viernes, 12 de junio de 2015

I FILIPENSES


INTRODUCCIÓN
PABLO, FILIPOS Y LA IGLESIA EN ESA CIUDAD
La ciudad de Filipos a la que Pablo fue en el curso de su trabajo misionero era
un lugar significativo desde varios puntos de vista. No solo era un ciudad
importante en la provincia romana de Macedonia, sino que disponía de la
particular posición de ser una colonia romana (Hechos 16:12). Esto
significaba que era considerada como un pequeño trozo de la misma Roma en
el lugar. La lengua común era el latín; la ley romana controlaba la administración
local y el régimen de impuestos, y muchos aspectos de la vida pública eran
como en Roma misma, y muchos de los oficiales tenían el mismo título que en
Roma.
La conocida historia de Filipos, sin embargo, ha recorrido un largo camino.
Antes del 360 a. de J.C. se ubicó en el lugar un pequeño poblado traciano. La
ciudad misma fue fundada por quien le diera su nombre: Filipo de Macedonia,
el padre de Alejandro el Grande, considerándola un lugar estratégico desde el
punto de vista geográfico. Filipos cayó en manos de los romanos en 168 a. de
J.C. después de la batalla de Pidna. En 42 a. de J.C. Antonio, después que él y
Octaviano derrotaran a Bruto y Casio, ubicó allí a algunos veteranos de guerra
desbandados, dando a Filipos su rango de colonia romana. Entonces en 30 a.
de J.C., cuando Octaviano derrotó a Antonio y Cleopatra en la batalla de
Actium, envió más “colonos” desde Italia a Filipos con el objeto de ubicar en
un lugar más cercano al suelo patrio a sus propios veteranos de guerra. El alto
concepto de los privilegios del ciudadano romano en Filipos se manifiesta en
Hechos 16:20, 21, 35-39 y probablemente se refleja en la misma carta en
1:27 y 3:20.
La predicación del evangelio en Filipos representa para nosotros lo que
probablemente fue el primer trabajo apostólico de evangelización en Europa.
Para el Apóstol habría significado trabajar en un centro estratégico de una
provincia romana que no había oído anteriormente el evangelio. De acuerdo
con los registros de Hechos 16:9, 10, Pablo fue allí (junto a Silas y
Timoteo) en respuesta a la visión en sueños en la que vio que “un hombre de
Macedonia estaba de pie rogándole y diciendo: ‘¡Pasa a Macedonia y
ayúdanos!’ “ Tal como la historia de Hechos 16 continúa, leemos que en
Filipos Pablo no encontró una sinagoga, pero un sábado descubrió un “lugar de
oración” a la orilla del río, donde un pequeño grupo de mujeres estaba reunido.
Una de esas mujeres, Lidia, “era vendedora de púrpura de la ciudad de
Tiatira”, parece haber sido la primera convertida y que abrió su hogar a Pablo.
Obsérvese algo del trasfondo pagano en Filipos cuando leemos de una “joven
esclava que tenía espíritu de adivinación” y que “producía gran ganancia a sus
amos, adivinando”. Pablo y Silas fueron condenados a prisión debido al enojo
de sus amos cuando le fue echado el espíritu de adivinación y vieron que “se les
había esfumado su esperanza de ganancia”. El pretexto para condenar a Pablo
y Silas fue que ellos, como judíos, estaban arrastrando a la ciudad al escándalo
y enseñando costumbres, las cuales según sus piadosos acusadores “no nos es
lícito recibir ni practicar”.
El compañerismo en el evangelio, la persecución y el trasfondo mayormente
gentil de los cristianos filipenses (cualidades éstas destacadas en la epístola)
están también registradas en Hechos 16 acerca de la primera visita de Pablo a
los filipenses.
Aunque no disponemos de muchos detalles, es claro que a partir de la primera
visita de Pablo a Filipos, pudo dejar establecido a un grupo ferviente de
cristianos. En el tercer viaje misionero de Pablo que aparece en Hechos,
leemos que pasó algo de tiempo en Macedonia (Hechos 20:1), y que muy
probablemente habría incluido una visita a Filipos. Luego de un tiempo en
Grecia volvió a Macedonia, y en <442006>Hechos 20:6 se nos cuenta
específicamente que Pablo se embarcó desde Filipos para retornar a Jerusalén.
EL TIEMPO Y EL LUGAR EN QUE FUE ESCRITA LA CARTA
Se demuestra claramente al leer <500112>Filipenses 1:12-16 que Pablo escribió esta
carta desde la prisión. La carta a los Filipenses, junto con la de Filemón,
Colosenses y Efesios, han sido llamadas “cartas de la prisión”. En <471102>2
Corintios 11:23 Pablo habla de haber estado frecuentemente en prisión. Por lo
dicho en Hechos sabemos que hubo de soportar períodos de encarcelamiento
en Cesarea y en Roma, y sobre la base de <442018>Hechos 20:18, 19; <460409>1
Corintios 4:9-13; 15:31, 32; <470108>2 Corintios 1:8-10; 4:8-12; 6:4-10; 11:23-
27, podemos pensar que pudo estar preso también en Efeso. Se han
presentado diversos argumentos para definir en cuál de estos lugares, Cesarea,
Efeso o Roma, estaba la cárcel desde la cual Pablo escribió la carta.
Los argumentos más importantes a favor de Cesarea como el lugar desde
donde fue escrita la carta son:
1. <442325>Hechos 23:25 se refiere al encarcelamiento en Cesarea siendo en el
pretorio de Herodes, y la carta menciona el hecho de que sus “prisiones por la
causa de Cristo” se han hecho evidentes en todo el pretorio como a “todos los
demás” (<500113>Filipenses 1:13).
2. Los dos años de prisión en Cesarea (<442427>Hechos 24:27) le habrían dado
tiempo para una comunicación entre el lugar en que estaba prisionero y Filipos,
lo cual está implicado en la carta (ver abajo).
3. En <500107>Filipenses 1:7 Pablo menciona una defensa que él había hecho, pero
estaba todavía en prisión. El caso fue cierto en Cesarea donde él hizo una
defensa de sí mismo ante Félix y luego continuó confinado durante los siguientes
dos años.
4. En esta carta Pablo no hace mención de la colecta para los pobres en Judea
lo cual fue muy importante en las primeras etapas de su trabajo. Cuando Pablo
estaba en Cesarea ese donativo ya había sido entregado en Jerusalén, y así en
la carta Pablo podía escribir de los “dones” sin aludir a esta colecta.
