jueves, 21 de enero de 2016

EL CUIDADO PASTORAL DESDE LA CUNA HASTA LA TUMBA


por James E. Hightower
EDITORIAL MUNDO HISPANO
© 2003
EL CUIDADO
PASTORAL
DESDE LA CUNA
HASTA LA TUMBA
Por
JAMES E. HIGHTOWER
RECOPILADOR/AUTOR
Edgar Morales
Traductor
CASA BAUTISTA DE PUBLICACIONES
ÍNDICE
Prefacio
6. Adultos Mayores:
Crepúsculo o Amanecer?
Albert L. Meiburg
7. Acercamiento
hacia un Cuidado Integral
James E. Hightower

PREFACIO
Al viajar a través de los Estados Unidos para dirigir talleres sobre el cuidado
pastoral, he
observado un vacío en la literatura sobre el asunto. Los ministros necesitan un
manual que pueda ayudarles a observar rápidamente el desarrollo de algunos
asuntos que las personas confrontan, y que les dé algunas ideas de cómo la
iglesia puede ministrar efectivamente a esas personas.
Comencé leyendo la literatura de Lewis Sherrill The Struggle of the Soul (La
Lucha del Alma), de Gail Sheehy Passages y Pathfinders (Pasajes y
Exploradores), de Daniel Levinson The Seasons of a Man s Life (Las Etapas
en la Vida del Hombre) y de Roger Gould Transformation
(Transformaciones). En ningún lado fueron los dos asuntos de desarrollo y
ministerio enlazados en la manera que yo esperaba. Sabiendo que yo no podía
desempeñar esa gran tarea por mí mismo, me puse en contacto con seis de los
más famosos teóricos y practicantes en la vida de los Bautistas del Sur. Los
invité a unirse a mí en esta aventura. Ellos se entusiasmaron viendo las
posibilidades y de allí comenzamos.
Encontramos que es más fácil escribir sobre la teoría que sobre los aspectos
prácticos del ministerio. Es en medio de esa tensión dolorosa que este libro
puede ser de mayor ayuda. No sólo estamos preocupados por lo que le pasa a
la gente, sino que también por la manera en que se les puede ministrar más
efectivamente.
Cos Davis contribuye con su experiencia particular como pastor por quince
años, profesor en el área de educación preescolar por cinco años y trabajador
denominacional en el área preescolar. Actualmente es supervisor de la sección
de programa para preesscolares en el Departamento de Escuelas Dominicales
de la Junta de Escuelas Dominicales de la Convención Bautista del Sur.
Bruce Powers ha servido a iglesias bautistas en Kentucky, Georgia y Florida
por doce años. Sirvió a la denominación bautista a través de la Junta de
Escuelas Dominicales por seis años. Desde 1978 ha sido profesor de
Educación Cristiana en el Seminario Teológico Bautista del Sureste.
Jim Minton es actualmente profesor ayudante de educación juvenil en el
Seminario Teológico Bautista de Nueva Orleans. El aporta su experiencia
como ministro de la juventud y profesor en este trabajo.
Thom Meigs ha servido como pastor por cinco años, como capellán por cinco
años y seis años como profesor sobre el cuidado pastoral y la sicología de la
religión. El presenta su percepción de los jóvenes adultos desde estas tres
áreas.
George Gaston ha pasado la mayoría de su carrera en el ministerio pastoral en
iglesias locales. Habiendo sido pastor en Texas y Louisiana, él está preparado
para hablar del ministerio práctico que se trata en este libro. Por varios años
sirvió como profesor ayudante sobre el ministerio pastoral en el Seminario
Teológico Bautista del Sudoeste. Actualmente es pastor de la Iglesia Bautista
Willow Meadows, en Houston, Texas.
Al Meiburg ha tenido una distinguida carrera como pastor, profesor
universitario, capellán y ahora como profesor de teología en el Seminario
Teológico Bautista del Sureste. Su interés particular es ministrar a los ancianos,
según se evidencia en el capítulo que escribió.
Personalmente, he servido como pastor en Georgia, Kentucky, Indiana y
Tennessee. Anteriormente, antes de asumir mi posición en la Junta Bautista de
Escuelas Dominicales, fui pastor asociado en la Iglesia Bautista San Carlos, en
Nueva Orleans, Louisiana. Actualmente,
sirvo como especialista en el ministerio pastoral, trabajando en las áreas de
proclamación y cuidado pastoral.
Se ha hecho el esfuerzo por dejar intacto el estilo de cada colaborador. No se
ha intentado omitir las duplicaciones, porque un ministro puede tener interés
particular en los adolescentes y el otro en los ancianos. Los lectores notarán
que algunos escritores usan pronombres masculinos en el sentido genérico.
Este libro se ofrece como in instrumento en el ministerio para las personas que
cuidan de otros. El libro se centra en el cuidado pastoral a las personas.
Oremos que sea una ayuda hacia ese fin.
James E. Hightower

CUIDADO PASTORAL CON LOS ADULTOS MAYORES
¿Cómo puede ofrecerse efectivamente cuidado pastoral a los ancianos a la luz
de las perspectivas de desarrollo? Esa es la pregunta a ser explorada. La
discusión que sigue da atención tanto a la práctica del cuidado pastoral como a
las suposiciones que pueden guiarla y corregirla.
Suposiciones Guiadoras
Nosotros traemos ciertas suposiciones acerca de la tarea a cualquier ministerio:
sobre lo que ella envuelve y sobre nosotros. Por lo mismo, antes de proceder a
la práctica actual, debemos tratar de poner en palabras ciertos principios que
hacen más efectiva la tarea.
1. Los que proveen cuidado deben enfrentarse con su propio
envejecimiento.Para que el cuidado pastoral sea efectivo, el agente, pastor
o laico, debe ser emocionalmente accesible a la persona a quien está cuidando.
En el contexto de los ancianos, esto significa que los que proveen cuidado
deben haber dado un vistazo a sus sentimientos acerca de su propio
envejecimiento. Descuidar esto es arriesgarse hacia la superficialidad.
Por ejemplo, algunas autoridades sugieren que el miedo a la muerte es
virtualmente universal, y que nosotros tendemos a lidiar con él por medio de
varias estrategias mentales de las cuales la principal es la negación. Por lo
mismo, porque los ancianos nos recuerdan el fin último de nuestra vida,
pudiéramos inclinarnos a un patrón de evasión.
Nosotros podemos evitar la amenaza del envejecimiento en dos direcciones.
Por un lado, podemos idealizar la vejez enfatizando sus recompensas y
bendiciones, pero ignorando sus dolores y luchas. Esto, frecuentemente, resulta
en un acercamiento superficial al ministerio en el cual se da mayor atención a la
actividad por el simple hecho de hacerlo, pero la gente no es inspirada a
explorar sus preocupaciones más profundas.
Por otro lado, podemos hacer aparecer la vejez como un “demonio”, viendo
únicamente sus sufrimientos e ignorando sus posibilidades de crecimiento.
Nuestros temores, por lo tanto, pueden hacernos que evitemos envolvernos
con los adultos mayores. De cualquier manera, no se sirve bien a los adultos
mayores.
La importancia de los sentimientos de uno hacia el cuidado pastoral a los
ancianos, me fue aclarado cuando un estudiante en el seminario, con interés
especial en el cuidado pastoral, se inscribió en mi curso: “Ministerio a las
Personas Mayores.” Este estudiante compartió conmigo que él se había inscrito
en el curso debido al temor que tenía de la gente anciana. El trazó este temor
hasta su niñez porque uno de sus abuelos que vivió en su hogar, hizo miserable
su vida y la de sus padres.
A sugerencia mía, él llegó a ser un capellán voluntario en un asilo de ancianos.
Según comenzó a reconocer su renuencia para relacionarse con los ancianos,
su actitud comenzó a cambiar. El llegó a interesarse bastante por una anciana
que por mucho tiempo no había hablado en aquel lugar. Un día, mientras él la
visitaba, ¡ella abrió sus ojos y le habló! Este fue su punto de retorno. Después
de graduar del seminario, él decidió prepararse para una carrera de tiempo
completo en el ministerio a los adultos mayores.
2. Cuidar “con” es mejor que cuidar “por”.Una preposición es una
palabra pequeña, pero a veces hay una gran diferencia en el significado. Cuidar
por” implica que el recipiente del cuidado es, de alguna manera, dependiente.
En contraste, cuidar “con” lleva la connotación de un sentido de camaradería y
mutualidad. El concepto de cuidar “con” enfatiza la importancia de ver a los
adultos mayores como siendo capaces de autodirección, tomar decisiones y
cuidar de otros. Cuando se cuida “con”, se apoya la autonomía y la dignidad de
las personas.
La noción de cuidar “por” puede inconscientemente confirmar la pobre imagen
de algunos adultos mayores. Algunos suponen que cuando la persona llega a la
edad del retiro, debe retraerse de la “vida activa” y dejar que los más jóvenes
se hagan cargo” de las cosas. Cuando cuidamos “por”, podemos animar a la
pasividad y no envolvimiento.
Una buena indicación sobre si acaso estamos cuidando “con” o “por” la gente
anciana, es el grado de participación que los adultos mayores tienen en planear
y ejecutar los ministerios de la iglesia para con los ancianos. Buscar la sabiduría
de los miembros ancianos de la iglesia al planear los programas de la misma, les
dice a ellos que aún se les necesita.
3. El cuidado a los ancianos debe envolver a toda la familia.Janet había
estado esperando la fecha de su retiro desde hacía algún tiempo. Después de
una larga carrera, ella había deseado un poco de libertad para viajar, visitar
amigos y gozar de un poco más de tiempo libre. Su mamá también había estado
esperando el retiro de Janet, pero por razones diferentes. Ella había estado
viviendo sola en su casa de campo desde que su esposo muriera años atrás,
pero ahora estaba muy débil para continuar sin ninguna ayuda.
Frente a las necesidades de su madre, Janet sintió que no tenía otra solución
sino aplazar sus propios planes. Vendió su casa en la ciudad y se mudó otra
vez a “casa”. La madre esperaba la atención total de Janet. Janet confesó lo
siguiente a su pastor: “Yo amo a mi madre, pero estoy frustrada, enojada y
deprimida. Si trato de hacer de la casa de campo mi hogar, mi madre se opone;
aún así, ¡ella insiste en que yo esté allí todo el tiempo!”
