jueves, 14 de febrero de 2019

JHVH





Yahveh,[1] transcripción y pronunciación hebraísta;[2][3][4][5][6] en hebreo antiguo יהוה (pronunciación tradicionalmente omitida y por ello desconocida debido a que el hebreo antiguo se escribía solo con consonantes);[7][8][9] transliteración del tetragrámaton «YHWH» o «JHWH»[10] y su pronunciación conjetural (Yahweh, Yahvé, Yah y Yavé así como la acepción Iehová, Jehowah o Jehová)[11] es, en dicho modo, el nombre propio utilizado en la Biblia (en la lengua española; y en muchas otras traducciones bíblicas) para designar y diferenciar al Dios de las religiones judeocristianas. En su forma hebrea es, en el Antiguo Testamento, el nombre que utiliza para referirse a sí mismo,[12][13][14] siendo su significado presumiblemente una descripción de su propia naturaleza.[15]


Francisco de Goya: "El nombre de Dios", tetragrámaton hebreo en triángulo,[16] detalle del fresco La Adoración del Nombre de Dios (conocido también como La Gloria), 1772.
Desarrollo
El sentido (de la forma: Y H V H; el Tetragrámaton; es decir, palabra compuesta de cuatro letras) del nombre Yahveh ha sido interpretado de formas muy diversas; y hasta se discute su origen cultural. No obstante, esta deidad (asociada también como Elohim), según la Biblia, indicó que sería llamada Yahveh, y lo hizo de dos maneras: primero de un modo indirecto, al aparecer 6.828 veces la grafía (YHVH)[17] en el antiguo testamento; y segundo, de manera más explícita, por ejemplo, en el relato del libro del Génesis. Aun así, para el tiempo en que el pueblo judío fue exiliado de esclavo a Babilonia, parece ser,[18] que ya estaba prohibido pronunciar su nombre en público[19][20][21] (excepto por la clase sacerdotal en privado[22] y los saludos que contenían este nombre[23]), ya que era sagrado; por lo que fue creada esta interpretación: Formada por las cuatro consonantes hebreas: —Y (iod), H (hei), V (vav) y H (hei)— que se la denomina también Tetragrámaton.
Aparentemente la combinación de esas cuatro letras o tetragrama (que además es una conjugación de un verbo en hebreo) permitía evadir el problema de cómo leerlo correctamente (para no confundirlo con su raíz verbal hayah o hawah).
La mayoría de los eruditos hacen notar que este verbo hebreo (hayah) no designa una mera existencia sino una presencia viva y activa, y que, por lo tanto, su conjugación, es decir, el Tetragrámaton significa:
“Yo existiré por mí mismo” o “Yo soy el que existe por sí mismo”.
En tal caso, la divinidad que hizo la promesa respecto a la descendencia de Abraham es el Dios que es y que sigue siendo.
La principal preocupación de este significado es entonces demostrar que existe una continuidad en la actividad divina desde la época de los patriarcas hasta los acontecimientos registrados en Éxodo 3 (La afirmación del versículo 17 no es sino una reafirmación de la promesa hecha a Abraham).
El propio nombre de Yahveh puede, pues, afirmar la continuación de la actividad de Dios sobre los hombres en la lealtad a su promesa. De ahí parece ser que Jesús transmitiera la siguiente idea:
«Mi Padre sigue actuando [ergázetai] y yo sigo actuando [ergázomai
(Juan 5:17).
Podría asegurarse que la perfecta congruencia de esa idea culmina en el último libro de la Biblia:
«Yo soy el que es y era y ha de venir»
(Apocalipsis 1:8).
Las formas que las biblias de habla hispana emplean como nombre propio de Dios en el Antiguo Testamento son las siguientes:
Yahveh (o Yahvé) en el Antiguo Testamento:
Jehová (o Jehovah) en el Antiguo Testamento
  • la Reina-Valera,
  • la Traducción de Felipe Scío de San Miguel,
  • la Biblia al Día,
  • la Versión Moderna,
  • Traducción del nuevo Mundo,
  • la Versión Torres Amat.
