Eritheia es
una palabra cuyo significado degeneró, y la historia de su degeneración es un
feo comentario sobre la naturaleza humana.
En el NT, este
vocablo se utiliza siete veces, y siempre significando una falta que arruina a
la obra de la iglesia. En Romanos. 2:8 se usa para describir a los que son
"contenciosos"; en 2 Corintios. 12:20 se encuentra formando parte de
una lista de faltas que estaban socavando la iglesia de Corinto, y, en Gálatas.
5:20, es una de las obras de la carne.
En ambos
casos, la Versión Reina Valera Antigua traduce "contienda". En
Filipenses. 1:16 y 2:3 se usa para describir un motivo hipócrita por el que se
puede anunciar a Cristo y un falso espíritu de vida. En el primer caso, la
misma versión traduce "contención", y, en el segundo,
"contienda". Se emplea dos veces en Santiago (3:14, 16) como
característica de la sabiduría que no es de lo alto. Aquí, la mencionada
versión traduce "envidia".
Aparentemente,
esta palabra debe derivar de eris,
que significa "contienda"; sin embargo, su procedencia es otra. Erithos, en su origen, significaba
"jornalero"; la palabra tenía que ver en forma especial con la idea
de "hilandero", "tejedor", y la derivación popular fue
de erion, que significa
"lana".
Eritheia,
por tanto, empezó siendo una palabra sumamente respetable con la significación
de "trabajo a jornal". Después empezó a degenerar, significando esa
clase de trabajo que se hace únicamente en función del dinero; esa clase de
trabajo que no tiene la menor noción del concepto de servicio, que solamente se
pregunta: "¿Qué obtengo de esto?" Y así continuó hasta significar
"escudriñar e intrigar para lograr un oficio público".
Era la
característica del hombre que se procuraba un oficio público para su propio
beneficio, pensando nada más que en su honor y gloria, no por cualquier
servicio que pudiera prestar al Estado. Entonces adquirió otros dos
significados.
Primero, se
utilizaba respecto de ese uso de artificios y cautelas, de intrigas y
tramperías para lograr una plaza, un puesto de privilegio o un poder, que es
tan característico de la política secular y de la eclesiástica. Segundo, acabó
por significar definitivamente "ambición egoísta", la ambición que no
tiene concepto de servicio y que sólo pretende provecho y poder.
Es
extremadamente interesante ver cómo la usa el NT. Con mucho, su mayor número de
usos se encuentra en los escritos de Pablo, y nadie conoció mejor que él el
interior de la iglesia primitiva.
Era la falta
que muy fácilmente podía hacer naufragar a una iglesia. Fue la falta que estuvo
a punto de hundir a la iglesia de Dios en Corinto, seccionándola en sectas y
facciones, que se interesaban más en su propia supremacía que en la de Cristo.
En Filipos,
esta era la pasión que de hecho movía a ciertos predicadores. Estaban más
ansiosos de mostrar su propia grandeza que la de Cristo. Se dice muy mordazmente
que ningún predicador puede demostrar que él es inteligente y, a la vez, que
Cristo es maravilloso.
Eritheia es
la palabra característica de Pablo para significar una de las obras de la
carne. Santiago también la usa característicamente, pero respecto de la
sabiduría terrenal y sensual.
Eritheia
describe la forma de ser del hombre que aplica las normas humanas y terrenales
a todo, y que mide las acciones con la vara del prestigio y del éxito
personales.
La evolución
del significado de esta palabra, que empezó expresando el trabajo que un hombre
hace por el honesto salario de un día y terminó describiendo el trabajo que se
hace única y exclusivamente por dinero, es un chorro de luz que se arroja sobre
la naturaleza humana.
Esto es un
aviso a nuestra propia generación, pues, hoy día, nuestras angustias no son
básicamente económicas, sino que probablemente broten del espíritu que siempre
se pregunta: ¿qué puedo sacar de la vida?, y, nunca, ¿cómo puedo enriquecer la
vida?
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