Aquí tenemos un ejemplo de la vida real sobre la importancia de subrayar que,
al cuidar de los ancianos, debemos tomar en cuenta toda la familia y no sólo al
anciano aisladamente. En esta situación, las necesidades de la hija estaban en
conflicto con las de su madre. El cuidado pastoral en esta situación, tendría que
tomar en cuenta las necesidades de ambas.
El dilema de Janet es una creciente preocupación muy común entre los adultos
que apenas están llegando a la edad de su retiro: cómo mantener su propia vida
y salud mientras sostienen a sus padres ancianos. Varios factores subrayan la
importancia de temas familiares relacionados con el cuidado a los ancianos.
La mayoría de los ancianos tienen familias que cuidan de ellos y con quienes
tienen comunicación bastante frecuente. El mito de que la mayoría de los
ancianos son descuidados por sus hijos ha sido desmentido por un buen
número de estudios.
Algunos ancianos están sin hijos y necesitan su substituto. Apoyo emocional
puede ser provisto por los amigos, otros familiares y por la iglesia.
El papel de cuidar a los padres ancianos es más frecuentemente asignado a las
mujeres. En este tiempo cuando muchas mujeres trabajan fuera de su casa, es
posible que se sientan severamente sobrecargadas con esto, ya que ellas aun
pueden tener hijos adolescentes en el hogar. El cuidado efectivo debe ser
sensitivo al impacto de la vejez sobre toda la estructura de la familia.
4. Cuidar incluye movilizar los recursos disponibles.Arnoldo había estado
viudo desde hacía doce años, antes de que se le desarrollara una enfermedad
incurable en el cerebro. El no tenía hijos, pero sus amigos se preocuparon por
él. Al principio, cuando sus limitaciones eran mínimas, ellos lo mantuvieron
ocupado en cosas, llevándolo al trabajo y asignándole tareas de rutina que él
todavía podía hacer.
Sin embargo, vino un tiempo cuando fue necesario que él se retirara debido a
su incapacidad. Aún así, sus amigos estuvieron junto a él. Uno de ellos venía a
su casa cada semana para ayudarle a pagar sus deudas. A veces, otro lo
llevaba a comer a algún lugar. Un tercero lo llevaba al barbero cuando era
necesario.
Por cerca de un año Arnoldo fue capaz de permanecer en su propia casa,
gracias a los esfuerzos heróicos de su “familia”, junto con la ayuda de algunas
instituciones sociales y una persona pagada para que lo acompañara. Las
necesidades de Arnoldo eran tan grandes y variadas que ninguna persona y
agencia social sola podía satisfacerlas todas. Cuidar de Arnoldo requirió de un
esfuerzo en equipo.
Cuidar de los ancianos generalmente es más efectivo cuando se hace como un
esfuerzo en equipo, en vez de tomarlo como una carga personal. Si usted se
siente abrumado por las necesidades de un anciano, considere la posibilidad de
solicitar la ayuda de otros: familia, amigos, agencias comunitarias. Busque las
agencias de servicio social en su comunidad (o país) para saber con qué ayudas
cuenta.
Mientras vemos la práctica del cuidado pastoral, tendremos ocasión para
referirnos a estas suposiciones guiadoras.
La Práctica del Cuidado Pastoral
La vejez puede extenderse por treinta o más años, haciéndolo uno de los
períodos más largos en la vida de uno. Así como nosotros entendemos las
necesidades de los adolescentes, como siendo diferentes a las de los bebés, de
la misma manera entendemos que dentro de los años de la vejez hay una
diversidad de necesidades. Los gerontólogos sugieren que las necesidades en la
vida de la persona recién retirada, difieren grandemente de los octagenarios.
Manteniéndonos en el esquema general de este libro, veremos primero el
cuidado pastoral a los ancianos más “jóvenes”.
1. Habilitación y Reto: Cuidado a los Ancianos “Jóvenes”.Los temas
principales en el cuidado pastoral a los ancianos “jóvenes” son habilitación y
reto. Por “habilitación” se quiere señalar el esfuerzo del pastor en abrir las
puertas para su continua participación, tanto en la iglesia como en la
comunidad. Por “reto” se señala a los esfuerzos del pastor para estimular el
crecimiento personal y el desarrollo de las personas.
El retiro del trabajo es uno de los más significativos, pero todavía ambiguos,
pasajes en el ciclo de la vida. Muchas personas esperan este tiempo como
recompensa a una larga vida de duro trabajo. Al mismo tiempo, pueden temer
su connotación de “ser puestos en el estante”.
Nosotros no tenemos una ceremonia para esta pasaje, excepto la “cena de
retiro”, y nunca se ha tenido ni eso para las mujeres cuyas carreras son de
madre y ama de casa. John Westerhoff y William Willimon han ofrecido
sugerencias valiosas para un servicio de adoración para reconocer a quienes se
retiran. Tal servicio busca interpretar este evento a la luz del evangelio, afirmar
la continua personalidad de quienes se retiran y dramatizar los retos y
oportunidades de su nueva vida. Sin embargo, hasta que la iglesia haya guiado
a la gente a confrontar los cambios significativos en sus vidas desde la
perspectiva de la fe, simplemente tener servicios de reconocimiento no será de
mucho significado.
Cuando el individuo tiene algo que decir sobre el comienzo actual del retiro,
tiene algunos recursos financieros asegurados y está razonablemente bien de
salud, la perspectiva pareciera ser una de recibir bien el sentido de libertad.
Afirmar esta libertad y explorar su significado para quien está por retirarse, es
una forma apropiada de habilitarle en esta fase del envejecimiento. Veamos un
ejemplo:
Vivian es una viuda que no tiene hijos. Ella ha sido muy feliz en su carrera con
una empresa nacional. Su esposo había operado su propio negocio. Después
de que él murió, ella continuó con su propio trabajo, se quedó en la misma casa
y se gozó con sus amigos en el templo. Sin embargo, cuando llegó a la edad
para retirarse, ella decidió mudarse a su lugar de procedencia para estar cerca
de sus hermanos.
Para Vivian, el retiro que escogió parece que fue muy bueno. Ella compró un
bonito apartamento con algo de mobiliario nuevo. Su salud es muy buena.
Mantiene contacto con su familia y hace trabajo voluntario. Vivian es típica de
la nueva generación de personas “ancianas jóvenes” y energéticas que tienen
confianza en sí mismas, son útiles y felices.
El cuidado pastoral con personas como Vivian incluiría la afirmación de su
libertad y explorar sus metas para su retiro. El pastor en la comunidad a donde
ella se mudó le pudiera haber ayudado a descubrir maneras en las cuales sus
talentos e intereses podían ser útiles para la iglesia y la comunidad. El pudo
presentarla a aquellos que en la iglesia podían incluirla en actividades. Bien
pudiera haber sido enlistada como un miembro del concilio de los adultos
mayores para ayudar a planear un balanceado programa de estudio bíblico,
educación, recreación y ministerios de alcance.
Los adultos mayores en ciertas profesiones son capaces de manejar su propio
retiro, como un proceso en vez de un evento. Ellos elaboran una reducción
gradual en las demandas, a un paso con el cual ellos se sientan confortables.
Esto les da tanto el deseo de un sentido de libertad como la satisfacción del
trabajo que ellos gozan.
A muchas personas ancianas les gustaría continuar en algún empleo en el cual
pudieran sentirse bien. En este respecto, Alicia ha sido muy afortunada. Ella fue
la mayor en una familia de seis y se crió en el campo. Su padre, un hombre
industrioso que vivió hasta la edad de ochenta y cuatro años, deseaba que
Alicia fuera maestra y le ayudó a ir a la universidad. Ella comenzó a enseñar,
pero abandonó la carrera cuando se casó, para trabajar en el negocio de su
esposo.
A los cuarenta años, Alicia inesperadamente resultó embarazada. Ella y su
esposo siempre habían deseado tener hijos, pero el médico les había dicho que
no podrían lograrlo. Alicia se “retiró” para convertirse en una madre de tiempo
completo de una linda niña. Esta, su tercera “carrera”, duró quince años.
Cuando su hija ya estaba en la escuela secundaria, Alicia compró una pequeña
tienda en la cual se gozó atendiéndola hasta que su esposo murió. Esto fue algo
terrible. Ella vendió la tienda y tomó un tiempo para pensar acerca de su futuro.
Después, al tiempo cuando la mayoría de las personas se retiran, Alicia
encontró un trabajo para los fines de semana en un hospital cercano, como
operadora de teléfono suplente. A los setenta y ocho años, su “trabajo de
retiro” la puso en contacto con la gente, le dio la satisfacción de servir a su
comunidad y, sobre todo, las demandas no son gravosas.
La libertad y el significado del retiro que Vivian y Alicia encontraron no son de
ninguna manera universales. Si la decisión de retirarse es impuesta por
enfermedad o contrato de empleo, puede no ser bien recibida. Puede causar
sentimientos de amargura o incapacidad. Cuando éste es el caso, el cuidado
pastoral puede habilitar a la persona para explorar sus alternativas y
experimentar con un nuevo estilo de vida.
Aun cuando el retiro sea bien recibido, puede haber algunas complicaciones no
anticipadas. El pastor no debe desestimar el significado del cambio de empleo
al retiro. Algunos amigos bien intencionados y aun otros ya retirados, pueden
fallar en apreciar el impacto de los cambios que trae el retiro.
Un “choque de retiro” puede resultar por el sentido de pérdida en una persona
que tiene fuertes ataduras con su trabajo, y que ha encontrado en él un sentido
de propósito e identidad. Personas molestosas en su edad mediana o amigos
más jóvenes, cuya imagen del retiro es una de vacaciones sin fin, pudieran
envidiar la independencia que goza su amigo retirado de los horarios y fechas
límite. Por lo tanto, ellos pueden ignorar los sentimientos mixtos de quien se
retira, expresando lo que asumen en expresiones tales como: “Ahora que tienes
suficiente tiempo en tus manos, ¿por qué no me ayudas con este trabajo
voluntario?” O, “Bueno, estoy seguro de que estás gozando al tener tiempo
para ponerte al día con tu pasatiempo favorito, ¡ahora tú eres tu propio jefe!”
Los penetrantes cambios que el retiro o reubicación traen, son descritos
gráficamente por Sarah-Patton Boyle en su autobiografía titulada: The Desert
Blooms (El Desierto Florece). Ansiosamente, y de manera cándida, ella buscó
tener un nuevo comienzo en su retiro. Se había gozado como ama de casa,
pero después de que su esposo murió y sus hijos habían crecido, decidió
mudarse a otra parte del país para comenzar una nueva vida.
Ella no estaba preparada para el “choque” que la esperaba. Al principio, estuvo
ocupada decorando su apartamento a su gusto y explorando los centros
comerciales, galerías de arte, parques y templos. De pronto se sintió relajada y
liberada.
Sin embargo, después de unos pocos meses, ella hizo un descubrimiento
doloroso: “¡Mi lujoso sentimiento de libertad para hacer lo que deseara y a la
hora que quisiera, se había ido! Lejos de dedicarme a pintar y a escribir como
yo había esperado, me sentí inmovilizada.” Las demandas de presiones
exteriores de las cuales previamente había escapado a través de su escritura, ya
no estaban allí, pero ella enfrentaba una nueva obligación: “el peso de
decisiones insignificantes”.
Para Patty Boyle, era muy natural encontrar ayuda en su iglesia durante esta
crisis. Ella era cristiana desde hacía mucho tiempo. En efecto, encontró amigos
en el compañerismo de la iglesia, incluyendo al pastor y su esposa. Pero a
pesar de la disposición de muchos en la iglesia para ayudarle, ella encontró que
aun allí el dolor de su lucha personal era percibido sólo oscuramente. Su
experiencia enseña claramente que nosotros no podemos asumir que el retiro es
puro gozo. Podrá haber goces en él, pero también hay trabajo duro.
Para las personas como Patty Boyle, la tarea pastoral descansa en afirmar la
libertad del retirado, mientras permanece alerta a la posibilidad de un “choque”
por el retiro. Si su pastor se hubiera dado cuenta qué solitaria se sentía Patty,
probablemente hubiera intervenido más efectivamente en su lucha por construir
una nueva vida. Retar al “anciano joven” para que encuentre nuevas maneras
de cuidar del mundo, de la comunidad y de otras personas, impedirá el
estancamiento, la soledad y la autolástima.
2. Defensa y Apoyo: Cuidado de Ancianos Débiles.De todas las personas
arriba de la edad de jubilarse sólo cerca del veinte por ciento dicen tener que
limitar sus actividades debido a problemas de salud. Sin embargo, en algún
punto del proceso del envejecimiento, los problemas de salud fácilmente causan
preocupación. Cuando ellos son suficientemente severos y amenazan la
continuidad del vivir independientemente, la defensa y el apoyo pastoral son
requeridos.
No es nada raro que las personas ancianas aludan a sus preocupaciones de
salud durante una visita pastoral. Tales preocupaciones deben tomarse
seriamente. Si la persona no ha tenido atención médica recientemente, se le
puede sugerir consultar a un médico. Los estudios mencionados anteriormente
sugieren que el pastor debe estar alerta a cualquier discrepancia entre la
evaluación de salud de los ancianos mismos y lo que dice el médico. Algunas
personas restan importancia a problemas serios, mientras que otras dramatizan
los menos problemáticos. El pastor pudiera pedir permiso a la persona para
hablar con su doctor, o puede referirlo a un gerontólogo para una evaluación
clínica, fijar la situación y recibir recomendaciones. Este servicio está disponible
en algunos centros médicos y puede ser de mucha ayuda al tratar con
problemas de salud más complejos y enigmáticos.
La historia de Elena y Humberto ilustra el asunto de apoyo y defensa pastoral.
Cuando Humberto tenía cincuenta y ocho años, y anticipaba su retiro,
compraron varias hectáreas de tierra en las afueras de la ciudad y construyeron
una casa, haciendo ellos mismos la mayoría del trabajo. Esa sería su última
mudanza. Allí fueron muy felices por veinte años.
Con los años, Humberto sufrió un ataque. Aunque estaba alerta mentalmente,
su movilidad se había limitado. A veces caminaba con la ayuda de un andador
especial. Elena, a la edad de setenta y cuatro años, continuaba con buena salud
y cuidaba de su esposo. Sin embargo, ella no manejaba y por lo mismo, ambos
estaban bastante confinados en su casa. Sus dos hijos estaban casados. Su hija
vivía como a cinco horas de camino, y su hijo, un oficial en la fuerza naval,
estaba estacionado en una ciudad grande.
Durante varios años ellos fueron miembros activos de una iglesia. Elena cantó
en el coro. Humberto fue diácono y maestro en la escuela dominical. Desde
que Humberto sufrió el ataque dejaron de asistir al templo; sin embargo, se
mantuvieron en contacto con la iglesia de cualquier manera. Enviaban sus
ofrendas y las visitas de miembros de la iglesia eran bien recibidas en su casa.
Después, además del ataque que sufrió Humberto, un nuevo curso de eventos
ocurrió y amenazaba a Elena y Humberto. Un contratista compró toda la tierra
que rodeaba su propiedad y planeaba construir un centro comercial. El les
ofreció un precio bastante generoso por su propiedad. Tan pronto como supo
la noticia, el pastor los llamó y les escuchó mientras ellos compartían con él sus
sentimientos.
Elena, mirando por la ventana hacia el jardín dijo: “Yo sembré tres rosales el
año pasado. Cuando el tiempo seco vino, guardé el agua con que lavaba la loza
y los regaba para mantenerlos vivos… pero ahora, bueno… todo se ha ido.”
Humberto, con los ojos llenos de lágrimas, dijo: “Me siento como si estuviera
perdiendo todo por lo que he trabajado todos estos años. Hemos amado este
lugar y pensé que estaríamos bien hasta que muriéramos. Yo no puedo hacer
mucho por mí mismo, pero me gozo de lo que hicimos juntos… y nuestros
vecinos, ¿cómo podemos dejarlos? ¡Me siento como que si a mi edad debiera
comenzar de nuevo!”
¿Cómo se puede proveer defensa y apoyo pastoral a personas como
Humberto y Elena? Varias posibilidades vienen a la mente. Ellas pueden
resumirse en tres puntos: (proveer continuidad durante un tiempo de cambios
drásticos,
(2) movilizar un sistema de apoyo para prolongar la independencia y
(3) compartir en la tarea de revisar la vida.
La crisis inmediata para esta pareja que anticipaba la pérdida de su casa es de
dolor. El primer instinto del pastor, escuchar, les ayudará en su pesar. Escuchar
es apoyar.
Humberto y Elena no sólo tenían que lamentarse, también debían mudarse.
Pero la pregunta era: ¿a dónde? El pastor podía ayudarles a explorar
alternativas para el próximo capítulo en sus vidas. ¿Debieran quedarse en la
misma comunidad, o debieran ir a vivir más cerca de sus hijos? ¿Debieran
considerar entrar a una comunidad de retiro que ofreciera la posibilidad de un
buen cuidado en todo, si así fuera posible?
Hay mucho más para considerar en mudarse, que simplemente escoger una
casa entre varias opciones. Humberto y Elena deseaban encontrar un lugar
donde pudieran continuar, tanto como fuera posible, en aquellas búsquedas que
les habían dado significado y propósito a sus vidas. El pastor bien pudiera
haberles ayudado a catalogar las opciones en términos del valor que las mismas
tuvieran para el resto de sus vidas, y así servir como un abogado de sus
derechos para tomar decisiones por ellos mismos. Durante un tiempo de
cambios tumultuosos, el pastor puede proveer un punto de continuidad entre la
alegría del pasado y lo incierto del futuro. La fe es un recurso para las
personas, tal como lo fue para Patty Boyle.
En su libro, al cual nos referimos anteriormente en este capítulo, Sara-Patton
Boyle describió el golfo entre la vida como ella la había conocido y su nueva
vida. Ella sintió una profunda necesidad por “un área de estabilidad, un eslabón
inalterable” con su pasado. “En la perpleja desigualidad de mis patrones de
vida, la iglesia sola permaneció firme e inalterable, llevándome hasta lo más
temprano de mi niñez una expresión visible, palpable, inolvidable expresión
de mi fe y un símbolo inmutable del amor constante de Dios.” El pastor
simboliza esa fe y ese amor, y trata de encarnarlo en relación con el frágil
anciano.
El pastor no está solo en esta empresa. Además del cuidado personal, el pastor
puede ayudar a movilizar un sistema apropiado de apoyo para ayudar a los
frágiles ancianos a mantener un vivir independiente por el tiempo que sea
posible. (Use como referencia las suposiciones guiadoras observadas antes,
concernientes al envolvimiento familiar y movilización de recursos disponibles,
especialmente en el caso de Arnoldo.)
Para algunos ancianos, un sistema de apoyo pudiera envolver varios elementos.
Se puede tener en cuenta a los hijos. Ellos pudieran recibir muy bien cualquier
dirección sensitiva para saber cómo pueden ser de mejor apoyo a sus padres
tratando de respetar su dignidad y autonomía. Varios componentes de la
iglesia, tales como un programa de la escuela dominical para los que están
limitados a su casa o a un ministerio de casetes, pudiera ser apropiado.
Dependiendo del lugar donde decidan establecerse, se pueden usar los
servicios comunitarios. Aquí, el punto central es que el pastor continúe su
apoyo personal mientras que, al mismo tiempo, los recursos familiares, de la
iglesia y de la comunidad son coordinados.
Otra avenida de apoyo disponible para el pastor en el cuidado de los ancianos
es el compartir la tarea de revisar-la-vida. Hace algunos años el doctor Butler
llamó la atención a este fenómeno el cual ha recibido considerable atención en
la literatura sobre gerontología. El doctor Butler subrayó que la memoria
frecuentemente vista negativamente como “viviendo en el pasado”, podía servir
un propósito constructivo para las personas ancianas, si ellas cuentan con un
compañero sensitivo. Revisar la vida es una tarea del desarrollo confrontada no
sólo por los ancianos, sino también por aquellos de cualquier edad que
anticipan la muerte. El pastor, o un amigo de confianza que sea un buen oyente,
puede llegar a ser un compañero en esta importante aventura.
La clave para la posible utilidad de revisar-la-vida en el caso de Humberto y
Elena, descansó en los sentimientos de impotencia que él manifestaba. Ella
parecía ser un poco más flexible para enfrentar esta transición. En una ocasión
ella dijo al pastor: “Es interesante cómo suceden las cosas, parecen
prepararnos a través de los años para lo que viene.” Aun cuando ella compartía
la pena de su esposo, parecía tener algo de esperanza. Humberto, en contraste,
encontró muy dificultoso lidiar con la reubicación. El no se sentía capaz de
comenzar de nuevo”. No veía futuro para sí mismo. Habiendo planeado morir
en la casa que habían construido, era como si al dejar el lugar su vida se
hubiera acabado. Revisar la vida puede ser una manera de ayudar a alguien a
ponerse en contacto con su verdadera identidad, la cual tiene raíces profundas
en su vida, más que el simple hecho de ser dueño de un pedazo de tierra.
La tarea de la mudanza evocaría muchas memorias. Humberto y Elena tendrían
que separar las cosas de valor de la “basura” que habían colectado. En el
proceso, ellos podrían ganar una nueva perspectiva de la historia de su vida, si
contaban con la atención de un oyente que simpatizara con ellos. El papel de
quien escucha es buscar continuidad, patrones y, sobre todo, significados
duraderos. Notar éstos, afirmarlos y entender los sentimientos asociados, es
una recompensa de la experiencia pastoral, y puede ayudar a las personas a
encontrar nuevo propósito en los años que les restan.
Revisar la vida puede tomar varias formas. Escribir o grabar autobiografías es
tal vez la más obvia. Otra idea pudiera ser la de hacer un álbum con fotografías
y recortes antiguos, para los hijos. Algunas veces, sugerir que un miembro más
joven en la familia complete una historia de la vida de uno de los abuelos puede
resultar en una comunicación importante entre la familia.
Cualquiera que sea su forma, la tarea de revisar-la-vida es lo que Erikson
describió como la tarea central en el desarrollo en la vejez, el lograr un sentido
de integridad, de “rectitud” acerca de la vida de uno, en vez de un sentido de
desesperación y derrota.
En última instancia, revisar-la-vida debiera de liberarlo a uno para lidiar con el
presente. Una ilustración del Antiguo Testamento viene de Isaías. Su palabra de
ánimo a Israel en Babilonia comienza con un recuerdo de la ayuda de Dios en
el Mar Rojo cuando ellos estaban tratando de escapar de su anterior cautiverio.
Así dice Jehová, el que abre camino en el mar, y senda en las aguas
impetuosas… No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a
memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto
saldrá a luz; ¿no lo conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y
ríos en la soledad (<234316>Isaías 43:16, 18, 19).
La reflexión puede ayudar a cualquier anciano a esperar la “cosa nueva” que el
Señor puede hacer en su vida.
Buenos recuerdos pueden ser refrescantes”, dijo Patty Boyle, “y se puede
aprender de las malas. Pero, bueno o malo, cuando los recuerdos impiden el
funcionamiento presente, es tiempo de rechazarlos”.
Como hemos visto, la mayoría de los ancianos más “jóvenes” y muchos de los
ancianos “débiles” están activos y relativamente bien. Sin embargo, ningún
tratamiento del cuidado pastoral con los ancianos estaría completo sin
reconocer la necesidad de aquellos que están sufriendo problemas físicos y
mentales. Ahora daremos atención a ese asunto.
3. Respeto y Cercanía: Cuidado a los Ancianos Enfermos.Algunas veces
los problemas de salud durante la vejez dejan a los ancianos con grados de
deterioro físico. Los temas centrales en el cuidado de los ancianos enfermos
son respeto y cercanía. El aislamiento que puede resultar por los problemas
físicos, sensorios o mentales, llama por la iniciativa pastoral para cruzar las
barreras en la comunicación y apoyar la dignidad personal.
Ejemplos familiares de impedimentos físicos con los cuales los ancianos tienen
que lidiar son: la pérdida gradual de movilidad debido a la artritis y la repentina
parálisis por un ataque. La pérdida del control y el sentido de tener que
depender de otros para llenar sus necesidades personales, puede seriamente
causar daño a la dignidad de una persona. Si la enfermedad también causa
desfiguración, como algunas veces sucede en la parálisis facial después de un
ataque, una persona puede sentir vergüenza. Los ancianos pueden sentirse
turbados si llegan a ser incontinentes, pero están mentalmente alertas.
Cualquiera de estas deficiencias puede dañar la confianza de una persona, hasta
el punto que pueda ser tentada a retraerse.
Quienes cuidan de los ancianos con impedimentos físicos pueden hacer mucho
para evitar el retraimiento si transmiten un respeto genuino que tome en
consideración a la persona total, no sólo el defecto visible. Pastores, amigos y
familiares, que conozcan la historia de la persona, pueden enfatizar su
singularidad. Enseñamos respeto cuando afirmamos el derecho de privacidad y
decisiones de una persona. Estos elementos son difíciles de lograrse en una
institución de cuidado, más que en la propia casa de la persona. Un espacio
que le pertenece a uno, un lugar para las “cosas” de uno, incluyendo las cosas
dignas de recordar es una expresión tangible de respeto.
Siendo que las limitaciones físicas reducen el control que las personas tienen
sobre muchas cosas en sus vidas, cualquier cosa que pueda hacerse por
respetar sus deseos y proveerles opciones es de mucha ayuda. Yo recuerdo
con gratitud cuando esto le sucedió a mi hermana. Ella apenas había entrado en
un asilo de ancianos. Deseaba cooperar, pero por alguna razón no se gozaba
en los servicios de adoración los domingos por las tardes. Para ella fue un alivio
y una confirmación cuando el director del asilo le dijo: “Si usted no desea ir,
simplemente quédese en su cuarto. ¡Toda persona necesita decir no a algo!”
Impedimentos sensorios pueden no ser muy visibles como las deficiencias
físicas, pero pueden ser un reto tanto para el anciano como para quien cuida de
él/ella. Durante la adultez mediana se obtiene una distante y temprana
prevención de los cambios visuales cuando se comienzan a usar anteojos
bifocales. El oído que está envejeciendo, también puede perder algo de su
sensibilidad hacia los sonidos de alta frecuencia.
Los adultos mayores que tienen una pobre visión o audición pueden tender a
evitar situaciones en las cuales se sientan inadecuados o rechazados. Sin
embargo, quienes cuidan de ellos pueden hacer mucho para mejorar la
comunicación y reducir el aislamiento. Esté alerta a las señales de deficiencias
en los ancianos que visita. Si una persona usa anteojos pero no los tiene
puestos, pregúntele si le gustaría tenerlos. Si su audición es mejor en uno de los
oídos, trate de hablar hacia el lado bueno. Hable distintamente, en tonos bajos,
no necesariamente más alto. Ocasionalmente, lo que parece ser apatía o
confusión se reduce grandemente cuando la gente puede ver u oír lo que está
pasando.
De todas las deficiencias en los últimos años, tal vez ninguna sea tan temida o
tan frustrante para la familia y amigos como lo es el impedimento mental
conocido como demencia. Anteriormente señalada como la consecuencia
inevitable de la vejez, la confusión mental entre los ancianos ahora se entiende
que es el resultado de una enfermedad.
Investigaciones recientes han establecido que la causa de mayor efecto en la
deficiencia de las funciones mentales de los ancianos es una enfermedad
conocida como el síndrome de Alzheimer. Es una pérdida progresiva de la
capacidad intelectual para la cual no hay cura en el presente. Primero aparece
como confusión de la mente, como cuando una persona llega a estar
desorientada en lugares previamente familiares. Siendo que la confusión mental
puede resultar por muchas causas, algunas de las cuales son reversibles, la
familia de un anciano confuso debe ser animada a buscar una evaluación
médica cuidadosa para su ser amado.
A medida que la enfermedad Alzheimer progresa, la familia está sujeta a
severas tensiones emocionales y físicas. La víctima puede tener una tendencia a
divagar, a estar despierta a toda hora de la noche y requerir atención las
veinticuatro horas del día. La demencia reduce la capacidad de la persona para
el pensar abstracto. Lo que esto significa para quienes proveen cuidado es que
debe darse más atención a la comunicación. Es muy posible que aquellos que
toman el tiempo y hacen el esfuerzo para crear esa clase especial de cercanía,
sientan que su acción gratifica tanto a la persona anciana como a ellos mismos.
Aún quedan dos avenidas abiertas para la comunicación a pesar de la confusión
mental. Una es verbal y la otra no verbal. La ruta verbal consiste en la decisión
de hablar con la persona enferma, en un esfuerzo por descubrir la manera en lo
que a primera instancia pareciera sin sentido. Esto requiere que pensemos en
términos simbólicos, y que escuchemos más los sentimientos que se están
expresando en vez de preocuparnos por las inconsistencias lógicas.
Por ejemplo, cuando la madre de mi esposa nos dice: “Yo no entiendo por qué
Mac se ha tardado tanto. Creo que iba a llevarle algunos muebles de Leonora”,
nosotros no nos irritamos por el hecho de que Mac, su esposo, murió hace
algunos años. Tampoco le decimos que él regresará pronto. Nos centramos en
sus sentimientos, los cuales parecen ser de soledad y pena. “¿Extrañas a
Mac?”, solemos preguntarle, o podemos decir: “Hace mucho tiempo que no lo
ves, y estás ansiosa por verlo de nuevo.”
Los miembros de la familia que observan menguar lentamente la habilidad de
sus seres amados, están en efecto teniendo que lamentar mientras que la
persona aún está viva. Un cambio de perspectiva ha sido de ayuda para
algunos que proveen cuidado, para que se sientan menos derrotados. Ellos se
detienen de aferrarse a lo inevitable. Redefinen su relación con los seres
amados. En vez de verse a sí mismos como dadores y sus seres amados como
débiles, ellos se ponen en el papel de aprendices. En vez de trabajar por
conseguir una cierta respuesta, ellos aprenden a gozar de la respuesta
espontánea de sus seres amados a los gozos simples del momento la belleza
de una flor, la sonrisa de un niño.
Un miembro de una familia que cambió su manera de relacionarse hizo un
descubrimiento de reafirmación acerca de su primo: “Su carácter y
personalidad fueron inalterables por su disolvente habilidad de pensar. Aunque
él ya no sabía quién era cada uno, se relacionó con las personas con afectuosa
cortesía… El sabía instantáneamente cuando era amado.”
Las formas de comunicación no verbales pueden ser de ayuda al relacionarnos
con individuos que tienen dificultad en entender mensajes verbales. Un saludo
con la mano, una sonrisa, un afectuoso apretón de manos, o un abrazo pueden
transmitir amistad, afecto y cercanía cuando las palabras fallan. El contacto
físico es la forma más poderosa de la comunicación no verbal. Aunque no debe
abusarse de ella, esta forma puede frecuentemente hacer contacto cuando otros
medios fallan. Generalmente es bien recibida si es apropiada al grado de
cercanía que se siente en la relación.
CONCLUSIÓN
Al principio de este capítulo, yo mencioné a dos de mis amigos que me
enseñaron algo acerca de lo que significa retirarse. Ahora, en la conclusión,
estoy más consciente de que ellos sólo son dos de un gran número de ancianos
que han sido mis mentores. Mi experiencia con algunos de ellos ha sido
compartida aquí. Aprovecho esta oportunidad para agradecérselos.
Mi experiencia ha confirmado el punto de vista de Henri Nouwen que el
cuidado a los ancianos comienza con permitirles que ellos cuiden de nosotros.
Cuando escuchamos atentamente, levantamos la historia de una persona en
una historia mayor de la humanidad”, observó él. “También conectamos la
historia humana con la historia de Dios.”
Mientras aprendemos de todos a los que ministramos, sólo los ancianos tienen
la sabiduría que viene con el tiempo. Mientras compartimos el viaje de aquellos
que se están moviendo hacia la luz, nuestra propia fe se incrementa, y sentimos
un renovado propósito de Dios para nosotros, todos los días de nuestra vida
glorificarlo a él y declarar su amor al mundo.
7. ACERCAMIENTO HACIA
UN CUIDADO INTEGRAL
James E. Hightower
Este libro ha dividido a las personas en grupos, por edades. Los escritores han
hablado de las tareas de desarrollo que enfrentan a las personas, desde el
nacimiento hasta la muerte.
El cuidado pastoral sería mucho más simple si tan sólo fuera como cortar y
dejar secar. Desafortunadamente no es así. Los adultos en el crepúsculo de sus
años todavía tratan con los asuntos de dependencia/independencia que se
encuentran en los años preescolares. De la misma manera, los adolescentes
están sobre la marcha, tanto como los adultos en la edad mediana.
Este capítulo examinará lo que se quiere decir por cuidar; quién es llamado a
cuidar; cuáles habilidades se necesitan para cuidar; y el cuidado pastoral en
tiempo de crisis que trasciende las barreras de la edad y/o de las tareas de
desarrollo.
Las personas necesitan verse como un todo. Es cierto que pasamos a través de
la edad cronológica y las tareas de desarrollo, pero eso no es toda la historia.
¿QUÉ SIGNIFICA CUIDAR?
<202005>Proverbios 20:5 es un hermoso ejemplo de la importancia del consejo:
Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre: mas el hombre
entendido lo alcanzará.”
El consejero religioso es uno que inherentemente ayuda.
Charles Traux y Kevin Mitchell señalan tres cualidades que deben manifestar
las personas que cuidan de otros. Ellas son: empatía perfecta, afecto no
posesivo y ser genuino.
Empatía Perfecta
¿Alguna vez ha estado con un amigo por un breve tiempo y se ha dado cuenta
de que algo andaba mal? Eso es empatía perfecta sentir lo que otro siente.
Saber que un amigo se duele puede conocerse de muchas maneras.
La voz de la persona puede oírse débil y deprimida.
La persona puede tener un rostro sombrío, en vez de mostrar varias
emociones.
La persona que normalmente es quieta, puede estar agitada e incapaz
de estar quieta.
La persona que siempre está haciendo algo, puede estar tan quieta que
parezca estar enferma.
Cómo se sienta la persona, lo mira a uno (o no lo mira), o cientos de
otras maneras se usan para decir que algo anda mal.
Afecto No Posesivo
Mi colega Fred McGhee, en la Junta de Escuelas Dominicales, define esto
como “ser capaz de responder con afecto a la necesidad de la otra persona, en
vez de usar a la otra persona para satisfacer las necesidades de uno”.
Los pastores consejeros se deben armonizar para satisfacer sus necesidades
personales. Sin embargo, esas necesidades deben ser satisfechas por otras
personas y no por el doliente con quien se está trabajando. Los pastores
consejeros deben construir un sistema de apoyo en el cual sus necesidades
sean satisfechas. Los pastores que aconsejan también necesitan encontrar a
alguien que los pueda aconsejar a ellos. No es justo para la persona que sufre,
que el consejero lleve sus propios problemas a la sesión de consejería.
Afecto no posesivo también es cuidar de las personas tal como son.
Frecuentemente, quienes ayudan dan la impresión de: “Yo voy a cuidarte
cuando (o si) tu vida esté otra vez en orden.” El llamado para los cristianos que
cuidan es dar afecto a las personas, aun cuando ellas nunca “pongan su vida en
orden otra vez”.
Esta idea de afecto no posesivo la ejemplifica Jesús de Nazaret. Jesús estaba
en Jericó cuando llamó por su nombre a un hombre llamado Zaqueo para que
bajara del árbol. Zaqueo era el abandonado de la ciudad. Todos sabían que él
no era bueno. La gente probablemente se relacionaba con él en la manera
cuando arregles tu vida, entonces te aceptaremos”. Todos excepto Jesús
tenían esta actitud hacia él.
Jesús dijo: “Zaqueo, bájate. Hoy voy a tu casa.” No puso condiciones; “yo
cuidaré de ti tal como eres”. En el calor del compañerismo y el comer juntos,
Zaqueo fue convertido. Su conversión también lo guió a enderezar sus malas
acciones pasadas.
La gente había probado con Zaqueo el método del juicio: “Si haces lo que
decimos, entonces te aceptaremos.” El Maestro demostró a la gente de Jericó
y a nosotros, una nueva manera: el afecto no posesivo.
Ser Genuino
Quienes ayudan siempre tendrán problemas si les es difícil aceptarse a sí
mismos. Este elemento en el cuidar se define mejor como sinceridad. La gente
que se duele necesita saber que la persona que les está ayudando es real.
Nuestro modelo de sinceridad es Jesucristo. El se relacionó con la gente a toda
hora, con franqueza y honestidad. Todos somos llamados a seguirlo mientras
aprendemos a aceptarnos a nosotros mismos y ministrar a otros.
¿QUIÉN ES LLAMADO A CUIDAR?
El ministerio de la iglesia se comparte entre todos los que llaman Señor a Jesús.
Los bautistas y otros aceptan el punto de vista doctrinal del sacerdocio de
todos los creyentes. El asunto de la competencia del alma fue declarado como
el segundo axioma de religión por E. Y. Mullins: “El axioma religioso: Todas las
almas tienen el mismo derecho de acceso directo a Dios.”
El corolario a este axioma también es verdad. Si tenemos acceso directo a
Dios, somos llamados a funcionar como sacerdotes delante de él. Una parte de
la tarea sacerdotal es cuidar de las personas. El ministerio pastoral (cuidar de
las personas desde el nacimiento hasta la muerte) es más que una función para
las ministros ordenados. Es una tarea de todo cristiano.
Primera de <600204>1 Pedro 2:4-10 nos habla claramente sobre nuestro sacerdocio:
Acercándoss a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres,
mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras
vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para
ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de
Jesucristo. Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en
Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere
en él, no será avergonzado. Para vosotros, pues, los que creéis, él es
precioso; pero para los que no creen, la piedra que los edificadores
desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo; y piedra de tropiezo,
y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo
desobedientes; a lo cual fueron también destinados. Mas vosotros sois
linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por
Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais
pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no
habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado
misericordia.
El versículo 4 nos recuerda cómo cumplir el ministerio. Mientras nos
acercamos al Señor (Jesucristo), somos capacitados para cumplir el ministerio.
El ministerio se lleva a cabo en el nombre de Jesucristo. También se hace a
través de Jesucristo.
El escritor de la epístola nos señala tres aspectos de este sacerdocio:
Somos llamados a ser una comunidad. En el versículo 5 el escritor de la
epístola nos presenta una nueva dimensión de nuestra fe en Jesucristo. La
palabra del evangelio es que los cristianos siempre están en comunidad. Alguien
ha dicho: “El cristiano independiente, que es cristiano pero se siente muy
superior como para pertenecer a la iglesia visible sobre la tierra en una de sus
formas, es simplemente una contradicción.” Usted y yo somos piedras vivas,
edificadas en una casa espiritual. De allí es donde el cuidado debe venir
siempre del compañerismo de creyentes.
Dietrich Bonhoeffer fue uno de los grandes cristianos de nuestro tiempo. Siendo
un disidente nazi, él fundó un seminario secreto. Para esta comunidad especial,
él escribió un tratado de disciplina que se publicó bajo el titulo: Life Together
(La Vida Conjunta). Esto es lo que él dice acerca de la comunidad en esas
circunstancias extremas: “Cristiandad significa comunidad a través de
Jesucristo. Ninguna comunidad cristiana es más ni menos que esto. Ya sea un
encuentro breve, un solo encuentro, o el compañerismo diario de años, la
comunidad cristiana es sólo esto. Pertenecemos uno a otro sólo a través de
Jesucristo.”
