casa del Señor (2 Sam. 7:5; 1 Rey. 6:1) o al uso del Salmo en la rededicación del templo después que fuera profanado por Antíoco Epífanes en el año 165 a. de J.C.a. de J.C. Antes de Jesucristo En la época de la propia casa de David su sentido de seguridad (6) había sido tremendo: Sion había sido capturada y fortificada (2 Sam. 5:6, 7), su poder iba en aumento (2 Sam. 5:10), su ejército era fuerte, su familia crecía (2 Sam. 5:13 ss.), es posible que también los filisteos habían sido vencidos (2 Sam. 5:17–25) mientras la casa todavía estaba en construcción. Si, en ese período conducente al orgullo, el Señor en su gracia humilló a David con una enfermedad que arrebató la copa de su mano antes de que pudiera beberla, los términos del Salmo concuerdan perfectamente y David aprendió que, así como la gracia lo había mantenido seguro hasta el momento, sólo la gracia podía ahora llevarlo a puerto seguro. Era cuando se sentía seguro que debía clamar pidiendo misericordia (8). 1-5 Peligro mortal: Alabanza en respuesta a la oración contestada. Han de haber sido muchos los que eran leales a Saúl, resentidos por lo que considerarían la usurpación del trono por parte de David. ¡Cómo se alegrarían al verlo decepcionado del éxito! Pero dice clamé, y me sanaste … hizo subir su alma o sea que fue perdonado. 4, 5 David convoca a los fieles (aquellos a quienes Dios ama y que le corresponden con su amor) para celebrar, no por lo que fuera la experiencia de él, sino por lo que había sido revelado acerca del Señor: dentro de la naturaleza santa de Dios (santidad … ira) está lo que enseguida lo mueve a otorgar su favor duradero. 6, 7 Arrogancia y complacencia mortales. Sentirse seguro (tranquilidad, 6) tiene su propio peligro, convirtiendo la seguridad en seguridad propia, la confianza en presunción (7). El favor divino había traído prosperidad a David, pero se necesitaba sólo la sombra de un nubarrón para cubrir el rostro del Señor y para que David quedara turbado, “aterrorizado”. 8–12 Peligro mortal: Oración contestada y alabanza como respuesta. Invocaré … suplicaré son los verbos de presente de indicativo, “seguí invocando … seguí suplicando”; misericordia: “gracia” (también 10). Dado que David sentía que moría fuera del favor de Dios (9, cf.cf. Confer (lat.), compare 5, 7) no tenía esperanza de eternidad (cf.cf. Confer (lat.), compare 73:24). Pero la única manera de huir de Dios es huir a él y orar pidiendo gracia que se expresará en alabanza y transformación (11), gozo interior y un verdadero sentido de una relación permanente con Dios (Dios mío … para siempre) (12). SALMO 31. EL DIA DE LA FATIGA, EL LUGAR DE LA ORACION Dos veces (1–8, 9–17b) David hace memoria de cómo en una prueba muy difícil recurrió a la oración y consagración de fe y cómo el Señor escuchó y actuó a su favor (21, 22), dándole razón de llamar a otros a tener una esperanza similar (23, 24). El Salmo, por lo tanto, no sólo nos instruye para que enfrentemos las crisis con oración (1–18), sino que también nos asegura que hacerlo será eficaz (19–24). 1–8 La fortaleza versus la trampa. Los enemigos pusieron una red (trampa, 4) pero el Señor es una fortaleza en la cual David ha entrado con confianza, oración y lealtad comprometida. Aquí en principio está el antídoto de la crisis; en buscar a Dios orando, confiando y consagrándonos a él. 2, 3: Roca fuerte … fortaleza … roca … fortaleza. … : un lugar bien cimentado sobre el cual pararse, un lugar seguro donde entrar y un lugar inaccesible para el enemigo. Nombre. La oración descansa en todo lo que Dios ha revelado de sí, quien, como Dios de verdad (5), nunca puede negar. 5 Redimido, provee lo que se requiera para mi rescate (25:22; 26:11). 6 La confianza auténtica y la lealtad total al Señor son inseparables. 7 De la confianza y la oración brota la seguridad: todo resultará para bien porque desde el principio el Señor ha visto y conocido (Exo. 2:25; 3:7). 8 No me entregaste, “has determinado”, tiempo perfecto expresando seguridad para el futuro. 9–18 “Tus manos” versus “la mano” de ellos. David entra ahora en detalles relacionados con su difícil situación: la crisis lo ha debilitado (9, 10), sus adversarios lo odian y sus amigos lo han abandonado (11); se ha convertido en un hombre del pasado (12) rodeado por conspiraciones aterradoras (13). Pero su reacción es, una vez más, confianza (14, 15) y oración (16, 17). Porque la seguridad de que en tus manos están mis tiempos lo capacita para orar (15), lit.lit. Literalmente “líbrame de la mano de mis enemigos”. La mano de Dios no es el lugar en donde somos inmunes a las dificultades de la vida; es el lugar donde nos suceden (Juan 10:28, 29); nuestra seguridad no es aparte de la dificultad sino en la dificultad. 10 Dolor, “culpa”. Este no era un caso donde David podía alegar inocencia. En alguna manera que no declara, el pecado era un factor que contribuyó a sus problemas, pero aun así podía volverse al Señor en confianza, oración y consagración. Podemos clamar a Dios no sólo por lo que él es (3) y sabe (7), sino por lo que nosotros somos (10–13); podemos esperar que la oración reciba respuesta sencillamente porque ha sido expresada (17). Es más, cuando el justo, el “que anda bien con Dios”, el pueblo del Señor, es amenazado, es correcto orar por la derrota de sus adversarios (17, 18). Los Salmos niegan la acción vengativa pero afirman la oración pidiendo venganza, la derrota de los perseguidores impíos a mano de la acción justa de Dios. En dichas situaciones nuestra acción es gobernada por Lev. 19:18; 1 Sam. 26:10, 11; Prov. 20:22; 25:21, 22; Rom 12:18–21. 19–24 Alarma versus esperanza. David ahora mira hacia la crisis pasada y llega a sus conclusiones. El Señor protege a los que confían (19, 20), responde a los que llaman (21, 22) y está a disposición de todos … sus santos (los que él ama y que corresponden a su amor), preservándoles y dándoles seguridad en su esperanza (23, 24). Notas. 21 En ciudad fortificada. Una situación como la de 1 Sam. 23:7–29. Pero la referencia no es a aquella ocasión porque David no tuvo entonces ninguna necesidad de aludir a alguna iniquidad propia (10). La “ciudad fortificada” es metafórica (ver 13), de estar sitiada por todos lados, no sabiendo qué más hacer. 24 Esperáis, la esperanza en la Biblia es seguridad de lo que sucederá sumada al desconocimiento del factor “cuándo”. SALMO 32. ¿GEMIR U ORAR? Si la oración es suficiente para solucionar el problema más serio de todos —el pecado que pudiera ser contado en contra nuestra ante Dios (1–5)— ¿no resolverá la oración todos los problemas de la vida (6)? Tal es el tema de este Salmo, presentado en declaraciones alternadas (1, 2, 6, 10) y testimonio (3–5, 7–9) o apelación (11). Puede ser de la época del adulterio de David con Betsabé. De ser así, los vv. 3 y 4 muestran a David con la carga de una conciencia culpable y el v. 5 corresponde a la notable confesión de 2 Sam. 12:13: “David respondió a Natán: ‘He pecado contra el Señor’. Y Natán dijo a David: ‘El Señor también ha perdonado tu pecado’.” Este incidente por lo menos ilustra lo que el Salmo afirma: la oración de confesión produce perdón instantáneo. 1, 2 La bendición del pecado perdonado. Transgresión … pecado … iniquidad, respectivamente “rebeliones” (burlarse a sabiendas de la voluntad de Dios que uno conoce), “pecados” (asuntos específicos de malos pensamientos, palabras, acciones), “iniquidad” (la distorsión moral interior de la naturaleza caída). Jehovah … en cuyo espíritu, el Señor no tiene más cargos; el pecador no ha escondido nada. 3–5 Gemidos reemplazados por confesión y perdón. Nótense las mismas tres palabras usadas en los vv. 1, 2; reconocimiento de pecado, el mal que hice; reconociendo que mi rebelión fue voluntaria; y el Señor alargó su mano directamente dentro del pozo donde se originó la corrupción y perdonó la iniquidad de mi pecado. 6–9 La oración es la solución para todos. La pronta respuesta del Señor es más amplia que la persona individual y que el mero problema del pecado: Todo fiel puede orar en cada emergencia. 6 Por eso, o sea, hasta el pecado puede ser solucionado con la oración. Fiel (santos, 31:23), “los que le aman y corresponden a su amor”. 8, 9 El contexto dentro del cual el v. 7 se convierte en realidad: cuando se obedece conscientemente la palabra de Dios. Fijaré mis ojos … , sobre ti; no se trata de una amenaza, sino de una promesa de un constante cuidado. La enseñanza del Señor no es un dictamen impersonal sino la palabra cariñosa de un Dios que tiene cuidado de los suyos. Por eso, nuestra reacción no debe ser el cumplimiento forzado de una bestia sin entendimiento sino una obediencia cariñosa correspondiente. 10, 11 El amor que no falla rodea a los que confían. Existen tres facetas de la complacencia en el estado de protección: la continua actividad de confiar, la relación básica de “andar bien con Dios” (justos, 11) y la realidad moral de un carácter recto. Los tales no son inmunes a los impíos (cf.cf. Confer (lat.), compare la inundación del v. 6), pero cuando llega, ellos están rodeados del amor que nunca falla. SALMO 33: AMOR QUE NO FALLA EN SU CREACION Y EN SU ELECCION Esta elegante poesía empieza y termina con estrofas de seis líneas (1–3, 20–22) que encierran cuatro estrofas de cuatro líneas (4–7, 8–11, 12–15, 16–19). La estrofa inicial y la final respectivamente claman por, y afirman, el gozo en el Señor. Las estrofas de ocho líneas van en pares: el primer par enfoca la obra de Dios en la creación, su misericordia que no falla (5) como el factor que todo lo llena y su gobierno soberano sobre todas las naciones (10) como su corolario; el segundo par enfoca la elección (12) y el lugar especial dentro de la providencia divina de quienes ponen su esperanza en su misericordia que no falla (18). Apropiadamente, es con una oración pidiendo esta misericordia que no falla, que termina el Salmo (22), porque para vivir con plena satisfacción en el mundo de Dios y como pueblo de Dios tenemos que estar a una con el Espíritu que anima a ambos. 1-3 La voz de alabanza. Canto y alabanza, acción de gracias (alabanza, “dar gracias”), música instrumental y ruidosas aclamaciones (hacedlo bien, “con fuerte aclamación”): todos contribuyen a la respuesta hermosa, adecuada al Señor por parte de quienes andan bien con él (justos) de corazón y rectos ante él en sus vidas. Cántico nuevo, no tanto un canto novedoso como de nueva frescura, motivado por la renovada percepción de quién y qué es él. La auténtica alabanza requiere este sentido renovado de Dios, tanto como necesita el fervor del gozo y la habilidad del buen músico. 4–11 Dios en la creación. Porque explica el llamado anterior a alabar: (i) el carácter de la palabra del Señor, del Señor y de la tierra (4, 5); (ii) la obra del Señor en la creación (6, 7); (iii) la reverencia que el Creador merece (8, 9); (iv) la soberanía del Señor, anulando (10) y ordenando (11). Las dos estrofas de esta sección (4–7, 8–11) se unen en el tema de la suprema facilidad con la cual el Creador domina la creación física y la personal. El es el dueño de las aguas (7) y los pueblos (10); las aguas hacen lo que él ordena; los pueblos están a su merced. 4, 5 Antes que podamos entender el mundo que nos rodea tenemos que conocer a su Creador. Su palabra (el instrumento de la creación, 6) es recta, o sea sincera en su expresión e intención, perfecta en su valor moral e impecable en su verdad. Con verdad. Muchos de los aspectos del orden creado siguen siendo desconocidos para nosotros: ¿Por qué hay terremotos? ¿Por qué tantos embates terribles de la naturaleza? En todo, se nos asegura, el Creador es fiel a su propio carácter y fiel al bienestar de su creación. Misericordia que no falla, manifestada en el orden, la hermosura, la abundante riqueza, los tesoros escondidos, las estaciones del año que se repiten una tras otras, etc. 6 Palabra … boca. Los cielos son la expresión exacta de su pensamiento (palabra) y el producto directo (boca) de su voluntad. Soplo, “espíritu” o “Espíritu”, lo que el Señor dice está lleno de la energía para llevarlo a cabo (cf.cf. Confer (lat.), compare 9; 104:7; 30; Gén. 1:3, 6). 7 Las aguas, como el componente indomable de la creación, son usadas como ejemplo de lo fácil que le resulta todo a la soberanía de Dios (93:3, 4) 8, 10, 11 En el pensamiento del ATAT Antiguo Testamento el Creador era más que el iniciador; sigue siendo el soberano sobre su creación, merecedor de la reverencia de todos sus habitantes y administrando con sus directrices todos sus asuntos, frenando y dominando, irresistible y con propósito. 12–19 Dios en la elección. Dentro de su creación, el Creador escogió a un pueblo para ser su posesión (12) y, al poner a todos los vivientes sobre la tierra bajo su vigilancia (13–15), nota lo inútil de las providencias mundanas para tener seguridad (16, 17): ni posición (rey), ni poder (ejército), ni valentía, (fuerza), ni equipo (caballo) pueden librar. Pero comparada con esta pompa del Estado, las fuerzas armadas y los materiales de guerra, ¡cuán sencilla es la protección que él da a los suyos! Su ojo y su misericordia (18), son suficientes para vencer las amenazas eternas (muerte) y temporales (hambre) y es superior a ellas (19), intervienen en nuestras vidas por medio del temor reverencial hacia él y la esperanza (los que esperan) de que su misericordia que no falla nos cuidará (18). 20–22 El corazón que confía. El testimonio del pueblo de Dios es de: (a) constancia en su espera (expectación confiada), no sólo del resultado final —esperanza futura y eternal— sino la esperanza que nos asegura que en cada circunstancia El es nuestra ayuda y nuestro escudo (20); (b) gozo y confianza. El corazón gozoso es el producto de haber confiado, confianza que descansa sobre lo que el Señor ha revelado de sí (nombre) y sobre su carácter (santo), por lo que nunca puede negarse a sí mismo (21); (c) dependencia de la oración (22). La misericordia es intrínseca a todo lo que él hace (5) y la porción específica de su pueblo elegido (18). Orar que esta misericordia sea sobre nosotros abarca todas nuestras necesidades en una sola petición. SALMO 34. UN ABC PARA LA CRISIS El título ubica al Salmo en 1 Sam. 21:10–15. Huyendo de Saúl, David buscó refugio con el rey filisteo de Gat, llamado por su nombre personal, Aquis, pero en este Salmo por el título de los reyes filisteos, Abimelec (Gén. 20:2; 21:22; 26:8). Pero pronto su seguridad se convirtió en detención (1 Sam. 21:13, “cuando estaba con ellos”, en sus manos) porque habían reconocido a David y sabían qué rehén tan valioso tenían. Pretendiendo demencia, David consiguió su libertad y escapó. En consecuencia, si el relato de Samuel fuera lo único que tuviéramos, diríamos que superó la crisis con su astucia. Pero, al reflexionar, David comprendió que no había sido así: el secreto de que recobrara su libertad era que busqué al Señor (4). Este pobre clamó (6). No fue su ingenio lo que le abrió las puertas, sino que él me libró (4) … lo libró (6). El Salmo es un acróstico alfabético quebrado (ver artículo “La poesía en la Biblia”): una letra no se usa y otra es usada dos veces. Las dificultades de la vida no pueden ser completamente catalogadas, no vemos todo el patrón. Pero hasta donde se puede contar toda la historia, aquí tenemos un ABC para los momentos de crisis. El Salmo consta de dos partes: vv. 1–10, las lecciones de la experiencia, principalmente el testimonio del propio David con sus debidas conclusiones; vv. 11–22, la enseñanza de la verdad, cómo encarar la vida y enfrentar las crisis. 1, 2 Dedicación a una alabanza sin fin. En todo tiempo —aun en las garras de Abimelec— la reacción valedera es (no la astucia) ensalzar (Bendeciré) al Señor, o sea, reconocer las glorias que lo caracterizan como quien él es, dedicarnos a su alabanza, nuestra alma se gloriará: “empeñarse en la alabanza del” Señor. Este es el mensaje para los mansos (afligidos), los que están en el punto más bajo de la vida. 3–6 Testimonio compartido de la gloria de Dios. La oración fue contestada con liberación total (4); y esto no es sólo en el caso de David, porque los que a él miran encontrarán iluminación interior (5); nunca serán avergonzados, o sea, nunca se desilusionan como resultado de esperar en el Señor. Ni se debe esta experiencia al hecho de que David fuera especial, porque fue como un pobre, él mismo estando en el punto más bajo de la vida, que clamó y Dios le escuchó (6). 7–10 Lecciones aprendidas. El testimonio de una persona es valioso únicamente si descansa en las verdades inmutables acerca de Dios. ¿Entonces cómo fue que David pudo gozar de tales experiencias? Porque el ángel de Jehovah es el agente siempre presente, listo para socorrer (7). Al aparecerle a Agar, el ángel de Jehovah habló del Señor (Gén. 16:11) y a la vez era el Señor (Gén. 16:13; cf.cf. Confer (lat.), compare Exo. 3:2, 4; 14:19, 24; 23:20, 21; Jue. 6:21, 22; 13:21, 22). El ángel se asocia particularmente con las ocasiones cuando Jehovah quiere mostrarse a su pueblo escogido y es una de las indicaciones del ATAT Antiguo Testamento de la diversidad dentro de la unidad de la divinidad. De esta manera, el testimonio puede ser el testimonio de cualquiera porque el ángel acampa (vive en una casa rodante para poder desplazarse con el pueblo de Dios en su peregrinaje terrenal) con todos los que le temen. Por lo tanto, todos están invitados: Probad y ved, refugiarse en él (8) y encontrar que es suficiente (9, 10). 11–14 El secreto de una vida buena. Os enseñaré establece el tono del resto del Salmo. Aquí se encuentran las lecciones que David quiere compartir. Primera, la clave inaudita para vivir una vida buena: guarda tu lengua (13) y establece y guarda objetivos morales negativos y positivos (14). En la corte de Aquis, David había conseguido su libertad con una mentira y comprometiendo su integridad, pero una vida vivida en el temor del Señor respeta su verdad y honra sus valores. 15–18 El secreto de cómo encarar dificultades. El comienzo de cualquier dificultad debe marcar el comienzo de la oración y la oración del justo convoca al Dios de la liberación a socorrernos (17). Dado que los justos se presentan aquí en contraste con los que hacen el mal la descripción cubre tanto una relación correcta con Dios como el compromiso a una vida de rectitud, por lo tanto (a) en el contexto de rectitud, la oración es eficaz: (15, clamor) concretamente el “clamor pidiendo ayuda”; Clamaron (17), alarmados, con urgencia; pero (b) el Señor automáticamente identifica a los que se sienten vencidos por los sufrimientos de la vida (18). Cercano, una relación de “pariente cercano”, no sólo estar por allí cerca sino activamente haciendo suyas nuestras adversidades (Lev. 21:23; Rut 2:20; 3:12). 