GUILLERMO GOFF
CASA
BAUTISTA DE PUBLICACIONES
CONTENIDO
PRIMERA
PARTE: EL MATRIMONIO
Capítulo
1: El Matrimonio: La Relación Primordial ¾
La
Naturaleza del
Matrimonio;
Los Propósitos del Matrimonio; El Hogar Cristiano
Capítulo
2: Preparativos para el Noviazgo Las
Amistades; Estrechando
Vínculos;
Elementos de Selección; La Diferencia entre el Amor
Maduro
y el Inmaduro; Sexo Prematrimonial; ¿Qué de las Caricias?
Capítulo
3: Consejos Preparativos para el Matrimonio Unas
Razones
para
la Buena Preparación de la Pareja; El Consejo Prematrimonial; La
Primera
Conferencia: Conociéndose; La Segunda Conferencia: Las
Bases
Bíblicas del Hogar Cristiano; La Tercera Conferencia;
Revelándose
y Comprendiéndose; La Cuarta Conferencia: Áreas de
Ajustes;
La Quinta Conferencia: Detectando Posibles Problemas y
Planificando
la Ceremonia; Las Razones y Beneficios de Tener una
Ceremonia
Pública; La Luna de Miel
Capítulo
4: Los Ajustes dentro del Matrimonio El
Amor: ¿Es Algo Que
Crece
y Mejora?; Las Diferencias entre Hombres y Mujeres; Papeles
en
el Matrimonio; La Intimidad en el Matrimonio; Claves de
Compañerismo
Capítulo
5: El Matrimonio y el Sexo ¾
El
Sexo en la Biblia; Elementos de
Confusión
Respecto al Sexo; Claves de la Felicidad Sexual en el
Matrimonio;
Planificación Familiar
Capítulo
6: La Resolución de los Conflictos en el Matrimonio Clases
de
Conflictos: Las Etapas y los Tipos; Causas de Conflictos; Cómo
Manejar
y Resolver los Conflictos; La Buena Comunicación: El Arte de
la
Comprensión
Capítulo
7: El Cristiano, la Iglesia y el Divorcio La
Evidencia Bíblica;
La
Perspectiva Eclesiástica; Aspectos Sicológicos; El Problema de
Casarse
de Nuevo; La Iglesia Ministrando a los Que Se Divorcian;
¿Debe
la Iglesia Casar de Nuevo a los Divorciados?
SEGUNDA
PARTE: LA FAMILIA
Capítulo
8: Las Relaciones entre los Padres y los Hijos Menores Las
Líneas
de Autoridad en el Hogar; La Formación de los Niños; La
disciplina
de los Niños
Capítulo
9: Las Relaciones entre los Padres y los Hijos Adolescentes
Causas
de Tensiones; El Desarrollo del Adolescente; Pasos hacia las
Buenas
Relaciones con los Adolescentes
Capítulo
10: La Educación Sexual en el Hogar Tres
preguntas
Comunes
de los Padres; Una Definición de la Educación Sexual;
¿Cuando
Debemos Comenzar la Educación Sexual?; ¿Cómo Debemos
Presentar
la Educación Sexual; ¿Qué Debemos Enseñar en la
Educación
Sexual?; Problemas Especiales de los Adolescentes;
Algunos
Consejos Finales
Capítulo
11: La Vida Espiritual en el Hogar Proviene
de una
Consciencia
Abierta a Dios; Depende de Que Cristo Reine en
Nuestros
Corazones; Requiere Que la Fe Cristiana Sea Practicada y
Enseñada;
Cultos Familiares; Tiempos Familiares; Actividades
Misioneras
para la Familia
Capítulo
12: Sugerencias para el Programa de Educación Familiar en la
Iglesia
Cómo
Comenzar el Programa; Formación de la Lista de
Necesidades
Sentidas; Métodos para Conducir el Programa;
Programas
para la Semana o el Mes del Hogar; Predicando sobre el
Hogar;
Una Encuesta: Necesidades Sentidas sobre la Familia
BIBLIOGRAFÍA
PREFACIO
La
familia es lo más particular de cualquier cultura del mundo, ya sea
vista por
sus
costumbres, relaciones o expresiones distintivas. Lamentablemente,
desde
el
punto de vista cristiano evangélico, hay muy poco escrito sobre esta
gran
institución,
vista desde la experiencia familiar hispana. La mayoría de los
materiales
disponibles son los que han sido traducidos y reflejan otra cultura.
Indudablemente,
estos materiales han servido para mucho bien, en especial
cuando
se han basado sobre fundamentos y principios bíblicos. Las bases
bíblicas
siempre se prestan para una aplicación de una cultura a otra. Sin
embargo,
hace falta algún intento de aplicar las verdades bíblicas al medio
en
que
uno vive. Esta ha sido mi labor de amor por varios años sirviendo
como
misionero
entre los enérgicos y vitales bautistas venezolanos.
Reconozco
que no tengo derecho de aparentar ser muy experto ni en la cultura
hispana
ni en la materia de la familia cristiana. La única justificación
que tengo
para
escribir este libro es que he sentido de Dios que era preciso y
urgente
hacerlo.
Los ensayos son estudios basados en la Biblia, libros y materiales de
referencia,
experiencias y observaciones personales, así como sugerencias y
contribuciones
de pastores y seminaristas. Mi esperanza es que esto sirva,
aunque
sea en una manera limitada, para orientar a mis hermanos de las
iglesias
evangélicas,
justo con sus pastores y ayudantes a tener una mayor conciencia
en
cómo vivir la vida cristiana dentro de la circunstancia familiar de
cada uno.
¡Que
el Señor nos haga a todos sabios en sus caminos y suficientemente
valientes
como para poner por obra sus mandamientos en nuestra vida
particular
y familiar!
Caben
unas palabras de profundo agradecimiento a algunos que me ayudaron
en
gran manera con sus observaciones, sugerencias y correcciones.
Especialmente
dirijo estas palabras a Raúl Lavinz, amigo y estudiante en el
Seminario
Bautista de Venezuela, quien me asesoró y ayudó a pasar con
máquina
los varios capítulos por dos ediciones. También a Rosa de Alfonso,
Ester
de Portillo y Ruth Chávez (de Lima, Perú), quienes leyeron varios
capítulos
e hicieron correcciones. La hermana Helen de Villamizar me ayudó,
bajo
bastante límite de tiempo, a sacar en limpio varios de los capítulos
en su
forma
final. Una nota de gratitud también doy a mi hermano en Cristo,
Daniel
Cadima,
secretario de relaciones públicas del Seminario Teológico Bautista
de
Venezuela,
por producir una edición preliminar de esta obra para las clases de
esta
materia en la misma institución y para los estudios por extensión.
Además
de
todos los mencionados, debo agradecer a mi esposa, Emilee, por su
fiel
colaboración
y apoyo durante todo el tiempo de escribir este libro.
¡Alabado
sea el Señor!
Guillermo
Goff
PRIMERA
PARTE:
EL
MATRIMONIO
CAPITULO
1
EL
MATRIMONIO: LA RELACIÓN PRIMORDIAL
Cuando
Dios comenzó el mundo, él puso en su ambiente todo lo necesario
para
una vida fructífera y placentera. Todo fue hecho así para que el
hombre
habitase
en plena comunión con el Creador y con su creación. El hombre fue
la
máxima
expresión de la creación hecha por Dios. La unión conyugal del
hombre
y la mujer fue la primera y, por consiguiente, la primordial
institución de
la
creación de Dios. El hogar es antes del estado, la economía (o el
trabajo) o
aun
la iglesia. Por eso, el hogar sirve y ha servido a través de los
siglos como el
fundamento
de la sociedad. La sociedad depende por su carácter, en gran
parte,
de la expresión y la forma de las familias que la componen.
Es
por esta razón que es muy importante que la familia refleje el
diseño y el
deseo
que Dios tenía cuando la comenzó. Este estudio es un intento de
investigar
lo que la Biblia, sus expositores y comentaristas dicen sobre el
particular.
Puesto que la problemática familiar es una expresión de cada
cultura,
tenemos
que estar prestos para hacer que la luz escritural alumbre cada
circunstancia
cotidiana en nuestro ambiente, especialmente en el del mundo
hispano.
Sin embargo, la cultura latina no es la cuestión primordial, sino la
naturaleza
y propósito que Dios ha dado al matrimonio primeramente y, por lo
tanto,
a la familia. La tarea nuestra es establecer con claridad los
principios
bíblicos
que gobiernan el ideal divino para el matrimonio y la familia, y
después
examinar
la expresión cultural a la luz de estos mismos principios.
LA
NATURALEZA DEL MATRIMONIO
Las
bases escriturales del matrimonio se encuentran en Génesis 1 y 2.
<010127>010127>Génesis
1:27, 28 recalcan que Dios, por su papel de creador, inició el
primer
hogar en el mundo, formando la primera pareja en una unión
fructífera y
responsable
(fíjese en las palabras: “fructificad”, “multiplicaos”,
“señoread” y
“sojuzgad”).
Debemos recordar que la naturaleza del matrimonio comienza con
el
hecho de la creación de Dios.
De
ahí que el primer elemento de la naturaleza del matrimonio es: ser
una
institución
divinamente ordenada.
Hemos
dicho ya que el hogar es la primera institución de la creación y es
cierto.
Sin
embargo, es menester interpretar esta institución, antes que todo,
no en
términos
fríos y estáticos como por medio de estadísticas, sino verla desde
el
punto
de vista de la relación humana que la vivifica. El punto de vista
bíblico la
mira
como la unión de dos personas creadas por Dios como distintas y a la
vez
hechas
la una para la otra. Esta naturaleza divina que Dios formó y bendijo
como
la unión conyugal es una realidad para todos.
El
segundo elemento de la naturaleza del matrimonio sigue esta misma
idea,
porque
es una unión natural. Dios hizo a todo hombre y a toda mujer
dándoles
ciertos
impulsosnaturales, y uno de los más fuertes es el sexual. El
matrimonio
brinda
la forma más natural para dar expresión adecuada y sensata a este
impulso.
Por lo tanto, encontramos en <010224>010224>Génesis
2:24 que los dos se unirán y
“serán
una sola carne”. Esto se explorará más adelante, pero debemos
entender
en este contexto que el matrimonio es la expresión natural que Dios
ha
provisto
para que una pareja se una en una relación física y placentera.
Además,
“una sola carne” desde el punto de vista hebreo se entiende en
términos
de toda la personalidad y no solamente lo físico. En otras palabras,
es
una
descripción de la relación matrimonial entre dos personas, aun con
sus
personalidades
variantes. Es por medio de esta relación conyugal que el
hombre
y la mujer pueden cumplir algo de su naturaleza. Sin el trato sexual,
algo
queda incompleto en la personalidad de ambos. Por lo tanto, se
requiere
un
don especial, de “continencia”, para poder tener una vida
fructífera, sin el
goce
de la unión conyugal (<460707>460707>1
Corintios 7:7-9).
Además,
un tercer elemento será que el matrimonio es una unión exclusiva.
La
frase
“una sola carne” subraya la particularidad de la naturaleza
humana. No
somos
hechos para diferentes uniones a la vez (poligamia), sino para una
sola
unión
(monogamia). Aquellos que tratan de mantener más de una relación
conyugal
se frustran a sí mismos y frustran el propósito de Dios porque
están
dividiéndose
en partes, dándose a otras personas que no son su cónyuge. Es
tan
completa la tarea de poder satisfacer a un solo marido o a una sola
esposa,
que
es imposible abarcar más y mantener la sanidad emocional. La
actuación
de
la infidelidad de uno de los cónyuges es también causa de una
desintegración
de
su relación matrimonial y, por consiguiente, de debilitar la
composición de la
sociedad.
(<460601>460601>1
Corintios 6:16; <540506>540506>1
Timoteo 5:6.) Otro ángulo de este
exclusivismo
es el de dejar a los padres para unirse como pareja. Es
imprescindible
que la nueva pareja tenga su propio techo y lecho para disfrutar
la
libertad y la responsabilidad de la vida matrimonial. Además, es un
mandato
de
Dios que lo hagan. (Véase otra vez <010224>010224>Génesis
2:24.) Las implicaciones de
este
principio seran exploradas bajo el estudio de los ajustes dentro del
matrimonio.
