Noticias alarmantes
Unos amigos llamaron recientemente para decir que
les gustaría pasar para una
breve visita y hablar de algo importante. Decidimos
una hora, y ellos llegaron,
mostrando obviamente alguna ansiedad en cuanto a la
reunión. Finalmente, la
madre explicó el motivo. Habían descubierto por
medio de un conocido de
negocios que los nombres de unos quince muchachos de
la misma escuela
estaban en las manos de la policía local, y estaban
a punto de ser arrestados
por fumar marihuana. ¿Qué debían hacer? La noticia
estaba inquietando a
todas las familias involucradas. El jefe del
departamento de policía había
avisado a esta familia y les había pedido avisar a
los otros que le gustaría
reunirse con ellos para tratar de evitar un arresto
masivo en la escuela y
trastornar a muchas familias. La reunión se había
tenido, y los padres hicieron
algunos planes para tratar de enfrentar el problema.
Algunos padres se fueron a casa enojados y
enfrentaron a sus hijos con la
noticia. Esto creó una escena conflictiva en la que
surgieron profundos
resentimientos. Otros pasaron el asunto por alto,
como sin darle importancia,
pensando que esto era una parte normal del
crecimiento. Otros se fueron a
casa a tener una plática personal íntima con sus
hijos, y abrieron avenidas de
comunicación que antes no habían existido.
Lo anterior es una ilustración de cómo el meterse en
drogas puede tener lugar
en casi cualquier comunidad. La mayoría de las
familias han sido tocadas,
directa o indirectamente, con drogas de alguna
clase. Hay muchos factores que
influyen en el procedimiento que debe seguirse. La
clase de drogas y las
cantidades son de importancia primaria. La edad de
los hijos y la extensión de
tiempo que han estado envueltos en drogas es otro
factor importante. Las
razones que dan para haber estado metidos en drogas
son significativas. Las
leyes que están en existencia y las que están siendo
ejecutadas en cualquier
país, también son pertinentes al asunto. La mayoría
de los países se están
moviendo de un rígido cumplimiento de leyes que
prohíben la posesión y el uso
de marihuana a una postura más indulgente. Esto
resulta en que, lo que pudiera
haber sido ilegal hace unos cuantos años y motivo de
prisión o algún otro
castigo, puede ya no ser un problema en algunos
países. Sea como fuere, la
mayoría de los padres se alarman considerablemente
cuando se enteran de que
su hijo ha estado envuelto en el uso de cualquier
clase de droga.
Mejores relaciones con los padres
Muchos jóvenes que usan drogas fuertemente han
tenido poco contacto y
relación con sus padres. Eso es desafortunado, y
puede ser la causa principal
de que los jóvenes se vuelvan a las drogas. Puede
ser para castigar a los
padres, puede ser para llenar el vacío que
experimentan por la falta de interés
de sus padres en ellos. El pastor que está interesado
en ayudar a los jóvenes y
a los padres a enfrentar el problema de las drogas
debe estar consciente de que
la prevención es con mucho el mejor procedimiento.
Para impedir que se
involucren en drogas, los padres deben ser alentados
a desarrollar y mantener
una relación afectuosa con sus hijos y mostrar
interés en aquellas actividades
que mantendrán el interés de los jóvenes para así
mantener intacta una relación
íntima. Esto puede significar que el padre no pasará
tanto tiempo en su trabajo
o estará tan involucrado en otras actividades para
dar tiempo a sus hijos. La
mayor parte de la gente puede hacer la parte
necesaria de su trabajo y todavía
tener amplio tiempo para dedicar a sus hijos, pero
esto significará que los
padres planearán su tiempo libre en torno a
actividades que incluyan a sus hijos
y no aquellas actividades de las que sus hijos
serían excluidos. Este hecho debe
ser señalado a los padres cuando sus hijos todavía
son jóvenes.
Prevenir el uso de drogas
Sea objetivo en su intento de ayudar. Frecuentemente los padres están
tan
avergonzados cuando descubren que sus hijos están
involucrados en drogas
que no saben a dónde volverse. Algunos padres
piensan que para ser buenos
ciudadanos ellos deben entregar a sus hijos a las
autoridades que hacen cumplir
la ley. Esto puede complicar el problema, y hará más
difícil, si no imposible,
que los padres puedan tomar la iniciativa para
ayudar a sus hijos. Por esta
razón, algunos expertos, como William Glasser,
recomiendan que los padres no
notifiquen a las autoridades.f83 Usualmente es infructuoso argumentar con el
joven que la marihuana es dañina, aunque recientes
estudios señalan que los
que usan marihuana pueden estarse dañando a sí
mismos y a sus hijos.f84 Es
más provechoso procurar aumentar la profundidad de
la relación con el hijo y
así alentarlo a dejar la marihuana por sí solo.