Hay algo de fuerza en estos argumentos. Sin embargo, en contra de ellos debe
decirse que en Cesarea Pablo no enfrentaba una posibilidad inmediata de
ejecución, sino camino a Roma cuando se presentaría al tribunal delante del
emperador debido a la apelación que hiciera al César (<442511>Hechos 25:11). Las
alternativas de muerte y liberación acerca de las cuales Pablo escribe
específicamente en <500120>Filipenses 1:20-24, y de la esperanza de ir a visitar
Filipos (ver <507124>Filipenses 2:24), no eran realmente las que tenía durante su
prisión en Cesarea.
Si aceptamos la probabilidad de un encarcelamiento en Efeso, podríamos
reconocer la firmeza de los siguientes argumentos en relación con ese lugar
como el origen de Filipenses:
1. La carta indica al menos cuatro viajes entre Filipos y el lugar donde Pablo
estaba encarcelado: En el primero, Pablo toma conocimiento de la situación
cuando Epafrodito viene desde Filipos; un mensaje llegó a Filipos informando
acerca de la enfermedad de Epafrodito, y subsecuentemente se recibieron
noticias de los filipenses interesándose por él (<507425>Filipenses 2:25-30). El viaje
de Filipos a Efeso habría tomado de siete a diez días, lo que no representaría
mucha dificultad para que esos viajeros hubieran hecho esos viajes.
2. <441922>Hechos 19:22 nos relata que Timoteo fue enviado desde Efeso a
Macedonia y esto coincidiría con <505619>Filipenses 2:19-22.
3. De los pasajes mencionados arriba indicando el encarcelamiento de Efeso
podríamos ver que Pablo enfrentó realmente la pena de muerte (cf.
<500120>Filipenses 1:20-23). Sin embargo, es cuestionable si Pablo habría
enfrentado un prolongado encarcelamiento en Efeso, un encarcelamiento con el
tiempo necesario para que tales situaciones se desarrollaran como se describe
en <500112>Filipenses 1:12-18.
4. Cuando Pablo estaba en Efeso realmente consideró y hasta concretó su
esperanza de llegar a Macedonia y Grecia. Por otro lado, uno se pregunta si
Pablo podría haber escrito <507124>Filipenses 2:24 desde Roma cuando parece que
al mismo tiempo sus ojos miraban hacia el oeste y no esperaba regresar al este
otra vez (ver <442025>Hechos 20:25 y <451518>Romanos 15:18, 19).
5. Existirían grandes similitudes entre esta carta y las primeras cartas de Pablo,
más que con las últimas. En particular con la cuestión de los judaizantes, como
los encontramos en Gálatas y Romanos, tema éste que mantuvo siempre la
atención del Apóstol.
6. En pasajes como <500130>Filipenses 1:30 y 4:15, 16 se ve una predicación del
evangelio en Filipos mucho más reciente que los 11 o 12 años que hubieran
sido necesarios si Pablo hubiera escrito desde Roma.
Si la carta fue escrita desde Efeso, la fecha de su confección podría haber sido
entre 54-55 d. de J.C. Si fue escrita desde Cesarea, podría haber sido entre
57-59. Al tiempo en que parecería haber sólidas razones para señalar a Efeso
en vez de Cesarea como origen de la carta, se mantienen fuertes argumentos a
favor de la perspectiva tradicional de que la carta fue escrita desde Roma:
1. En Roma, mientras esperaba ser juzgado ante el emperador, Pablo tenía dos
posibilidades frente a él: ser declarado inocente y ser liberado o ser condenado
a muerte. Pablo habla de estas dos alternativas en <500119>Filipenses 1:19-26.
2. Aunque el trayecto entre Roma y Filipos podría haber tomado más tiempo
que entre Roma y Efeso, no hubieran necesitado más que siete u ocho semanas
para cada uno.
3. Aun cuando Pablo pensó en ir a Roma, tenía en mente ir más al oeste, a
España (<451523>Romanos 15:23-28), hay evidencia para sugerir que mientras el
Apóstol estaba en Roma, sus pensamientos se volvieron hacia las tierras del
este donde él ya había trabajado, y donde las iglesias que había fundado
estaban necesitando su ayuda.
4. Si bien hay similitudes entre Filipenses y las primeras cartas de Pablo, hay
también evidentes diferencias, y aun en el tiempo de las cartas a Timoteo y Tito
la iglesia todavía estaba amenazada por el legalismo de los judaizantes.
5. Aunque puedan darse explicaciones acerca del “pretorio” (<500113>Filipenses
1:13) y de la “casa del César” (<500422>Filipenses 4:22) en relación con Efeso (o
aun Cesarea), ambas expresiones bien podrían ser naturalmente usadas para
referirse a Roma.
6. La ausencia de alguna mención en Filipenses de la colecta para los creyentes
de Jerusalén ha sido referida antes como un argumento para ubicar en Cesarea
el origen de la carta en vez de Efeso. Es también un fuerte argumento para
pensar en Roma, si Cesarea se excluye como lugar de escritura. En <470801>2
Corintios 8:1-5 y 9:1-4 vemos el involucramiento de los cristianos macedonios
en todo el proyecto, y así el silencio en relación con ello sugeriría que fue una
cosa del pasado.
Si ubicamos el origen de la carta en Roma, como lo hace la mayoría,
deberíamos fecharla alrededor de 62 d. de J.C., hacia el fin del período
carcelario de Pablo del cual nos habla Hechos 28. Para nuestra comprensión
de la carta, sin embargo, la ubicación es menos importante que la apreciación
del hecho de que fue una carta escrita dentro de una experiencia de
encarcelamiento.
LOS PROPOSITOS DE LA CARTA
Cuando leemos la carta a los Filipenses, podemos señalar que hubo un número
de razones que motivaron el escrito paulino:
1. Pablo quería agradecer la ofrenda que sus amigos de Filipos le habían
enviado (<500410>Filipenses 4:10, 14-18).
2. Quería hacerles conocer de su propia situación, y especialmente darles la
seguridad de que su encarcelamiento no implicaba un retroceso del evangelio
(<500112>Filipenses 1:12-26). Además, quería decirles de su plan de enviarles a
Timoteo con otras noticias (<505619>Filipenses 2:19-24), aunque tenía la esperanza
de que sería liberado e ir él mismo.
3. Pablo necesitaba explicar por qué enviaba de regreso a Epafrodito, cuando
los filipenses habían tenido la intención de que permaneciera junto a Pablo
ayudándolo de cualquier manera que necesitase (<507425>Filipenses 2:25-30).
4. Había llegado a conocimiento del Apóstol el partidismo y potencial desunión
de la iglesia de Filipos, y quería instarlos a vivir, actuar y testimoniar en la
unidad del Espíritu (<500127>Filipenses 1:27; 2:1-11; 4:2, 3).
5. Pablo se había dado cuenta del peligro que corrían los filipenses de ser
influenciados en dirección al legalismo judaico, por lo que quiso dejar
completamente claro que ello sería una contradicción básica con el evangelio
(<500301>Filipenses 3:1-11).
6. A la vez, estaba consciente del peligro de una idea errónea acerca de
alcanzar la perfección (<500312>Filipenses 3:12-16), y de las presiones del
materialismo sobre los cristianos en Filipos (<500318>Filipenses 3:18-21).
7. Su escrito fue también una oportunidad de animar a los cristianos a soportar
el sufrimiento con valentía, a vivir en una sola mente y confiar sus vidas a su
Señor en todas las cosas y bajo toda circunstancia (<500127>Filipenses 1:27-30;
2:12-18; 3:17-21; 4:4-9).
TEOLOGIA Y TEMAS DE LA CARTA
Gran parte de la epístola trata de cuestiones prácticas de la vida cristiana más
que de las creencias cristianas como tales. Como en todas las cartas paulinas,
sin embargo, lo que él dice como instrucción acerca del discipulado está
relacionado con las cosas que están al centro de la fe cristiana, tales como la
centralidad de la cruz (<500318>Filipenses 3:18), la obra del Espíritu (<500119>Filipenses
1:19) y la esperanza cristiana (<500106>Filipenses 1:6, 10; 3:20). Existen secciones
de la carta, sin embargo, donde se hacen declaraciones firmes y contundentes
acerca de la persona de Cristo y acerca del camino de salvación en Cristo. En
<501405>Filipenses 2:5-11 se declaran sin ambigüedades los hechos de la naturaleza
divina de Jesús así como su plena humanidad. Pablo señala que después de que
Cristo se inclinara hacia nuestra humanidad, y yendo hasta la muerte de cruz,
“Dios lo exaltó hasta lo sumo” y usa terminología del AT que se refiere a que
toda rodilla se doblará delante de Dios y toda lengua le reconocerá (<234523>Isaías
45:23).
En <500304>Filipenses 3:4-10 cuando Pablo compara sus ambiciones precristianas
con la vida que encontró en Cristo, deja en claro que la “justicia” (considerado
justo por Dios) no es posible por actos propios de obediencia a la ley o
fidelidad a observancias exteriores. La justicia es solamente posible a través de
Cristo, una justicia que es enteramente un don y gracia de Dios, y puesta a
nuestra disposición por el sufrimiento, muerte y resurrección de Cristo.
Respecto al vivir cristiano hay ciertas notas dominantes en la carta:
1. Gozo. El sustantivo “gozo” o el verbo “regocijar” son usados 16 veces en la
carta. Pablo habla del gozo en la oración (<500104>Filipenses 1:4), gozo en los
frutos de su trabajo (<500401>Filipenses 4:1) y gozo en el sufrimiento, aun al
enfrentar la muerte (<505017>Filipenses 2:17). Pablo se regocija donde hay unidad y
compañerismo (<500502>Filipenses 2:2), encuentra gozo en la ayuda de sus amigos
(<500410>Filipenses 4:10), y tiene gozo al saber que otros están predicando a
Cristo. Anima a sus lectores a regocijarse en su fe, en su relación con el Señor
(<500125>Filipenses 1:25; 3:1; 4:4) y en la acogida y recibimiento dados a hermanos
en Cristo (<508328>Filipenses 2:28, 29).
2. Compañerismo y unidad. Pablo escribe agradecido por el compañerismo
de los filipenses manifestado desde el principio (<500105>Filipenses 1:5),
participando con él de la gracia de Dios y posibilitando la defensa y
confirmación del evangelio (<500107>Filipenses 1:7). Es un compañerismo en
términos de “dar y recibir” que Pablo conoció de los filipenses (<500415>Filipenses
4:15). Los anima a mantenerse “firmes en un mismo espíritu, combatiendo
juntos y unánimes por la fe del evangelio” (<500127>Filipenses 1:27). La alegría del
Apóstol sería completa si ellos tuvieran “... el mismo amor, unánimes, pensando
en una misma cosa” (<500502>Filipenses 2:2). Pablo quería asegurarse de que la
iglesia de Filipos no estuviera contemporizando con el egoísmo, orgullo o
partidismo (<500201>Filipenses 2:1-4). Donde hubiera desacuerdo entre creyentes,
era necesario ayudar a fin de que la unidad, el compañerismo y testimonio del
cuerpo no fuesen malogrados (<500402>Filipenses 4:2, 3).
3. Expectativa espiritual de Pablo. Ninguna otra carta muestra esto más
vívidamente. Contemplamos lo completo del compromiso de Pablo con Cristo
Jesús, y su único deseo de conocerlo y ser conocido por él. Esto es mostrado
más claramente en <500307>Filipenses 3:7-14, y es allí donde ubicamos la esperanza
de Pablo también expresada en 1:20 de que él nunca sería avergonzado, sino
que con valentía estaba seguro de que Cristo sería “exaltado en (su) cuerpo, ya
sea por la vida o por la muerte”. En <500411>Filipenses 4:11, 13 puede hablar de su
contentamiento en cualquier circunstancia, en privaciones y dificultades, con tal
de que Cristo lo fortaleciera para sobrellevarlas y que Cristo fuera glorificado
por esas experiencias.
COMO SE ESCRIBIO LA CARTA
Aquellos que examinan los documentos del NT más de cerca realizan consultas
que pertenecen a la crítica literaria y al criticismo histórico: ¿Es esta la obra
genuina de alguien cuyo nombre lleva? ¿Fue escrita como una carta tal como
parece ser? En el caso de Filipenses estas consultas son más bien académicas.
No hay dudas serias en cuanto a la autoría paulina, excepto para un muy
pequeño grupo de estudiosos. Hay tres preguntas que, sin embargo, merecen
una breve consideración:
1. ¿Puede <501706>Filipenses 2:6-11 haber sido un himno cristiano primitivo
tomado y anotado por el Apóstol y hecho propio en su carta? Estos versículos,
con la humillación y exaltación de Cristo como su tema, son rítmicos en forma y
los estudiosos los han arreglado en seis grupos de tres líneas cada uno.
Encontramos pasajes altamente poéticos en otras cartas de Pablo (como 1
Corintios 13), pero tales versos se leen más como una cita, profundamente
relevante a los propósitos de la sección, pero no compuesta originalmente para
ella. Tenemos otros ejemplos de himnos o fragmentos de un credo usados en
cartas del NT (p. ej. <490404>Efesios 4:4-6; 5:14; <540117>1 Timoteo 1:17; 3:16; 6:15,
16; <550211>2 Timoteo 2:11-13). Esto parece ser un ejemplo similar de tales citas,
pero más extenso. Encontramos aquí palabras no usadas por Pablo y algunas
de ellas no aparecen en todo el NT. Si el himno fue compuesto por otro que no
era el Apóstol mismo, ello podría inferirse de la manera diferente a la paulina en
que es relatada la encarnación y obra de Cristo. Por otro lado, no podríamos
excluir la alternativa de que Pablo mismo fuese el autor. Ciertamente
deberíamos ver <501706>Filipenses 2:6-11 como un himno de alabanza a Cristo,
quizá de Pablo, o de algún otro, pero si fue así, tomado por el Apóstol y hecho
suyo propio y apropiado para el contexto de su carta.
