Dice Judas :
"Maestro, lo entiendo, pero se hizo tarde, es necesario regresar
porque la noche nos hace difícil el camino".
El Maestro
contesta:
"La
noche se ha hecho para el descanso, pero el Hijo del Hombre, en las
noches, vela por su Pueblo".
"Así
que vosotros, mis Discípulos, estaréis conmigo en vela para que
estos chiquititos puedan descansar en paz".
Dice Judas:
"Maestro, todos estamos lejos de los lugares de descanso,
estamos en el campo".
El Maestro
contesta:
"Hijo
mío, lo único que necesitas para descansar bien es estar en
Paz...".
"Porque
¿qué sacas con estar en el lugar de tu descanso, si no tienes Paz?,
aquí estamos en Paz, por lo tanto, lo único que necesitamos es
descansar".
Se acerca
Judas a los demás Discípulos y les dice: "El Maestro ha
ordenado que descansemos aquí esta noche y no regresar a nuestros
lugares".
Los
Discípulos todos opinaron que era necesario hablar con el Maestro y
regresar a los lugares de destino.
Se acercaron
al Maestro y le dijeron: "Maestro, estamos en el campo, hace
frío y somos mucha gente".
El Maestro
les dice:
"Hijos
míos, si vosotros estáis conmigo, debéis estar con mis Hermanos,
(señalando a la multitud)".
"A
vosotros os es fácil regresar a vuestro destino, conocéis el Camino
y Yo os he enseñado a andar a oscuras, mas a estos pequeñitos,
no.".
"El frío
que hace aquí, sólo nos hace sentir las carnes; el hambre que hace
aquí, sólo nos hace sentir una necesidad; pero la Palabra nos une
con el Padre".
"Así se
cumplirá la Palabra que dice: «Quien tiene la Palabra, nada le hace
falta porque en Ella está contenido el alimento y la medicina»".
"Hijos
míos, cuando el cuerpo descansa en paz, el Alma nos reconforta y en
este momento ,mi Alma es su Alma".
Yendo Jesús
con sus Discípulos hacia Cafarnaum, les dijo: "Hijos míos,
este camino nos llevará a un lugar muy distante de aquí".
Se acerca
Pedro y le dice:"Maestro ¿cuál es la finalidad de este
viaje?".
El Maestro le
contesta:
"Pedro,
iremos a predicar la palabra a nuestros hermanos que, como vosotros,
anhelan conocerme y conocer a quien me envió".
Se acerca
Pedro y le dice: "Maestro, ¿es que en Cafarnaum está quien le
envió?".
Contesta el
Maestro y dice:
"Quien
me envió está aquí con vosotros.
EL ES LA
VERDAD. Yo os digo a vosotros, hermanos, que la VERDAD y la
PALABRA son
la misma cosa, pero es más fácil conocer la Palabra que conocer
la Verdad. La Palabra se oye y parte de ella se comprende, más la
Verdad no se puede oír, ni se puede ver porque es la Luz que ilumina
nuestro Espíritu; en ella está la Verdad. Yo os enseño la Palabra,
más mi Padre les enseñará a conocer la Luz, porque EL ES LA
VERDAD".
Dice Judas:
"Maestro, todos nosotros le acompañamos donde va a predicar y
le aprendemos sus enseñanzas, pero, ¿no sería mejor que las
gentes vinieran a nosotros y no nosotros ir a las gentes?".
Contesta
Jesús: "Las aves de rapiña y los zorros duermen en sus cuevas
y guaridas y sólo salen de allí cuando tienen hambre, a buscar qué
comer. Así es el hombre. Sale al campo y a las ciudades a buscar
el pan para saciar su hambre, porque su cuerpo lo necesita, pero no
busca al Hijo del Hombre que le dará a comer el Pan de la
Sabiduría".
"Los
hombres tienen hambre de lo que el mundo brinda, mas vosotros tenéis
hambre de lo que mi Padre os da: Sabiduría y Amor; por lo tanto,
debemos ir donde ellos a darles de vuestro alimento; así ellos, más
adelante, vendrán a buscar el alimento que mi Padre os da".
Dice Judas:
"Maestro, hay ciudades más cerca donde podemos ir a predicar la
Palabra".