Jehová (o Jehovah) tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento:
También aparece el nombre propio de Dios en la forma abreviada IAH, YAH o JAH (español antiguo), especialmente en los salmos. Dicho nombre propio de Dios se encuentra en el Antiguo Testamento unas 6000 veces.[24]
Además de este nombre propio, en las Escrituras se aplican distintos títulos y atributos para Dios, entre los cuales están:
  • Adón (Señor); Adonay (mi Señor)
  • El (véase dios El [o Il])
  • Elyón
  • Eloah
  • Elohim ("dioses" o "el único y verdadero Dios", dependiendo del contexto)[25]
También se le nombra con sus atributos:
  • Yhwh-Tzva'ot (Yahweh de los Ejércitos)
  • Yhwh-Shalom (Yahweh es mi Paz)
  • Yhwh-Nisí (Yahweh es mi Estandarte)
Etimología
Según dice la propia Biblia:
א “Yo soy יהוה YHVH tu Dios, quien los sacó de la tierra de Mitzrayim (Egipto), fuera de la casa de esclavitud"
Exo 20:2
La forma latinizada más popular para el tetragrámaton "YHVH" es Yahvé (o Iahveh, en latín) y, durante la Edad Media, lo fue JeHoVá (o IeHoVa, en latín). La mayoría de los hebraístas —y algunos eruditos judíos— han acordado en que la pronunciación Yahveh es la más próxima a la original, no obstante otros (algunas congregaciones y estudiosos) se oponen a dicha forma, aludiendo que no se la ha naturalizado (o no es natural a los idiomas actuales como el español, o por así decirlo que no se apega a la normas de transliteración). Y, además, alegan (y apuntan al hecho aceptado hasta por los mismos hebraístas y eruditos) que no se conoce a ciencia cierta la pronunciación original, y que hasta desapareció (por exceso de reverencia, supersticiones y tradiciones no bíblicas) entre los judíos (que ordenaban no mencionar el nombre de Dios para según ellos evitar su empleo vano o profano). Entonces concluyen que por siglos de desuso y aún por la peculiaridad del idioma hebreo antiguo, en cuyo alfabeto no existían vocales escritas (hecho confirmado por los mismos peritos hebraicos), hicieron que la pronunciación exacta se perdiera.[26]
Una pista sobre la etimología de la frase latinizada Yahvé es la pronunciación de la: forma abreviada del “Tetragrámaton”, cuya raíz hebrea es: IáH (יה: iud + hey). Se la considera la palabra más antigua para alabar a este mismo Dios; expresión contenida en la conocida frase (en todos los idiomas): aleluyah (Hallelu-YaH: “alabad a Yah”).
Ahora bien, sobre la forma latinizada “Jehová”, se sabe que ésta nació de una concepción errónea, es decir: desde el siglo VII d. C., el equipo de Naqdanim o punteadores (del texto Bíblico), empezaron a fijar las vocales escritas para el hebreo (porque antes solo se las pronunciaba). Cuando lidiaron con el nombre de Dios solamente le asignaron las vocales según el contexto de las palabras usuales para Dios:
Elohim (vocales: jataf segol = e (shvá' original por ser 'alef letra gutural); jolam jaser = o y jiriq jaser = i)[27]
Adonay (vocales: jataf patáj = a (shvá' original por ser 'alef letra gutural); jolam jaser = o y qamatz = a)[28]
Ha-shem (vocales del arameo shemá'= Ha-shem “el nombre”): shvá' = e y qamatz = a. “Ha” es el artículo (el, la, los, las), y Shem ‘(re)nombre’.
