viernes, 10 de julio de 2015

PALABRA DE DIOS O LETRAS VACIAS



Por Pr Manuel A Morejón Soler El Vedado, La Habana, julio de 2015 


Hoy tenemos demasiados oradores vacíos que no hacen más que predicar vanas palabrerías sin resultados espirituales.  Antes me lamentaba de lo difícil que era llegar a ser predicador local en la iglesia Metodista. Durante los primeros cuatro años antes de ser sometido a una prueba tenías que pasar cursos de hermenéutica, homilética, liturgia, cristología, metodismo, dos horas de Estudios Bíblicos cada semana  para poder enfrentar el examen del primer paso al Ministerio Pastoral, amén de los tiempos de oraciones, ayunos y vigilias. En mi mente solo pensaba, antes de tener una experiencia personal con el Espíritu Santo, en lo hermoso que sería hablar con un lenguaje bello que cautivara a la congregación. Hoy después de haber escuchado a muchos predicadores de diferentes categorías entiendo porque sus voces suenan como letras vacías, que carecen de poder. Estos confían, no en el Señor, sino en sus bellos discursos. Era a esto que se refería el apóstol Pablo cuando dijo:
“Ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, más con demostración del Espíritu y de poder”.

La búsqueda del Espíritu de poder
La oración, es el  medio de gracia por excelencia para poder  dialogar con Dios, es así como  mejor vamos a encontrar el centro de su voluntad para poder hacerla.

Y todo lo que ustedes, al orar, pidan con fe, lo recibirán. (Mateo 21:22) 

Resultado de la búsqueda 
Liberación demoniaca
Tú eres mi refugio: me proteges del peligro, me rodeas de gritos de liberación. (Salmo 32:7) 

Sanidades.
“Pues bien, declaramos ante ustedes y ante todo el pueblo de Israel que este hombre que está aquí, delante de todos, ha sido sanado en el nombre de Jesucristo de Nazaret, el mismo a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó”. (Hechos 4:10)

Milagros
Jesús, gritó:
 “¡Lázaro, sal de ahí!”
Y el que había estado muerto salió, con las manos y los pies atados con vendas y la cara envuelta en un lienzo.
Jesús les dijo:
 “Desátenlo y déjenlo ir”. (Juan 11:43-44)

Dios nos hizo que fuésemos ministros suficientes del Nuevo Testamento, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, mas el Espíritu vivifica. (2Co 3:6)


No hay comentarios: