Una reunión plenaria sobre la infancia se llevó a cabo en el Comité Central del CMI
 
Niña palestina en el jardín de infancia. © N. Forsstroem / PEAPI / CMI 
28 de Junio 2016 
Versión en español publicada el: 05 de Julio 2016 
La
 discusión del 27 de junio en sesión plenaria sobre el apoyo de las 
comunidades religiosas a los derechos del niño y la declaración de 
“principios para las iglesias amigas de la infancia” captó la 
imaginación del Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias (CMI).El documento será revisado y reenviado a la próxima reunión del  Comité ejecutivo del CMI 
Dicho
 plenario sobre los derechos del niños fue moderado por Martina Viktorie
 Kopecká, de la Iglesia Husita Checoslovaca, miembro del Comité Central y
 la ECHOS – Comisión de los jóvenes en el movimiento ecuménico del CMI. 
 La Sra. Kopecká explicó que labor en curso sobre los derechos del niño 
pasó de las conversaciones ecuménicas a un grupo de trabajo activo en la
 X Asamblea del CMI, celebrada en Busan, República de Corea, en el otoño
 boreal de 2013. 
Un
 punto culminante del proceso sucesivo fue la firma en septiembre de 
2015 de la alianza mundial del CMI y el Fondo de las Naciones Unidas 
para la Infancia (UNICEF). 
Tres principios para las iglesias amigas de la infancia
El
 Comité Central escuchó una serie de presentaciones de representantes de
 iglesias miembros del CMI, organizaciones ecuménicas asociadas, el 
UNICEF y la Asociación Global para Eliminar la Violencia contra los 
Niños. 
Masimba
 Kuchera de Zimbabwe, que trabajó conjuntamente con UNICEF como miembro 
de la Comisión de las Iglesias para Asuntos Internacionales en la 
definición de tres principios para las iglesias amigas de la infancia, 
explicó que la comisión del CMI entendía que una sólida base teológica 
sustentara esos principios y que a lo largo de todo el proceso se 
escucharan voces de niños. 
Catarina
 Tino, especialista en asociaciones del UNICEF, informó que 
internacionalmente se organizó una miríada de consultas en iglesias y 
contextos ecuménicos en las que participaron 144 jóvenes en total, la 
mayoría de edades comprendidas entre los 11 y los 18 años. 
Los
 comentarios y muchos aportes de los jóvenes se tuvieron en cuenta en la
 sesión de redacción del proyecto que tuvo lugar en Ginebra en abril de 
2016. Los participantes también tomaron en consideración la indicación 
del grupo de trabajo teológico del CMI sobre la Peregrinación de 
justicia y paz, según la cual, “cuidar a los niños necesitados es parte 
integral de la búsqueda de la justicia y paz”. 
En los principios para las iglesias amigas de la infancia se alienta a organismos y congregaciones cristianas a: 
•  
 celebrar los múltiples dones que recibimos a través de los niños y el 
rol que las iglesias han desempeñado a lo largo de los siglos para 
protegerlos y nutrirlos, 
•   repasar las múltiples heridas en la vida de niños y en nuestro fracaso de abordar sus necesidades básicas y 
•   participar en los esfuerzos conjuntos para transformar las injusticias en actos de justicia. 
Sin violencia
Sabine
 Rakotomalala contó su trabajo con la Asociación Global para Eliminar la
 Violencia contra los Niños y compartió emocionantes recursos de 
información disponibles vía la etiqueta #withoutviolence y el sitio web  www.withoutviolence.org.  
También
 elogió a la ONU por la adopción en septiembre de 2015 del Objetivo de 
Desarrollo Sostenible 16 en cuya segunda meta se promete “poner fin al 
maltrato, la explotación, la trata, la tortura y todas las formas de 
violencia contra los niños.”  A su entender, la participación del CMI en
 la consecución de esa meta “podría inclinar realmente la balanza” hacia
 un resultado exitoso. Las iglesias pueden ser fuente de inspiración 
para un mayor compromiso. 
“Tenemos
 que empezar a acelerar la acción”, añadió y concluyó diciendo: “Nuestra
 colaboración nos permite hacer juntos lo que ningún organismo ni ningún
 gobierno podría hacer por sí solo.” 
Mejores prácticas en diversos contextos
Las
 presentaciones en el plenario terminaron con testimonios personales 
sobre los programas entre iglesias miembros y órganos ecuménicos en los 
que se ejercen ministerios para los niños y sus comunidades. 
Tres
 participantes de la Iglesia de Suecia, la Rev. Jennie Nordin, junto con
 Matilda Stålberg y Jonathan Hultberg, asesores de la juventud, hablaron
 de la provisión de espacios seguros para jóvenes, incluidos los 
indígenas, y niños refugiados. La Sra. Nordin describió el proyecto 
denominado Peregrinación infantil en cuyo marco, los niños reciben un 
“paquete de peregrinación y se les lleva a explorar su entorno, ya sea 
rural o urbano. A una escala más amplia, Stålberg y Hultberg ayudan a 
organizar peregrinaciones más tradicionales para adolescente al sitio 
histórico de Santiago de Compostela en Galicia, España. 
También se citaron otros ejemplos concretos de programas amigos de la infancia en varias regiones del mundo. 
La
 Dra. Henriette Hutabarat-Lebang presentó los recursos de formación 
ecuménica sobre la protección de los niños que utilizan las iglesias de 
Indonesia. 
El
 obispo metodista Arnold C. Temple de Sierra Leona habló del rol que 
pueden desempeñar las iglesias y otras comunidades religiosas para 
resolver algunos problemas básicos de documentación que pueden dar lugar
 a la condición de apátrida. En lo que respecta a las congregaciones 
cristianas, la entrega del certificado de bautismo, así como de 
certificados de la escuela dominical y participación en el culto pueden 
ser pruebas legales de identidad. 
Petra
 Bosse-Huber, obispa protestante de Alemania, detalló la tragedia de 
menores migrantes que están en alto riesgo y que desaparecen con 
demasiada frecuencia. Señaló que “este año hay más de 60.000 menores no 
acompañados entre los migrantes que llegaron a Europa, cifra que se 
triplicó en los dos últimos años”. 
“Esta
 seguirá siendo una cuestión cercana al corazón de todos los 
cristianos”, prosiguió y tras declarar la situación “inaceptable”, llamó
  a las iglesias a luchar por la igualdad de derechos de los niños 
refugiados. 
Martina
 Kopecká, moderadora de la sesión plenaria, resumió con estas palabras, 
el rol de los niños y otros menores en las iglesias: “No solo tiene que 
ver con nuestro futuro: es nuestro presente.” 
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