por Dawn Baker
Me
desperté recientemente con el aroma de la canela y de otra especia que
no pude identificar. Supe inmediatamente que era mi Señor y Su fragancia
me rodeaba, llenando mi habitación. Era tan agradable, que solamente
deseaba absorberlo todo. Me quedé quieta con los ojos cerrados, orando
para que durase.
Vi
en una visión la silueta parcial de una túnica, con una manga blanca
ancha y larga, y después una mano sosteniendo un reloj que cayó de una
cuerda. Mirando más de cerca para ver la hora, oí: "Es el tiempo. Ve y
Yo iré contigo".
El
tiempo le pertenece a Dios. AHORA estamos en ese tiempo, el tiempo
prometido. Para aquellos que llevan toda una vida esperando, años de
preparación y reparación, durante un período tan dilatado que ya casi se
han dado por vencidos, pero aún así han escogido la "obediencia". Han
elegido seguir a Dios, dejando que Él los moldee y les dé forma,
haciéndolos a Su imagen, según Su modo de hacer las cosas. Ustedes
tienen una recompensa.
Te
confirmará Jehová por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando
guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus
caminos. Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová
es invocado sobre ti, y te temerán. (Deuteronomio 28:9-10)
AHORA, Dios dice: "ES EL TIEMPO.
"Has sido rescatado para rescatar.
"Has sido amado para amar.
"Has sido sanado para sanar.
"Has sido liberado para liberar.
Ve y Yo iré contigo". - Dios
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