El Maestro le
contesta:
"Judas,
hijo mío, con un denario podéis comprar cien panes; un pan abastece
a uno de vosotros, cien panes abastecen a cien de vosotros. Así,
pues, debemos buscar donde se puedan abastecer más almas que
necesiten de mi Palabra, porque ellas, cada una, pondrá un denario,
y cien serán cien denarios que alimentarán la necesidad de cien
más, y así mi Palabra será oída por cien que me escuchan y cien
que no me escuchan; cumpliéndose así la Escritura que dice: «Dos
mujeres están moliendo, una será tomada y otra será dejada»".
Le dice
Judas; "Maestro, todo aquel que escuche su Palabra, ¿será
redimido?".
Replica el
Maestro:
"Mi
Palabra es Vida, el que la escuche y la hace, será UNO conmigo; el
que la escuche y no la hace, será como aquel que emprende un camino
por el desierto y como al momento de salir no tiene sed, no lleva
agua para beber en el camino; donde le dé sed, se sentirá morir y
ni siquiera tendrá fuerzas para regresar al punto de partida; por
eso os digo, hijos míos, que deberéis beber todos los días de la
fuente de la juventud y de la sabiduría para que nunca, aunque
andéis por el desierto, volváis a tener sed".LA PALABRA
Estando Jesús
reunido con una multitud, entre la cual estaban sus Discípulos,
EL predicaba su Mensaje y decía que el Hijo del Hombre era semejante
al aire que sólo dejaba de activar la vida en una persona cuando
sus funciones vitales cesaban en ese organismo, que así era su
Misión.
Se acercó
Judas y le dijo: "Maestro, sabemos que muchos de estos nos
atacan y lo atacan a Usted; nos rechazan y rechazan su Doctrina".
El Maestro le
dijo:
"Judas,
comprende que así es, pero mi reino no es de aquí; en cambio estas
gentes son de aquí".
"Te digo
que no pienses así para que no seas como ellos que son de aquí".
"La
Palabra se oye por un instante y desaparece; cuando las gentes la van
a interpretar, no hay en ellos de esa palabra sino un recuerdo de lo
que escucharon".
"Es
posible que algunos le den la razón a la Palabra, otros le quiten la
razón, pero, ante mi Padre, ni los unos, ni los otros tienen la
razón, porque el eco de la Palabra que han escuchado ya se ha ido y
no queda en ellos sino un recuerdo de lo que han oído".
"Por lo
tanto, os digo, hijos míos, que estéis atentos, con ojo avizor para
que, cuando escuchéis la Palabra que viene de Mí, tengáis las
puertas de vuestro entendimiento abiertas y no me rechacéis como
estos otros; no vaya y sea que cuando queráis escuchar la Palabra
ya me haya retirado a mi Padre y entonces vosotros, como estos, sólo
tendréis un recuerdo de lo que escuchasteis; sin embargo, mi
Palabra seguirá siendo como la fuente de aguas cristalinas en la que
«Quien bebiera, calmará su sed»".
Guarda
silencio el Maestro.
Interpela
Judas y le dice: "Maestro, si eso es así, cuando Usted se
retire, ¿quién tendrá la Palabra que viene de su Padre?".
Contesta el
Maestro:
"YO SOY
LA PALABRA. El que encarne la Palabra me tiene a Mí; pero no
olvides, Judas Iscariote, que vendrán muchos en mi nombre diciendo
que tienen la Palabra.
Estos serán
impostores porque la Palabra que viene de mi Padre, sólo YO la digo;
así pues, todo quien diga tener la Palabra y no me tenga a Mí, es
como el que se baña con el agua que muchos se han bañado; no es
pura, está llena de impurezas, por lo tanto, no limpia, quizás
ensucia más".
"Así,
hermanos míos, vosotros deberéis cuidar la Palabra como me cuidáis
a Mí, porque en Mí como en la Palabra, está la Sabiduría que
viene de mi Padre".
Le dice
Judas: "Maestro, la Ley de Moisés dice No jurar en vano, ni en
nombre de Dios, ni de la tierra, ni de los cielos -, quiere decir
que quien haga esto ¿ya se ha unido a Ti?".
Le contesta
el Maestro:
"Hijos
míos, a un prisionero le amarran grillos en los pies y en las manos
para que no pueda hacer movimientos libres, ni andar; así también
le sucede a todo el que adentro tenga a Satanás. Nunca podrá hacer
la Voluntad de mi Padre, porque EL se lo impide".
"Si no
puede hacer la Voluntad de quien me envió, tampoco podrá tener la
Verdad que SOY YO y su Palabra sólo hablará de lo que tiene en su
corazón".
(Continuará)
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