viernes, 3 de febrero de 2017

Salvación


La salvación es un término que genéricamente se refiere a la liberación de un estado o condición indeseable.
Entendido como salvamento o salvamento y socorrismo, el término hace referencia a la salvación terrenal, salvación corporal o salvación del cuerpo; la ayuda física que permite la supervivencia y que es prestada a quien necesita ser salvado en situaciones de emergencia o riesgo. Se proporciona, bien por personas espontáneas, o bien por servicios profesionales (protección civil, servicios de búsqueda y rescate, bomberos, medicina de urgencias u otros servicios médicos o paramédicos).[1] En muchas ocasiones está vinculado al voluntariado, y cuando las circunstancias del salvamento son tan arriesgadas que implican poner en riesgo a quien lo intenta, se suele calificar de heroísmo.
El concepto de salvación eterna, salvación celestial o salvación espiritual hace referencia a la salvación del alma, por la cual el alma se libraría de una amenaza eterna (castigo eterno o condenación eterna) que la esperaría tras la muerte. En teología el estudio de la salvación se llama soteriología y es un concepto vitalmente importante en varias religiones. El cristianismo acepta la salvación como la liberación de la esclavitud del pecado y de la condenación, resultando en la vida eterna con Dios dentro de su Reino. El sacrificio de Cristo hace que se le denomine Salvador.
A veces la salvación del alma y la salvación del cuerpo se consideran inseparablemente, del mismo modo a como el alma pasa a ser sinónimo de persona. Así ocurre con la señal de socorro en código Morse denominada SOS (que, con mayor o menor fundamento, suele comúnmente considerarse la sigla en inglés de save our souls -salvad nuestras almas-).
Contenido
Visión cristiana de la salvación
La salvación es uno de los conceptos espirituales más importantes en el cristianismo, junto con la divinidad de Jesucristo y la definición del Reino de Dios.
Tradicionalmente, entre los cristianos, una meta principal es obtener la salvación. Otros sostienen que la meta principal del cristianismo es cumplir la voluntad de Dios, aceptando su reinado, o que los dos conceptos son equivalentes. En muchas tradiciones, obtener la salvación es sinónimo de "ir al cielo" después de la muerte, mientras que muchos también enfatizan que la salvación representa un cambio de vida mientras se permanece en la tierra. Varios elementos de la teología cristiana explican por qué la salvación se necesita y cómo se llega a obtener.
La idea de salvación se basa en que existe un estado de no-salvación, del cual el individuo (o la humanidad) necesita ser redimido. Para la mayoría de los cristianos católicos y protestantes, éste es el juicio de Dios sobre la humanidad debido a su culpa en el pecado original (debido al Lapso o "caída" de Adán) y a otros pecados actualmente cometidos por cada individuo o conjunto de individuos, ya que se reconoce pecado en todos.
Las iglesias ortodoxas rechazan el concepto agustiniano de pecado original, expresión que no existe ni en la Escritura ni en la patrística griega, y ven la salvación como una escala de mejoramiento espiritual y purificación de la naturaleza tanto humana como general, que fue dañada en la caída.
Una mayoría cristiana que está de acuerdo con que la humanidad fue creada libre de pecado, situación que en alguna forma resultó dañada, con la consecuente necesidad de que un Salvador restaure una correcta relación con Dios. Ese Salvador fue (y es) Jesús de Nazaret.
En la teología cristiana, hay tres conceptos de la posibilidad de salvación para los que no han oído el evangelio de Jesucristo. Uno es el exclusivismo. Esto dice que desde que hay solo un mediador entre el hombre y Dios, Jesucristo, si una persona no ha oído de Él, la maldición eterna es la única posibilidad para ella (aunque la mayoría de sus adeptos hace excepciones con los niños y los discapacitados mentales). Uno es el pluralismo, que declara que toda religión es un camino hacia Dios, pero es diferente del universalismo en que no dice que todo feligrés de otras religiones será salvo. La tercera es el inclusivismo. Esta doctrina declara que Jesucristo puede hablar a todo corazón humano por medio del Espíritu Santo, y si una persona responde positivamente, será salva.