El
cuarto elemento de la naturaleza matrimonial está implícito en la
idea de ser
“una
sola carne” en una unión permanente. Si hay un punto de flaqueza
moral
en
nuestros conceptos actuales sobre el matrimonio es en este asunto de
la
permanencia
de los votos matrimoniales. La razón de esta debilidad moral en el
mundo
hoy es:
que
las parejas van corriendo ciegamente al casamiento sin una
consideración
detallada, aun sin conocerse realmente el uno al otro
como
personas. Algunas veces son sinceras, y creen que están
profundamente
enamoradas. Otros dirán, y muy en serio: “realmente no
sabemos
cuán duradera pueda ser nuestra unión, pero casémonos de
todos
modos y veamos cómo resulta. Si no concordamos, siempre
tenemos
la oportunidad de divorciarnos.”F1
Aún
peor es la cantidad cada vez mayor de personas que no se casan
formalmente,
sino que se unen en una convivencia de concubinato para no
correr
ni el riesgo del compromiso ni con el gasto de una ceremonia. Esto
deja
que
la pareja se separe sin ninguna intervención de la ley civil,
sufriendo de esta
manera
las heridas emocionales y morales. ¿Y qué de los niños, víctimas
inocentes
de ambos tipos de uniones inestables? ¿Es esto lo que Dios quería
cuando
instituyó el matrimonio? Claro que no. Dios quiere que el matrimonio
sea
una decisión que se haga con cuidado y con una debida preparación
que
incluya
la búsqueda de la voluntad de este mismo Dios al respecto. Aquí es
donde
tenemos que poner más peso como cristianos, en ayudar a nuestros
jóvenes
a saber cómo seleccionar con cuidado a su compañero de vida y cómo
entregarse
el uno al otro para que la unión tenga mayor posibilidad de
permanecer
íntegra aun en medio de las tormentas morales de la actualidad.
Hay
que reconocer, en quinto lugar, que el matrimonio, en su sentido
original e
ideal,
es una unión espiritual. El elemento básico de todo matrimonio
bueno es
el
amor. Este principio, lo físico es absorbente, pero con el tiempo
toma otra
cara,
no de menos importancia sino de una perspectiva más amplia. Llega a
ser
visto
dentro de las múltiples facetas de la relación y no como una cosa
aislada.
En
realidad, si hay madurez en el trato de la pareja, hay consideración
y
respeto
mutuo que hacen que la expresión sexual sea aún más tierna e
íntima.
La
verdad es que lo físico a veces no satisface por sí solo si no
coincide con lo
espiritual.
Dios, por medio de Cristo, ha destinado que en él todas las cosas
subsistan.
(<510117>510117>Colosenses
1:17.) El amor, aun siendo tan fuerte como para
consolidar
el matrimonio, puede fallecer si no recibe constantemente una
renovación
por medio de él que nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros.
<490525>490525>Efesios
5:25-29.)
LOS
PROPÓSITOS DEL MATRIMONIO
Estos
cinco elementos de la naturaleza del matrimonio se están
complementando
en un sexto que es una unión para cumplir los propósitos
definidos.
Los propósitos de la unión son tanto positivos como negativos, esto
es,
creativos y preventivos.f2
El
primer propósito creativo que el matrimonio tiene es el del
compañerismo.
Dios
otorgó al hombre “una ayuda idónea” en el huerto del Edén.
Esta
expresión
tiene que significar que Dios le dio al hombre una compañera para
trabajar
a su lado y ser el complemento de su vida. Esta comunión íntima es
primordial
en la relación conyugal, más importante aun que la procreación y
las
otras
funciones del matrimonio. Si traer niños al mundo fuera de primera
importancia,
¿cuál sería la razón de seguir siendo casados cuando los hijos
son
mayores
y no siguen compartiendo el techo con los padres? La necesidad
humana
más grande es ser amado y apreciado. Esta sigue siendo una realidad
aun
cuando seamos viejos. (Referente al compañerismo en el matrimonio
véanse
<470601>470601>2
Corintios 6:14; <600301>600301>1
Pedro 3:1-12; <010218>010218>Génesis
2:18-24.)
El
segundo propósito creativo del matrimonio es la procreación. En
realidad
“una
sola carne” significa no solamente que la unión sea establecida
para ser
“procreativa”
sino también “unitiva”.f3
Esto
será explorado más en el quinto
capítulo,
pero aquí es menester señalar que el traer niños al mundo es una
parte
esencial
del plan de Dios para la pareja. Lo más natural para una pareja que
no
puede
tener niños es querer adoptarlos. La razón de esta tendencia humana
es
el
feliz cumplimiento de la naturaleza del matrimonio desde la creación:
el llegar
a
ser padres. Es de mucha importancia que “los hijos nazcan bajo las
mejores
condiciones
posibles, y que tengan el cuidado amoroso de un padre y una
madre
quienes trabajan juntos y, aun con sacrificio, para su mayor
bienestar”.f4
Es
en este sentido de juntos crear una nueva vida, que el hombre y la
mujer
continúan
colaborando con el Creador en la creación. Mace enfatiza que la
palabra
procreación significa “crear para y en beneficio de” otro, y
este otro es
el
mismo Dios.f5
(Véase
<19c703>19c703>Salmo
127:3.)
Yendo
más al grano de la naturaleza del matrimonio, especialmente desde el
punto
de vista cristiano, un tercer propósito creativo es la edificación
mutua de
la
pareja, sus niños, familiares y aun de la sociedad misma. Hay una
cierta
inspiración
que llega a la pareja y a los que comparten su vida, cuando hay una
buena
y sana comunicación dentro de la relación conyugal. (<600301>600301>1
Pedro 3:1, 7;
<490529>490529>Efesios
5:29-32.) La edificación está expresada claramente en <600304>600304>1
Pedro
3:4,
7 donde la mujer es exhortada a ser “afable y apacible”, mientras
que el
hombre
es estimulado a dar “honor a la mujer como a vaso más frágil, y
como
a
coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no
tengan
estorbo”.
Otra
faceta de este propósito edificante es la de que dentro del hogar
los niños
reciban
sus primeras instrucciones morales. Siempre la influencia de los
padres
deja
huellas indelebles en las vidas de sus hijos. Es de suma importancia
la
perspectiva
de los padres hacia esta responsabilidad para que logren criarles en
“disciplina
y amonestación del Señor”. (<490604>490604>Efesios
6:4b). Los padres
cristianos
demuestran por su sabio gobierno en el hogar su capacidad de dirigir
una
familia más grande —la iglesia. (<540304>540304>1
Timoteo 3:4, 5).
Esta
edificación también abarca la relación de la familia con el reino
de Dios; es
decir,
Dios también quiere ser el Señor del hogar. Donde él es rey, hay
paz y
bendiciones
incontables. Es ideal que la salvación llegue a todos los miembros
de
la familia. (<441631>441631>Hechos
16:31). Además, por su comportamiento y palabra
los
que son cristianos tienen la potencia de influir (santificar) en los
demás.
(Corintios
7:14-16).
Un
cuarto propósito de la edificación creativa dentro de la familia es
su
importancia
en el plan de Dios para la propagación de la fe. ¡Cuántas veces
encontramos
a Pablo hablando de la iglesia en la casa de algún creyente!
