jueves, 13 de octubre de 2016

EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA EN LA VIDA CRISTIANA



GUILLERMO GOFF
CASA BAUTISTA DE PUBLICACIONES
CONTENIDO

PRIMERA PARTE: EL MATRIMONIO
Capítulo 1: El Matrimonio: La Relación Primordial ¾ La Naturaleza del
Matrimonio; Los Propósitos del Matrimonio; El Hogar Cristiano
Capítulo 2: Preparativos para el Noviazgo Las Amistades; Estrechando
Vínculos; Elementos de Selección; La Diferencia entre el Amor
Maduro y el Inmaduro; Sexo Prematrimonial; ¿Qué de las Caricias?
Capítulo 3: Consejos Preparativos para el Matrimonio Unas Razones
para la Buena Preparación de la Pareja; El Consejo Prematrimonial; La
Primera Conferencia: Conociéndose; La Segunda Conferencia: Las
Bases Bíblicas del Hogar Cristiano; La Tercera Conferencia;
Revelándose y Comprendiéndose; La Cuarta Conferencia: Áreas de
Ajustes; La Quinta Conferencia: Detectando Posibles Problemas y
Planificando la Ceremonia; Las Razones y Beneficios de Tener una
Ceremonia Pública; La Luna de Miel
Capítulo 4: Los Ajustes dentro del Matrimonio El Amor: ¿Es Algo Que
Crece y Mejora?; Las Diferencias entre Hombres y Mujeres; Papeles
en el Matrimonio; La Intimidad en el Matrimonio; Claves de
Compañerismo
Capítulo 5: El Matrimonio y el Sexo ¾ El Sexo en la Biblia; Elementos de
Confusión Respecto al Sexo; Claves de la Felicidad Sexual en el
Matrimonio; Planificación Familiar
Capítulo 6: La Resolución de los Conflictos en el Matrimonio Clases
de Conflictos: Las Etapas y los Tipos; Causas de Conflictos; Cómo
Manejar y Resolver los Conflictos; La Buena Comunicación: El Arte de
la Comprensión
Capítulo 7: El Cristiano, la Iglesia y el Divorcio La Evidencia Bíblica;
La Perspectiva Eclesiástica; Aspectos Sicológicos; El Problema de
Casarse de Nuevo; La Iglesia Ministrando a los Que Se Divorcian;
¿Debe la Iglesia Casar de Nuevo a los Divorciados?
SEGUNDA PARTE: LA FAMILIA
Capítulo 8: Las Relaciones entre los Padres y los Hijos Menores Las
Líneas de Autoridad en el Hogar; La Formación de los Niños; La
disciplina de los Niños
Capítulo 9: Las Relaciones entre los Padres y los Hijos Adolescentes
Causas de Tensiones; El Desarrollo del Adolescente; Pasos hacia las
Buenas Relaciones con los Adolescentes
Capítulo 10: La Educación Sexual en el Hogar Tres preguntas
Comunes de los Padres; Una Definición de la Educación Sexual;
¿Cuando Debemos Comenzar la Educación Sexual?; ¿Cómo Debemos
Presentar la Educación Sexual; ¿Qué Debemos Enseñar en la
Educación Sexual?; Problemas Especiales de los Adolescentes;
Algunos Consejos Finales
Capítulo 11: La Vida Espiritual en el Hogar Proviene de una
Consciencia Abierta a Dios; Depende de Que Cristo Reine en
Nuestros Corazones; Requiere Que la Fe Cristiana Sea Practicada y
Enseñada; Cultos Familiares; Tiempos Familiares; Actividades
Misioneras para la Familia
Capítulo 12: Sugerencias para el Programa de Educación Familiar en la
Iglesia Cómo Comenzar el Programa; Formación de la Lista de
Necesidades Sentidas; Métodos para Conducir el Programa;
Programas para la Semana o el Mes del Hogar; Predicando sobre el
Hogar; Una Encuesta: Necesidades Sentidas sobre la Familia

BIBLIOGRAFÍA

PREFACIO
La familia es lo más particular de cualquier cultura del mundo, ya sea vista por
sus costumbres, relaciones o expresiones distintivas. Lamentablemente, desde
el punto de vista cristiano evangélico, hay muy poco escrito sobre esta gran
institución, vista desde la experiencia familiar hispana. La mayoría de los
materiales disponibles son los que han sido traducidos y reflejan otra cultura.
Indudablemente, estos materiales han servido para mucho bien, en especial
cuando se han basado sobre fundamentos y principios bíblicos. Las bases
bíblicas siempre se prestan para una aplicación de una cultura a otra. Sin
embargo, hace falta algún intento de aplicar las verdades bíblicas al medio en
que uno vive. Esta ha sido mi labor de amor por varios años sirviendo como
misionero entre los enérgicos y vitales bautistas venezolanos.
Reconozco que no tengo derecho de aparentar ser muy experto ni en la cultura
hispana ni en la materia de la familia cristiana. La única justificación que tengo
para escribir este libro es que he sentido de Dios que era preciso y urgente
hacerlo. Los ensayos son estudios basados en la Biblia, libros y materiales de
referencia, experiencias y observaciones personales, así como sugerencias y
contribuciones de pastores y seminaristas. Mi esperanza es que esto sirva,
aunque sea en una manera limitada, para orientar a mis hermanos de las iglesias
evangélicas, justo con sus pastores y ayudantes a tener una mayor conciencia
en cómo vivir la vida cristiana dentro de la circunstancia familiar de cada uno.
¡Que el Señor nos haga a todos sabios en sus caminos y suficientemente
valientes como para poner por obra sus mandamientos en nuestra vida
particular y familiar!
Caben unas palabras de profundo agradecimiento a algunos que me ayudaron
en gran manera con sus observaciones, sugerencias y correcciones.
Especialmente dirijo estas palabras a Raúl Lavinz, amigo y estudiante en el
Seminario Bautista de Venezuela, quien me asesoró y ayudó a pasar con
máquina los varios capítulos por dos ediciones. También a Rosa de Alfonso,
Ester de Portillo y Ruth Chávez (de Lima, Perú), quienes leyeron varios
capítulos e hicieron correcciones. La hermana Helen de Villamizar me ayudó,
bajo bastante límite de tiempo, a sacar en limpio varios de los capítulos en su
forma final. Una nota de gratitud también doy a mi hermano en Cristo, Daniel
Cadima, secretario de relaciones públicas del Seminario Teológico Bautista de
Venezuela, por producir una edición preliminar de esta obra para las clases de
esta materia en la misma institución y para los estudios por extensión. Además
de todos los mencionados, debo agradecer a mi esposa, Emilee, por su fiel
colaboración y apoyo durante todo el tiempo de escribir este libro.
¡Alabado sea el Señor!
Guillermo Goff
PRIMERA PARTE:
EL MATRIMONIO
CAPITULO 1
EL MATRIMONIO: LA RELACIÓN PRIMORDIAL
Cuando Dios comenzó el mundo, él puso en su ambiente todo lo necesario
para una vida fructífera y placentera. Todo fue hecho así para que el hombre
habitase en plena comunión con el Creador y con su creación. El hombre fue la
máxima expresión de la creación hecha por Dios. La unión conyugal del
hombre y la mujer fue la primera y, por consiguiente, la primordial institución de
la creación de Dios. El hogar es antes del estado, la economía (o el trabajo) o
aun la iglesia. Por eso, el hogar sirve y ha servido a través de los siglos como el
fundamento de la sociedad. La sociedad depende por su carácter, en gran
parte, de la expresión y la forma de las familias que la componen.
Es por esta razón que es muy importante que la familia refleje el diseño y el
deseo que Dios tenía cuando la comenzó. Este estudio es un intento de
investigar lo que la Biblia, sus expositores y comentaristas dicen sobre el
particular. Puesto que la problemática familiar es una expresión de cada cultura,
tenemos que estar prestos para hacer que la luz escritural alumbre cada
circunstancia cotidiana en nuestro ambiente, especialmente en el del mundo
hispano. Sin embargo, la cultura latina no es la cuestión primordial, sino la
naturaleza y propósito que Dios ha dado al matrimonio primeramente y, por lo
tanto, a la familia. La tarea nuestra es establecer con claridad los principios
bíblicos que gobiernan el ideal divino para el matrimonio y la familia, y después
examinar la expresión cultural a la luz de estos mismos principios.

LA NATURALEZA DEL MATRIMONIO
Las bases escriturales del matrimonio se encuentran en Génesis 1 y 2.
<010127>Génesis 1:27, 28 recalcan que Dios, por su papel de creador, inició el
primer hogar en el mundo, formando la primera pareja en una unión fructífera y
responsable (fíjese en las palabras: “fructificad”, “multiplicaos”, “señoread” y
sojuzgad”). Debemos recordar que la naturaleza del matrimonio comienza con
el hecho de la creación de Dios.
De ahí que el primer elemento de la naturaleza del matrimonio es: ser una
institución divinamente ordenada.
Hemos dicho ya que el hogar es la primera institución de la creación y es cierto.
Sin embargo, es menester interpretar esta institución, antes que todo, no en
términos fríos y estáticos como por medio de estadísticas, sino verla desde el
punto de vista de la relación humana que la vivifica. El punto de vista bíblico la
mira como la unión de dos personas creadas por Dios como distintas y a la vez
hechas la una para la otra. Esta naturaleza divina que Dios formó y bendijo
como la unión conyugal es una realidad para todos.
El segundo elemento de la naturaleza del matrimonio sigue esta misma idea,
porque es una unión natural. Dios hizo a todo hombre y a toda mujer dándoles
ciertos impulsosnaturales, y uno de los más fuertes es el sexual. El matrimonio
brinda la forma más natural para dar expresión adecuada y sensata a este
impulso. Por lo tanto, encontramos en <010224>Génesis 2:24 que los dos se unirán y
serán una sola carne”. Esto se explorará más adelante, pero debemos
entender en este contexto que el matrimonio es la expresión natural que Dios ha
provisto para que una pareja se una en una relación física y placentera.
Además, “una sola carne” desde el punto de vista hebreo se entiende en
términos de toda la personalidad y no solamente lo físico. En otras palabras, es
una descripción de la relación matrimonial entre dos personas, aun con sus
personalidades variantes. Es por medio de esta relación conyugal que el
hombre y la mujer pueden cumplir algo de su naturaleza. Sin el trato sexual,
algo queda incompleto en la personalidad de ambos. Por lo tanto, se requiere
un don especial, de “continencia”, para poder tener una vida fructífera, sin el
goce de la unión conyugal (<460707>1 Corintios 7:7-9).
Además, un tercer elemento será que el matrimonio es una unión exclusiva. La
frase “una sola carne” subraya la particularidad de la naturaleza humana. No
somos hechos para diferentes uniones a la vez (poligamia), sino para una sola
unión (monogamia). Aquellos que tratan de mantener más de una relación
conyugal se frustran a sí mismos y frustran el propósito de Dios porque están
dividiéndose en partes, dándose a otras personas que no son su cónyuge. Es
tan completa la tarea de poder satisfacer a un solo marido o a una sola esposa,
que es imposible abarcar más y mantener la sanidad emocional. La actuación
de la infidelidad de uno de los cónyuges es también causa de una desintegración
de su relación matrimonial y, por consiguiente, de debilitar la composición de la
sociedad. (<460601>1 Corintios 6:16; <540506>1 Timoteo 5:6.) Otro ángulo de este
exclusivismo es el de dejar a los padres para unirse como pareja. Es
imprescindible que la nueva pareja tenga su propio techo y lecho para disfrutar
la libertad y la responsabilidad de la vida matrimonial. Además, es un mandato
de Dios que lo hagan. (Véase otra vez <010224>Génesis 2:24.) Las implicaciones de
este principio seran exploradas bajo el estudio de los ajustes dentro del
matrimonio.
El cuarto elemento de la naturaleza matrimonial está implícito en la idea de ser
una sola carne” en una unión permanente. Si hay un punto de flaqueza moral
en nuestros conceptos actuales sobre el matrimonio es en este asunto de la
permanencia de los votos matrimoniales. La razón de esta debilidad moral en el
mundo hoy es:
que las parejas van corriendo ciegamente al casamiento sin una
consideración detallada, aun sin conocerse realmente el uno al otro
como personas. Algunas veces son sinceras, y creen que están
profundamente enamoradas. Otros dirán, y muy en serio: “realmente no
sabemos cuán duradera pueda ser nuestra unión, pero casémonos de
todos modos y veamos cómo resulta. Si no concordamos, siempre
tenemos la oportunidad de divorciarnos.”F1
Aún peor es la cantidad cada vez mayor de personas que no se casan
formalmente, sino que se unen en una convivencia de concubinato para no
correr ni el riesgo del compromiso ni con el gasto de una ceremonia. Esto deja
que la pareja se separe sin ninguna intervención de la ley civil, sufriendo de esta
manera las heridas emocionales y morales. ¿Y qué de los niños, víctimas
inocentes de ambos tipos de uniones inestables? ¿Es esto lo que Dios quería
cuando instituyó el matrimonio? Claro que no. Dios quiere que el matrimonio
sea una decisión que se haga con cuidado y con una debida preparación que
incluya la búsqueda de la voluntad de este mismo Dios al respecto. Aquí es
donde tenemos que poner más peso como cristianos, en ayudar a nuestros
jóvenes a saber cómo seleccionar con cuidado a su compañero de vida y cómo
entregarse el uno al otro para que la unión tenga mayor posibilidad de
permanecer íntegra aun en medio de las tormentas morales de la actualidad.
Hay que reconocer, en quinto lugar, que el matrimonio, en su sentido original e
ideal, es una unión espiritual. El elemento básico de todo matrimonio bueno es
el amor. Este principio, lo físico es absorbente, pero con el tiempo toma otra
cara, no de menos importancia sino de una perspectiva más amplia. Llega a ser
visto dentro de las múltiples facetas de la relación y no como una cosa aislada.
En realidad, si hay madurez en el trato de la pareja, hay consideración y
respeto mutuo que hacen que la expresión sexual sea aún más tierna e íntima.
La verdad es que lo físico a veces no satisface por sí solo si no coincide con lo
espiritual. Dios, por medio de Cristo, ha destinado que en él todas las cosas
subsistan. (<510117>Colosenses 1:17.) El amor, aun siendo tan fuerte como para
consolidar el matrimonio, puede fallecer si no recibe constantemente una
renovación por medio de él que nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros.
<490525>Efesios 5:25-29.)
LOS PROPÓSITOS DEL MATRIMONIO
Estos cinco elementos de la naturaleza del matrimonio se están
complementando en un sexto que es una unión para cumplir los propósitos
definidos. Los propósitos de la unión son tanto positivos como negativos, esto
es, creativos y preventivos.f2
El primer propósito creativo que el matrimonio tiene es el del compañerismo.
Dios otorgó al hombre “una ayuda idónea” en el huerto del Edén. Esta
expresión tiene que significar que Dios le dio al hombre una compañera para
trabajar a su lado y ser el complemento de su vida. Esta comunión íntima es
primordial en la relación conyugal, más importante aun que la procreación y las
otras funciones del matrimonio. Si traer niños al mundo fuera de primera
importancia, ¿cuál sería la razón de seguir siendo casados cuando los hijos son
mayores y no siguen compartiendo el techo con los padres? La necesidad
humana más grande es ser amado y apreciado. Esta sigue siendo una realidad
aun cuando seamos viejos. (Referente al compañerismo en el matrimonio
véanse <470601>2 Corintios 6:14; <600301>1 Pedro 3:1-12; <010218>Génesis 2:18-24.)
El segundo propósito creativo del matrimonio es la procreación. En realidad
una sola carne” significa no solamente que la unión sea establecida para ser
procreativa” sino también “unitiva”.f3 Esto será explorado más en el quinto
capítulo, pero aquí es menester señalar que el traer niños al mundo es una parte
esencial del plan de Dios para la pareja. Lo más natural para una pareja que no
puede tener niños es querer adoptarlos. La razón de esta tendencia humana es
el feliz cumplimiento de la naturaleza del matrimonio desde la creación: el llegar
a ser padres. Es de mucha importancia que “los hijos nazcan bajo las mejores
condiciones posibles, y que tengan el cuidado amoroso de un padre y una
madre quienes trabajan juntos y, aun con sacrificio, para su mayor bienestar”.f4
Es en este sentido de juntos crear una nueva vida, que el hombre y la mujer
continúan colaborando con el Creador en la creación. Mace enfatiza que la
palabra procreación significa “crear para y en beneficio de” otro, y este otro es
el mismo Dios.f5 (Véase <19c703>Salmo 127:3.)
Yendo más al grano de la naturaleza del matrimonio, especialmente desde el
punto de vista cristiano, un tercer propósito creativo es la edificación mutua de
la pareja, sus niños, familiares y aun de la sociedad misma. Hay una cierta
inspiración que llega a la pareja y a los que comparten su vida, cuando hay una
buena y sana comunicación dentro de la relación conyugal. (<600301>1 Pedro 3:1, 7;
<490529>Efesios 5:29-32.) La edificación está expresada claramente en <600304>1 Pedro
3:4, 7 donde la mujer es exhortada a ser “afable y apacible”, mientras que el
hombre es estimulado a dar “honor a la mujer como a vaso más frágil, y como
a coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan
estorbo”.
Otra faceta de este propósito edificante es la de que dentro del hogar los niños
reciban sus primeras instrucciones morales. Siempre la influencia de los padres
deja huellas indelebles en las vidas de sus hijos. Es de suma importancia la
perspectiva de los padres hacia esta responsabilidad para que logren criarles en
disciplina y amonestación del Señor”. (<490604>Efesios 6:4b). Los padres
cristianos demuestran por su sabio gobierno en el hogar su capacidad de dirigir
una familia más grande —la iglesia. (<540304>1 Timoteo 3:4, 5).
Esta edificación también abarca la relación de la familia con el reino de Dios; es
decir, Dios también quiere ser el Señor del hogar. Donde él es rey, hay paz y
bendiciones incontables. Es ideal que la salvación llegue a todos los miembros
de la familia. (<441631>Hechos 16:31). Además, por su comportamiento y palabra
los que son cristianos tienen la potencia de influir (santificar) en los demás.
(Corintios 7:14-16).
Un cuarto propósito de la edificación creativa dentro de la familia es su
importancia en el plan de Dios para la propagación de la fe. ¡Cuántas veces
encontramos a Pablo hablando de la iglesia en la casa de algún creyente!
(Ejemplos: <451605>Romanos 16:5; <461601>1 Corintios 16:19; <440542>Hechos 5:42.) La
familia cristiana puede tener una influencia para bien en sus propios hijos, y esto
debe conducirles a la salvación y a la vida cristiana. (<550314>2 Timoteo 3:14, 15)
Hay un sentido genuino en que si Dios es nuestro padre celestial y si nos
convertimos en parte de la familia de Dios, algo del cielo existirá aquí en la
tierra. Por eso decimos que la familia tiene el propósito de edificar a la
sociedad y al mundo por su ejemplo y conducta, esperando así poder alcanzar
a otros para que ellos también pertenezcan a la gran familia cristiana.
Existen al menos dos propósitos preventivos que deben ser considerados. El
primero de ellos es que el matrimonio provee el vehículo natural para el control
de las pasiones. Por muchos siglos los impulsos sexuales han sido considerados
por los cristianos como algo inferior en el hombre y que deben ser suprimidos.
Sin duda alguna la pasión descontrolada es algo que corrompe y destruye la
moral y el carácter. Pablo recalcó que el celibato es un don especial sólo para
aquellos que puedan controlar sus impulsos sexuales. Aquellos que no pueden
hacerlo deben casarse para no caer en tentación. (<460701>1 Corintios 7:1-6, 37)
Quizá todo esto no parezca un motivo muy elevado para casarse. Sin embargo,
Pablo reconoce que el sexo tiene una función particular dentro del matrimonio y
llega a ser una expresión especial del amor en la pareja, quienes se han
entregado a sí mismos en casamiento. Ernest White dice que el matrimonio
sirve para evitar que los deseos se conviertan en concupiscencia.f6 El
matrimonio es la forma divinamente diseñada para la más legítima y satisfactoria
expresión de los deseos sexuales.
El segundo propósito preventivo es el de prevenir la disolución de la sociedad.
Es por implicación del estudio bíblico en vez de escrituras específicas que
llegamos a esta interpretación. El concepto de la familia, para los hebreos, se
halla en la palabra mishpajah, que significa la unidad familiar y el factor
esencial de la comunidad.f7 Mientras que esta unidad se guardaba en Israel, los
escritores bíblicos presumían que la estabilidad de su sociedad estaba
garantizada. Es interesante notar que la idolatría, el adulterio y la fornicación
estaban ligados en la ley mosaica y que eran considerados entre los pecados
más graves. (Véase <032001>Levítico 20:1-8, especialmente vv. 5 y 6.)
Jehová declaró que rechazaría a Israel si se practicaban en ella el adulterio y
otras aberraciones sexuales como en las demás naciones. (<032022>Levítico 20:22,
23; nótese que esta declaración sigue a la condenación de toda clase de
abominación sexual. <031010>Levítico 10:10-21.) Tales prácticas inmorales
amenazaban la sociedad que Dios había formado y eran de gran ofensa a él.
El matrimonio no solamente mantiene la sociedad unida y funcionando
vitalmente, sino también cumple con el propósito que Dios tenía al instituir y
consagrar la familia. Aún más, debemos preocuparnos con la diferencia que
Cristo hace en el hogar.

