jueves, 17 de diciembre de 2015

LA BUENA INFLUENCIA DE LA PALABRA DE DIOS EN LA VIDA DEL JOVEN



¿Cómo podrá el joven llevar una vida limpia?
¡Viviendo de acuerdo con tu Palabra! (Salmo 119:9)

I. Una ambición noble
La juventud es tiempo de ambiciones. Poco hará jamás en la vida el que no las
tiene en esa época.
Son diversas las que se despiertan: sabiduría, influencia, fama, riqueza. A veces
varias cosas; pero al fin sus esfuerzos se fijan en una dirección.
La ambición que fomenta es la que da dirección a toda su vida.
La mejor será, pues, tener un camino limpio: llegar al fin sin mancharse. Dentro de esta ambición, cuanta quepa. Ninguna otra cosa satisface.

II. Una cuestión seria
¿Con qué limpiará el joven su camino?
1. La palabra “camino” aplicada a la vida. Camino es lugar de paso, que tiene dirección, que tiene un fin, que es continuo (los actos de la vida están todos encadenados).
2. La necesidad de limpiarlo. Hay en él mucho lodo, pantanos en que se puede manchar la vida para siempre. También puede el camino torcerse insensiblemente y es más difícil de enderezar, desmanchar.
¿Qué joven no tiene ya algo manchado en su vida?
3. Importa limpiarlo temprano. Desechar todo lo indigno desde la partida.
Tomar una buena dirección, y rectificarla con frecuencia, formar buenos hábitos. Es la juventud tiempo de pasiones fuertes y grandes tentaciones.

III. Una respuesta sabia
1. La respuesta de muchos es: la conciencia, o el honor, o la opinión. Medios defectuosos. Otros: la educación. Sí, si ésta abarca todo lo que debe. No sólo desarrollo físico e intelectual, sino espiritual.
2. “Con guardar tu palabra.” Esta es una norma segura, carta fiel, enseñanza y ejemplo.
3. Su oficio con respecto al pecado: revelarlo; hacerlo odioso; mostrar su remedio; enseñar a evitarlo.
4. Pero de nada nos servirá si no la guardamos. En la mente y el corazón.
Debemos estudiarla, aplicarla y obedecerla.
Ningún libro mejor para el estudio del joven que la Biblia.

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