(Ejemplos:
<451605>451605>Romanos
16:5; <461601>461601>1
Corintios 16:19; <440542>440542>Hechos
5:42.) La
familia
cristiana puede tener una influencia para bien en sus propios hijos,
y esto
debe
conducirles a la salvación y a la vida cristiana. (<550314>550314>2
Timoteo 3:14, 15)
Hay
un sentido genuino en que si Dios es nuestro padre celestial y si nos
convertimos
en parte de la familia de Dios, algo del cielo existirá aquí en la
tierra.
Por eso decimos que la familia tiene el propósito de edificar a la
sociedad
y al mundo por su ejemplo y conducta, esperando así poder alcanzar
a
otros para que ellos también pertenezcan a la gran familia
cristiana.
Existen
al menos dos propósitos preventivos que deben ser considerados. El
primero
de ellos es que el matrimonio provee el vehículo natural para el
control
de
las pasiones. Por muchos siglos los impulsos sexuales han sido
considerados
por
los cristianos como algo inferior en el hombre y que deben ser
suprimidos.
Sin
duda alguna la pasión descontrolada es algo que corrompe y destruye
la
moral
y el carácter. Pablo recalcó que el celibato es un don especial
sólo para
aquellos
que puedan controlar sus impulsos sexuales. Aquellos que no pueden
hacerlo
deben casarse para no caer en tentación. (<460701>460701>1
Corintios 7:1-6, 37)
Quizá
todo esto no parezca un motivo muy elevado para casarse. Sin embargo,
Pablo
reconoce que el sexo tiene una función particular dentro del
matrimonio y
llega
a ser una expresión especial del amor en la pareja, quienes se han
entregado
a sí mismos en casamiento. Ernest White dice que el matrimonio
sirve
para evitar que los deseos se conviertan en concupiscencia.f6
El
matrimonio
es la forma divinamente diseñada para la más legítima y
satisfactoria
expresión
de los deseos sexuales.
El
segundo propósito preventivo es el de prevenir la disolución de la
sociedad.
Es
por implicación del estudio bíblico en vez de escrituras
específicas que
llegamos
a esta interpretación. El concepto de la familia, para los hebreos,
se
halla
en la palabra mishpajah,
que
significa la unidad familiar y el factor
esencial
de la comunidad.f7
Mientras
que esta unidad se guardaba en Israel, los
escritores
bíblicos presumían que la estabilidad de su sociedad estaba
garantizada.
Es interesante notar que la idolatría, el adulterio y la fornicación
estaban
ligados en la ley mosaica y que eran considerados entre los pecados
más
graves. (Véase <032001>032001>Levítico
20:1-8, especialmente vv. 5 y 6.)
Jehová
declaró que rechazaría a Israel si se practicaban en ella el
adulterio y
otras
aberraciones sexuales como en las demás naciones. (<032022>032022>Levítico
20:22,
23;
nótese que esta declaración sigue a la condenación de toda clase
de
abominación
sexual. <031010>031010>Levítico
10:10-21.) Tales prácticas inmorales
amenazaban
la sociedad que Dios había formado y eran de gran ofensa a él.
El
matrimonio no solamente mantiene la sociedad unida y funcionando
vitalmente,
sino también cumple con el propósito que Dios tenía al instituir y
consagrar
la familia. Aún más, debemos preocuparnos con la diferencia que
Cristo
hace en el hogar.
EL
HOGAR CRISTIANO
Es
posible decir que toda familia en el mundo está constituida de tal
forma que
pueda
gozar de la naturaleza y de la mayor parte de los propósitos del
matrimonio
sin mucha referencia a Dios. Es cierto, porque la familia es una
realidad
universal. Pero esto no ha de promover un punto de vista secular en
cuanto
al matrimonio, sino el que reconoce que la naturaleza de la familia
viene
desde
la creación.
Entonces,
si todo el mundo puede gozarse de los privilegios del sexo y tener
una
familia naturalmente feliz, ¿qué diferencia hace que el hogar sea
cristiano?
La
respuesta es: que hace toda la diferencia en el mundo. El hogar
cristiano es
un
elemento redentor en la sociedad porque es el lugar donde Cristo debe
y
puede
manifestar su “extra”, especialmente en la vida familiar, o sea,
en sus
relaciones
e interrelaciones. En la relación con Cristo la pareja puede
aprender
cómo
responder en sumisión voluntaria y agradable a su Señor. Esto les
prepara
para someterse el uno al otro. (<490521>490521>Efesios
5:21.) En “conocer” a
Cristo,
uno comprende el gran misterio de conocer a uno que de veras le ama.
Esto
le capacita para expresar un amor no fingido hacia otros. Lo que uno
ha
recibido
de Cristo como perdón, estímulos, aprecio, esperanza y gozo debe y
puede
ser reflejado en sus relaciones cotidianas comenzando dentro de su
propia
casa. (<510312>510312>Colosenses
3:12-21.) Así hay una dimensión “extra”, de
mayor
profundidad y potencialidad cuando la familia está fundada en
Jesucristo.
Las
funciones naturales de compañerismo, unidad sexual y edificación
están
ampliadas
al máximo cuando la pareja está relacionada amorosamente con
Cristo
como su Señor y Salvador. En realidad, es en Cristo que el máximum
del
ser humano se cumple. Esto es verdad también en la experiencia
familiar.
De
poner en práctica el cristianismo en las relaciones más íntimas
del
matrimonio
y en el trato familiar, es de esperar que se vean los beneficios de
mayor
estabilidad, gozo y propósito en la vida, comprensión y capacidad
para
realizar
los papeles que Dios diseñó para nosotros desde el principio.
EJERCICIOS
DE APRENDIZAJE
Cuestionario:
1.
¿Por
qué se considera que la familia es la institución primordial en el
plan de
Dios
para su creación?
2.
Mencione
los cinco elementos de la naturaleza del matrimonio. ¿Cuáles dos
de
ellos piensa usted que son los de mayor importancia? ¿por qué cree
usted
que
son los de mayor importancia?
3.
Dé
los cuatro propósitos creativos del matrimonio.
4.
Mencione
los dos propósitos preventivos del matrimonio.
Para
la Dinámica de Grupo:
1.
Si
el matrimonio es una realidad en todas las culturas del mundo, ¿por
qué
enfatizamos
que el hogar cristiano es el ideal? o sea, ¿qué tiene de especial
el
hogar
cristiano? (Anote algunas de sus propias ideas.)
2.
A
la luz de Corintios 6:16, cuando una persona forma una unión
adúltera,
¿qué
clase de confusión y frustración causa dentro de su matrimonio? ¿Es
posible
tener más que una unión de “una sola carne” y mantener la
felicidad
conyugal?