2. En medio de <500301>Filipenses 3:1 hay un corte repentino en la temática que
algunos han sugerido que se entiende mejor como la indicación de una carta
completamente diferente que ha sido insertada en la que hemos estudiado hasta
este punto. Sin ninguna duda hay un corte en el argumento, pero hay otros
ejemplos de este tipo de cosas en las cartas de Pablo. Si esto fuese parte de
otra carta más temprana, es difícil ver dónde termina la interpolación. Una
explicación más probable parece ser que si viniesen noticias frescas de Filipos,
o que la mente del Apóstol fuese dirigida a este problema siempre presente, él
vio la necesidad de advertir de nuevo a sus lectores de la amenaza de los que
pusieron la ley en lugar de la gracia como medio de ser aceptados por Dios.
Habiendo hecho esto, se dirigió hacia las cosas finales que quería decirles a los
filipenses.
3. Algunos se han preguntado si <500410>Filipenses 4:10-20 podría pertenecer a
una carta anterior sobre la base de que Pablo difícilmente hubiera esperado
mucho para reconocer los dones traídos desde Filipos por Epafrodito, y en
cualquier caso se podría haber esperado que exprese su gratitud hacia el
principio de la carta. Hay alguna fuerza en este argumento, aunque en su contra
podemos decir que pudo haber un reconocimiento en una carta anterior de la
cual no tenemos copia, y aquí Pablo simplemente reiteraría su gratitud.
Deberíamos ser conscientes también de la sensibilidad involucrada en la forma
en la que Pablo debería expresar su aprecio, y al mismo tiempo enfatizar el
hecho de que él no dependía de sus dones (ver notas de <500410>Filipenses 4:10-
20). A raíz de esta sensibilidad podríamos entender por qué Pablo dejó este
asunto delicado al final de su carta. Las probabilidades parecerían, por lo tanto,
contrariar las teorías acerca del escrito a los Filipenses
Tenemos en Filipenses, tal como R. P. Martin dijo, “una ventana al carácter
pastoral y personal de Pablo” y también “un estudio de caso de una de las
comunidades cristianas primitivas con quien Pablo compartió relaciones
afectuosas y duraderas” (R. P. Martin, Philippians, NCB [Oliphants, 1976],
p. ix).
Mientras Romanos ha cautivado la mente de las personas a lo largo de los
siglos, posibilitándoles ver la maravilla del evangelio de salvación en Cristo,
Filipenses ha traído inspiración y valor a la hora de enfrentar privaciones y
persecución a causa del evangelio, y así ha producido un impacto incalculable
sobre las vidas de hombres y mujeres.
BOSQUEJO DEL CONTENIDO
<500101>Filipenses 1:1-11 Introducción
1:1, 2 Saludos
1:3-7 Acción de gracias y confianza
1:8-11 Oración
<500112>Filipenses 1:12-26 Las circunstancias de Pablo
1:12-14 Los resultados del encarcelamiento de Pablo
1:15-18 Diferentes razones para predicar a Cristo
1:19-26 Exaltación de Cristo por su vida o por su muerte
<500127>Filipenses 1:27—2:18 Instrucciones acerca de la vida cristiana y el
discipulado
1:27-30 El llamado a vivir una vida digna del evangelio
2:1-4 Llamamiento a la unidad mediante la humildad personal
2:5-11 El ejemplo de Cristo
2:12-18 El cuidado práctico de la salvación
<505619>Filipenses 2:19-30 Planes futuros
2:19-24 Recomendación de Timoteo
2:25-30 Explicaciones referentes a Epafrodito
<500301>Filipenses 3:1-21 Expectativas espirituales de Pablo
3:1-3 Advertencias contra los de la circuncisión
3:4-7 Objetivos en la vida anterior de Pablo
3:8-14 Renuncia a lo antiguo; nuevas expectativas de Pablo
3:15-17 Un ejemplo para ser imitado
3:18-21 Llamado a una ciudadanía celestial
<500401>Filipenses 4:1-23 Instrucciones, agradecimientos y saludos
4:1-3 Apelación a mantenerse unidos
4:4-7 Llamado al gozo y a la vida de oración
4:8, 9 Mantened lo verdadero y lo honorable
4:10-20 La actitud de Pablo en relación con la ayuda de los filipenses
4:21-23 Saludos finales.
COMENTARIO
1:1-11 INTRODUCCION
El modelo de escrito epistolar usado en los tiempos del NT colocaba los
nombres de los autores y destinatarios al principio del mismo, luego había un
saludo seguido usualmente por un agradecimiento y una oración (ver el artículo
“Leyendo las epístolas”). Esto se hacía a menudo muy convencionalmente, pero
Pablo va más allá de lo convencional al pensar en la vida de ellos en Cristo.
Luego, el agradecimiento y oración surgen del corazón del Apóstol, alabanza
por la obra de Dios en la vida de su pueblo, y oración por aquellas bendiciones
de las cuales los creyentes en ese entonces y ahora tienen profunda necesidad.
1:1-2 Saludos
1 Esta es realmente una carta de Pablo y desde el v. 3 se usa la primera
persona del singular, pero el Apóstol generosamente liga el nombre de Timoteo
al propio (tal como en 2 Corintios, Colosenses, 1 y 2 Tesalonicenses y
Filemón). Timoteo había estado con Pablo cuando predicó el evangelio por
primera vez en Filipos, y continuó teniendo una estrecha relación con los
filipenses (ver <505619>Filipenses 2:19-23). Ambos son siervos de Cristo Jesús: la
palabra significa lit. “esclavos” tal como se consideran a sí mismos por
pertenecer en cuerpo, mente y espíritu a Cristo y querer estar sujetos a él en
todas las cosas. Los destinatarios son llamados santos, con lo cual se refiere a
aquellos puestos aparte por Dios y llamados a vivir en santidad (cf.
<450107>Romanos 1:7), y cuya vida estaba en Cristo Jesús. Esta frase o sus
equivalentes aparecen muchas veces en esta carta, indicando que Cristo es el
mismo entorno de la vida cristiana. Los creyentes viven y se mueven dentro de
la órbita de su voluntad, de su gracia, de su presencia. Encontramos la vida
unida por la fe a él, y no podemos vivir como deberíamos aparte de él (cf.