EL HOGAR CRISTIANO
Es posible decir que toda familia en el mundo está constituida de tal forma que
pueda gozar de la naturaleza y de la mayor parte de los propósitos del
matrimonio sin mucha referencia a Dios. Es cierto, porque la familia es una
realidad universal. Pero esto no ha de promover un punto de vista secular en
cuanto al matrimonio, sino el que reconoce que la naturaleza de la familia viene
desde la creación.
Entonces, si todo el mundo puede gozarse de los privilegios del sexo y tener
una familia naturalmente feliz, ¿qué diferencia hace que el hogar sea cristiano?
La respuesta es: que hace toda la diferencia en el mundo. El hogar cristiano es
un elemento redentor en la sociedad porque es el lugar donde Cristo debe y
puede manifestar su “extra”, especialmente en la vida familiar, o sea, en sus
relaciones e interrelaciones. En la relación con Cristo la pareja puede aprender
cómo responder en sumisión voluntaria y agradable a su Señor. Esto les
prepara para someterse el uno al otro. (<490521>Efesios 5:21.) En “conocer” a
Cristo, uno comprende el gran misterio de conocer a uno que de veras le ama.
Esto le capacita para expresar un amor no fingido hacia otros. Lo que uno ha
recibido de Cristo como perdón, estímulos, aprecio, esperanza y gozo debe y
puede ser reflejado en sus relaciones cotidianas comenzando dentro de su
propia casa. (<510312>Colosenses 3:12-21.) Así hay una dimensión “extra”, de
mayor profundidad y potencialidad cuando la familia está fundada en Jesucristo.
Las funciones naturales de compañerismo, unidad sexual y edificación están
ampliadas al máximo cuando la pareja está relacionada amorosamente con
Cristo como su Señor y Salvador. En realidad, es en Cristo que el máximum
del ser humano se cumple. Esto es verdad también en la experiencia familiar.
De poner en práctica el cristianismo en las relaciones más íntimas del
matrimonio y en el trato familiar, es de esperar que se vean los beneficios de
mayor estabilidad, gozo y propósito en la vida, comprensión y capacidad para
realizar los papeles que Dios diseñó para nosotros desde el principio.

EJERCICIOS DE APRENDIZAJE
Cuestionario:
1. ¿Por qué se considera que la familia es la institución primordial en el plan de
Dios para su creación?
2. Mencione los cinco elementos de la naturaleza del matrimonio. ¿Cuáles dos
de ellos piensa usted que son los de mayor importancia? ¿por qué cree usted
que son los de mayor importancia?
3. Dé los cuatro propósitos creativos del matrimonio.
4. Mencione los dos propósitos preventivos del matrimonio.
Para la Dinámica de Grupo:
1. Si el matrimonio es una realidad en todas las culturas del mundo, ¿por qué
enfatizamos que el hogar cristiano es el ideal? o sea, ¿qué tiene de especial el
hogar cristiano? (Anote algunas de sus propias ideas.)
2. A la luz de Corintios 6:16, cuando una persona forma una unión adúltera,
¿qué clase de confusión y frustración causa dentro de su matrimonio? ¿Es
posible tener más que una unión de “una sola carne” y mantener la felicidad
conyugal? ¿Por qué? (Anote algunos de sus pensamientos.)
3. ¿Cómo explica usted la naturaleza espiritual del hogar? ¿Qué papel tiene el
amor en el matrimonio? ¿Qué entiende usted por el concepto de que todas las
cosas subsisten en Cristo (<510117>Colosenses 1:17), aun el hogar? (Anote sus
observaciones.)
4. ¿Está usted de acuerdo con que el primer propósito del matrimonio sea el de
compañerismo? Explique sus razones por estar de acuerdo o en desacuerdo.
Lectura Afín:
David Mace, A los Que Dios Ha Juntado en Matrimonio, págs. 9-29.

CAPITULO 2
PREPARATIVOS PARA EL NOVIAZGO
Hay tres decisiones fundamentales que uno normalmente espera tomar en su
vida: decidir si sigue a Cristo como creyente y discípulo, escoger una vocación,
y elegir al compañero(a) con quien casarse y compartir la vida. Como
evangélicos ponemos mucho énfasis en capacitar a los nuevos creyentes
doctrinalmente y en cuanto a las prácticas y la moral de la vida cristiana, todo
antes de bautizarles. Sería una falla muy seria el no preparar bien a aquella
gente para poder entrar en la vida del creyente, como miembro de una iglesia.
También nos preocupamos en prepararnos secularmente para nuestras
vocaciones para poder ejercer bien un oficio o trabajo y así poder sostenernos
económicamente. Pero debemos reconocer que hemos flaqueado en preparar a
los jóvenes de nuestras iglesias para la tarea cuyo cumplimiento durará toda la
vida, esto es, en seleccionar a su cónyuge y casarse, sabiendo lo que hacen y
cómo hacerlo bien. Hace falta darles un buen adiestramiento y una buena
orientación en este campo.
En el presente estudio serán investigados varios aspectos del noviazgo que
incluyen: la amistad, las citas, los elementos de selección y algo de autoanálisis
para calificar la compatibilidad entre los novios. Es preciso aquí tocar la
delicada cuestión del sexo prematrimonial para ayudar a los jóvenes a entender
bien el peligro que hay en ello.

LAS AMISTADES
Algunos piensan que la preparación para el matrimonio es un asunto de pocas
semanas antes de la ceremonia. En realidad comienza en la cuna. Las relaciones
que alguien forma, aun en la infancia, crean las bases para la forma en que se
relacionará cuando entre en el noviazgo y el matrimonio. Si experimenta a
temprana edad la seguridad y el aprecio con los padres y familiares es más
probable que siga reproduciendo estas características dentro de sus amistades.
Por el contrario, el sentir inseguridad y rechazo puede crearle la incapacidad de
relacionarse satisfactoriamente con sus semejantes o dentro de su círculo.
También es menester recalcar que la dirección que nuestras vidas toman se
debe a nuestra forma de tomar decisiones. Si tratamos de elegir correctamente,
nos creamos un hábito de éxito, pero las malas selecciones también nos traen
su sentido de frustración. Alguien lo expresó una vez así: “Siembra un hecho y
cosecha un hábito; siembra un hábito y cosecha un carácter; siembra un
carácter y cosecha un destino”. La aplicación de este criterio es obvia en la
selección de amistades y novios.
La manera en que uno se acostumbra a formar amistades afecta
considerablemente cómo se relacionará con su novio(a) más tarde. Ganar y
mantener buenas amistades es un arte que todos deseamos aprender. Se puede
definir a un amigo como alguien que nos aprecia o nos quiere a pesar de
conocernos. De modo que los amigos son de gran valor y han de ser tratados
con cuidado. Este hábito de cuidar y nutrir la amistad crea un criterio estable
para mantener la amistad íntima que se espera formar en el matrimonio.
El doctor Ralph Phelps hace resaltar que la amistad es engendrada por el ser
amistoso, el mantener una buena disposición, el expresarse sinceramente, el
saber dialogar y el manifestar un genuino interés en los demás. Son
contraproducentes el egoísmo, la timidez, los modales incorrectos, la apariencia
descuidada, la supersensibilidad, el mal genio, el faltar a los compromisos, la
manipulación de otros y el ser criticón.f8 La escuela primaria para el matrimonio
es el trato que uno da y recibe con los amigos de ambos sexos durante el
tiempo de la niñez y adolescencia.
ESTRECHANDO VÍNCULOS
La citaf9 es una costumbre relativamente nueva.f10 Es normal que ésta comience
por la inclinación natural de los jóvenes de aparejarse aunque permanezcan
dentro del grupo que se reúne en el templo, en la escuela, o cuando salen en
grupo a pasear. Es en este nivel que los jóvenes...
manifiestan preferencia mutua que puede representar tan solo, amistad
y no amor. Pero siempre indica un apego más fuerte. Es aquí cuando
muchas veces se comienza a prescindir de otras compañías, cuando
sienten atracción el uno por el otro, cuando caminan juntos y
consideran que cierta afinidad se apodera de ellos; es el tiempo que
debería ser aprovechado por la pareja para saber si en verdad están
dispuestos a sembrar la semilla del amor, si se identifican en sus
intereses e ideales.f11
A veces las citas consisten en visitas a la casa de la señorita para conversar y
entrevistarse. Es en este estado de cercanía que ellos logran lo que Adrián
González llama una “primera amistad” que quiere decir que ellos...
concentran sus intereses en una sola persona, sin que por ello dejen de
tener relaciones amistosas con otras personas; es el período que sirve
para hacer comparaciones antes de comprometerse.f12
Es todavía común en algunos países latinos que la pareja no salga a solas hasta
que estén comprometidos y aún en este nivel de noviazgo es de esperar que
algún familiar les acompañe a dondequiera que vayan. Si esta es la costumbre
social y también el deseo de la familia de la señorita, debe ser respetado. La
pareja ganará la confianza de la familia, iglesia y sociedad por su
comportamiento responsable.
Quizá, siendo este capítulo uno de los relacionados con la preparación para el
matrimonio, baste sugerir en él una sola cosa para ayudar a la pareja en
cualquiera de las fases del noviazgo en que se encuentren. Mucho de la
problemática de formar esta íntima amistad, de emparejarse, se resuelve con
una conducta cortés que crea una concordancia y confianza entre los jóvenes.
Un acuerdo alentador y aliviador que los novios cristianos pueden establecer es
el de terminar todas sus citas en oración. Es una práctica amena que les
ayudará a planificar y conducir sus tiempos juntos de tal manera que ellos se
sentirán complacidos y el Señor será honrado.

ELEMENTOS DE SELECCIÓN
Siempre existe la pregunta, y es legítima, ¿cómo puedo yo saber si ésta es la
persona que Dios quiere para mí? También cabe la interrogación sincera de
cómo uno puede calificar sus sentimientos de estar enamorado. Una cosa es
cierta, Dios tiene una voluntad exacta al respecto; él tiene alguien preparado
para cada uno, para que sea su copartícipe y compañero de por vida. Quizá
haya varias personas con quienes uno podría emparejarse y vivir felizmente,
pero Dios sabe cuál es la mejor y con su ayuda podremos encontrarla.
Reflexionando sobre la forma en que Dios proveyó a Eva para Adán, los judíos
dicen que el hombre tiene la tarea de encontrar su “costilla perdida”.
Como cristianos desearíamos tener por delante una lista de características que
nos sirvan de guía en la selección de nuestro cónyuge. Luis Palau sugiere una
lista de trece elementos que deben ser guardados en mente por la persona
durante el proceso de esta elección. El los presenta en forma de preguntas:”f13
1. ¿Es o no es un cristiano verdadero? Es decir, no deben las personas
pretender ser cristianos simplemente para poder casarse con el que en realidad
es cristiano.
2. ¿Estoy orgulloso de ella o me avergonzaría de presentarla a algún personaje
importante?
3. ¿La considero inferior a mí en algún sentido?
4. ¿Siento respeto por ella o me tomo ciertas libertades para maltratarla o
abusar de ella?
5. Al estar en oración, ¿siento tranquilidad al pensar en casarme con esta
señorita, o con ese joven?
6. ¿Tengo plena confianza en su amor y fidelidad, o siento sospechas y celos
infundados, inventados por mi corazón esquivo?
7. ¿Podemos conversar por largas horas sin aburrirnos, o no tenemos nada más
que conversar?
8. ¿Estoy dispuesto a esperar cuanto tiempo sea necesario? La cualidad de
poder hacer las cosas en su debido tiempo demuestra una madurez que es
elemental para llevarse bien en el matrimonio.
9. ¿Quiero ser yo la clase de persona que ella puede respetar, o pretendo
hacer todo por la fuerza? (Hay una relación entre esta pregunta y la del número
4. Ambas radican en el problema del egoísmo que es el enemigo número uno
de las buenas relaciones.)
10. ¿Es ella idónea para mí? ¿Suplirá las deficiencias mías? Y yo, ¿supliré las
deficiencias de ella? ¿Es él el joven idóneo para mí? La idea aquí es que los dos
sean complementos el uno del otro. No es que deban de ser tan distintos, como
será presentado más adelante en el tema acerca de la compatibilidad.
11. ¿Me resulta físicamente atractiva esta persona con la cual pienso casarme?
12. ¿Están de acuerdo y satisfechos mis padres —y los de ella o de él, según el
caso— de nuestro noviazgo y posible casamiento en el futuro? Palau sugiere
que el seguir con los planes de casarse en contra de los deseos de los padres
es peligroso e impropio. (Véanse <490601>Efesios 6:1; <510320>Colosenses 3:20.) Es
cierto, el no tener la aprobación de los padres es traer angustia y frustración a
la pareja. Es aconsejable, cuando los padres se oponen, preguntarse ¿por qué?
Quizá ellos están esperando ver más madurez en la pareja. O más
responsabilidad económica, o más disciplina propia. Palau propone que la
pareja averigüe la razón de los padres, pero que recuerde ser solícita, sincera,
sencilla y humilde en su trato. También es bueno confiar en que, si Dios quiere
que una pareja se case, él mismo puede cambiar la opinión de los padres,
basado por cierto en el comportamiento responsable de los jóvenes.
13. ¿Amo o no amo a esta persona con quien digo que me voy a casar?
Quizá a esta lista se necesite agregar unas cualidades más que ayudarían a
formar el concepto de un compañero ideal. Todo esto es lo que a veces se
llama elementos de compatibilidad. Ralph Phelps menciona algunos asuntos
interesantes que merecen la consideración de cualquier pareja que esté
buscando la voluntad de Dios para ellos. Sólo se incluyen aquí algunas facetas
distintas a las sugeridas por Palau.f14
(1) Se debe desear que la pareja esté en buenas condiciones de salud.
(2) que tengan buenas disposiciones y
(3) madurez emocional. En este último punto Phelps resalta cuán
importante es que hayan dejado atrás las características inmaduras
(como pataletas, morriñas y celos), y que sean capaces de actuar como
adultos.
(4) Es aconsejable que compartan algunos gustos similares como los de
la música, recreación, comida, etc.,
(5) sentido del buen humor,
(6) sentido común en el uso del dinero,
(7) buena disposición hacia el trabajo que es esencial si van a poder
independizarse de los padres, y
(8) la misma fe cristiana. Una buena manera de fijar la calidad de
cristianos es que oren juntos.
Una nota de cautela debe ser sonada si hay grandes diferencias entre la pareja.
Algunas diferencias que deben ser consideradas son las de edad, condición
económica, formación social y familiar, educación e inteligencia. Además, la
diferencia de religión es algo que se debe destacar y ser bien entendido. Es
ideal que ambos sean cristianos activos y estables. Son muchos los que creen
que pueden convertir a su cónyuge dentro del matrimonio, pero la triste verdad
es que uno se convierte sólo porque quiere. Nosotros no cambiamos a nadie
sino sólo a nosotros mismos. Si otros, especialmente en este caso “el otro”, ven
algo deseable en nuestra vida cristiana, estarán atraídos a ella, ofreciéndole
oportunidad de dar razón por la esperanza que hay en nosotros (<600315>1 Pedro
3:15.) Empero, es mucho mejor que haya un estrecho y pleno acuerdo en este
asunto antes de casarse. Recordemos también los consejos bíblicos: “No os
unáis en yugo desigual con los incrédulos” (<470601>2 Corintios 6:14a); y
¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” (<300303>Amós 3:3). Además,
siempre hay el peligro de que la fe del cristiano sea debilitada y confundida por
ligarse a una persona incrédula o de otra religión.f15 (<070306>Jueces 3:6.) En pocas
palabras, los casamientos mixtos están lejos de ser de “un corazón y un sentir”.
El doctor David Mace sugiere que la pareja tome nota de estas facetas de
compatibilidad para evaluarse a sí mismos. Deben tratar de entender las áreas
en que descubren que sienten ansiedad o tensión emocional y buscar las
razones de aquello. Agrega el doctor Mace que cada uno debe evaluarse a sí
mismo, pero es bueno compartir abiertamente y juntos lo que cada uno siente y
ha experimentado. Si hay alguna faceta en uno mismo que le inquieta, debe
tratar de buscar orientación o consejo para poder entenderse antes de
comprometerse con otra persona que posiblemente tendrá aún más problemas
en entenderle. Buscar ayuda no es señal de debilidad sino de madurez y
sabiduría. Se pueden evitar grandes problemas en el matrimonio por haberlo
hecho.f16 En el próximo capitulo, trataremos algunos aspectos del consejo
pastoral para los novios. Esta sección sobre la compatibilidad es un elemento
muy importante y debe ser tratado por el pastor con la pareja.

LA DIFERENCIA ENTRE EL AMOR MADURO Y EL
INMADURO
Antes de dejar los preparativos para el noviazgo es preciso aclarar un aspecto
que es tanto emocional y sicológico como espiritual: el amor. Como fue dicho
anteriormente, hay muchas razones para las confusiones en cuanto al sexo.
Comúnmente algo del fondo de esta confusión actual es la desorientación sobre
en qué consiste el amor. A continuación se encuentra una lista que compara el
amor maduro y verdadero, con el inmaduro e inadecuado.
Amor Maduro Amor Inmaduro
1. Es algo que crece y se desarrolla. 1. Es algo repentino, una emoción que
inflama de momento
2. Se basa en un compartimiento
mutuo.
2. Se basa en una gratificación egoísta.
3. Se concentra en una sola persona
como objeto.
3. Tiene dificultad en apreciar a uno solo.
4. Se caracteriza por seguridad y
confianza.
4. Se caracteriza por inseguridad y celos.
5. Entiende que lo físico es sólo una
parte del amor.
5. Concibe que lo físico es lo céntrico y
más importante.
6. Hay un respeto mutuo. 6. Hay una explotación o manipulación
mutua o por uno de ellos.
7. Sus ideales se basan en la realidad
de sus personalidades y
posibilidades.
7. Sus ideales se basan en fantasías en
cuanto a sus personalidades y
posibilidades.
8. El amor les conlleva a crecer, a
conocerse y ajustarse.
8. Hay mucha ambivalencia, se mueven las
emociones de un extremo a otro. (Se
sienten amor y repudio a la vez y
fuertemente.)
9. Se tratan de ayudar y edificar.
Buscan lo mejor el uno para el otro.
9. Hay una competencia para ver quien
tiene la última palabra.
En todo caso del amor verdadero, es saludable recordar cómo está descrita
esta cualidad en 1 Corintios, capítulo 13, especialmente los versículos 4 al 8 y
el 11. Los altos ideales sobre el amor tienen un buen servicio en nuestras
conciencias, el de mantenernos deseando lo mejor en nuestras relaciones con el
sexo opuesto. He aquí una área que necesita una luz bíblica arrojada sobre ella
para programar de nuevo (o por primera vez) las conciencias de nuestros
jóvenes: es la del sexo prematrimonial.

