jueves, 12 de septiembre de 2013

La reflexión de una in-reflexión.


Por: Pastor Alejandro Hernández Cepero.
El pasado miércoles cuatro, me tomé el trabajo de salir a la caza del periódico Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Segunda Edición, 2:30 am, Año 49, No. 205 que, con fecha del 28 de Agosto exponía altruistamente las, a mi modesto entender; In-reflexiones del zar de casi nueve décadas – y no prodigiosas- de la mayor de las Antillas.
¡Estupefacto! No quería establecer mi propio juicio sin antes tener face to face la evidencia escrita de sus propias palabras y cito: “Ni Obama ni nadie podrá garantizar otra cosa; lo digo por realismo, ya que sólo la verdad nos podría ofrecer un soplo de esperanza”…..No tenemos derecho a engañar ni a engañarnos” fin de la cita.
Habrase visto semejante felonía, es una burda, sucia, baja y ruin muestra de cinismo, del enfermizo, homofóbico y patológico complejo de inferioridad, contra cualquiera que ose ocupar la primera silla en la Casa Blanca y por defecto contra el pueblo norteamericano que en elecciones libres si escoge entre los aspirantes a la Presidencia, a aquel que consideran merecedor.
Usted y nada menos que Usted haciendo un llamado a la VERDAD, ¡HIPÓCRITA! créame que desde su posición esas palabras son como metal que resuena y címbalo que retiñe, veamos:
¿De qué verdad habla cuando el pasado mes de Julio el mundo entero conoció de sus traquimañas con sus socios de Corea del Norte?
¿De qué verdad habla cuando nos puso en peligro al mandar ese barco lleno de armas escondidas violando las regulaciones internacionales al efecto?
¿De qué verdad habla cuando no conforme con ponernos en peligro, amenazó la seguridad del Canal de Panamá y del hermano pueblo panameño que confiaba en “sus buenas intenciones”?
¿De qué verdad habla cuando luego de saberse internacionalmente la noticia volvió a mentir dejando de declarar todo lo que realmente viajaba bien edulcorado en el obsoleto barco?
¿De qué verdad habla cuando más nunca se ha vuelto a hablar del asunto, ni ha permitido a la prensa hacerlo, ni ha mandado hacer una encuesta para saber la opinión del pueblo?
¿De qué verdad habla cuando hace 19 años, el 13 de Julio de 1994, a pocas millas de nuestras costas los barcos Polargo 1, 2 y 3 embistieron al Remolcador 13 de Marzo cegando la vida a 37 personas entre ellos niños por el sólo “delito” de intentar abandonar la granja?
¿De qué verdad habla cuando 3 jóvenes fueron vilmente enjuiciados y asesinados en nombre de su in-revolución por el sólo “delito” de intentar abandonar la granja?
¿De qué verdad habla cuando a los Asesinos del Psiquiátrico en cambio les otorgó unas inmerecidas vacaciones a la sombra, y quizás por “buena conducta” ya alguno ande bajo libertad condicional en la calle?
¿De qué verdad habla cuando en Cuba, bajo su dictatorial mandato, a los niños después de los siete años, en pleno apogeo de su desarrollo físico, psíquico, emocional, intelectual; se les quita las 3 bolsas -6.52 libras- de leche en polvo para los 31 días del mes y se les entrega un agua de algo que según dicen es yogurt de soja un día sí y uno no y que en ocasiones reiteradas se incumple en la entrega?
¿De qué verdad habla cuando sus sabuesos esbirros reprimen y torturan impunemente a hombres y mujeres que -como única arma llevan en las manos una rosa- y desde su corazón vociferan el anhelo de una patria cívica, elecciones pluripartidistas, real libertad de expresión, en fin; el culto de nosotros los cubanos a nuestra dignidad plena?
¿De qué verdad habla con la interminable lista de familias mutiladas por, hijos, padres, hermanos, sobrinos, nietos muertos en guerras sin causa como las de Angola, Etiopía, Nicaragua, Malvinas?
¿De qué verdad habla cuando la lista se multiplica al añadirse aquellos que, desesperados se han lanzado a la mar para huir de la revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes?
¿De qué verdad habla cuando en Bahamas un grupo de cubanos que intentaban emigrar fueron masacrados impunemente y jamás le dedico una línea a favor de su liberación y extradición?
¿De qué verdad habla cuando durante 54 años ha mantenido secuestrados al –seré conservador- 50 % de la población cubana quienes, para poder emigrar teníamos que esperar por la clemencia de su indulgencia –permiso de salida- y luego, entregarle casas, equipos electrodomésticos, carros, en fin todo?
¿De qué verdad habla cuando sobre el pueblo de Cuba pende el hacha del juicio, las sanciones que la ONU y el gobierno de Panamá le impondrán por semejante y premeditado genocidio contra la humanidad? Lamentablemente esa sanción no resolverá el problema de nosotros los cubanos de a pie.
¿De qué verdad habla cuando, mientras los cubanos decididos y conscientes de la impostergable necesidad de un VERDADERO CAMBIO NACIONAL somos reprimidos, golpeados, torturados –existen disímiles maneras de tortura- usted hace alarde de una paz celestial trayendo a la guerrilla y gobierno de Colombia a “conversaciones de paz” en territorio nacional y sin consultarlo con todo el pueblo?
¿De qué verdad habla cuando, violando su propia Constitución nos impide, a los pastores de Iglesias Independientes ser legalizados y poder oficiar con personalidad jurídica en el territorio nacional por lo que somos objeto de represión, tortura, encarcelamiento, desalojo, entre otras acciones?
¿De qué verdad habla cuando, gracias a su gobierno Cuba fue expulsada de la OEA y esto hace casi 50 años?
¿De qué verdad habla cuando, en un desesperado intento por mantener los niveles de turismo no emitió la correspondiente alerta de Cólera en el país? Gracias a Dios que otras personas con más convicciones morales se encargaron de hacer la denuncia desde sus propios países.
Sin derecho a engañar no se engañe usted tampoco y cuando se hable de verdades reales por favor, si le queda algo de decoro o amor propio o como quiera llamarlo, siga el ejemplo del avestruz.
Sin derecho a engañar ni a engañarme sepa usted que como cubano, como patriota, como cristiano y como pastor, estoy en total desacuerdo, o como lo prefiera: EN OPOSICIÓN a su gobierno, a sus prácticas idolátricas, a sus violaciones de los Derechos Humanos y Constitucionales en Cuba, y a la violación de todas las normativas internacionales vigentes sobre derechos humanos, suscritas o no por Cuba.

Nota del Editor: Articulo recibido desde Cuba por correo electrónico.

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