viernes, 12 de junio de 2015

II FILIPENSES


CONTINUACIÓN:
13 Tenemos nuestra parte en esto, pero lo que lo hace posible es el obrar de
Dios en nosotros (la palabra gr. utilizada aquí y a menudo por Pablo para
referirse al poder de Dios, es de la cual deriva la palabra “energía”). Dios nos
da tanto el deseo como la fuerza para hacer lo que le agrada a él.
14 Más aun, no es sólo lo que se hace lo que cuenta, sino el espíritu con el que
lo realizamos; “háganlo todo sin murmuraciones ni discusiones” (DHH). Esto
tiene una constante aplicación a la vida y al servicio cristianos.
15 Las más altas normas se deben establecer si los cristianos han de vivir su fe
en una sociedad que es moralmente torcida y espiritualmente perversa. Esta
descripción se toma de <053205>Deuteronomio 32:5, pero es trágicamente apta
para gran parte de la sociedad occidental de hoy. Cada expresión de la vida
cristiana es digna de ponderarse. Irreprensibles significa estar por arriba de
toda crítica. Sencillos significa completamente sanos en carácter y en unidad
mental. Los creyentes se describen como hijos de Dios, no solamente en
privilegios (<430112>Juan 1:12), sino en responsabilidades para vivir en el mundo
como aquellos que pertenecen a Dios y muestran las semejanzas familiares. La
expresión sin mancha, era utilizada en los requerimientos para el sacrificio de
animales en el AT. También se utilizó de Dios mismo en un sentido moral y
espiritual (<580914>Hebreos 9:14; <600119>1 Pedro 1:19) y esta es la norma del
cristiano. Como luminares (lit. “portadores de luz”) indica que Cristo es la luz
(<430108>Juan 1:8, 9; 8:12) y nosotros tenemos que reflejarla a los demás.
16 La palabra utilizada aquí, reteniendo, puede significar “aferrarse a”, u
“ofrecerla a”. Debemos aferrarnos a la palabra pero, por sobre todo,
ofrecerla como palabra de vida para un mundo que perece (<430316>Juan 3:16;
6:68; <440520>Hechos 5:20; <470201>2 Corintios 2:15, 16). Pablo considera su vida
como corriendo una carrera y como trabajando hasta el agotamiento, pero con
su vista espiritual fija en el Señor y teniendo su aprobación.
17, 18 El pensamiento de la muerte como posible desenlace de su prisión
vuelve a la mente del Apóstol otra vez. Su muerte sería una ofrenda a Dios,
pero solo como una libación derramada sobre un sacrificio mucho más
significativo: la fe de los filipenses, la calidad de su vida y el servicio producido
por la fe (para la primera de estas ofrendas, cf. <550406>2 Timoteo 4:6 y para la
segunda, <451201>Romanos 12:1). Pablo ha llegado al punto de regocijarse en
cualquier circunstancia, sea ésta de vida o sea de muerte, y anhela que sus
amigos en Filipos tomen la misma actitud.
2:19-30 PLANES FUTUROS
Pablo vuelve aquí a hablar de sus dos colaboradores y compañeros, Timoteo y
Epafrodito, de sus planes para ellos y de su esperanza de que le sea posible
regresar a Filipos. Al hacerlo, habla de estos dos hombres en términos
profundamente afectivos y da un brillante testimonio de su dedicación y servicio
desinteresado.
2:19-24 Recomendación de Timoteo
Hemos visto que Timoteo estaba con Pablo cuando escribió esta carta (1:1) y
que había compartido el tiempo de la primera predicación del evangelio en
Filipos (<441601>Hechos 16:1-11). La mayoría de las cartas de Pablo lo mencionan
a menudo en razón de que el Apóstol mismo le delegaba responsabilidades
especiales.
19 Con tacto, Pablo manifiesta que su primer deseo con respecto a la misión
de Timoteo era que fuese alentado por las noticias de los creyentes en Filipos.
Sin duda, Pablo tenía en vista también un ministerio que Timoteo pudiera
desempeñar allí, y a tal efecto lo recomienda en alto grado. Nótese cómo Pablo
dice espero en el Señor Jesús y cómo esta frase, o su equivalente “en Cristo”,
se usa frecuentemente. Trató de someter todas sus esperanzas y planes para el
futuro al Señor a quien se hallaba unido (cf. <461607>1 Corintios 16:7; <590413>Santiago
4:13-15).
