Pr. Manuel Alberto Morejon Soler
Jesucristo en la Biblia nos alerta sobre
las consecuencias del juicio que emitimos sobre los demás:
“No juzguéis a nadie, para que Dios no os juzgue a
vosotros. Pues Dios os juzgará de la misma manera que vosotros juzguéis a los
demás y con la misma medida con que midáis, Dios os medirá a vosotros.
¿Por qué miras la paja que tu hermano tiene en su
ojo y no te fijas en el tronco que tú tienes en el tuyo?
Y si tú tienes un tronco en el tuyo, ¿cómo podrás
decirle a tu hermano: ‘Déjame sacarte la paja que tienes en el ojo’ (Mateo
7:1-4)
Reflexionando:
La
declaración de Jesús "No juzguéis" se refiere a la crítica y actitud
de juicio con que se derriba a otros a fin de ponerse encima de uno mismo.
No
es una condenación de cualquier crítica, sino un llamado a discernir antes de
ser negativo.
Jesús dice que debemos examinar nuestras
motivaciones y conductas en vez de criticar a los demás.
Lo que nos molesta de otros son con frecuencia los
hábitos que no nos gustan en nosotros mismos. Nuestros malos hábitos y moldes
de conducta indómitos son los que queremos cambiar en otros.
Jesús
nos manda a desenmascarar a los farsantes.
“¡Cuidado con los falsos profetas! Vienen a
vosotros disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. (7.15-23).
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