Ilustración.
Llenas tres ollas
con agua y las colocas sobre un fuego fuerte hasta que hiervan. En
una pones zanahorias, en otra huevos y en la última polvo de café.
A los quince minutos de hervidos los ingredientes apague el fuego.
Saque las zanahorias y échelas en un recipiente, saque los huevos y
sitúelos en otro plato y finalmente, cuele el café y viértalo en
un tercer recipiente. ¿Qué es lo que se observa?
Notarás que las
zanahorias están blandas, el huevo si lo rompes y le sacas la
cáscara observarás que está duro y del café disfrutarás de su
rico sabor y aroma.
¿Qué
significa esto?
Los tres elementos
habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían
reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó muy dura, pero
después de pasar por agua hirviendo se suavizó y quedó fácil para
deshacer.
El huevo había llegado al agua tan solo con su cáscara frágil la
cual protegía su interior gelatinoso, pero después de estar en agua
hirviendo su interior se endureció. Sin embargo el polvo tostado de
infusión, después de estar en el agua hirviente, había
transformado al agua en un fragante y delicioso néctar de café.
Cuando la adversidad
llama a tu puerta, ¿cómo respondes?
¿Eres como una zanahoria que
parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te
vuelves débil y pierdes tu fortaleza? O ¿eres como un huevo blando,
fluido antes de cocer, pero después del fuego de una muerte, una
separación, o un despido te has vuelto duro y rígido de corazón?
¿O eres como el polvo de café? Que cambia al elemento tortuoso que
te causa dolor en dicha y bendición para todos.
¿Cuándo las cosas
se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu
alrededor mejoren?
Y tú, ¿cuál de
los tres eres?
La blanda respuesta
quita la ira, más la palabra áspera hace subir el furor.
(Proverbios 15:1)
Hay ocasiones que
uno no sabe cómo hacer para seguir adelante y cree que lo mejor es
darse por vencido cuando ve que su oponente responde con violencia al
reclamo de tus derechos más elementales. Te cansas de luchar cuando
crees que solucionas un problema y aparece otro que endurece el
corazón. Te quejas acerca de la vida y de cómo las cosas resultan
tan difíciles cuando no vislumbras una solución para tu economía
honradamente y sigues viendo a gobernantes corruptos como te
tiranizan para aferrarse más al poder.
Pero, ¿has tratado
alguna vez de discutir en un susurro? Es sumamente difícil discutir
con alguien que insiste en contestar de manera suave. En otras
palabras, una voz y palabras acaloradas casi siempre provocan una
respuesta airada.
No se debe renunciar
a actuar urgente y pacíficamente en mejorar el destino del país
porque tenemos el derecho incuestionable de elegir, disentir,
agruparnos, manifestarnos y de decidir también qué es lo más
necesario para nuestra Nación y su futuro.
Para aplacar la ira
y buscar la paz, hay que persistir y escoger palabras amables pero
sin desfallecer ni renunciar al derecho de ser genuinamente cubanos
que exigen el cumplimiento de todos sus derechos.
Bibliografía
recomendada:
No hay comentarios:
Publicar un comentario