La iglesia electrónica es una expresión popular de la vida religiosa actual en
muchos países. Sin embargo, esta dimensión contemporánea de la escena
religiosa, no puede proveer un sentido de comunidad como en una iglesia local.
Somos llamados a ser sacerdotes. La palabra del evangelio es que todos los
cristianos somos sacerdotes. En el Antiguo Testamento, sólo el sacerdote tenía
acceso directo a Dios, y eso sólo en el día más santo del año. Después, a
través de Jesucristo, el velo que separaba al sacerdote del lugar santísimo se
rompió. Usted y yo (ministros y laicos igualmente) llegamos a ser sacerdotes
que podemos funcionar ante Dios.
Pero, ¿qué es lo que hace un sacerdote? La palabra latina para sacerdote es
pontifex. Significa “un constructor de puentes”. El sacerdote es uno que tiene
acceso a Dios y su tarea es traer a otros a Dios. El sacerdote es un constructor
de puentes.
El sacerdote también presentaba ante Dios el sacrificio de la gente. A esto,
Pable le dio un nuevo significado para el nuevo sacerdote. <451201>Romanos 12:1
declara: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que
presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es
vuestro culto racional.”
Se requiere un compromiso radical. Antes, un animal presentado al sacerdote
era suficiente. Ahora debo presentarme a mí mismo: mi trabajo, mi vida familiar,
mi relación, mi adoración.
Los sacerdotes del Nuevo Testamento somos constructores de puentes entre
Dios y las personas, y de persona a persona. ¿No es acaso eso lo que el
cuidado pastoral significa? Hemos llegado a ser la gente de Dios que cuida.
Pero somos el pueblo de Dios con un propósito. Nuestro privilegio individual y
nuestra función colectiva como iglesia, es cuidar de las personas. Mientras
hacemos esto, alabamos a Dios quien nos llamó de las tinieblas a la luz.
¿Quién es llamado a cuidar? Todos los cristianos somos ministros. Eso es decir
a los pastores, llamados a “perfeccionar a los santos para la obra del
ministerio” (<490412>Efesios 4:12), que necesitan ser desarrolladas algunas formas
de entrenar a los laicos en el ministerio. Esto llama a una reeducación en esta
área para que cuando los laicos hacen una visita pastoral de calidad, se
identifique como tal por el pastor, el visitador y a quien se visita.
¿CUÁLES HABILIDADES SE NECESITAN PARA CUIDAR?
Una Persona Auténtica
¿Recuerda las tres características dadas por Traux y Mitchell para una persona
que cuida? La tercera era ser genuino. De esto es lo que estoy hablando. La
persona que provee cuidado debe ser percibida como siendo real. Sidney
Jourard expresó esto en los siguientes términos: “Ser auténtico significa ser uno
mismo, honestamente, en relación con sus compañeros. Eso significa dar el
primer paso para dejar la pretensión, las defensas y la duplicidad.”
La primera habilidad que traemos al cuidar a otros es nuestro yo. Esto es más
que traernos a nosotros mismos; es traer a nuestro ser verdadero, con el gozo,
dolor, placer y sufrimiento que sentimos. Es traer el yo que está deseoso de
dejar que otra gente venga a mi vida. Es, como Henri Nouwen dijo: ser un
curador herido”.
Una Persona Que Escucha
En la disciplina de Bonhoeffer para el seminario secreto, él escribió acerca del
ministerio de escuchar: “El primer servicio que uno debe a otros en el
compañerismo consiste en escucharlos. Así como el amor de Dios comienza
con escuchar su Palabra, el comienzo del amor para los hermanos es aprender
a escucharlos. Es como el amor de Dios para nosotros. El no sólo nos da su
Palabra, también nos escucha. Así es el trabajo que hacemos con nuestro
hermano cuando aprendemos a escucharlo.”
Cuando era muchacho, mi casa estaba a la vecindad de la rectoría episcopal.
Cuando mi iglesia me ordenó, mi vecino, el rector episcopal, me dio dos
regalos de ordenación. Uno fue el libro titulado: The Awesome Power of the
Listening Ear (El Asombroso Poder de Escuchar) por John Drakeford. El
sabía algo que yo no sabía, pero necesitaba aprender. ¡En el ministerio, nada
sobrepasa a la habilidad de escuchar!
El cuidado pastoral es una tarea congregacional. Los laicos casi siempre
sobrepasan a sus pastores en la cuidadosa habilidad de escuchar. Los
predicadores son enseñados a hablar, no a escuchar. A través del ministerio
pastoral de predicar/enseñar, nos interesamos en monólogos en vez de
diálogos. Las palabras de Bonhoeffer deben ser el lema del predicador. Dios,
en su amor para nosotros, nos dio su Palabra y sus oídos. Así que, ¿cómo
puede uno ser un mejor oyente? Permítame enumerar varias ideas.
1. Dé su completa atención a quien está hablando.Nada substituye a
escuchar a una persona. Escuche el mensaje verbal, pero también escuche el
mensaje no verbal. ¿Cuál parte de la historia es tan difícil de describir que la
persona se oiga como si estuviera tragando algo? ¿Cómo está sentada la
persona, o está muy nerviosa como para no sentarse un buen rato? Lo que la
persona escoge no decir, frecuentemente es más importante que lo que dice.
También escuche por claves relacionadas con la voz. Tal vez parte de la
historia es muy difícil de decir porque la persona está a punto de llorar. Escuche
las partes gozosas de la historia que brotan como una corriente de arroyo.
Escuche los tonos llanos y emocionales que denotan depresión.
2. Escuche los sentimientos, tanto como los hechos de la historia de una
persona.Oír los hechos (o el mensaje) sólo es la mitad de la tarea de quien
cuida. La tarea más importante es escuchar los sentimientos de una persona.
¿Está sintiendo gozo, depresión, enojo, culpa, pesar, o alguna otra emoción?
Digamos que un adolescente viene a usted y le dice: “Anoche me enojé con mi
madre. Tanto que la rechacé totalmente. Aun le dije que se saliera de mi cuarto
y que nunca regresara.”
Los hechos son de una pelea familiar. El sentimiento aludido es de enojo. Pero
algo me dice que el sentimiento expresado es de culpa o tristeza. Si el pastor no
escucha la expresión de culpa, el adolescente bien podrá retirarse sin recibir
ayuda.
Cuando alguien ayuda a otra persona, muchos sentimientos pueden ser
expresados en un corto período de tiempo. Una tarea principal del consejero
es ayudar a la persona a centrarse en el sentimiento dominante.
3. Esté alerta a la intensidad con que la persona está diciendo su historia.
Frecuentemente la intensa emoción del relator será una clave vital para el
pastor. Si una persona viene con una historia de horror en la relación familiar y
la dice con una sonrisa, el consejero debe estar alerta. ¿Cómo puede uno
contar una historia de horror y sonreír al mismo tiempo? Tal vez la persona aún
no ha permitido que se asiente la horrenda realidad.
El sentimiento dominante, ¿está siendo expresado a medias, moderada o
intensamente? La intensidad le dirá bastante a usted.
4. No tenga temor de formular una respuesta en su mente antes de
contestar.Identifique el contenido. Identifique el sentimiento dominante.
Después responda. Una respuesta a nuestro vehemente amigo pudiera ser:
¿Te sientes culpable de haberle hablado duramente a tu madre anoche?”
5. Permita que su tono de voz sea comprensivo y genuino.Quedémonos
un minuto con nuestro amigo adolescente. Recuerde lo difícil que fue para usted
el declarar su propia personalidad como un adolescente. Recuerde esos años
antes de juzgar a nuestro joven amigo. Eso es empatía tratar de sentir lo que
alguien más está sintiendo.
Pero también sea genuino. Siendo un adulto, sería bueno darle a saber a este
adolescente que usted entiende que su madre debe estar lastimada. No niegue
la realidad a fin de hacer que alguien más se sienta mejor. Aun así, al enfrentar
la realidad, hágalo respetuosamente, no degradando a la persona.
6. Revise con la persona la exactitud de sus respuestas.Usted puede leer
totalmente mal la situación. Déle a la persona el derecho de decírselo. La
mayoría de la gente le dará varias oportunidades para escuchar sus sentimientos
antes de ir a alguien más.
Pregúntese a sí mismo: “¿Ayudaron mis respuestas a esta persona a explorar el
problema en mejor manera?” Si es así fue una buena respuesta.
Ahora veremos algunas barreras al escuchar.
1. No haga muchas preguntas.Permita a las personas decir lo que desean
que usted sepa. Muy pocas veces el saber más hechos le ayudará a escuchar
mejor.
2. No termine los pensamientos de las personas.Es humanamente
imposible conocer precisamente lo que otro va a decir.
3. No predique.“Hubiera” o “debiera” sólo guían a barreras al escuchar a la
gente. Crea que el Espíritu Santo es suficientemente poderoso para obrar en la
vida de toda persona. Permita al Espíritu guiar a toda persona.
4. No niegue la realidad de los sentimientos.A todos nos ha pasado.
Cuando alguien viene a nosotros sintiéndose tonto, nuestra respuesta es: “No es
verdad; usted es una de las personas más inteligentes que yo conozco.” Eso
puede ser verdad; pero si ellos se sienten tontos, saldrán sintiéndose
malentendidos, rechazados o ambos.
5. No tenga temor al silencio.El silencio puede ser un amigo si lo
permitimos. Aun si es un silencio definitivo o uno de retraimiento, ello puede ser
necesario para el bienestar de la persona. El silencio puede ser creativo.
6. No escuche sólo para que después usted pueda decir su propia historia.
Escuchar a alguien sólo para que yo pueda decir mi historia no es escuchar
del todo.
Séneca, el poeta romano dijo:
Escúchame por un día ¾¡una hora!¾
¡Un momento!, para que yo no expire en mi
terrible soledad, mi silencio triste!
Oh Dios, ¿no hay nadie que escuche?
Si usted va a cuidar de las personas desde el nacimiento hasta la muerte, tendrá
que dedicarse a escuchar.
PREDICAR ES CUIDAR
Seis Características de un Sermón Que Cuida
1. Un sermón conlleva la cualidad de cuidar cuando se percibe que el
predicador es un verdadero ser humano.Una parte significativa en
cualquier sermón es el predicador mismo. Cuando el predicador está deseoso
de compartir su humanidad, su mensaje es más sincero. Cuando el pastor debe
actuar como un modelo de santidad, su mensaje no será genuino. El predicador
debe dar envidencia de que él también es humano, con todas las alegrías y los
dolores que ello implica.
2. Un sermón conlleva la cualidad de cuidar cuando contesta a cuestiones
que la gente se está preguntando.El sermón debe estar basado en la
Escritura, pero originado en la necesidad humana. El sermón debe revelar
entendimiento de la necesidad humana. Cuando el predicador es una persona
real hablando de una necesidad real, ¡el púlpito está preparado para un
encuentro con Dios, cara a cara!
3. Un sermón conlleva la cualidad de cuidar cuando se da a la
congregación la oportunidad de participar.¿Aprenden las personas a
través de la actividad? Comience un grupo de estudio bíblico que ayude a
obtener discernimiento de las Escrituras. Comience un comité de adoración que
ayude a planear, implementar y evaluar la adoración. Enliste a los diáconos y a
otros líderes laicos para que ayuden en el acto de la adoración.
Use los diferentes grupos por edad. Niños y adolescentes también pueden guiar
al pueblo de Dios en la adoración. Esto es como una señal para ellos: “¡Mi
pastor piensa que yo soy una persona real!” La gente aprende más a través de
la actividad, no por la pasividad.
4. Un sermón conlleva la cualidad de cuidar cuando se apela a varios de
los sentidos, tantos como sea posible.Una de las bellezas de celebrar la
cena del Señor es que ella puede apelar a los cinco sentidos. El sermón
tradicional apela a un solo sentido, el oír, y de manera limitada a la vista. Cada
sentido que el pastor pueda agregar a un sermón, lo hará ser un fuerte sermón
en el cuidado.
5. Un sermón conlleva la cualidad de cuidar cuando se edifica en base a
experiencias pasadas.A veces el pastor sabio establecerá una buena base
antes de predicar sobre un tema. Si la iglesia ha sido plagada con conflicto, el
pastor necesitará usar mucho tiempo en edificar buenas relaciones, escuchar, e
interpretar antes de confrontar públicamente el asunto en un sermón.
Situaciones previas en la vida de un individuo o una comunidad afectarán el
aprendizaje. El pastor sabio usa esta ventaja en favor del reino de Dios.
6. Un sermón conlleva la cualidad de cuidar cuando se ayuda a una
persona a llevar sus necesidades de seguridad, dominio y pertenencia.
La seguridad ayuda a las personas a edificar su autoestima y afirmar su valor
ante los ojos de Dios. El dominio ayuda a las personas a ver sus vidas en tal
forma que son libres para escoger a favor o en contra de Dios. Pertenencia
afirma el sentido de comunidad que se encuentra en la iglesia local. La
necesidad de pertenencia también se satisface al extenderse la invitación para
unirse a la familia de fe.
El cuidado no está completo hasta que una nueva sensibilidad a la verdad se
establezca o hasta que la conducta se cambie. La predicación que cuida debe
dirigirse para estimular el conocimiento de una persona o comunidad, o cambiar
su conducta a la luz de Jesucristo.
CUIDADO PASTORAL EN TIEMPOS DE CRISIS
Algunas crisis de la vida trascienden la edad cronológica y/o las tareas de
desarrollo. Gail Sheehy en su libro Pathfinders (Exploradores) se refiere a
éstas como accidentes de la vida. Ninguno hace planes para estas ocasiones;
ellas suceden. Dos eventos críticos serán discutidos aquí: hospitalización y
sufrimiento.
Aunque algunas habilidades serán enfatizadas en esta sección, el pastor que
cuida siempre recordará las etapas de desarrollo en las cuales está una
persona. Ministrar individualmente a las personas siempre toma en cuenta quién
es la persona y en qué etapa de la vida está. Ver a las personas como seres
integrales también da opción para que algunos no se ajusten a ninguna teoría de
las etapas de desarrollo.
MINISTERIO A LOS HOSPITALIZADOS
Lo que sigue es una de mis conversaciones pastorales cuando era un estudiante
de “Educación sobre Clínica Pastoral”. No se presenta como un modelo de
ministerio, pero es un ejemplo. La “C” representa el capellán/pastor. La “P”
representa al paciente hospitalizado.
El primer nombre del paciente era J. R. Yo me sorprendí al encontrar en el
cuarto a una mujer. Me di cuenta de que en el cuarto había varios ramos de
flores y una canasta de frutas. Cuando yo entré, ella estaba tomando el teléfono
para hacer una llamada. Respondiendo a mi llamado en la puerta, ella dijo:
P. Pase
C. ¡Hola! ¿La señora M?
P. Sí.
C. (Yo comencé con una sonrisa y dije): Cuando vi el nombre J. R., yo no
esperaba encontrarla a usted. Nunca antes había oído el nombre J. R. para una
mujer.
P. (Sonriendo). Yo sé no es un nombre común. Mucha gente no admite que
les asombra.
C. Bueno, permítame presentarme. Yo soy el capellán Hightower. Deseaba
visitarla y saber cómo está.
P. Me agrada que haya venido. La semana pasada me hicieron una
histerotomía. Salí de ella con poca preocupación y muy bien. Después, esa
misma semana, me descubrieron una inflamación en el pecho derecho. Me
sacaron radiografías y el doctor dijo que no era nada, pero encontraron una
masa en mi pecho izquierdo que el doctor debe verla. El doctor tal vez tenga
que practicar una cirugía radical. (Sus ojos comienzan a nublarse a este
punto.) ¿Sabe?, yo no entiendo por qué pude pasar a través de la histerotomía
sin ningún problema, pero ahora estoy temerosa hasta la muerte con esta
operación en la mañana.
C. ¿Por qué ve usted la cirugía de mañana como siendo diferente a la de la
semana pasada?
P. Realmente tengo miedo de que mañana encuentren algo que no se pueda
controlar. Con la histerotomía era algo de rutina. Yo simplemente tenía algo de
problema y eso era la curación más fácil. Tengo miedo que encuentren cáncer y
yo vaya a morir.
(A este punto la paciente comienza a sollozar y me ve. Yo empiezo a
buscar su mano para tomarla, pero ella encuentra la mía antes y la toma.
Esto parecía decirle que yo entendía su necesidad de llorar.)
Después comenzamos a hablar acerca del temor a la muerte y los posibles
resultados de la cirugía que se aproximaba. El diálogo pareció centrarse sobre
el temor de dejar a su esposo y sus dos hijos, en vez de temor a la cirugía
radical. Después de unos cuantos minutos de esta discusión, la conversación
siguió este curso.
C. Señora M, espero que encuentre algunos nuevos recursos espirituales o
pueda llamar a algunos amigos que le ayuden a enfrentar esta ansiedad antes de
la cirugía, y que pueda confrontar los resultados cualquiera que sean. Deseo
que sepa que estaré orando por usted mientras pasa por los eventos de
mañana. (Sus ojos parecían decir, “Hágalo ahorita”.) Algunas veces yo oro
con las personas en sus cuartos. ¿Le gustaría hacerlo, o prefiere que la
recuerde más tarde?
P. Oremos ahora, por favor.
C. Amado Señor, te doy gracias por mi nueva amiga. La dejo a tu cuidado, a
ella y sus necesidades. Reconocemos el temor a la muerte, pero también
reconocemos nuestra fe en ti. Señor, oramos porque tú bendigas a todos los
que estarán envueltos en los eventos de mañana, y especialmente oramos que
bendigas a quienes ella ama mucho. Somos tus hijos y nos abandonamos al
cuidado de tus manos. Amén.
P. Yo sé que enfrentaré esta cirugía con una nueva fe. Gracias por venir.
C. Dios le bendiga. (Salí.)
Al siguiente día, le pedí permiso al capellán del piso en que ella estaba para
verla de nuevo. Cuando llegué al piso, le pregunté a la enfermera el resultado
de la cirugía. Fue negativo, así que la cirugía radical no fue necesaria.
La jefa de las enfermeras oyó lo que estaba preguntando. Se levantó y vino
hacia el mostrador. Quería saber si yo era el capellán que había hablado con la
paciente la noche anterior. Yo le dije que sí, y ella me agradeció por el tiempo
que había pasado con la paciente. Ella dijo: “Me dice que usted lloró con ella
anoche, ahora vaya y regocíjese con ella.” Le di las gracias y fui al cuarto de la
paciente.
C. ¡Hola! Supe que tiene buenas noticias.
P. (Sonriendo). Esperaba que viniera para poder contárselas. Muchas gracias
por haber orado a Dios por mí.
C. Me alegra haberla conocido y haber compartido con usted algo de su
experiencia. (Después, ella me presentó a su esposo y a su madre.
Hablamos brevemente, y después me despedí.)
Varias cosas sobresalen que hice correctamente.
1. Toqué antes de entrar al cuarto.Uno debe recordar que un cuarto en el
hospital es tanto la sala como el dormitorio. Dependiendo de la condición del
paciente, también puede ser su sanitario. El cuarto del paciente es un lugar
privado. No entre antes de tocar.
2. Fui honesto.Me sorprendí al encontrar una dama joven con el nombre J.
R. Fui sincero al decirlo. La respuesta de la paciente: “La mayoría de la gente
no admite que les asombra”, nos inició en una relación honesta.
3. Me identifiqué.Aun cuando usted sea el pastor que visita a un miembro
fiel a quien ha conocido por diez años; identifíquese. Es posible que la persona
esté bajo mucho medicamento como para estar confusa, o ha estado viendo
tantos extraños entrando y saliendo del cuarto que simplemente no lo
reconozca.
Sea cuidadoso de cómo se identifica. No use el título académico de doctor en
un hospital.
Tengo un amigo quien recientemente obtuvo su doctorado. Estaba tan orgulloso
de ello que usaba su título donde fuera. Un poco después de recibir su título,
fue a un nuevo pastorado. Una de sus primeras visitas fue al hospital, para ver a
una dama, miembro de la iglesia, que estaba hospitalizada. Nunca antes la había
conocido.