<431501>Juan 15:1-11). Pablo subraya el hecho de que está escribiendo a todos los
cristianos en Filipos, y este énfasis repetido (ver <500104>Filipenses 1:4, 7, 8, 25;
2:17, 26; 4:21) sugiere que existía el peligro de las facciones entre ellos (cf.
<500201>Filipenses 2:1-4). Pablo menciona en particular a sus obispos y diáconos,
quizá porque estaban en peligro de ser despreciados (cf. <520512>1 Tesalonicenses
5:12, 13), o quizá porque ellos habían organizado la ofrenda destinada a Pablo
(4:14-18). Obispos y “ancianos” eran nombres usados algunas veces en el NT
para referirse a las mismas personas (ver <442017>Hechos 20:17, 28 y <560105>Tito 1:5-
7); su papel de anciano indicaba un lugar particular en la comunidad, la
supervisión su responsabilidad. No se habla a menudo de los diáconos (ver
<540308>1 Timoteo 3:8, 12, 13), aunque el término diakonos en el gr. es usado
para referirse a un “ministro” o “sirviente”. Posiblemente la tarea del diácono
haya sido definida según <440602>Hechos 6:2, donde los siete fueron elegidos para
“servir” (gr. diakonein) en la forma que lo hacían los que vendrían después.
2 El saludo es, como en muchas otras cartas (p. ej. <450107>Romanos 1:7; <460103>1
Corintios 1:3) una combinación de los saludos tradicionales griego y hebreo,
pero con un profundo significado cristiano. Gracia es un favor inmerecido que
nos reconcilia con Dios a través de Cristo (<490204>Efesios 2:4-9), suple todas
nuestras necesidades (<471209>2 Corintios 12:9) y nos da el privilegio del servicio
(<490308>Efesios 3:8). Paz en la Biblia es mucho más que la ausencia de conflicto.
Es el completo bienestar que implica reconciliación con Dios y con nuestros
semejantes (<490214>Efesios 2:14-18) y la bendición de la paz interior
(<500407>Filipenses 4:7). Como la gracia, la paz proviene de Dios nuestro Padre a
través del Señor Jesucristo.
1:3-7 Acción de gracias y confianza
3, 4 Pablo une alabanza y oración, tal como insta a otros a hacerlo (cf.
<500406>Filipenses 4:6). Incluye a todos los creyentes filipenses y siente gozo al orar
por ellos.
5 Su gran alegría fue a causa de su participación en el evangelio desde el
mismo momento en que les fuera predicado, cuando Lidia abrió su casa a
Pablo y sus compañeros (<441614>Hechos 16:14, 15). El término participación es
el comúnmente usado en el NT para referirse a compañerismo, pero no
entendido solamente como una confortable experiencia de creyentes que se
gozan unos con otros. Es el compañerismo en la tarea de hacer conocer el
evangelio a otros (cf. <410835>Marcos 8:35), tal como también está expresado en el
dar cristiano (<500410>Filipenses 4:10, 14-18 y <470804>2 Corintios 8:4, 9:13). Debe ser
la característica de todos nosotros que hemos llegado a conocer las buenas
nuevas de Cristo que estemos involucrados como socios con los que están
haciéndolas conocer a otros.
6 Pablo se declara convencido en sus oraciones, con una confianza no basada
en las habilidades de los filipenses o aun en sus logros pasados, sino en el
poder y amor de Dios, y porque se puede confiar en que Dios llevará hasta la
perfección lo que él comenzó. Cuando vemos que Dios ha comenzado una
buena obra en la vida de la gente, podemos estar seguros de que su propósito
es continuarla; ésta es nuestra confianza cada vez que elevamos una oración
por nuestros hermanos en Cristo. Nótese cómo aquí también (como a menudo
en sus cartas) Pablo vio su vida y su obra a la luz del venidero día de Cristo. El
día exacto es desconocido para nosotros, pero lo que debe interesar a
nosotros y a toda la gente es cómo aparecerá nuestra obra cuando veamos al
Señor cara a cara. El interés constante de Pablo era que tanto él como sus
hermanos en Cristo puedan ser presentados delante de Dios maduros e
irreprensibles en ese día (cf. <470101>2 Corintios 1:14; 5: 9, 10; <490527>Efesios 5:27;
<510128>Colosenses 1:28).
7 Lo dicho en el v. 5 acerca del compañerismo en el evangelio se amplía un
poco más aquí en términos de compartir la gracia de Dios en servicio del
evangelio, compañerismo con Pablo en cadenas por el evangelio, e
involucrados en la defensa y confirmación del evangelio. La tarea de
defensa implica la obligación de todos los cristianos de estar preparados para
“responder a todo el que os pida razón de la esperanza que hay en vosotros”
(<600315>1 Pedro 3:15), y también para ayudar a la gente a estar más segura acerca
de la verdad y poder del evangelio (cf. <420104>Lucas 1:4; <460106>1 Corintios 1:6).
1:8-11 Oración
Podemos obtener mucho provecho al examinar las oraciones de Pablo (cf.
<490117>Efesios 1:17-23; 3:14-21; <510109>Colosenses 1:9-12). De las cosas por las
cuales pedía, los creyentes filipenses (y no menos nosotros) aprendían cuáles
eran los mejores dones que podían pedir para sí mismos. Aquí, los dones son
amor, discernimiento, pureza de vida y justicia.
8 Para recalcar el gran énfasis sobre la verdad de sus palabras, Pablo dice
Dios me es testigo (cf. <450109>Romanos 1:9; <470102>2 Corintios 1:23; <520205>1
Tesalonicenses 2:5) y no habla de su propio amor sino del profundo amor de
Cristo en él.
9 Los filipenses conocieron el amor de Dios por ellos y en ellos, pero Pablo ora
para que ese amor abunde aun más y más (cf. <470908>2 Corintios 9:8; <520312>1
Tesalonicenses 3:12). El amor, sin embargo, necesita ser más que ciego
entusiasmo. Necesita ser guiado por el conocimiento y... discernimiento (cf.
<510109>Colosenses 1:9), o “el don del verdadero discernimiento”, una sensibilidad
hacia la verdad de Dios, hacia las necesidades de los demás y una clara
comprensión de la situación personal.
10 La comprensión que se necesita es tal que puedan aprobar lo mejor o,
dicho de otro modo, que puedan “analizar las cosas en que difieren”. En
cualquier caso, un profundo juicio es lo que importa, y una verdadera sabiduría
no es sólo una cuestión meramente mental, sino que tiene sus consecuencias en
la vida y el carácter. El ideal y el objetivo de nuestro vivir cristiano no debería
ser menos que ser sinceros e irreprensibles (cf. 2:15), y otra vez, en vista está
el día de Cristo. El primero de los dos adjetivos sugiere “sinceridad” o
“carácter transparente”, mientras que el segundo puede significar “no ser de
tropiezo” (cf. <442416>Hechos 24:16) o “no causar ofensa” (cf. <461003>1 Corintios
10:32), o quizá ambos.