Para la Iglesia Católica, la salvación no es sólo una liberación negativa del pecado (pecado original y pecado actual) y sus efectos: Dios salva no sólo de algo si no que por algo. La acción de Dios es una liberación positiva que eleva los seres humanos a un estado sobrenatural, a la vida eterna, en un plano espiritual superior a la vida terrenal, para unirse en un sólo cuerpo místico con Cristo, una de las tres Personas de la Trinidad, y acceder a la dignidad de hijos de Dios, para verle "tal como es" (1 Juan 3:2), en comunión de vida y amor con la Trinidad y todos los santos (Catecismo de la Iglesia Católica, 1023-1025, 1243, 1265-1270, 2009).
Estas bendiciones nunca son otorgadas por mérito personal. De hecho, estrictamente, el hombre no merece nada de Dios: la criatura lo recibe todo, incluso potencias y habilidades, del Creador. La posibilidad de merecer algo a ojos de Dios deriva totalmente de un don gratuito de Dios.
La salvación o justificación no pueden ser merecidas, pero una vez que Dios ha justificado, mediante la gracia santificante del Espíritu Santo, entonces se pueden obtener dones útiles para esa santificación, para el incremento de gracia y amor y para alcanzar la vida eterna a la cual Dios tiene destinadas a sus criaturas. Se pueden incluso merecer bienes materiales, como la salud, la amistad o la dicha personal. (Catecismo de la Iglesia Católica, 2006-2011).
Los cristianos reciben incluso en esta vida, por fe y de forma anticipada, bendiciones de la salvación que serán confirmadas total y definitivamente en la vida después de la muerte. Esto debido a que la Iglesia Católica ve la salvación, incluso la del individuo, como algo útil y beneficioso en todo tiempo: pasado, presente y futuro, conceptos que, por supuesto, se aplican sólo al hombre: para Dios, pasado, presente y futuro son todos uno.
  • «Pero cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor para con la humanidad, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo, nuestro Salvador, para que, justificados por su gracia, llegáramos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna». (Tito 3:4-7, RV95).
  • El proceso de salvación continua dentro de la obra de Dios en aquellos que reciben el Evangelio. San Pablo usa el tiempo presente en esta frase: «La palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios» (I Corintios 1:18).
  • Sólo al completar la vida terrenal llegará la salvación a su estado final. No hay fórmula mágica ni experiencias emocionales que definitivamente impidan, a criaturas a las que Dios ha dado libre albedrío, de rechazar, alguna vez, la oferta de salvación. Incluso el apóstol San Pablo consideró esta eventualidad para sí mismo, considerando que, después de haber predicado a otros, pudiera ser rechazado él mismo (I Corintios 9:27)
En el cristianismo occidental la doctrina de la salvación, o soterología, involucra asuntos como la expiación, reconciliación, gracia, justificación, soberanía de Dios y el libre albedrío del ser humano. Varios conceptos distintos pueden ser encontrados en el catolicismo y el protestantismo. Dentro del protestantismo, esto se ve en la diferencia teológica entre el calvinismo y el arminianismo. Entre los que no son Calvinistas ni arminianismo sostienen una base biblica basada en la fe en el sacrificio de Jesucristo y su resurreccion.Lo que significa que la salvacion es por gracia y no se pierde.
Entre los cristianos evangélicos, la salvación significa que todos han pecado y que se encuentran justamente bajo la condenación de Dios. La expiación o reconciliación con Dios es posible para cualquiera, pero sólo a través de Jesucristo, quien vivió una vida perfecta y murió como un sacrificio perfecto en lugar de la muerte que merece toda la humanidad, mediante la confesión del pecado y la fe en Cristo como Señor y Salvador. La consecuencia de la salvación es que los pecados del pecador son perdonados y éste es nacido de nuevo como una nueva persona, un cristiano, un creyente, un hijo de Dios, y está sellado por el Espíritu Santo. También creen que no todos los individuos obtienen salvación, porque no todos confiarán en Jesucristo.
Iglesias como las Iglesias de Cristo no sólo reconocen que el escuchar el evangelio (muerte, sepultura y resurección de cristo) segun 1 corintios 15:3-4 y responder con fe como parte del proceso de salvación segun marcos 16:15-16, sino que también el arrepentimiento segun hechos 2:38, el bautismo segun 1 pedro 3:21 y la obediencia continua son necesarios para poder ser salvo, basándose en un fundamentalismo cristiano utilizando la escritura como principio.
Un tercer punto de vista, el concepto de salvación universal, ha existido durante toda la historia del cristianismo y goza de creciente popularidad en Estados Unidos y otros países protestantes modernos, con el desarrollo del racionalismo y modernismo desde fines del siglo XVII.
Este punto de vista afirma que todos, independientemente de credo o religión, se salvarán e "irán al cielo", siendo éste el tema central del universalismo. En términos más coloquiales se dice a menudo que Dios "es demasiado amoroso como para condenar a nadie". Algunos cristianos tradicionales consideran este punto de vista una herejía porque implica que las religiones no-cristianas son igualmente válidas al cristianismo y que hay otros caminos a la salvación en reemplazo de la gracia de Cristo. Pero otras formas de universalismo cristiano aseguran que el cristianismo es la única religión completamente verdadera, y que la salvación universal sólo es accesible a través de Cristo: Cristo y su resurrección redimen a todos. Este es un concepto clave en el protestantismo liberal.
En La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se cree que el plan que Dios tiene para la salvación de cada ser humano es una de las enseñanzas más informativas para cada persona. Este plan consiste en los pasos que Dios ha ordenado para el progreso eterno de sus hijos espirituales, para que se pueda obtener la vida eterna con una plenitud de gozo:
  • Dejar la presencia de Dios (la vida pre-mortal o la pre-existencia) para ser probados en esta tierra, “para ver si harán todas las cosas que el Señor su Dios les mandare;” (Perla de Gran Precio, Abraham 3:25)
  • Recibir un cuerpo físico que es sujeto a dolor y a tentaciones físicas y espirituales.
  • Tener la oportunidad de ejercer albedrío, elegir entre el bien y el mal, y arrepentirse por medio de la expiación de Jesucristo, para llegar a ser limpio y perfecto y regresar a la presencia de Dios y de Jesucristo.
  • Los niños inocentes que se mueran antes de la edad de ocho años recibirán la vida eterna por medio de la expiación de Jesucristo.
  • Tener la oportunidad de recibir las ordenanzas (como el bautismo) y los convenios del evangelio, y recibir el don del Espíritu Santo para ayudarles en hacer lo recto, en enseñar a sus hijos, y en perseverar en esperanza y amor por Dios hasta el fin.
  • Pasar por el mundo de los espíritus después de la muerte, donde se puede aprender más conocimiento, lo cual nos ayuda en el progreso eterno.
  • Recibir una resurrección física con un cuerpo perfecto, después de ser “juzgados según sus obras” por Jesucristo. (El Libro de Mormón, Alma 11:41-44)
Los Mormones enseñan que este plan fue presentado por Dios el Padre a todos nosotros, los hijos espirituales de Dios, en la pre-existencia, y lo aceptamos. Satanás no lo aceptó, porque no quiso ser probado y no quiso seguir al Padre ni a Jesucristo, sin embargo quería su poder eterno. Dios lo expulsó y le permitió venir a la tierra, donde “el diablo tienta a los hijos de los hombres, de otra manera éstos no podrían ser sus propios agentes;” (Doctrina y Convenios | Sección 29:39)
El Libro de Mormón enseña sobre este tema,
  • “Así pues, los hombres son libres según la carne; y les son dadas todas las cosas que para ellos son propias. Y son libres para escoger la libertad y la vida eterna, por medio del gran Mediador de todos los hombres, o escoger la cautividad y la muerte, según la cautividad y el poder del diablo; pues él busca que todos los hombres sean miserables como él.” (El Libro de Mormón | 2 Nefi 2:27)
  • “Así que esta vida llegó a ser un estado de probación; un tiempo de preparación para presentarse ante Dios; un tiempo de prepararse para ese estado sin fin del cual hemos hablado, que viene después de la resurrección de los muertos.” (Libro de Mormón | Alma 12:24)
  • “Mirad y empezad a creer en el Hijo de Dios, que vendrá para redimir a los de su pueblo, y que padecerá y morirá para expiar los pecados de ellos; y que se levantará de entre los muertos, lo cual efectuará la resurrección, a fin de que todos los hombres comparezcan ante él, para ser juzgados en el día postrero, sí, el día del juicio, según sus obras."
  • "Y ahora bien, hermanos míos, quisiera que plantaseis esta palabra en vuestros corazones, y al empezar a hincharse, nutridla con vuestra fe. Y he aquí, llegará a ser un árbol que crecerá en vosotros para vida eterna. Y entonces Dios os conceda que sean ligeras vuestras cargas mediante el gozo de su Hijo. Y todo esto lo podéis hacer si queréis.” (Libro de Mormón | Alma 33:22 - 23)
Los mormones enseñan que el plan de salvación y de exaltación es algo que no se entiende completamente sin estudiar las escrituras y recibir enseñanzas de profetas modernos quienes han amplificado nuestro conocimiento por medio de revelaciones importantes, dadas por Dios para el beneficio de todos los seres humanos que las reciban. No obstante, hay glorias y bendiciones reservadas para cada persona que guarde los mandamientos de Dios, cualquier religión o creencia, si hace obras buenas en sus hechos para con sus semejantes.
Ejército de Salvación
Para los musulmanes, el propósito de la vida es vivir de forma de agradar a Allah para poder ganar el Paraíso. Se cree que en la pubertad, una cuenta de las deudas de cada persona se abre, y esto será usado en el Día del Juicio para determinar su destino eterno. El Corán también sugiere la doctrina de la predestinación divina. Corán 4:49, 24:21, 57:22. El Corán enseña la necesidad de fe y buenas obras para la salvación.
La doctrina musulmana de la salvación es que los incrédulos (kuffar, literalmente ‘el que rechaza la verdad’) y los pecadores están condenados, pero el arrepentimiento genuino da como resultado en el perdón de Allah y la entrada al Paraíso al morir.
La salvación, para el hindú, es la liberación del alma del ciclo de la muerte y la reencarnación y se obtiene al alcanzar el nivel espiritual más alto. Es la meta final del hinduismo, que considera al "cielo" y al "infierno" ilusiones temporales. Este concepto se llama mokṣa (en sánscrito, ‘liberación’) o mukti.
Las Cuatro Nobles Verdades delinean la esencia de la soteriología budista. El sufrimiento (dukkha) es tratado como una enfermedad, la cual se puede curar por el entendimiento de las causas y al seguir el Óctuple Sendero. El Óctuple Sendero incluye moralidad y meditación. Los medios para alcanzar la liberación y se desarrollan con más profundidad en otras enseñanzas Budistas.
Conceptos de la salvación son marcadamente diferentes en las múltiples tradiciones paganas y neo-paganas, incluso en aquéllas fuertemente influidas por las religiones abrahámicas.
Referencias
1.     Existen muchas unidades especializadas para cada contingencia y en cada país: Salvamento marítimo y Grupos de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil en España, Paracaidistas de Búsqueda, Salvamento y Rescate en Chile, etc.
Véase también
Enlaces externos


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