Algunos traductores usaron asimilaciones que no se ajustaban a la pronunciación tradicional del pueblo hebreo Así, por ejemplo, si aparecen juntos adonay y YHVH, a este último le corresponden las vocales de Elohim o por puro efecto artístico, las vocales de Hashem; tomemos por ejemplo el texto hebreo de Is. 61:1
א רוּחַ אֲדֹנָי יְהוִה עָלָי יַעַן מָשַׁח יְהוָה אֹתִי
rúaj 'Adonay elohim (escrito YeHoWiH) 'alay, ya'an mashaj Hashem (escrito YeHVaH) 'otí... “el espíritu de 'Adonay 'Elohim está sobre mí, porque Hashem me ungió”...
De modo que el traductor español antiguo creyó ver en la secuencias letra-vocal del Nombre Divino una real pronunciación, mas aquello era sólo una convención al momento de leer el Nombre. Como se puede ver, se concentró en la forma más abundante, YeHoVaH, y de ahí pasó como Jehovah, asunto lejano del original hebreo, pues es finalmente el resultado de las consonantes del nombre YHVH, con las vocales del título “mi Señor”: 'adonay.[26]
Significado
Acerca del significado del nombre, se trataría de una combinación de las formas de pasado (היה), presente (הוה) y futuro (יהיה) de la raíz del verbo ser, para indicar la eternidad de la existencia divina. Apocalipsis 1:8
Asimismo se trataría de la forma causativa del mismo verbo, significando ‘el que causa el ser’. Muchos otros nombres en árabe y hebreo responden a esa forma, lo que parece avalar esta hipótesis.
De acuerdo con otros eruditos, se trataría de la forma acusativa, estado imperfecto, del verbo hebreo hawáh (‘llegar a ser’, ‘existir’). Entonces Yahweh significaría: ‘ÉL, que HACE EXISTIR’.[26] A pesar de todo, algunos han llegado a conjeturar que el nombre de Dios: YaHVeH, es una derivación del verbo hebreo “Yah” que se podría traducir en la parte donde se revela a Moisés como: “Yo Seré que Yo Seré”, aunque aquí se plantean dudas, pues Moisés le consultó en tiempo presente, y esta respuesta dejaría un “vacío” en relación al tiempo.[29] Es por ello que la traducción más aceptada es la utilizada en la Versión de los LXX o Septuaginta: “Yo Soy el que Soy”, aunque se le puede reducir a YO SOY, como expresa la misma Torá.
Pronunciación
Al analizar la pronunciación; a causa del desuso de su forma originalmente hablada (u oral); de las características de la grafía hebrea antigua (abyad); que empleaba solamente las consonantes y por ende el desconocimiento de las vocales implicadas (en su escritura); es difícil en la actualidad exactamente indicarla.
Cuando (alrededor del siglo VII) se comenzaron a emplear signos adicionales para mostrar las vocales en el texto bíblico (los llamados puntos masoréticos o nequdot), en el nombre divino no se los utilizó, para conservarlo tal como estaba, sin vocales, para según sus escritores respetar el mandamiento de (que de esta forma se evitaría) usarlo en vano. El mandamiento bíblico interpretado de esta forma es el siguiente:
“לא תשא את־שם־יהוה אלהיך לשוא כי לא ינקה יהוה את אשר־ישא את־שמו לשוא׃ ף"
(Éxodo 20:7)
Debido a ello, y a las distintas reglas para transliterarla al alfabeto latino en distintos idiomas, existen múltiples pronunciaciones del nombre.