11 El propósito de la vida cristiana es el ser fructífero no solamente en
actividad, sino en carácter (cf. <480522>Gálatas 5:22, 23), y este versículo nos
recuerda que el medio para lograr esto es el mismo Señor Jesucristo viviente, y
que la meta no es otra que la gloria y alabanza de Dios (cf. <490106>Efesios 1:6,
12, 14).
1:12-26 LAS CIRCUNSTANCIAS DE PABLO
Pablo supo del interés de los filipenses por él, y por ello les envió noticias
suyas. Pudo contarles cómo sus prisiones habían redundado en un avance del
evangelio, cómo en ese lugar de prisión Cristo estaba siendo proclamado (si
bien con una variedad de motivos), y cómo consideraba las posibles
alternativas su confinamiento, liberación y posterior servicio o muerte. Con
referencia al pasado, al presente y a las posibilidades del futuro, Pablo pudo
decir me alegro.
1:12-14 Los resultados del encarcelamiento de Pablo
12, 13 Detrás de las palabras las cosas que me han sucedido yace todo lo
que significó ser confinado para alguien que había estado libre para recorrer a
lo largo y a lo ancho predicando el evangelio y, como probablemente fue el
caso, encadenado día y noche a los soldados romanos. No se concentra sobre
sus propios sufrimientos, sino que se regocija en el progreso del evangelio. La
palabra “pretorio”, traducida a veces como “palacio de la guardia” o “palacio”,
fue originalmente una tienda o carpa del pretor en el campo de batalla romano.
Luego vino a ser usada para designar la residencia de un gobernador en un
centro provincial (como en Jerusalén, <402727>Mateo 27:27). (Es factible que
hubiera un pretorio en Efeso y en Cesarea [<442335>Hechos 23:35], y así esta carta
podría haber sido escrita desde cualquiera de tales ciudades.) Podemos
imaginar a los soldados que custodiaban a Pablo regresando a contar a otros
que su preso estaba en prisiones por la causa de Cristo, y sin duda siendo
movido por el espíritu con que soportaba su confinamiento.
14 El ejemplo de Pablo también inspiró a sus compañeros para atreverse
mucho más a hablar la palabra sin temor.
1:15-18 Diferentes razones para predicar a Cristo
15-17 Después de todo lo que pudo decir a modo de agradecimiento sobre los
avances del evangelio a través de sus prisiones, es triste que Pablo tuviera que
señalar que había algunos que predicaban a Cristo por envidia y contienda,
por ambición egoísta, aun con el deseo de hacer las cosas más difíciles para sus
prisiones. No conocemos las circunstancias. Es claro que Pablo no desafía el
contenido de la predicación, sino su motivación. Quizá se trataba de líderes de
la iglesia en el lugar del encarcelamiento de Pablo antes de llegar él, y ahora
estaban celosos de su reputación por causa de sus labores apostólicas, y
estaban decididos a superarlo y muy dispuestos a causarle angustia.
18 Pablo se propuso no sentirse provocado o permitir que el asunto se
transformara en una lucha de personalidades; todo lo que le interesaba era que
Cristo es anunciado.
1:19-26 Exaltación de Cristo por su vida o por su muerte
19 Pablo enfrentó la prisión, la pena de muerte y aun la animosidad y
provocación de sus compañeros cristianos. Con todo, confiaba en que las
cosas se tornarían para bien (cf. <450828>Romanos 8:28). Humanamente hablando
Pablo confió en las oraciones de sus amigos y, en respuesta a ellas, la infaltable
ayuda del Espíritu Santo. La palabra gr. traducida apoyo indica tanto una
provisión generosa como una fuerza subyacente. La seguridad de liberación es
como la que se describe en <550418>2 Timoteo 4:18: “El Señor me librará de toda
obra mala y me preservará para su reino celestial.” <181316>Job 13:16 (y su
contexto) parece estar en la mente de Pablo. “Pablo no confiaba en la
absolución de un tribunal terrenal. Como Job, él está seguro de su vindicación
cuando su caso se presente en la corte celestial de apelación” (G. B. Caird,
PaulNs Letters from Prision OUP, 1976).
20 La palabra traducida como anhelo y esperanza significa “esforzándose
hacia adelante con la cabeza extendida” y su prefijo preposicional implica dejar
de lado todo otro interés. Pablo tiene una suprema ambición: Que Cristo pueda
ser exaltado en su cuerpo, viviendo o muriendo; que Cristo pueda ser visto
más claramente por otros en toda su plenitud.
21-23 Pablo puede regocijarse en cualquiera de las dos alternativas que pesan
sobre él. Sin embargo, se siente presionado por ambas partes como si dos
fuerzas equivalentes externas lo estuvieran presionando (G. F. Hawthorne,
Phillipians [Word Books, 1983]). Continuar viviendo en este mundo es un
constante gozarse en Cristo mismo y más labor fructífera en el servicio de su
Maestro. El morir es pura ganancia en vista de que para el creyente no hay
nada entre la muerte y la realización inmediata de estar en la presencia de
Cristo. No hay necesariamente una contradicción entre el pensar de la muerte
como un “dormir” (como en <520413>1 Tesalonicenses 4:13-15) y como una partida
para estar con Cristo. Sólo nuestra limitación al pensar en términos de espacio
y tiempo hace imposible que comprendamos lo que hay más allá de las puertas
de la muerte. La palabra gr. para partir es utilizada en su forma verbal para
describir el levar anclas de un barco o la tarea de replegar las carpas de un
campamento, y su forma sustantivada aparece en <550406>2 Timoteo 4:6.
24-26 Pablo contempla las alternativas y, aunque no dice que conoce cuál le
otorgará Dios, comienza a sentir que está siendo llamado a permanecer en el
mundo para un servicio futuro. Para Pablo era más ventajoso ir con el Señor,
pero para otros sería más provechoso (y aun más necesario) que continuara
en esta vida. Desarrollo, crecimiento en la fe y un gozo desbordante es lo que
buscó para otros (cf. <540415>1 Timoteo 4:15), así como él mismo determinó seguir
adelante en su gran llamado (cf. <500312>Filipenses 3:12-14). Finalmente, Pablo
habla aquí de desear aumentar vuestro orgullo en Cristo Jesús. Para todos
nosotros como creyentes, nuestro mayor gozo, orgullo y jactancia deben estar
en Cristo Jesús (cf. <460103>1 Corintios 1:31).