20, 21 Pablo dice que no tenía a nadie más como Timoteo, que tuviera tanto
ánimo y sinceridad por ellos, y con tristeza agrega que cuando pensaba en
otros alrededor de él a quienes podría enviar, todos buscan sus intereses
personales, no lo que es de Jesucristo. <550409>2 Timoteo 4:9-13 refleja una
situación similar. Es siempre un desafío para nosotros considerar si tenemos un
“interés genuino” por los demás, o si queremos que la gente sirva a nuestros
propios intereses.
22 Lo que Timoteo valía había sido probado en Filipos y el Apóstol mismo más
que nadie lo sabía, ya que como hijo a padre ha servido (lit. “se ha
esclavizado”, cf. 1:1) por el avance del evangelio.
23, 24 Pablo deseaba noticias de Filipos a través de Timoteo. Timoteo también
estaba para llevar noticias de Pablo a los filipenses, y así era necesario que él se
quedara hasta que el resultado del juicio a Pablo fuera conocido, sea éste de
liberación o de muerte (cf. 1:23, 24). Pablo parece tener una renovada
esperanza de que sería liberado, y así le sería posible ir pronto a veros.
2:25-30 Explicaciones referentes a Epafrodito
25 No tenemos conocimiento de Epafrodito excepto lo que se dice en este
párrafo y en <500418>Filipenses 4:18, donde Pablo reconoce la ofrenda recibida de
los filipenses por medio de él. Era, así, su mensajero (se usa la palabra
apostolos pero en un sentido diferente al de apóstol de Cristo con una tarea
fundacional, cf. <470802>2 Corintios 8:23), pero fue enviado también con la
intención de que permaneciera con Pablo y cuidara de sus necesidades. Nótese
el compañerismo que se implica en las palabras hermano, colaborador y
compañero de milicia. Muchos creyentes son respetables trabajadores y
soldados de la causa de Cristo, pero no todos trabajan bien con sus
compañeros.
26-28 Algo había sucedido que hizo que Pablo enviara a Epafrodito a Filipos
en vez de mantenerlo consigo. Epafrodito había estado gravemente enfermo,
pero por la misericordia de Dios (tal como Pablo consideró lo acontecido) se
recuperó. El informe de la gravedad de la enfermedad de Epafrodito había
llegado a los filipenses y la noticia de la ansiedad de sus amigos de Filipos había
llegado de vuelta. Esto le causó angustia al mismo Epafrodito cuyo corazón
comenzó a añorar a los suyos en Filipos (angustiado es una palabra muy fuerte
en el gr., usada en el NT sólo aquí y para describir el sentir de nuestro Señor en
el Getsemaní en <402637>Mateo 26:37 y <411433>Marcos 14:33). Así que Pablo
consideró que lo mejor para Epafrodito era regresar a su ciudad.
29, 30 Pablo, sin embargo, fue sensible a la situación. Estaba la posibilidad de
que los filipenses no comprendieran la razón del regreso de su mensajero. Así
les pide que reciban a Epafrodito con una calurosa bienvenida cristiana, no sólo
como uno de sus compañeros que regresa del extranjero, sino como alguien
altamente calificado por su fidelidad y el alto costo del servicio encomendado.
No sabemos de qué manera Epafrodito estuvo cercano a la muerte,
arriesgando su vida. Pudo haber sido simplemente el estar identificado con
Pablo como prisionero. Pudo haber sido el que “cayera gravemente enfermo en
camino, casi matándose por completar su misión, estando demasiado enfermo
para viajar” (Caird, Paul’s Letters from Prision). La palabra arriesgando es
lit. “jugándose”, y aquí puede haber un juego de palabras intencional con el
nombre de Epafrodito (tal como lo hizo con Onésimo en <570111>Filemón 1:11).
Afrodita era la diosa gr. de los juegos de azar, y un apostador, teniendo la
esperanza de ganar, podría llamarle a ella epafrodita (Hawthorne,
Philippians). Este hombre “se jugó” la vida al servir a Pablo, pero fue un
riesgo a correr por causa de Dios, y él ganó.
3:1-21 EXPECTATIVAS ESPIRITUALES DE PABLO
Parece que Pablo estaba por cerrar su carta cuando usa el término que puede
traducirse “finalmente”. Pero, por alguna razón (ver la Introducción), siente que
debe dar una advertencia con relación a aquellos que querían que todos los
gentiles convertidos llegasen a ser judíos. Esto lo lleva a declarar su confianza
sólo en Cristo Jesús para ser acepto ante Dios, y a referirse a sus más grandes
ambiciones para su vida espiritual y para la de los filipenses.
3:1-3 Advertencias contra los de la circuncisión
Para comprender a lo que Pablo se refiere aquí y en los siguientes versículos,
necesitamos remontarnos a los primeros años de la iglesia. Los primeros
creyentes en Jesús eran judíos, y como judíos leales consideraban la ley de vital
importancia, enfatizando el pacto que Israel tenía con Dios, signo del cual era la
circuncisión. Estos primeros creyentes fueron enviados con una misión mundial
(<440108>Hechos 1:8), pero les resultaba particularmente difícil allegarse a los no
judíos (ver Hechos 10) y pasó mucho tiempo antes de que se iniciara una
verdadera misión entre los gentiles (ver <441120>Hechos 11:20). Pablo, como
apóstol a los gentiles, creía que si los no judíos se volvían al Señor en
arrepentimiento y fe serían aceptados como miembros del pueblo de Dios, sin
la necesidad de convertirse al judaísmo y que los hombres fuesen
circuncidados. Sin embargo, había judíos cristianos que en Antioquía
(<441501>Hechos 15:1) y en Galacia insistían en que los cristianos gentiles deberían
convertirse al judaísmo. Así que se convocó al concilio de Jerusalén, de
Hechos 15, para tratar el mismo asunto del que Pablo escribió en su carta a los
Gálatas Años más tarde este asunto seguía siendo un problema, y así Pablo
escribió a los filipenses porque para vosotros es más seguro.
1, 2 Pablo estaba tan indignado contra aquellos que presionaban para que los
gentiles llegasen a ser judíos que los llamó perros, el nombre que los judíos
daban a los gentiles. Esta gente, sin embargo, merecía dicho nombre más que
cualquier gentil por la forma en que ellos “merodeaban” por las congregaciones
cristianas buscando ganar a los creyentes gentiles al judaísmo (Beare,
Phillipians). De allí que los creyentes necesitaban la advertencia ¡guardaos...!
Eran malos obreros, desviando a la gente de la verdad y de la libertad
(<402315>Mateo 23:15; <471101>2 Corintios 11:13; <480107>Gálatas 1:7-9). Porque la
circuncisión no tenía valor espiritual, ellos eran meramente los que mutilan el
cuerpo.
3 Cuando el valor espiritual de la circuncisión se ha perdido, la práctica de la
misma se convierte sólo en un rito externo, una cuestión de confiar en la carne.
Nosotros somos la circuncisión, dice Pablo. Algunos piensan que pudo haber
estado hablando sólo de judíos cristianos; la evidencia es que Pablo y los
escritores del NT generalmente asumen todos los títulos y privilegios del pueblo
de Dios de los días del AT y los aplican a los cristianos, sean judíos o gentiles
(p. ej. <490211>Efesios 2:11-22; <600204>1 Pedro 2:4-10).
3:4-7 Objetivos en la vida anterior de Pablo
4 Pablo sostiene que podía tener la misma confianza en la carne como la que
tenían algunos que pretendían convertir a los cristianos en judíos. El podía
enumerar una por una las cosas que él primeramente, como judío devoto,
pensaba que le daban crédito para con Dios.
5, 6 Enumera siete cosas que consideraba como ganancia en la vida
profundamente religiosa que había vivido antes de encontrarse con Jesús. (i)
Fue circuncidado al octavo día después de su nacimiento como lo requería la
ley (<011712>Génesis 17:12). (ii) Nacido del linaje israelita, un miembro del pueblo
de Dios. (iii) Podía nombrar su tribu (Benjamín), a la que pertenecía el primer
rey de Israel y la que había permanecido fiel cuando las otras no lo fueron. (iv)
No era solamente un verdadero judío, sino un hebreo, es decir, alguien que
hablaba arameo (cf. <440601>Hechos 6:1; 22:2; <471102>2 Corintios 11:22), hijo de
padres hebreos, no como muchos que habían perdido el uso de su lengua
nativa. (v) Estricto en la observancia de la ley, Pablo era un fariseo devoto
(<442306>Hechos 23:6; 26:5; cf. <480114>Gálatas 1:14). (vi) Su celo religioso quedó
evidenciado en que persiguió a los cristianos (<440803>Hechos 8:3; 9:1). (vii) Podía
decir que en cuanto a lo concerniente a las demandas externas de la ley, la ley
mosaica por la que había tratado de vivir, era irreprensible. Esto, sin embargo,
era una cuestión de justicia de la ley, de tratar de ser justo ante Dios sobre la
base de la obediencia a la ley.