Las pronunciaciones Jehová y Yahveh
Normalmente los hebraístas sugieren que la pronunciación más exacta del tetragrama sería “Yahvé” (a veces se escribe una hache final para indicar que en hebreo existe una ה ("he"), pero no se pronunciaría porque se trataría de una 'mater lectionis'; por este motivo se puede encontrar escrito también Yahveh). En la Biblia se encuentra la palabra יָה (Yah) como abreviatura del nombre sagrado (Salmo 89:8) y en la expresión הַלְּלוּ יָה (hallelû Yah; {¡Aleluya!}) (“¡Alabad a Yah!”) en los Salmos 104:35; 150:1,6 y Apocalipsis 19:1-6. Otra abreviatura es Yáhu, que se encuentra, por ejemplo, en los nombres de Isaías (Yesha'eyahu) y Jeremías (Yirmeyáhu) ¿Cuál sería la última vocal? En Éxodo 3:14 Dios pone en relación su nombre con el verbo ser, y, de hecho, el verbo ser en hebreo es היה (HYH), aunque una forma más antigua sería הוה (HWH). Dada la semejanza con el nombre divino, viendo todos los datos reunidos, la forma יהוה parece tratarse de un Hifil imperfecto en tercera persona masculino singular (él hace que llegue a ser); si es así, esta forma se debería pronunciar Yahwé.
Las transliteraciones griegas del nombre divino que hicieron los escritores cristianos, a saber, I.a.bé o I.a.ou.é, pueden indicar lo mismo. Sin embargo, no hay unanimidad entre los eruditos en cuanto a la pronunciación exacta; otras pronunciaciones posibles sería Yahuwa, Yahuah, Yahwuéh, JãHôH[30] o Yehuah,.[31] Una objeción a la pronunciación Yahvé es que también existe la forma abreviada Yehóh (o, más abreviada todavía, Yoh), que se halla en la grafía hebrea de los nombres Yehoshafat (trasliterado al español como Josafat), Yehú (trasliterado al español como Jehú), Yehoshuá (trasliterado del hebreo al español como Josué y del griego al español como Jesús).
En el tiempo en que se escribe la Biblia Hebrea esta lengua carecía de signos que representaran las vocales: sólo se escribían las consonantes. Las vocales se conocían por tradición. En los siglos VI y VII d.C. los masoretas inventan un sistema de puntos colocados sobre las consonantes o debajo de ellas para indicar qué vocal se debía pronunciar en cada sílaba. Hacía mucho tiempo no se pronunciaba ya el tetragrama יהוה (YHWH), sino que en su lugar se decía אֲדֹנַי ('Adonay, es decir, mi Señor); los traductores de la Biblia Hebrea al griego, tres siglos antes de la era cristiana, ya reflejan esta práctica al traducir el tetragrama como "κύριος" (kýrios, Señor). Los masoretas, que con sus vocales quieren ayudar a leer correctamente el texto pero al mismo tiempo desean respetar el texto sagrado y sus consonantes, recurren a una práctica llamada el qeré-ketiv (que en arameo significa leído-escrito): sobre las consonantes (texto escrito) escriben las vocales de la palabra que se debe pronunciar (texto leído). Así pues, sobre las consonantes YHWH escriben las vocales de 'adonay. Se debe considerar que la primera "a" se trata de una semivocal (el llamado jatef pataj) que cambia a shewa si no se encuentra bajo una gutural (en 'adonay está bajo la gutural alef); por este motivo, transliterado al alfabeto latino, lo que encontramos hoy en la Biblia Hebrea es yehowah. Cuando el tetragrama aparece (raramente) después de la palabra 'adonay (אֲדֹנַי יהוה, 'adonay YHWH, mi Señor YHWH), para no pronunciar "'adonay 'adonay", los masoretas usan las vocales de אֱלֹהִים ('elohîm, Dios). Por eso a veces encontramos יְהֹוִה (yehowih): en este caso la expresión completa se pronuncia 'adonay 'elohîm.
Esto se desconocía cuando en el Renacimiento hay una vuelta a las fuentes y se estudian de nuevo los textos originales hebreos. Entonces muchos autores piensan que el nombre de Dios escrito en la Biblia Hebrea es Yehowah. En esa época normalmente se escribía en latín y en latín la jota servía para transliterar la yod, y la uve para transcribir la waw. Por este motivo se solía escribir Jehovah lo que hoy en día transcribiríamos como Yehowah.
Recordemos que recién a comienzos del s. XIX —a través de estudiosos como Champolión y otros— pudo ser descifrado el significado de los jeroglíficos egipcios, por lo que el conocimiento que hoy en día se ha alcanzado de los idiomas de la antigüedad y que permite corregir viejos errores, en aquellos siglos no existía.
Escritura

En los antiguos textos hebreos sólo se escribían las consonantes, es decir, las vocales no figuraban. Cuando el lector llegaba a la palabra formada por el tetragrama “YHVH”, y debido a una tradición judía no bíblica, no podía pronunciar “Yahveh”, ni tampoco el híbrido “Yehowa”, porque el nombre de Dios, según dicha tradición, era impronunciable. Sin embargo, para no ir contra esta norma, cuando el lector llegaba a “YHVH” pronunciaba “Adonay” (mi Señor).
Con el tiempo, cuando se adoptó el uso de escribir las vocales, y ya que los lectores antiguos omitían leer el tetragrama YHWH, remplazando su pronunciación con la palabra “Adonay”, se combinaron las vocales de esta palabra (“a” débil, “o” y “a”) sobre las consonantes de “YHVH”, resultando una palabra híbrida, un nuevo escrito: “YeHoVaH” (hay que tener en cuenta que la “a” débil de “Adonay” no es soportable bajo la “yod” inical de “YHVH”, convirtiéndose en “e” débil). Por tanto, según esta hipótesis respaldada por ciertos biblistas, la palabra “Yehovah” sería el tetragrama “YHVH” con las vocales de “Adonay”.
El Tetragrámaton
Debido a que se ha utilizado predominantemente de manera escrita, por su grafía se lo denomina también Tetragrámaton (del griego τετρα-γράμματον, tetra-grámmaton ‘cuatro letras’). En hebreo es usual también la expresión השם (haShem, ‘el nombre’).
Uso del Tetragrámaton
Esta forma de escritura apareció debido a que en algún momento surgió entre los Sacerdotes la idea de que seria inapropiado revelar el Nombre Divino (representado por el Tetragrámaton). No se sabe a ciencia cierta qué base hubo originalmente para dejar de pronunciar el nombre. Pero se consideran varias hipótesis, cada una con sus puntos a favor y en contra. Hay quien cree que esta escritura surgió de la enseñanza de que el nombre era tan sagrado que no lo debían pronunciar.
Sin embargo, cualquiera que hubiese sido el propósito de tal creencia, lo cierto es que éste dejó de pronunciarse a tal grado que hoy se desconoce por completo la vocalización de esta escritura; esto, a su vez, fue una de las causas que han originado las discusiones sobre las variaciones existentes en su pronunciación.
Tal como no se sabe con seguridad la razón o razones originales por las que dejó de usarse el nombre divino, de la misma manera hay mucha incertidumbre en cuanto a cuándo se arraigó realmente esta costumbre.
Los copistas judíos insertaron en el Tetragrámaton los puntos vocálicos de ’Adho·nái o de ’Elo·hím, seguramente para advertir al lector de que pronunciara esas palabras en lugar del nombre divino. Por supuesto, en las copias posteriores de la Septuaginta griega de las Escrituras Hebreas, el Tetragrámaton se hallaba completamente reemplazado por Ký·ri·os y The·ós.
Las traducciones a otros idiomas, como la Vulgata latina, siguieron el ejemplo de las copias posteriores de la Septuaginta. Por esta razón, la versión Scío San Miguel, basada en la Vulgata, no contiene el Nombre divino, aunque sí lo menciona en sus notas. Otro tanto ocurre con la versión Torres Amat (excepto en unas pocas ocasiones que sí aparece), mientras que La Biblia de las Américas emplea SEÑOR o DIOS para representar el Tetragrámaton en las Escrituras Hebreas cada vez que aparece, lo mismo se puede decir de La Nueva Versión Internacional.

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