Por: Pr Manuel A
Morejón Soler. Vedado, La Habana, julio del 2014
Roma y la
Biblia
En la Biblioteca Nacional
de París hay un documento guardado, que contiene el dictamen dado al papa Julio
III por los cardenales cuando fue elegido para ocupar el trono pontificio en el
año 1550. Incluye los pasajes siguientes:
“De todos los consejos que
podemos ofrecer a Vuestra Santidad, hemos reservado el más necesario al último.
Tenemos que abrir los ojos bien y emplear toda la fuerza posible en el asunto
de permitir la lectura del evangelio tan poco como sea posible,
especialmente en el idioma común, en todos los países bajo vuestra jurisdicción.
“Debiera ser bastante el
poquito, que por lo regular se lee en la misa, y no permitir a ninguno leer
más.
“Mientras que el pueblo se
contente con ese poquito, los intereses de Vuestra Santidad prosperarán; mas
tan pronto como el pueblo quiera leer más, los intereses de Vuestra Santidad
principiarán a decaer.
Este es el libro que, más
que cualquier otro, ha levantado contra nosotros los disturbios y tempestades
por los cuales nos hemos casi perdido.
El hecho es que si alguno
examina diligentemente y compara las enseñanzas de la Biblia con lo que se
verifica en nuestras iglesias, pronto encontrará la diferencia y verá que
nuestra conducta es frecuentemente distinta de la Biblia y más frecuentemente
aún la contradice.
Y si el pueblo entiende
esto, nunca cesará, poniéndonos a prueba, hasta que todo se descubra, y
entonces seremos el objeto del desdén y odio universal.
“Por eso es menester
quitar la Biblia de la vista del pueblo, pero con precaución grande para evitar revoluciones.”
(De: Bible
League Quarterly.Traducido por E. R. B.)
La Ley surgió para el hombre producto de su pecado
(Romanos 4:15) y para su salvación. Dice la Palabra de Dios: Ustedes estudian
con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida
eterna. ¡Y son ellas las que dan
testimonio en mi favor! Sin embargo,
ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida. (Juan 5:39-40)
La Constitución
cubana
La Constitución o Carta Magna de un país debe ser la
norma suprema que fija los límites y define las relaciones entre los poderes
del Estado, estableciendo las bases para su Gobierno. Este documente debe
garantizar al pueblo todos sus derechos y libertades.
La Constitución cubana del 24 de febrero de 1976, fue
proclamada en un acto solemne celebrado en el Teatro "Carlos Marx" en
Ciudad de La Habana. Esta Constitución transformó a la nación cubana en un estado
socialista o lo que es igual ateo y totalitario.
Esta Constitución incita a la violencia en contra de cualquiera que intente cambiar el
orden político, social y económico establecido por ella, aunque sea por métodos
pacíficos. Esta Disposición Especial fue aprobada en el año 2002 y también
declara su carácter irrevocable en el artículo 3 del Capítulo I, como si la
Historia se hubiera detenido para Cuba desde ese momento.
Comparación
de dictaduras
Si bien Roma omitía verdades bíblicas para que el pueblo
al menos se contentara con algo de lo que le daban. En Nuestra Carta Magna la
intransigencia revolucionaria impuesta es para decepción generalizada del
pueblo y contento solo de la cúpula gobernante .
“Una constitución es una ley viva y práctica que no puede
construirse con elementos ideológicos.” José Martí.
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