¿Por qué? (Anote algunos de sus pensamientos.)
3.
¿Cómo
explica usted la naturaleza espiritual del hogar? ¿Qué papel tiene
el
amor
en el matrimonio? ¿Qué entiende usted por el concepto de que todas
las
cosas
subsisten en Cristo (<510117>510117>Colosenses
1:17), aun el hogar? (Anote sus
observaciones.)
4.
¿Está
usted de acuerdo con que el primer propósito del matrimonio sea el
de
compañerismo?
Explique sus razones por estar de acuerdo o en desacuerdo.
Lectura
Afín:
David
Mace, A
los Que Dios Ha Juntado en Matrimonio,
págs. 9-29.
CAPITULO
2
PREPARATIVOS
PARA EL NOVIAZGO
Hay
tres decisiones fundamentales que uno normalmente espera tomar en su
vida:
decidir si sigue a Cristo como creyente y discípulo, escoger una
vocación,
y
elegir al compañero(a) con quien casarse y compartir la vida. Como
evangélicos
ponemos mucho énfasis en capacitar a los nuevos creyentes
doctrinalmente
y en cuanto a las prácticas y la moral de la vida cristiana, todo
antes
de bautizarles. Sería una falla muy seria el no preparar bien a
aquella
gente
para poder entrar en la vida del creyente, como miembro de una
iglesia.
También
nos preocupamos en prepararnos secularmente para nuestras
vocaciones
para poder ejercer bien un oficio o trabajo y así poder sostenernos
económicamente.
Pero debemos reconocer que hemos flaqueado en preparar a
los
jóvenes de nuestras iglesias para la tarea cuyo cumplimiento durará
toda la
vida,
esto es, en seleccionar a su cónyuge y casarse, sabiendo lo que
hacen y
cómo
hacerlo bien. Hace falta darles un buen adiestramiento y una buena
orientación
en este campo.
En
el presente estudio serán investigados varios aspectos del noviazgo
que
incluyen:
la amistad, las citas, los elementos de selección y algo de
autoanálisis
para
calificar la compatibilidad entre los novios. Es preciso aquí tocar
la
delicada
cuestión del sexo prematrimonial para ayudar a los jóvenes a
entender
bien
el peligro que hay en ello.
LAS
AMISTADES
Algunos
piensan que la preparación para el matrimonio es un asunto de pocas
semanas
antes de la ceremonia. En realidad comienza en la cuna. Las
relaciones
que
alguien forma, aun en la infancia, crean las bases para la forma en
que se
relacionará
cuando entre en el noviazgo y el matrimonio. Si experimenta a
temprana
edad la seguridad y el aprecio con los padres y familiares es más
probable
que siga reproduciendo estas características dentro de sus
amistades.
Por
el contrario, el sentir inseguridad y rechazo puede crearle la
incapacidad de
relacionarse
satisfactoriamente con sus semejantes o dentro de su círculo.
También
es menester recalcar que la dirección que nuestras vidas toman se
debe
a nuestra forma de tomar decisiones. Si tratamos de elegir
correctamente,
nos
creamos un hábito de éxito, pero las malas selecciones también nos
traen
su
sentido de frustración. Alguien lo expresó una vez así: “Siembra
un hecho y
cosecha
un hábito; siembra un hábito y cosecha un carácter; siembra un
carácter
y cosecha un destino”. La aplicación de este criterio es obvia en
la
selección
de amistades y novios.
La
manera en que uno se acostumbra a formar amistades afecta
considerablemente
cómo se relacionará con su novio(a) más tarde. Ganar y
mantener
buenas amistades es un arte que todos deseamos aprender. Se puede
definir
a un amigo como alguien que nos aprecia o nos quiere a pesar de
conocernos.
De modo que los amigos son de gran valor y han de ser tratados
con
cuidado. Este hábito de cuidar y nutrir la amistad crea un criterio
estable
para
mantener la amistad íntima que se espera formar en el matrimonio.
El
doctor Ralph Phelps hace resaltar que la amistad es engendrada por el
ser
amistoso,
el mantener una buena disposición, el expresarse sinceramente, el
saber
dialogar y el manifestar un genuino interés en los demás. Son
contraproducentes
el egoísmo, la timidez, los modales incorrectos, la apariencia
descuidada,
la supersensibilidad, el mal genio, el faltar a los compromisos, la
manipulación
de otros y el ser criticón.f8
La
escuela primaria para el matrimonio
es
el trato que uno da y recibe con los amigos de ambos sexos durante el
tiempo
de la niñez y adolescencia.
ESTRECHANDO
VÍNCULOS
La
citaf9
es
una costumbre relativamente nueva.f10
Es
normal que ésta comience
por
la inclinación natural de los jóvenes de aparejarse aunque
permanezcan
dentro
del grupo que se reúne en el templo, en la escuela, o cuando salen
en
grupo
a pasear. Es en este nivel que los jóvenes...
manifiestan
preferencia mutua que puede representar tan solo, amistad
y
no amor. Pero siempre indica un apego más fuerte. Es aquí cuando
muchas
veces se comienza a prescindir de otras compañías, cuando
sienten
atracción el uno por el otro, cuando caminan juntos y
consideran
que cierta afinidad se apodera de ellos; es el tiempo que
debería
ser aprovechado por la pareja para saber si en verdad están
dispuestos
a sembrar la semilla del amor, si se identifican en sus
intereses
e ideales.f11
A
veces las citas consisten en visitas a la casa de la señorita para
conversar y
entrevistarse.
Es en este estado de cercanía que ellos logran lo que Adrián
González
llama una “primera amistad” que quiere decir que ellos...
concentran
sus intereses en una sola persona, sin que por ello dejen de
tener
relaciones amistosas con otras personas; es el período que sirve
para
hacer comparaciones antes de comprometerse.f12
Es
todavía común en algunos países latinos que la pareja no salga a
solas hasta
que
estén comprometidos y aún en este nivel de noviazgo es de esperar
que
algún
familiar les acompañe a dondequiera que vayan. Si esta es la
costumbre
social
y también el deseo de la familia de la señorita, debe ser
respetado. La
pareja
ganará la confianza de la familia, iglesia y sociedad por su
comportamiento
responsable.
Quizá,
siendo este capítulo uno de los relacionados con la preparación
para el
matrimonio,
baste sugerir en él una sola cosa para ayudar a la pareja en
cualquiera
de las fases del noviazgo en que se encuentren. Mucho de la
problemática
de formar esta íntima amistad, de emparejarse, se resuelve con
una
conducta cortés que crea una concordancia y confianza entre los
jóvenes.