7 Ahora Pablo consideraba todas aquellas ganancias como una gran pérdida.
“Pero todo esto, que antes valía mucho para mí, ahora, a causa de Cristo, lo
tengo por algo sin valor” (DHH). Había llegado a considerarlas como una base
de confianza falsa y aun un obstáculo. Prosigue describiendo el camino
infinitamente mejor que había encontrado.
3:8-14 Renuncia a lo antiguo; nuevas expectativas de Pablo
En razón de su encuentro con el Cristo resucitado en el camino a Damasco
(Hechos 9), y también a causa de que finalmente se dio cuenta de que no
estaba tampoco guardando la ley (Romanos 7), es que Pablo fue llevado a una
“revaluación radical de valores” (Hawthorne, Phillipians).
8 Porque había encontrado el camino de aceptación con Dios en Cristo, Pablo
consideró todas aquellas cosas sobre las cuales él había descansado antes
como pérdida. Decidió que “a nada le concedo valor si lo comparo con el bien
supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor” (DHH). No sólo lo contaba
todo como pérdida, sino que podía decir que a causa de Cristo lo he perdido
todo: su lugar en el judaísmo, entre los fariseos, probablemente hasta su propia
casa. Aun así no se afligió, las consideraba “inútil basura comparadas con el
poder ganar a Cristo” (Phillips).
9 Ahora, su deseo es ser aceptado sobre la base de la justicia que es un don
de Dios, ofrecida sobre la simple condición de creer (cf. <450321>Romanos 3:21—
4:25; <480215>Gálatas 2:15—3:29; <490204>Efesios 2:4-9), dejando de lado la llamada
justicia lograda por obras propias sobre la cual había descansado antes.
10 Más aun, quiere vivir en el conocimiento de Cristo (para considerar lo que
significa el bautismo cristiano, ver <450601>Romanos 6:1-4), es decir, ser
identificado con el Cristo crucificado y resucitado. Esto significa el conocer el
poder de su resurrección en una experiencia diaria (cf. <450810>Romanos 8:10,
11; <470401>2 Corintios 4:10, 11; <490119>Efesios 1:19, 20) y participar en sus
padecimientos, muriendo a una vida egocéntrica que para nosotros es natural,
y estar dispuesto a encarar la dificultad y padecimiento que el evangelio de
salvación pueda acarrear (cf. <470407>2 Corintios 4:7-12; <480617>Gálatas 6:17;
<510124>Colosenses 1:24, 25). Estas dos realidades deben siempre pertenecer
juntas en toda vida cristiana genuina.
11 A la luz de su nueva y gran ambición y sus anhelos, Pablo dice: De alguna
manera, me encontraré en la resurrección de los muertos. Estas palabras
suenan algo extrañas en vista de lo que hemos leído. ¿Acaso el logro de la
resurrección no depende sólo de la fe? ¿Tendría el Apóstol dudas acerca de su
salvación final? Nunca se sintió inseguro en cuanto a que era un hijo de Dios,
aceptado por él (<450815>Romanos 8:15-17; <480406>Gálatas 4:6, 7), sin embargo,
nunca fue complaciente o presuntuoso. La fe debe perseverar hasta el fin
(<411313>Marcos 13:13; <580314>Hebreos 3:14). Deberíamos leer las palabras de Pablo
aquí como una expresión no de duda, sino de humildad.
12, 13 Parece que había en Filipos aquellos que pensaban que habían
alcanzado ya el ideal cristiano de la perfección, que ya habían “llegado”. Pablo
reconoció el llamado a los cristianos de aspirar a los niveles más altos (cf. 2:15;
<490413>Efesios 4:13-16), como Jesús mismo dijo: “Sed perfectos, como vuestro
Padre que está en los cielos es perfecto” (<400548>Mateo 5:48), pero nunca
pretendió haber alcanzado tal perfección. En cambio, él prosigue y la palabra
que usa significa lit. “perseguir”, la palabra que utilizó para describir la misma
persecución con la que antes afligió a la iglesia (v. 6). Pretendía ... ver si
alcanzo aquello..., ese gran propósito por el que Cristo lo alcanzó a él cuando
iba camino a Damasco algunos años atrás. Existen diversas formas en las que el
cristiano debería recordar los hechos de Dios en el pasado, pero Pablo sabía
que no debía concentrarse en el pasado; sus fracasos y pecados habían sido
perdonados, y sus logros en el servicio de Cristo no han de llevarlo a dormirse
en sus laureles. En cambio, quería ser hallado extendiéndome a lo que está
por adelante, y para expresar esto usa otra palabra muy fuerte, aplicable en un
contexto atlético o en una carrera de carruajes; cada fibra de su ser se aplicaba
al ideal y propósito de su vida cristiana.
