viernes, 16 de marzo de 2018

JESUS ,EL MODELO PERFECTO (gr) HUPOGRAMMOS




Sólo hay un ejemplo de la palabra  hupogrammos en el NT, pero tiene tras de sí una imagen sumamente vívida. Pedro dice que Jesús "nos dejó ejemplo  (hupogrammos) para que sigamos sus pisadas" (1 P. 2:21).

La palabra  hupogrammos está relacionada con la primera enseñanza griega, y tiene que ver con la forma en que los muchachos eran enseñados a escribir.

En tiempo del NT, el material que se utilizaba para escribir era, normalmente,  papiro, una especie de papel que se fabricaba con médula de junco, especialmente de los que crecían en las riberas del Nilo. Este material era manufacturado en hojas de diez por ocho pulgadas.

Las hojas variaban en calidad y precio, costando unos cinco centavos de dólar las más baratas y algo más de diez centavos de dólar las más caras. Evidentemente, el papiro resultaba muy costoso para que los escolares practicaran la escritura, por lo que, generalmente, empleaban tablillas de cera, que eran unas cajas, poco profundas, llenas de cera reblandecida. El instrumento que utilizaban para escribir era una especie de punzón, llamado  stylus (estilo), que tenía el otro extremo aplanado para alisar la cera y poder usarla de nuevo.

Hay un par de ejemplos que nos muestran el método que se seguía para enseñar a escribir a los chicos. Platón, en el  Protágoras (326 D), dice que, primeramente, el maestro trazaba  (hupographein, verbo correspondiente al nombre  hupogrammos) con el estilo unas cuantas líneas sobre la cera, para que el discípulo no se desviara, y, después, en la parte superior de la tablilla, escribía el  hupogrammos, el modelo, que el muchacho tenía que imitar. Algunas veces, el modelo era una máxima, pero, usualmente, consistía en una frase sin sentido que contenía todas las letras del alfabeto.

Clemente de Alejandría  (stromateis 5.8) pone un ejemplo de este tipo de frase:  marpte sphigx kiops zbuchthedon. (En griego  ph, ps, ch y th son letras simples,  phi psi chi y zeta, respectivamente.) Este era el modelo perfecto que escribía el maestro para que el escolar lo imitara.

Por tanto, lo que Pedro está diciendo es: "Así como el alumno, imitando el perfecto modelo grabado, aprende a escribir, así, nosotros que somos alumnos de la escuela de la vida, solamente imitando y siguiendo el perfecto ejemplo que Jesús nos dio, podremos aprender a vivir."

Pero había otra forma de usar el  hupogrammos que tiene algo que aportar a lo que Pedro quiere decir. Quintiliano, en su  Educación de un orador (1.1.27), nos dice que, algunas veces, el maestro trazaba las letras en la tabla encerada, y así la mano del muchacho "es guiada por los mismos trazos para que no pueda cometer errores".

Al principio, cogiéndole la mano, el maestro le ayudaba, pero después dejaba que él continuara, auxiliado por los ribetes de los trazos, los cuales impedían "que se descarriara".

Es probable que esto también lo hubiera tenido Pedro en mente. Es decir, que tener que copiar el  hupogrammos sin ayuda de nadie, debe resultar a menudo difícil y desalentador; pero si el escolar tenía la mano del maestro sobre la suya, y, además, contaba con unos trazos que seguir para no descarriarse, entonces todo le resultaba más fácil.

Jesús no nos da un ejemplo y nada más, pues un ejemplo puede ser la cosa más desalentadora del mundo.

Durante siglos, los hombres han estado viendo volar a los pájaros, y nunca han sido capaces de hacer lo mismo. Un hombre puede estar viendo a un campeón de golf y no sentir otro deseo que el de ir a casa y quemar sus propios palos. Un pianista puede oír y ver cómo un maestro ejecuta y hacerse el propósito de no tocar jamás un piano.

Pero Jesús hace algo más que darnos un ejemplo. Como la mano del maestro guiaba la del escolar en sus primeros esfuerzos por aprender, así Jesús nos guía; como los surcos de las letras grabadas sobre la cera impedían que el alumno se descarriara, así nos dirige la gracia de Jesús.

Cristo no nos dejó solamente un  hupogrammos desalentador por su perfección, sino que nos está ayudando constantemente a imitarlo.

No hay comentarios: