Una zorra hambrienta
contemplaba cierto día unos tentadores racimos de uvas ya muy maduras que
colgaban airosamente de una elevada parra. Deseando comérselas comenzó a hacer piruetas en el aire, tan atrevidas
como infructuosas. Cansada, al fin, de lo vano de su intento, dijo para
consolarse:
_ Están verdes estas uvas,
y por eso no las quiero.
Los incapaces suelen
culpar a las circunstancias y no apetecen lo que se ve imposible de conseguir.
Fábula
de Esópo
Como el aire que se respira,
asimismo necesitamos dos fuerzas poderosas a lo largo de la vida: integridad y
la rectitud. La rectitud nos lleva a aprender lo que Dios demanda y esforzarnos
por cumplirlo. La integridad (ser lo que decimos ser) nos impide declarar que
somos rectos mientras vivimos como si no conociéramos a Dios. La rectitud dice:
"Este es el Camino a seguir". La integridad dice: "Caminaré
constantemente en Él".
Los enemigos son los que no sólo
se oponen a nosotros, sino que además se oponen al estilo de vida que Dios
quiere ver en nosotros. Como ejemplo citaremos algunas tentaciones enemigas: el amor a la fortuna, ansías
de honores, éxito insolente, infamia, engreimiento. Y nuestro mayor enemigo:
Satanás.
El rey David pide a Dios que
impida que sus enemigos lo venzan porque se oponen a todo lo que Dios es.
Integridad
y rectitud me guarden, porque en ti he esperado. Salmo 25:21
Ambiciona
honor, no honores.
En las
reflexiones del compañero Fidel del 4 de mayo “El Premio Nobel de la Paz”, se
pone de manifiesto una vez con cuanto ahínco aún Fidel Castro ha ambicionado
honores que nunca podrá alcanzar. (Ver la fábula de Esópo: “La zorra y las uvas
verdes”)
Con
cuanta saña y encono Fidel Castro se ha pronunciado, desde que llegó al poder,
en contra de todos los Presidentes de los Estados Unidos y el Presidente Obama
no iba a ser la excepción:
“Rafael
Correa, Presidente de Ecuador, declaró valientemente, que más que una época de
cambio estamos viviendo un cambio de época. Fidel expresó: “Ambos, Rafael
Correa y Hugo Chávez, son cristianos, ¿Obama, en cambio, ¿qué es, en qué
cree?”.
¿Es
Fidel Castro quién tiene la reputación de ser todo lo integro que dice que es?
Cuándo
una figura pública hace un juicio de las demás, su honra tiene ser
limpia ante la opinión de la gente. Este pueblo ya no ignora de su amor a la
fortuna, a la infamia de su éxito y a su engreimiento y lo peor: de su enemistad
con Dios.
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