Un
acuerdo alentador y aliviador que los novios cristianos pueden
establecer es
el
de terminar todas sus citas en oración. Es una práctica amena que
les
ayudará
a planificar y conducir sus tiempos juntos de tal manera que ellos se
sentirán
complacidos y el Señor será honrado.
ELEMENTOS
DE SELECCIÓN
Siempre
existe la pregunta, y es legítima, ¿cómo puedo yo saber si ésta
es la
persona
que Dios quiere para mí? También cabe la interrogación sincera de
cómo
uno puede calificar sus sentimientos de estar enamorado. Una cosa es
cierta,
Dios tiene una voluntad exacta al respecto; él tiene alguien
preparado
para
cada uno, para que sea su copartícipe y compañero de por vida.
Quizá
haya
varias personas con quienes uno podría emparejarse y vivir
felizmente,
pero
Dios sabe cuál es la mejor y con su ayuda podremos encontrarla.
Reflexionando
sobre la forma en que Dios proveyó a Eva para Adán, los judíos
dicen
que el hombre tiene la tarea de encontrar su “costilla perdida”.
Como
cristianos desearíamos tener por delante una lista de
características que
nos
sirvan de guía en la selección de nuestro cónyuge. Luis Palau
sugiere una
lista
de trece elementos que deben ser guardados en mente por la persona
durante
el proceso de esta elección. El los presenta en forma de
preguntas:”f13
1.
¿Es
o no es un cristiano verdadero? Es decir, no deben las personas
pretender
ser cristianos simplemente para poder casarse con el que en realidad
es
cristiano.
2.
¿Estoy
orgulloso de ella o me avergonzaría de presentarla a algún
personaje
importante?
3.
¿La
considero inferior a mí en algún sentido?
4.
¿Siento
respeto por ella o me tomo ciertas libertades para maltratarla o
abusar
de ella?
5.
Al
estar en oración, ¿siento tranquilidad al pensar en casarme con
esta
señorita,
o con ese joven?
6.
¿Tengo
plena confianza en su amor y fidelidad, o siento sospechas y celos
infundados,
inventados por mi corazón esquivo?
7.
¿Podemos
conversar por largas horas sin aburrirnos, o no tenemos nada más
que
conversar?
8.
¿Estoy
dispuesto a esperar cuanto tiempo sea necesario? La cualidad de
poder
hacer las cosas en su debido tiempo demuestra una madurez que es
elemental
para llevarse bien en el matrimonio.
9.
¿Quiero
ser yo la clase de persona que ella puede respetar, o pretendo
hacer
todo por la fuerza? (Hay una relación entre esta pregunta y la del
número
4.
Ambas radican en el problema del egoísmo que es el enemigo número
uno
de
las buenas relaciones.)
10.
¿Es
ella idónea para mí? ¿Suplirá las deficiencias mías? Y yo,
¿supliré las
deficiencias
de ella? ¿Es él el joven idóneo para mí? La idea aquí es que los
dos
sean
complementos el uno del otro. No es que deban de ser tan distintos,
como
será
presentado más adelante en el tema acerca de la compatibilidad.
11.
¿Me
resulta físicamente atractiva esta persona con la cual pienso
casarme?
12.
¿Están
de acuerdo y satisfechos mis padres —y los de ella o de él, según
el
caso—
de nuestro noviazgo y posible casamiento en el futuro? Palau sugiere
que
el seguir con los planes de casarse en contra de los deseos de los
padres
es
peligroso e impropio. (Véanse <490601>490601>Efesios
6:1; <510320>510320>Colosenses
3:20.) Es
cierto,
el no tener la aprobación de los padres es traer angustia y
frustración a
la
pareja. Es aconsejable, cuando los padres se oponen, preguntarse ¿por
qué?
Quizá
ellos están esperando ver más madurez en la pareja. O más
responsabilidad
económica, o más disciplina propia. Palau propone que la
pareja
averigüe la razón de los padres, pero que recuerde ser solícita,
sincera,
sencilla
y humilde en su trato. También es bueno confiar en que, si Dios
quiere
que
una pareja se case, él mismo puede cambiar la opinión de los
padres,
basado
por cierto en el comportamiento responsable de los jóvenes.
13.
¿Amo
o no amo a esta persona con quien digo que me voy a casar?
Quizá
a esta lista se necesite agregar unas cualidades más que ayudarían
a
formar
el concepto de un compañero ideal. Todo esto es lo que a veces se
llama
elementos de compatibilidad. Ralph Phelps menciona algunos asuntos
interesantes
que merecen la consideración de cualquier pareja que esté
buscando
la voluntad de Dios para ellos. Sólo se incluyen aquí algunas
facetas
distintas
a las sugeridas por Palau.f14
(1)
Se
debe desear que la pareja esté en buenas condiciones de salud.
(2)
que
tengan buenas disposiciones y
(3)
madurez
emocional. En este último punto Phelps resalta cuán
importante
es que hayan dejado atrás las características inmaduras
(como
pataletas, morriñas y celos), y que sean capaces de actuar como
adultos.
(4)
Es
aconsejable que compartan algunos gustos similares como los de
la
música, recreación, comida, etc.,
(5)
sentido
del buen humor,
(6)
sentido
común en el uso del dinero,
(7)
buena
disposición hacia el trabajo que es esencial si van a poder
independizarse
de los padres, y
(8)
la
misma fe cristiana. Una buena manera de fijar la calidad de
cristianos
es que oren juntos.
Una
nota de cautela debe ser sonada si hay grandes diferencias entre la
pareja.
Algunas
diferencias que deben ser consideradas son las de edad, condición
económica,
formación social y familiar, educación e inteligencia. Además, la
diferencia
de religión es algo que se debe destacar y ser bien entendido. Es
ideal
que ambos sean cristianos activos y estables. Son muchos los que
creen
que
pueden convertir a su cónyuge dentro del matrimonio, pero la triste
verdad
es
que uno se convierte sólo porque quiere. Nosotros no cambiamos a
nadie
sino
sólo a nosotros mismos. Si otros, especialmente en este caso “el
otro”, ven
algo
deseable en nuestra vida cristiana, estarán atraídos a ella,
ofreciéndole
oportunidad
de dar razón por la esperanza que hay en nosotros (<600315>600315>1
Pedro
3:15.)
Empero, es mucho mejor que haya un estrecho y pleno acuerdo en este
asunto
antes de casarse. Recordemos también los consejos bíblicos: “No
os
unáis
en yugo desigual con los incrédulos” (<470601>470601>2
Corintios 6:14a); y
“¿Andarán
dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” (<300303>300303>Amós
3:3). Además,
siempre
hay el peligro de que la fe del cristiano sea debilitada y confundida
por
ligarse
a una persona incrédula o de otra religión.f15
(<070306>070306>Jueces
3:6.) En pocas
palabras,
los casamientos mixtos están lejos de ser de “un corazón y un
sentir”.
El
doctor David Mace sugiere que la pareja tome nota de estas facetas de
compatibilidad
para evaluarse a sí mismos. Deben tratar de entender las áreas
en
que descubren que sienten ansiedad o tensión emocional y buscar las
razones
de aquello. Agrega el doctor Mace que cada uno debe evaluarse a sí
mismo,
pero es bueno compartir abiertamente y juntos lo que cada uno siente
y
ha
experimentado. Si hay alguna faceta en uno mismo que le inquieta,
debe
tratar
de buscar orientación o consejo para poder entenderse antes de
comprometerse
con otra persona que posiblemente tendrá aún más problemas
en
entenderle. Buscar ayuda no es señal de debilidad sino de madurez y
sabiduría.
Se pueden evitar grandes problemas en el matrimonio por haberlo
hecho.f16
En
el próximo capitulo, trataremos algunos aspectos del consejo
pastoral
para los novios. Esta sección sobre la compatibilidad es un elemento
muy
importante y debe ser tratado por el pastor con la pareja.
LA
DIFERENCIA ENTRE EL AMOR MADURO Y EL
INMADURO
Antes
de dejar los preparativos para el noviazgo es preciso aclarar un
aspecto
que
es tanto emocional y sicológico como espiritual: el amor. Como fue
dicho
anteriormente,
hay muchas razones para las confusiones en cuanto al sexo.
Comúnmente
algo del fondo de esta confusión actual es la desorientación sobre
en
qué consiste el amor. A continuación se encuentra una lista que
compara el
amor
maduro y verdadero, con el inmaduro e inadecuado.
Amor
Maduro Amor Inmaduro
1.
Es
algo que crece y se desarrolla. 1.
Es
algo repentino, una emoción que
inflama
de momento
2.
Se
basa en un compartimiento
mutuo.
2.
Se
basa en una gratificación egoísta.
3.
Se
concentra en una sola persona
como
objeto.
3.
Tiene
dificultad en apreciar a uno solo.
4.
Se
caracteriza por seguridad y
confianza.
4.
Se
caracteriza por inseguridad y celos.
5.
Entiende
que lo físico es sólo una
parte
del amor.
5.
Concibe
que lo físico es lo céntrico y
más
importante.
6.
Hay
un respeto mutuo. 6.
Hay
una explotación o manipulación
mutua
o por uno de ellos.
7.
Sus
ideales se basan en la realidad
de
sus personalidades y
posibilidades.
7.
Sus
ideales se basan en fantasías en
cuanto
a sus personalidades y
posibilidades.
8.
El
amor les conlleva a crecer, a
conocerse
y ajustarse.
8.
Hay
mucha ambivalencia, se mueven las
emociones
de un extremo a otro. (Se
sienten
amor y repudio a la vez y
fuertemente.)
9.
Se
tratan de ayudar y edificar.
Buscan
lo mejor el uno para el otro.
9.
Hay
una competencia para ver quien
tiene
la última palabra.
En
todo caso del amor verdadero, es saludable recordar cómo está
descrita
esta
cualidad en 1 Corintios, capítulo 13, especialmente los versículos
4 al 8 y
el
11. Los altos ideales sobre el amor tienen un buen servicio en
nuestras
conciencias,
el de mantenernos deseando lo mejor en nuestras relaciones con el
sexo
opuesto. He aquí una área que necesita una luz bíblica arrojada
sobre ella
para
programar de nuevo (o por primera vez) las conciencias de nuestros
jóvenes:
es la del sexo prematrimonial.
SEXO
PREMATRIMONIAL
La
nueva inmoralidad que está inundando nuestro mundo entero está
convenciendo
a una multitud de jóvenes (y de adultos también) de que la única
felicidad
se encuentra en el coito. ¡Nada puede estar más lejos de la verdad!
El
sexo
jamás nos fue dado por Dios simplemente para ser un placer, como lo
hemos
indicado en el primer capítulo. Hay muchas razones en contra de la
onda
popular
de experimentar con el sexo antes del matrimonio. Unas pocas bastan,
sin
embargo, para complementar lo que aquí se halla, en la bibliografía
sugerimos
materiales de buena lectura.
1.
Esenciales
a la felicidad sexual son el respeto y la confianza. Estos no se
logran
durante un experimento sexual. La experiencia puede ser placentera,
especialmente
para el varón, pero no es una entrega de las dos personas,
porque
falta aquella intención de establecer una unión permanente. Aunque
sí
puede
existir la promesa de casarse, no existe en realidad. A la mujer le
cuesta
entregarse,
si no hay la confianza de tener un cónyuge asegurado. Se puede
experimentar
el placer pero no la felicidad como la diseñó Dios al crear la
unión
de
una sola carne.
2.
Debemos
recordar qué es el amor. El amor jamás quiere causar daño ni
pena.
Como dice Pablo en <451310>451310>Romanos
13:10: “El amor no hace mal al
prójimo”.
Así nos sentimos frente a la persona que esperamos que sea nuestra
compañera
para la vida. Algo menos que un respeto y un aprecio hacia la otra
persona
no puede ser amor, pero bien puede ser egoísmo.
3.
José
Grau ha hecho un estudio concienzudo al respecto, y él hace hincapié
en
un auge de desórdenes mentales que se deben a la nueva revolución
sexual.
Esta
conclusión se basa en las investigaciones del psiquiatra Francis
Braceland,
quien
dice que no se puede jugar con el sexo sin sufrir las consecuencias.
Grau
continúa
diciendo de las personas involucradas en esta onda sexual:
Están
aprendiendo que cuando uno expresa amor a media docena de personas
diferentes
con el símbolo físico máximo del amor, el símbolo se convierte en
un
fin
en sí y pierde todo su sentido más allá de ese fin. Están
aprendiendo que en
la
mayoría de los casos el coito prematrimonial es “pre” pero no
matrimonial:
una
gratificación pero no una entrega. Y para muchos jóvenes con
sensibilidad
y
sentido común este descubrimiento y no las reglas liberales de las
residencias
de
estudiantes ni tampoco los hogares o iglesias restrictivas — es el
que impone
tensiones
explosivas a su personalidad y desarrollo.f17
4.
