martes, 23 de febrero de 2016

LA BIBLIA CAMBIA PARA BIEN



Por Pr Manuel A Morejón Soler -El Vedado, La Habana, febrero de 2016

Un capellán de prisiones solicitó permiso al Jefe de una prisión de mayor seguridad para visitar la galera de los presos de mayor rigor. El Jefe lo quiso persuadir, porque para él era imposible que hubiera algún cambio para bien en el mejor aquellos delincuentes, pero ante la mansa obstinación del predicador, le pidió como condición para otorgarle el permiso, que por escrito lo eximiera de toda responsabilidad si le pasaba algo. Y así se hizo.
El predicador pidió al guardia que lo escoltaba que se quedara afuera de la celda a donde lo condujeron, aunque allí se encontraban aislados dos reclusos del resto, por su pésima conducta.
Desde que los delincuentes vieron entrar al pastor en la celda con sus dos Biblias en la mano quisieron provocarlo con burlas, pero no funcionó la provocación, entonces le preguntaron:
-¿Esas Biblias para qué son?
-Para Uds. Dijo el pastor.
- Qué buenas hojas, me la voy a fumar completa. Dijo uno.
- Yo no tengo papel sanitario, me vendría muy bien para cuando vaya al baño. Dijo el otro.
Solo si me dan su palabra que leerán una hoja cada vez que la vayan a utilizar, se las entrego. Dijo el pastor.
Entonces sellaron el acuerdo.
Años más tarde el pastor se encontró con los ex presidiarios otra vez, pero ahora convertidos en ministros ordenados.
La cosecha de la Biblia es la cosecha de vidas cambiadas en todas partes del Mundo.
La Palabra de Dios no es simplemente la colección de palabras suyas, un medio de comunicar ideas. Es viviente, cambia la vida y es dinámica al obrar en nosotros. Con la agudeza del bisturí de un cirujano, revela lo que somos y lo que no somos. Penetra en la médula de nuestra moral y vida espiritual. Discierne lo que está dentro de nosotros, tanto lo bueno como lo malo. No solo debemos oír la Palabra sino permitir que esta moldee nuestra vida y después en gratitud a la transformación que haga en uno, proclamarla al Mundo

Dice la Epístola a los Hebreos el el Capitulo 4 versos 12-13
“La Palabra de Dios es viva y poderosa,  y más cortante que cualquier espada de dos filos.  Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu,  hasta la médula de los huesos y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón. Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios.  Todo está al descubierto,  expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas”.

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