miércoles, 3 de abril de 2013

Los buenos deseos no bastan para los cambios


Los buenos deseos no bastan para los cambios. Primera Parte.
En Cuba se habla hoy de los buenos deseos de la reforma raulista, en  realidad no sé de qué  reforma se trata, porque sería mejor llamar a esta metamorfosis, un rompe cerco. La nación cubana fue cercada por  más de 50 años con leyes increíblemente dictatoriales desde el mismo  comienzo de la revolución comunista de los Castro. Expropiaciones  de propiedades, paredones de fusilamiento, e intervenciones inmisericordias de todo tipo se produjeron cuando no se habían apagado aún los clarines del 1ro de enero del 1959. Aparecieron muchos aprovechados, pero lo cierto es que leyes cimarronas comenzaron a cercar el país, convirtiendo la isla en un gran campo de concentración ruso. Los cubanos parecían verdaderas matriuskas por aquel entonces, donde todo era soviético. Carne rusa, edificios con modelos rusos, botas rusas, y hasta el idioma ruso fue metido en los centros educacionales. El tiempo pasó y  los rusos también pasaron, para dejar la imagen lista para la presencia del chavismo. Hoy hay que tener cuidado porque si alguien se muere en la nación, corre el riesgo, si es una figura importante, que lo embalsamen, aunque por muchos años el pueblo cubano ha caminado como momias, sin estar embalsamado. El libro de Eclesiastés dice: Ciertamente la opresión hace entontecer al sabio. (Ecl 7: 7).
A propósito de los hombres que han sido embalsamados, todos han sido grandes tiranos. Ellos son los rusos Lenin y Stalin, aunque este último después lo sepultaron cuando perdió la gracia; también fueron embalsamados el vietnamita Ho Chi Minh, este en contra de su voluntad pues deseaba ser incinerado, el chino Mao Zedong, y los coreanos, Kim Il-Sung y su hijo,  Kim Jong-il.
Hoy el mismo gobierno que puso leyes dictatoriales, sigue siendo tan dictador como antes, pero él mismo está quitando las leyes que puso, no porque sea bueno, sino porque patalea como ahogado. Es por eso que no vemos reformas, sino que los mismos que pusieron el cerco lo están quitando por amor a ellos mismo y  no al prójimo. El apóstol Juan en su primera epístola dijo: “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros. No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece. Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él”. (1 de Juan 3: 10-15). Juan habla de vida eterna, la que está sólo en Dios.
 La gente hoy tiene poco temor de Dios y mandan a cualquiera para el cielo, olvidándose, que en el cielo mora la justicia de Dios. Frank Sinatra, eminente cantante y actor estadounidense, quien grabó más de 1300 canciones y participó en más de cincuenta películas, hizo una canción que alcanzó celebridad, “A Mi Manera”.  Eso suena lindo, pero está lejos de la verdad de Dios. Encuentro que Sinatra no fue respetuoso con la Palabra de Dios cuando para justificar el pecado de la borrachera, dijo: "El alcohol puede ser el peor enemigo del hombre, pero la Biblia dice que ames a tu enemigo". Mucha gente se esconde hoy tras esa frase para hacer lo que quiere y apartarse de los preceptos bíblicos. No obstante hay una sola manera de entrar al reino de Dios y esa la pone el propio Dios.
He visto durante su velorio como teólogos, politólogos y pueblo en general, han asegurado que Chávez está en el cielo. No tengo nada que ver con la filosofía chavista, tampoco me identifico con la política que implantó en su nación y mucho menos con su fe religiosa; incluso reconozco que la obra de Chávez trasciende a Venezuela, porque supo usar el petróleo de su país para agrupar naciones necesitadas de ese importantísimo recurso. Chávez hizo con el petróleo lo que no pudieron hacer los hermanos Castro con el azúcar y el café cubano. Como líder ayudó más a las clases bajas de Venezuela, a los pobres de su patria, que lo que hizo Fidel Castro por Cuba. Chávez fue un gobernante que pensó en los pobres y los asistió, mientras que el líder cubano usó a los pobres como plataforma para vender su cacicazgo a otras latitudes.
Cuba es uno de los países más pobres y sufridos del planeta, por supuesto esa no es la imagen que el gobierno cubano vende al mundo, Venezuela en cambio, mejoró su nivel de vida con la administración de Chávez. Fidel quiso exportar revoluciones, armas y ejércitos, Chávez exportó petróleo y creó organizaciones importantes como el ALBA, la CELAC, PETROCARIBE,  y otras. Muchas cosas digna de destacar hizo el presidente de Venezuela, se vio siempre optimista y se aferró a la vida hasta el final. Pero hay un texto Bíblico que dice. “No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de la muerte”.  (Eclesiastés 8:8).