Algunas
parejas argumentan que se aman y que entonces experimentar con
el
sexo es sólo un adelanto y preparativo al ajuste del matrimonio.
Grau
responde
a este argumento diciendo que el sexo no es algo para probar como
un
carro nuevo o como ponerse un sombrero nuevo.f18
El
sexo es sólo uno de
los
ajustes en el matrimonio y es sumamente difícil ajustarse en este
aspecto
aisladamente
de todos los demás ajustes normales de la unión conyugal. En la
mayoría
de los casos lo que está ocurriendo es nada más que la
“absolutización”
del placer sexual que Grau denomina una “caricatura del amor”
y
no un amor verdadero.f19
5.
Otra
razón en contra del sexo prematrimonial es la que se crea muchas
veces
después
de la unión matrimonial, los celos. La conclusión, al final de
cuentas, es
que
no se sienten seguros el uno del otro por la facilidad de la
conquista (si
cede
tan fácil conmigo, ¿cómo voy confiar en ella?) o por la forma
agresiva y
suave
(si pudo persuadirme a mí, ¿cómo voy a confiar en él?). La
realidad es
que
aquellos que se casan habiendo experimentado sexualmente entre ellos
y/o
con
otros tienden a ser más infieles y más egoístas en el matrimonio.
6.
Además
de todas las razones anteriores es la de tomar en cuenta los
consejos
bíblicos en cuanto a la fornicación, porque el sexo prematrimonial
es
exactamente
aquello. La fornicación y el adulterio causan la desintegración
moral
de una persona, trayendo consecuencias hasta sobre la nación si es
una
característica
de su ciudadanía . (<240302>240302>Jeremías
3:2-5.) Es algo que Dios detesta
y
reprueba. El profeta Oseas amonesta que la fornicación, como el vino
y el
mosto,
quita el juicio. (<280411>280411>Oseas
4:11.) Cuando Pablo describe la mente
reprobada
que rechaza a Dios y que es rechazada por Dios, la fornicación es
una
de las primeras características en la lista. (<450128>450128>Romanos
1:28-32.) O sea,
la
fornicación refleja una rebelión contra Dios y una desintegración
moral. Para
el
joven cristiano, la fornicación constituye algo sumamente dañino en
su
carácter
moral y espiritual y afecta directamente el testimonio del mismo. La
vida
así desmoralizada de los cristianos es causa de tristeza en la
iglesia y exige
el
arrepentimiento para que haya una restauración a una sanidad mental
y
espiritual.
(<471202>471202>2
Corintios 12:21.)
7.
Por
último, el sexo prematrimonial, según <460601>460601>1
Corintios 6:12-20, frustra el
propósito
que Dios tiene para con el cuerpo del hombre, especialmente el del
cristiano.
Pablo explica que Dios ha diseñado que el cuerpo sea para lo más
alto
y digno de la vida, para lo sano y lo edificante; es decir, el cuerpo
es para
el
Señor (v. 13). Dios planifica dignificar nuestros cuerpos con la
resurrección
por
su poder, igual como hizo con Cristo (v. 14). Es por este motivo que
él no
quiere
que entremos en la bajeza de una vida impura (vv. 15, 16). Además,
mientras
estemos en el cuerpo, nos recuerda que pertenecemos a él y que él
habita
en nosotros; hasta considera que nuestros cuerpos sirven de templos
para
el Espíritu Santo (vv. 17, 19). De modo que la fornicación ensucia
la
morada
del Dios Santo e influye sobre nuestros pensamientos y acciones. Es
un
tipo
de suicidio espiritual (v. 18). Por lo tanto, se debe siempre
procurar
glorificar
al Señor tanto en el espíritu como en el cuerpo, para encontrar las
fuerzas
para poder “huir de la fornicación” (vv. 18, 20).
Por
todas estas siete razones, diríamos entonces que el sexo
prematrimonial no
prepara
a nadie para el matrimonio, sino que es la causa de desconfianza,
celos,
desorientación y desintegración moral.
¿QUÉ
DE LAS CARICIAS?
Las
caricias son una parte esencial del juego preparativo para el
acoplamiento
sexual.
Los manoseos estimulan al cuerpo de tal forma que uno está siendo
preparado
para el acto sexual. Con esto en mente, los novios deben reconocer
lo
que se están haciendo a sí mismos cuando siguen demasiado adelante
el trato
físico.
Es cierto que no hay nada tan excitante como carne contra carne. Dios
nos
hizo así, pero repetimos que el lugar de disfrutar al máximo de
esta faceta
física
es en una unión fija, también creada por Dios, que garantiza la
intención
de
confianza y entrega. El cristiano tiene una gran ventaja en este
asunto porque
conoce
a un Dios que le ayuda a vencer todas las tentaciones cuando él
quiere
vencerlas.
(<461001>461001>1
Corintios 10:13.) Todo esto quiere decir que los novios se
gozarán
mejor de lo físico en el matrimonio cuando se han guardado el uno
para
el otro hasta entonces. Esto no es negarles el derecho de tomarse las
manos
y besarse, pero es hacerles ver el uso de las demás expresiones
físicas,
o
sea, las caricias.
EJERCICIOS
DE APRENDIZAJE
Cuestionario:
1.
¿Cuales
son las tres decisiones que normalmente cada uno toma en la vida?
2.
¿Dónde
comienza la preparación para el noviazgo? ¿Por qué es así?
3.
¿Cómo
se puede definir un amigo?
4.
Diga
cuatro elementos positivos para la formación de amistades.
5.
En
este capítulo se encuentran dos juegos de listas de cualidades que
se
recomiendan
para ayudar en la selección de cónyuges. De la primera lista,
indique
seis cualidades que usted considera de mayor transcendencia.
De
la segunda lista, indique lo que usted considera que la pareja debe
tomar en
cuenta
al calificar su compatibilidad. Dé unas seis sugerencias.
6.
Si
los padres se oponen, ¿cuál sería una reacción sabia de los
novios?
7.
Mencione
las siete áreas de diferencias que deben ser tomadas en cuenta
por
los jóvenes en su selección de novio o cónyuge.
8.
Mencione
cinco facetas del amor maduro y cinco del inmaduro que usted
considera
de mayor importancia, estableciendo con ellas un contraste.
9.
¿Cuáles
son las siete razones por las que el sexo prematrimonial no es
aconsejable
para los jóvenes?
10.
¿Para
qué son las caricias?
Un
Tema para Desarrollar:
Si
usted tuviera que dar una conferencia sobre el problema del sexo
prematrimonial,
¿cómo desarrollaría un bosquejo de los temas o ideas
relacionados
con el problema?
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