Por Mariana Juárez
El tema de la tesis para la Licenciatura de Comunicación Social de la UNLP es: “La reconstrucción de la participación de la Iglesia Católica durante la última dictadura militar mediante sus discursos y sus prácticas”. Su problema central radica en: ¿Cuál fue la participación de los miembros de la iglesia católica en la dictadura militar tomando como referencia la provincia de Buenos Aires durante los años 1976, 1979 y 1984?.
Para obtener un panorama sobre el estado de investigación científica que se ha hecho, en general, sobre el tema es necesario realizar su estado del arte. La bibliografía indagada para esta construcción, determinante en la tesis, fueron materiales gráficos, como el libro de investigación con un alto grado de análisis: “El silencio” del periodista Horacio Verbitsky1), “Iglesia y Transición democrática, ofensiva del neoconservadurismo católico en América Latina” de Ana María Escurra2) y “La Iglesia y la Comunidad Política “ de Martín Isidoro3) ,que ayudan a dibujar el mapa de soporte donde se apoyará la tesis de grado.
El libro, “El silencio” del periodista Horacio Verbitsky, se para en casos específicos para evidenciar el rol de la iglesia ,a través de la participación del cardenal Jorge Bergoglio en el secuestro de gente y el funcionamiento de un campo de concentración en propiedad eclesiástica.
El nombre del libro: “ El silencio” retoma la historia de la isla del Tigre donde la patota de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) escondió de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a un grupo de detenidos desaparecidos. La propiedad donde funcionó provisoriamente el centro clandestino del Delta había sido el lugar de recreo del cardenal Arzobispo de Buenos Aires y, según figura en las escrituras, fue vendido a los marinos- que usaron documentos falsos a nombre de un ex detenido de la ESMA-por quien era secretario del vicario castrense durante la dictadura, Emilio Teodoro Grasselli.
Una de las figuras centrales del libro es el Cardenal Jorge Bergoglio, que refleja el oscuro pasado de uno de los candidatos argentino más cercanos al papado. Su complicidad con la última dictadura militar se ejemplificó con su la participación en el secuestro de dos jesuitas. El cardenal disciplinó a la Compañía de Jesús y dejó librados a su suerte a los integrantes que no quisieron abandonar a los sectores populares.
Bergoglio, también había trabado contactos con la Guardia de Hierro a principios de la década de 1970, que no perdió nunca más. Esto implicó relaciones especiales con el gobierno de la fugaz presidenta María Estela Martínez de Perón y con Emilio Massera , entre otros.
El 23 de mayo de 1976 la Infantería de Marina detuvo en le barrio de Bajo Flores al presbítero Orlando Yorio lo mantuvo durante cinco meses en calidad de desaparecido. Una semana antes de al detención, el arzobispo Juan Carlos Aramburu le había retirado las licencias ministeriales, sin motivo , ni explicación.
Por distintas expresiones escuchadas por Yorio en su cautividad en al ESMA, resulta claro que la Armada interpretó tal decisión y, posiblemente, algunas manifestaciones críticas de su provincia jesuita, Jorge Bergoglio, como una autorización para proceder contra él. Junto con Yorio también fueron secuestrados otros tres jesuitas que trabajaban en la misma comunidad eclesial de base: Luis Dourrón, Enrique Rastellini y Francisco Jalics.
El sacerdote Emilio Mignone denunció, “ Bergoglio les pidió que se fueran de la Villa de Flores y cuando se negaron hizo saber a los militares que no los protegía más, y otros como Miguel Hesayne y Jorge Novak tuvieron que protegerlos”.
El silencio, te sitúa sobre lo que ya se sabe respecto al tema desde una mirada periodística y da herramientas de cómo se construye un panorama histórico a través de una interpretación crítica pero focalizada en unos personajes en particular. Va desde lo particular a lo general ,a diferencia de lo que se tratará de hacer con la tesis de grado, que buscará reconstruir la participación de la Iglesia católica durante la dictadura. Luego tomará como unidad de observación algunos documentos determinantes publicados por el Episcopado que sirvan para el análisis discursivo . Cada escrito recuperado y las entrevistas recabadas servirán para ese análisis ,que tiene como hipótesis la contradicción entre lo que dicen , algunos sacerdotes, en sus documentos y su comportamiento real.
Los primeros indicios sobre la postura eclesiástica se puede vislumbra en el texto de Isidoro, Martín :”La Iglesia y la Comunidad Política” que retoma fragmentos del discurso de la Curia en un período anterior al comienzo de la dictadura de 1976.
Ante la situación de violencia que aquejaba al país en ese momento , la Comisión permanente del Episcopado de la República Argentina hizo pública una declaración el 6 de agosto de 1971, que, resumiendo su propósito, se tituló : “La situación dramática que vive el país lleva a decir una palabra con cristiano espíritu de servicio”.