14 Hay un premio a alcanzar, aunque no estamos seguros si Pablo consideraba
el premio como Cristo mismo (cf. v. 8), el llamado de Dios a una vida superior,
o una “corona de vida” (<590112>Santiago 1:12; cf. <460902>1 Corintios 9:25), el regalo
de la gracia de Dios a aquellos que perseveran fielmente en su llamamiento
hasta el final.
3:15-17 Un ejemplo para ser imitado
15 Madurez o perfección (es esencialmente la misma palabra en el gr. original)
tiene que ver con la manera de pensar en la forma con la que Pablo ha estado
hablando. El confía en que si los filipenses piensan de manera diferente, el
Espíritu de Dios les revelará la verdadera senda y ellos deberán estar abiertos a
ello.
16 Lo vital es vivir en base a la verdad que ya hemos reconocido y aceptado.
Lo que se traduce aquí como sigamos fieles no tiene un sentido meramente
individual ya que implica un mantenerse en línea junto a otros. “Al elegir Pablo
este verbo subraya otra vez la importancia de la armonía y la cooperación
mutua a pesar de cualquier divergencia de opinión que pueda existir”
(Hawthorne, Phillipians).
17 Aquí, como en otros lugares de sus cartas (p. ej. <460401>1 Corintios 4:16; 11:1;
<520106>1 Tesalonicenses 1:6; 2:10; <530307>2 Tesalonicenses 3:7, 9), Pablo habla de
su propio ejemplo como uno que se debe seguir. Esto podría parecer
presuntuoso, pero necesitamos comprender que antes de haber un NT para
uso de los cristianos, era vital que hubiese modelos dignos de seguir. Era tan
necesario para Pablo vivir la clase de vida cristiana digna de ser imitada por
otros como el predicar un evangelio puro en el cual creer. J. B. Phillips
parafrasea este versículo: “... Dejen que sea mi ejemplo la norma por la cual
puedan verse quienes son los verdaderos cristianos entre aquellos que están
con ustedes...” Nuestra situación no es exactamente igual hoy en día, puesto
que el NT es la guía básica para el andar cristiano, pero todavía es el caso
(como Pablo lo indica en <470301>2 Corintios 3:1-3) que el creyente es llamado a
ser como una “carta” de Cristo, “conocida y leída por todos”, incluyendo a
muchos que no se volverían a las Escrituras.
3:18-21 Llamado a una ciudadanía celestial
Desde el pensamiento de sus propias grandes ambiciones inflamadas por el
amor de Cristo, y desde el pensamiento de aquellos con un concepto
equivocado de la perfección, Pablo se vuelve a pensar en otros dentro de la
comunidad de la iglesia cristiana cuyas vidas sólo puede contemplar con pena y
dolor.
18, 19 En dos formas la cruz es el verdadero centro del cristianismo. Es central
porque creemos que a través de la muerte de Cristo sobre ella somos
perdonados y aceptados por Dios y así tenemos la vida eterna. La cruz también
es central para nuestra comprensión del discipulado. Jesús nos llama a cargar
nuestra cruz y seguirle (<410834>Marcos 8:34; <420923>Lucas 9:23), y Pablo sabía que
debía “participar en sus padecimientos, para ser semejante a él en su muerte”
(v. 10). Parece claro que fue en esta segunda manera que esta gente de quien
Pablo escribe eran enemigos de la cruz de Cristo. En vez de aceptar la senda
de la autonegación en el discipulado, habían hecho de sus propios apetitos
físicos su dios, se jactaban en lo que en realidad era vergonzoso, y ponían sus
mentes en lo terrenal. Esto quiere decir que en lugar de encontrar en la cruz
tanto su salvación como su estilo de vida, estaban en un camino que podría
conducir sólo a la destrucción.
20 El pensamiento de aquellos cuyas vidas están dominadas por el deseo de las
cosas terrenales lleva al Apóstol a decir que los verdaderos cristianos saben
que su vida y su ciudadanía están ahora en los cielos con Cristo (cf.
