Oí gritar al infierno: "¿De dónde han venido?" El Señor de los Ejércitos estaba gritando: "¡Ellos son Mi ataque sorpresa!"
El enemigo pronto sabrá porqué no sabía nada de ustedes. Él pensaba que ustedes se habían rendido. No sabía que en su larga época de estar ocultos, con penurias y soledad, las oscuras noches eran en realidad una bendición, pues sirvieron para entrenarlos. El enemigo había creído que nos habíamos rendido, pero le aguarda una gran sorpresa. ¡Se acabó nuestro campo de entrenamiento!
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