por
Kim Potter, Dayton (Tennessee)
He
oído al Pastor Bill Johnson decir muchas veces: "Cuando oyes un
testimonio, Dios desencadena Su poder en ese testimonio para HACERLO
OTRA VEZ". Es poderoso cuando comprendemos que al compartir un
testimonio, lleva en sí el poder para "hacerlo otra vez".
Dios
me ha hablado últimamente acerca del poder de los testimonios. Todo
empezó cuando fui testigo hace poco de un accidente de automóvil.
Fue un espantoso accidente donde una mujer se salió de la carretera,
volcó su vehículo y aterrizó bocabajo en un arroyo cerca de mi
casa.
En
mi vida yo nunca había visto tanta sangre. Impuse mis manos
inmediatamente en la mujer y oré por su vida. Wanda, la mujer del
accidente, estaba sangrando abundantemente, pero Dios tenía aquel
día otros planes. Ese día comenzó a hablarme acerca de los
testimonios.
Escrituras
sobre los testimonios
Deuteronomio
6:17 "Ustedes deben guardar diligentemente los mandamientos del
Señor su Dios, y Sus testimonios y Sus estatutos que te ha mandado".
1
Reyes 2:3 "Guarda los mandatos del Señor tu Dios, andando en
Sus caminos, guardando Sus estatutos, Sus mandamientos, Sus
ordenanzas y Sus testimonios, conforme a lo que está escrito en la
ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y dondequiera
que vayas".
Salmo
25:10 "Todas las sendas del Señor son misericordia y verdad
para aquéllos que guardan Su pacto y Sus testimonios".
Me
parece interesante que Dios considera la importancia de Sus
testimonios junto con Sus mandamientos y estatutos. Los testimonios
son importantes para Él... y también lo deberían ser para
nosotros.
Cuando
Dios comenzó a hablarme acerca de los testimonios, realicé una
pequeña búsqueda de las siguientes palabras:
Mandamientos:
código de sabiduría, mandar y los Diez Mandamientos.
Estatutos:
ordenanza, límite, parte prescrita, decretos inscritos.
Testimonios:
un testimonio, algo que presencias y demuestras.
Aun
después de estudiar más no sentí que hubiese recibido la
revelación que Dios estaba intentando transmitirme. Pero entonces
encontré un libro, Hebrew Word Pictures (Palabras pictóricas en
hebreo) por el Dr. Frank T. Seekins, que explica el idioma hebreo
original, mostrando cómo sus palabras crean imágenes gráficas.
Este libro me abrió los ojos a lo que Dios me decía acerca del
poder de los testimonios.
Me
intrigó saber que las letras de la palabra testimonio en hebreo son
estas:
Ayin
= ver, ojo
Dalet
= puerta
Vav
= gancho, clavo
Tav
= señal
A
partir de estas letras pictóricas originales, vemos que un
testimonio es algo asombroso. Expresa algo que vemos, junto con una
puerta hacia un milagro. También representa un gancho, un clavo o
una señal.
Entonces,
¿a qué se refiere?
Nos
indica que cuando oímos o vemos un testimonio, es una puerta abierta
que podemos ver. Es una señal para mostrarnos que a través del
testimonio hay también una puerta que podemos atravesar y en ella
experimentaremos el mismo testimonio o milagro.
Vemos
que esto ocurre con frecuencia en la iglesia. Oímos a alguien que
sale al frente y comparte un testimonio de sanidad y al dar su
testimonio, otras personas reciben la misma sanidad. ¿Por qué? Pues
porque al contar el testimonio, la puerta se abrió para una
transferencia del poder de ese milagro, ya que esa persona tuvo fe
para recibir su milagro.
Después
de presenciar ese horrible accidente de automóvil, vi por mí misma
el poder del testimonio. No sé qué ocurrió entre el momento en que
oré por Wanda y el tiempo en que el equipo de emergencias la sacó
cortando el vehículo y se apresuró para transportarla al hospital.
Pero les puedo decir que cuando ella llegó al hospital, no tenía
cortes, ni magulladuras, ni recordaba el accidente siquiera. Después
de examinarla, el hospital le dio de alta y la envió a su casa, ¡sin
señal de herida ninguna!
A
partir de aquel día, he visto varios otros milagros que ocurrieron
simplemente porque vi ese milagro. Aquel milagro me dio fe a mí y a
otras personas con quienes lo compartí: fe en que si Dios hizo
aquello por Wanda, también lo haría para ellos. Y lo hizo. Ese
testimonio abrió una puerta y fue al compartirlo que se desencadenó
poder para creer en los milagros.
Romanos
2:11 dice "Porque en Dios no hay acepción de personas". En
otras palabras, Dios no tiene favoritismo, y lo que hizo por uno, lo
hará por ustedes. Simplemente hemos de ir a por ello nosotros
mismos.
No
olviden nunca el poder que reside en un testimonio. Es como una
semilla que plantamos y en el suelo fértil de la fe reproducirá el
mismo milagro. Amigos, guarden la palabra de Dios.
Recuerden
guardar Sus testimonios y los suyos propios. Hablen sobre ellos,
cuéntenlos a su familia, cuéntenlos a sus amigos, y al hacerlo, las
puertas se abrirán para transmitir el poder para ver los mismos
milagros. ¿Por qué? Pues simplemente porque así de bueno es Dios.
Kim
Potter
A
New Thing Ministries
Correo
electrónico: kim@anewthingministries.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario