Por Pr. Manuel A Morejón Soler El Vedado,
La Habana.
Las
palabras que no son reconocidas por Dios, son retenidas por el diablo. (Juan 8:43-44).
Más
yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán
cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado y por
tus palabras serás condenado. (Mateo 12:36-37)
A
la mayoría del pueblo cubano se le engaña siempre mejor que a un solo
cristiano. (Juan 8:32)
Año
tras año en Cuba desde la década del 60 hasta el día de hoy, reiteradamente a
través de todos los medios oficialistas, el pueblo es atropellado con la misma
letanía sobre las bondades de la revolución y la maldad del imperialismo yanqui
(como el cuento de la caperucita roja y el lobo feroz-como si la caperucita
fuera tan buena). Tal parece que no hay un tema más importante que tratar.
Comienza
el calendario con la espera del triunfo de la revolución (1º de enero), porque
aquí no hay Navidades, Año Nuevo ni Epifanía, después sucesivamente en orden:
la 1ª derrota del imperialismo en América (17de abril), rimbombantemente le
sigue el 26 de julio “Día de la Rebeldía
Nacional”, y el no menos estruendoso cumpleaños del Comandante en Jefe13 de
agosto, la sarta continúa con el 28 de septiembre, día de los CDR ( único lugar
del Mundo donde se le hace abiertamente honor a los espías) y es una constante
“Los Cinco Héroes del Imperio” con una buena sazón promocional en contra del
bloqueo imperialista e intercalándose los aparatosos triunfos de Angola (sin
mencionar todos los muertos cubanos en esa guerra), así como las
correspondientes jornadas ideológicas, además de cualquier otra arenga que
aparezca en contra del imperio yanqui.
Mantener al pueblo en tensión y en plena
disposición combativa es el propósito que
se persigue con toda esta dramática revolucionaria, por si el imperio
revuelto y brutal del norte decidiera algún día, después de 54 años atacar el
país no lo sorprenda desprevenido sino en pie de guerra para que no le sean
arrebatadas todas esas conquistas de la Revolución.
No es nada difícil discernir una mentira,
aunque estas poseen mucho poder cuando parecen verdades. ¿Cómo?
De
la misma manera en que el fuego refina la plata, las pruebas refinan nuestro
carácter y nos proporcionan una sabiduría nueva y mucho más profunda para
nuestra vida, ayudándonos a discernir la verdad de la falsedad. Las verdades
que no se sienten, tienen mucho de mentira.
Mientras
el pueblo cubano tiene que con su alma, mente y cuerpo buscar esforzado y
fatigosamente el pan nuestro de cada día, cómo es que, quien no conoce el
insomnio por hambre ni por lluvias ni por frio, exhorta a ese pueblo con falacias
ideológicas en vez de proveerle los esenciales mínimos de una vida digna a
través de salarios decorosos.
Si quieres escucharme te daré un consejo: por el amor de Dios no vistas la ropa de la hipocresía haciéndole corte una dictadura, un cristianismo verdadero es irreconciliable con cualquier tiranía. La vida futura es lo eterno, este mundo sólo un instante. No vendas el reino de la eternidad por complacer a los que se apoyan en tu pureza y candor, todo lo que no alimente la vida es letal.
Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida. (Juan 6:63b)
Si quieres escucharme te daré un consejo: por el amor de Dios no vistas la ropa de la hipocresía haciéndole corte una dictadura, un cristianismo verdadero es irreconciliable con cualquier tiranía. La vida futura es lo eterno, este mundo sólo un instante. No vendas el reino de la eternidad por complacer a los que se apoyan en tu pureza y candor, todo lo que no alimente la vida es letal.
Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida. (Juan 6:63b)
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