jueves, 18 de junio de 2015

CONSEJOS DEL PADRE




Por Pr Manuel A Morejón Soler El Vedado, La Habana, junio de 2015 PD


Oíd hijos, la enseñanza de un padre; estad atentos para adquirir entendimiento.
No abandonéis mi instrucción, porque yo os doy buena enseñanza.
Pues yo también fui hijo de mi padre, tierno y singular delante de mi madre.
Y él me enseñaba y me decía:
Retenga tu corazón mis palabras; guarda mis mandamientos y vivirás.”
¡Adquiere sabiduría!
¡Adquiere entendimiento!
No te olvides ni te apartes de los dichos de mi boca.
No la abandones, y ella te guardará; ámala, y te preservará.
¡Sabiduría ante todo!
Y antes que toda posesión, adquiere entendimiento.
¡Adquiere sabiduría!
Apréciala, y ella te levantará; y cuando la hayas abrazado, te honrará.
Diadema de gracia dará a tu cabeza; corona de hermosura te otorgará.
Escucha, hijo mío, y recibe mis dichos y se te multiplicarán años de vida.
En el camino de la sabiduría te he instruido y por sendas de rectitud te he hecho andar.
Cuando camines, tus pasos no hallarán impedimento; y si corres, no tropezarás.”
( Proverbios 4:1-12)

Ser padre es el compromiso más honorable que todo hombre debe asumir ante Dios y los hombres. Porque es la responsabilidad de alentar a sus hijos a ser sabios.

La Biblia en este proverbio nos dice como el rey Salomón alentado por su padre, David, fue incitado a buscar sabiduría cuando era joven (1ª de Reyes 2: 1-9;), lo que motivó a Salomón a pedirle sabiduría a Dios por encima de cualquier cosa (1ª Re 3:9), lo cual agradó a Dios (1ª Re 3:10).

Si Ud. quiere sabiduría, debe decidirse a ir en su busca. Una vez comenzado el camino no importa cuán difícil se ponga, se necesita determinación para no abandonar la búsqueda. Este no es un paso que se da una sola vez en la vida, sino un proceso diario de elección entre el bien y el mal (1ª de Re 4: 14-19). Nada es más importante o de mayor valor en la vida que esto.

David enseñó a Salomón desde niño que buscar la sabiduría de Dios era lo más importante. Salomón aprendió bien la lección. Cuando Dios apareció ante el nuevo rey para concederle una petición, Salomón eligió sabiduría por sobre todas las cosas y Dios le dijo:

Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas,
ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio,
pues voy a obrar conforme a tus palabras: Te he dado un corazón sabio y entendido, tanto
que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.
También te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los
reyes ninguno haya como tú en todos tus días.
Y si andas en mis caminos, guardando mis preceptos y mis mandamientos, como anduvo tu
padre David, yo alargaré tus días. (1Re 3:9-14)

¡ Felicidades Papá!

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