SEXO PREMATRIMONIAL
La nueva inmoralidad que está inundando nuestro mundo entero está
convenciendo a una multitud de jóvenes (y de adultos también) de que la única
felicidad se encuentra en el coito. ¡Nada puede estar más lejos de la verdad! El
sexo jamás nos fue dado por Dios simplemente para ser un placer, como lo
hemos indicado en el primer capítulo. Hay muchas razones en contra de la onda
popular de experimentar con el sexo antes del matrimonio. Unas pocas bastan,
sin embargo, para complementar lo que aquí se halla, en la bibliografía
sugerimos materiales de buena lectura.
1. Esenciales a la felicidad sexual son el respeto y la confianza. Estos no se
logran durante un experimento sexual. La experiencia puede ser placentera,
especialmente para el varón, pero no es una entrega de las dos personas,
porque falta aquella intención de establecer una unión permanente. Aunque sí
puede existir la promesa de casarse, no existe en realidad. A la mujer le cuesta
entregarse, si no hay la confianza de tener un cónyuge asegurado. Se puede
experimentar el placer pero no la felicidad como la diseñó Dios al crear la unión
de una sola carne.
2. Debemos recordar qué es el amor. El amor jamás quiere causar daño ni
pena. Como dice Pablo en <451310>Romanos 13:10: “El amor no hace mal al
prójimo”. Así nos sentimos frente a la persona que esperamos que sea nuestra
compañera para la vida. Algo menos que un respeto y un aprecio hacia la otra
persona no puede ser amor, pero bien puede ser egoísmo.
3. José Grau ha hecho un estudio concienzudo al respecto, y él hace hincapié
en un auge de desórdenes mentales que se deben a la nueva revolución sexual.
Esta conclusión se basa en las investigaciones del psiquiatra Francis Braceland,
quien dice que no se puede jugar con el sexo sin sufrir las consecuencias. Grau
continúa diciendo de las personas involucradas en esta onda sexual:
Están aprendiendo que cuando uno expresa amor a media docena de personas
diferentes con el símbolo físico máximo del amor, el símbolo se convierte en un
fin en sí y pierde todo su sentido más allá de ese fin. Están aprendiendo que en
la mayoría de los casos el coito prematrimonial es “pre” pero no matrimonial:
una gratificación pero no una entrega. Y para muchos jóvenes con sensibilidad
y sentido común este descubrimiento y no las reglas liberales de las residencias
de estudiantes ni tampoco los hogares o iglesias restrictivas — es el que impone
tensiones explosivas a su personalidad y desarrollo.f17
4. Algunas parejas argumentan que se aman y que entonces experimentar con
el sexo es sólo un adelanto y preparativo al ajuste del matrimonio. Grau
responde a este argumento diciendo que el sexo no es algo para probar como
un carro nuevo o como ponerse un sombrero nuevo.f18 El sexo es sólo uno de
los ajustes en el matrimonio y es sumamente difícil ajustarse en este aspecto
aisladamente de todos los demás ajustes normales de la unión conyugal. En la
mayoría de los casos lo que está ocurriendo es nada más que la
absolutización” del placer sexual que Grau denomina una “caricatura del amor”
y no un amor verdadero.f19
5. Otra razón en contra del sexo prematrimonial es la que se crea muchas veces
después de la unión matrimonial, los celos. La conclusión, al final de cuentas, es
que no se sienten seguros el uno del otro por la facilidad de la conquista (si
cede tan fácil conmigo, ¿cómo voy confiar en ella?) o por la forma agresiva y
suave (si pudo persuadirme a mí, ¿cómo voy a confiar en él?). La realidad es
que aquellos que se casan habiendo experimentado sexualmente entre ellos y/o
con otros tienden a ser más infieles y más egoístas en el matrimonio.
6. Además de todas las razones anteriores es la de tomar en cuenta los
consejos bíblicos en cuanto a la fornicación, porque el sexo prematrimonial es
exactamente aquello. La fornicación y el adulterio causan la desintegración
moral de una persona, trayendo consecuencias hasta sobre la nación si es una
característica de su ciudadanía . (<240302>Jeremías 3:2-5.) Es algo que Dios detesta
y reprueba. El profeta Oseas amonesta que la fornicación, como el vino y el
mosto, quita el juicio. (<280411>Oseas 4:11.) Cuando Pablo describe la mente
reprobada que rechaza a Dios y que es rechazada por Dios, la fornicación es
una de las primeras características en la lista. (<450128>Romanos 1:28-32.) O sea,
la fornicación refleja una rebelión contra Dios y una desintegración moral. Para
el joven cristiano, la fornicación constituye algo sumamente dañino en su
carácter moral y espiritual y afecta directamente el testimonio del mismo. La
vida así desmoralizada de los cristianos es causa de tristeza en la iglesia y exige
el arrepentimiento para que haya una restauración a una sanidad mental y
espiritual. (<471202>2 Corintios 12:21.)
7. Por último, el sexo prematrimonial, según <460601>1 Corintios 6:12-20, frustra el
propósito que Dios tiene para con el cuerpo del hombre, especialmente el del
cristiano. Pablo explica que Dios ha diseñado que el cuerpo sea para lo más
alto y digno de la vida, para lo sano y lo edificante; es decir, el cuerpo es para
el Señor (v. 13). Dios planifica dignificar nuestros cuerpos con la resurrección
por su poder, igual como hizo con Cristo (v. 14). Es por este motivo que él no
quiere que entremos en la bajeza de una vida impura (vv. 15, 16). Además,
mientras estemos en el cuerpo, nos recuerda que pertenecemos a él y que él
habita en nosotros; hasta considera que nuestros cuerpos sirven de templos
para el Espíritu Santo (vv. 17, 19). De modo que la fornicación ensucia la
morada del Dios Santo e influye sobre nuestros pensamientos y acciones. Es un
tipo de suicidio espiritual (v. 18). Por lo tanto, se debe siempre procurar
glorificar al Señor tanto en el espíritu como en el cuerpo, para encontrar las
fuerzas para poder “huir de la fornicación” (vv. 18, 20).
Por todas estas siete razones, diríamos entonces que el sexo prematrimonial no
prepara a nadie para el matrimonio, sino que es la causa de desconfianza,
celos, desorientación y desintegración moral.

¿QUÉ DE LAS CARICIAS?
Las caricias son una parte esencial del juego preparativo para el acoplamiento
sexual. Los manoseos estimulan al cuerpo de tal forma que uno está siendo
preparado para el acto sexual. Con esto en mente, los novios deben reconocer
lo que se están haciendo a sí mismos cuando siguen demasiado adelante el trato
físico. Es cierto que no hay nada tan excitante como carne contra carne. Dios
nos hizo así, pero repetimos que el lugar de disfrutar al máximo de esta faceta
física es en una unión fija, también creada por Dios, que garantiza la intención
de confianza y entrega. El cristiano tiene una gran ventaja en este asunto porque
conoce a un Dios que le ayuda a vencer todas las tentaciones cuando él quiere
vencerlas. (<461001>1 Corintios 10:13.) Todo esto quiere decir que los novios se
gozarán mejor de lo físico en el matrimonio cuando se han guardado el uno
para el otro hasta entonces. Esto no es negarles el derecho de tomarse las
manos y besarse, pero es hacerles ver el uso de las demás expresiones físicas,
o sea, las caricias.

EJERCICIOS DE APRENDIZAJE
Cuestionario:
1. ¿Cuales son las tres decisiones que normalmente cada uno toma en la vida?
2. ¿Dónde comienza la preparación para el noviazgo? ¿Por qué es así?
3. ¿Cómo se puede definir un amigo?
4. Diga cuatro elementos positivos para la formación de amistades.
5. En este capítulo se encuentran dos juegos de listas de cualidades que se
recomiendan para ayudar en la selección de cónyuges. De la primera lista,
indique seis cualidades que usted considera de mayor transcendencia.
De la segunda lista, indique lo que usted considera que la pareja debe tomar en
cuenta al calificar su compatibilidad. Dé unas seis sugerencias.
6. Si los padres se oponen, ¿cuál sería una reacción sabia de los novios?
7. Mencione las siete áreas de diferencias que deben ser tomadas en cuenta
por los jóvenes en su selección de novio o cónyuge.
8. Mencione cinco facetas del amor maduro y cinco del inmaduro que usted
considera de mayor importancia, estableciendo con ellas un contraste.
9. ¿Cuáles son las siete razones por las que el sexo prematrimonial no es
aconsejable para los jóvenes?
10. ¿Para qué son las caricias?
Un Tema para Desarrollar:
Si usted tuviera que dar una conferencia sobre el problema del sexo
prematrimonial, ¿cómo desarrollaría un bosquejo de los temas o ideas
relacionados con el problema?
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