jueves, 7 de mayo de 2015

LA CODICIA














Por Pr Manuel A Morejón Soler El Vedado, La Habana.

La avaricia es una inclinación o deseo desordenado de placeres o de posesiones. La codicia, por su parte, es el afán excesivo de riquezas, sin tener necesidad de acumularlas.

La codicia (o a veces la avaricia) se considera un pecado capital, y como tal, en cualquier sociedad y época, ha sido demostrada como un vicio. La codicia es un término que describe muchos otros ejemplos de pecados. Estos incluyen deslealtad, traición deliberada, especialmente para el beneficio personal, como en el caso de dejarse sobornar. Búsqueda y acumulación de objetos, estafa, robo, engaños o la manipulación de la autoridad son todas acciones que pueden ser inspiradas por la avaricia. Tales actos pueden incluir la *simonía.

La Biblia nos alerta acerca de este pecado mortal el cual, al ser cometido, destruye la vida de gracia y puede llegar a ser una amenaza de condenación eterna, a menos que se sea absuelto después de un verdadero arrepentimiento por parte del pecador.

No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo.

No debáis a nadie nada, salvo el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo ha cumplido la ley. Porque los mandamientos —no cometerás adulterio, no cometerás homicidio, no robarás, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento— se resumen en esta sentencia: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el amor es el cumplimiento de la ley.

Sin embargo, gran ganancia es la piedad con contentamiento. Porque nada trajimos a este Mundo, y es evidente que nada podremos sacar. Así que, teniendo el sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con esto.

Sean nuestras costumbres sin amor al dinero, contentos con lo que tenemos ahora; porque el mismo Jesús ha dicho: “Nunca te abandonaré ni jamás te desampararé”.
(Versículos bíblicos relacionados: Éxodo 20:17;Romanos13:8-10; 1ª de Timoteo 6:6-8; Hebreos 13:5)

*Simonía es, en el cristianismo, la compra o venta de lo espiritual por medio de bienes materiales. Incluye cargos eclesiásticos, sacramentos, reliquias, promesas de oración, la gracia, la jurisdicción eclesiástica, la excomunión, etc.La palabra simonía deriva de un personaje de los Hechos de los Apóstoles llamado Simón el Mago, quien quiso comprarle al apóstol Simón Pedro su poder para hacer milagros y conferir, como ellos, el poder del Espíritu Santo, lo que provoco la reprobación del Apóstol: “¡Que tu dinero desaparezca contigo, dado que has creído que el don de Dios se adquiere a precio de oro!”

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