"Ella salió y le dijo a su madre:
¿Qué pediré? Y ella contestó: La cabeza de Juan el Bautista".
(Marcos 6:24)
Léase Marcos 6:14-21. Herodías era de
Edom, descendiente de Esaú. Herodías era en realidad la mujer del
hermano de Herodes, Felipe, un príncipe, pero que había sido
desheredado por su padre. Felipe y Herodías vivían en Roma. Como
resultado de una visita de Herodes a Roma durante la cual se hospedó
en casa de su hermano, Felipe se vio privado de su esposa. Herodías
le abandonó para irse con Herodes. Pero, Herodes también era casado
con una princesa de Arabia, lo cual era otro obstáculo al matrimonio
de los dos.
Herodes rechazó a su esposa. Herodías
entró en el palacio como reina. Sólo un hombre se atrevió a
protestar públicamente de toda esta inmoralidad: Juan el Bautista.
Herodes lo mandó encerrar y es de suponer que, por temor a mal
quistarse con el pueblo prefirió dejarlo en vida. Herodes era capaz
de cualquier crimen, pero era taimado y probablemente supersticioso.
No le cabía duda que Juan era un profeta.
Herodías no tenía escrúpulos y sabía
perfectamente que su peor enemigo era Juan el Bautista. En tanto el
viviera su situación como favorita estaba en peligro. Siempre cabía
la posibilidad de que Juan influyera en Herodes de modo desfavorable
para ella.
La ambición de Herodías carecía de
límites. Lo mismo su orgullo. Habría urdido toda clase de planes
para librarse de Juan. Por fin se presentó la ocasión perfecta.
Herodes se había puesto en una trampa de la que no pudo escapar. La
hija de Herodías, a instigación de su madre pidió, como recompensa
de haber danzado de forma que soliviantó las pasiones de aquel viejo
zorro, la cabeza de Juan. Juan fue degollado.
Herodías era para Herodes algo semejante
a lo que Jezabel era para Acab. En ambos casos la mujer tenía aún
menos escrúpulos que el marido. Jezabel odiaba a Elías; Herodías a
Juan. Sólo el final de la historia es distinto. Jezabel pereció sin
consumar su venganza sobre Elías. Juan sucumbió en manos de
Herodías.
El corazón de una mujer decidida al mal
no se queda atrás respecto al corazón de un hombre. Cuando se
entrega al pecado, pasa a ser un instrumento de Satanás con no menos
perfidia y bajeza. Hoy no suelen ocurrir dramas de semejante
violencia, por lo menos en los medios habituales en que transcurren
nuestras vidas. Sin embargo no es menos verdad que la influencia de
una mujer puede ser seguida y descubierta en la conducta de muchos
hombres de responsabilidad. La historia nos presenta numerosos
ejemplos de mujeres de este tipo que dieron lugar a persecuciones
religiosas crueles e incontables víctimas. Basta con que recordemos
los casos de Fernando I el Católico de España y Luis XIV, en
Francia, cuyas esposas Isabel y Mme. de Maintenon, respectivamente,
dieron lugar a la Inquisición en España y a la Revocación del
Edicto de Nantes, en Francia. Ambas decisiones causaron millares de
víctimas entre los judíos conversos y los protestantes o reformados
en España y entre los hugonotes en Francia.
Preguntas Sugeridas Para Estudio Y
Discusión
1. ¿Cuál fue el primer acto pecaminoso
cometido por Herodes y Herodías juntamente?
2. ¿Qué nuevos actos del mismo tipo
cometieron los dos después?
3. ¿Qué pasión instigó a Herodías
para cometer estos acto.
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