Aliente a los padres a poner un buen
ejemplo. En ocasiones los jóvenes
tienen acceso a otras drogas que pueden ser más
dañinas. A veces las
consiguen buscando en el botiquín las drogas
recetadas que sus padres toman
para dormir y otros propósitos. Es recomendable que
los padres no usen
“animadores” (anfetaminas) o “calmantes”
(barbitúricos) excepto cuando sea
de extrema necesidad. Si son necesarias, esas drogas
no deben estar al alcance
de sus hijos. Algunas veces los jóvenes empiezan a
usar las drogas por
curiosidad. Escuchan y leen acerca de las
sensaciones excitantes que vienen
con el uso de esas diferentes drogas. Piensan que
pueden ser transportados al
mundo de la fantasía por un rato para escapar del
aburrimiento de las rutinas
diarias en la casa y la escuela. Para ser parte de
algún grupo en la escuela, los
jóvenes necesitan participar de la actividad de las
drogas. Si no lo hacen, son
ridiculizados y rechazados. La presión social puede
ser una fuerza muy fuerte,
porque los jóvenes están en una edad crítica.
Busque ayuda profesional adecuada. Puede haber casos en que el uso de
drogas por parte del joven ha sido tan extenso que
ya es un adicto. En este
caso, él o ella pueden recurrir a robar para costear
su adicción. En ocasiones
se dejan atrapar por sus padres para persuadirlos de
que necesitan su ayuda
financiera para poder continuar su adicción. En
estos casos los padres
sabiamente deben buscar ayuda profesional. Pueden
necesitar hospitalizar al
joven por un tiempo en una institución médica o en
algún otro lugar que se
especialice en la rehabilitación de víctimas de las
drogas. El pastor debe estar
informado de los servicios que están disponibles en
la comunidad donde sirve
para estar listo a referir a su gente a los que
pueden ayudarles mejor. El hasta
puede tomar la iniciativa de poner a los padres en
contacto con las personas
responsables en las diferentes instituciones.
Cultive relaciones afectuosas con sus
hijos. Algunos padres tratan de
enfrentar el problema de las drogas en sus jóvenes
amenazando con
rechazarlos y echarlos de casa. Este es un error.
Sea lo que sea que el hijo ha
hecho, él debe poder sentir que puede venir a casa y
encontrar allí padres
compasivos que están interesados en su bienestar. El
rechazamiento de los
padres sólo servirá para llevar al joven más lejos
de los ideales que a ellos les
gustaría que él siguiera. Si el joven deja la casa
voluntariamente, los padres
deben asegurarle a él o ella, que hay un lugar al
que puede regresar cuando
desee. Cuando regrese, si regresa, los padres deben
procurar crear una
atmósfera de aceptación y afecto. Pueden insistir en
que el joven no use drogas
en la casa y que se avenga a la rutina regular de
las actividades domésticas.
Usualmente el joven estará contento de cumplir
porque el contraste en la
azarosa manera de vivir que ha sido una parte de su
mundo de drogas será algo
que él está dispuesto a dejar atrás.
La mayoría de los padres necesitarán ayuda de médicos,
trabajadores sociales
y otros profesionales para saber cómo rehabilitar a
uno que ha estado envuelto
extensamente con las drogas. El pastor puede dar
aliento a los padres y
también a los jóvenes cuando buscan seguir el mejor
consejo disponible. La
iglesia puede planear y promover actividades para
mantener a los jóvenes
ocupados en proyectos sanos para que no se sientan
atraídos por las drogas. El
pastor puede mostrar su afecto hacia los jóvenes y
evidenciar su compasión
presentando mensajes y conferencias que les ofrezcan
alternativas positivas
para el problema de las drogas. Los padres pueden
solicitar la ayuda de otros
amigos y padres y también de jóvenes para formar
alianzas con sus jóvenes
para impedir que les atraiga el mundo de las drogas.
Muchas veces otras gentes
que no son los padres pueden tener una influencia
significativa en la vida de
esos jóvenes. Para ellos, tener a alguien con quien
compartir sus
preocupaciones más íntimas puede hacer un mundo de
diferencia. El pastor,
además de ofrecer consejo pastoral, puede participar
en reuniones juveniles,
conferencias y reuniones de grupos para mantener a
los jóvenes informados de
los peligros de las drogas y también para mostrar
interés en los jóvenes de su
comunidad.
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