jueves, 28 de marzo de 2019

Cómo proteger la palabra que te da Dios


Poe: Hank Kunneman
"No den lo sagrado a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los despedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen". (Mateo 7:6 NVI)
Cuando Dios te da una palabra profética y pone un sueño en tu corazón acerca de algo, considera que tal vez no sea para que todos lo sepan. Esto es así sobre todo en cuanto a las personas que no conocen al Señor ni tienen entendimiento alguno acerca de la profecía. Veamos la historia de José. No se sabe con certeza lo que hubiese ocurrido en la vida de José si él no se hubiese apresurado tanto en contárselo todo a sus hermanos. Seguro que el sueño de José era absolutamente cierto y se hubiera cumplido pasara lo que pasara. Por otra parte, tal vez algunos elementos de su trayectoria hubieran sido menos problemáticos. No lo sabemos con certeza, pero es posible. Sea como fuese, algunas veces conviene más guardarnos ciertas profecías que hemos recibido para nosotros mismos y compartirlas solamente con personas que están activamente asintiendo con nosotros para aquello que Dios ha dicho.
Aprende a proteger la palabra que Dios te da frente al fuego innecesario. Jesús dijo que no debemos tomar las cosas preciosas que tenemos y exponerlas delante de los destinatarios equivocados (ver Mateo 7:6). No compartas la palabra de Dios sobre tu vida con las personas equivocadas. También es importante, incluso con las personas correctas, no agotarlas con esto tampoco. Simplemente ten un equilibrio y protege la palabra que recibiste hasta que se cumpla. Entonces las personas a quiénes les importas y que te aman podrán alegrarse contigo.

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