19–22 El secreto de la liberación. Estos versículos pueden considerarse como un comentario sobre la relación de “pariente cercano”. Realísticamente, se nota un reconocimiento de que ser justos (andar bien con Dios y comprometidos a una vida recta, 19) no garantiza una vida libre de dificultades (Muchos … males); pero, estando cerca de nosotros, el Señor librará (19), nos guarda (20), se pone de nuestro lado en contra de nuestros adversarios (21), paga el precio que sea para suplir nuestras necesidades (redimirá, 22a; 31:5) y se ofrece como un refugio con el cual podemos contar (22a). SALMO 35. REACCIONES A SUFRIMIENTOS INMERECIDOS Este Salmo, una expresión efusiva en lugar de una poesía coherente y organizada, nació en un momento cuando la hostilidad y el sufrimiento parecían no tener fin. Podría haber sido el largo período del odio paranoico de Saúl, la triste figura de un rey rodeándose de muchos que servilmente se identificaban con él y empeoraban los sufrimientos de David. Como en el Sal. 34, la oración es considerada la única solución, pero en esa crisis con la oración llegó la respuesta: aquel “pobre clamó, y Jehovah le escuchó” (34:6). Ahora, a pesar de la persistencia en la oración, la agonía se prolonga y la respuesta tarda. La oración somete nuestras necesidades a los recursos del Señor y también nuestra agenda a él. Las tres secciones del Salmo se caracterizan por promesas de reacciones de alabanza cuando el nubarrón haya desaparecido (9 y 10, 18, 27 y 28). Dentro de cada sección, los pensamientos corren para un lado y para el otro tocando los mismos temas: (a) pide la intervención divina (1–3, 17, 22–24a), (b) ora pidiendo retribución (4–6, 8, 24b–26) y (c) da razones para la retribución (7, 11–16, 19–21); la idea principal de cada sección se encuentra en los últimos versículos: el sufrimiento sin causa (7), un extraño cambio en la conducta de David (13, 14) y gran animosidad personal (19–21). Como siempre en salmos como éste, nos sorprende el vigor de la oración de David y su elemento de contraataque contra sus adversarios. Debemos tener en cuenta que la pura ira existe, evidenciada por el Señor Jesucristo (Mar. 3:5), por los santos de Apoc. 6:9, 10 y notada en Ef. 4:26. Todo el Salmo (tal como sucede en todos los salmos similares) es una oración sin ninguna muestra de que por palabra o por hecho David expresara animosidad hacia los que pecaminosa y culpablemente lo perseguían. Como en el Sal. 34, la crisis, aunque aquí prolongada, es encarada en oración, dejando todo en las manos del Señor. 1–10 Oración en medio de un peligro injustificado. Un ruego pidiendo intervención divina (1–3) es seguido por una oración pidiendo retribución (4–6) y la explicación de que tal conducta es sin causa (7). El tema de retribución se repite en el v. 8 seguido por una promesa de regocijarse en Dios por su poder salvador (9, 10). La referencia a guerra y armas (1, 2) destaca la fuerza del Señor, que es muy superior a toda la fuerza del enemigo. 1 Contiende. La palabra se aplica a juicios legales. La primera apelación de David es que debe hacerse lo que es correcto. Al Señor no se le puede pedir que haga algo injusto. Combate. Aunque se encuentra en un peligro mortal, David no piensa levantarse en armas. Esto es asunto del Señor. 2, 3 Escudo … defensa, sinónimos, o sea toda arma defensiva necesaria. Lanza. Le pide a Dios que ataque además de defender. Y que se haga cargo de la necesidad interior que el alma tiene de ser tranquilizada. 4 Avergonzados … humillados, cosechen humillación, sean defraudados públicamente de sus expectaciones. 5 Tamo, una ilustración de impotencia ante el juicio divino. El ángel (mejor, “Angel”), ver 34:7. El ángel de Jehovah se menciona en Sal. únicamente en estos dos lugares, para rescatar (34:7) y para dispersar (35:5, 6). 7, 8 Las oraciones pidiendo retribución siempre expresan la voluntad revelada de Dios. El declaró (Deut. 19:18, 19) que los acusadores falsos deben ellos mismos recibir los males que quisieron causar. Bajo circunstancias como esas oramos suavemente: “Hágase tu voluntad”; los salmistas, con más realismo, ¡describían lo que sabían que era esa voluntad! 10 ¿Quién hay como tú? Cf. Exo. 15:11; Miq. 7:18. 11–18 Oración en medio de un peligro inmerecido. La extensa sección inicial (12–16) en la que David lamenta que está recibiendo mal por bien es seguida por un ruego pidiendo intervención divina (17) y la promesa de alabarle por su liberación (18). Este es el triste corazón del Salmo: descubrir que las personas que se consideraban amigas son el origen de los falsos testimonios, se complacen en la mala suerte de David y se desbordan de odio. En esta sección, al Señor se le llama “el Soberano” (17) agregando la pregunta ¿hasta cuando? Ciertamente él es más fuerte que cualquier adversario, pero el santo que ora tiene que estar preparado para someterse a la agenda del Soberano. 13 Cuando … mi oración: “Y mi oración seguía volviendo a mi seno” lo que puede sugerir una oración no contestada pero es una forma rara de expresar la idea. Si “seno” es una metáfora de “corazón” (Ecl. 7:9) entonces “pero mi oración seguía volviendo a mi mente”, o sea que, a pesar de como lo trataban, seguía orando por ellos (Mat. 5:44). 16 Con impiedad, profanos en su pensamiento y conducta, aborrecidos por Dios, religiosamente apóstatas: aquí, personas actuando como si no existieran sanciones divinas para la conducta. Se dedicaron al escarnio. Probablemente “Como burladores impíos, todos alrededor crujieron … ” 17 Señor, “el Soberano”. 18 El Señor se complace en la gratitud (Luc. 17:15, 16). La promesa de alabanza y agradecimiento da unidad a este Salmo (9, 28). 19–28 Oración en medio del peligro malicioso. Los adversarios de David están llenos de burla y malicia (19–21). ¿Permanecerá el Señor en silencio (22–24)? Si al menos escuchara su pedido para que intervenga (24–26) el día vendrá cuando los amigos auténticos junto con David magnificarán al Señor (27, 28). El nuevo énfasis en esta sección es la rectitud del Señor (24). Dado que es un Dios recto tiene que actuar a favor de alguien probado tan duramente. 19 Sin razón (cf.cf. Confer (lat.), compare Juan 15:25). Guiñen. La insinuación maliciosa. 22 Tú lo has visto. Nótese la conexión con el v. 21, lo han visto. Sea lo que fuera que aducen, el Señor conoce la verdad del asunto. Señor “Soberano”. En el v. 17 este título recalcaba su control de la agenda; aquí, su dominio sobre el adversario. 27 David tenía muchos enemigos pero no se olvidó que tenía también amigos: un gran antídoto para la soledad creada por la acusación falsa. Y el día vendrá cuando serán los primeros en alabar a Dios por la liberación de David. SALMO 36. UN DIOS, DOS ACTITUDES La estructura de este Salmo muestra su mensaje: A1 (v. 1) El impío: su filosofía B1 (vv. 2–4) El impío caracterizado C (vv. 5–8) El Señor caracterizado B2 (vv. 9–11) Los que conocen al Señor A2 (v. 12) El impío: su destino En este Salmo hay una decisión que tomar para determinar la clase de vida que viviremos ahora y el destino que nos espera: la decisión es sobre cómo reaccionar ante la revelación de Dios. Rechazarla es vivir condenados a escuchar a nuestros propios corazones y a vivir una vida sin valores; seguirla es disfrutar de la vida, la luz, su providencia y su protección. 1 La filosofía del impío. Lit. “La palabra de rebelión a lo impío dentro de mi corazón”. Oráculo, la palabra autorizada, se usa por lo general para referirse a lo que el Señor dice. Aquí el que habla es transgresión. Dentro de su corazón, “lo sé por intuición” o “lo conozco personalmente”. La primera afirmación recalca la convicción de una verdad; la segunda, que es más atractiva, testifica de que él mismo no es inmune a esta voz interior. 1c, d La cuestión no es si Dios existe o no, sino si él tiene importancia; no su realidad sino su relevancia. Es la posición de mucha gente todo el tiempo; es la posición de los creyentes parte del tiempo, no como un credo declarado sino en la práctica. 2–4 El impío caracterizado. Interiormente, escuchándose a sí mismo y sintiéndose satisfecho consigo mismo (2); exteriormente, impío de palabras y hechos (3), en sus planes, objetivos y valores (4). 3, 4 Sin reverencia a Dios no hay normas objetivas en la vida. Maldad, una palabra que abarca desde el pícaro hasta el apóstata. Sensato, la conducta sensata en la vida que produce auténtico éxito. Desprecia, “desdén”, un rechazo tanto mental como en la práctica. 5–8 El Señor caracterizado. 5 Misericordia, el amor que se origina en un compromiso de la voluntad, “amor que no cambia”. Alcanza, “está en”, no remoto sino de gran altura, algo que es más grande y más alto que cualquier otra cosa sobre la tierra. Fidelidad, consistencia de un carácter revelado, digno de confianza cuando promete algo. 6 Justicia … juicios, la expresión de su santidad en principios morales y prácticas justas respectivamente. 7, 8 La benevolencia universal de Dios demostrada en su amor (cf.cf. Confer (lat.), compare 5), protección (7), generosidad y complacencia (8, como los ríos del Edén, Gén. 2:10). 9–11 Caracterización de los que conocen al Señor. La descripción (5–8) se convierte en testimonio: vida, en contraste con la vida decadente de los vv. 2–4, vida divina, auténtica, compartida; luz, todo lo que da a la vida un sentido de realización y de tranquilidad. Veremos, experimentaremos y disfrutaremos. 10 Conocen, disfrutan una unión íntima con. Bondad … justicia, los atributos del propio Dios. Los que lo conocen oran pidiendo que se brinde a ellos (2 Ped. 1:3, 4). 11 Pie … mano, símbolos de conquista y poder personal respectivamente. Vivimos en un mundo que quiere sojuzgar y dominar. Mueva, deje sin hogar, inestabilice la vida. 12 El destino del impío. Entonces: “Ved como.” ¿La base de este Salmo habrá sido una ocasión cuando los que obran iniquidad cayeron? O, como es más probable, ¿está David llamando la atención dramáticamente al día de juicio divino? SALMO 37. UN ABC PARA EL CONFLICTO ESPIRITUAL PERSONAL Siendo un acróstico alfabético casi completo (ver Introducción), el Sal. 37 puede ser un comentario sobre los versículos finales del Sal. 36: la oración contra los hostiles de “pie y mano” y la afirmación de que dondequiera que asalten están destinados a ser derrotados. Presenta la tensión muchas veces agonizante en la vida de fe debido al contraste de la suerte sobre la tierra de los “rectos” —los que anhelan vivir diariamente su relación “andando bien con Dios”— y el “impío”, al ateo práctico para quien Dios puede existir pero únicamente como una irrelevancia. El Salmo contiene cuatro secciones de similar extensión, la segunda, tercera y cuarta caracterizándose por sus comienzos paralelos: El impío maquina (12), el impío toma prestado (21), el impío acecha (32). 1–11 Iniquidad que prospera: reacciones. El tono se establece haciendo notar que hay distintas maneras de encarar la vida (1 contrastado con 3), y que pareciera que fueran los falsos los que triunfan (7) mientras que los que anhelan hacer el bien muchas veces son probados por la vida y tentados a envidiar (1), a agitarse por ello (8) y a preguntarse si hay algo de cierto en la premisa de que los mansos heredarán la tierra (9, 11). Manda que la reacción sea de tranquilidad y contentamiento (1, 7, 8), confianza y compromiso moral (3, 5), silenciosa paciencia (7) y seguridad en el resultado (10, 11). La base sobre la cual descansan estos mandatos es la transitoriedad del malvado (2), la bendición segura de Dios (4–6) y el hecho que, al final, todo terminará bien (9–11). 3 Apaciéntate de la fidelidad, cultiva el ser fiel (a Dios y sus caminos) como el pastor atiende a su manada. 4 Anhelos, “pedidos”, anhelos transformados en oraciones. 5 El hará, o sea, “se pondrá en acción”. 6 Tu justicia, el hecho de que tú estás en lo justo; tu derecho, el juicio del tribunal supremo a tu favor. 7 Calla … espera. La “quietud” (de palabra y de hecho) de una confianza segura, sumada a lit.lit. Literalmente “retorciéndose”, estar sobre ascuas por lo que espera. 9 Esperan, la espera segura de la esperanza. 11 Mansos. Los que están abajo de todos en la vida pero encaran su situación con calma porque saben que están en la mano soberana de Dios. 12–20 Iniquidad hostil: percepciones. La observación en los vv. 1–11 de que la vida es injusta se considera ahora bajo otra perspectiva: los ateos prácticos, en su éxito se vuelven para oponerse y asaltar a los justos (12, 14). Sin embargo, en esta situación de peligrosa amenaza, las cosas no son como parecen: el Señor no es un espectador pasivo; ya ha tomado partido y ha determinado la perdición de los impíos (13), garantizando que sus hostilidades se volverán en su contra (15), porque ellos son enemigos de él también y condenados a morir (20). Por otra parte, aun aquí y ahora el justo es más rico que el malo (16) cuyo poder será quebrantado, pero el Señor es el poder presente de los justos; ellos están en íntima comunión con él y bajo su cuidado (18); ninguna calamidad terrenal los puede destruir porque tienen sus propias fuentes de satisfacción (19). La directiva de esta sección es que debemos practicar vivir a la luz de estas percepciones en lugar de rendirnos ante las apariencias externas de la vida. 14 Pobre … necesitado, respectivamente el desvalido y el que puede ser explotado. 17 Brazos, “poder”, habilidades y puntos fuertes personales. 18 Integros, la persona cuya vida es un todo integrado: interiormente, exteriormente y en todas sus partes. Conoce (cf.cf. Confer (lat.), compare 1:6), bajo su íntima vigilancia y cuidado. 21–31 Iniquidad empobrecida: compromiso. Una percepción de la sección anterior era la riqueza más grande del justo. Esto ahora se explora en más detalle. La generosidad distingue al recto del malo (21, 26). Pueden darse el lujo de ser generosos porque (22 empieza con “Porque”) su futuro es seguro, su senda firme (23) y su presente ya ha recibido la provisión que necesita (25, cf.cf. Confer (lat.), compare 28, 29). Como base de esta paz en medio de las demandas y amenazas de la vida está el factor escondido de bendición, complacencia, amor sustentador y fidelidad divina que experimentan en el contexto de su compromiso con su manera de vivir (27), el carácter que cultivan (28) y la calidad de sus palabras y su corazón (30, 31). En contraste con las quejas, envidias y enojos contra los cuales se nos advierte en los vv. 1–11, este compromiso es lo que debiera ser nuestra prioridad cuando la vida nos prueba con sus desigualdades. 22 Coloque el “porque” inicial. Los justos son liberados de manera que pueden practicar la generosidad porque su firme esperanza les quita ansiedad ante el futuro. 23, 24 Aunque sus pasos han sido afirmados no es inmune de caer. El sendero todavía tiene trampas y escollos, pero la mano que nos sostiene con seguridad nunca nos suelta. 25 Esta bien puede haber sido la experiencia continua del salmista, pero es más probable que debamos tomarla en el mismo sentido que el v. 24, o sea, con las palabras no expresadas “a la larga”. 26 Sobre la inclusión de la descendencia en la corriente de bendiciones, ver Exo. 20:6; Prov. 20:7; Hech. 2:39; 1 Cor. 7:14. 28 Fieles, relacionados con “misericordia” (36:5), aquellos a quienes él ama y que corresponden a su amor. 31 Ley, “enseñanza”. 32–40 Iniquidad temporal: seguridad. Se afirma el principio de que el Señor garantiza un resultado de bendición para los rectos (los que “andan bien con él”); aunque la amenaza parezca de muerte, al final serán los impíos los que morirán (32–34). En consecuencia, la fe sencilla que espera confiadamente el resultado, sumada a la obediencia que guarda su camino, es la vía para llegar a la posesión segura de la tierra (34). Un ejemplo particular tomado de la experiencia (35, 36) es considerado típico de lo que en última instancia será el caso (37, 38). Mientras tanto el Señor da salvación (liberación), protección, ayuda y socorro a los que se han refugiado en él (39, 40). 34 Para heredar la tierra (cf.cf. Confer (lat.), compare 9, 11, 22, 29, 34). El mismo verbo se usa en todo el Salmo y la traducción “poseer” es preferible a “heredar”. El Señor dio a su pueblo la tierra prometida, pero su posesión con frecuencia se veía en peligro, nacionalmente por enemigos de afuera, individualmente por explotadores egoístas y opresivos. Tener una segura garantía y poder disfrutar de la posesión era algo muy deseable. Este es el primer significado del Salmo, pero su significado más amplio señala al día mesiánico y la nueva creación. 37 Integro, la persona de auténtica integridad (ver el v. 18). 38 Transgresores, “los que se rebelan”, burlándose adrede de la voluntad conocida de Dios. SALMO 38. IRA DIVINA, SALVACION DIVINA El primer versículo y los dos últimos resumen el tema y la maravilla de este Salmo. Cuando el Señor está ofendido, y se avecinan su furor (furia explosiva) y su ira (enojo ardiente) (1) y sus flechas empiezan a volar (2), es al mismo Señor a quien apelamos pidiendo su presencia, su cercanía (21), su socorro y salvación (22). Sólo la aprobación del Señor puede salvarnos de su desaprobación. Si hubo alguna vez un Salmo diseñado para prevenirnos del pecado exponiendo sus consecuencias, es éste. El pecado ofende al Señor y pone una carga sobre el pecador, reemplaza el bienestar por heridas, induce la depresión, dolores físicos y agitación del corazón (1–8). Entristece y debilita, nos aísla de nuestros amigos e incita enemistad (9–12); nos deja sin excusa (13, 14). Pero no cierra la puerta a la oración ni nos excluye del arrepentimiento (15–18). 1–12 El camino hacia abajo. David se hunde más y más bajo el peso del pecado. El Señor es su enemigo (1, 2); David está sin fuerzas (5–10) y sin amigos (11). Sus enemigos traman contra él (12). 1–4 Los síntomas de la enfermedad (3, cf.cf. Confer (lat.), compare 5–8, 10, 17) pueden ser la manera en que David describe sus arrolladores sentimientos de culpa, pero los detalles son tan vívidos y el sentido de dolor físico tan agudo que es mejor entender que en este caso recibió una auténtica enfermedad como castigo por su pecado. 1 Furor … ira, ver el comentario anterior. 2 Los mensajeros del furor de Dios (flechas) —enfermedad, dolor, abandono (11), oposición (12)— y oposición divina personal (mano) “caen” en igual medida sobre David. Penetrado, “se han dejado caer”. 3 Ira, “indignación”, el sentido de haber sido agraviado. Sana, “estar entero”. Paz, “bienestar”. Pecado, actos específicos de maldad. 4 Iniquidades, “culpas”, la deformación y corrupción interior de nuestra naturaleza. Agobian, “me llega más arriba de la cabeza”, como cuando alguien se ahoga. 5–8 Esta descripción del cuerpo atormentado es una elaboración del v. 3. No toda enfermedad es un castigo por el pecado, pero algunas lo son. Cada caso de enfermedad es momento de examinarse uno mismo. En este caso, la conexión es aparentemente indudable. La descripción alterna entre síntomas físicos y mentales. 5 Hieden y supuran, “de mal olor … séptico”. Locura, “necedad”. El sustantivo correspondiente significa “rotundamente tonto”. 6 Encorvado, “convulsionado” (por el dolor). 8 Debilitado, “entumecido”. Gimo, “rugido” (como un león enfurecido). Conmoción, “inquietud, preocupación”. 9–12 Los vv. 1–4 se concentran en la enfermedad como evidencia de la hostilidad divina; el sujeto es ahora la deserción humana y el peligro que esta enfermedad ha causado. A la vez, aunque la oración no se articula, hay un volverse al Señor. 9 Señor, “El Soberano”, como en 15, 22. El Señor “declara su poder soberano más principalmente mostrando misericordia y compasión” (Libro de Oración Común). 10 Más síntomas de enfermedad: Palpitaciones, pérdida de vitalidad y problemas con la vista. 11 Un vívido detalle. A veces las cosas que proclaman la necesidad de un amigo comprensivo hacen que la gente se aparte. No sabemos qué hacer o decir y nuestra preocupación por nuestra propia reacción anula nuestra preocupación por los necesitados. Pero la persona afligida no necesita discursos largos; sólo la presión de una mano amiga, la compañía de un corazón comprensivo. Amigos, “mis amados” una relación más cercana que la de los compañeros, “semejantes”. Parientes, cercanos (cf.cf. Confer (lat.), compare 34:18), los que tienen derecho de hacer suyos los problemas de un familiar. 12 Existen, tristemente, los que están al acecho de oportunidades para demostrar rencor, anticipan lo peor y hacen sus planes con intención de engañar. 13–22 El camino hacia arriba. Se repite el mismo patrón que en los vv. 1–12 pero el Salmo se desplaza progresivamente a un nuevo campo. La apelación contra el furor divino (1, 2) se convirtió en la apelación no articulada del v. 9. Pero ahora, aunque la situación no ha cambiado, empieza a dominar un tono positivo: uno de espera confiada en una respuesta (15), confesión auténtica de (no sólo gemir por haber pecado) pecado (18) y un ruego pidiendo ayuda salvadora (22). 13–16 No responde a todas las habladurías en su contra (12–14), en cambio habla solamente a Dios (15, 16). Le cuenta a Jehovah (15, “Yahweh”, el Dios del amor del pacto, del poder salvador y juzgador) sobre sus silencios (13, 14) y sobre su firme esperanza (15); sabe que Jehovah (“El Soberano”) quien es Dios mío, responderá (cf.cf. Confer (lat.), compare Lam. 3:19–33). 14 La decisión de guardar silencio ha sido tomada libremente. 15 Pues: puede ser mejor “Porque” al principio de este versículo. Ha optado por guardar silencio (14) “porque” ha tomado el camino de la fe, seguridad y oración (15, 16). Ha esperado, o sea con segura esperanza. 17–20 La oración que aparece en el v. 16 es urgente “porque es seguro que tropezaré … ” (17). Primero es urgente porque no puede aguantar mucho más y, segundo, por su constante “dolor/tristeza” (17, la palabra combina ambos significados). Esto, a su vez (por eso, v. 18), es constantemente su experiencia porque “sigue confesando” y “estando con ansiedad debido a” su iniquidad (ver 4) y pecado (ver 3). El propio hecho de traer todo esto al Señor mantiene vivo su sentido de opresión. Además, hay oposición fuerte, odio injusto y calumnia inmerecida (19). Pero al mismo tiempo no aparece la gran preocupación por sí mismo de los vv. 5–8; todo se ve con mayor claridad, seguramente porque ha llegado al momento de la confesión. 21, 22 El nombre del Señor del pacto (21, cf.cf. Confer (lat.), compare 1, 15), el Dios personal (21, cf.cf. Confer (lat.), compare 15) y el Señor soberano (22, cf.cf. Confer (lat.), compare 9, 15) se juntan en esta apelación final. El Señor que se presentó en Egipto porque sabía del dolor y tristeza de su pueblo (Exo. 3:7, la misma palabra que en el v. 17) no ha cambiado: El Dios que se dejó conocer y poseer personalmente nunca será desleal a esa relación; el Dios soberano salvará. SALMO 39. LA PREGUNTA CANDENTE La situación concuerda con el Sal. 38: el silencio en presencia de observadores (38:12, 13; 39:2), la acción divina contra el pecado (38:1–3; 39:9–11), la esperanza en el Señor únicamente (38:15, 21, 22; 39:7). Pero el enfoque es distinto. En el Sal. 38 la enfermedad ha expuesto el pecado, produciendo la necesidad del perdón; en el Sal. 39 la enfermedad expone la brevedad de la vida, produciendo un anhelo por tener un periodo de alegría (13) antes de que lo transitorio de la vida siga su curso. La brevedad de la vida y la tristeza de la muerte son temas de toda la Biblia y la revelación plena del mundo inmortal no las quita. La vida es valiosa. Sus alegrías y amores pueden trascender pero no pueden ser reemplazados. Estar de duelo es “tristeza sobre tristeza” (Fil. 2:27); nuestra propia partida de esta vida no puede ser contemplada con total ecuanimidad, aunque el cielo sea seguro. David lamentaba la muerte de su hijito aunque sabía que se volverían a encontrar (2 Sam. 12:22, 23) y aquí lamenta el posible acortamiento de su propia vida terrenal. 1–3 Un silencio forzado. El temor de decir algo equivocado en el momento de tensión. A pesar de lo mucho que pueda aumentar la presión (2, 3), la cuestión del testimonio delante del impío es importante (cf.cf. Confer (lat.), compare 73:15). 4–6 La pregunta candente. Poéticamente el v. 4 pregunta: “¿Voy a morir?” Esta era la pregunta que sentía que debía guardarse ante los que no compartían su fe, porque, con una esperanza celestial (49:15; 73:24) en el futuro, ¿por qué habría de temer y resentir la muerte? Pero la pregunta se exterioriza y David encara la brevedad, lo insubstancial y el propósito incierto de la vida terrenal (5, 6). 7–11 Dios es mi esperanza. Qué esperaré y esperanza son sinónimos. David ha estado preguntando ansiosamente: “¿Voy a morir?” (4), pero ahora ve el futuro desde una perspectiva correcta. Quizá sufra una enfermedad mortal (10, lit.lit. Literalmente “Estoy acabado”) pero tiene exactamente la misma cantidad de tiempo terrenal como cualquiera, o sea la que el Señor designa. Esta es su segura expectación: corta o larga, la vida es como Dios la dispone. 8 Líbrame … no me pongas. En su crisis, David se apoyó exclusivamente en la oración. Si la oración “no es contestada”, sus críticos se regocijarán (38:15, 16) y el insensato (gente sin percepción moral y espiritual) se burlará. 9 Silencio aceptador bajo la mano de Dios (cf.cf. Confer (lat.), compare 2). 10, 11 El juicio divino del pecado es una causa de que se abrevie el tiempo de la vida terrenal (cf.cf. Confer (lat.), compare 90:5–9), de allí que la preocupación de David no es de ser sanado sino de ser perdonado (8). 12, 13 Oración pidiendo luz. El final de la existencia terrenal debe llegar; mientras tanto anhela “animarse”. 12 La oración lleva nuestras necesidades a Dios; el clamor, nuestra impotencia; las lágrimas, nuestra urgencia. Forastero … advenedizo. El Señor hizo a su pueblo “forasteros y advenedizos” en su tierra (Lev. 25:23); forastero, alguien que ha pedido asilo; advenedizo, un “inquilino” sin derecho de propiedad. El Señor ama a sus “forasteros” (Deut. 10:19) y da protección y tenencia. SALMO 40. EL ESPERAR PASADO … Y TODAVIA ESPERANDO En los Sal. 38 y 39 David esperaba orando (38:15; 39:7) en medio de una crisis de pecado (38:3; 39:8) y de malicia pública (38:16; 39:8). Ahora la espera ha terminado (1–3); su confianza ha sido reivindicada (4, 5) seguida de un compromiso personal de hacer la voluntad de Dios (6–8); promete dar su testimonio en público (9, 10), pero su insuficiencia personal y necesidad de pronta ayuda divina permanecen (11–13). También hay necesidad de algún acto público de Dios reprendiendo (14, 15) y alegrando (16). Encarando este futuro, David otra vez asume una posición de espera: a pesar de lo que el Señor ha hecho en el pasado, existe una necesidad continua, urgente, de contar con su interés y su acción libradora (17). 1–3 (A1) Espera fructífera. Simplemente esperar (en esperanza y seguridad, 1) conduce a la liberación, seguridad, renovación personal y a un impacto público eficaz (2, 3). 1 Pacientemente esperé, más bien “únicamente esperé”. 2 Cenagoso, significando incertidumbre, quizá “ruidoso”, “desolado”. 3 Nuevo, “fresco”, respondiendo a misericordias “nuevas”. Muchos. Cómo reaccionamos a la vida constituye un portentoso testimonio y nada es más poderoso que mantener una sencilla actitud de fe que espera. Es algo que se nota (verán), genera reverencia hacia el Dios que responde a la fe (temerán) y atrae a otros a la fe (confiarán). 4, 5 (B1) La acción divina del pasado registrada. La bendición es un corolario de la fe debido a la abundancia de los hechos y planes del Señor. 4 Soberbios … falsedad. Dos reacciones prohibidas: respectivamente pretender ser competente y resolver un problema mintiendo. Maravillas, cosas que llevan sobre ellas la marca de lo sobrenatural, que señalan a un agente divino. Nadie comparable a ti, ¡nada se puede comparar contigo! 6–13 (C) La disposición de primordial importancia. Tres estrofas (6–8, 9 y 10, 11–13) están conectadas por referencias a la disposición interior: el corazón obediente (8), el corazón que testifica (10), el corazón que falla (12). Dichas maravillas de Dios (5) demandan una respuesta. No hay ritual que valga (6), sólo una dedicación seria a la voluntad de Dios (7, 8). Esto no puede dejarse como asunto de una piedad interior; debe ser un testimonio público (9, 10). Pero al abocarse a este pensamiento llega, sin querer, la pregunta: “¿Puedo ayudarte?” porque la vida todavía es amenazadora, el pecado todavía acecha y lo resuelto de su espíritu se va debilitando (12). Pero el v. 12 aparece entre el paréntesis que son los vv. 11, 13: las puertas permanecen abiertas a la oración. 6 Cf. 51:16, 17. No te agradan … no has pedido. A David le fue dada la capacidad de ver que una liberación tal (1–3) puede encararse únicamente con una respuesta personal absoluta. Abierto mis oídos, cf.cf. Confer (lat.), compare Isa. 50:4 (verbo diferente), la creación de; una capacidad de recibir revelación divina. 7 Rollo. Algún decreto (2:7; cf.cf. Confer (lat.), compare Deut. 17:14–20) o juramento (cf.cf. Confer (lat.), compare 101) estableciendo la naturaleza del reinado davídico. En una solemne reafirmación David declara su compromiso a este ideal. En última instancia, sólo el Mesías puede asumir un compromiso así y Heb. 10:5–10 ve, con razón, tanto el dejar a un lado los sacrificios rituales y la aceptación de toda la obligación de la ley como algo que fue cumplido en el Señor Jesús. 9, 10 Expresan determinación ante el futuro, después de las afirmaciones de los vv. 6–8. De allí, He anunciado … No he detenido … No he encubierto … , etc. Las bendiciones que se derivan de la confianza (1–5) miran hacia adelante a una vida santa (6–8) y a una boca que se abre para testificar (9, 10). Pero éstas requieren la oración dependiente (11, 13) porque las debilidades personales (12) pueden muy pronto dar por tierra con todas nuestras obligaciones y promesas. 14–16 (B2) Búsqueda de futura acción divina. El Señor actuó a favor de David personalmente (4, 5); ahora anhela que la acción divina ponga en su lugar a la comunidad. La oposición humana (14, 15) podría arruinar todas sus buenas intenciones y los fieles que, en igual medida, han aguantado con David, necesitan, como él, disfrutar de nuevas misericordias. 14 Avergonzados … humillados, sinónimos de desencanto y vergüenza pública. Es tan correcto orar en contra (14) como a favor de (16). David nos da un modelo, pero tal oración requiere pureza de espíritu. 17 (A2) Esperando todavía. Sabiéndose sin fuerzas (pobre, agobiado por la vida, aplastado) y sin fuerza de voluntad (necesitado, influenciado fácilmente) David sabe, por más grandes que fueron las misericordias en el pasado, mientras la vida terrenal siga estamos siempre necesitados de misericordias nuevas en el cielo (cf.cf. Confer (lat.), compare Heb. 7:25) y en la tierra. SALMO 41. BENDICION EN PRINCIPIO Y EN LA EXPERIENCIA Los temas de enfermedad, pecado, hostilidad y separación conectan este Salmo con los Sal. 38–40 y probablemente recuerda una faceta —la malicia y traición— de la misma larga prueba. Pero en particular compara un principio (1–3) con la experiencia (11, 12): ¿Es verdad que una actitud de preocupación por los débiles genera una preocupación divina recíproca? 1–3 (A1) Favor divino, en principio. La preocupación por los necesitados es inculcada en el ATAT Antiguo Testamento (Exo. 22:21; 23:9; Lev. 19:10, 33; Deut. 10:18). Prov. 14:21 y 19:17 prometen, a cambio, bendición (cf.cf. Confer (lat.), compare Mat. 5:7; 18:33). Aquí la promesa abarca socorro en la tribulación (1), protección y restauración, bendición temporal, protección, fuerza y consuelo en la enfermedad (2, 3). 1 Pobre. Principalmente faltándole recursos materiales pero también carente en otros aspectos. 1 Sam. 30:13 ss. ejemplifica la actitud de David en este sentido, pero claramente se siente merecedor de la bendición prometida al que se preocupa por los demás. 3 Transformarás … “Y cambiarás toda su cama en su enfermedad”, una hermosa ilustración del cuidado divino. 4 (B1) Gracia pedida con respecto al pecado. Habiendo declarado la bendición divina que recibe el que se preocupa por el débil, David pide primero la bendición de sanidad con respecto a su pecado. Misericordia, “favor, o gracia”. Sana mi alma, toda mi personalidad. El pecado es como una enfermedad en el pecador, pero también es ofensivo a Dios, contra ti. 5–9 (C) Odio, mentira, chisme, traición. En dos estrofas (5 y 6, 7–9) se aclara el problema principal que trata este Salmo: la oposición humana y, sobre todo, la traición de un amigo en quien confió. “¿Te desprecian tus amigos? Llévalo a Dios en oración.” 8 Algo abominable, lit.lit. Literalmente “algo de Belial” (ver nota de la RVARVA Reina-Valera Actualizada). La palabra belial se usa para denotar desviación moral, mala conducta social y apostasía espiritual. Debe entenderse siempre según el contexto. El sentido que mejor se aplica aquí es el de alguna ofensa contra Dios que ocasiona su furor divino. 10 (B2) Gracia pedida con respecto a los adversarios. La misericordia divina que restaura la vida proveerá oportunidad de vengarse. Pero los Salmos insisten en que la venganza es asunto de Dios y, en otras ocasiones, es cuidadoso en evitarla. Por lo tanto, mientras puede caer en el pecado de la venganza (1 Rey. 2:5, 6) es difícil creer que en un salmo compuesto solemnemente pediría suavemente la gracia para poder realizar algo prohibido. Pero podría, como rey, pedirle a Dios que le renueve la vida a fin de llevar a cabo la obligación real de purgar la tierra (101:8). 11, 12 (A2) Favor divino, en la experiencia. David ha recibido la bendición prometida (cf.cf. Confer (lat.), compare 1–3). Su enemigo no ha podido tener la última palabra; más bien en respuesta a su integridad goza del favor divino. Notas. 11 Victoria, “grite en su triunfo”. 12 Integridad, no perfección sin pecado sino integridad en la cuestión que se está enfocando, la preocupación por los necesitados (1). 13 Una conclusión editorial al primer libro de los Sal. (ver 72:18 s.; 89:52; 106:48 e Introducción). Libro 2 SALMOS 42, 43. DE FE EN FE Estos dos Salmos son indudablemente uno y no se sabe por qué fueron divididos. Un estribillo balanceado une tres estrofas de largo similar (42:6, 11; 43:5); hay conexiones entre expresiones, p. ej.p. ej. Por ejemplo en las primeras dos estrofas, “mientras me dicen” (3, es igual a “diciéndome cada día”, 10); en la segunda y tercera, “enlutado” (42:9; 43:2); y hay unidad y desarrollo del tema. (a) En 42:1–5 (“anhelo de la fe”), los recuerdos del pasado agudizan su dolor actual. La metáfora de una sequía (1, 2) expresa una profunda ansia de sentir la presencia de Dios. (b) En 42:6–11 (“avivamiento de la fe”) la metáfora de la tormenta (7) expresa las aflicciones del presente pero ve las olas como olas del Señor, su amor permanece (8), sigue siendo mi roca (9). (c) En 43:1–5 (“la fe respondiendo”) la metáfora de un grupo que busca algo perdido (3) expresa seguridad en el futuro. El Dios que sigue siendo una fortaleza lo conducirá de regreso a su hogar (3, 4). Es posible imaginar muchas situaciones que pueden haber motivado este Salmo. El escritor trae a la mente los servicios del templo como cosa del pasado (42:4); se encuentra ahora en el extremo norte de Palestina (42:6); sólo una intervención de Dios puede traerlo de regreso (43:3); se encuentra rodeado de enemigos triunfadores que lo acosan (42:3, 9, 10). Cualquier ocasión cuando un enemigo tomó cautivos y los deportó (p. ej.p. ej. Por ejemplo 2 Rey. 14:14; 24:14) sería apropiada. 42:1-5 El pasado perdido Con un anhelo cuya intensidad es un reproche a nuestro amor superficial (1, 2), el salmista trae su sufrimiento a Dios, junto con el recuerdo de tiempos mejores (2–4). 2 Preguntar no es malo: ¿Cuándo? … ¿Por qué? (9, 43:2) … ¿Dónde? … (3, 10), expresando respectivamente el deseo de que la prueba pase, confusión pensando que ni debiera estar sucediendo e imposibilidad de ver a Dios en ella. La pregunta “¿Quién?” en Isa. 42:24 nos conduce en una dirección más cierta y segura. 5 (Con 11; 43:5). Trata con el sufrimiento colocándose él mismo ante Dios quien le garantiza el futuro; porque, como siempre en la Biblia, la esperanza expresa certidumbre sobre el resultado. La RVARVA Reina-Valera Actualizada, como muchos, hace pequeños ajustes en 42:5 para que el refrán (5, 11; 43:5) sea el mismo en cada caso. Aquí, lit.lit. Literalmente “ … Le alabaré por la salvación de su rostro”. (“Mi Dios” es el comienzo del v. 6), o sea, Dios no tiene más que levantar su mirada con favor para que toda la aflicción se convierta en liberación. 6-11 El presente turbulento Las circunstancias son una amenaza (7) pero la fe revive: Dios es aún Mi Dios (6); la tormenta viene a ser tus cascadas … tus ondas (7); su amor sigue siendo una realidad; la alabanza y oración continúan (8); las preguntas que parecen ser quejas, que expresan aflicción y que no tienen respuestas, se convierten en ocasiones no para tenerse lástima sino para orar (9, 10). 6 Tenga en cuenta las primeras palabras, Mi Dios: una fe personal que se mantiene en medio de la depresión por medio de enfocar recuerdos de Dios. 7 Los sufrimientos no son causados por una mano extraña, son tus olas. 9 La fe dice Roca mía, la experiencia dice “olvidado”. Todo depende de la voz que uno escuche. 11 Lit. “ … alábale, (al que es) la salvación de mi rostro y mi Dios”, levantando la cara caída (también 43:5). 43:1-5 El futuro esperado La oración sigue, pidiendo ser rescatado y restaurado; el realismo sigue, equilibrando los problemas del presente con las perspectivas del futuro. 1 Júzgame, reivindícame pronunciando tu juicio a mi favor. 2 La realidad de la fortaleza y de sentirse desechado: seguro con respecto a Dios, zarandeado por la vida, ver explicación del v. 9. 3, 4 Tu luz y tu verdad, se considera la figura de un grupo de rescate. La realidad es que vivir en la luz de Dios y atesorar su verdad es el camino correcto para pasar las dificultades de la vida y llegar a una conclusión bendecida. Nótese la progresión de la cercanía que va en aumento: monte … moradas … altar … Dios: paso a paso, un regreso total al hogar. SALMO 44. CUANDO LA VIDA ES INJUSTA Y DIOS DUERME Como en los Sal. 42 y 43, la fe enfrenta las calamidades de la vida sin ningún sentido de que exista una causa interior que haya motivado el sufrimiento (17–19). Pero mientras 42–43 es individual, 44 es nacional, posiblemente compuesto para un día nacional de oración. A1 (vv. 1–3) El Dios del pasado B1 (vv. 4–8) Testimonio: fe auténtica C (vv. 9–16) Lamento: el presente angustioso B2 (vv. 17–22) Testimonio: conducta correcta A2 (vv. 23–26) El Dios del futuro Los caminos de Dios son un misterio. Las aflicciones de la vida muchas veces son inexplicables para el ser humano, contrarias a lo que Dios ya ha probado ser. El único recurso es ir al Señor en oración. El Salmo puede ser arreglado como una antífona, con voces que se contestan unas a otras o que hablan juntas. Dado que la voz singular (p. ej.p. ej. Por ejemplo 4, 15) habla de mi espada, puede tratarse del rey guiando en oración a su pueblo congregado. 