En ella convocaba “que todos luchen enérgicamente, pero sin odios, contra la injusticia. Pedimos a las autoridades públicas, partidos políticos , medios de comunicación masiva y todo el pueblo de Dios -obispos, sacerdotes, religiosos, etc- que eliminen de sus procedimientos, actitudes y palabras todo lo que pueda significar violencia y desunión”.
Este último empieza a construir la base donde se apoyará el análisis discusivo de la doble significación de las publicaciones que realizó la iglesia , pedían que todos luchen por la injusticias inclusive los sacerdotes , ese pueblo de Dios, como lo llaman; y después en una práctica posterior no se condecían. Esto queda confirmado en los numeroso ejemplos que pone Verbitsky, en su investigación cuando uno de los máximos representantes de la iglesia, Bergoglio es cómplice del Proceso de Reconstrucción Nacional.
Esta postura se amplía cuando la iglesia hizo una lectura sobre los problemas que fraccionaban al país, son múltiples: el problema político, socio-económico, técnicos, culturales, los condicionamientos históricos del pasado. Esta problemática ha generado expresiones de violencia en las actitudes y las palabras, llegando en los hechos- secuestros, asaltos, torturas y asesinatos- a niveles absolutamente injustificables y condenables, que conmueven la sensibilidad de nuestro pueblo y amenazan la seguridad misma del país.4)
Un panorama que se profundizó con el desarrollo de la dictadura donde el clero fue figura determinante y todo su discurso previo, nuevamente, se desdibujó en la práctica real, modificándolo según sus intereses individuales y no el bienestar colectivo , como pregonaban.
Esto se rescata en uno de los fragmentos del libro de Isidoro Martín cuando la iglesia critica el Marxismo y el Liberalismo. Este último dice que sólo se atiende a la defensa de la libertad y de los derechos individuales, pero descuida el bien común , que exige la intervención del Estado en beneficio de todos los miembros de la sociedad. Por exceso se opone al marxismo, que despoja de sus derechos a las personas, familias y sociedades intermedias, y confiere un poder absoluto y opresor a quien detenta la autoridad.
Esta postura se refleja en la posición de los obispos que justificaban públicamente el golpe de Estado de 1976. Tal actitud estuvo determinada en buena medida por un primitivo antimarxismo ,- que tildaban como foco de la subversión, el mismo que fulminaba los represores militares- . El logro de privilegios estatales y la tendencia a vindicar una administración que se autoproclama católica fueron decisivos en una opción progolpista que mostró, crudamente, la debilidad de las convicciones democráticas de los prelados5).
La postura de la iglesia sufrió, como se explicó, unos párrafos anteriores una modificación en su actitud cómplice, de algunos clérigos, con los militares, ya que el contexto había cambiado, la sociedad empezó a condenar a los represores y la Curía hizo un paso al costado para no mancharse públicamente , promulgó la defensa de los derechos humanos pero, al mismo tiempo, negó la recuperación de la memoria. Una contradicción con su versión anterior a la dictadura cuando decía: “debemos partir de la realidad. Y , aunque nos duela hacerlo, es necesario reflexionar, o enumerar, al menos, penosas e injustas realidades que-lo queramos o no- inciden en la vida nacional y dificultan soluciones de fondo”.
El tercer de los trabajos consultados para la realización del estado del arte fue la investigación realizada por el Instituto de Estudios y Acción social (IDEAS) , de Buenos Aires que indaga las relaciones entre religión , sociedad en la Argentina y América Latina.
La investigación es presentada en el libro de la autora Ana Maria Ezcurra llamado Iglesia y Democratización Democrática que es el eje de análisis . Se abordó el estudio de la jerarquía eclesiástica desde el punto de vista ideológico, entre los años de la última Dictadura Militar y los primeros años de la vuelta a la democracia. Indispensable para el análisis discursivo antes especificado en la tesis a nivel latinoamericano y particularmente argentino , ya que te brinda casos concretos sobre la accionar de la iglesia sobre determinados casos.
El estudio se llevó a cabo desde una perspectiva crítica que discute los modos históricos de inserción de la Iglesia Católica en la sociedad. La investigación se basó en la distinción, preliminar, de cuatro tendencias principales en la jerarquía católica argentina: los conservadores, los neoconservadores, los moderados y los progresistas. El texto se centra, principalmente, en la descripción de los neoconservadores dado que, actualmente, es la corriente mas influyente. El concepto del neoconservadurismo apunta a los elementos tradicionalistas en materia de moral social (sexual y familiar) y antimarxistas.
El estudio sostiene que en la Argentina, el neoconservadurismo se ha rearticulado con el nacionalismo católico. Su influencia va mas allá de los límites intraeclesiales, por lo que actúa a nivel sindical y político.
A partir de 1984, con la democracia ya establecida, el conservadurismo inspiró a muchos obispos una actividad de cruzada defensiva, con frecuentes tonos antigubernamentales, que apeló a la idea de la “disolución nacional”.
La Iglesia Católica ha sido escenario de un intenso esfuerzo de renovación ideológica. Esta se originó y desarrolló en América Latina. En 1970, el CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano, con sede en Bogotá) se abocó a renovar la Doctrina Social católica tradicional. Así surgió el “aggiornamento” social cristiano, que procuró instaurarse como alternativa a la Teología de la Liberación y a la Iglesia de los pobres.
El “aggiornamento” latinoamericano renuncia al Estado y apuesta a la sociedad civil. En cambio, el neoconservadurismo católico argentino continúa demandando beneficios y un tratamiento preferencial por parte del Estado. El “aggiornamiento” argentino muestra dificultades para realizar una práctica acabada y consecuente entre la Iglesia y el Estado.
Por un lado, el Episcopado se adecua al pensamiento católico dominante después del Concilio Vaticano II, donde descartaría la obtención de privilegios del poder estatal, pero en la práctica real el recurso al Estado ha sellado históricamente a la Iglesia Argentina.
El problema se ubica, para Ezcurra, en que los Obispos han gestado una situación de dependencia y una estructura de compromisos asociados al Estado. Este enlace fue notoriamente reforzado durante la Dictadura Militar del período 1976-1983. Los prelados consiguieron sueldos y jubilaciones a cargo de los fondos públicos. Esto último es una clara evidencia sobre el distanciamiento del “Decir” de la iglesia con su “hacer”, antes desarrollado otorgando las herramientas para un esbozo del análisis posterior del discurso.
El neoconservadurismo católico argentino no se limita, como el “aggiornamiento” latinoamericano, al empeño por reconquistar lo público con renovadas formas de poder asentadas en la sociedad civil. Ambiciona la catolicidad del Estado. Toda resistencia a este reseño de cristiandad eran leídas como un laicismo ilegítimo, los que iban en contra de sus postulados o se adherían a los nuevos movimientos de fuerte concepción marxistas como los teólogos de la liberación eran vistos como subversivos.
Esta condena era compartida por el último gobierno militar que se valía de éste y otros argumentos como la recuperación de los subversivos. Lo que produjo una complicidad entre la Iglesia Católica y el régimen militar. El nacionalismo católico se aproximaba entonces a la imágenes de la seguridad nacional, fundamento ideológico del terrorismo de Estado.
Con la vuelta a la democracia el cuerpo episcopal hizo un paso al costado del escenario político que compartía con los militares. Llevó adelante una moderada protesta por la represión clandestina pero no los condenó ni veló por reconstruir la verdad de ese oscuro tramo histórico de la Argentina
Los textos te sitúan sobre el estado de investigación y exposición que hay sobre el tema otorgando herramientas contextuales que sirven para ejemplificar y ahondar en los verdaderos hechos ocurridos en la última dictadura. Indispensables sobre todo el de Verbitsky para la primera mirada de reconstrucción de la época.
En cambio el de Isidoro Martín te otorga el basamento sobre el que te vas a parar para hacer el análisis del discurso, como son las reflexiones documentales de la iglesia que perteneces a una segunda etapa de la tesis. Para concretar este análisis el texto de Ezcurra te abre el panorama a nivel latinoamericano sobre las nuevas teorías que se desarrollaban por Episcopado en latinoamérica y te las relaciona con la situación en la Argentina de los años del proceso ayudando a comprender algunos, por qué sobre el accionar de una iglesia católica cómplice de los militares.
Notas
1) Verbitsky, Horacio . El Silencio. Editorial Sudamericana S.A. Buenos Aires, Argentina.2005.
2) Ezcurra, Ana María. Iglesia y Democratización Democrática. Puntosur S.R.L Buenos Aires.1988.
3) Isidoro, Martín. La Iglesia y la Comunidad Política - Documentos Colectivos de los episcopados católicos de todo el mundo. Editorial Católica S.A. , Madrid , España.1975.
4) Isidoro, Martín (1975): La Iglesia y la Comunidad Política - Documentos Colectivos de los episcopados católicos de todo el mundo. Editorial Católica S.A. , Madrid , España.
5) Ezcurra, Ana María(1988): Iglesia y Transición democrática. Ofensiva del neoconservadurismo católico en América Latina. Puntosur editores. Buenos Aires, Argentina.