<490103>Efesios 1:3; 2:6; <510301>Colosenses 3:1-4). Los filipenses podrían estar
orgullosos de su ciudadanía en una colonia romana (ver la Introducción), tal
como todos tenemos una ciudadanía terrenal que tiene sus privilegios y
obligaciones. Pero tanto ellos como nosotros hemos de valorar encima de todo
el regalo de una vida y una ciudadanía celestiales, y vivimos en la esperanza de
nuestra herencia venidera que recibiremos por completo en el futuro. Así,
esperamos ardientemente la reaparición en los cielos de nuestro Salvador, el
Señor Jesucristo.
21 La venida de Cristo significará la transformación de nuestro cuerpo de
humillación para que tenga la misma forma de su cuerpo de gloria (cf.
<470401>2 Corintios 4:16—5:4; <620302>1 Juan 3:2) por el poder de Dios a cuyo obrar
no puede haber últimamente limitación ni impedimento. El cuerpo que tenemos
no es despreciable, pero es un signo de nuestra condición “humillada” (la misma
palabra se usa en el cántico de María en <420148>Lucas 1:48). Ahora nuestros
cuerpos están sujetos al dolor, sufrimiento y debilidad; pero luego serán
levantados inmortales e imperecederos (ver <461503>1 Corintios 15:35-54).
4:1-23 INSTRUCCIONES, AGRADECIMIENTOS Y SALUDOS
Los versículos finales de la carta incluyen exhortaciones, mensajes personales y
el reconocimiento de las ofrendas de los filipenses. Su recuerdo grato de esas
ofrendas lleva a Pablo a hablar de su dependencia del Señor y de las
bendiciones espirituales que resultan de ofrendar generosamente. Continúa
diciendo que ha aprendido a vivir en contentamiento, con poco o con mucho,
fortalecido y sustentado en todo por el Señor quien seguramente suplirá
plenamente todas sus necesidades.
4:1-3 Apelación a mantenerse unidos
La expresión así que con la que comienza este versículo indica que la
exhortación de Pablo está basada sobre lo que ha dicho anteriormente: el
peligro de aquellos que quieren que los cristianos se conviertan al judaísmo y su
desilusión con los que viven conforme a los deseos de la carne.
1 Las palabras usadas por Pablo aquí muestran la profundidad de sus
sentimientos mientras escribía a sus amigos filipenses. Dos veces en el versículo
usa la palabra amados. Pablo se goza en ellos, los considera como una corona
sobre su cabeza (cf. <520219>1 Tesalonicenses 2:19), los ama y los añora (cf.
<500108>Filipenses 1:8). Más que cualquier otra cosa, los alienta a estar firmes en
el Señor (ver <500127>Filipenses 1:27), como soldados determinados a no
retroceder cualesquiera sean las fuerzas en su contra.
2, 3 Habiendo tratado en términos generales de las divisiones y el espíritu
partidista en la iglesia (<500201>Filipenses 2:1-5), Pablo sentía que ahora debe tratar
específicamente una disputa que estaba comprometiendo seriamente sus vidas.
No sabemos nada más acerca de Evodia y Síntique, pero Pablo se refiere a
ellas en términos muy cálidos, como hermanas que lucharon junto conmigo
en el evangelio, mujeres que habían tenido de veras un ministerio. Sin
embargo, él tuvo que suplicarles: que se pongan de acuerdo en el Señor, y
pedir a uno de sus colegas fieles (sin nombre, a menos que leyéramos fiel
compañero como nombre propio, del gr. Syzgus, sícigo, ver la nota de la
RVA) que las ayudara a reconciliarse una con la otra. Cuando Pablo critica,
busca también afirmar y encomendar. Menciona a Clemente específicamente,
pero reconoce a todos sus consiervos, y lo más grande que pueda decir de
ellos es que sus nombres están escritos en el libro de la vida. En relación con
este “libro de la vida”, cf. <023232>Éxodo 32:32; <196928>Salmo 69:28; <271201>Daniel 12:1
y <662127>Apocalipsis 21:27, y recuerda las palabras del Señor Jesús cuando
enseñó a sus discípulos a no regocijarse en los logros en su servicio, sino en la
gracia de Dios que posibilitó que sus nombres estén “escritos en los cielos”
(<421020>Lucas 10:20).
4:4-7 Llamado al gozo y a la vida de oración
Otra vez el tema del gozo sobresale en esta carta cuando el Apóstol dice a sus
lectores: ¡Regocijaos... siempre!, y agrega en el Señor repitiendo la frase aun
otra vez: “Estad firmes en el Señor...” (1) “que se pongan de acuerdo en el
Señor” (2), y ahora: ¡Regocijaos en el Señor...! El total del vivir cristiano es un
asunto de esa relación con el Señor Jesús viviente, en la atmósfera de su
presencia y su gracia que lo hace todo posible.
