Cuando Dios comisionó a Adán para
que fructificase y multiplicase, llenara la tierra y la sojuzgara, lo ungió
como sacerdote de su vida, la de Eva, la de su descendencia y de toda la
tierra.
Este principio se ha mantenido
inalterable hasta nuestros días, el hombre es el sacerdote encargado de
ministrar en su hogar, su familia, su comunidad, y su nación, en la dimensión
de su jerarquía y, en esa misma dimensión serán las consecuencias de la bendición
o la maldición.
Desde el pasado día 6 y hasta el
10 de mayo, se celebró en el Balneario de Varadero la VII Jornada contra la
Homofobia, dirigida nada más y nada menos que por la Sra Mariela Castro Espín,
hija del actual Presidente cubano. ¿Acaso no sabe el Sr Castro que él y sólo él
es el responsable espiritual de la nación? ¿No sé da cuenta que las acciones de
su hija, por antonomasia tienen su apoyo irrestricto como sacerdote de la
nación, determinando así el nivel de maldición con que está condenando al país?
Si en algo estoy plenamente de
acuerdo con ellos es, simple y llanamente que: la homosexualidad no es una enfermedad, es mucho peor: ¡ES UN
PECADO!
Una cosa es que se garantice y
respete el derecho que tienen a vivir, trabajar y aportar a la sociedad, se considere
y reconozca la capacidad profesional de cualquier persona homosexual y los
méritos que haya logrado a través de una vida laboral y social intachable, se
garantice su derecho al voto, a la salud, educación, etc. y, otra muy diferente
es el hecho de que, en Cuba, en el 2014 se ha convertido en un privilegio ser
homosexual, se les exalte y honre como héroes.
Dios condenó y condena la
homosexualidad, Sodoma y Gomorra sucumbieron ante el juicio divino, entre otras
cosas por el alto índice de homosexualidad existente, y no crea nadie que
porque en el siglo XXI Dios no destruye ciudades y países enteros es porque se
ha vuelto un blandengue y consiente con el pecado, ¡NO!
La homosexualidad no es otra cosa
que la rebeldía y aversión del hombre hacia Dios su Creador, la versión a los
ojos de lucifer, satanás, el demonio o como quiera llamársele para, de manera
sutil destruir la creación y la sociedad.
La Biblia, la Palabra de Dios es
clara y diáfana, cortante como espada de dos filos, capaz de discernir entre
las intenciones y los pensamientos del corazón, si vamos a Romanos desde el
verso 18 del primer capítulo hasta el 16 del segundo capítulo, nos muestra un
evento más allá de la tercera dimensión, se incluye una cuarta: la eternidad.
En 1ª Corintios, 6:9, 10,
13,18-20 se nos recuerda que ni los afeminados
heredarán el Reino de Dios, nos recuerda que es un pecado contra el cuerpo
y que este es templo del Espíritu Santo, lo cual significa que es una blasfemia
contra el Espíritu Santo y por lo tanto, para ello no existe remisión de
pecado.
El pasado sábado, la Sra Mariela
Castro Espín –me pregunto qué pensaría su madre de las acciones de su hija-
organizó una multitudinaria manifestación homosexual por toda la Rampa, más de 500 homosexuales con conga y todo, se
regodearon del beneficio que la propia hija del presidente les concede, fue una
orgía pagana, una maldición más vertida sobre la nación, un culto a la rebeldía
y a la negación de Dios en sus vidas y la nación.
Ante este acto blasfemo y
maldiciente, no conozco de ninguna iglesia oficialista que se haya proclamado
en contra de tan denigrante acto, claro está, hacerlo sería el equivalente a
declararle la guerra a Faraón ó al Emperador, perder todos los platos de
lentejas por los que cambiaron la primogenitura de servirle al Rey de reyes y
Señor de señores para adorar y servir a los que están en eminencia, haciendo
brujería espiritual al usar, incorrectamente la Palabra de Dios para justificar
sus acciones.
Sólo Dios sabe cuántos Pedro y Juan
se necesitan en si iglesia en Cuba, hombres dispuestos a defender la fe en su
Salvador, hombres que no se callen y que enseñen lo que han visto, oído,
aprendido o les ha sido revelado por el Espíritu Santo, hombre como Pedro y los
apóstoles que cuando fueron interrogados por el Sumo Sacerdote y les fue
prohibido severamente enseñar la sana doctrina, tenían la certeza inconmovible
que: “Hay
que obedecer a Dios antes que a los hombres”. (Hechos 4:19; 5:29)
¡Despertad Iglesia! Porque un día
nos tocará darle cuenta a Dios por cada alma de esta nación que se pierda,
recordemos que tenemos el deber supremo de Atalaya, es decir; vigías de Dios en
la tierra, para amonestar a los impíos de su mal camino para que se
arrepientan, sólo así habremos librado nuestra vida. (Ezequiel 3:18,19)
La Sra Mariela Castro se ha dado
a la tarea de recoger al menos 10 000 firmas, a tenor de lo dispuesto en el art
88 inc: g de la Constitución para presentar un anteproyecto de Ley a la
Asamblea Nacional, que permita entre otras cosas el matrimonio homosexual.
Por esta razón, he elaborado un
documento que, persigue recoger tantas firmas como sea posible de manera que
dicho anteproyecto no pueda implementarse, convoco a todos los hijos del Dios
que Vive por los siglos de los siglos, a todos los cubanos que amamos a Cuba y
que estamos conscientes de lo desnaturalizado de este acto, a que nos unamos,
firmemos y oremos de manera que se establezca en Cuba el Reino de Dios y se
haga Su bendita, agradable y perfecta voluntad, como se hace en el cielo.
El nombre de este Documento es:
OREMOS, FIRMEMOS, OREMOS.
Ruego a Dios el Padre de nuestro
Señor Jesucristo que, estemos todos unánimes, en un mismo sentir, doblemos
nuestras rodillas ante el trono de la Gracia, y clamemos como clamó Abram ante
el Todopoderoso, quizás Dios se apiade de nosotros y quite de sobre Cuba su
enojo porque realmente la maldad de esta nación se está elevando a niveles
nunca antes visto.
Sin más, atentamente:
Alejandro Hernández
Pastor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario