El matrimonio es tanto una bendición como también es una etapa de pruebas, algunas sencillas otras dificiles, pero al final, cada una tiene el potencial de acercar y reforzar el amor de la parjea así como glorificar y honrar a Dios. No te dejes caer en las trampas que te invitan a terminar tu matrimonio en cuanto llega cualquier dificultad. Por el contrario, busca a Dios y refugiate en el, pon ante su voluntad tu vida y la de tu cónyugue.
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