5 Hay una calidad de vida que debe ser conocida por todos en cada expresión
de la vida y las relaciones interpersonales del cristiano. El término traducido
amabilidad por la RVA, admite otras traducciones: “bondad” (DHH);
“mesura” (BJ); “gentileza” y “cortesía” en otras versiones. De estas diversas
traducciones podemos obtener la idea subyacente. La cercanía al Señor que
motiva esta calidad espiritual podría significar su cercanía al creyente en todo
tiempo, la cercanía de su regreso, o ambas cosas.
6 La ansiedad no tiene lugar en la vida de los cristianos ya que en todo puede
haber oración, la oración en sus varias formas y modos: petición, ruego, pero
por sobre todo acción de gracias. Esto es porque debemos siempre alabanza
a Dios, y porque la fe es vivificada cuando recordamos en acción de gracias lo
que Dios ha hecho por nosotros en el pasado. Hay un eco aquí de la enseñanza
de Jesús (<400625>Mateo 6:25-34; 7:7-11). Primera Pedro 5:7 dice algo semejante:
“Echad sobre él toda vuestra ansiedad, porque él tiene cuidado de vosotros”, y
como J. A. Bengel (New Testament Word Studies, Vol. 2 [Kregel Pub.,
1978] p. 447) señala apropiadamente: “Ansiedad y oración son más opuestos
entre sí que el fuego y el agua.”
7 Cuando la oración reemplaza a la preocupación sobreviene la paz de Dios,
que sobrepasa todo entendimiento, y esa paz actúa como un centinela que
resguarda la mente y las emociones del cristiano de ser abrumadas por un
repentino arrebato de miedo, ansiedad o tentación. Esta realidad deberían
comprobarla los cristianos diariamente.
4:8, 9 Mantened lo verdadero y lo honorable
Algunas veces se ha dicho que las cualidades del carácter mencionado aquí no
son definitivamente cristianas, sino las que han sido honradas en muchas
culturas y sociedades. Esto puede ser cierto, pero el cristiano tiene una
obligación especial de evidenciarlas y tiene el poder del Espíritu para hacerlo.
8 Ocho palabras se usan para las cosas que deben llenar los pensamientos en la
vida del cristiano. En la medida en que las “tomen en cuenta” (el significado de
la palabra pensad) definirán actitudes y dirigirán las palabras y las acciones. Se
trata de todo lo que es verdadero y honesto, digno y honorable, correcto y
justo, puro y santo, amable y bello, de buen nombre y digno de ser oído. La
palabra traducida virtud, dentro de la ética clásica gr., era la que mejor definía
lo excelente, y finalmente lo que era digno de alabanza y recomendación.
9 Esto haced. En otras palabras, viviendo por lo que ellos conocen y han
reconocido resultará en una clase de vida que Pablo había procurado modelar
para los filipenses (ver <500317>Filipenses 3:17). No solamente encontrarían la paz
de Dios, sino también su presencia perdurable (cf. <471301>2 Corintios 13:11;
<530316>2 Tesalonicenses 3:16).
4:10-20 La actitud de Pablo en relación con la ayuda de los filipenses
En este párrafo el Apóstol siente la necesidad de hacer dos cosas: expresar su
aprecio por las ofrendas enviadas de Filipos y, al mismo tiempo, y con mucho
tacto, enfatizar el principio de la dependencia espiritual en el Señor antes que la
ayuda humana. Lo hace con una delicadeza tan exquisita que este pasaje ha
sido considerado “una de las joyas de la literatura” (Beare, Phillippians).
10 Pablo se regocija en la ayuda financiera recibida. Estas ofrendas representan
el renovado florecimiento de su ministerio anterior a favor de Pablo. Por mucho
tiempo a los filipenses les había faltado la oportunidad de mostrar su interés
por él.
11-13 Las ofrendas de los filipenses lo habían alegrado y animado, pero Pablo
no estaba dependiendo de ellas ni, al escribir esto, estaba solicitando más
ayuda. Podría decir honestamente que había aprendido el secreto del
contentamiento con las circunstancias externas, si tenía poco o mucho. Sabía
que su Señor no faltaría en darle todo lo que fuera necesario y fortalecerlo para
enfrentar cualquier situación. Pablo utiliza dos palabras, al referirse a esta
situación, que tenían uso religioso y filosófico importante en aquellos días. La
palabra traducida contentarme (del gr. autarkés) significa “suficiente en sí
mismo”. Era considerado por los estoicos como una alta virtud el poder
desprenderse de las circunstancias externas y el tener recursos en uno mismo
para enfrentar cualquier situación. Pablo aplica la palabra en el sentido de ser
independiente de las circunstancias, pero sus recursos eran totalmente
suficientes, como él dijo, en Cristo que me fortalece, el viviente Señor Jesús.