1–3 El Dios del pasado: Un recuerdo de bendiciones. Toda la asamblea habla del pasado a una voz: El recuerdo ancestral cuenta de Dios en acción, el pueblo encaminado, no por el quehacer humano sino por la mano divina. 2 Mano. El símbolo de la acción personal. Al principio del quehacer, la tierra que tenían delante era “la tierra que os da el Señor” (Deut. 4:1); y al final “Así dio el Señor a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres” (Jos. 21:43; cf.cf. Confer (lat.), compare 80:8–11; Amós 2:9, 10). 3 Es verdad que tuvieron que luchar por la tierra, porque lo que el Señor promete es disfrutado por medio de la obediencia a lo que él manda. Aun así sabían que no había sido por la espada de ellos sino por la diestra (acción personal) de él, su brazo (fuerza personal) y su rostro, la iluminación del favor divino sobre su pueblo. Favorecías, “aceptabas con favor”. 4–8 Se ha mantenido la fe auténtica. El rey (4, 6) y el pueblo (5, 7) alternan y se unen (8) en un testimonio que no se ha desviado de un auténtico entendimiento de lo que el Señor es (4) y su dependencia de él (5); su comprensión de lo inútil que es el poder terrenal (6) y la eficacia de la salvación divina (7). En consecuencia, es de él de quien se han gloriado (8). 4 No descansan sobre una fe ancestral sino que la hacen suya propia: alianza personal (Rey), devoción personal (Dios). Manda, decreta, una apelación directa al Rey divino. Liberación, “salvaciones”, plural significando “toda clase de liberaciones”. 6, 7 Los dos empiezan con “pues”. La dependencia del Rey divino expresada en 4, 5 surge de una negación de su habilidad personal (6) y una afirmación de eficacia divina (7). Tú nos libras de, “salvas de”. 9–16 El presente angustioso. La antífona continúa: la voz del rey en 9, 11, 13, 15 y la del pueblo en 10, 12, 14. Todos se unen en un lamento final (17). El rechazo divino ha llevado a la derrota humana; la actitud y los hechos de Dios (11, 12) tienen su respuesta en los actos de un pueblo hostil (13, 14). La humillación es total (15, 16). Nada parece tener propósito (9–12), se ha perdido completamente la buena reputación (13, 14), sólo queda la vergüenza (15, 16). El segundo verbo singular en cada versículo, 9–14, enfatiza que la vida viene directamente de la mano de Dios. Esta es la manera como hemos de entender las experiencias, buenas o malas. A algunos les ayuda distinguir entre la voluntad “directiva” de Dios y su voluntad “permisiva”, pero el ATAT Antiguo Testamento no fomenta este concepto. Como Dios dirige todas las cosas, nuestro deber en la vida es confiar en él cuando no entendemos y correr a él pidiendo ayuda cuando todo nos aplasta. 12 No sólo no parece haber justificación humana para la hostilidad divina que han soportado, no parece haber tampoco ningún beneficio divino a ser recibido por medio de ella. De balde, “sin ganancia”. 17–21 Se ha mantenido una conducta correcta. La confesión de una fe personal (4–8) ahora se equilibra con un testimonio de lealtad de corazón y conducta (18); a pesar de ello, sólo han recibido desastres (19); la religión auténtica de mano y corazón ha sido recompensada con una sentencia de muerte (20–22). El rey habla en 17, 20; el pueblo en 18, 21; y todos juntos en 19, 22. Hacemos bien en preocuparnos por la desigualdad e injusticia de la vida. El valor y la recompensa no concuerdan para nada (73:2–14). Tristemente la reacción humana es con demasiada frecuencia negar la existencia de un Dios bueno y amante; la reacción del rey y su pueblo fue acercarse a Dios, aquí en testimonio, expresando sus inquietudes y pronto en intercesión (23–26). Debiéramos aprender a hacer que las dificultades y perplejidades nos motiven a acercarnos a Dios, no a alejarnos de él. 17 Pacto aquí, las obligaciones de obediencia que la relación de pacto impone sobre nosotros. 19 Los chacales vivían en las ruinas y se alimentaban de los cadáveres en el campo de batalla. 22 Por tu causa, o sea, como resultado de nuestra lealtad a ti. 23–26 El Dios del futuro: Un grito pidiendo ayuda. Todos se unen en un grito urgente pidiendo ayuda. Oran en contra de la aparente pereza y el olvido divino (23, 24); ruegan por su extrema necesidad y piden acción porque saben que el amor de él permanece sin cambio alguno (25, 26). 23 La audacia de la oración. 25 Somos personalmente tan preciados para el Señor que podemos llegar a él implorando en nuestra necesidad. 26 Redímenos, “paga el precio”, o sea, toma de sus propios recursos lo que se requiera para suplir nuestra necesidad. Misericordia que no falla, amor centrado en la voluntad, el amor al cual el Señor se ha comprometido. SALMO 45. EL REY NOVIO Y SU NOVIA REAL Un verdadero tema de la nobleza que rebosa de palabras buenas (1): un rey que es realmente rey y ¡en su día de boda! El Salmo tiene siete secciones: A1 (v. 1) Entusiasmo del poeta por el rey B1 (v. 2) La hermosura del rey C1 (vv. 3–5) El adelanto del rey D (vv. 6–9) El rey en toda su gloria B2 (vv. 10, 11) La hermosura de la novia C2 (vv. 12–15) La procesión de la novia A2 (vv. 16, 17) El deseo del poeta para el rey Compuesto para una verdadera boda real y motivado por la devoción a un rey terrenal, este Salmo, como todos los Salmos reales, sobrepasa lo que un rey terrenal puede ser, señalando al Mesías largamente esperando en quien todas las glorias se cumplen. De igual manera habla claramente de la esposa de Cristo: su verdadera posición, hermosura y dedicación (2 Cor. 11:2; Ef. 5:27; Apoc. 14:4; 19:7; 21:9). 1, 2 El entusiasmo del poeta por el rey. El rey o “¡un rey!”, o sea, un rey que es de veras un rey. 2 Hermoso o “excelente”, evidenciado principalmente por la gracia de su hablar (Luc. 4:22, Juan 7:46). Por eso, “debido a ello”, o sea que su hablar demuestra que ha sido bendecido por Dios. 3–5 El adelanto del rey: Dominio mundial. Los reyes conquistan con la guerra, de allí los términos militares que aquí aparecen, como la referencia al “príncipe de paz” en Isa. 9:4, 5, 7 pero, en la realidad final (ver 149), la caída de las naciones ante el auténtico David es por la espada de su boca (Apoc. 1:16; 19:11–16) y el arma del evangelio (Ef. 6:15–17). Verdad (Juan 18:37). De la humildad y de la justicia, en heb. “humildad-justicia”, sustantivos en yuxtaposición, “justicia en su humildad esencial” (Zac. 9:9; Mat. 11:29; 2 Cor. 10:1; Fil. 2:7, 8). 6–9 El rey en toda su gloria. Las siete glorias del rey: (i) Su naturaleza divina (6). Se han sugerido muchas enmiendas para este texto, no porque haya incertidumbre textual sino para evitar atribuir deidad al rey. Pero el texto es válido y el enigma del Mesías que es Dios y que a la vez adora a Dios (7) espera su resolución en Jesús (Ef. 1:17; Heb. 1:8). (ii) Su gobierno íntegro (6, 7): oficialmente (cetro) y personalmente (amado … aborrecido) el rey es santo (Isa. 11:3–5). (iii) Su superioridad humana (7). Por fuera un hombre que se destaca entre los hombres (el Dios tuyo … tus compañeros), por dentro el secreto interior de su ungimiento divino (Luc. 4:18). (iv) Su fragante persona (8, 2 Cor. 2:14). (v) Su estado de riqueza (8) en que todo lo externo demuestra riqueza real y todo lo interior es para deleitar al rey. (vi) Sus ayudantes de honor (9), los reyes de la tierra proveyendo empleados para su casa. (vii) La séptima gloria del rey es su novia (9). La lista empezó con el rey sobre su trono (6); termina con el trono compartido, la reina junto al rey (9). 10, 11 La hermosura de la reina, devoción por el rey. Gén. 2:24 requiere que, desde el casamiento en adelante, el hijo debe ser primeramente un esposo; aquí se enfatiza mucho (Oye … mira … inclina tu oído) el hecho de una hija que se convierte en esposa. Aunque sea la hija del rey (13), ahora toda su devoción debe ser para el rey, respondiendo a su amor (desea, “desea para sí”) siendo sensible a la dignidad de él (inclínate) y aceptando su posición (señor). 12–15 La procesión de la novia al palacio. Sumisa a él (11), ¡pero cuánta dignidad la de ella! Los súbditos del rey (12, cf.cf. Confer (lat.), compare 5) son súbditos de ella, tiene gloria y esplendor (13) pero, sobre todo, está unida íntimamente al rey (14) y comparte el palacio de él (15). El homenaje de Tiro (12) es un motivo mesiánico (ver 87:4; cf.cf. Confer (lat.), compare Isa. 23). Tiro llegó a tipificar el mundo en su orgullosa independencia y autosuficiencia, su acumulación inescrupulosa de riquezas. Pero un día los reyes de la tierra traerán sus riquezas a los pies del rey (Apoc. 21:24). 16, 17 El deseo del poeta para el rey. Por más glorioso que fuera el pasado, el rey se proyecta hacia el futuro y a los hijos que llevarán su dominio a toda la tierra. SALMO 46. FE Y REALIDAD Muchos conectan este Salmo (y 47–48) con la sugerencia de una dramatización (anual) que se presentaba en el templo, celebrando el reinado del Señor sobre toda la tierra (como el día de Asunción, cf.cf. Confer (lat.), compare 47:5). Un festival así estaría basado en la victoria del Señor sobre el “mundo” en ocasión del éxodo y miraría hacia adelante al día del Señor, final y culminante (ver Introducción). Otros destacan que Venid y ved (8) suena más como una invitación a inspeccionar una victoria verídica en lugar de observar una dramatización (cf.cf. Confer (lat.), compare “Id … contad … examinad”, 48:12, 13). En este caso, un suceso como la victoria del Señor sobre Senaquerib (Isa. 36, 37) provee un excelente marco: todas las naciones del Imperio Asirio se lanzaron contra Sion y fueron derrotadas. El Salmo consiste en una profesión de fe (1–6) y los hechos que reafirman la fe (8–10). 1–6 (a) Fe en la ayuda divina (1, 2): aunque el mundo sufra un colapso, Dios está presente para proteger (amparo) y ser de auxilio. (b) Fe en el propósito divino (3, 4): aun las catástrofes que desbaratan al mundo son un río, contenido dentro de sus límites, diseñado para alegrar la ciudad donde mora el Señor. (c) Fe en la soberanía divina (5, 6): en cuanto el Señor habla, la tormenta de las naciones se aplaca. 1 El amparo en el cual buscar refugio, la fortaleza para soportar las pruebas, el auxilio a disposición. 3, 4 Hay es un agregado interpretativo al texto heb. Más bien entiéndase el v. 4 como un comentario del v. 3: qué son estas aguas alborotadas, destructivas, más que un río. Aun los desastres cósmicos están totalmente controlados y tienen su propósito (5, 6). Lo mismo se aplica a los adversarios humanos, cuando las naciones se conmocionan. Basta que el Señor hable, tan absoluto es su movimiento soberano. 5 Al clarear la mañana, “cuando llega la mañana”, cf.cf. Confer (lat.), compare las referencias a la “mañana” en Exo. 14:24; 2 Rey. 19:35. 7 Con nosotros … refugio. El estribillo (cf.cf. Confer (lat.), compare 11) encapsula el movimiento de la estrofa anterior. Debido a que es nuestra fortaleza (1) corremos a él; como el Dios que está en medio (5), él se acerca a nosotros. Por eso cantamos que él está con nosotros y que es también nuestro refugio (un lugar alto e inaccesible, de “máxima seguridad”) al cual corremos para protegernos. 8–10 El Señor se ha encargado eficazmente de la amenaza: la guerra ha terminado y los medios para empezar otra guerra han sido destruidos. La voz que todo lo domina (cf.cf. Confer (lat.), compare 6) ahora manda descansar (10a) y ofrece palabras tranquilizadoras (10bc) (ver 48:12). El Sal. 46 invita a inspeccionar a un enemigo destruido; el Sal. 48 a una ciudad intacta. 9 Carros, que llevaban los suministros de guerra o el círculo de carros (1 Sam. 17:20) sitiando al campamento enemigo. 10 Estad quietos, “quédense tranquilos”. Exaltado he de ser, mejor “Yo soy”, es la realidad presente de un Dios soberano lo que hace posible descansar. SALMO 47. UN DIOS, UN REY, UN PUEBLO La victoria del Señor sobre la tierra (46:8, 9) no tiene la intención de terminar en desaliento internacional sino en gozo. El Sal. 47 convoca a la aclamación universal de un Dios como este. (1) Esta convocación es explicada (2 empieza con “Porque”) por la posición mundial de Jehovah como Rey. La evidencia de esto es lo que ha hecho por Israel en poder (3) y amor (4). En consecuencia, la verdad del Dios exaltado puede ser reiterada (5). Ahora se repite la misma secuencia: invitación a alabar (6, cf.cf. Confer (lat.), compare 1), explicación, el Rey universal (7, 8, cf.cf. Confer (lat.), compare 2), el pueblo favorecido (9, cf.cf. Confer (lat.), compare 3, 4) y el Dios exaltado (9, cf.cf. Confer (lat.), compare 5). Pero, en la segunda vuelta, el énfasis es distinto: Israel es exaltado sobre las naciones por la providencia (3) y elección del Señor (4); en el v. 9 los pueblos, representados por sus gobernantes, son incorporados como el pueblo del Dios de Abraham, la promesa abrahámica se cumple y todas las naciones son bendecidas (Gén. 12:1–3). Si subió Dios, “ha ascendido”, o sea “habiendo descendido” para obtener una victoria, sugiere el trasfondo del Salmo, podemos pensar en el éxodo (Exo. 3:8) o quizá la victoria divina sobre los adversarios de David (18:9) o (mejor aún) el incidente con Senaquerib (Isa. 31:4). Sea como fuere, en este Salmo el ATAT Antiguo Testamento mira gloriosamente hacia adelante al “descenso” mayor de Dios en Cristo para juntar a los hijos dispersos de Dios (Juan 11:52: cf.cf. Confer (lat.), compare Isa. 19:23–25; 60:1–3; 66:20) y a una grandiosa ascensión a un reinado universal, concreto (Ef. 1:20–23) y definitivo (Fil. 2:9–11). SALMO 48. ESTE ES NUESTRO DIOS El tema del regocijo después de una gran liberación sigue pero con esta diferencia que, mientras el Sal. 46 enfoca el peligro que fue quitado y el Sal. 47 los propósitos de la gracia del Señor hacia los enemigos que fueron derrotados, el Sal. 48 enfatiza que la ciudad que había estado en tanto peligro no había sufrido daños (12, 13). A1 (vv. 1, 2) El Dios grande y su ciudad gozosa B1 (vv. 3–7) Grandeza divina en acción B2 (vv. 8–10) Grandeza divina en la experiencia A2 (vv. 11–14) La ciudad gozosa y su Dios grande Es fácil ver cómo este Salmo puede haber sido presentado dramáticamente como parte de un festival en el templo (ver 9), por otro lado, es imposible no sentir la frescura de la experiencia recién vivida en la descripción de la desbandada de los reyes (3–7), en la afirmación lo hemos visto (8) y en la invitación a examinar la ciudad intacta (12, 13). Este es un Salmo sobre un peligro pasado y total liberación en el presente, una experiencia nada extraña para nosotros que vivimos en la actual, auténtica Sion (Heb. 12:22) al comprobar, una y otra vez, que nuestras inquietudes que nos empiezan a dominar son vencidas por el Dios siempre presente. 1, 2 El Dios grande y su ciudad gozosa. No, “¡Qué bendición es vivir en una ciudad bien fortificada en su lugar sobre el monte!”, sino, “Cuán grande es el Señor en su ciudad, sobre su monte”, ciertamente ¡un Gran Rey! El monte de su santuario, “el monte de su santidad”, donde mora en santidad. Toda la tierra, aquello que traerá gozo a toda la tierra, en el cumplimiento de la promesa abrahámica (47:9). El lado norte, es decir, el templo estaba en el lado norte (ver nota de la RVARVA Reina-Valera Actualizada). 3–7 La grandeza divina en acción. Una afirmación de la presencia y protección seguida (3) por una comprobación: el hecho de que los reyes se desbandaron (4, 5) ilustrada por los dolores de parto (6) y una tormenta (7). 3 Refugio, “máxima seguridad” (46:7). 4 Reyes (2:2), simbólico de la hostilidad continua del mundo hacia el pueblo de Dios, pero aquí tipificado en el avance del ejército multinacional de Senaquerib (Isa. 10:8). 5 Atónitos, aquí, “desconcertados” de manera que “se apresuraron a huir aterrorizados”. 6, 7 Una ilustración de un sentimiento interior seguido por una fuerza externa. Las naves de Tarsis, capaces de hacer frente al “mar abierto”, los logros marítimos más grandes del hombre, pero eso es como nada ante los vientos de Dios. 8–10 La grandeza divina en la experiencia. Cf. viéndola (5) con lo hemos visto (8): ¡ver lo mismo, reaccionar diferente! Ellos vieron lo que los aterrorizó, nosotros vemos nuestra seguridad en Dios. 9 Hemos pensado. Es posible traducir “demostramos” (como en una representación dramática) pero el significado “dar forma a una figura mental, o meditar en” está bien ejemplificado (50:21; cf.cf. Confer (lat.), compare Isa. 10:7); 10 Tu diestra simboliza acción personal. Justicia, todo lo que es correcto a los ojos de Dios. 11–14 La ciudad gozosa y su Dios grande. Un final dramático: la ciudad gozosa, sin haber sufrido ningún daño (11–13), pero luego nada más sobre la ciudad: un testimonio al Dios que es siempre el guía de su pueblo (14). 11 Juicios, lo que Dios “juzgó bien hacer”. 14 “Porque así es Dios, ¡nuestro Dios para siempre y siempre! El es quien nos guía aun en la muerte.” Para siempre es una referencia a “la morada de los muertos” (ver nota de la RVARVA Reina-Valera Actualizada), una fuerte expresión de la constancia divina: nunca nos dejará; pero también una afirmación de que quien nos libró del peligro de la muerte a mano de nuestros adversarios también nos librará de la muerte misma. SALMO 49. REDENCION DIVINA Y ESPERANZA ETERNA El Sal. 49 bien puede haber sido colocado aquí debido a las últimas palabras del Sal. 48. ¿Es verdad que cuando la muerte misma nos amenaza podemos confiar en que el Señor sea nuestro guía? La respuesta triunfal llega: Dios redimirá mi vida del poder del Seol (15). Los versículos como 6:5; 30:9; 88:4, 5 son citados con frecuencia para mostrar que el ATAT Antiguo Testamento no ofrece esperanza para después de la muerte, pero los versículos en cuestión son todos expresiones de personas que se veían (fuera cierto o no) morir bajo la ira de Dios y apartadas de él. En una muerte así no hay esperanza, pero la realidad es que no se referían a toda muerte sino al caso de ellos en particular. El Sal. 49 (cf.cf. Confer (lat.), compare 73) presenta claramente las alternativas: hay una muerte sin esperanza (13, 14) y hay una muerte llena de esperanza (15). El ser humano puede morir como las bestias (12) o puede morir con entendimiento (20). Esta es la solución del rompecabezas universal (1–4) que el salmista se propone solucionar. Primero (5–12) hace frente al hecho de que todos mueren. El punto inicial de sus pensamientos era la opresión a mano de aquellos cuyas riquezas les daban poder de amenazar a otros (5, 6), y empieza a consolarse con el pensamiento de que la riqueza no puede comprar todo (7–9): la muerte marca el momento cuando el dinero de rescate deja de tener valor. Todos por igual, sabios o necios, mueren (10) y luego la riqueza terrenal no provee más que una tumba duradera (11). Pero, en segundo lugar (13–19) la muerte no es el final: existen destinos más allá de la tumba que deben ser tenidos en cuenta. No importa cuánto se admire sobre esta tierra el hecho de que alguien sea seguro de sí mismo, independiente, su final es la muerte y la descomposición; mientras que los que andan bien con Dios pueden esperar un futuro de redención en la presencia de Dios (13–15). Por eso, no se agiten por las desigualdades de la vida (16); la muerte es la gran igualadora y en contraste con su experiencia terrenal, no hay luz para aquellos más allá de la tumba (17–19). 