1:27—2:18 INSTRUCCIONES ACERCA DE LA VIDA
CRISTIANA Y EL DISCIPULADO
Pablo ha hablado acerca de sus propias circunstancias. Ahora tiene cosas
importantes que decir referentes a los filipenses. Ellos están llamados a sufrir y
deben contarlo como un privilegio y así soportarlo con valor. En sus pruebas y
en todo aspecto de la vida diaria, deben mantenerse unidos. El orgullo impide la
unidad y el compañerismo, y el único remedio contra el egoísmo o partidismo
es contemplar larga y frecuentemente a Cristo mismo hasta que su forma de
pensar y actuar sea la suya. El es su ejemplo y su Salvador, pero su salvación
debe obrarse en vidas obedientes, vidas que brillarán como luces en el mundo y
que serán el gozo del Apóstol en el día de Cristo.
1:27-30 El llamado a vivir una vida digna del evangelio
27 Pablo puede regresar a Filipos o no. Lo que importa, él enfatiza, es que
ellos vivan con una conducta... digna del evangelio de Cristo. En todo
tiempo, y no menos hoy, el gran problema para el avance del evangelio ha sido
la inconsecuencia de los mismos cristianos. El evangelio tiene su gran influencia
cuando la vida de los creyentes habla favorablemente de él, y lo vivimos con
una especial responsabilidad. De la palabra gr. traducida conducta como
ciudadanos se deriva nuestra palabra “política”, y la misma a menudo conlleva
la idea del cumplimiento de los deberes de todo ciudadano. En Filipos, como
hemos señalado, la ciudadanía romana era apreciada, pero los filipenses tenían
la responsabilidad de vivir individual y colectivamente como ciudadanos del
cielo (cf. <500320>Filipenses 3:20). Pablo a menudo habla de la necesidad de
mantenerse firme frente a la oposición y la dificultad (cf. <461601>1 Corintios 16:13;
<480501>Gálatas 5:1; <490611>Efesios 6:11-14; <520308>1 Tesalonicenses 3:8; <530215>2
Tesalonicenses 2:15).
28 Confiar en el poder de Dios es la manera de evitar ser intimidados por
aquellos que se oponen. La palabra usada aquí se ha utilizado para referirse a
los caballos asustados; “nunca estar asustado por...” (según Moffatt). Su falta
de temor, sin embargo, mostrará a sus enemigos que los cristianos no son
fortalecidos por un valor humano meramente, y así, oponérseles es luchar
contra Dios mismo (cf. <440539>Hechos 5:39) y, por lo tanto, encaminarse hacia la
destrucción (cf. <530104>2 Tesalonicenses 1:4-8). Quizá al escribir Pablo recordó la
voz de Dios en su propia conciencia que le indicaba esto mismo cuando
perseguía a los cristianos (<442610>Hechos 26:10-14). Al mismo tiempo, la
presencia evidente de Dios entre ellos les asegura que le pertenecen y son
bendecidos con su salvación.
29 Detrás de las palabras se os ha concedido está el pensamiento de un regalo
de la gracia, como es para los cristianos el privilegio de creer, pero también
(por esa extraña contradicción con los modelos del mundo) el sufrir por Cristo
(ver <400511>Mateo 5:11, 12; <440541>Hechos 5:41).
30 De la palabra gr. traducida combatiendo en el v. 27 se deriva “atleta”; y
aquí de la palabra traducida conflicto se deriva “agonía” (cf. <451530>Romanos
15:30; <510129>Colosenses 1:29; 2:1; <520202>1 Tesalonicenses 2:2). El llamado a los
filipenses y a nosotros es a aceptar las fatigas y conflictos que marcaron la vida
del Apóstol.
2:1-4 Llamamiento a la unidad mediante la humildad personal
Estos versículos nos dejan la más fuerte apelación posible para la unidad
cristiana, la clase de llamamientos que muchos cristianos parecen no esforzarse
en tomar seriamente hoy día. En el v. 1 Pablo da cuatro razones para tal
unidad; en el v. 2 cuatro formas para describirla; en el v. 3 dos negativas para
evitar y dos positivas para seguir; y en el v. 4 una negativa y una positiva.
1 La palabra traducida aliento puede significar “consuelo” o “llamamiento” y
así podría entenderse en el sentido de que el consuelo encontrado en Cristo
debe ser compartido con otros, o que tenemos su apelación a la unidad (p. ej.
<431501>Juan 15:1-11; 17:20-23). Si conocemos la bendición de su amor,
deberíamos mostrarlo a otros sin reservas ni discriminación (cf. <620407>1 Juan 4:7-
12). La próxima frase puede significar comunión en el Espíritu o comunión
que el Espíritu nos da; cualquiera de estos dos es también un fundamento fuerte
para vivir en unidad. Entonces, si conocemos en Cristo el afecto profundo y la
compasión, tales deberían marcar todas nuestras relaciones con los demás.
2 No hay mucha diferencia entre las cuatro frases aquí, pero notemos que dos
de ellas se refieren a la mente o al pensamiento y este es un énfasis que se
encuentra en otros lugares en Filipenses El Apóstol supo bien que el
pensamiento y las actitudes son la base del habla y la acción y así dirigen todo
el curso de la vida de las personas (cf. <501405>Filipenses 2:5; 3:15; 4:8). Debe
subrayarse este concepto en una era que enfatiza sentimientos y experiencia. En
<451202>Romanos 12:2 Pablo habla de la transformación de la vida a través de la
“renovación de vuestro entendimiento” o mente.
3 Rivalidad (la palabra usada también en <500117>Filipenses 1:17 puede significar
“espíritu partidario”) y vanagloria son inevitablemente enemigos del
compañerismo e impedimientos a la unidad. Hay formas realistas de vencerlos.
Una de ellas es por la práctica de la humildad (cf. <490401>Efesios 4:1-3),
considerando a los demás como superiores a vosotros mismos, lo que
significa considerar las potencialidades y talentos de los demás y nuestra propia
debilidad, fracasos y limitaciones (cf. <451210>Romanos 12:10).
4 También es conveniente cultivar el hábito de pensar y hablar de los intereses
de los demás en vez de aburrir a otros por hablar constantemente de los
intereses propios (cf. <451502>Romanos 15:2, 3; <461002>1 Corintios 10:24, 33;
<480602>Gálatas 6:2).
Como cristianos solemos justificar o racionalizar nuestras divisiones. Cranfield
hace este prudente comentario respecto de la clase de unidad por la que Pablo
estaba preocupado y la manera de proseguirla: “Tal unidad vendrá solamente
cuando los cristianos sean humildes y lo suficientemente valientes como para
estar aferrados a la unidad ya dada en Cristo, y tomar esto más seriamente que
la importancia que se dan a sí mismos... y hacer de aquellas diferencias
profundas de doctrina, originadas en nuestra comprensión imperfecta del
evangelio y a las que defendemos con bravura, no una excusa para apartarnos
unos a otros, sino un incentivo para una búsqueda más seria del compañerismo
que nos ayude a oír y obedecer la voz de Cristo” (C. E. B. Cranfield, The
First Epistle of Peter [SCM, 1950], pp. 75, 76).