Al entrar al cuarto él dijo: “Yo soy el doctor S________.” La dama
inmediatamente dijo: “Gracias a Dios que vino. Esta cortada me está volviendo
loca.” Su subsecuente acción era dirigida a un médico, no para su nuevo
pastor.
No hay necesidad de decirlo; pero mi amigo se avergonzó y la miembro de su
nueva iglesia fue humillada. Identifíquese a sí mismo como un pastor, no como
el “doctor tal”.
4. Dejé que la paciente expresara sus emociones.Ella estaba visiblemente
turbada y tenía toda la razón. Yo le di a saber con un simple toque que era
permisible llorar en mi presencia. También le permití usar dos palabras que son
tabú en nuestra cultura muerte y cáncer. Para J. R., nombrar al monstruo le
dio algo de control sobre él.
5. Permití a la paciente tomar la iniciativa en discutir su problema.Yo
hice un comentario al comenzar: “Deseaba visitarla y saber cómo está.” Eso
permitió que ella tomara la iniciativa en la conversación. La puso en control de
la situación.
6. Ayudé para que ella recurriera a sus recursos espirituales.Esto se hizo
al reconocer su necesidad por oración.
Debe notarse que el seguimiento al día siguiente fue una parte importante para
la visita pastoral.
Dennis E. Saylor en su libro: And You Visited Me (Y Me Visitasteis), ofrece
doce sugerencias para el ministerio en el hospital.
1. Toque antes de entrar al cuarto del paciente.
2. Camine y hable suavemente.
3. Dé la mano sólo si el paciente lo solicita.
4. Tenga una expresión facial agradable.
5. Sea breve.
6. Visite cuando esté bien de salud.
7. Recuerde que la condición del paciente es personal.
8. Considere los derechos del paciente.
9. Guarde sus problemas personales para sí mismo.
10. Mantenga contacto de “ojo a ojo”.
11. Siempre identifíquese a sí mismo.
12. Entre al cuarto sólo si la luz para llamar a la enfermera no está
prendida.
Hospitalización es algo que pasa a las personas de todas las edades. Es un
accidente en la vida que trasciende la edad cronológica y/o las tareas de
desarrollo. Frecuentemente es visto como un tiempo de crisis para la persona.
Por lo tanto, se espera que los pastores sean expertos en el ministerio en el
hospital.
Una palabra debe decirse acerca de los niños en el hospital. Cuando un niño
está hospitalizado, el pastor debe visitar al niño y no sólo a los padres. El
pastor debe dejar el cuarto dando a conocer al niño que es una persona
especial.
El pastor nunca debe desestimar el valor de la presencia personal. Es de mucho
más valor estar presente que escoger las palabras correctas o levantar el estado
de ánimo de las personas. Las palabras de Jesús: “Y me visitasteis”, no deben
tomarse livianamente. La presencia física es una parte muy importante en el
cuidado a las personas, desde el nacimiento hasta la muerte.
Ministerio a los Que Sufren
Sufrimos desde el nacimiento hasta la muerte. La vida bien puede ser definida
como una serie de pequeños sufrimientos entremezclados con sufrimientos
mayores. Normalmente asociamos el sufrimiento con la muerte de alguien. “Su
esposo murió y ella está sufriendo”, decimos. Aun así, esta mujer ha
experimentado varios sufrimientos pequeños antes de este tiempo. ¿Cuáles son
algunos de estos sufrimientos que esta mujer y otros confrontan?
Dejar el hogar de sus padres para asistir a la universidad o casarse fue una
experiencia de sufrimiento para ella y sus padres. Esa fue la muerte de una de
sus relaciones (o por lo menos su reconstrucción) y el nacimiento de una nueva.
El nacimiento de su hijo, particularmente el primero, causa la muerte de una
manera de vivir y el nacimiento a una nueva. Los lamentos después del parto
son el reconocimiento de ese sufrimiento.
La pérdida de un empleo puede ser un sufrimiento mayor para una persona
productiva y energética.
La compra de una casa puede causar ansiedad a causa de la responsabilidad
financiera, y puede proclamar una nueva era de independencia de los padres.
Mudarse de una ciudad querida a otra, o de una casa querida a una nueva
residencia puede ser una fuente de sufrimiento.
El fracaso de planes significativos para un trabajo, seguridad, familia, o los
padres puede causar sufrimiento.
Una enfermedad u hospitalización puede causar que nos demos cuenta de
nuestra mortalidad y/o el declinamiento de nuestros poderes físicos.
Usted puede hacer una lista de ocasiones de sufrimiento en su propia vida.
Cualquier pérdida causa reacciones físicas y emocionales que llamamos
sufrimiento.
El libro On Death and Dying (Sobre la Muerte y el Morir) es un trabajo
valioso en el cual Elisabeth Kubler-Ross traza cinco etapas discernibles en el
proceso del sufrimiento.
1. Negación y Aislamiento.Este es el sentimiento de: “No, no a mí, no
puede ser verdad.” Negación se usa virtualmente por todos. Yo creo que
debiera verse como un regalo de Dios. Nos permite protegernos de las noticias
trágicas hasta que podamos recobrar el ánimo para escucharlas. Un sentimiento
de soledad y aislamiento también prevalece durante esta etapa.
2. Enojo.La etapa del enojo hace la pregunta: “¿Por qué a mí?” La primera
etapa de negación no puede mantenerse más tiempo, así que se reemplaza por
el sentimiento de rabia, resentimiento y enojo. Frecuentemente este enojo se
dirige a familiares, patrones, doctores, enfermeras, pastores. Es una manera de
decir: “Aún no estoy terminado; usted debe escucharme.”
3. Regateo.Si el enojo no ha servido para curar nuestra herida, tal vez el
pedirlo amablemente lo hará. Uno aprende de niño que pedir algo de buena
manera ayuda más con los padres que demandándolo. En la etapa del regateo,
preguntamos amablemente a Dios: “Dios, ¿si llego a ser un predicador me
sacarás de esto?” O: “Dios, nunca volveré a golpear a mi esposa si permites
que regrese.” El regateo frecuentemente está lleno de miedo irracional y
excesiva culpa.
4. Depresión.Cuando la persona se da cuenta de la gran pérdida que él/ella
ha sufrido, la depresión se hace presente. Para la persona con una enfermedad
fatal, esta depresión puede ser una forma preparatoria para el sufrimiento de
una pérdida inevitable. Es un instrumento que se usa para prepararnos más
fácilmente. Sea el sufrimiento una pérdida situacional o una preparación para
morir, se debe permitir a la persona que esté deprimida que se lamente de la
pérdida.
5. Aceptación.Este no es un estado feliz; al contrario, casi está exento de
sentimiento. Es una señal de que la lucha ha terminado. Es como la mujer que
puede decir: “Yo perdí un pecho a causa del cáncer.” Es como el hombre que
puede decir: “Después de treinta y cuatro años con la compañía, perdí mi
trabajo.”
Kubler-Ross no dice que pasamos estas etapas en secuencia, tal como si la
etapa uno guiara a la etapa dos y así sucesivamente. Al contrario, una persona
puede estar un día o una hora en aceptación y en negación al otro. El
sufrimiento es un viaje en un camino con curvas y muchas señales de retorno.
No es una autopista que conecte dos puntos en la manera más corta.
Las personas sufren sin importar la edad cronológica o las tareas de desarrollo.
El niño preescolar que pierde su mascota, sufre. El niño de edad escolar que se
muda de una ciudad a otra, sufre. El adolescente que pierde su primer “amor”
por otro muchacho o muchacha, sufre. El joven adulto que no consigue el
trabajo que esperaba, sufre. El adulto cuyo último hijo abandona el hogar,
sufre. El adulto mayor sufre con la falta de salud o pérdida de la vista y/o
audición.
Sufrimos desde el nacimiento hasta la muerte. ¿Qué pueden hacer los pastores
para ministrar a las personas que sufren?
1. Los pastores pueden estar presentes físicamente.En los talleres de
educación sobre el sufrimiento, la mayoría pregunta: “¿Qué puede decir uno a
alguien que está sufriendo?” Yo no creo que una persona que sufre pueda
recordar lo que usted diga, a menos que sea algo sin sentimiento como para
ofenderla. Lo que la gente que sufre recordará es si usted estuvo o no presente
con ellos.
2. Los pastores pueden escuchar.Muchos pastores creen que son llamados
a hablar, no a escuchar. El amor de Dios para nosotros es probado en que él
nos dio a su Hijo y su Palabra para hablar, y su oído para escuchar. Escuche a
una persona, tanto en contenido como en sentimientos. Frecuentemente nuestro
propio temor al sufrimiento no nos permitirá simplemente sentarnos con alguien
que está sufriendo.
3. Los pastores pueden movilizar un sistema de apoyo para el que sufre.
La iglesia puede expresarse a sí misma como una extensión del amor de Dios
cuando la gente se arriesga a cuidar.
4. Los pastores pueden ser genuinos.Si usted se siente incómodo frente al
sufrimiento, reconozca su sentimiento. Después, encuentre a alguien que pueda
ayudarlo a resolverlo. Cuanto más cómodo se sienta usted ante la presencia del
dolor, tanto más capaz será para ministrar a quien sufre.
CONCLUSIÓN
El ministerio pastoral es cuidar de la gente. Nuestra predicación, nuestro
liderazgo y nuestro cuidado deben estar centrados alrededor de la tarea de
cuidar a las personas, desde el nacimiento hasta la muerte, en el nombre de
Jesucristo.
NOTAS
ft1 NOTA DEL TRADUCTOR: Aunque para algunos las divisiones que el autor usa
en este período del desarrollo: niñez temprana, niñez mediana y niñez tardía,
son inapropiadas (ellos prefieren el término “edad escolar” para todo el
período de los 6 a los 12 años), aquí se conservan para guardar el estilo y
presentación del mismo.
ft2 NOTA DEL TRADUCTOR: Se usa “Identidad Neutral” por “Identity
Moratorium”. Se entiende como un tiempo donde toda acción se suspende.
ft3Esta etapa se discute como “Identidad Neutral” en esta traducción. Ver
página 58.

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