Fue un líder valiente, carismático, pero también trabajó duro, evitando la corrupción de su gobierno, cualidad esta que le ganó el reconocimiento de muchos opositores. Aprendió mucho de Fidel, de tal manera que en Venezuela no se vende el café puro, pues lo mesclan con otros granos, al igual que en Cuba. En lo único que no congeniaron los dos líderes nacionales fue en la fe. El padre de Chávez sique siendo ateo, mientras que Chávez  fue creyente. Pero recuerde: No todo el que le dice Señor a Jesús, entrará en su reino. En días atrás vi con pesar en el funeral del presidente venezolano, como la idolatría preña a los humanistas. Es triste ver a naciones confundidas al adorar a un muerto como si estuviera vivo. Vi pactar al pueblo de  Venezuela y a su presidente sustituto Nicolás Maduro, con un muerto y eso está prohibido en la Biblia y atrae maldición a la nación. Hoy no sé dónde está Chávez, pero jamás desearía que un ser humano pase su eternidad alejado del Dios Altísimo, pero de una cosa estoy seguro. Ningún hombre gana el cielo por obras, por los bienes que haga, o por su ayuda desinteresada a la humanidad. La epístola  a los Efesios dice en el segundo capítulo verso 8. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”.
Escuché miembros honoríficos de la iglesia cubana asegurar que el presidente venezolano está en el cielo por lo que hizo por los pobres de su patria. Graso error y ellos lo saben. En realidad fue bueno lo que hizo pero eso no le garantiza el cielo, pues hay otros estándares para la eternidad con Dios. La vida eterna se alcanza por creer en el sacrificio de Cristo. La persona reconoce que es pecador, que violó la ley de Dios y que necesita un salvador perfecto, sin mancha y sin pecado. A ese regalo se llama la gracia de Dios. No se le puede añadir nada porque es perfecto, y el hombre no tiene nada que darle a Dios.
Todo lo bueno que se hace sin Cristo fomenta el ego humano. El primer mensaje de Jesús fue: “Arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado”. El que no se arrepienta de su pecado sigue como trasgresor, aunque haya hecho cosas buenas. El hombre puede haber hecho un millón de obras caritativas, pero por una sola mala sin arrepentimiento será reo de la justicia eterna. Todo ser humano necesita un abogado ante el Padre celestial y  Cristo es el único abogado que reconoce el Padre.
Si alguien quiere estar en el cielo después de su muerte y gozar la vida eterna, tendrá que arrepentirse y aceptar a Cristo como su Señor, rey, Salvador y Abogado. Hay muchos hombres que no creen en la inmortalidad del alma. Estos no deberían comer el fruto de la tierra. Todo grano o fruta que el hombre come es porque murió primero. El grano tiene que podrirse en tierra para salir, si no muere, no nace. Los campesinos más iletrados lo saben. El principio es bíblico. “La vida sale de la muerte”. Si Chávez se arrepintió de haber creído en el espíritu sabanero que invocaba, de adorar ídolos, como lo hizo públicamente, que no son más que abominación a Dios, reinará con Cristo, porque hasta en el último momento hay posibilidades. Después de la muerte no se puede hacer nada, no se deje engañar. Ni las misas, ni las oraciones servirán, todo tiene que ser en vida.
No es con politiquería barata que se lee y entiende la Biblia. Los teólogos cubanos que mandaron a Chávez para el cielo por hacer buenas obras deben sentarse en un banco para recibir liberación y aprender el evangelio del reino. Difícil de entender, pero real; en el cielo no están los hombres buenos, sino los arrepentidos. No soy chavista, pero es mi deseo, el de mi iglesia y de los pastores de mi red, que Chávez y todo hombre que pisa este planeta tengan vida eterna. Jamás desearíamos, que se abra el foso del abismo para un ser humano, pero eso no depende de los buenos  deseos de los hombres. Chávez determinó su futuro mientras estuvo en la tierra. Su fe y no sus obras determinaron su eternidad. Abraham fue el padre de la fe por lo que creyó y no por lo que hizo, porque después que el hombre recibe a Cristo, lo bueno que hace se le recompensará en público.
Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; 5mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. 
*Pastor – Apóstol. Miembro de la directiva de la Coalición Apostólica Cubana. Dirige la Red Apostólica “Viento Recio” que cuenta con más de 20 pastores. Esta red está bajo la paternidad de Apóstol José Félix Coronel. Desempeña su apostolado en la Iglesia de Las Tunas, Cuba. Es Licenciado en Cultura Física y tiene una maestría y doctorado en Ministerio cristiano por estudios dirigidos.

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