2:5-11 El ejemplo de Cristo
La mejor forma en la que Pablo alienta a los filipenses a vivir en humildad, y así
tener verdadero compañerismo y unidad, es el recordarles el ejemplo de
Cristo. Como habla de la humillación que Jesús aceptó y luego su exaltación
como Señor de todo, quizás usando un himno cristiano primitivo (ver
Introducción), tenemos una declaración de fe muy importante de la iglesia
primitiva en relación con la verdadera humanidad y deidad de Cristo. Para
comprenderla necesitamos prestar atención a las palabras específicas que son
utilizadas en ella.
5 Haya en vosotros esta manera de pensar puede significar actitud personal
o aquella que se expresa en las relaciones. “Tengan ustedes la misma manera
de pensar que tuvo Cristo Jesús” (DHH).
6 Se usan aquí palabras muy fuertes. El participio existiendo viene de un verbo
gr. más fuerte que el verbo “ser”; y éste es seguido por un sustantivo que se
puede traducir “en idéntica naturaleza”. Jesús era verdaderamente Dios antes
de llegar a ser una persona humana. Luego, sin dejar de ser Dios, estuvo
dispuesto a dejar de lado la gloria de ser igual con Dios. No lo consideró como
algo a qué aferrarse (ver nota más adelante sobre el significado preciso aquí).
Hay quizá un contraste intencional con Adán en Génesis 3, como la tentación a
la que cedió que fue la de pretender egoístamente apoderarse de lo que pensó
que lo haría “como Dios”.
7, 8 Así, se despojó a sí mismo. Lit. significa “se vació a sí mismo”, no de su
deidad, sino de su gloria, o “hizo a un lado lo que le era propio” (DHH).
Luego, cuando dice haciéndose semejante a los hombres; y hallándose en
condición de hombre no significa meramente similitud sin la realidad de nuestra
naturaleza humana. El fue verdaderamente hombre, como Pablo dice en
<450803>Romanos 8:3 y <480404>Gálatas 4:4, aunque la expresión “deja lugar para
pensar que la semejanza humana no es toda la historia” (F. W. Beare, The
Epistle to the Philippians [A. y C. Black, 1959]). Se inclinó aun más bajo
haciéndose obediente hasta la muerte. Vivió una vida de total obediencia
(ver <450519>Romanos 5:19; <580508>Hebreos 5:8, 9; 10:5-14), “por obediencia fue a
la cruz” (DHH). La muerte, incluso, fue muerte de cruz, una muerte en que
sufrió un dolor inimaginable y una vergüenza total, una maldición a los ojos de
los judíos en razón de lo que la ley decía en <052123>Deuteronomio 21:23 (ver
<480313>Gálatas 3:13). Lo que la crucifixión significó para los romanos está
expresado en las palabras de Cicerón: “Lejano esté el mismo nombre de la
cruz, no solamente del cuerpo, sino aun de la mente, los ojos y los oídos de los
ciudadanos romanos.”
9-11 Como consecuencia de esta humillación y sacrificio de sí mismo, le fue
dado a Jesús por el Padre el nombre que es sobre todo nombre. Esto no
significa un nombre específico o un título como tal, aunque “Jesús es el Señor”
es la confesión cristiana más correcta y propia (cf. <451009>Romanos 10:9; <461203>1
Corintios 12:3). Significa que Dios lo exaltó hasta lo sumo, al máximo honor,
y esto es más significativo (especialmente cuando alguno diría que el Cristo del
NT es menor que Dios) para comprender que en los vv. 10, 11 las palabras
que están utilizadas en <234523>Isaías 45:23 acerca de Dios son utilizadas
refiriéndose a Jesús, para expresar su honor, gobierno y autoridad por sobre
toda la creación (cf. <490120>Efesios 1:20-22; 4:8-10; <660513>Apocalipsis 5:13).
Finalmente, sin embargo, necesitamos notar que esto es para gloria de Dios
Padre, p. ej. la gloria dada a Cristo no es en forma alguna independiente de la
del Padre (cf. <461502>1 Corintios 15:28). Todas estas tremendas declaraciones,
debemos recordar, tienen en su contexto el propósito más práctico en relación
con los filipenses, es decir, para persuadirles a dejar de lado la desunión,
discordia y ambición personal.
Nota. Hay varias maneras de entender las palabras del v. 6 (no consideró el
ser igual a Dios como algo a qué aferrarse). Existen dos alternativas
principales: O ser igual a Dios significa lo mismo que existiendo en forma de
Dios, o bien puede entenderse en términos de la gloria y el honor de una
posición al lado de Dios Padre, el título para señorear sobre el universo. Jesús
no pensó aferrarse a ello; sería suyo de hecho, por designación del Padre, pero
después de una cuna y una tumba terrenales y la resurrección, y a causa de su
obediencia a lo dispuesto por el Padre: un camino de humillación y exaltación.
Ahora, si ser igual a Dios se entiende como esencialmente que existiendo en
forma de Dios, indicando que la naturaleza divina era inalienablemente suya,
entonces podemos comprender al Apóstol cuando dice que “no se aferró a
aquellas prerrogativas de igualdad con Dios” (Phillips); no tuvo que agarrarse
de ellas: no era asunto de aferrarse a ellas, o no era algo de la cual
aprovecharse. Quizá la última sea la más probable, tanto por el significado de
las palabras gr. utilizadas, y porque se encaja en la enseñanza del párrafo
entero. La forma señalada por el Padre era dar, no tomar, sacrificio y
humillación sin tomar ventaja de su posición superior. Esta es la forma en que
Jesús anduvo, y la manera en la que somos llamados a seguirle.
2:12-18 El cuidado práctico de la salvación
12 El ejemplo de Cristo no es solo de humildad, sino también de obediencia (v.
8). A tal obediencia son llamados los filipenses, sea que Pablo esté con ellos o
no (cf. <500127>Filipenses 1:27). Ocupaos aquí tiene el sentido de procurar
cumplimiento, no de ocuparse para la salvación. Jamás podríamos hacerlo. La
palabra salvación (rescate) significa que no podemos salvarnos a nosotros
mismos (cf. <431504>Juan 15:4, 5; <461501>1 Corintios 15:10; <490205>Efesios 2:5, 8), pero
sí podemos y debemos vivir vidas que muestren el poder salvífico de Dios del

que nos hemos apropiado.

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