2 Tanto la gente común como la gente notable, mejor “toda la humanidad por igual”. 3 Inteligencia, “discernimiento”, palabra a la cual vuelve en el v. 20 (entendimiento): el discernimiento de que existe otra vida en la que no funcionan las nociones terrenales sobre el poder y la influencia; una vida negada a los que confían en sí mismos (13) y disfrutada únicamente por medio de la redención divina (15). 4 Oído … expresaré. Escuchar antes de hablar. El conocimiento que puede resolver el misterio de la vida y la muerte debe proceder de escuchar la palabra de Dios. 6 Por primera vez (ver también 13) se menciona la idea clave, confían. Confiar en uno mismo es lo contrario a un destino bendito después de la muerte. 7–9 Redimir … rescate, la primera palabra enfatiza enterarse del precio, la segunda, cubrir la necesidad. Pero ningún pago es suficiente para comprar la vida eterna. A su hermano. El heb. dice “aun un hermano”, o sea, aun en el caso cuando el amor no retendría nada. Hay un caso donde el pago puede exculpar la pena de muerte (Exo. 21:30), ¡pero la muerte misma no puede ser conmutada! 10 El necio, uno que actúa irresponsablemente hacia la vida y sus obligaciones, que se interesa únicamente en sí mismo y nunca mira más allá de las ventajas de corto alcance. El torpe, insensible a las realidades espirituales. 11 Sus tumbas. En heb.: “para adentro hacia ellos”, “lo que asumen en su interior es”. Sus horizontes son los de este mundo de manera que, —¡oh la ironía de ello!— lit.lit. Literalmente “¡Pusieron sus propios nombres a las tierras!” 13 Ver el v. 6. 14 Seol … Seol, el lugar donde los muertos siguen viviendo. Los rectos, los que mueren en buena relación con Dios (Núm. 23:10); cuyas vidas se conforman al camino de Dios (1 Rey. 15:5); aceptables a Dios (Job 1:1); aquellos a quienes el Señor salva (Sal. 7:10). Enseñorearán, el revés celestial de las relaciones terrenales del v. 5 (cf.cf. Confer (lat.), compare Luc. 16:22–25). Amanecer (17:15), el despertar después de la muerte. 15 Redimirá, Dios encontrará y pagará el precio fuera del alcance del hombre (7). Seol, “de la mano del Seol”, el poder del Seol de recibir y retener a los que no son redimidos (14). Llevará, como en Gén. 5:24; 2 Rey. 2:1; Sal. 73:24. 20 A través del Salmo se enfoca el caso del rico pero la verdad se aplica a todos: no es la riqueza lo que descalifica de una eternidad bendita sino la falta de un verdadero discernimiento (ver 3). SALMO 50. ¡PERDONADO CON UNA ADVERTENCIA! La escena es el día del Juicio, habiendo sido convocada toda la tierra (1) para aparecer ante Dios. El pueblo del pacto en particular (4, 5) es llamado a comparecer ante el Juez divino (6). Son acusados en dos grupos: los que aman los ritos religiosos (8) pero descuidan la gratitud, obediencia y oración (14, 15), y los que que recitan la ley (16) pero no la cumplen (17–21). El Salmo termina (22, 23) llamando a estos dos grupos a que se corrijan. La sección central (7–21) tiene la misma “forma” del Culto del Pacto en Exo. 24:3–8 donde el ritual del sacrificio y la sangre (vv. 4–6) es seguido por la recitación de la ley (vv. 7, 8). Por ello, el Salmo es muy adecuado para un festival de renovación del pacto, ya que provee una estructura que facilita el autoexamen personal. 1–6 El tribunal convocado. Cuando el Juez, los acusados y el lugar de la sesión han sido anunciados (1, 2), hablan por turno tres voces: que Dios viene para hablar (en juicio, 3); que viene como el Dios santo del Sinaí en el fuego y la tempestad (cf.cf. Confer (lat.), compare Exo. 19:16–18) y que el juicio está por comenzar en la casa de Dios (4; cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Ped. 4:17). Cuando ya el tribunal está en sesión, el Juez convoca a su pueblo (5, 6). 1 Jehovah, el Dios de dioses, en realidad: “El Todopoderoso, Dios, el Señor.” Esta triple fórmula aparece únicamente aquí y en Jos. 22:22 cuando las tribus transjordánicas fueron acusadas de apostasía y la usaron como una afirmación. En ese sentido concuerda con este Salmo donde se cuestiona la realidad de la lealtad. 3 No callará. El juicio no será un acto sin explicaciones donde el pueblo podría o no reconocerlo como obra de Dios. Todo se declarará abiertamente. 4 Cielos … tierra (cf.cf. Confer (lat.), compare Deut. 4:26; 1 Crón. 16:31; Sal. 69:34 s.; Isa. 1:2; Jer. 2:12). Aquí, el orden creado asiste como un testigo del demandante, habiendo observado silenciosamente todo lo ocurrido (ver 6). 5 Fieles. La palabra combina “amados (por Dios)” y “consagrados (a Dios)”. Pacto … sacrificio (Exo. 24:3 ss.). 6 Si los cielos han sido testigos de las faltas humanas (4), también lo han sido de la justicia divina y pueden afirmar la aptitud del Señor como Juez. 7–21 La acusación. La convocatoria (7) va seguida de dos acusaciones (8–15, 16–21). El v. 7 está lleno de temas del éxodo: Pueblo mío trae a la mente Exo. 7:16, el pueblo escogido; Israel es el “primogénito” del Señor, el objeto de la redención (Exo. 4:22); Dios, el Dios tuyo, refleja Exo. 20:2, el título del Dios redentor. 8–15 Formalismo ritual. Hace referencia a los que se deleitaban en hacer sacrificios (8) pero se equivocaban en el propósito de ellos, pensando que por su intermedio de alguna manera estaban enriqueciendo a Dios (9–13), pero no vivían responsablemente ante Dios dándole acciones de gracias, obediencia y oraciones de fe (14, 15). 8 El Señor no reprochará lo que ha ordenado y en cuanto a lo que se refiere al material usado en sacrificio nada tiene que reprochar. El ritualista es siempre puntilloso. 9–13 Pero caían en dos errores: que Dios necesitaba lo que ellos tenían (9–11) y que Dios dependía de lo que ellos le daban (12, 13). Creían que la religión era el hombre llegando a Dios, sirviéndole, ministrándole; lo cual es el más profundo de los errores religiosos. 13 Las religiones paganas alrededor de Israel creían que sus dioses eran nutridos por los sacrificios que ellos ofrecían. Se comete el mismo error toda vez que el mero quehacer de la vida religiosa se convierte en algo importante en sí. 14, 15 Por el contrario, la religión verdadera es responder con gratitud (por su gracia, bondad, etc.), obedientemente (en cumplimiento del voto del pacto de guardar su palabra, Exo. 24:7), en oración (dependiendo de que él sea suficiente en cada dificultad) y con devoción (dándole el honor que él merece). 16–21 Formalismo en las creencias. Es la expresión que define a las personas cuidadosas en decir todo muy correctamente (16), pero cuyas vidas contradicen lo que profesan (17–21). Los acusa: detestas la palabra de Dios (17) y desobedecen sus mandamientos (18a [octavo mandamiento]), 18b [séptimo], 19 [noveno]); lo ofenden con su formalismo vacío en la iglesia, con su desobediencia intencional en su vida, con la falsedad en sus relaciones, la corrupción de su hablar y su falta de amor en el hogar. Y para remacharlo, edifican su teología sobre el silencio aguantador de Dios (21), creyendo que el Señor es moralmente tan indiferente como ellos. 22, 23 La advertencia. La misericordia divina aguanta. La sentencia merecida todavía es cosa del futuro y la puerta de la salvación permanece abierta (21–23). 22 va dirigido a aquellos (16–21) cuyas vidas desdicen su profesión. El problema de ellos no es que no tengan en cuenta la ley sino que os olvidáis de Dios como alguien presente con ellos, consciente de su conducta ofensiva, como el Santo, ordenando a su pueblo a ser como él (Lev. 19:2). 23 Va dirigido a aquellos (8–15) cuya religión es meramente puntillosa: a ellos se les recuerda que la religión verdadera es sensible a lo que Dios ha hecho (cf.cf. Confer (lat.), compare 14), y cuidadosa en su manera de vivir (23, “el que actúa cuidadosamente en [su] camino [de vida]”). Por último, el Salmo que empezara con Jehovah convocando a juicio (1–6) termina con él ofreciendo salvación (23). SALMO 51. LA MARAVILLA DEL ARREPENTIMIENTO El Salmo y su título van juntos como mano y guante. La eficacia del arrepentimiento (1–4) es un comentario exacto de 2 Sam. 12:13. El problema del v. 16, que parece negar que los sacrificios sean aceptables a Dios, es resuelto al recordar que los pecados de David, de adulterio (2 Sam. 11:4) y homicidio (2 Sam. 11:14–17) no pueden ser cubiertos por ninguna provisión sacrificial. A veces se insiste en que los vv. 18, 19 son agregados posteriores diseñados para convertirlo en un Salmo apropiado para uso congregacional y para responder al rechazo del sacrificio en los vv. 16, 17. Pero (aparte del hecho de que el Salmo no puede ser adaptado ¡haciéndolo que se contradiga a sí mismo!) David, como rey, no puede pagar sencillamente como un individuo particular: su pecado constituía una amenaza a la fibra moral de la vida pública. En consecuencia, estaría tan deseoso por edificar a Jerusalén (18) como por su propia restauración. 1–6 Dios y el individuo: arrepentimiento y perdón. En Dios hay misericordia, favor gratuito, inmerecido (Gén. 6:8); amor que no cambia basado en un solemne compromiso; compasión, amor agitado, apasionado (1). El pecado se describe como rebeliones intencionales contra la voluntad conocida de Dios (1); maldad (2), lo interior “deformado” de la naturaleza caída; pecado (2), un mal específico. El pecador anhela que Dios borre (borra, 1) su pecado, que “limpie” la mancha que Dios puede ver; lávame, que penetre las fibras de su naturaleza para extraer la suciedad arraigada en ellas; límpiame, que quite el pecado como barrera que impide la comunión con Dios (2). 3–6 Arrepentimiento; su efecto y necesidad. La oración pidiendo ser limpiado (1, 2) descansa en el simple hecho de reconocer (reconozco) y percibir (delante de mí, o sea, sentido subjetivamente, 38:17) el pecado (cf.cf. Confer (lat.), compare 32:3, 4). 4 Contra ti. Sea cual fuere el daño que el pecado produce en uno mismo o en otros, lo principal de la pecaminosidad es que ofende a Dios (2 Sam. 12:13). Seas tú, “a fin de que”. Si el pecador fuera a gritar: “Tú eres soberano. ¿Por qué no me detuviste?”, el Señor respondería: “A fin de que llegues a reconocer tu pecaminosidad y mi rectitud. Mi propósito es que me conozcas tal cual soy, el Dios recto y el Juez justo. Sólo entonces te apresurarás a venir a mí para ser limpiado.” 5 La herencia de una naturaleza pecadora, bíblicamente, no excusa al pecador sino que lo coloca en la posición donde su sentido de culpa aumenta (Mat. 23:34–36). Nacido … concibió. Esto no cuestiona la santidad de los procesos de concepción y nacimiento, más bien afirma que desde el momento de ser concebida existe una persona humana moral, el infante en el momento de nacer, el feto en el momento de ser concebido. Este arrepentimiento debe tomar en cuenta los pecados reales (1–3) y la infección inseparable de la naturaleza humana. 6 En toda la naturaleza humana el pecado no tiene excusa porque es contrario a lo que Dios quiere (quieres), y contrario a la sabiduría de Dios enseñada por medio de la conciencia que todo lo penetra. 7–15 Dimensiones del verdadero arrepentimiento. 7 Busca la confrontación divina con el pecado; 8 con el pecador como quebrantado por la ira divina; 9 con la ofensa a Dios por el pecado. Quita, “saca el pecado”. Hisopo, el instrumento para rociar produciendo propiciación de la ira divina (Exo. 12:12, 22, 23), dando fin a la exclusión y enemistad (Lev. 14:6), purificando de la profanación (Núm. 19:16–19). David no sabe de ningún sacrificio que sea suficiente (16) pero está seguro de que Dios sí sabe. Gozo … alegría, la restauración del pecador a los cantos gozosos del santuario (42:4). Huesos, restauración a una integridad personal. Esconde, confronta, dentro de tu propia naturaleza, tu aborrecimiento santo de mi pecado. Borra, tanto de tu recuerdo como de mi expediente (1). 10–12 El penitente auténtico anhela librarse del pecado por medio de la creación de una nueva naturaleza que tenga el poder de la constancia, el favor continuo de Dios y la presencia de su Espíritu Santo (10, 11), el gozo de la liberación y el don de un espíritu, es decir, espíritu listo para hacer la voluntad de Dios (12). Saúl había perdido sus beneficios inmediatos (1 Sam. 16:14) pero no su realidad definitiva (1 Sam. 28:19) de la salvación y, sin duda, recordando este ejemplo David temía que le sucediera lo mismo; así como nosotros mismos podemos entristecer (Ef. 4:30) y apagar (1 Tes. 5:19) al Espíritu Santo, perdiendo las alegrías pero no la realidad de que está en nosotros. 13–15 Enseñando acerca de Dios promueve el arrepentimiento (13), pero el maestro debe tomar en serio su propia necesidad de arrepentimiento, siendo un ejemplo de lo que desea ver en ellos. Sólo como un penitente puede cantar la justicia de Dios (14): la maravillosa justicia por la cual es tanto justo como justificador (Isa. 45:21; Rom. 3:26). Pero el testimonio debe descansar también sobre la oración pidiendo al Señor que nos permita abrir la boca. 16–19 Dios y la comunidad: lo que agrada al Señor. La comunidad renovada se compone de individuos penitentes (16, 17), busca su seguridad en el favor de Dios y lo deleita con sus prácticas religiosas (18, 19). Estos versículos comparten los temas del deleite del Señor, su complacencia, el sacrificio y la ofrenda quemada. La ofrenda por el pecado no es mencionada sino sólo los sacrificios relacionados con la consagración a Dios (el holocausto, Gén. 22:2, 12) y la comunión con Dios y su pueblo (donde sacrificio se usa con holocaustos significa “ofrenda de paz”). La propia experiencia de David le enseñó que reconciliarse con Dios era cuestión del corazón (17). Este es el mensaje que quería compartir con otros (16 empieza con “porque”) y establecer una realidad fundamental en la nueva comunidad. Edifica los muros es metafórico, “hacer segura la comunidad”. Entonces, o sea cuando los pecadores penitentes (16, 17) ponen su seguridad en Dios (18), la religión es un deleite para el Señor; sacrificios de justicia, sacrificios que son todo lo que Dios espera de ellos. SALMO 52. EL ARBOL ARRANCADO Y EL ARBOL QUE PROSPERA La RVARVA Reina-Valera Actualizada aumenta y altera el texto heb. del v. 1, que sencillamente dice: “¡Cómo te jactas de la maldad, hombre poderoso! El amor infalible de Dios es el mismo cada día.” Doeg, el hombre que se había realizado confiando en sí mismo (1 Sam. 21–22), aprovechó su oportunidad, y siendo “tacaño con la verdad” y despiadado en sus acciones podía jactarse (jactas) de su propio éxito. Pero comparado con el autosuficiente Doeg, David asegura que nada puede hacer que Dios no esté de su lado. Lo correcto de restaurar el texto heb. en el v. 1 tiene su prueba en los vv. 8, 9 que recapitulan los mismos temas en orden inverso: La jactancia de la maldad (1) encuentra su par en la alabanza (gracias) del nombre que es bueno (9); el amor infalible que sigue todo el día (1b) se desarrolla y llega a ser el amor infalible que dura por siempre (8). El mensaje del Salmo es, entonces, que el amor de Dios es suficiente aun contra el triunfo despiadado, constante en el día de la presión (1) y el mismo por siempre (8). A1 (v. 1) Seguridades alternativas B1 (vv. 2–4) La lengua destructora C (v. 5) Acción divina B2 (vv. 6, 7) La lengua triunfante A2 (vv. 8, 9) Seguridad auténtica 1 (A1) Seguridades alternativas: poder humano o amor divino. Jactas, satisfacción y confianza en sí mismo. 2 (B1) La lengua destructora. Lengua, siempre el principal indicador del carácter. 3 El carácter, base de lo que dice la lengua: con respecto a valores éticos y normas de la verdad. 4 Engañosa (cf.cf. Confer (lat.), compare 2), la intención de engañar. Doeg dijo la verdad sólo en la medida que podía acarrear mayor mal. 5 (C) Acción divina. Por eso, “también”, o sea un acto paralelo de Dios, dirigido a las áreas personales (te), domésticas (moradas) y terrenales (tierra). 6, 7 (B2) La lengua triunfante. Reirán, no por la alegría de la venganza ni maliciosamente (Job 31:29; Prov. 24:17) sino como gozosa reacción a la intervención de la justicia divina (6, temerán) y la prueba de que fuera de Dios no hay ninguna fortaleza (7). 8, 9 (A2) Seguridad auténtica. El árbol lozano, en contraste con el árbol desarraigado (5), se planta en la presencia de Dios, se distingue por la fe asegurada en el amor infalible de Dios (8); caracterizado por una lengua que alaba (daré gracias, 9, contraste con 1, 2), siempre esperando (esperaré) que Dios será fiel a su nombre, y dando testimonio entre los fieles de Dios, aquellos a quienes Dios ama y que corresponden a su amor (9). SALMO 53. NO HAY POR QUE TEMER Aunque paralelo al Sal. 14, el Sal. 53 enfoca la misma verdad sobre un tema diferente. La variación clave ocurre en el v. 5. En 14:5 se comenta el temor que dominó a los enemigos del pueblo del Señor cuando por fin se dieron cuenta de que Dios estaba con la “generación de los justos”; 53:5 reprende el temor sin razón sentido por el pueblo de Dios al enfrentar a sus adversarios (4), ya que Dios esparció a sus enemigos. Juntos, entonces, los Salmos muestran facetas contrastantes de la misma situación: cuando el peligro acecha, sus enemigos tienen toda razón para temer y el pueblo de Dios no tiene ninguna razón para temer. Véase un comentario detallado en el Sal. 14. 