Así
que, todos son hijos de Dios por medio de la fe en Cristo Jesús, porque todos
los que fueron bautizados en Cristo se han revestido de Cristo. Ya no hay judío
ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer; porque todos son uno
en Cristo Jesús. Y ya que son de Cristo, ciertamente son descendencia de
Abraham y herederos conforme a la promesa.
Y por cuanto son hijos, Dios envió a nuestros corazones el
Espíritu de su Hijo, que clama: “Abba, Padre.” Así que ya no eres más esclavo,
sino hijo; y si hijo,también eres heredero por medio de Dios.
Miren cuán grande amor nos ha dado el Padre para que seamos
llamados hijos de Dios. ¡Y lo somos! Por esto el mundo no nos conoce, porque no
le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado
lo que seremos. Pero sabemos que cuando él sea manifestado, seremos semejantes
a él, porque le veremos tal como Él es.
Hijo
mío, si tu corazón es sabio, también a mí se me alegrará el corazón.
Mis
entrañas se regocijarán, cuando tus labios hablen cosas rectas.
Escucha
tú, hijo mío, y sé sabio; endereza tu corazón en el camino.
¡
FELICIDADES PAPÁ!
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