por Marc Brisebois, Spruce Grove, AB (Canadá)
Dios nos está dando claves para superar el espíritu político. Jesús reveló un principio importante cuando nos dijo: "Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer" (Marcos 3:24-25). Sobre esta base, hemos visto el espíritu político atacar y dividir con éxito a la Iglesia. Cada líder espiritual que conozco ha sentido el dolor de esta táctica y ahora Dios está respondiendo. Él está a punto de juzgar el espíritu responsable de la división y ponerlo bajo nuestros pies. ¡Es indudablemente el espíritu político!
La batalla presente
El espíritu político, al igual que la política en sí, divide. A menudo ataca junto con un espíritu religioso, maniobrando para usurpar autoridad legítima aprovechando nuestras diferencias. Explota las brechas, adquiriendo poder a través de la ofensa y los malentendidos. Las opiniones y las preferencias personales se convierten en flechas contra los ungidos de Dios mientras que adquiere poder poquito a poco.
El apóstol Pablo mismo describió la peligrosa naturaleza de estas divisiones y facciones en 1 Corintios 1:11: "Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas".
Él subrayó además cómo este espíritu divide y que es la antítesis de Cristo obrando en nuestras vidas. Todavía, de alguna manera en cada generación, este espíritu parece poder victimizar a congregación tras congregación, anulando a importantes líderes. Pero está a punto de llegar el final de su influencia. Pronto la defensa de huir y ocultarse no será necesaria ya que algo está cambiando en todo el mundo.
Dios está derribando el espíritu político a través de la "familia"
Actualmente estamos viendo a Dios dirigir Su mirada hacia ese espíritu para acabar con él. El medio por el cual Dios acabará con el espíritu político es la familia. La familia es la entidad capaz de oponerse a las artimañas divisivas de este espíritu. La originalidad de la familia tiene la capacidad de inusual cohesión a través del honor.
Es una agrupación donde todos tienen un lugar sin importar su talento, madurez, tamaño o función. Aunque un tío extraño pueda carecer estatus en otra parte, tiene un lugar en la familia. Esto es claramente algo que no podemos decir normalmente en el ámbito de los negocios u otras agrupaciones sociales, o siquiera de la iglesia tradicional. Por esta razón, Dios ha ordenado la familia como cierto tipo de arma secreta. Él nos llama hermanos, declarando su poder inherente.
"Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía" (Salmo 133:1). La belleza de esta unidad familiar insta a Dios mismo a mandar vida (versículo 3). Tal mandamiento es algo que puede resistir ningún poder en el Cielo o la tierra.
Una ola de bendiciones y una señal de la "familia" en la Casa Blanca
Hay una unidad disponible en la familia que hemos subestimado grandemente. Cuando la encontramos, experimentaremos una ola sin precedentes del poder mediante esta "bendición mandada" sobre nosotros. Abatirá al espíritu político entre nosotros.
Como muestra de esto, Dios ha levantado a Donald Trump. Pero no solo ha levantado a Donald Trump, sino a la familia Trump. ¡Es una señal! Como sucedió en el pasado con la familia de Kennedy, cuya influencia sabemos que se extendió durante décadas, Dios utiliza familias. Hoy, como entonces, Dios está levantando bandera en contra del espectro de la corrupción política, porque Él tiene a la vista un espíritu. La familia Trump señala una unidad inmune a los ataques capaces de destruir otras estructuras.
Como familia de Dios, nosotros somos Su arma. A diferencia de la mayoría de las otras estructuras donde nuestro valor queda determinado según nuestras contribuciones, los miembros de la familia tienen valor inherente. Cuando este valor está en su lugar, el espíritu político no puede hacer incursiones ni dividirnos fácilmente. La familia que se ve a cada miembro como indispensable es una barrera contra la coerción que de otro modo nos enfrentaría a los unos contra los otros. Viviremos para ver a la familia hacer que el espíritu político sea intrascendente.
Marc Brisebois
Director ejecutivo de Watchman on the Wall
Correo electrónico:watchman@me.com
Sitio web:www.watchman.ca
Marc Brisebois es el líder principal de la iglesia Spruce Grove Community Church, junto con su esposa Wendy. Tienen cinco hijos y cuatro nietos. Marc pasa casi la mitad del tiempo viajando con el ministerio, y es muy conocido por su ministerio apostólico y profético. Marc ha escrito dos libros, así como numerosos artículos, sobre temas de discipulado, adoración, profecía y otros temas. A Marc le apasiona la verdad y el deseo de ver que el pueblo de Dios entre en su destino pleno.
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