5 Restaura porque, antes de Dios esparció. El tiempo pasado indica que David estaba sacando una lección de algún incidente que ya había sucedido, pero que puede expresar una “característica ya fija”, o sea “Dios esparce”. El temor es siempre sin base (nada que temer) porque él siempre contraataca. SALMO 54. EL NOMBRE QUE SALVA Zif estaba situado en el extremo sur de Judá y seguramente a David le dolía ver que su propio pueblo se ponía en su contra, por más que su lealtad a Saúl fuera correcta. Como por lo general sucede con los salmos que tienen encabezamientos históricos, el tema que sugiere el encabezamiento es generalizado. David no menciona aquí a los sifitas, como tampoco mencionara a Doeg en el Sal. 52 pero, en ambos Salmos, aprovecha la oportunidad para asentar cómo tales situaciones han de ser encaradas: (i) en oración (1, 2). Por tu nombre, actuando de acuerdo con tu naturaleza revelada. Sálvame … defiéndeme, respectivamente un peligro inmediato y la cuestión fundamental: que a David lo estaban juzgando mal y que lo trataban como un traidor. (ii) Recordando la verdad (3–5). Primero, el carácter de sus adversarios (3), segundo, el carácter de Dios (4) y, por último, la oración pidiendo acción retributiva. Los extraños eran en realidad los compatriotas judíos de David pero que actuaban como extraños violentos, porque no toman en cuenta a Dios, cuando no se toma en cuenta a Dios no se puede contar con fidelidad o humanidad. Señor, “El Soberano”. Volver … destrúyelos, lo primero se refiere al aspecto “bumerán” del pecado, una retribución inherente a la naturaleza de las cosas, lo segundo a la providencia moral directamente divina. (iii) Comprometiéndose al futuro (6, 7). Esto no se ha de entender como un regateo con Dios (Si tú haces esto por mí prometo que … ) sino como una respuesta espiritual a la bondad divina. Así como él es fiel a su nombre (1), así hemos nosotros de dar gracias a su nombre (6) porque me has librado o “lo”, el nombre de Dios en acción. Han visto, sin regocijarse con lo que ven, sino observando que ha sido preservado en vida para ver a sus adversarios dispersados. SALMO 55. SOLUCIONES: ENGAÑOSAS Y AUTENTICAS La secuencia Dije (6) … clamaré (16) … confiaré (23) expresa el movimiento de este Salmo. En grandes apuros (1–5), David con gusto huiría de la situación (6–8) pero opta por responder a la incesante oposición (10) con incesante oración (17), descansando así confiadamente (23). A1 (vv. 1–3) Oración a causa del enemigo B (vv. 4–21) Soluciones b1 (vv. 4–8) ¿La solución de huir? b2 (vv. 9–21) La solución en la oración A2 (vv. 22, 23) Confianza frente al enemigo 1–3 Cuando ya no hay salida hay un recurso llamado oración. Mi pensar … deprimido (2) “Ya no sé para dónde agarrar”; turbado, desmoralizado. 3 Odian, “guardan resentimiento”: lo que dicen (voz), su presionar, “las dificultades” (iniquidad) que ellos inculpan (“hacen resbalar” [como una avalancha]’, cf.cf. Confer (lat.), compare 22), la animosidad que guardan (furor). Tal puede ser la experiencia del creyente. La lección que David aprendió fue hacer que la presión de la gente lo presionara a orar. 4–8 Darle la espalda a todo. 4, 5 Bosquejan el problema; 6–8 ofrecen una solución atractiva. 4 Se estremece de angustia. 5 Espanto “tiembla”. No sabemos a qué situación se refiere David pero los cinco sustantivos y tres verbos en la RVARVA Reina-Valera Actualizada no dejan duda de la naturaleza mortal y aterradora de la misma. 6–8 Contienen una apelación a resolver los problemas huyendo; para disfrutar del descanso, no ser molestado y encontrar refugio mientras la tempestad ruge afuera. 9–12 El golpe más fuerte, la solución más segura: oración. 9–11 Presión constante: día y noche. 12–14 El dolor más profundo, la comunión violada. 15–19 Oración constante: noche, mañana, mediodía. 20, 21 El dolor más profundo, el pacto violado. La solución no es huir de la situación, sino buscar la intervención de Dios en la situación; no la solución natural del escapismo sino la solución espiritual de la oración. 9 David oró una oración similar en 2 Sam. 15:31, pero no es ése el origen del Salmo: porque a esas alturas, David estaba huyendo; pero no hacia lo que le daría paz. Aquí el peligro está dentro de la ciudad y David es nuestro ejemplo para contrarrestarlo con la oración directa y vigorosa. 10 Maldad … abuso, “hipocresía … dificultades”. 12–14 Entre la compañía que se opone a él (9, 10, 15, 19) uno le da la estocada más triste, un amigo (13) y confidente espiritual en el pasado (14). David camina en la sombra de una mayor traición futura (Mat. 26:47, 48; Mar. 14:43–45; Luc. 22:47, 48. Nótese cómo todos los relatos dicen “uno de los doce”.) 15 Estaremos en posición de criticar la audacia de la oración de David cuando hayamos pasado por un peligro igual: para nosotros mismos (4, 5) y para otros (9–11) (cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Rey. 2:24). El Señor Jesús, siendo perfecto, pronunció una maldición sobre Judas (Mat. 26:24). La oración concuerda con la ley de Dios (Deut. 19:19) pidiendo para ellos lo que ellos amenazaron hacerle a él (4); también refleja la acción del propio Dios cuando, en el pasado, el líder que él escogiera fuera amenazado (Núm. 16:28–33). Pero nótese que el motivo (15) de esta terrible oración no es el peligro que representan para David, sino el hecho de que se han prestado para ser una morada de (plural de una amplificación) “toda suerte de maldades”. La oración es el producto de una convicción moral. 16–19 La oración de David es una actuación resultante de su compromiso, Yo clamaré (16), enfático, “Pero yo por mi parte … ”; una disciplina constante, anochecer, amanecer … mediodía (17); y descansa sobre lo que el Señor hace: salvará (16), oirá (17), ha rescatado (encuentra la total y suficiente solución para mi necesidad, 18) —y sobre lo que Dios es— el que permanece (19). 22, 23 Un consejo, una confianza, una verdad y un ejemplo. En el v. 23 en lugar de pero léase “porque”. El consejo a los demás que consagren todo a Dios con la confianza de que él les sostendrá surge de lo que es verdad acerca del Señor en cuanto a su oposición a aquellos, los impíos. De esta manera los versículos enfocan lo que tú debes hacer, lo que el Señor hace: para el justo, los que andan bien con él, (22); para aquellos impíos (23); y lo que yo hago (23). 22 Echa, “arroja”, acción vigorosa. Carga, “asignación”, lo que te es asignado. Sostendrá, la promesa no es de quitar la carga sino de sostener a la persona. Caído, del mismo verbo que “hace resbalar” (3). Por más pesada que sea la avalancha de dificultades que lo arrolla, el justo no resbalará. SALMO 56. TEMOR Y FE El día que tengo temor (3) … No temeré (4). Esta paradoja expresa el corazón del Salmo. La situación se relata en 1 Sam. 21:10–15 y es comentada en el Sal. 34 (una meditación subsecuente: que no fue la astucia de 1 Sam. 21:12, 13 sino la oración lo que efectuó la huida) al igual que aquí: una meditación de David cuando estaba bajo arresto domiciliario en Gat, presumiblemente como un importante rehén. El Salmo consiste de seis secciones balanceadas: David, objeto de la hostilidad del hombre (1, 2) es objeto del cuidado de Dios (9–11); la fe que vence el temor (3, 4) es una confianza que emana de la oración (7, 8); y David siendo oprimido por el hombre (5, 6) se convierte en el David que ha hecho su voto a Dios (12, 13). 1, 2 Un breve clamor a Dios concentrado en el peligro que lo rodea. Contrástese 12 con 13, ¡una referencia al peligro en medio de un concentrarse en Dios! Tal es el efecto del que dice confío (3, 4) porque actúa por medio de la oración (9–11). Cuando ponemos los ojos en Cristo “lo terrenal sin valor será”. 3, 4 El día, o sea “en el mismo momento”. Cuya palabra. La fe no es un “sentimiento” de que todo resultará para bien. Es una convicción que brota de lo que Dios mismo ha dicho, una confianza en sus promesas. En el v. 1 hombre es un palabra que subraya la fragilidad humana; aquí, mortal, “carne” implica un contraste con Dios (Isa. 31:3; 2 Crón 32:8), debilidad contrastando con fuerza (cf.cf. Confer (lat.), compare 32:8). Así, cuando la fe se vuelve a Dios como él se revelara en su palabra, la perspectiva cambia. 5, 6 ¡Qué bien describe la situación en que se encontraba David! La corte de Saúl tergiversando sus palabras y conspirando contra él; los filisteos observando todos sus movimientos (¡como seguramente han de haberlo hecho cuando el que mató a Goliat tuvo el descaro de presentarse en Gat!). 7, 8 Balanceando los vv. 1, 2: un ruego pidiendo cuidado divino. 7 Quizá debiera leerse: “Al tomar en cuenta su iniquidad, ¿puede haber alguna salida para ellos?” Los pueblos, “estos pueblos”. 8 Cada tristeza que sentimos (lágrimas), cada momento de dolor (el libro) está guardado en los cielos esperando la acción divina). 9–11 Que (9), “el día”: en el v. 3, era el día de la fe; aquí el día de oración, porque la oración es la primera manera en que se expresa la fe auténtica y, a su vez, lleva a una fe más integral: cf.cf. Confer (lat.), compare 10, 11 con 3, 4. Hombre (11), es el hombre creado por Dios, por lo tanto totalmente bajo su control soberano. 12, 13 Contra mí son todos sus pensamientos para mal (5) es (lit.lit. Literalmente) “sobre mí, todos sus pensamientos”; en el v. 12 sobre mí … tus votos expresa que cuanto más nos amenaza el mundo, más grande será nuestro compromiso; no en el sentido de regatear con Dios, sino para mostrar una determinación de avanzar espiritualmente como resultado de una experiencia soportada y una liberación otorgada. En el v. 13 (para que) se nota que éste es justamente el propósito que Dios tenía en mente al otorgar liberación. SALMO 57. ¿BAJO SUS ALAS EN LA NOCHE DE LA DUDA Y LA TRISTEZA? Este Salmo pregunta: “¿Dónde estás?” El título dice que David estaba en la cueva (es más probable que se tratara de 1 Sam. 21 que de 1 Sam. 24) pero David se refugia en ti … en las sombras de tus alas (1). Huyendo de Saúl, y disponiéndose a pasar la noche (4, estoy tendido, “acostado” como un fugitivo solitario), la cueva lo cobija, pero él la ve como las alas extendidas de su Dios. Debido a esto, el clamor inicial de su oración (1) se convierte en un clamor de alabanza (9, 10); su confianza en la oración (2, 3, Clamaré … El enviará) se convierte en una firme alabanza (7, 8); y su sentido del poder de sus enemigos (4) se transforma en una convicción de que sus enemigos están condenados al fracaso (6). Sin embargo, lo importante para David no es que sea librado o que sus enemigos sean atrapados sino que Dios sea exaltado en gloria (5, 11). 1 Misericordia, gracia inmerecida. 2, 3 El sentido de seguridad (clamaré … El enviará) surge de un sentido de Dios: supremamente exaltado, Dios Altísimo; irresistible en su propósito (que me favorece, cf.cf. Confer (lat.), compare Fil. 1:6); y de misericordia y verdad que no cambian. 5 ¡Qué real es el hecho de que el espíritu entusiasta de los vv. 2, 3 es desafiado inmediatamente por los peligros de la vida (4)! ¡Qué lección en espiritualidad es que, también inmediatamente, los peligros son desafiados por una exclamación al Dios exaltado! 6 Con el recuerdo de Dios (5) viene la seguridad de que la maldad causará su propia ruina. 7, 8 David se ha visto frente a sus adversarios (4) y luego, por buscar la gloria de Dios (5), ha podido enfrentarlos exitosamente. Ahora se dedica a la alabanza. Alma (lit.lit. Literalmente “gloria”), probablemente una metáfora significando ofrecer lo mejor de mí a Dios. Despierta. Habiendo tratado de dormir en medio del peligro (4), ahora David se siente listo para encarar el nuevo día con alabanza. 9–11 David toma en serio el hecho de que los propósitos más amplios que su propio éxito personal serán cumplidos, incluyendo una función mundial, porque fue escogido para ser rey sobre una nación que tenía un llamado especial en relación con todas las naciones (Gén. 12:3). Y había hecho frente a sus dificultades de tal manera que tenía ahora un testimonio válido de la misericordia y la verdad de Dios. SALMO 58. EL UNICO SOCORRO, LA GRAN APELACION Mientras que existen dudas sobre la traducción de magistrados (1), resulta claro que quienes administran justicia (sean jueces humanos o los seres angelicales encargados de mantener el orden sobre la tierra) no lo están haciendo (2). En consecuencia, se apela a Dios (6) para que intervenga, y el Salmo termina con gozo por el justo (10) y la percepción pública de un Dios justo (11). Las secciones intermedias (3–5, 7–9) tratan respectivamente con el carácter y el fracaso del impío. Este Salmo tiene un mensaje profundo con respecto a la injusticia sobre la tierra y el fracaso y las maquinaciones sobre quienes cae la responsabilidad de administrarla. Somos simplemente irrealistas si no queremos reconocer el rigor del v. 6 ya que abundan ejemplos donde clamamos con razón a Dios para que detenga la injusticia en las altas esferas. 1, 2 La justicia violada. Magistrados (lit.lit. Literalmente “silencio”), posiblemente: “¿Puede ser que en el silencio hables justicia?”, o sea que hagas justicia quedándote callado. Con un pequeño cambio de una vocal se obtiene “los poderosos”, ya sea los grandes de la tierra o los principados y poderes celestiales. 3–5 El carácter del impío. La desviación (alienaron … descarriaron) y la falsedad (mentira) son su herencia de nacimiento (cf.cf. Confer (lat.), compare 51:5); llevan veneno dentro de sí y son incorregibles (lit.lit. Literalmente “como una cobra sorda que se tapa los oídos”), incapaz, no dispuesto a escuchar cualquier llamado a ser diferente (4; cf.cf. Confer (lat.), compare Rom. 1:28–32; Tito 3:3). 6 La gran apelación. Dado que la acusación se centró en el habla (1) se invita el juicio divino para tapar la boca de los que abusan de su posición y para destruir el poder que tienen de hacer mal. Esto es realismo santo, como pedirle a Dios que lleve a la bancarrota a los traficantes de armas; o que haga explotar las bombas terroristas en las manos de quienes las fabrican o colocan. Si la gente está empecinada irreversiblemente en seguir sus malos caminos y no hacen ningún caso a la apelación que se les hace, no queda más que consignarlos al Dios santísimo. 7–9 El destino del impío. Cuatro ilustraciones de “llegar a la nada”: el agua que corre por el suelo y desaparece (7); una flecha que se arroja y “parece marchitarse”, cae al suelo como una hoja muerta (7); una babosa “que se va derritiendo” y deja sólo una cáscara vacía (8); un embarazo que termina en muerte y no vida (8). 9 Antes que sus espinos … , posiblemente un proverbio para indicar “instantáneo” (“en un abrir y cerrar de ojos”). Las espinas secas se queman inmediatamente, antes de que el fuego llegue a la olla (ver la nota de RVARVA Reina-Valera Actualizada: “heb. de significado oscuro”. “Antes que vuestras ollas puedan sentir el fuego de los espinos”, BABA Biblia de las Américas). Cual vendaval. Las palabras (lit.lit. Literalmente “viviente” y “fuego”) no se ejemplifican en este significado metafórico. Posiblemente una referencia al Señor: “Como el Viviente, como la Furia misma, los arrebatará cual vendaval.” 10, 11 La justicia reivindicada. Lavará sus pies, una metáfora significando lograr la victoria (68:23). Dirá el hombre. La exactitud en la ejecución de la justicia es una influencia poderosa sobre la sociedad (Deut. 19:18–21). SALMO 59. MAXIMA SEGURIDAD Este Salmo consta de dos partes (1–10, 11–17). La primera empieza con una oración pidiendo liberación (1, 2), extendiéndose para incluir una oración pidiendo el juicio mundial (5); la segunda, con una oración pidiendo el desquite (11–13b) como algo que proveería una revelación mundial (13cd). Cada oración va seguida por el tema de “perros que merodean” (6 y 7, 14 y 15) y esto a su vez lleva a Pero tú (8–10) y Pero yo (16 y 17). El relato que sirve de antecedente en 1 Sam. 19:10–12 sugiere una emboscada cierta noche en la casa de David, pero dicha historia se cuenta sin detalles y todo el período empezando en 1 Sam. 19:10 deja bastante tiempo para la amenaza persistente de la cual habla el Salmo (6, 14). En algún momento de su huida de Saúl, David logró burlar a los guardias y salir de su casa con Mical. Saúl tenía que actuar con cuidado por la popularidad de David, pero esperaba al principio librarse de David por medio de un homicidio que no se le podría atribuir. Cuando la huida de David hizo que esto fuera imposible, se dispuso la emboscada. El tema que se repite en el Salmo es que la máxima seguridad se encuentra en Dios: ponme a salvo (1), “ponme en lo alto”; fortaleza (9, 16, 17), “refugio alto”, de una altura inaccesible a los enemigos. Nótese que David avanza en su plegaria: “Sé mi máxima seguridad” (1), a un clímax de confianza: “Tú eres mi máxima seguridad” (17). Empezó con oración (1–5). Tenía verdadera confianza en la suficiencia de la oración: sabiendo de los poderes en su contra (3) de todas maneras le bastaba con decir: Líbrame … ponme a salvo … salvo … despierta para venir a mi encuentro. La apelación a Dios para que efectuara, aun ahora, el juicio final, mundial (5) es prueba del sentido que David tenía de su propia inocencia (3, 4) de los cargos en su contra: aun ante ese tribunal nada tenía que temer. Pero su confianza no es en su inocencia sino en la oración. Continuó con fe (6–10). Los perros que merodeaban vuelven al anochecer (6) pero al espiar David por la celosía, no lo hace por temor a ellos sino esperando la llegada de Dios (9), seguro de su dirección (10) y de que sobrevivirá el peligro hasta “ver el final” de sus difamadores. Mantuvo rigor y compromiso moral (11–13). En el v. 11 David habla de mi pueblo porque en principio, aunque no todavía de hecho, él es su rey. Como tal, no busca un mero alivio personal sino que quiere que Dios actúe de manera que el mundo note la providencia moral de Dios en acción sobre la tierra (13). De la misma manera, su preocupación no es “que le devuelvan lo suyo” sino que pecados … soberbia … maldición … mentiras (12) sean castigados. En lo peor de las dificultades, Dios puso un canto en el corazón de David. Los perros aún merodeaban (14, 15), Pero (16) “en cuanto a mí, canto … ” (17) hago música. ¡Qué sorpresa debe haber sido para los que acechaban escuchar a David y Mical en su culto matutino y vespertino! SALMO 60. A FLAMEAR LA BANDERA David pasaba por una dificultad de la cual él mismo era responsable. Según 2 Sam. 8:3–7, capturó sorpresivamente a Hadad-ezer de Soba. Hadad-ezer estaba ocupado asegurando la frontera en el extremo norte y David, en forma oportunista, invadió el sur. Pero antes de poder saborear su victoria, le llegó la noticia de que Edom a su vez había tomado a David de sorpresa e invadido atravesando el valle del mar Muerto. Con el rey y su ejército a distancia de allí, parecía que el incipiente reino de David moriría antes de poder cimentarse. La situación se expresa resumidamente en el v. 1: el peligro real no es Edom sino la furia divina (expresada por medio de Edom). Por lo tanto sólo en la oración (¡Vuelve a nosotros!; favorécenos nuevamente) está la respuesta. El temblar la tierra (2, cf.cf. Confer (lat.), compare Exo. 19:18; 1 Sam. 14:15), como vino que hace tambalear (3, cf.cf. Confer (lat.), compare Isa. 51:17) muestra la presencia e ira divina, pero hay una bandera que flamear (4), la bandera de la oración (5). Porque en esencia, esta es la situación: Dios ha hecho promesas con respecto a la tierra, al pueblo y a los actuales enemigos (6–8). Sólo Dios es nuestra esperanza (9, 10), por lo tanto, la oración es el único camino (11). El mensaje es más amplio que la ocasión: en cada crisis —aun en las que son por nuestra propia culpa— la solución es repetir las promesas de Dios y flamear la bandera de la oración. Cuando somos infieles, él sigue siendo fiel: no puede negarse a sí mismo (2 Tim. 2:13). 1 Es característico del pensamiento bíblico ver duras cosas (3) rastreándolas hasta su origen en Dios. No es imposible que Hadad-ezer haya animado a Edom a que abriera un segundo frente. Pero la manera de manejar las situaciones es ir directamente a su origen. Sea cual fuere la justificación que puede haber tenido David para atacar a los filisteos (2 Sam. 8:1) no se justificaba que conquistara a Moab y Amón (2 Sam. 8:2, 12; cf.cf. Confer (lat.), compare Deut. 2:9, 19). Atacar a Hadad-ezer era sencillamente imitar la política oportunista de los poderes mundanos. ¡Con razón Dios estaba enojado! 4, 5 Cf. Exo. 17:8–16. Moisés consideraba que sus manos en alto era como levantar bandera contra el enemigo y como tocar el trono de Dios en un ruego. Sin duda David pensaba lo siguiente: el ataque de Edom era como el de Amalec (Deut. 25:17, 18). Ante el arco o “en pro de la verdad”. 6–8 En su santuario, mejor “en su santidad”: ha dado su palabra santa. Siquem … Sucot, las zonas centrales de Palestina y Transjordania; Galaad … Manasés, las zonas norteñas que lindaban con el Jordán. Estas tipifican la tierra que el Señor había prometido. Efraín … Judá, los dos componentes principales del pueblo al cual se habían hecho las promesas. La dignidad (fortaleza de mi cabeza … cetro) pertenece a su pueblo; el estado servil (vasija en que me lavo … sandalias) y la subordinación (sobre Filistea) a otros. 9–11 Ya no sales … con se convierte en con Dios por la sumisión de la oración suplicante. La bandera que flamea es a favor de Dios al igual que (4, 5) en contra del enemigo. SALMO 61. CORAZON QUE DESMAYA … ORACION QUE SE ALZA Como muchos salmos, el Sal. 61 empieza con una oración y termina con una alabanza. Esta es una secuencia bíblica, porque la oración genera una seguridad en Dios que se expresa en alabanza y es contestada por los hechos de Dios a los cuales la alabanza es la reacción debida. El pedido inicial es tener una audiencia (1) expresada en una oración de seguridad basada en el poder protector de Dios demostrado en experiencias del pasado (2, 3), pidiendo comunión permanente basada en una relación establecida (4, 5, se traduce “Oh déjame morar … ”) y pidiendo el reinado eterno del rey de Dios (6, 7). Como la continuación del reinado de David estaba en peligro, su huida de Absalón es un escenario aceptable para el Salmo, además, nos habla bellamente de una seguridad que nos saca de los peligros, un poder dentro del cual estamos seguros, el calor de una bienvenida cariñosa y protectora y un rey que reina para siempre. Notas. 2 Desde el extremo, desde una tierra tan remota como el cielo. Más alta que yo, tanto que yo no podría alcanzarla sin ayuda. 4 Tabernáculo, la morada de Dios (Exo. 29:44–46). Alas (Rut 2:12; Luc. 13:34). 5 La razón (pues) por la cual busca entrada a la morada de Dios: un voto humano (de consagración. lealtad) y un regalo divino como herencia (Ef. 1:13, 14). 6 David oró según la fórmula convencional: “Viva el rey para siempre.” Pero el Señor respondió sentando sobre el trono de David a un rey verdaderamente eterno (Luc. 1:31–33). La oración siempre recibe una respuesta más completa de la que pedimos (Ef. 3:20). 8 Cantaré … pagar. La alabanza sin un compromiso moral serio y sostenido es una quimera. SALMO 62. PODER QUE OBRA EN AMOR Tenemos mucho que temer y nada en qué apoyarnos o confiar en la humanidad. En consecuencia, bajo la presión humana en toda su realidad, ¿dónde está nuestro recurso? ¡Sólo y perfectamente en Dios! La verdad es declarada (1, 2), repetida como una palabra de aliento para sí misma (5, 6), recomendada a los demás (7, 8) y fundamentada en la palabra de Dios (11, 12). Esta no es una doctrina ilusa sino una que ha sido probada en las duras experiencias de la vida: que la gente puede ser muy peligrosa (3, 4) y que el mundo no ofrece solución ni en sus habitantes (9) ni en sus prácticas. 1 Junto con los vv. 2, 4, 5, 6, 9 comienza con una partícula (omitida en la RVARVA Reina-Valera Actualizada) que significa “pero todavía”. Muchas son las presiones “pero todavía” (1) en Dios reposa; muchas son los poderes alternativos propuestos “pero todavía” (2) sólo él es mi roca; muchas las razones por las cuales el enemigo no puede triunfar “pero todavía” (4) solamente consultan; y a pesar de sus intenciones en todo, la verdadera amenaza de ellos “pero todavía” (5) reposa. Si alguien dice que necesita también otros poderes, responde “pero todavía” (6) sólo él; y si hacen notar cuánto podrían ayudar otras personas responde “pero todavía” (9) vanidad son los hombres. Es así que la gran verdad de la fuerza total de Dios para dar descanso a su pueblo en medio de las vicisitudes de la vida ha sido comprobada por experiencia, aun ante realidades contrarias y consejos que ofrecen otras alternativas. Reposa, “es quietud”. 2 Refugio, máxima seguridad (59:1, 9, 16, 17). No seré grandemente movido, “nunca gravemente”. Esto es realismo: la vida tiene sus experiencias de zarandeo pero el v. 6 también dice la verdad: no podemos ser movidos de nuestra máxima seguridad. 3, 4 ¡Qué cierto de la humanidad pecadora: aplastar al débil (3), despreciar lo de verdadero valor, recurrir a mentiras y engaños! ¡Qué distinto de Dios (Isa. 42:3) y sus verdaderos siervos (2 Cor. 4:2; 13:9)! 5 En momentos de tensión puede ser que debamos forzarnos a hacer lo que sabemos es verdad. 6 Movido (ver v. 2). 7 Gloria, la reputación y posición que los enemigos destruirían. 8 Derramad. El descanso personal en Dios debe ser logrado en oración (Fil. 4:6, 7). 9, 10 El mandato de “confiar sólo” en el Señor va apoyado en el consejo de no confiar en la humanidad (9), sus caminos y sus recursos (10). Comunes … notables, expresiones idiomáticas para denotar “todos por igual”. 11, 12 Dios tiene poder (a diferencia de lo insubstancial del hombre, 9) y amor que no cambia (a diferencia de los engaños del hombre, 9). No sólo eso, sino que su poder amante es un poder activo de providencia moral (12) por la cual “compensa totalmente” (pagas). Por lo tanto, podemos confiar en él para nuestro bienestar venciendo las obras de nuestros enemigos. SALMO 63. ANHELOS DE LA MAÑANA … PENSAMIENTOS DE LA NOCHE David tuvo su experiencia en el desierto de Judá (título) al huir de Absalón (2 Sam. 15:23, 28; 16:2, 14; 17:16, 27–29). En ese calor agotador y deshidratante su sed era de Dios. Con diligencia te he buscado (1) es más bien “te busco temprano”: sus pensamientos al amanecer cubren su estado presente (1), una sed de Dios domina todo su ser (alma … cuerpo); sus experiencias pasadas (2, 3) del poder, la gloria y la misericordia de Dios dándole las fuerzas para encarar el nuevo día con alabanza y, el futuro, también con alabanza como respuesta (4, 5): saciará … alma y labios de júbilo. Pero también en mi cama surgen los pensamientos nocturnos de un pasado (6, 7) en el cual, lit.lit. Literalmente, “has dado pruebas de ser mi socorro”, impulsando un canto; de un compromiso mutuo en el presente (8, Mi … a ti, tu mano derecha … me) y seguridad consecuente (9) y, en el futuro, emitiendo su juicio y dando gozo y triunfo (10, 11). Este Salmo revela “no el andar a tientas de un extraño tratando de encontrar a Dios, sino el deseo de un amigo, casi un amante, de estar en contacto con el ser que ama” (Kidner). David habla del amor de Dios por él (3), pero es su propio amor por Dios que lo que nos hace orar: “¡Oh dame la gracia de amarte más!” 1 Dios es conocido personalmente (mi Dios), recibe prioridad en el día (“temprano”) y en los anhelos (en tierra árida … carente de agua). 2 Lit., “Entonces” te he contemplado, o sea, te vi como la solución de un anhelo como el que expresa el v. 1. Anteriormente Dios había satisfecho el alma anhelante y sin duda habría de hacerlo ahora. 4 Nuevamente “entonces”, por eso te bendeciré. Los lugares cambian. David no puede ya acercarse al santuario, pero Dios no cambia. Revelaré todavía su poder, gloria y amor, aun en el desierto, y por ello será alabado. 9, 10 La espiritualidad de 1–8 no es escapista ni irreal sino la esencia misma del vivir práctico. La situación era una de un conflicto que cayó sobre el rey, que debía ser resuelto por medio de una victoria y una derrota. Ya que están empecinados en destruir a David, lo que acarrearán es su propia destrucción: para destruirla, más bien, “serán destruidos”. Esta es la providencia moral activa del amor y poder de Dios que 62:11, 12 declara. 11 Absalón era una amenaza para David como rey (cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Sam 15:4, 10). Al referirse a sí mismo como rey, David está asegurando que “los dones de Dios y su llamado son irrevocables” (Rom. 11:29). SALMO 64. EL DIOS JUSTICIERO La experiencia personal y los sucesos públicos muchas veces hacen dudar de la existencia de un Dios justo y de una providencia moral activa. Si un Dios bueno realmente gobernara el mundo ¿habría tanto desequilibrio de destinos entre la gente indudablemente buena y la indudablemente mala? ¿Triunfaría lo malo tantas veces sin que pase nada? Este Salmo responde asegurando que hay retribución divina. Los enemigos de David: malos (malhechores) que causaban problemas (los que obran iniquidad) (3) afilan sus lenguas (espadas) y toman puntería con palabras (flechas) envenenadas, planeando un asalto secreto repentino (4); seguros en lo que planean, actúan sin temor (y no temen) y preguntan: ¿Quién nos ha de ver? (5) poniendo en duda la existencia de un Dios santo que observa y reacciona. Pero las mismas armas que usan se volverán en contra de ellos —la flecha y la lengua— ¡y con igual prontitud! (7, 8). Porque no importa lo astuta que sea la mente del hombre (6), Dios sabe a dónde apuntar y la providencia moral que ellos despreciaron se convertirá en una cuestión de testimonio público (8, 9). Pero la providencia justa de Dios que obra de una manera para retribuir, obra también de la otra manera para proteger: la voz que ora en medio de sus dificultades pidiendo protección se convierte en la voz que, dentro del refugio divino, se goza en la alabanza (10). A1 (vv. 1, 2) Oración pidiendo protección B1 (vv. 3, 4) El ataque C1 (vv. 5–6b) Negación de retribución B2 (vv. 6c–8b) El contraataque C2 (vv. 8c, 9) Afirmación de retribución A2 (v. 10) Gozo en la protección 1, 2 Oración pidiendo protección. Mi voz, no una queja sino compartiendo sus dificultades. 2 Consejo secreto de los malhechores, “pandilla”. 3, 4 El ataque. Temen, temor a una represalia. 5, 6b Negación de retribución divina. ¿Quién nos ha de ver?, o sea, “observará” para tomar nota y hacer algo al respecto. 6c–8b El contraataque. Lo profundo. Tradúzcase “Aunque la mente … profundo … pero Dios … ” Es posible esconder un plan de la gente pero no de Dios. Por más profundo que esté el corazón, su flecha da en el blanco. 8ab es difícil de traducir, pero la RVARVA Reina-Valera Actualizada establece el punto principal en los vv. 7, 8 en el sentido de que los malos serán castigados con sus propias armas (3, 4). 8c, 9 Afirmación de retribución divina. Cf. Isa. 26:9. 10 Gozo en la protección. El gozo viene antes que la solución. Los hechos de Dios son repentinos (7), no necesariamente inmediatos, pero mientras esperan su protección los que “andan bien” con él tienen un gozo independientemente de sus circunstancias cotidianas. SALMO 65. EL AÑO CORONADO Cada año era “coronado” con el día de Expiación y la fiesta de los Tabernáculos, incluyendo el quitar los pecados (Lev. 16) y la acción de gracias por las cosechas (Lev. 23:39; Deut. 16:13–15). Pero este Salmo refleja un año que era muy especial. Había habido una notable repuesta a la oración (2, 5); el pecado había sido una realidad abrumadora (3); Dios había realizado obras maravillosas (5), incluyendo acallar a las naciones (7) y establecer una reputación mundial (2, 5, 8), y la cosecha había sido particularmente abundante (9–13). Tenemos documentado un año que provee una ilustración: cuando Asiria amenazó a Sion y fue derrotada por una acción de Dios (Isa. 36; 37). La rebelión contra Asiria los había colocado en una situación de impotencia (Isa. 37:3) pero la oración había sido contestada (Isa. 37:4, 14–20, 21), el Señor había acallado el tumulto de las naciones (Isa. 37:36, 37), y la provisión de la cosecha para dos años, sin actividad humana, fue ofrecida como prueba de que no fue un accidente, sino la obra de Dios (Isa. 37:30). Pero dentro de la experiencia de David, la situación documentada en 2 Sam. 21:1–14 sugiere una situación igualmente aplicable al Salmo al terminar la hambruna de tres años, no por los recursos desacertados y pecaminosos de David (2–9), sino por la oración contestada (1, 14). En tres secciones el Salmo lo cuenta todo. 1–4 Oración, expiación, reconciliación. El pueblo se acerca a Dios en alabanza y dedicación, dirigiéndose a él como el que contesta oraciones, experimentando la riqueza que significa poder acercarse a él por medio de la expiación. 1 Te corresponde la alabanza (lit.lit. Literalmente “Para ti el silencio, o quietud es alabanza”). “Quietud” quizá signifique “lo que todavía está allí”, o sea “La alabanza es siempre tuya”; la expresión puede indicar un momento de maravillado silencio ante el Dios que efectuó una liberación tal que no hay palabras que la describan. Los votos (cf.cf. Confer (lat.), compare 61:8), el ofrecer votos a Dios era costumbre en tiempos de crisis. 2 Implica que la oración fue contestada en una forma que sugiere que este Dios un día será reconocido por todos los pueblos en todas partes. Deut. 4:6–8 conecta a un pueblo que ora con un mundo impresionado por la oración. 3 Prevalecen, “vencidos”, dominados por el pecado. Perdonarás, “cubrió”, “hizo expiación por”, no escondiendo para que no se vea sino pagando el precio que “cubrió” la deuda. 4 La expiación produce bendición, es dada por la decisión electiva de Dios, nos acerca y nos hace aceptos en el mismo lugar santo. 5–8 Liberación, dominio, revelación. La respuesta a la oración llegó en los hechos tremendos con los cuales Dios mostró ser nuestra salvación, digno de confianza universal. El poder del Creador se usó para acallar a las naciones turbulentas con el resultado de que en todo lugar fue temido. Es típico de Sal. generalizar de esta manera, extendiéndose de un acto específico de Dios para presentar el panorama más amplio de su soberanía y poder (cf.cf. Confer (lat.), compare Sal. 67). 7, 8 Los hechos tremendos de Dios dominaron a los pueblos, al punto de que sus maravillas, “señales”, fueron contadas hasta los confines de la tierra provocando temor (cf.cf. Confer (lat.), compare Jos. 2:8–11). 9–13 Cuidado, lujo, providencia. Al final de un año cuando por la ocupación asiria de la tierra había sido imposible cultivarla, seguía la abundancia (cf.cf. Confer (lat.), compare Isa. 37:30). Este era el cuidado de Dios (9), su lujosa fertilización (10) por la cual la abundancia coronó el año (11–13). 9 El río de Dios. Sus ríos celestiales, conteniendo agua para la tierra. La figura es extravagante pero la realidad es que el crecimiento sobre la tierra es siempre el producto de poderes celestiales, no del ingenio humano sino de la productividad de Dios. 11 El año con, o “el año de tu bondad”. Terminar el año con una cosecha abundante era sólo la corona de toda la bondad que la había precedido. SALMO 66. SU PROVIDENCIA … MI ORACION El movimiento de este Salmo desde la tierra (1) hasta mí (20) vía nos (10) no puede ser explicado con certeza. ¿Fue que un individuo prologó su ofrenda de acción de gracias (13–15) y testimonio (16–20) con un himno sobre la relación de Dios con el mundo (1–7) y con su pueblo (8–12)? ¿O fue el pueblo que llegó expresando su gratitud por haber sido liberado (12) y un individuo (¿el rey?) expresó lo que ellos tenían en su corazón (13–20)? Los antecedentes sólo pueden ser conjeturas pero el mensaje es claro. Lo que el Señor hizo, históricamente, para su pueblo es la base de una invitación a todo el mundo (1–7). El mundo es convocado como si fuera a observar al Señor junto al mar Rojo, y luego sumarse a su pueblo en su regocijo en un Dios así y en no rebelarse contra él (5–7). La salvación que dio a algunos (Israel) es una invitación para todos (cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Cor. 5:18, 19) (“nosotros … el mundo”). Los tratos del Señor con su pueblo en el presente han de ser entendidos a la luz de lo que hizo en el pasado (8–12). Sea cual fuere la prueba (10) que habían pasado ésta era como volver a repetir lo del mar Rojo: cuando cruzaron por el agua lo hicieron para salir a la libertad (12). Tenemos que pasar por nuestros sufrimientos de manera que se conviertan en oportunidad para testificar: los pueblos son convocados a bendecir a nuestro Dios por la preservación, la prueba, el profundo dolor y la liberación final y definitiva de su pueblo (8–12). No existe una iglesia aparte de quienes la componen, el individuo respondiendo espiritualmente con su dedicación (13–15), testimonio (16–19) y alabanza (20). Los tratos providenciales de Dios con su pueblo brotan de su propia voluntad y hechos (10–12, seis verbos en segunda persona singular), pero la bendición que se manifiesta no llega sin oración (17) y santidad (18). No cabe duda que el Señor realiza sus más grandes y predeterminadas maravillas a través de las oraciones de su pueblo (Mal. 3:1; Luc. 1:13). 1–12 Alabanza mundial. La experiencia, pasada (1–7) y presente (8–12) del pueblo del Señor lleva a una invitación a todos a sumarse a la adoración, reconociendo primeramente que ha revelado quién es él (2, 4, nombre), y sus hechos y poder conquistador (3). 5–7 La experiencia del mar Rojo (6) data de siglos. El llamado, entonces, venid y ved, es deliberadamente imaginativo. Pero habiéndonos transportado al pasado, a aquel gran evento, podemos decir lit.lit. Literalmente “regocijémonos allí” (6c), como si estuviéramos de pie a la otra orilla, con el victorioso poder del Señor y sus temibles consecuencias (7; cf.cf. Confer (lat.), compare Exo. 14:30, 31) de rebelión ante nuestros ojos. Pero Dios todavía está sobre su trono (8–12) y su pueblo tiene una experiencia actual para compartir: Dios está decidido a hacerle bien a su pueblo (9, lit.lit. Literalmente “Nos ha designado a la vida”); impone sufrimientos con propósito (10) en el sentido de que es probado para comprobar su calidad y purificado para comprobar su pureza; él determina todas nuestras experiencias, por más temibles que sean (11, 12). Cuando la vida nos aprisiona (red), cuando las presiones aumentan (apretura), cuando la gente es atrozmente cruel (cabalgarán encima), cuando una circunstancia amenazante se sucede a otra (fuego … agua); es todo la obra personal de él: nunca estamos fuera de la mano de nuestro Padre (Juan 10:29; 1 Cor. 10:13), el Dios de la abundancia definitiva (12; 2 Cor. 4:16–5:1; Apoc. 7:9–17). 13–20 Alabanza individual. La experiencia individual de dedicación (13–15), oración (17), santidad (18) y oración contestada (19) provee un testimonio para la iglesia (16). El momento de dificultad (14, cf.cf. Confer (lat.), compare 10–12) era encarado haciendo votos al Señor, votos que ahora eran cumplidos simbólicamente con los holocaustos (13): la ofrenda que nada se reserva (Gén. 22:2, 12). Pero un voto así no es que se quiera negociar con Dios y cuando sucedió la liberación, no era que Dios estuviera cumpliendo su parte del trato sino una respuesta a la oración. La verdadera oración expresa nuestra oración verbalmente (17, con mi boca), está siempre lista para alabar (17, con mi lengua, “en la punta de la lengua”), y requiere el contexto de un corazón puro (18): la determinación de no “dar lugar en mi corazón al pecado”. A su vez, la oración contestada fluye hacia el exterior en alabanza (20) porque es viva prueba de que su misericordia no se ha lit.lit. Literalmente “apartado” de mí. SALMO 67. LA COSECHA Es emocionante escuchar este Salmo como un acto de acción de gracias por la cosecha: en los vv. 1–3, 5–7 posiblemente el líder de la adoración hablaba (línea 1) y la congregación respondía (línea 2). Esto correctamente aísla el importante v. 4 (¿dicho todos juntos?) con su oración pidiendo que todo el mundo acuda a ponerse bajo el Dios de Israel. El significado mejora si leemos en el v. 4: “gobernará … guiará” y en el v. 6: “ha dado”. 1 Cf. Núm. 6:24–26. Israel era el pueblo singularmente bendecido. 2 Pero para el pueblo de Dios, su propia bendición nunca es un fin en sí misma. No sólo tienen la bendición aarónica (1) sino también la bendición abrahámica (Gén. 12:2, 3) que se proyecta a todo el mundo. Son bendecidos “para que” sean una bendición a toda la humanidad. 3–5 Apareciendo como un paréntesis entre repetidas oraciones, el v. 4 afirma que la felicidad mundial podrá ser una realidad únicamente cuando Dios sea rey y pastor de todas las naciones. Juzgarás, “juzgar” (no “emitir juicio sobre” sino) “arreglar todas las cosas” como lo haría un auténtico rey. Guiarás, (cf.cf. Confer (lat.), compare 77:20), comportarse como un pastor. 6, 7 Una vez más está lista la cosecha. La bondad de Dios, digna de alabanza, no sólo puede verse en las liberaciones extraordinarias (Sal. 65; 66) sino también en la providencia de sus mercedes comunes anuales. Esta bendición se considera primero como un adelanto de bendiciones mayores por venir (6b) y luego (7), ya que cosecha es una metáfora de la mies mundial (Isa. 27:12, 13), un adelanto también de una cosecha que abarca los confines de la tierra (7; Apoc. 7:9, 10). SALMO 68. DESFILE: UNA MARCHA DE RECUERDOS Y EXPECTACIONES Al repetir (1) Núm. 10:35, el Salmo recuerda la marcha hacia adelante de Israel desde el Sinaí hacia Canaán (1–3). Los que marchaban eran los cautivos (6) a quienes el Señor guió desde Egipto y para quienes es él ahora padre y juez en su viaje por el desierto (4–6). Son ellos a quienes él trae a la abundante lluvia de Canaán (7–10) donde esparció … a los reyes (14), anunciando su victoria para que gentes gozosas la anuncien en otros países (11–14). Dentro de Canaán también (para disgusto de montes más majestuosos), escogió el monte Sinaí y ascendió triunfante (15–18), como el Dios que salva a su pueblo y destruye a sus enemigos (19–23). Pasando así a su trono en medio de líneas de muchachas tocando tamboriles y acompañado de cantores e instrumentistas y de representantes de su pueblo en presencia de la gran congregación ofreciendo su alabanza (24–27). En oración piden a Dios que todo el mundo se someta a él (28–31) y, con gran visión, convocan a todo el mundo a sumarse a la alabanza (32–35). Pero hay más aquí que una marcha en el recuerdo. Podemos notar la descripción dramática de marchas triunfales de verdad (24) que podríamos identificar con la ocasión cuando David llevó el arca al monte de Sion (2 Sam. 6:12–16; 1 Crón. 15:1–28). 1 Dios se levantará, etc. la oración del pasado convirtiéndose en una afirmación del futuro. 2 Humo … cera. Respectivamente lo que es insustancial y vulnerable. Así son los enemigos del Señor delante de él, por más invencibles que nos parezcan a nosotros. Impíos. En sus victorias el Señor es siempre motivado por consideraciones morales, actuando desde su santidad, no por favoritismo a su pueblo (cf.cf. Confer (lat.), compare 21; Gén. 15:16). 4 Preparad camino, “construyan un camino para él” (Isa. 40:3). Van marchando de manera que van creando un camino para que el Señor marche entre ellos. Sobre las nubes enmienda el texto heb. a la luz de 18:9, 10 y paralelos paganos pero, lit.lit. Literalmente “a través de los desiertos” va mejor en esta estrofa: el gran Jinete del desierto ha llegado para brindar su amoroso cuidado a su pueblo en el desierto (Deut. 2:8; 8:15). 5 Cf. 10:14; 146:9; Exo. 22:22–24; Deut. 10:18. 6 Cautivos, los que fueron librados de la “casa de esclavitud” (Exo. 20:2). Rebeldes, Núm. 14:9, 22 y 23; 26:64 y 65; Deut. 2:14–16. No sólo para sus enemigos (2, 21) sino también para su pueblo, el Señor es el Dios santo que demanda obediencia e impone sus disciplinas. 7, 8 Cf. Jue. 5:4, 5. El Sinaí se caracterizaba por las manifestaciones naturales que reflejan la grandiosidad del Señor (Exo. 19:16–18), pero el Dios del Sinaí utiliza su creación también para la providencia más bondadosa que es la abundante lluvia (Deut. 11:10–12). Contraste las sequedades (6) con la posesión que reanimaste (9), los destinos del desobediente y obediente, respectivamente (Hech. 3:19; 5:32). 11 El Señor … hueste … buena nueva. Como el Comandante en Jefe (2 Sam. 18:19 ss. el Señor anuncia su victoria y, como en Exo. 15:20, 21; 1 Sam. 18:6, lit.lit. Literalmente “grande era la multitud de mujeres contando las buenas nuevas”. 12 Reyes (Jos. 12:7–24). En su casa las mujeres o “ella que se quedó en casa” (cf.cf. Confer (lat.), compare Jue. 5:28–30). 13 Recostabais entre los rediles, los que guardaban la casa, pero que no estaban “de guardia”; alternadamente “entre las alforjas”, como un asno abrumado por el peso que lleva: oprimidas por las demandas de la ocasión; o “junto al fuego”, las mujeres cuidando de su hogar. Hasta tal punto es la victoria obra del Señor que ni el descanso, ni el agotamiento, ni la falta de participación humana puede incidir sobre los resultados. Paloma, considérese una referencia al pueblo del Señor a quien él adorna con plata y oro tomado del botín obtenido por la victoria alcanzada sin el esfuerzo del pueblo. O el v. 13 puede ser una referencia poética al rico botín mismo. 14 Salmón … nieve. ¿Significa esto que el Señor esparció a los reyes como nieve en el viento? ¿O utilizó el Señor una tormenta de nieve para asegurar la victoria? (cf.cf. Confer (lat.), compare Jos. 10:11; Jue. 5:21). ¿O era que los deshechos de la batalla eran tan tupidos que eran como nieve que cubría la tierra? Salmón (ver Jue. 9:48). La expresión puede ser un proverbio cuyo significado es ahora incierto. 15–17 El monte de Basán puede parecer más imponente, pero no se puede comparar con la grandeza de Sion que consiste en haber sido la elección, la presencia y el poder del Señor (16, 17). Sinaí … santuario. El Sinaí fue el escenario de una manifestación grandiosa del Señor (Exo. 19). Cuando llega a Sion, entonces, lit.lit. Literalmente “Sinaí está en el lugar santo”: Todos los valores y las realidades del Sinaí residen ahora en Sion. (Cf. 1 Cor. 3:16; 6:19; Ef. 2:19–22; 3:16–19.) 18 Subiste … tributos … hombres. Al final de la larga marcha por el desierto y el arduo trabajo de la conquista, el Señor victorioso viene triunfalmente a Sion. Ha llevado lit.lit. Literalmente “cautiva a la cautividad” (cf.cf. Confer (lat.), compare Jue. 5:12). O sea que ha tomado como cautivos a los que tenían cautivo a su pueblo. Hombres … aun de los rebeldes reconocen la victoria del Señor dando sus tributos. Podríamos, sin embargo, traducir: “ … obsequios, a saber, personas —¡para colmo rebeldes!— a fin de que el Señor pueda fijar su residencia”, o sea los rebeldes han sido conquistados por el Señor, quien hizo esto para poder morar entre ellos (Exo. 29:46; 2 Cor. 6:16). 19, 20 Cuando Pablo usó el v. 18 para referirse a la ascensión del Señor Jesús (Ef. 4:8) incorporó lo que los vv. 19 y 20 dicen sobre la bondad de Dios hacia su pueblo adaptando la cita para decir “dio dones”. Lleva … (Isa. 46:1–3) el Señor … muerte, posiblemente “Al Señor soberano le pertenecen las salidas que son de la muerte”. La muerte celosamente vigila las puertas que mantienen adentro a los prisioneros, ¡pero aun las puertas pertenecen al Señor! 21–23 Con típico realismo se describen los resultados de la victoria, pero haciendo notar que cuando el Señor aplasta “la cabeza” de sus enemigos y da a su pueblo los frutos de la conquista, todo se justifica por razones morales (21, 23). Nosotros que sufrimos de atrofia moral, que tenemos poca capacidad de verdadera indignación moral, que siempre estamos listos para contemporizar en lo moral, no sabemos lo que el pecado realmente es, cómo lo ve y cómo ofende a un Dios santo y cuán justa es la retribución aparentemente más salvaje. Volver … volver. La referencia puede ser a lo inevitable que será que los enemigos del Señor, queriendo escapar, serán ajusticiados, o la constancia con que el Señor trae de vuelta a su pueblo aun si sus enemigos procuran desheredarlos. 24–27 Tamboriles (Exo. 15:20; Jue. 11:34; 1 Sam. 18:6, 7). Benjamín, etc. Dos tribus del sur y dos del norte sugieren poéticamente todas las tribus del pueblo del Señor. 28–31 Al avanzar la procesión y luego subir al monte de Sion, recapitula para los que marchan y los que observan toda la larga marcha de la historia de Israel y la gracia y el poder del Señor. Ahora la gran congregación se dispone a orar que el Señor pruebe ser el mismo manifestando su poder (26–28) y su gracia (templo, 29a), para lograr la sumisión del mundo (29–31). Fiera … cañaveral, Egipto ubicado junto al Nilo. Toros … becerros, representan respectivamente poder y liderazgo, subordinación y seguidores: tanto reyes como pueblo. Se complacen en batallas. El reino joven de David estaba rodeado de naciones listas para poseerle, especialmente los filisteos. Una referencia a ellos aquí juntaría a enemigos grandes (Egipto) y pequeños (filisteos), del pasado y del presente. Cus, una sección remota más allá del alto Egipto, representando los confines más lejanos de la tierra. 32–35 La oración se convierte en alabanza, por la seguridad que el Señor contestará. Por lo tanto, se puede convocar a toda la tierra para alabar su ensalzada sabiduría, su poder, su dominio sobre Israel y, sobre todo (33, 34), su maravillosa santidad y su permanecer por gracia (santuario), su poder a disposición y por merecer alabanza (35). SALMO 69. EL COSTO, PREOCUPACION Y REALISMO DE LA AUTENTICA DEVOCION David estaba siendo objeto de un odio prolongado que ponía en peligro su vida (1–4). Ese odio denigraba a los buenos de la tierra (6), lo había enemistado con su familia (8), hacía de su profesión religiosa motivo de burla (10–12), le hacía pensar que el Señor se había apartado de él (17), lo sumía en la congoja y lo había dejado sin amigos (20). El comentario público era que se había envuelto en alguna práctica ilegal (¿financiera?) (4) pero la razón secreta era su devoción al Señor (7) y a la casa del Señor; en realidad, Dios mismo era el objeto del ataque (9). El Salmo fue escrito no habiendo sido resuelta la crisis (29). A1 (vv. 1–4) Oración describiendo la crisis mortal B1 (vv. 5–12) Los que necesitan protección A2 (vv. 13–18) Oración apelando al carácter de Dios B2 (vv. 19–29) Los que merecen retribución A3 (vv. 29–36) La oración se convierte en alabanza Ninguna situación documentada de la vida de David concuerda con esto, pero es más fácil insertarlo con acierto en la historia de él que tratar de componer un libreto para otra persona en otra época. David estaba ocupadísimo con planes (1 Crón. 28:11–21) y los recursos financieros (29:2–5) para el templo. La riqueza produce envidia, y pueden haber surgido los que sentían que las necesidades de los pobres y otros intereses nacionales estaban sufriendo por lo que parecía una obsesión del rey. Las acusaciones de malversación de fondos serían fáciles de hacerse y no siempre fáciles de rebatirse, produciendo la ruina de su reputación, como el Salmo sugiere. Este es el Salmo citado con más frecuencia en el NTNT Nuevo Testamento, principalmente por el Señor Jesús: 4 (Juan 15:25), 9 (Juan 2:17; Rom. 15:3), 21 (Juan 19:28; cf.cf. Confer (lat.), compare Mat. 27:34, 48), 22 (Rom. 11:9 ss.), 25 (Hech. 1:20). Además, otros versículos concuerdan con la experiencia de salvaje hostilidad que sufriera el Señor (Mat. 27:27–31, 39–44; Mar. 14:50). 1–4 Oración describiendo la crisis mortal. Las metáforas de ahogarse, arenas movedizas (cf.cf. Confer (lat.), compare 40:3) e inundaciones incontrolables (2) describen la siniestra realidad de la situación. Hace tanto tiempo que la oración no recibe contestación que la voz y los ojos están agotados (3) mientras que innumerables personas y muchos enemigos, sin justificación, tienen suficiente influencia como para tomar medidas que lo obliguen a restituir lo que no había robado (4). 5–12 Los que necesitan protección. Culpa se refiere específicamente (Lev. 5) a situaciones en que se cometió un delito que requería una restitución al agraviado. De esta manera, el v. 5 se apoya en el v. 4. Cuando el Señor examine a David encontrará insensatez (“tontería”) en ceder a la presión y haciendo restitución por algo en lo que él no encontrará culpa. 6–12 Porque David ha actuado como si fuera culpable, creó un antecedente que podría generar la crítica contra todos los que vivían por fe y practicaban la presencia de Dios (6). Porque el pueblo de Dios es un solo cuerpo, cuando quieren embarrar a uno de sus miembros, el barro se pega también a los demás. En cuanto al propio David, había perdido el amor de su familia (8), fácil de imaginar en el escenario descrito anteriormente: ¿pensaban que su hermano, ahora rico, debía ser generoso con ellos? Pero también la práctica de su religión auténtica y reputación personal fueron motivo de desprecio; en la mente de los importantes miembros de la sociedad, los que se sentaban en el tribunal (10–12; Deut. 21:19; Rut 4:1) y en los cantos de los borrachos. Y todo sucedía sin justificación, pues a él no lo motivaba otra cosa que no fuera su devoción (7a; cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Sam. 6:14–21 donde la devoción de David también fue motivo de malentendidos) y su consagración a la casa (9a) del Señor. Pero sabía, además, que lo estaban usando para vengarse de Dios (9b). 13–18 Oración apelando al carácter de Dios. Nótese cómo aparecen las mismas metáforas (agua, arenas movedizas, inundaciones) de los vv. 1–4, al igual que los que le aborrecen. Pero ahora el grito singular del v. 1 se convierte en una apelación sostenida, empezando con su buena voluntad (aceptación) bondad (comprometida, que no cambia) y la verdad de tu salvación (13) y terminando con su buena … misericordia (que no cambia) e inmensa compasión (el amor activo y apasionado de 1 Rey. 3:26). 18 Acércate (cf.cf. Confer (lat.), compare del “pariente más cercano”, Lev. 21:2, 3; 25:25; Rut 2:20). Redímela, redimir era la obligación del “pariente más cercano”, tomando sobre sí, como si fueran propias, las necesidades de su pariente afligido (Lev. 25:25; Rut 3:12; Isa. 41:14; 43:14, cf.cf. Confer (lat.), compare Sal. 19:14). Líbrame, “pagar el rescate”, pagar el precio que sea para cubrir la necesidad (31:5; 55:18). 19–28 Los que merecen retribución. Ver en la Introducción: Salmos de Imprecación. En los vv. 19–21 vemos el efecto que han tenido los enemigos; en los vv. 23–28 el castigo que merecen. Como la mayoría de las imprecaciones, éstas descansan sobre el principio enunciado en Deut. 19:19, que los que hacen acusaciones falsas deben ser judicialmente recompensados con lo mismo. En la presente oración (porque es una oración: todo es entregado a Dios sin pensar en vengarse personalmente) ellos son traídos para ser juzgados por Dios. Actuaron con un rencor venenoso, expresado en términos de alimento (21): la mesa de ellos será una trampa (22); causaron agotamiento físico (3): ellos también tienen que sufrir (23); provocaron un sentido de que el Señor se había apartado (17): ellos sufrirán su realidad (24); su familia se distanció (8): los hogares de ellos serán destruidos (25); lo culparon con acusaciones falsas (4, 5): serán juzgados irremisiblemente culpables (27); se pusieron en contra Dios (9): Dios se pondrá eternamente en contra de ellos (28). Esta es la impresionante lógica del juicio divino. Antes de criticar una oración como ésta tenemos primero que encontrarnos en un sufrimiento similar. También debemos preguntarnos si nuestro sentido moral —particularmente nuestro sentido de agravio moral— es lo suficientemente agudo como para que estemos seguros sobre cuál es la manera correcta o incorrecta de orar. También debemos preguntarnos si una oración como ésta concuerda con el pensamiento de Cristo, porque mucho en este Salmo nos ha colocado cara a cara con sus sufrimientos y su reacción fue orar que los que lo atormentaban fueran perdonados. Seguramente éste es ahora el único modo de orar. Pero hay algo más para tener en cuenta: el propio Señor Jesús pronunció terribles “maldiciones” (Mat. 23:13–36); se imaginó a sí mismo diciendo: “Apartaos de mí, malditos” (Mat. 25:41); el día vendrá cuando todos huirán de la ira del Cordero (Apoc. 6:15–17); él estará presente cuando los libros sean abiertos (Apoc. 20:12): y en aquel día no habrá oración pidiendo perdón, sólo la justicia divina aplicada eternamente. O sea, que existe tal cosa como pura ira y, aquí, en alguien que anhela justicia, el ATAT Antiguo Testamento refleja ese aspecto del carácter de Cristo. 28 Cf. Exo 32:32; Dan. 12:1; Luc. 10:20; Fil. 4:3; Apoc. 3:5; 13:8; 21:27. 29–36 La oración se convierte en alabanza. Mientras el dolor (dolorido) persista, también persistirá la alabanza (alabaré), complaciendo a Dios, dando un testimonio alentador, basado en la seguridad de que la oración será contestada y merecedora de convertirse en el canto de toda la creación, porque, cuando pase la presente aflicción, la estabilidad volverá a la tierra (35) para los que aman su nombre (36). Notas. 31 Cuernos y pezuñas. Los cuernos serían prueba de su edad, las pezuñas (Lev. 11:3, 4) de su “limpieza”: o sea más delicioso para el Señor que la ofrenda que llena todos los requisitos, es el corazón agradecido. 33 Sus prisioneros, cf.cf. Confer (lat.), compare 26. En todas las circunstancias, somos del Señor, aun cuando la gente piense que estamos totalmente a merced de ella. Nuestras cadenas están en sus manos (Ef. 4:1; 6:20; Fil. 1:13). SALMO 70. ¡SOCORRO! Lo que el Sal. 69 manifiesta extensamente, el Sal. 70 lo expresa en un grito agudo, urgente. Ambos tienen el mismo sentido de peligro personal (69:1–4; 70:1, 2, 5), la misma oración contra los agresores (60:22 ss.; 70:2 y 3) y por el pueblo de Dios (69:6; 70:4), pero domina la brevedad; las oraciones tienen una cualidad “telegráfica”. Lo mismo sucede cuando se compara el Sal. 70 con el casi idéntico 40:13–17. Las palabras que allí “redondean” las peticiones no aparecen aquí como si la urgencia no permitiera nada fuera del mero grito pidiendo socorro. Se sugiere por lo general que el Sal. 70 adapta el Salmo más antiguo para ser usado en la liturgia pública pero es mucho más probable que sea una cristalización para uso privado en una crisis. Es bueno tener escrita una oración como ésta para los momentos de presión cuando no podemos enfocar nuestros pensamien