La otra palabra traducida ... he aprendido el secreto, se utilizaba en los cultos
de misterio para la iniciación en un secreto. El secreto del vivir de Pablo era
uno abierto, disponible para todo aquel que caminaría en la senda de Cristo.
Era el secreto del contentamiento, puesto que el conocer a Cristo y ser llamado
para servirle, constitutían las “inescrutables riquezas” (<490308>Efesios 3:8). Hasta
qué punto conozcamos el secreto del contentamiento y a qué grado estemos
comprobando la suficiencia de Cristo para todas las demandas de nuestras
vidas son siempre cuestiones desafiantes para nosotros como cristianos.
14-16 A pesar de lo que dice sobre este principio espiritual básico de
dependencia en Dios, Pablo quiere afirmar que apreciaba la bondad de los
filipenses; ésta lo sostuvo en sus tribulaciones. El habla de aquel tiempo del
comienzo del evangelio, palabras que se han comprendido en una variedad de
formas. Por ejemplo la DHH tiene: “Al comenzar a anunciar el mensaje de
salvación.” Pablo había salido de Macedonia, la provincia en la cual Filipos
estaba situada, e ido a Tesalónica (<441701>Hechos 17:1). Mientras estaba allí, los
creyentes filipenses le enviaron ayuda una y otra vez. Es de notar también
cómo habla de la relación de socios que existía entre ellos, un compartir en
cuanto a dar y recibir. El compañerismo real es un proceso de doble vía.
17, 18 El dar cristiano también trae bendición a aquellos que dan. El dar de los
filipenses, Pablo dice, se puede acreditar en vuestra cuenta. Al decir esto,
utiliza una metáfora de las transacciones comerciales. Era una cuestion de pago
total. Podemos estar seguros de que Pablo, al utilizar tal lenguaje, habría
repudiado el más mínimo pensamiento que implicara ganar o merecer algo de
Dios. Todas las cosas recibidas son un don de la gracia de Dios. Todo lo que
hacemos para el Señor o para otros, se hace por amor y gratitud. Lo que se
hace a favor de otros es aceptado como hecho para el Señor (<402540>Mateo
25:40), y se puede describir como un sacrificio aceptable y agradable a
Dios, fragante como incienso (cf. <022918>Éxodo 29:18, <262041>Ezequiel 20:41;
<431203>Juan 12:3; <470201>2 Corintios 2:16).
19 El Señor no es deudor de nadie. La medida del dar de Dios es infinitamente
más grande que la de cualquier dar humano. La promesa de Dios es suplir todo
lo que él ve que necesitamos, y no solamente fuera de, sino conforme a [en la
medida de] sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
20 La adoración y la gloria es debida a nuestro Dios y Padre ahora y por los
siglos de los siglos (lit. “por los tiempos de los tiempos”), por toda la
eternidad.
4:21-23 Saludos finales
21, 22 Pablo comenzó su carta de acuerdo con una costumbre de la época,
pero mejorada por el hecho de darse cuenta de lo que eran los escritores y
lectores por causa de su llamamiento cristiano, y la finaliza de la misma manera.
Dice de nuevo que sus lectores son santos (ver 1:1). Están en Cristo Jesús, y
por ello son verdaderamente hermanos y hermanas. Así que los saludos fueron
enviados, e incluidos entre los que los enviaron estaban los que pertenecen a
la casa del César. Precisar quiénes serían estas personas depende de alguna
manera del lugar donde la carta fue escrita (ver la Introducción en relación con
el tiempo y el lugar en que fue escrita). Sin embargo, si el lugar era Roma o no,
la probabilidad es que no eran realmente miembros de la familia del César, sino
“personas empleadas en el establecimiento doméstico y administrativo del
emperador” (Beare). Aun así, es significativo que había en este tiempo
cristianos fieles en el servicio imperial.
23 La carta cierra como comenzó, con la oración, la cual abarca todas las otras
peticiones, por la gracia de nuestro Señor Jesucristo presente, morando en
los creyentes, siempre vivificando el espíritu humano.

Francis Foulkes

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